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Sexto congreso forestal mundial

La forestería va convirtiéndose en un asunto de interés internacional. Para el Sexto Congreso Forestal Mundial, celebrado en junio del presente año, se registraron 2.000 miembros titulares y unos 700 miembros asociados, procedentes de 93 países. Las deliberaciones de Madrid tuvieron un amplio alcance y comprendieron temas de interés mundial.

El tema central del Congreso fue el papel del bosque en la evolución de la economía mundial, para el cual sirvió como documento de referencia el estudio titulado La madera: tendencias y perspectivas mundiales, en un número especial de Unasylva. La FAO distribuyó otras dos publicaciones correlativas, a saber, Estadísticas mundiales de productos forestales - Resumen decenal 1954-1963 e Inventario forestal mundial - 1963.

La atención de los miembros del Congreso se centró en la forma de hacer frente a la creciente demanda mundial de madera como materia prima, en la cantidad de madera disponible y en su utilización. Aunque no es probable una escasez mundial de este producto, las situaciones locales de escasez pueden provocar modificaciones en la estructura del comercio internacional y en la distribución del artículo.

Muchos de los países no desarrollados estiman que la aceleración de la inversión de capital y la forma activa en que las industrias ya establecidas participen en actividades similares en las regiones del mundo en fase de desarrollo constituyen elementos vitales para el incremento de su actividad económica y de las oportunidades de empleo. Pero las industrias forestales de grandes proporciones son empresas que deben planificarse cuidadosamente y que exigen un considerable volumen de capital y de personal directivo y técnico de gran competencia.

El Congreso instó a los gobiernos que recibían ayuda de fuentes externas a que, mediante sus propios esfuerzos e iniciativas, crearan las condiciones que les permitieran aprovechar en la mejor forma posible la asistencia técnica y material que se les otorga. El Congreso expresó la esperanza de que pudieran ampliarse aún más estas formas de asistencia.

No es ésta una cuestión en la cual los forestales tengan de por sí gran influencia política. Por esta razón, el Congreso refrendó una resolución oficial en la que se pide al próximo país invitante que, al extender las invitaciones para el Séptimo Congreso que, según se espera, ha de llevarse a cabo en 1972, se encarezca a los gobiernos que incluyan en sus delegaciones funcionarios de sus órganos legislativos y ejecutivos. Muchos ministros y miembros de sus respectivas legislaturas presentes en España en esta ocasión convinieron en que había sido una beneficiosa experiencia el haber establecido contacto directo con especialistas forestales y con los problemas técnicos de este sector de actividades.

Los representantes de la Argentina, Chile y la U.R.S.S. expresaron que sus respectivos países estaban dispuestos a servir de sede para el Séptimo Congreso Forestal Mundial. La decisión respecto a la fecha y lugar correspondientes será adoptada oportunamente por el pleno de la Conferencia de la FAO, órgano rector de la Organización.

El Congreso agradeció calurosamente a las autoridades del Gobierno español y de la ciudad de Madrid la preparación y desarrollo de la reunión. También se agradeció oficialmente a las administraciones forestales de Francia, Marruecos y Portugal la organización de viajes de estudio en esos países. Por último, los miembros del Congreso, en la sesión de clausura, se pusieron de pie y aplaudieron a su Presidente, F. Ortuño Medina, Director General de Montes de España.

Aunque algunos miembros del Congreso no se mostraron demasiado entusiastas acerca de las tendencias que se habían puesto de manifiesto en la forestería mundial, la mayoría estuvo de acuerdo con el apreciable cambio que se observaba al darse mayor importancia a la planificación y ordenación de los recursos forestales que a su conservación. En el mundo en vías de desarrollo que comprende, por lo general, las zonas tropicales, se necesitan planificadores que indiquen la proporción en que ha de acrecentarse la producción forestal, los lugares y las formas en que la expansión puede lograrse mejor y el cálculo de lo que costaría lograr los resultados apetecidos. El nivel básico para esta labor debe ser el nacional. La industria de la pasta y el papel tendrá cada vez más importancia en el sector forestal; la estructura de la enseñanza forestal y de las instituciones respectivas debe adaptarse a las necesidades presentes y futuras; la ordenación de las zonas boscosas como lugares de recreo y como medio para la vida silvestre se transformará progresivamente en una actividad rutinaria de los forestales.

Queda ahora por determinar la forma en que las labores y los programas de la FAO pueden reajustarse, en mejor medida, para el logro de estos fines.

FIGURA 1. - El Director General de la FAO, Dr. B.R. Sen, dirigiéndose a los miembros del Congreso en la ceremonia de apertura.


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