info
close
TAILANDIA. Robots analizando las hojas de los cultivos, la fertilización foliar y la polinización.
©PopTika/Shutterstock.com

El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2022

Capítulo 5 OPCIONES DE POLÍTICAS PARA UNA AUTOMATIZACIÓN AGRÍCOLA EFICIENTE, SOSTENIBLE E INCLUSIVA

MENSAJES PRINCIPALES
  • La creación de un entorno propicio para la adopción responsable de las tecnologías de automatización resulta fundamental, y ello exige una variedad de instrumentos de política complementarios que operen de forma coherente. Estos instrumentos guardan relación, entre otras cosas, con marcos jurídicos e institucionales, incentivos, y apoyo relacionado con servicios generales a infraestructura, educación, capacitación, investigación y procesos de innovación privada apropiados.
  • Las inversiones para promover la automatización responsable deberían basarse en las condiciones específicas del contexto, como el estado de la conectividad y los problemas relacionados con la infraestructura, los conocimientos y las competencias, y la desigualdad en el acceso a las tecnologías de automatización.
  • Las políticas destinadas a abordar los problemas de sostenibilidad ambiental y mejorar la resiliencia deberían reconocer las posibles sinergias entre la automatización y otros enfoques de la sostenibilidad, como la planificación territorial y la agricultura de conservación.
  • Los responsables de la formulación de políticas deberían centrar sus esfuerzos en establecer marcos legislativos y reglamentarios transparentes, proporcionar un apoyo relacionado con servicios generales —incluida la investigación sobre tecnologías (proyectos piloto, ensayos, etc.) centradas en el agricultor e impulsadas por la demanda— que no cause distorsiones, así como brindar capacitación para ayudar a los trabajadores en la transición a nuevas tareas, tanto dentro como fuera del sector agrícola.
  • Mientras que los productores agrícolas deben elegir qué tecnologías adoptar de entre toda la gama disponible, la función de las intervenciones públicas es asegurar el acceso inclusivo a la automatización agrícola. Las iniciativas de múltiples partes interesadas que, por ejemplo, comparten conocimientos sobre automatización pueden también facilitar la adopción de estas tecnologías.

Como se ha expuesto en los capítulos anteriores, la automatización agrícola ofrece muchas oportunidades para la transformación sostenible e inclusiva de los sistemas agroalimentarios, pero también conlleva riesgos. Exige esfuerzos paralelos por parte de agentes privados, públicos y del tercer sector, con objetivos coherentes y complementarios, a fin de crear un entorno propicio para la automatización agrícola que permita aprovechar las oportunidades, mitigar los riesgos y velar por una transformación agrícola sostenible e inclusiva. Tomando en consideración también las enseñanzas extraídas de los estudios de casos preparados para este informe (véase el Anexo 1) y la bibliografía disponible, en el presente capítulo se determinan los instrumentos jurídicos y de política para fomentar la adopción de la automatización agrícola de forma sostenible e inclusiva, sin dejar a nadie atrás. El principio general de la automatización agrícola es el cambio tecnológico responsable, que dé lugar a sistemas agroalimentarios eficientes, productivos, inclusivos, resilientes y sostenibles. El cambio tecnológico responsable es un proceso que implica anticipar los efectos de las tecnologías en la productividad, la resiliencia y la sostenibilidad, al tiempo que se presta atención a los grupos marginados y vulnerables, como las mujeres, los jóvenes y los pequeños productores. El proceso debe abarcar la amplia variedad de partes interesadas, atendiendo a sus preocupaciones y aprovechando sus ideas y conocimientos1. Para que sea responsable, la automatización agrícola debe ser flexible, centrarse en los agricultores, basarse en la demanda, respetar la privacidad de los datos y la diversidad cultural, proyectarse de forma participativa e inclusiva y ser transparente. Debe reconocer la importancia del contexto y adaptar las tecnologías a las necesidades locales, implicando a los agentes locales y aprovechando su capacidad de innovación adaptativa.

Hacia una automatización agrícola responsable

Como todo cambio tecnológico, la automatización agrícola conlleva inevitablemente perturbaciones en los sistemas agroalimentarios; si bien genera beneficios, también entraña desventajas, e inevitablemente habrá quien salga ganando y quien salga perdiendo. Las iniciativas para acelerar la adopción deben tener en cuenta los procesos socioeconómicos y normativos que impiden o catalizan el desarrollo y la adopción de la tecnología. La automatización agrícola repercute en los sistemas agroalimentarios de varias maneras. Afecta a los medios de vida de los grupos vulnerables por sus posibles repercusiones en la seguridad alimentaria y la nutrición, la resiliencia, la reducción de la pobreza y el empleo en las zonas rurales, y, por tanto, en la desigualdad. Afecta indirectamente al bienestar general de las comunidades, con posibles efectos en la sostenibilidad ambiental, incluida la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad. Considerando estas repercusiones, el cambio tecnológico responsable debería ocupar un lugar central en los debates sobre políticas, con especial atención a la inclusividad y la sosteniblidad.

Las iniciativas encaminadas a lograr sistemas agroalimentarios más sostenibles, inclusivos y resilientes deben incluir a todas las partes interesadas, especialmente los pequeños productores y otros grupos marginados y vulnerables, que no suelen tener acceso a las tecnologías de automatización agrícola1, 2. En este capítulo se presentan distintas opciones posibles en cuanto a políticas, instituciones, legislación e inversiones con objeto de poner en práctica el concepto de cambio tecnológico responsable. Estas opciones se organizan en cuatro ámbitos clave. En conjunto, constituyen un programa para conseguir que la automatización agrícola contribuya a sistemas agroalimentarios eficientes, productivos, sostenibles, resilientes e inclusivos. Todas estas opciones se basan en las principales conclusiones de los estudios de casos y la bibliografía disponible que se presentan en este informe y abordan los principales obstáculos a la adopción señalados y analizados en los capítulos 2 a 4. Las políticas, que se complementan y refuerzan mutuamente, se presentan en la Figura 8 y se resumen a continuación.

  • Políticas generales para crear un entorno propicio. Se trata de políticas que no están directamente relacionadas con la alimentación y la agricultura, aunque apoyan la adopción de la automatización agrícola. Abordan las deficiencias existentes o potenciales en materia de infraestructura —como carreteras, energía y conectividad—, además de las políticas nacionales de financiación y gestión de datos.
  • Políticas, legislación e inversiones orientadas a la agricultura. Estas están directamente relacionadas con la alimentación y la agricultura y se dirigen al sector de forma colectiva. Entre ellas figuran la investigación agrícola, los servicios de transferencia de conocimientos y la financiación destinada a la automatización agrícola.
  • Políticas para garantizar que la automatización agrícola contribuya a la sostenibilidad y resiliencia de los sistemas agroalimentarios. Estas políticas se centran en alentar a los productores agrícolas a adoptar tecnologías de automatización que, entre otras cosas, permitan conservar los recursos naturales, apoyar la sostenibilidad ambiental y fomentar la resiliencia.
  • Políticas para lograr que el proceso de automatización agrícola sea inclusivo y funcione para todos. Estas políticas complementan las de los otros tres grupos y tienen por objeto garantizar que todo el mundo —especialmente los grupos marginados, como las mujeres, los pequeños productores y los jóvenes— pueda beneficiarse de la automatización agrícola y que se aborden las posibles repercusiones negativas sobre los ingresos y los medios de vida.

FIGURA 8 ESQUEMA DE LAS OPCIONES EN MATERIA DE POLÍTICAS PARA APROVECHAR LA AUTOMATIZACIÓN AGRÍCOLA DE FORMA RESPONSABLE

FUENTE: Elaboración de la FAO para este informe.
FUENTE: Elaboración de la FAO para este informe.

Un ámbito de políticas muy importante es el apoyo relacionado con servicios generales. Se trata de ayudas públicas que no están vinculadas directamente con la producción agrícola y el uso de insumos (véase el Recuadro 25). El apoyo relacionado con servicios generales es fundamental en la creación de un entorno propicio para hacer negocios en la agricultura y los sistemas agroalimentarios en general. No distorsiona los incentivos, sino que permite a los productores agrícolas, a sus proveedores de insumos y servicios y a otras partes interesadas crear empresas prósperas, adoptar decisiones fundamentadas sobre la automatización y estimular las innovaciones. Por desgracia, solo una sexta parte de la ayuda mundial a la alimentación y la agricultura (unos 111 000 millones de USD) corresponde al apoyo relacionado con servicios generales3. Este tipo de ayuda es más limitada donde más se necesita, es decir, en los países en los que la agricultura sigue siendo un sector clave para la economía, el empleo y los medios de subsistencia (los países de ingresos bajos y algunos de ingresos medianos bajos)4. En estos países, la creación de condiciones equitativas para la automatización agrícola exigirá con toda probabilidad un aumento del apoyo relacionado con servicios generales, lo que, sin embargo, conllevaría un monto considerable de financiación para el desarrollo.

Recuadro 25Cómo los diferentes tipos de apoyo público pueden potenciar la automatización agrícola

El apoyo mundial prestado a la alimentación y la agricultura alcanzó un valor de casi 630 000 millones de USD al año de media durante el período comprendido entre 2013 y 20183. La mayor parte de este apoyo se dirige a los productores agrícolas de forma individual, a través de políticas comerciales y de mercado, o mediante subvenciones fiscales vinculadas principalmente a la producción (por ejemplo, el apoyo a los precios de productos básicos específicos) o a insumos variables específicos (por ejemplo, los fertilizantes en algunos países). Este apoyo puede afectar a la justificación comercial de la automatización a través de múltiples vías. Por ejemplo, puede afectar a la combinación de productos básicos, ya que las ayudas agrícolas se destinan principalmente a los alimentos básicos amiláceos (en los países de ingresos bajos y medianos bajos) y a los productos lácteos y otros alimentos ricos en proteínas (en los países de ingresos altos y medianos altos). La combinación de productos determinará a su vez las opciones de adopción de tecnologías de automatización, que pueden ser adecuadas para algunos productos pero no para otros. En todo el mundo, aproximadamente un tercio de las ayudas se conceden a través de incentivos de precios relacionados con un producto o grupo de productos específicos.

Asimismo, la adopción de la automatización puede verse afectada por el apoyo a los factores de producción, concretamente por los incentivos que favorecen la acumulación de capital. Por ejemplo, las subvenciones al crédito para los productores agrícolas favorecerán las tecnologías de automatización con mayor densidad de capital. La inclusividad de la automatización dependerá en gran medida de quién reciba este apoyo (grandes productores o pequeños productores). A nivel mundial, aproximadamente una décima parte de las ayudas concedidas a los agricultores de forma individual se basan en factores de producción.

Las ayudas vinculadas a la producción, ya sea a través de los precios o de los factores de producción, distorsionan los incentivos y, en consecuencia, pueden ser contraproducentes, favoreciendo involuntariamente a unos productores en detrimento de otros. Aunque la inclusividad puede verse favorecida por medidas de apoyo específicas, normalmente estas no se guían por ese fin.

El apoyo relacionado con servicios generales se dirige a la alimentación y la agricultura de forma colectiva y no está directamente vinculado a la producción, a productores individuales o a factores de producción específicos. Estas políticas incluyen el apoyo a la investigación y el desarrollo agrícolas y los servicios de transferencia de conocimientos (en particular, mediante actividades de capacitación y asistencia técnica), así como el desarrollo y mantenimiento de infraestructura (por ejemplo, la mejora de las carreteras rurales, los sistemas de riego, las instalaciones de almacenamiento y la conectividad). Este apoyo es importante para la adopción de la automatización, sin distorsionar los incentivos ni favorecer a determinados grupos de productores en detrimento de otros.

Al proyectar las políticas y planificar las inversiones, los gobiernos también tendrán que lograr un equilibrio entre los diferentes, y a veces contradictorios, objetivos económicos, ambientales y sociales. La pertinencia de las políticas, inversiones y otras medidas públicas propuestas a continuación varía en función del contexto. Los gobiernos deberían priorizar las medidas basándose no solo en los desafíos locales, sino también en las capacidades y los recursos nacionales —incluidos los financieros— que pueden movilizar para formular políticas y llevarlas a la práctica.

En las siguientes secciones se presentan con más detalle las políticas e inversiones recomendadas según las cuatro categorías de políticas.

back to top Volver arriba