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Educación y capacitación en Africa


JOHN Q. WILLIAMSON

Breves fragmentos de un informe a la FAO acerca de los pueblos africanos de habla inglesa

SE OBSERVÓ que los 14 países africanos visitados¹ se habían dado perfecta cuenta de la utilidad del desarrollo forestal, no sólo para asegurar suministros adecuados de productos forestales a poblaciones en continuo aumento, sino también respecto a la función protectora de los montes. Desgraciadamente, la plena ejecución de la política forestal no siempre había sido posible, debido sobre todo a la carencia de fondos.

¹ Etiopía, Ghana, Kenia, Liberia,; Libia, Malawi, Nigeria, Sierra Leona, Rhodesia del Sur, Sudán, Tanzania, Uganda, República Arabe Unida y Zambia.

Las reservas forestales son inadecuadas en la mayoría de los países, y una de las tareas principales con que se enfrentan los servicios forestales en Africa es conseguir que se destinen más tierras a los montes, en un momento en que existe una demanda cada vez mayor de tierras para la agricultura. En efecto, algunas de las reservas forestales existentes se ven fuertemente presionadas por la agricultura, especialmente por el cultivo migratorio (sistema agrícola de subsistencia tradicional), el cual en algunos lugares está encontrando una zona forestal decreciente que puede ser cultivada. A la vez, ello conduce a rotaciones menos espaciadas, a menor fertilidad y al consiguiente deseo de mayor cantidad de tierra forestal productiva.

La creciente demanda de madera aserrada y de pasta de madera, que se estima se doblará y cuadruplicará, respectivamente, hacia 1980, ha llevado a dedicar mayor atención a las plantaciones de madera blanda y dura de crecimiento rápido, incluso en los países de la costa occidental y en Uganda, donde existen aún grandes zonas de montes tropicales con abundancia de madera. En todos los países se está realizando un gran esfuerzo para mejorar los montes indígenas con el fin de aumentar su productividad y la proporción de las especies que ahora se consideran valiosas.

Hay un gran peligro de que, por dicha presión, los gobiernos se vean obligados, no a incrementar las reservas forestales, sino a reducirlas. Una política bien orientada, una legislación adecuada, y unos eficientes servicios forestales, así como una amplia educación del público son más que nunca necesarios si quiere evitarse la destrucción de los montes. Los gobiernos anteriores crearon servicios de montes adecuados, pero la necesidad de reservas forestales era tan grande que muchas de ellas se establecieron por fuerza en forma bastante autocrática, debido a que el tiempo disponible era escaso para hacer comprender a las gentes los beneficios, directos e indirectos, que podrían derivarse de la ordenación forestal. El resultado ha sido una hostilidad general hacia la silvicultura que requerirá una propaganda paciente y hábil para que pueda convertirse en una aceptación benévola.

Todos los países visitados tenían planes de desarrollo, sobre todo a corto plazo, así como metas de largo alcance no necesariamente relacionadas con las exigencias de financiamiento o las necesidades de personal. A excepción del Sudán, Nigeria y Ghana, en los que se han trazado pronósticos prácticos acerca de necesidades de personal para muchos años futuros, los países de Africa oriental y central, aunque trabajando en planes de desarrollo modesto, han considerado claramente que no era el caso, en un futuro inmediato, llevar a cabo aumentos de personal en los servicios nacionales en cualquier escala.

Debido a esta actitud respecto al aumento del personal, sólo fue posible examinar el programa de educación y capacitación en aquellos países conforme a la actual estructura del desarrollo, teniendo en cuenta que llegará casi seguramente un momento, de aquí a unos 10 ó 15 años en que serán necesarios mayores medios de capacitación para atender al desarrollo suplementario.

Los planes de desarrollo examinados parecen tener una base sólida, habiéndose concedido la atención debida a la necesidad de contar con un financiamiento adecuado y con el personal capacitado que se requiere para llevarlos a cabo.

JOHN Q. WILLIAMSON es Director de Educación de la Comisión Forestal de Gran Bretaña y Director de Montes de Gales.

Cambio de estructura de 1a educación profesional

Hasta hace poco tiempo, la educación profesional sólo podía conseguirse fuera de Africa y la mayor parte de los titulares y no titulares africanos de los países visitados habían sido educados o se estaban educando en el Reino Unido.

Este sistema está ahora experimentando un cambio radical, debido primeramente a que las becas para estudiar en otros países, como los Estados Unidos y la República Federal de Alemania, se obtienen cada vez con más facilidad; en segundo lugar, debido a la decisión de crear nuevas escuelas forestales en los países africanos de habla inglesa; y, en tercer lugar, porque se están mandando a los becarios a otros continentes en los que pueden estudiar materias de interés para los servicios forestales africanos.

En cuanto a los servicios forestales, será útil alguna variedad en los tipos de educación profesional, especialmente si dicha educación se procura pensando en una finalidad determinada, tal como el estudio de la silvicultura tropical en la India, o el de las plantaciones de eucaliptos o de coníferas de crecimiento rápido en condiciones semiáridas en Australia, o el aprovechamiento en América del Norte. Existe un peligro, sin embargo, si la gente se ve atraída a ciertas universidades extranjeras debido sólo a sus más bajos niveles de ingreso y de capacitación. Siempre que sea posible, cada país debe procurar que los grados universitarios forestales sean sólo reconocidos cuando procedan de universidades de cierta categoría. Esto pueden verificarlo los comités de becas y las juntas de selección de los servicios públicos.

El establecimiento de nuevas facultades forestales en Africa, para hacer frente a las necesidades tocantes al sector, se recomienda siempre que dichas facultades abarquen una región y no sólo un país. La razón de esta condición regional es que ninguno de los servicios forestales visitados parece en la actualidad tener una política de reclutamiento que justifique el establecimiento de una facultad forestal para hacer frente a sus solas necesidades. La consideración principal cuando se trata de establecer una facultad forestal debe ser sin duda la de asegurar que puede ofrecer una preparación comparable a la proporcionada en los países desarrollados y, en cuanto a los estudios ecológicos, incluso mejor. Se ha convenido en general que de dichas facultades deben salir por lo menos 10 titulados al año. Ningún servicio forestal en Africa proyecta en la actualidad contratar tanto personal.

Cuando se establece una facultad forestal, siempre debe ir aneja a una universidad ya existente, dado que un graduado de dicha facultad debe estar en condiciones de evaluar las técnicas forestales, de comprender claramente el lugar de los montes como forma de aprovechamiento de la tierra en la economía nacional, de adoptar las decisiones administrativas justas, de proporcionar asesoramiento y trazar orientaciones, de planear programas ejecutivos de planificación y de inspeccionar su ejecución.

FIGURA 1. - Universidad de Ibadán (Nigeria). Deben construirse todavía edificios permanentes para el Departamento de Montes.

Es evidente que tal programa educativo sólo puede realizarse con éxito si se lleva a cabo, no en un ambiente tecnológico aislado, sino dentro del marco de una universidad, donde se da al estudiante la oportunidad de ampliar su horizonte mental, mezclándose con los alumnos de otras facultades y desarrollando su espíritu crítico al participar en la vida intelectual de grupo.

Siempre que se trate de constituir una nueva facultad forestal, debería solicitarse que otra ya establecida actúe «in loco parentis». Además, la FAO, en cooperación con su Comité Consultivo sobre Enseñanza Forestal, las universidades y el país interesado, deben procurar que, los programas sean adecuados y que la facultad se organice bien desde el principio. El personal docente debería pertenecer a diferentes nacionalidades, siempre que se disponga de suficientes profesores en la categoría apropiada y con bastante experiencia en la materia correspondiente, complementada, en cuanto sea posible, con el conocimiento de las condiciones forestales locales.

Facultades forestales existentes o propuestas

Nigeria

La decisión de crear una facultad forestal en la Universidad de Ibadán (Nigeria) parece muy justa y, después de inspeccionar los medios científicos y de otro tipo disponibles y de hablar con el personal de la universidad, está claro que tiene todas las probabilidades de éxito. Un proyecto del Fondo Especial de las Naciones Unidas, encomendado a la FAO, está ahora en ejecución con personal procedente del Reino Unido, de la Guayana Británica y de Australia.

Los estudios durarán tres años. Durante los dos primeros, los cursos de agricultura y montes serán muy similares, pero el tercero y el cuarto se dedicarán exclusivamente a los montes. El Departamento Federal de Investigación Forestal está cerca.

El Instituto Forestal de la Commonwealth, de la Universidad de Oxford, actúa como asesor honorario.

Se espera que esta facultad forestal cubra las necesidades de capacitación profesional de Nigeria, Sierra Leona y Gambia.

Ghana

El gobierno ha decidido que es necesaria una facultad forestal para proporcionar los graduados que requieren sus servicios de montes. Se ha recibido la aprobación del gobierno y se han hecho inmediatamente las gestiones necesarias para crearla en la Universidad de Ciencias y Tecnología Kwame Nkrumah, de Kumasi. Es cuestionable que en la actual situación esté justificado desde el punto de vista económico el disponer de más de una facultad forestal de habla inglesa con personal completo, plenamente equipada y de alto nivel, en Africa occidental. Pero si se establece tal facultad en Ghana, existen razones para creer que será también de alto nivel, ya que la Universidad de Kwame Nkrumah es moderna y está bien equipada y la facultad de agricultura puede significar una aportación científica básica excelente.

Liberia

La otra facultad forestal de Africa occidental está situada en Monrovia (Liberia). Después de discutir la cuestión en 1953 entre las autoridades de Liberia y los asesores forestales alemanes y americanos, se decidió crear una escuela forestal; ésta se estableció en la Universidad de Liberia, en 1955. Hasta que la FAO proporcionó instructores en 1956, los forestales americanos de la Misión de Operaciones de los Estados Unidos actuaron como profesores. En 1964, la Escuela viene funcionando como proyecto del Fondo Especial de las Naciones Unidas, ejecutado por la FAO, con personal internacional procedente del Reino Unido, Pakistán y Finlandia.

La escuela está alojada en la sede de la universidad. Se piensa trasladar toda la universidad fuera de Monrovia a una nueva sede, pero ello requerirá tiempo.

El programa está bien ideado y suplementado con viajes de estudio a los montes nacionales y a los países vecinos, durante las vacaciones.

República Arabe Unida

Existe una cátedra de montes en la Escuela de Agricultura de la Universidad de Alejandría, que es la única que atiende a este sector de las cuatro universidades de la República Arabe Unida que conceden títulos en agronomía. Todos los estudiantes de este ramo deben dedicar allí tres horas por semana durante un semestre a los estudios forestales.

Sudán

El Sudán ha decidido crear su propia facultad forestal. Estará anexa a una universidad que cuenta con una facultad agronómica, de manera que puedan compartirse los elementos científicos básicos. Aunque al principio sólo se necesitará que salgan seis graduados al año para satisfacer las necesidades del Departamento Forestal, se espera, además, atraer estudiantes de Libia y del Cercano Oriente y posiblemente de otros países de Africa. No se ha considerado que su emplazamiento en Khartum, tan lejos de las reservas forestales para los fines docentes, pudiera constituir un inconveniente importante. La sede central del proyecto de investigación del Fondo Especial de las Naciones Unidas, que está ejecutando la FAO, se encuentra también en Khartum.

Africa central y oriental

Se ha realizado una investigación acerca del posible establecimiento de una facultad forestal para servir a esta región y se ha redactado un informe separado. Se recomendó la creación de una facultad forestal en la Universidad de Makerere (Uganda) dentro de la Universidad de Africa oriental. Siempre que exista completa cooperación entre los países de Africa central y oriental, tanto en la creación de la facultad como en el envío de los primeros estudiantes graduados a la misma, el proyecto tendrá éxito.

Capacitación técnica

Aunque es esencial disponer de un personal profesional eficiente en un servicio forestal, dicho personal no puede ser eficaz a menos que esté ayudado por un número adecuado de forestales y capataces bien capacitados. La formación de éstos debe orientarse a que sean capaces de abordar todas las operaciones forestales de índole técnica, que puedan ejecutar los planes de operaciones y capacitar e inspeccionar la mano de obra que se halle bajo su dominio. Dicha capacitación debe ser fundamentalmente práctica, pero con la teoría suficiente para proporcionar a los alumnos un conocimiento general básico de la silvicultura y una comprensión del lenguaje de los profesionales.

Ha sido alentador el hallar que en este aspecto la capacitación, prácticamente en todos los países visitados, tiene un nivel razonablemente alto. Cada país ha organizado cursos que satisfacen sus propias necesidades y de acuerdo con la base cultural del personal reclutado.

En la mayor parte de los países, se ha creado ya una escuela forestal permanente y, aunque algunas eran mejores que otras en cuanto a medios, métodos de capacitación, nivel de educación de los estudiantes o procedimientos de selección, puede afirmarse sin vacilación que existe mucho que alabar y poco que censurar.

Ha sido perfectamente claro que era acertada la decisión de todos los países de mantener la capacitación bajo la directa inspección del servicio forestal. Los instructores de la escuela forestal eran miembros del servicio y conocían por experiencia lo que debía enseñarse para conseguir personal bien calificado para cumplir su cometido de forestales y capataces. La disciplina era buena, pues se basaba en la normal del servicio y, aunque quizás no se concediera suficiente atención en ciertas escuelas a la formación del carácter y al logro del dominio de la labor manual que requieren los montes, se tenía la impresión de un cuerpo de instructores decididos a conseguir un personal que honrara a su propio servicio forestal.


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