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Producción y consumo de productos forestales en China continental

S. D. RICHARDSON

S. D. RICHARDSON, Director de Investigaciones del Servicio Forestal neozelandés, viajó extensamente por China continental en mayo y junio de 1963 y puso su informe a disposición de la FAO. El anexo se presentó a la Comisión Forestal para Asia y el Pacífico en su séptimo periodo de sesiones.

La derivación y evaluación de estadísticas sobre la producción forestal de China se presenta erizada de dificultades. Al parecer, las fuentes oficiales chinas se contradicen entre sí y raros son los casos en que la terminología está suficientemente definida como para consentir una comprobación. Desde 1959 no se publican estadísticas oficiales de producción y aprovechamiento forestal. En los párrafos siguientes se presentan algunos datos escogidos y se estima su validez. Es posible que sean de cierta utilidad mientras China se decide a publicar estadísticas oficiales, pero conviene tratarlos con la máxima prudencia como una simple indicación de los probables órdenes de magnitud.

Recursos forestales nacionales

El Cuadro 1 presenta datos, tomados de fuentes seleccionadas, relativos a las superficies forestales y los volúmenes de madera. Se ha calculado que la superficie boscosa oscila entre el 5 por ciento (Premezov, 1955) y el 10 por ciento (Kuo y otros, 1959) de la superficie total y entre 46,5 millones de hectáreas (Premezov, 1955) y 100 millones de hectáreas (New China News Agency, 7/4/58). Los valores más bajos fueron compilados por el gobierno nacionalista antes de la guerra, habiendo sido aceptados provisionalmente en 1955 por autores soviéticos y chinos (Solecki, 1964). En sus publicaciones, la FAO emplea una estimación de 76,6 millones de hectáreas (FAO, 1960 y 1961, tomada de Messines, 1958), pero ha citado también un cálculo precedente de 66,8 millones de hectáreas (FAO, 1961, basada en datos citados por Deng, 1959, y referentes a 1955). Varias fuentes dan una superficie equivalente más o menos al 10 por ciento (Lin, 1956; New China News Agency, 7/4/58; Red Flag, 16/12/58; Kuo y otros, 1959), y del orden de 100 millones de hectáreas. En junio de 1963, el Ministerio de Montes informó al autor que la superficie forestal de China ascendía a 96,38 millones de hectáreas (lo que representaba el 9,9 por ciento de la superficie territorial total), de las que se decía que unos 46 millones de hectáreas eran de montes de segundo crecimiento después de su explotación total o parcial y, por lo tanto, de escasa productividad. Se sostenía que el 75 por ciento de esta superficie forestal era potencialmente accesible.

CUADRO 1. - ESTADÍSTICAS DE RECURSOS FORESTALES EN CHINA (CONTINENTAL) TOMADAS DE VARIAS FUENTES

Superficie forestal nacional en millones de Ha.

Porcentaje de la superficie territorial total

Recurso volumétrico de madera en millones de m.³

Fuente

46,50

5,0

5 150

Premezov, 1955; Solecki, 1964

66,80

6,8

6 540

FAO, 1961 (datos referentes a 1955)

66,83

-

4 615

Deng, 1959

76,60

7,9

5 000

Messines, 1958; FAO, 1960 y 1961

97,00

10,1

6 300

Kuo y otros, 1959

100,00

10,0

-

New China News Agency, 7/4/59

96,38

9,9

7 460

Ministerio de Montes, 1963

-

7,0

-

Extracts from the Mainland Magazines, 1956

-

8,0

4 900

Publ. sobre comercio exterior, 1959 (citado por Solecki, 1964)

-

10,0

-

Lin, 1956; Red Flag, 16/12/58

-

7,9

4 900

Wen, 1958

-

-

5 400

Wang y Chi, 1957

-

-

6 300

Extracts from the Mainland Magazines, 1959; Hsu, 1959; Red Flag, 16/12/58

-

-

6 000

New China News Agency, 7/4/58; Carter, 1958

Igualmente variables son las estadísticas sobre la volumetría de la madera pues oscilan entre 4.615 millones (Deng, 1959) y 7.460 millones de metros cúbicos (Ministerio de Montes, 1963). El programa de forestación incluido en el Plan Nacional de Agricultura, 1956-57, se basaba en un recurso supuestamente equivalente a 5.400 millones de metros cúbicos (Wang y Chi, 1957, New China, News Agency, 5/2/58); pero al poco tiempo, la estimación oficial se modificó (New China News Agency, 7/4/58), citándose desde entonces con mucha frecuencia una cifra de 6.300 millones de metros cúbicos (Kuo y otros, 1959; Ten years of afforestation, 1959; Hsu, 1959; Red Flag, 16/12/58).

Las estimaciones más altas en cuanto a superficie y volumen son posteriores a las vastas inventariaciones de los recursos de las partes más remotas de China realizadas conjuntamente por técnicos soviéticos y chinos (Kuo y otros, 1959; Pobedinsky, 1961; Murzayev y otros, 1960), e incluyen también los resultados provisionales de un inventario forestal nacional empezado en 1954, que según los planes originales, debía terminar en 1962. El plan de inventariación es ambicioso y no es muy probable que, con el ritmo actual de trabajo, concluya antes de 1970. Habiendo empezado por las zonas forestales de más alto valor económico (Heilungkiang, Kirin y Mongolia Interior) se tiene el propósito de abarcar el 100 por ciento de la superficie en todas las provincias, con una fracción variable de muestreo para las estimaciones de volumen. Por ejemplo, según se afirma, en la provincia de Heilungkiang las cubicaciones representan el 10 por ciento de la superficie forestal hasta un diámetro de 5 centímetros a la altura del pecho, y el porcentaje se está aumentando a 25. En Kwangtung, se está midiendo el 100 por ciento de los montes naturales (excepto los manglares) y el muestreo de las plantaciones se hace a razón de 5-10 por ciento. Se afirma que sólo en esa provincia trabajan 300 hombres en labores de inventariación.

En general, excepto las zonas remotas e inaccesibles del Tíbet, Yunnan, Sinkiang, etc., parece que el inventario de las superficies ha quedado completado en la mayoría de las provincias; sin embargo, es posible que prosigan las cubicaciones algunos años, y sólo cuando se termine el inventario se conocerán con precisión los recursos nacionales.

El hecho de que últimamente se hayan hecho avances por lo que hace a un aprovechamiento más completo del producto forestal ha contribuido también a que se revisen las estadísticas volumétricas. Como se afirma en otra parte de este mismo informe, en China las operaciones de corta y extracción constituyen una lección objetiva de lo que es una utilización cabal; en Manchuria, después de una corta a hecho y la extracción de las trozas para aserrío, se recoge toda la madera de ramas de más de 3 centímetros de diámetro para puntales de mina, rollizos para pasta, artesanías, carbón y, si se trata de frondosas, se despieza en bloques para combustible de tractores; los ramos y hojas se recogen y secan para quemar como leña. En un artículo reciente (People's Daily, 9/6/63) se afirma que, como consecuencia de tales prácticas, indudablemente muy difundidas, incluso en las zonas ricas en bosques, el aprovechamiento ha aumentado 10 metros cúbicos por hectárea. En tales circunstancias, con toda probabilidad las evaluaciones volumétricas corrientes subestiman significativamente los recursos.

A la luz de estos factores, las estadísticas proporcionadas por el Ministerio de Montes al autor en el mes de junio de 1963 no son exageradas, y se sugiere que para los fines de la planificación global de los recursos puede aceptarse una superficie forestal total de 96 millones de hectáreas, y un total volumétrico de 7.500 millones de metros cúbicos. Es imposible pronunciarse acerca de la aseveración de China en el sentido de que, a la larga, será accesible el 75 por ciento de la superficie forestal. Sin embargo, el hecho de que el Ministerio de Montes utilice una cifra de este orden para pronosticar el suministro de madera disponible apoya esta afirmación. Si se aceptan estas cifras y se calcula la población de China en unos 700 millones de personas (Naciones Unidas, 1964), la superficie forestal por persona ascenderá a 0,137 hectárea y la madera disponible a 8 metros cúbicos.

Estadísticas regionales

De cuando en cuando, fuentes comunistas han publicado estadísticas de superficies y volúmenes forestales en ciertas provincias o regiones (Kuo y otros, 1959; Premezov, 1955; New China News Agency, 091107, 1962; New China News Agency, 082202, 1962; New China News Agency, 020313, 1962; New China News Agency, 021309, 1963; Cha, 1959; Wang y Chi, 1957). Su valor intrínseco es escaso, pues invariablemente se describen como «incompletas».

Todo lo que puede decirse con certidumbre es que en su mayoría la riqueza forestal de China está localizada en el noreste, esto es, en la herradura montañosa formada por la cordillera del Gran y Pequeño Khingan y el macizo de Changpaishan. Asimismo, hay importantes reservas en Fukien, Szechwan, Kiangsi, Kweichow, Yunnan y Kwangtung; en las montañas Tsinling, y en el límite oriental de la altiplanicie tibetana. Las populosas provincias de Kiangsu (533 habitantes por kilómetro cuadrado en 1953), Shantung (407 habitantes por kilómetro cuadrado) y Hopeh (192 habitantes por kilómetro cuadrado) tienen menos del 0,5 por ciento de su territorio cubierto de árboles (Deng, 1959); pero también las provincias donde más activo es el desarrollo industrial (Shansi, Mongolia Interior Occidental, Shensi, Kansu, Tsinghai y Sinkiang) carecen virtualmente de todo recurso forestal.

PRODUCCIÓN MADERERA, 1967-62

Como sucede con las estimaciones del recurso forestal, se dispone de una gran variedad de estadísticas de producción de madera industrial procedentes de China y otras fuentes durante 1957 y 1958. Sin embargo, desde 1958 no se publican en la prensa estadísticas oficiales, por lo que el problema de interpretación de esos datos no es en modo alguno fácil.

El Cuadro 2 presenta varias estadísticas de producción total para 1957 y 1958, mencionando las fuentes.

CUADRO 2. - ESTADÍSTICAS DE LA PRODUCCIÓN TOTAL DE MADERA, 1957 Y 1958

Año

Producción total de madera industrial en millones de m.³

Fuente

1957

20

Carter, 1958

26

Tass, Pekín, 23/11/60

26,50

New China News Agency, 111242, 1958

26,58

New China News Agency, 2/1/58
Rev. int. du Bois, 1958 FAO, 1959

26,70

Biki, 2/4/59

27,87

State Statistical Bureau, 1960
Solecki, 1964

31

FAO, 1960a

1958

26, 63b

New China News Agency, 12/11/58

27,40

Red Flag, 1959

31

Biki, 2/4/59
FAO, 1959

34,91

Peking Review, 26/1/60

35

Tass, Pekín, 23/11/60
Solecki, 1964
New China News Agency, 111242, 1958
State Statistical Bureau, 1960

a Incluye una estimación para extracciones no registradas.
b Hasta la tercera semana de octubre, 1958.

Sin entrar en detalles, es posible aceptar las cifras de 28 millones de metros cúbicos en 1957 y 35 millones de metros cúbicos en 1958 como razonables a la extracción efectiva de madera industrial (es decir, excluida la leña). Para 1959 se indica un volumen de 41,2 millones de metros cúbicos (Peking Review, 26/1/60; Solecki, 1964) mientras que la FAO (FAO, 1961) acepta una cifra de 35 millones de metros cúbicos, como para 1958. En efecto, la producción ascendió probablemente a 40 millones de metros cúbicos. Para 1960, las estimaciones extraoficiales oscilan entre 35 y 48 millones de metros cúbicos (Tass, Pekín, 23/11/60); Solecki (1964) acepta 47 millones de metros cúbicos y la FAO (FAO, 1961 y 1962) 39 millones de metros cúbicos. Un portavoz del Ministerio de Montes informó al autor en junio de 1963 que la producción maderera había disminuido progresivamente desde 1959; en 1960, la prensa china hizo muchas voces mención de escaseces de madera, y con frecuencia exhortó a que se utilizaran sucedáneos de este material. Por lo tanto la estimación de la FAO (39 millones de metros cúbicos) parece razonable. Sin embargo, la cifra de la FAO para 1961 - 45 millones de metros cúbicos (FAO, 1963) - es casi seguramente excesiva. En 1961 y 1962, la producción se mantuvo reducida; si para 1962 se acepta una cifra de cerca de 29 millones de metros cúbicos (Cuadro 5), y se supone una disminución más o menos constante respecto de 1960, la producción de 1961 sería del orden de 34 millones de metros cúbicos.

Para poder calcular una cifra de la producción total en 1962, hay que detenerse a considerar el régimen nacional de utilización. En el Cuadro 5 se presentan estimaciones de la producción por categoría de usos finales para obtener una cifra total de madera rolliza equivalente a poco menos de 30 millones de metros cúbicos. En los siguientes párrafos se examina la base de este cuadro.

Actualmente, del total de la producción de madera rolliza industrial se utiliza cerca del 50 por ciento para obras de construcción, mientras que las minas consumen un 25 por ciento del producto total (Kuang Ming Jih Pao, 9/5/63). Partiendo de esta última cifra, cabe suponer que los puntales representan un 75 por ciento de las necesidades de minería, mientras el restante 25 por ciento se usa como madera aserrada para minas. Segun el People's Daily (12/2/61), la demanda de puntales en China asciende a 0,023 metros cúbicos por tonelada de carbón extraído. Esta cifra es extremadamente baja para Asia (por ejemplo, en el Japón es de 0,049 metros cúbicos por tonelada - FAO, 1961), y probablemente se trata de un número irreal publicado para estimular las economías de madera y la utilización de sucedáneos; por lo tanto, y para los fines de este documento, se ha aceptado una cifra de 0,027 metros cúbicos por tonelada. La demanda de madera aserrada (25 por ciento) hace subir esta cantidad a 0,036 metros cúbicos por tonelada. En 1962, la producción de carbón en China ascendió a unos 200 millones de toneladas, mientras la producción de mineral de hierro arrojó unos 14 millones de toneladas. De conformidad con esta base, la necesidad de maderas para minas ascendería a unos 7.704.000 metros cúbicos.

Por lo que se refiere a las necesidades de traviesas para ferrocarril, la longitud global de las vías en China asciende a 33.000 kilómetros (sin incluir los ferrocarriles forestales o temporales). La construcción de nuevas vías asciende a unos 2.000 kilómetros por año. De acuerdo con un comunicado de New China News Agency del 11/8/62, se necesita un volumen de 200 metros cúbicos de madera para traviesas por kilómetro de vía nueva. Se trata con toda probabilidad del volumen de madera aserrada que, con un coeficiente de conversión del 70 por ciento, se traduce en un equivalente en madera rolliza de 285 metros cúbicos (Kuo y otros 1959, confirman la estadística y citan una necesidad de madera rolliza equivalente a 280 metros cúbicos por kilómetro de vía a construir). La vida útil de las traviesas en China se puede calcular en cinco años. De acuerdo con el oficial de conservación de maderas del Instituto de Investigaciones de Tecnología de la Madera, perteneciente a la Academia de Ciencias Forestales de Pekín, la superficie maderera tratada con aceite de tung (el único preservador fácil de obtener) tiene una duración útil de seis años en contacto con el suelo, y en China se trata menos del 60 por ciento de las traviesas para ferrocarril. Como abundan los termes, sobre todo en el sur de China, no es excesivamente pesimista el cálculo de cinco años para la duración de una traviesa en servicio. Con estos supuestos (esto es, 2.000 kilómetros de nuevas vías más un reemplazamiento equivalente a 6.600 kilómetros), las necesidades anuales de madera ascienden a 2.451.000 metros cúbicos. Se trata de una demanda elevada, aunque no excesiva, dadas las actuales condiciones de China, de acuerdo con las cuales es más apropiado fomentar las comunicaciones ferroviarias que la construcción de carreteras y donde los problemas de manutención de las vías (sobre todo en los territorios de loess y arenas desérticas del noroeste y el sur infestados por termes) asumen proporciones gigantescas. Y es precisamente en estas zonas donde está verificándose un gran esfuerzo de construcción de ferrocarriles.

Se sostiene que en 1962 se asignó a la manufactura de papel una cantidad de 1,1 millones de metros cúbicos de madera (en rollo) (Ta Kung Pao, 22/8/62). Las estadísticas proporcionadas al autor en el distrito forestal de Tailing, en la provincia de Heilungkiang, comprueban la exactitud de esta cifra. Se ha sostenido que en 1962 se asignó a la producción de pulpa y fibra el 4,6 por ciento de la producción total. Si se aplica esta estadística a todo el territorio chino y se acepta una producción total de 29.490.000 metros cúbicos de madera rolliza (Cuadro 3), la pulpa, el papel y los tableros de fibra absorben 1.356.540 metros cúbicos, lo que se compara con un cálculo de 1.240.000 metros cúbicos utilizado en este caso.

A este cuadro sobre utilización se han sumado las cifras correspondientes a la madera utilizada para postes de transmisión y cajerío, proporcionadas al autor por el Ministerio de Montes, así como también las cifras para muebles, madera contrachapeada y tableros de fibra, comunicadas por el Director de la fábrica de madera N° 1 en Shangai. El tablero de fibra se calcula en 2 metros cúbicos por tonelada, habiéndose suministrado todas las demás cifras bajo la forma de volúmenes de madera rolliza Es probable que en estas estadísticas haya un cierto traslapo entre los tableros de fibra y la madera contrachapeada, dado que los residuos de las trozas para chapas generalmente se envían a las fábricas de tableros de fibra; sin embargo, es improbable que afecten mucho a su validez. Dicho sea de paso, se dijo que a la madera contrachapeada correspondía el 75 por ciento de la «producción sin precedentes» de 1961.

CUADRO 3. - VOLUMEN Y UTILIZACIÓN DE MADERA ROLLIZA

Uso

Volumen de madera rollizo
1000 m.³ ®

Porcentaje del total

Construcción

14 745

50

Minas (carbón)

7 200

24

Puntales

5 400

18

Madera aserrada

1 800

6

Minas (hierro)

504

1,7

Traviesas de ferrocarril

2 451

8,3

Postes para transmisión

650

2,2

Madera para cajones (aserrada)

1 000

3,4

Muebles

500

1,7

Madera contrachapeada

200

0, 7

Tableros de fibra

140

0,5

Pulpa y papel

1 100

3,7

Varios

1 000

3,4

TOTAL

29 490

99,6

Aún quedan muchos conceptos para los cuales no hay datos (por ejemplo, pilotes, postes para cercas, andamiajes, embarcaciones, vagones de ferrocarril, mangos de herramientas, etc.) y se sugiere que no sería exagerado calcular 1 millón de metros cúbicos para una categoría de «diversos»; esta cifra supera en algo más de la mitad el consumo anual (promedio 1953-55) de madera para «usos rurales» y «otros usos» (es decir, que no sean la vivienda, la construcción, los embalajes, la minería, el transporte, las comunicaciones y la fabricación de muebles) en Asia meridional (FAO, 1961).

Según un editorial del People's Daily (10/4/63) podía deducirse que la superficie forestal cortada en 1962 era de 200.000 hectáreas. Tomando como rendimiento una cifra volumétrica de 29 millones de metros cúbicos, se obtiene un promedio del volumen/hectárea de 145 metros cúbicos, que contrasta con un volumen global por unidad de superficie de 78 metros cúbicos por hectárea de bosque en China. Sobre la base de esta diferencia, se puede inferir que la mayor parte de la madera industrial que se produce actualmente procede de bosques primarios o, si se trata de China meridional de plantaciones de coníferas de crecimiento rápido.

La producción de 1957-62 se puede calcular como sigue (redondeando las cifras al siguiente millón de metros cúbicos):

Año

Millones de m.³

1957

28

1958

35

1959

40

1960

39

1961

34

1962

29

Varios factores contribuyen indudablemente a la caída registrada en la producción a partir de 1959. En primer lugar, la concentración en la industria pesada a partir de 1957 (Hughos y Luard, 1961), probable mente no repercutió en la corta y extracción forestales y en las industrias del aserrío hasta 1959, y en manera grave hasta 1961. El hecho de que haya coincidido con el retiro de la asistencia técnica y la ayuda financiera soviéticas (como se demuestra en las grandes fábricas de utilización), ha influido indudablemente en todos los sectores de la economía, reduciendo señaladamente el ritmo de la industrialización. En 1963, era bastante frecuente encontrar en la industria del aserrío instalaciones inmovilizadas por falta de medios para su reparación. Sin embargo, aparte las dificultades de la producción, hay pruebas de una restricción deliberada de la producción maderera como parte de la política forestal nacional. Como se ha mencionado antes, en 1958 se preveía una demanda estimada de madera industrial para 1962 del orden de 47 millones de metros cúbicos y una producción planeada de 40 millones de metros cúbicos; para 1967, la demanda ascendería a 75 millones de metros cúbicos y la producción a 60 millones, mientras para 1972, las cifras serían respectivamente 118 y 80 millones de metros cúbicos (People's Daily, 24/1/58). El déficit de 38 millones de metros cúbicos para 1972 se compensaría parcialmente con el producto de las repoblaciones forestales; para 1990 se espera obtener de esas plantaciones una gran proporción de la necesidad anual calculada en 300 millones de metros cúbicos. Como hay pruebas de que en estas plantaciones ha habido fracasos muy generalizados y se ha caído en la cuenta que no se puede depender de ellas para complementar la producción de las masas naturales en un futuro próximo, los forestales chinos han debido comprender con disgusto los peligros de practicar cortas excesivas en sus limitados recursos. Reflejo de este estado de ánimo son las exhortaciones que se han hecho y la legislación promulgada (por ejemplo, la resolución del Consejo de Estado de 27 de mayo de 1963) para conservar los bosques y la madera, y la utilización casi inesperada que se hace de sucedáneos de la madera para muchos fines (por ejemplo, caña de bambú rellena de hormigón para puntales, traviesas de ferrocarril hechas también de bambú, utilización del hormigón y el acero en la construcción, etc.); es probable que el problema se refleje también en una reducción gradual, si bien temporal, de la producción proyectada.

El régimen nacional de utilización de la madera

La información sobre utilización presentada en el Cuadro 3 se puede comparar con otras estadísticas de fuente china.

En 1957, el Jefe del Servicio Forestal Chino hacía un promedio del desglose porcentual para los años 1954-56, mientras Deng (1959) daba también un cuadro parcial de utilizaciones, pero sin establecer un año base (Cuadro 4).

Las diferencias significativas que se advierten entre estas primeras estadísticas y el régimen de uso postulado en 1962, que se señalan en el Cuadro 3, se refieren a las necesidades de la construcción (reducidas del 69 al 50 por ciento) y de puntales para minas (aumentadas del 13 al 18 por ciento). Con respecto a las primeras, esta reducción sin duda alguna refleja tanto el menor programa de construcción, consecuente a un aflojamiento en el ritmo de la industrialización pesada, como el mayor empleo de sucedáneos de la madera para la construcción. El aumento de las necesidades de puntales sugiere que la minería ha sufrido menos las consecuencias de la campaña de economía que otros sectores, cosa que confirman otros datos (Hughes y Luard, 1961).

CUADRO 4. - CUADRO PARCIAL DE UTILIZACIONES

Uso final

Liang (1957)

Deng (1959)

Por ciento

Construcción

69

69

Puntales

13

13,2

Traviesas de ferrocarril

7,6

10,6

Pasta o fibra

5,0

2,4

Vagones de ferrocarril

1,125

4,6a

Embarcaciones

0,660

4,6a

Andamiajes

0,425

4,6a

Pilotes

0,300

4,6a

Postes

1,650

4,6a

Total

98,720

99,8

a Otros usos.

Se advierten pocos cambios en la consignación porcentual para los productos de pulpa y fibra (5 a 4,2 por ciento); sin duda alguna, sin embargo, ha habido un incremento en la capacidad de producción de tableros de fibra. En 1959, la producción se calculó en sólo 10.000 toneladas por comparación con 70.000 toneladas en 1962. No obstante, China produce aún muy por debajo de su capacidad, que de acuerdo con una fuente (New China News Agency, N° 04054, 1960) era de 130.000 toneladas en 1960 y probablemente es mucho más alta en la actualidad. La calidad de los tableros no es muy elevada y las condiciones en que se fabrican son desde el punto de vista técnico primitivas (en una fábrica de Shangai, el autor vio una instalación con capacidad de 900 toneladas anuales, que empleaba 47 operarios, junto a otra de 3.000 toneladas al año que empleaba únicamente 23 hombres). Por tanto, es posible que esta subproducción se explique en parte por la resistencia de los consumidores a un producto nuevo y de mala calidad.

Por lo que se refiere a los productos de la pulpa, ha habido desde 1957 un gran incremento en la producción papelera, pero su efecto sobre el uso total de la madera se ha reducido debido al empleo extenso del bambú, la paja de arroz, el bagazo, las virutas y otras materias vegetales. En 1957, la pulpa de madera constituía el 30 por ciento únicamente de la materia prima para la fabricación de papel, y de esta cantidad cerca de la mitad se había fabricado con ramas y follaje (Li, 1959). En 1962, menos del 20 por ciento de la materia prima era pulpa de madera. Recientemente, Solecki (1964), quien subraya hasta qué punto el desarrollo posbélico dependía de la asistencia soviética y alemana, ha examinado la situación de la industria de la pulpa y el papel en China. Es improbable que el retiro de esa asistencia afecte significativamente a la producción de papel, puesto que China tiene gran experiencia y capacidad en este campo e incluso ha prestado asistencia técnica a otros países (New China News Agency, 9/4/57).

También la producción de madera contrachapeada aumenta en China, de acuerdo con el Director de la fábrica de madera N° 1 de Shangai. La producción nacional aumentó de 10.000 metros cúbicos (rolliza) en 1957 a 270.000 metros cúbicos (rolliza) en 1961. A diferencia de los tableros de fibra, el producto es de elevada calidad y en este caso la caída de la producción en 1962 se atribuyó a una escasez de trozas de gran tamaño.

No se ha mencionado aún en este informe la leña. Las necesidades son imposibles de estimar. Según el Ministerio de Montes, no se llevan en China registros de utilización de la leña, y la única estadística publicada es una referencia a una necesidad anual de 300.000 metros cúbicos para la Mongolia Interior (New China News Agency, 014526, 1960). La FAO ha publicado de vez en cuando estimaciones (por ejemplo, FAO, 1962), pero son de valor dudoso. En China no se reservan áreas forestales especiales para leña y la mayor parte de las necesidades se satisfacen con el producto de podas y escamondas, árboles muertos y desechos del piso forestal. Los campesinos tienen casi el derecho reconocido de extraer de bosques y plantaciones de árboles muertos y de podar las ramas muertas a intervalos bienales. Estas prácticas tienen graves consecuencias para la ordenación de las plantaciones, ya que la gente tiene interés en la mortalidad temprana de árboles recién plantados y, por otra parte, tiende a desfigurar mediante podas anárquicas los árboles ya establecidos. La presencia de arbolitos mutilados o deformados, incluso en las ricas zonas forestales de Manchuria, testimonien la generalización de estas prácticas y revelan la necesidad de establecer plantaciones especiales para leña.

Debido a la gran variedad de condiciones que prevalecen en China y a la falta de información precisa sobre la distribución demográfica, no se ha hecho el menor intento de estimar las necesidades de leña.

Comercio de productos forestales

China en la actualidad se basta prácticamente a sí misma en lo que respecta a los productos forestales, por comparación con antes de la guerra en que importaba la mayor parte de la madera que le hacía falta. Los datos publicados de que se dispone acerca de las importaciones y exportaciones se han reunido en el Cuadro 5; estos datos se han deducido de informaciones sobre comercio de países que las comunican a la FAO y no son completos. Por ejemplo, el autor tiene conocimiento de que se han importado en China procedentes del Viet-Nam del Norte y de Birmania trozas de frondosas para el desenrollo, mientras del Japón se han importado trozas de aserrío de Pinus radiata (indudablemente de origen neozelandés). No es posible estimar la magnitud de ese comercio en términos volumétricos, pero es insignificante en relación con la producción nacional en China.

Necesidades futuras de productos forestales

Cualquier pronóstico de las necesidades de productos forestales en China, partiendo de los datos aquí contenidos, equivaldría a poco más de una mera conjetura y, por tanto, no lo intentaremos. Sin embargo, al tratar de las perspectivas y tendencias de la madera hay que tomar en consideración los siguientes factores:

1. Hoy día el crecimiento demográfico neto en China es de poco menos de 2 por ciento al año. Si continúa con el mismo ritmo, en 1990 la población será de casi 1.220 millones de personas, y en el año 2000 de 1.500 millones. Manteniéndose el consumo actual de productos forestales por persona, las necesidades totales de madera industrial serían:

Año

Millones de m.³

1990

50

2000

62

CUADRO 5 - CHINA CONTINENTAL DATOS DEDUCIDOS SOBRE EL COMERCIO DE PRODUCTOS FORESTALES

FUENTE: FAO, Anuario estadístico de productos forestales, 1963.

a Coníferas.
b Frondosas.

NOTA. - Todas las cifras han sido comunicadas por los países informantes en la forma en que estaban disponibles y según el comercio declarado con China.

2. En China se han publicado por lo menos dos pronósticos sobre necesidades de madera que se ilustran en la Gráfica 1 junto con otra gráfica que muestra la producción proyectada para 1977. Las necesidades para 1990 son las dadas por el Ministerio de Montes en enero de 1956 como prefacio para el plan de forestación de 12 años (New China News Agency, 5/2/58). Otros pronósticos de la demanda y producción proyectadas para 1977 se publicaron en el People's Daily de 24/1/58, que utilizan también Kuo y otros (1959) y el de una fuente soviética (Publicación sobre comercio exterior, 1959). Los pronósticos se han proyectado hasta el año 2000.

De acuerdo con esta cifra, las necesidades por persona y el incremento porcentual al año de dichas necesidades son como figuran en el Cuadro 6.

Suponiendo que la población continúe creciendo a razón del 2 por ciento y que el requisito por persona aumente como se ha indicado arriba, para el año 2000 se necesitará un volumen total anual de madera industrial equivalente a 500 ó 610 millones de metros cúbicos.

CUADRO 6. - NECESIDADES DE MADERA POR PERSONA Y CONSIGUIENTE CRECIMIENTO ANUAL PORCENTUAL, 1958-2000

Año

Necesidades de madera rolliza industrial

Crecimiento anual

Más bajas

Más altas

Mas bajo

Mas alto

Metros cúbicos

Por ciento

1958

0,0560

0,0560



1962

0,0686

0,0686

5,5

5,5

1967

0,0905

0,1035

6,4

10,2

1972

0,1171

0,1306

5,8

7,4

1977

0,1507

0,1815

5,7

5,9

1990

0,2462

0,2937

4,9

4,7

2000

0,3365

0,3971

3,7

3,5

FIGURA 1. - CHINA CONTINENTAL: NECESIDADES NACIONALES DE MADERA, 1958 a 20001

1 Calculadas como maderas industriales exclusivamente. - 2 Calculado como = necesidades. - 3 Fuente: People's Daily, 24/1/58. - 4 Pronóstico oficial de las necesidades.

3. Si los planes económicos chinos se convierten en realidad, habrá importantes cambios en el régimen nacional de utilización de la madera. Para 1967 se proyecta una producción de carbón de 510 millones de toneladas (Solecki, 1964) lo cual, de acuerdo con las cifras actuales de consumo, exigirá más de 18 millones de metros cúbicos de madera para puntales o en forma de madera aserrada para minas. El propósito es duplicar para 1975 la actual red ferroviaria, lo cual, de acuerdo con los niveles actuales, representa casi 9 millones de metros cúbicos de madera rolliza para la fabricación de traviesas nuevas y 3,5 millones de metros cúbicos para la manutención anual. Sin embargo, se puede esperar con confianza que los métodos de preservación de la madera mejoren con el transcurrir de los años de modo que para 1970 la vida útil de las traviesas sea el doble. Con este ritmo, los ferrocarriles consumirán (mantenimiento y nuevo tendido) unos 3 millones de metros cúbicos de madera rolliza. Para contrarrestar estos incrementos en las necesidades de madera normal, cabe esperar que los sucedáneos continúen ganando terreno en la construcción. Indudablemente, aumentará la producción de tableros de fibra y madera contrachapeada, pero sería insensato aventurar algo más que una simple conjetura acerca de los niveles que se han de alcanzar.

4. Quizás el mayor incremento en la demanda de productos forestales en China se registre en el campo de la pasta y el papel. Solecki (1964), basándose en fuentes soviéticas y de otro origen, calcula un incremento de la producción papelera china de 108.000 toneladas en 1949 a 2.240.000 toneladas en 1960, y entre 1950 y 1956 el incremento en el número de publicaciones que para los periódicos será el triple (de 798 a 2.611), diez veces más para las revistas (de 35 a 353) y más del séxtuplo para los libros (de 275 a 1.786). Posteriormente, los incrementos quizás hayan sido exponenciales. La política de educación de las masas, la realización de sendas campañas de propaganda (particularmente desde 1963, en que surgió la disputa ideológica con la U.R.S.S.) y una vigorosa reforma del lenguaje asegurarán a la demanda un crecimiento cada vez más veloz. Naturalmente, continuará también el empleo de sucedáneos en la fabricación de papel, pero, como señala Solecki (1964), en una economía de escasez no es fácil encontrar recursos naturales inexplotados sin incurrir en cuantiosos desembolsos por concepto de transporte y desarrollo.

5. Se desconoce hasta qué punto los recursos forestales de China contribuirán a satisfacer la demanda nacional de productos forestales. Sobre la base de las estadísticas antes expuestas en los párrafos 1 y 2 y haciendo caso omiso del incremento, los actuales recursos forestales naturales durarán unos 30 años. Es legítimo a este respecto no tener en cuenta el incremento, ya que, dados los actuales métodos de explotación, este incremento no contribuirá virtualmente a la cosecha maderera hasta dentro de muchos años. Las masas de primer crecimiento se encuentran en zonas pobladas únicamente por cazadores y exploradores ambulantes (cuyas necesidades de madera no cuentan), y en la actualidad se satisfacen casi todas las necesidades de madera mediante cortas rasas en bosques primarios. Es improbable que los chinos exploten las masas de segundo crecimiento sin haber antes agotado las de primer crecimiento. Si al monte primario se le calcula una extensión de 50 millones de hectáreas, y se comprueba que el 75 por ciento de esta superficie es accesible, se habrá agotado hacia 1977; entonces, las necesidades de madera habrán de satisfacerse con las masas «entresacadas» de segundo crecimiento y pobres en madera (unos 50 metros cúbicos por hectárea), y el tamaño medio de las trozas se habrá reducido grandemente.

De manera análoga, no es fácil pronosticar cuándo y hasta qué punto los proyectos de forestación contribuirán significativamente a cubrir las necesidades nacionales de madera. En las provincias del sur del Yangtsé, las especies de crecimiento rápido, como Cunninghamia lanceolata, Eucalyptus y Populus, alcanzarán un tamaño explotable hacia 1970. Sin embargo, incluso en habitat favorable ha habido muchas fallas en las plantaciones y no se practica virtualmente ninguna ordenación. Al norte del Yangtsé tendrán que transcurrir de 30 a 40 años para que los árboles alcancen el tamaño maderable y, por otra parte, en esta zona los proyectos de repoblación, o bien son ante todo de carácter protector (y por lo tanto de escaso rendimiento) o están situados lejos de los centros de consumo. Por consiguiente, no obstante la vastedad de los planes de repoblación y de las plantaciones comunales, es dudoso que antes de 20 a 30 años produzcan algo más que leña, algo de madera para pulpa y rollos para consumo local.

6. Por último, al examinar las tendencias perspectivas de la madera en China, es necesario tener en consideración su especial estructura económicosocial. En los últimos 15 años, China ha tratado de realizar al mismo tiempo una revolución política, social, agraria e industrial, no obstante los considerables obstáculos que se le presentaban por falta de finanzas y las calamidades naturales que ha padecido bajo la forma de inundaciones y sequías. Para contener y capitalizar su enorme población, se ve obligada a aumentar la producción agrícola y acelerar la industrialización, esfuerzos en los cuales los montes, en su doble función productora y protectora, pueden representar un papel de primordial importancia. Los dirigentes del país reconocen el hecho y es probable que en un futuro próximo se registre un vigoroso desarrollo forestal. No se repetirán los muchos errores del pasado, aunque sin duda se cometerán otros nuevos. Sin embargo, el control que el régimen comunista ejerce sobre la población es tan riguroso que se pueden introducir casi de la noche a la mañana en cualquier sector de la economía cambios veloces, e incluso en relación con proyectos a largo plazo, como los forestales, todo pronóstico correría el riesgo de quedar rápidamente reducido al absurdo. Por otra parte, la ruptura política con la U.R.S.S. repercutirá, como es inevitable, en la forma en que se desarrolle la economía, y esto es cosa que no puede predecirse.

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