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Simposio FAO/IUFRO sobre enfermedades e insectos forestales internacionalmente peligrosos

INTRODUCCION GENERAL

El Quinto Congreso Forestal Mundial, celebrado en Seattle en 1960, declaró que en todas partes las enfermedades introducidas han ocasionado pérdidas catastróficas de árboles y que es necesario conocer mejor las enfermedades forestales existentes en todos los continentes, el modo en que éstas pueden reconocerse, y la susceptibilidad a ellas de importantes especies arbóreas de otros continentes. Análogamente, es necesario conocer mejor los insectos de los montes y los procedimientos mejores de cuarentena, así como más investigaciones para determinar los factores fundamentales causantes de las epidemias y plagas pasadas y para mejorar Las medidos de prevención y de lucha.

El XIII Congreso de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO), celebrado en Viena en 1961, hizo una recomendación en el sentido de que la FAO organizara un simposio mixto en que se evaluase la situación en estos sectores y se recomendasen las medidas que debieran tomarse. Esta recomendación fue posteriormente acogida con complacencia por la Conferencia de la FAO. El Gobierno del Reino Unido se ofreció generosamente para hospedar la reunión, en cuya preparación intervinieron la Comisión Forestal de Gran Bretaña, la Universidad de Oxford y el Instituto Forestal de la Commonwealth. El programa se preparó en estrecha cooperación con la IUFRO, sobre todo con los presidentes de los grupos de trabajo de cooperación internacional en la investigación de las enfermedades forestales y la de los insectos forestales, de la Sección 24 de la IUFRO.

Este Simposio FAO/IUFRO sobre Enfermedades e Insectos Forestales Internacionalmente Peligrosos se celebró en Oxford del 20 al 29 de julio de 1964. A él asistieron 140 participantes en representación de 34 países y además de la IUFRO, de 7 organismos internacionales o regionales, a saber: la Organización Meteorológica Mundial, la Organización Europea y Mediterránea de Protección Fitosanitaria, la Comisión Internacional de Lucha Biológica, la Comisión Fitosanitaria Interafricana, el Instituto de Lucha Biológica de la Commonwealth, el Instituto de Entomología de la Commonwealth y la Organización de los Servicios Comunes del Este de Africa.

Las comunicaciones presentadas al Simposio se publican en dos volúmenes. Además, el Grupo de Trabajo de Cooperación Internacional en la Investigación de las Enfermedades Forestales, anteriormente mencionado, ha editado un volumen que contiene varias comunicaciones relativas a «las enfermedades de los árboles forestales plantados extensamente». Las listas de las comunicaciones y sus autores y las de los participantes y los miembros de las mesas del Simposio figuran en los apéndices.

Los participantes en el Simposio dedicaron los días 20 y 21 de julio a visitas a la Estación de Investigaciones Forestales de la Comisión Forestal y al Laboratorio de Investigación de Productos Forestales. El discurso de apertura del Simposio, el 22 de julio, fue pronunciado por el Profesor M. V. Laurie, Jefe del Departamento de Montes de la Universidad, quien expresó su satisfacción por haber sido elegido Oxford como localidad de reunión del Simposio, especialmente porque en esta ciudad se trabajaba entonces activamente en el campo de la patología y la entomología forestales. El orador se refería en este caso a la labor sobre las listas de identificación de enfermedades e insectos de la Commonwealth a la iniciación de investigaciones relativas a las virosis de los árboles forestales, y a la reciente creación de una sección de patología de los insectos.

Sir Henry Beresford-Peirse, Director General de la Comisión Forestal, habló acerca de la creciente intervención del hombre en la regeneración de los montes, especialmente por lo que concierne a los «montes artificiales». Esta intervención entraña riesgos, por lo que su éxito será limitado, a menos que se reconozcan estos riesgos y se tomen las medidas apropiadas para contrarrestar los agentes perjudiciales. No existe razón alguna para que se cree un clima de pánico ni para permanecer inactivos, pero tampoco deben los forestales hacer caso omiso de los riesgos o ignorarlos. En el empleo de medios como los insecticidas y fungicidas existen peligros secundarios de naturaleza más sutil, como son los posibles efectos residuales que frecuentemente no se comprenden bien y que exigen obrar con prudencia. Sir Henry tuvo palabras de alabanza para la labor que ejecuta la Dirección de Montes y Productos Forestales de la FAO y se felicitó porque el Simposio fuese patrocinado por esta Organización y por la IUFRO. A continuación declaró abierto el Simposio.

El Director Adjunto de Montes y Productos Forestales de la FAO, Jack C. Westoby, dio la bienvenida a los participantes en nombre del Director General de la FAO. Dijo que el mundo actual exigía mayores esfuerzos e inversiones en la producción forestal, pero que, al mismo tiempo, existen factores que se oponen al buen éxito de estos esfuerzos y reducen los beneficios que de otro modo se derivarían para la humanidad. Reducir al mínimo el efecto de estos factores negativos de la producción no es menos importante que mejorar la silvicultura y la ordenación. Las investigaciones y las inversiones encaminadas a reducir las pérdidas son tan importantes y pueden ser tan eficaces como las encaminadas a aumentar la producción. El Sr. Westoby insistió luego firmemente en la necesidad de que se hagan estimaciones cuantitativas de los daños reales o potenciales; sin estimaciones de las consecuencias económicas y sociales no se dispondría de medios suficientes para el progreso. Además, y sin descuidar en modo alguno los principios o la calidad del trabajo, los patólogos y entomólogos forestales deben atender a que sus esfuerzos se comprendan en círculos más amplios. La tendencia hacia la silvicultura de plantación, que se manifiesta en todos los continentes, entraña riesgos nuevos y parcialmente desconocidos.

Por ausencia, debida a razones de salud, del Presidente de la Sección 24 de la IUFRO (Protección Forestal), Profesor A. Biraghi (Italia), el Presidente del Grupo de Trabajo de Cooperación Internacional en la Investigación de las Enfermedades Forestales, Dr. J. R. Hansbrough (E.U.A.), accedió a ocupar la presidencia del Simposio, además de la de las reuniones referentes a las enfermedades. El Dr. B. M. McGugan (Canadá), Presidente del Grupo de Trabajo de Cooperación Internacional en la Investigación de los Insectos Forestales, aceptó la presidencia de las reuniones dedicadas a tratar de los insectos, y el Sr. A. P. Thomson (Nueva Zelandia), las relativas a las cuarentenas. Después de estos nombramientos se iniciaron las reuniones ordinarias del Simposio, que se prosiguieron hasta el 29 de julio.

Durante el Simposio, el Grupo de Trabajo de la IUFRO de Cooperación Internacional en la Investigación de los Insectos Forestales celebró reuniones independientes para estudiar su organización y programa de trabajo. Los miembros del Grupo de Trabajo sobre Enfermedades, de la Comisión Internacional del Alamo de la FAO, celebraron también una reunión especial, como igualmente la celebró un grupo de entomólogos forestales de la región del Mediterráneo.

El Director de Montes y Productos Forestales de la FAO, Dr. N. A. Osara, en su prefacio al programa decía: «este Simposio debe proporcionar una oportunidad excelente para estudiar la situación internacional y confío en que los resultados serán útiles para los gobiernos, los servicios forestales y los establecimientos docentes y de investigación, y para los organismos internacionales... La Dirección de Montes y Productos Forestales de la FAO espera obtener orientaciones de este Simposio en lo que concierne a la labor futura en la esfera de la protección de los montes».

Los capítulos que siguen han sido redactados después del Simposio por G. N. Hepting, V. J. Nordin, T. S. Buchanan, R. R. Lejeune, G. P. Thomas, C. W. Farstad, H. Pschorn-Walcher, J. E. Kuntz, F. Roll-Hansen y J. S. Murray, con la asistencia de B. M. McGugan y B. Lekander. Algunos autores difieren de otros en cuanto al estilo; es de esperar que el lector acepte esto como una variación conveniente más bien que como un defecto. La redacción de las recomendaciones ha estado al cuidado de la FAO.


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