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Noticiario mundial

La edición de 1965 de la publicación anual de la FAO El estado mundial de la agricultura y la alimentación presenta un análisis del segundo decenio de la posguerra. Se dan aquí algunos extractos sobre el desarrollo forestal.

· Durante el último decenio se han definido con las políticas forestales de muchos países y se han expresado, cada vez más, cuantitativamente, en forma de planes y programas. El concepto del sector forestal mismo se ha ampliado considerablemente. Se ha reconocido en general, que los recursos y las industrias forestales tienen que proyectarse y desarrollarse conjuntamente. También se ha reconocido la necesidad de integrar el sector forestal con los demás de la economía tanto por lo que se refiere al papel de los bosques en el aprovechamiento de la tierra como al de la producción, la industria y el comercio forestales en la economía en conjunto.

En muchos países se han modificado considerablemente los objetivos de la política forestal o la importancia relativa concedida a dichos objetivos. Se ha debido esto a factores tales como las repercusiones de la urbanización, la industrialización la ampliación de comunicaciones y el aumento de la demanda de espacios de recreo en los países desarrollados; la creciente presión sobre la tierra y el cambio de régimen de uso de la tierra agrícola en los países en desarrollo; y, sobre todo, el alza notable de la demanda de productos forestales.

En los primeros años de la posguerra el interés principal recaía en la producción de madera, y se daba prioridad al mejoramiento de los bosques existentes, a la repoblación forestal y al transporte. Tras los primeros años de posguerra, se prestó más atención a los problemas relativos a la conservación de los bosques y a la función de éstos en la conservación de suelos y aguas. Durante los últimos años han aumentado los conocimientos sobre el papel múltiple de los bosques, particularmente para recreo y esparcimiento.

Especialmente en los países en desarrollo, el interés por la conservación de recursos forestales ha cedido el paso a la planificación y explotación de dichos recursos. Ha sido esto resultado del mayor uso de todos los productos y servicios que proporcionan los bosques y de la creciente presión sobre las tierras forestales. También se aprecia mejor el papel de las industrias forestales en el desarrollo económico. Consecuencia principal ha sido un renovado interés por la producción maderera. Se están ampliando rápidamente las plantaciones de especies de crecimiento rápido como base de las industrias forestales, y se hacen esfuerzos para explotar las posibilidades de los bosques tropicales hoterogéneos. El transporte se empieza a considerar como un factor eleve para el mejoramiento del sector forestal en la mayoría de los países en desarrollo.

Ha comenzado también a ejercer una influencia importante en la planificación forestal la consideración de las tendencias regionales y mundiales del suministro y necesidades de productos forestales, con sus repercusiones en el comercio internacional. El estudio de las tendencias y perspectivas de la madera en Europa, publicado en 1954, ha sido seguido de una nueva evaluación hasta 1975 y de una serie de estudios similares relativos a las regiones en desarrollo. Dichos estudios han posibilitado un método mucho más sistemático para la política y el desarrollo forestales.

Los progresos logrados en la formulación y ejecución de los planes y políticas forestales nacionales difieren considerablemente según las diferentes partes del mundo. En los países desarrollados, en vista de las perspectivas de un nuevo aumento de la demanda de madera industrial, se ha puesto mayor interés en el aumento de la productividad forestal. En Europa, la industrialización y la urbanización crecientes, así como el cambio de la estructura agrícola, ha dado como resultado el que las autoridades públicas presten considerable atención a las funciones físicas y sociales del bosque. Se han perdido considerables zonas forestales, principalmente en beneficio de la vivienda y la industria, pero la repoblación forestal ha progresado en parte con el abandono de tierras agrícolas marginales. En conjunto, el suministro de madera ha sido el principal objetivo de la política forestal en Europa durante el decenio. Los países europeos proyectan ahora una reevaluación fundamental de sus políticas forestales con objeto de elevar la producción de los bosques, pero se prevé una laguna que, para 1975, puede ser del orden de 40-70 millones de m³ según la tasa de desarrollo económico que se logre.

En la U.R.S.S. los bosques son uno de los mayores bienes naturales, y particularmente desde el comienzo de la campaña de industrialización han desempeñado un papel importante en el desarrollo económico. La política forestal de la U.R.S.S. se basa en la plantación de bosques en gran escala en el sur y en el aprovechamiento de los bosques no explotados del norte y del este, donde se han establecido grandes industrias madereras en combinación con unidades de elaboración mecánicas y químicas, incluyendo las industrias de la pasta y el papel. El sexto plan quinquenal incluye disposiciones para la restauración masiva de los bosques y las operaciones de expansión, incluyendo el mejoramiento de los bosques naturales, la plantación de especies de crecimiento rápido y el establecimiento de barreras contra el viento en tierras pertenecientes a los koljoses. Durante los últimos años se ha procurado sobre todo integrar las operaciones y las industrias forestales, junto con la mecanización y expansión de la red de caminos forestales, a fin de aumentar y racionalizar la recolección y elaboración de la madera.

El Japón ha introducido un plan forestal nacional que se revisa periódicamente sobre la base de los pronósticos de consumo. Se ha promulgado recientemente la legislación forestal básica que presta especial atención a las actividades forestales privadas y a los factores humanos, así como a la productividad forestal.

Australia y Nueva Zelandia han realizado estudios sobre sus necesidades madereras a largo plazo, que forman la base de las decisiones relativas a la política forestal. El objetivo de Australia es la autosuficiencia en madera, y se está estudiando un programa ampliado de plantaciones. La política forestal de Nueva Zelandia, por otra parte, tiende a ampliar considerablemente las exportaciones de productos forestales del país, que aumentan constantemente.

En los Estados Unidos, el progreso en el recreo al aire libre ha caracterizado las actividades conectadas con el uso múltiple de los bosques durante los últimos años, pero hay mayor demanda de todos los productos y servicios forestales debido a las presiones de una economía y de un censo demográfico en expansión.

Se ha revisado la Ley Forestal del Canadá y se ha establecido un Ministerio de Montes. Las instituciones de investigación forestal se han ampliado considerablemente y se ha fomentado la cooperación provincial federal en lo que se refiere a cuestiones forestales.

Varios países de Africa han introducido nuevas políticas y leyes forestales, durante el decenio, pero muchas de las medidas adoptadas no se han puesto plenamente en práctica a causa, principalmente, de la falta de personal calificado. Un problema conexo es la precariedad de la investigación forestal; muchas cuestiones silvícolas relativas a los bosques africanos permanecen sin resolver y solamente se explota comercialmente un pequeño porcentaje de especies forestales. La producción de papel ha atraído particularmente la atención debido a las grandes importaciones de este producto. En algunos países se han resuelto los problemas técnicos relativos a la utilización de maderas mixtas africanas para la manufactura de papel, pero no se cuenta todavía con el capital de inversión necesario para el establecimiento de industrias que puedan competir. Durante todo el decenio han continuado las actividades de repoblación forestal, pero en una escala demasiado pequeña para satisfacer las necesidades futuras de la región y, con pocas excepciones, no se ha puesto gran interés en producir para la exportación. Ha aumentado, en general, el interés por las plantaciones de especies de crecimiento rápido, pero se ha dedicado más atención a las especies exóticas que a las indígenas, cuyas posibilidades siguen sin estudiarse bien. La ordenación de la vida silvestre ocupa también la atención de varios gobiernos africanos y se han adoptado leyes básicas en varios países para la caza y la protección de la naturaleza.

El pasado decenio ha sido, en general, para el Lejano Oriente, un período de progreso considerable en el desarrollo de los montes y las industrias forestales, cuyos principales factores restrictivos han sido la insuficiencia de fondos de inversión y, hasta cierto punto, de personal idóneo. Las políticas forestales se han ido coordinando cada vez más con las políticas de aprovechamiento de tierras, y muchas regiones se han dado plena cuenta de la importancia del papel protector de los bosques. La mayoría de los países han puesto en práctica planes de desarrollo forestal basados en el consumo nacional de madera y en los pronósticos de producción, pero hasta ahora los planes preparados por muchos de los países que tienen excedentes de maderas no han prestado suficiente atención a las oportunidades que hay para el desarrollo de las industrias forestales y para aumentar el comercio exterior, particularmente dentro de la misma región. En vista de las desventajas que tienen los bosques naturales tropicales heterogéneos como base para el suministro de materias primas, se ha concentrado cada vez más el interés en el establecimiento de plantaciones de rápido crecimiento, junto con la planificación a largo plazo del desarrollo de las industrias forestales.

En China continental se estableció el primer programa forestal, basado concretamente en la evaluación de recursos, dentro de un plan en perspectiva para la agricultura que cubre los años 1956-67 (modificado posteriormente para 1959-68). El programa suponía unas reservas totales existentes de 5.400 millones de m³. Se calculó que las necesidades anuales de madera industrial aumentarían de 47 millones de m³ en 1962, a 75 millones de m³ en 1967, y a 118 millones en 1972. Había que plantar unos 105 millones de ha durante el período para constituir una cubierta forestal del 20 por ciento de la superficie total de tierras. La política actual se propone dedicar cerca de la mitad de la zona de plantación a las plantaciones económicas de especies de crecimiento rápido, concentradas principalmente en la región del sur de río Yangtse. En 1960 se vieron con claridad los resultados de los malos métodos empleados en los nuevos bosques y se adoptaron medidas para elevar la productividad, haciéndose también mucho hincapié en el mantenimiento de las plantaciones existentes y en la conservación de los restantes recursos forestales naturales.

En América Latina se viene reconociendo cada vez más la importancia de los bosques en el aprovechamiento de la tierra, y los aspectos forestales de la colonización y la reforma agraria ejercen influencia creciente en la formulación y ejecución de las políticas forestales de la región. Durante el decenio se han hecho muchos inventarios sistemáticos y estudios de preinversión de los recursos forestales. Sin embargo, la ejecución de los planes de desarrollo forestal, basados en una evaluación cuidadosa de las necesidades y de los recursos, se halla aún muy rezagada. La industrialización forestal ha progresado considerablemente y se ha puesto mucho interés en el desarrollo de proyectos de industrias de la pasta, el papel y el cartón, con el fin de reducir las importaciones. Se reconoce ampliamente la necesidad de programas más intensos de plantación de bosques, asociados con los planes de desarrollo de las industrias forestales. En algunos países se ha adelantado mucho en materia de plantación de bosques, particularmente para fines industriales. Sin embargo, las administraciones forestales carecen todavía de personal y de fondos, las cortas no se controlan en muchos países y no parece que en la planificación de las industrias forestales se tenga siempre en cuenta el empeoramiento continuo de la balanza comercial de la región en el sector de los productos forestales.

En el Cercano Oriente hay cada vez mayor conciencia de la importancia económica de los bosques. Un resultado notable ha sido la aceptación, por parte de forestales y agricultores, de la necesidad de integrar los bosques con la planificación general del aprovechamiento de la tierra y el desarrollo agrícola. Se reconoce el importante papel de los bosques para la protección de los escasos recursos de aguas de la región, particularmente en lo que concierne a la ordenación de cuencas hidrográficas, lucha contra la erosión, ordenación de pastizales y protección de cultivos agrícolas mediante barreras rompevientos y cinturones protectores.

PHILIP A. BRIEGLEB, Presidente de la Sociedad de forestales Americanos, en el acto de entregar un certificado de Miembro Honorario a Nils A. Osara, Director de Montes y Productos Forestales de la FAO, durante la reunión anual de la Sociedad celebrada en Detroit, Michigan, en 1965.


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