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El 20° aniversario del Comité de la Madera de la CEPE

SECRETARÍA DE EA FAO

El comité de la madera de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas celebró su 20° aniversario en 1967. Fue una buena ocasión para considerar las realizaciones conseguidas y cómo se han desenvuelto sus actividades a lo largo de los dos decenios, evaluar su función actual, tanto en la economía europea como en la mundial y en el sector de los montes y productos forestales, y para tratar de vislumbrar el futuro.

Primeros pasos en la cooperación internacional

En 1926, el Instituto Internacional de Agricultura (IIA) organizó en Roma el primer Congreso Forestal Mundial. El Congreso pidió al IIA que creara una oficina de estadísticas forestales. De acuerdo con ello, se estableció una Sección de Silvicultura, que a lo largo del decenio siguiente publicó algunos estudios, artículos técnicos y datos sobre los recursos forestales y el comercio exterior de productos forestales en Europa.

En abril de 1932, cuando la gran depresión amenazó con arruinar a las empresas forestales del hemisferio septentrional, el Comité Económico de la Sociedad de Naciones convocó en Ginebra una conferencia internacional de sus expertos en madera. Poco después, se creó el Comité international du bois (CIB), con sede en Viena. Sus funciones principales consistían en reunir y divulgar estadísticas internacionales sobre la madera en cuanto a la oferta y demanda del sector, coordinar las investigaciones técnicas y compilar y publicar información sobre la utilización de la madera. El Secretario General del CIB era el Sr. Egon Glesinger.

El CIB actuó también como secretaría de la Convención de exportadores de madera europeos (ETEC), cuyos miembros (Austria, Checoslovaquia, Finlandia, Letonia, Polonia, Rumania, Suecia, U.R.S.S. y Yugoslavia) firmaron un acuerdo en noviembre de 1935, fijando cupos anuales para sus exportaciones de madera aserrada de coníferas.

En el mismo año, por iniciativa de Francia, se creó una Comisión internacional de aprovechamiento de la madera, para que actuara como oficina de información mundial sobre tecnología de la madera.

Durante la guerra hubo pocas actividades de tipo internacional en el sector de los productos forestales. Sin embargo, en marzo de 1944 se creó en Wáshington un Comité técnico de montes y productos forestales primarios para asesorar a la Comisión Interina de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (que posteriormente se convertiría en la FAO), con objeto de elaborar propuestas para la cooperación internacional en la posguerra, especialmente para restaurar los bosques europeos, reanudar una producción equilibrada y aprovechar racionalmente los productos forestales.

En mayo de 1945 se creó el Comité Económico de Casos de Urgencia para Europa (EECE), el cual estableció un Subcomité de la Madera para que se encargara de las actividades de un grupo de trabajo que había funcionado en Londres durante la guerra bajo los auspicios del Ministerio británico de Abastecimientos y que había proporcionado un cauce para las consultas acerca de las necesidades y obtención de madera por los países europeos.

El Subcomité de la madera del EECE celebró una serie de reuniones durante 1945, 1946 y principios de 1947. El texto siguiente, tomado del informe de su 12a reunión, de marzo de 1947, indica cómo operó.

Se aprobó la siguiente resolución para que la envíe a los gobiernos el Subcomité de la Madera del EECE, en su 12a reunión, celebrada en Copenhague en los días 6-7 de marzo de 1947.

El Subcomité de la Madera

1. Resuelve que, desde ahora y hasta que se convoque a primeros de abril la próxima reunión del Subcomité de la Madera, los países importadores

a) no contratarán más del 90 por ciento de sus cupos de importación, y

b) no contratarán más que las cantidades indicadas en el cuadro adjunto para cada país productor; y

2. Recomienda que los países exportadores hagan todos los esfuerzos para exportar las cantidades indicadas en el cuadro, y que presten especial atención a las necesidades de Bélgica, Países Bajos e Italia, las cuales son especialmente urgentes a causa de la escasez sufrida en 1946 y de los inevitables retrasos en la iniciación de sus programas de reconstrucción.

En vista de la necesidad de ejecutar prontamente esta resolución, se invita a los miembros del Subcomité de la Madera a que la den a conocer inmediatamente a las autoridades competentes de sus respectivos gobiernos.

14 marzo, 1947.»

Nacimiento del Comité de la Madera

El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, reunido en marzo de 1947, estableció la Comisión Económica para Europa. Un mes más tarde, en la Conferencia Europea sobre la Madera, convocada por la FAO en Mariánské Lázné (Checoslovaquia), se llegó a un acuerdo respecto a la asignación de las urgentes tareas con que se enfrentaban las dos organizaciones interesadas, la CEPE y la FAO. A esta última se le asignó la tarea de detener lo antes posible las excesivas cortas efectuadas en los montes, mientras que la CEPE se ocuparía de ayudar a las industrias forestales a reequiparse y a elevar la producción, e igualmente a procurar que los suministros disponibles, especialmente los de madera aserrada de coníferas y puntales de minas, se dirigieran a las zonas en que más se necesitaban.

Sin duda, la tarea era formidable. La guerra había dañado millones de casas y detenido virtualmente la construcción de viviendas, y se necesitaba desesperadamente madera para efectuar reparaciones y construir nuevos edificios. También tenía que concederse prioridad a la madera para reparar o construir nuevo material ferroviario rodante y vehículos para carretera, así como durmientes para la vía férrea. Igualmente urgente era la necesidad de puntales de minas, ya que sin ellos no podría producirse carbón, del cual dependía la recuperación de la actividad industrial. Como decía un informe del Subcomité de la Madera del EECE: «Junto con el carbón, la madera es el factor más importante para la reconstrucción de los países europeos».

Se constituyó un Subcomité de la Madera dentro del marco del Comité de Industria y Materiales de la CEPE, que se encargó de la labor iniciada por el EECE. El nuevo Subcomité celebró su primera reunión en Ginebra, del 15 al 18 de octubre de 1947, en la que participaron unos 45 delegados de 22 países.¹ En 1948, adquirió categoría de comité, informando directamente a la Comisión Económica para Europa. Para afrontar los casos de urgencia, el Comité de la Madera emprendió análisis regulares del equilibrio entre la demanda y los suministros disponibles de productos forestales, estimulando a los países a que convengan en limitar sus compras con objeto de asegurar una justa distribución. El Subcomité se ocupaba también de ayudar a las industrias forestales a reequiparse y a elevar la producción. Con' este objeto, inició las gestiones para efectuar préstamos a las industrias forestales a través del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).

¹ Austria, Bélgica, Canadá, Checoslovaquia, Dinamarca, Estados Unidos de América, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, República Arabe Siria, República Arabe Unida, Suecia, Suiza, Turquía, Yugoslavia.

Durante estos años de formación (desde 1947 hasta 1950, aproximadamente), el Comité trató de definir su función en la economía maderera europea. El resultado fue la elaboración de sus atribuciones, que se aprobaron oficialmente en la quinta reunión de la CEPE, en junio de 1950. Con arreglo a ellas, se autorizó al Comité de la Madera a:

1. continuar la compilación y publicación de estadísticas adecuadas sobre los productos forestales primarios;

2. publicar análisis periódicos sobre la situación del mercado de la madera en Europa;

3. vigilar atentamente la situación de los principales productos forestales, tales como la madera de frondosas aserrada y los puntales para minas y hacer a los gobiernos las recomendaciones procedentes;

4. prestar especial atención a las posibilidades de un aprovechamiento más racional de la madera.

Período de consolidación - Principios del decenio de 1950

Hacia 1950, acabó la peor de las crisis de la posguerra, la producción europea empezó a recobrarse rápidamente, se encontraban más fácilmente suministros, y el mercado de la madera europea volvió a gozar de una mayor estabilidad. Sin embargo, el nuevo equilibrio era radicalmente distinto del de antes de la guerra. Los precios de la madera aserrada se habían elevado considerablemente en relación con los de otros materiales, y el aumento del consumo de madera aserrada era, al parecer, apreciablemente más lento que antes de la guerra. Cinco años después de terminado el conflicto, la producción y el consumo de productos forestales se hallaban todavía muy por debajo de los niveles prebélicos y el comercio de coníferas aserradas, por ejemplo, no superaba mucho la mitad del volumen de 1937.

Los forestales y las industrias de los productos forestales sentían gran preocupación por el futuro en relación con la nueva situación y las perspectivas que se vislumbraban. Era bastante general la creencia de que había una tendencia descendente a largo plazo en el consumo de madera en Europa. Que tal creencia existiera no era, en realidad, sorprendente, ya que en el período de 1913 a 1950, que sin duda alguna había sido severamente trastornado por las los guerras habidas en la región, el consumo europeo de productos forestales, en su conjunto, no había manifestado una tendencia precisa a subir o a bajar, mientras aumentaba constantemente la competencia del acero y el cemento. Incluso con esta pesimista evaluación de la tendencia del consumo, la impresión de muchos círculos era que los bosques europeos no podrían satisfacer la probable demanda, por lo que era de la mayor importancia que los países de la CEPE trataran de determinar la tendencia futura.

PRIMER ESTUDIO DE LAS TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DE LA MADERA EN EUROPA

Como empresa conjunta FAO/CEPE, se emprendió, dentro del marco de los esfuerzos de la CEPE para determinar las tendencias a largo plazo de los principales sectores económicos, un estudio de las tendencias y perspectivas europeas. Los principales objetivos eran, en primer lugar, estimar la tendencia futura general (hasta 1960) de la demanda de productos forestales, y, en segundo lugar, indicar el mejor modo de satisfacer esta demanda, en interés de los países europeos y de sus industrias forestales y madereras. El estudio constituía, en muchos aspectos, un esfuerzo de vanguardia que desbrozaba bastante el camino, tanto por su metodología de los pronósticos a largo plazo como por sus recomendaciones a los países de la CEPE acerca de sus políticas forestales y comerciales.

En pocas palabras, las conclusiones del estudio eran que, suponiendo una economía europea en expansión, se elevaría la demanda de madera aserrada, pero relativamente con más lentitud que la expansión económica global, mientras que la de los productos de pasta aumentaría relativamente con más rapidez; y que, en términos generales, Europa sería en 1950 autosuficiente en productos forestales, pero que, a menos que se adoptaran algunas medidas, se convertiría en una región importadora neta hasta 1960 (como la había sido antes de la guerra), lo que supondría una mayor presión sobre la posición de la balanza de pagos de los países importadores. Sus recomendaciones para contrarrestar la esperada escasez de los suministros indígenas se resumían en la frase «una política forestal dinámica» lo que indicaba que Europa no debía confiar, y era menester que no tuviera que confiar indebidamente en las importaciones de otras regiones, ya que se podían aplicar medidas para elevar los suministros nacionales, limitando al mismo tiempo el precio de la madera en relación con el de los materiales sucedáneos (es decir, evitando la indebida sustitución de productos forestales por otros materiales por motivos de precio). El estudio ponía de relieve, además, la importancia de mejorar los métodos de un aprovechamiento más racional de la madera, de la racionalización de los trabajos forestales y de la mejor utilización de los desperdicios forestales y de la leña, en cuanto medios adecuados para ejecutar la política forestal dinámica por la que abogaba.

Se adujo que muchos de los pronósticos del estudio eran demasiado optimistas (aunque, en su mayoría, eran bajos). El estudio despertó considerable interés y sus conclusiones se debatieron calurosamente en los círculos forestales y madereros europeos. Desde 1953 en adelante ejercieron una considerable influencia en la labor del Comité de la Madera.

El año 1953 fue muy importante para el Comité de la Madera. Además de haberse publicado en dicho año el primer estudio sobre las tendencias y perspectivas de la madera en Europa, fue el primer año en que Rumania y la U.R.S.S., importantes países productores y exportadores de la Europa oriental, enviaron delegaciones al Comité. Hacia 1953, la U.R.S.S. había superado sus peores problemas de reconstrucción de la posguerra y estaba empezando a organizar de nuevo sus exportaciones de coníferas aserradas a Europa. En 1954, Bulgaria y Hungría enviaron por primera vez delegaciones al Comité, seguidas de España y Bielorrusia, en 1956, y de Ucrania en 1961. En la actualidad, participan regularmente en sus reuniones 24 países.² A lo largo de los dos decenios últimos, han estado representados en las reuniones, en una u otra ocasión, 29 estados miembros,³ así como, de acuerdo con el Artículo 11 de las atribuciones de la Comisión, el Canadá, la República Arabe Siria y la República Arabe Unida. Durante el período de 1954 a 1958, y de acuerdo con el Artículo 10 de las atribuciones de la Comisión, participaron en la labor del Comité expertos de Alemania Oriental.

² Alemania, República Federal de, Austria, Bélgica, Bielorrusia, Bulgaria, Canadá, Checoslovaquia, España Estados Unidos de América, Finlandia, Francia, Hungría, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, Suecia, Suiza, Ucrania, U.R.S.S., Yugoslavia.

³ Los mismos que en la nota¹, más Albania, Dina marea, Grecia, Irlanda, Luxemburgo y Turquía.

Finalidades más amplias - Desde mediados del decenio de 1950

Desde mediados del decenio de 1950, la participación en las reuniones del Comité de la Madera de delegaciones de todas las regiones de la CEPE permitieron que fueran lo suficientemente amplios sus análisis y pronósticos anuales sobre el mercado y que sus informes fueran reconocidos en toda la región como textos autorizados.

El principal instrumento para esta labor lo han sido siempre las reuniones anuales del Comité de la Madera mismo, complementadas por los boletines trimestrales preparados por la secretaría y por los informes de mercado sobre la situación de los distintos países. Además el Comité ha emprendido una serie de estudios sobre determinados sectores de aprovechamiento de los productos forestales en los que se estimaba que se necesitaba información sobre las tendencias del consumo a largo plazo. Se han publicado estudios de esa clase sobre el uso de los productos forestales para la construcción, embalado, durmientes para ferrocarril y elementos para las minas.

A medida que otros productos forestales han adquirido importancia en el panorama del mercado, se han incluido en los análisis regulares del Comité. Inicialmente, la principal preocupación la constituyeron las coníferas aserradas y los puntales para minas: la madera para pasta se añadió a las discusiones en 1953, la madera de frondosas (incluyendo las frondosas tropicales), en 1959, y los tableros contrachapados, los de fibra y de madera aglomerada, en 1964.

AMPLIACIÓN DE LA ESFERA DEL COMITÉ

Con el paso de los años se comprendió que los problemas que afrontaba el Comité de la Madera no podían tratarse eficazmente de un modo aislado. Es decir, las cuestiones concernientes a un sector particular del mercado o a un producto eran casi siempre parte de un problema mayor. El primer estudio, y sus recomendaciones, sobre las tendencias y perspectivas de la madera en Europa, dieron el impulso inicial al Comité de la Madera para ampliar su campo de actividades. Igualmente importante ha sido la actitud de los miembros del referido Comité, que, a través de toda su actuación, han comprendido la constante necesidad de adaptar sus actividades a la situación y necesidades de la economía de los montes y productos forestales de la región de la CEPE.

OPERACIONES FORESTALES Y PRODUCTIVIDAD DE TRABAJO

En 1951, la Comisión Forestal Europea de la FAO había establecido un comité experimental para fomentar la colaboración internacional en los sectores de la corta y el transporte, para estimular las actividades nacionales encaminadas a aumentar la productividad, reducir los desperdicios, evitar los accidentes y elevar el nivel de vida de los trabajadores forestales.

En la reunión conjunta del Comité de la Madera y de la Comisión Forestal Europea, celebrada en octubre de 1953, que estudió las conclusiones del primer estudio sobre las tendencias de la madera, se aprobó una recomendación pidiendo a la CEPE y a la FAO que concedieran alta prioridad a los estudios relacionados con el aumento del rendimiento de los montes y la mejora de la eficacia de las operaciones forestales. Se invitaba a estos organismos a que convocaran, cuando fuera necesario, grupos conjuntos de trabajo sobre estas cuestiones. Posteriormente, el Comité FAO/CEPE sobre técnicas de trabajo silvícola y capacitación de trabajadores forestales4 que celebró su primera reunión en 1955, se hizo cargo, ampliándolas, de las actividades del Comité experimental.

4 En 1965 se convirtió en el Comité FAO/CEPE/OIT.

El Comité celebró al principio reuniones anuales, pero ahora lo hace cada dos años. Se ocupa, como indica su nombre, de las técnicas del trabajo forestal sobre todo de los ensayos o introducción de maquinaria y métodos de trabajo mejores, de elevar la capacidad manual y mecánica y, por lo tanto, la productividad de los trabajadores forestales, y de mejorar su condición social y económica, que ha tendido a retrasarse en relación con las de los obreros de la industria. Esta labor la efectúan algunos grupos de expertos, a los que el Comité asigna problemas específicos. La organización de cursos internacionales de capacitación para instructores y capataces y de viajes de estudio y simposios bajo los auspicios del Comité han resultado también una forma muy eficaz de cooperación internacional.

ESTADÍSTICAS FORESTALES

El creciente mercado internacional de productos forestales ha hecho necesarias estadísticas mejores y más detalladas. Cuando se preparó el primer estudio sobre las tendencias de la madera en Europa, se vio que las estadísticas existentes no servían. Hacía falta adaptar y desarrollar las estadísticas nacionales como base de los datos FAO/CEPE, y en 1955 se estableció el Grupo de Trabajo FAO/CEPE sobre estadísticas forestales para investigar los problemas del caso. El Grupo de Trabajo elaboró un programa global mínimo de estadísticas forestales para orientar a los países que desearan mejorar sus estadísticas en este campo.

Estudia actualmente con regularidad la metodología y coordinación estadísticas; las cuestiones que conciernen a la comparabilidad y uniformidad de las estadísticas forestales, su acopio y publicación; las estadísticas sobre cortas, mano de obra, indicadores económicos, coeficientes de conversión y estadísticas de precios. Otras cuestiones que le envían para su estudio los organismos principales, el Comité de la Madera y la Comisión Forestal Europea, se tratan de un modo especial, e incluyen: la formación de capital en el sector de los montes, las estadísticas sobre incendios forestales, estadísticas sobre usos finales e inventarios forestales. Mediante su colaboración con la Conferencia Europea de Estadígrafos, el Grupo de Trabajo se preocupa de que sus actividades estén en armonía con las de todo el campo estadístico de la región de la CEPE.

ASPECTOS ECONÓMICOS DE LAS INDUSTRIAS DE ELABORACIÓN DE LA MADERA

Mientras el Comité FAO/CEPE/OIT sobre técnicas de trabajo silvícola y capacitación de trabajadores forestales trata de los problemas técnicos relacionados con los montes, el Comité de la Madera se ha ocupado cada vez más en estos años de los aspectos económicos y técnicos de las industrias de elaboración de la madera. El precursor de las actividades del Comité en este campo fue la Consulta Internacional sobre la Madera, celebrada en 1957 bajo los auspicios de la FAO y de la CEPE. Esta reunión demostró la utilidad de los simposios para abordar problemas específicos del sector de los productos forestales; posteriormente, el Comité organizó una serie de reuniones similares: en 1961, una reunión especial sobre el aprovechamiento de la madera de pequeñas dimensiones; en 1962, un coloquio sobre los aspectos económicos de la producción y utilización de tableros de fibra y de madera aglomerada; en 1964, un simposio sobre los aspectos económicos y la productividad de la industria del aserrío; en 1967, un simposio sobre la integración de las industrias forestales; y en febrero de 1968, un simposio sobre los factores que influyen en el consumo de productos de paneles a base de madera.

De tres modos se han demostrado las ventajas de estos simposios. En primer lugar, reúnen a expertos de campos similares de diferentes países y estimulan el intercambio de información y experiencia mediante la presentación y discusión de estudios. En segundo lugar, la publicación de los estudios presentados en los simposios hace posible que dispongan de esta información todas las partes interesadas de la región de la CEPE y de los países de otras regiones. En tercer lugar, los participantes en el simposio aprueban informes que generalmente incluyen recomendaciones para que el Comité de la Madera estudie las actividades que en vista de aquellos han de emprender el Comité mismo, otros organismos internacionales competentes, o bien, los países mismos, en la esfera nacional, de la industria o de las empresas.

Los simposios han ejercido una influencia considerable en el programa de trabajo del Comité. Véanse dos ejemplos: las recomendaciones del coloquio de 1962 sobre los aspectos económicos de la producción y aprovechamiento de los tableros de fibras y de madera aglomerada indujo al Comité a efectuar encuestas bienales sobre la capacidad de producción de las industrias de productos de paneles y su consumo de materias primas; a la organización en Viena de un curso de capacitación sobre las aplicaciones y usos de los tableros de fibras en 1964 y a una encuesta efectuada por el Comité sobre los tipos de uso final de los tableros de fibras y de madera aglomerada. El simposio de 1964 sobre los aspectos económicos de la industria del aserrado de madera y la productividad de ésta formuló recomendaciones que condujeron a que el Comité de la Madera incluyera en su programa análisis regulares de la evolución registrada en el transporte, manipulación y envasado de madera aserrada y a que se realizara una investigación sobre las posibilidades de establecer en toda Europa un sistema uniforme de clasificación de trozas aserradas.

La formulación por el Comité de un programa a largo plazo de viajes de estudio concernientes a las industrias de elaboración de la madera y el comercio maderero ha constituido un ulterior estímulo para los contactos personales entre especialistas como medio para la solución de problemas técnicos. Se han organizado viajes en Finlandia, Italia, Rumania, U.R.S.S. y Yugoslavia.

Desde su 23a reunión, en 1965, el Comité ha organizado una serie de conferencias especiales a cargo de un experto, o de varios, en su reunión anual sobre asuntos específicos, con amplias consecuencias políticas para la economía forestal de la región, y esto ha sido también un modo útil de ampliar el intercambio de información técnica y económica y de estimular el debate sobre problemas importantes en el ámbito internacional. Los temas tratados hasta ahora han sido el transporte y la manipulación de los productos forestales, desde el monte al consumidor, el aprovechamiento de dichos productos en la construcción y la normalización de las dimensiones de la madera aserrada.

La función actual del Comité de la Madera

En pocas palabras, el Comité de la Madera lleva a cabo en la actualidad un programa bien equilibrado de actividades que abarcan virtualmente todo el sector de los montes y de los productos forestales. Este programa se concentra en torno a lo que en un principio fue casi su única función, a saber: los análisis y estudios sobre la situación y perspectivas del mercado de productos forestales. A pesar de la evolución de su programa a lo largo de los años, sigue siendo éste el punto focal de sus actividades.

El Comité de la Madera es una organización gubernamental y a sus reuniones y a las de sus órganos auxiliares asisten representantes gubernamentales de sus estados miembros. Sin embargo, participan en sus programas de trabajo muchas y muy diversas empresas relacionadas con la silvicultura y los productos forestales, ya que actividades como sus simposios, cursos de capacitación y viajes de estudio se hallan abiertos a todos los que se interesan por los temas que Se estudian, en tanto que en las reuniones plenarias del Comité muchos delegados de los estados miembros se hallan respaldados por observadores o asesores de la industria y el comercio.

Así, pues, el Comité de la Madera constituye un foro único para la discusión en el nivel regional de la CEDE de cuestiones sobre el mercado de productos forestales, las industrias de elaboración de la madera, el aprovechamiento de productos forestales, y, a través de sus órganos auxiliares, de las técnicas de trabajo silvícola, productividad de la mano de obra y estadísticas forestales.

Aunque esta posición única tiene sus ventajas y ha conducido a una mayor cooperación internacional en el sector de los productos forestales, supone también graves responsabilidades para el Comité de la Madera y sus miembros. Significa que tienen que considerar los problemas y aspectos generales y, al mismo tiempo, no pierden de vista lo que ocurre en los distintos sectores. Les incumbe también coordinar en lo posible la labor del Comité de la Madera con las actividades de los muchos organismos gubernamentales y no gubernamentales que trabajan en el mismo o en campos similares en las esferas internacional, regional o subregional. Se han desarrollado eficaces relaciones de trabajo con organismos tales como la FAO, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OECD), la Comunidad Económica Europea (CEE), la Confederación Europea de las Industrias de la Madera, CEI Bois, la Federación Europea de las Asociaciones de Fabricantes de Fibras (FEROPA) y la Federación Europea de Fabricantes de Madera de Partículas (FESYP), para mencionar sólo unos cuantos.

ECONOMÍA FORESTAL MUNDIAL Y DE LOS PRODUCTOS FORESTALES

El Comité de la Madera no sólo es responsable ante sus estados miembros, sino que, a causa del lugar vital que en conjunto ocupan estos países en la economía mundial de los productos forestales, la influencia de sus actividades se extiende mucho más allá de la región de la CEPE.

Los países que participan en la labor del Comité de la Madera abarcan casi toda la zona templada del hemisferio norte. En 1966, la población de todos ellos ascendía a un 27 por ciento del total mundial; pero sus niveles de vida, bastante más altos que el promedio del resto del mundo, les da una influencia en la economía mundial mucho mayor de lo que su cifra de población puede hacer suponer. La región del Comité de la Madera incluye todos los países industrializados, con excepción del Japón, Australia, Nueva Zelandia y Sudáfrica.

El 93 por ciento, aproximadamente, de las existencias en crecimiento estimadas, en todo el mundo, de especies de coníferas se halla en la región del Comité de la Madera, pero solamente alrededor del 13 por ciento son de especies de frondosas. Teniendo en cuenta la primera cifra, no es sorprendente que los países pertenecientes a dicho Comité representen el grueso de la producción, comercio y exportaciones mundiales de productos tales como la madera aserrada de coníferas, pasta de madera, papel, cartón y tableros de fibra. Por sus niveles de consumo relativamente altos, representan también una parte importante del consumo de estos productos, así como de otros productos forestales tales como los tableros contrachapados y los de madera aglomerada. Incluso en el caso de la madera aserrada de frondosas, consumen más del 60 por ciento del total mundial.

La región del Comité de la Madera importa también el grueso de las exportaciones de los países en desarrollo de madera de frondosas aserrada, tableros contrachapados y chapas y una parte apreciable de sus exportaciones de trozas de madera de frondosas.

IMPORTANCIA PARA OTRAS REGIONES

Lo que ocurra en el campo de la dasonomía y de los productos forestales dentro de la región de la CEPE es probable que ejerza una importante influencia en las economías de otras regiones, y en consecuencia las actividades del Comité de la Madera son, de varios modos, de una trascendencia e interés considerables para dichas regiones. En primer lugar, se hallan las estadísticas publicadas en el Timber bulletin for Europe (Boletín de la madera para Europa), que muestran el comercio entre los países del Comité y los principales exportadores e importadores de otras regiones. En segundo lugar, los exámenes de mercado anuales y trimestrales, y especialmente las estimaciones proporcionadas por los estados miembros en las reuniones anuales del Comité, constituyen una valiosa indicación para los productores y exportadores de otras regiones sobre los probables niveles a corto plazo de consumo e importaciones de los países de la CEPE. Esto es especialmente cierto con respecto a los productores y exportadores de trozas de frondosas tropicales y de madera aserrada, para las que la región de la CEPE constituye una importante salida.

A este propósito cabe indicar que en estos años últimos el Comité ha prestado considerable atención a las frondosas tropicales. Se han realizado y publicado dos estudios especiales. El primero, aparecido en 1964, exponía el desarrollo del comercio de maderas tropicales de la región; el segundo, publicado en 1967, se ocupaba de los tipos de uso final de las frondosas tropicales en Europa y de los probables niveles futuros de la demanda.

El Comité de la Madera ha tenido también que desempeñar una importante función como modelo, de acuerdo con el cual otras regiones han desarrollado métodos de cooperación internacional. Esto se aplica particularmente a los órganos auxiliares del Comité. Por ejemplo, el programa mínimo de estadísticas forestales establecido por el Grupo de Trabajo FAO/CEPE sobre Estadísticas Forestales ha servido como base para programas similares en otras regiones. Igualmente, las actividades internacionales en el campo de las técnicas de trabajo forestal se han modelado con éxito en varios casos sobre las del Comité FAO/CEPE/OIT sobre Técnicas de Trabajo Silvícola y Capacitación de Trabajadores Forestales. Los estrechos vínculos de la Secretaría de Ginebra con la FAO, organismo principalmente responsable de las actividades internacionales en el sector forestal, han asegurado la comunicación de la experiencia adquirida por el Comité de la Madera y sus miembros al resto del mundo.

En cuarto lugar, como se dijo anteriormente, los resultados de la labor del Comité en cuestiones técnicas y económicas se facilitan a todos los interesados. Por ejemplo, los documentos presentados por los expertos a los simposios sobre los distintos aspectos económicos de las industrias de elaboración de la madera se han publicado y vendido como suplementos del Timber bulletin for Europe. A tales simposios han asistido expertos de países que no son miembros del Comité.

DIRIGENTES Y DELEGADOS

La importancia de las relaciones personales entre los representantes de los diferentes países no debería subestimarse nunca en cuanto factor de la cooperación internacional. En esto el Comité de la Madera, desde el comienzo mismo, ha tenido mucha suerte. La armoniosa atmósfera de las reuniones del Comité, que ha sido llamado también el Club europeo de la madera, ha podido mantenerse en ocasiones en que acciones unilaterales podrían haber producido roces fácilmente. El espíritu de compañerismo y de respeto mutuo entre los delegados ha contribuido grandemente a los resultados logrados. Los recién llegados se han sentido impresionados inmediatamente por esta atmósfera y enseguida se han sentido a gusto y han aceptado las normas establecidas por el Comité.

El Comité ha tenido igualmente suerte en la selección de sus dirigentes. En primer lugar, los presidentes fueron elegidos entre los expertos de mercado que asistían a las reuniones: Gunnar Lange (Suecia), Bernard Dufay (Francia) y Anton Ceschi (Austria). Les siguió Merveilleux du Vignaux (Francia), que dirigió el Comité durante el decenio de 1950. En 1960, la Presidencia pasó a Jacques Keller (Suiza), a continuación a Oldrich Mysík (Checoslovaquia) y en 1965 al titular actual, George Hampson (Reino Unido).

Para ayudar a los presidentes hubo al principio un vicepresidente, y desde 1954, dos. En 1963 se constituyó un sistema más útil y afortunado, que consiste en que los dirigentes del Comité celebren una reunión no oficial, que desde entonces se ha convertido en un hecho anual, en el momento de celebrarse la reunión plenaria de la Comisión Económica para Europa. Estas reuniones, en las que también tomó parte la Secretaría, se ocupan sobre todo de los asuntos de organización relacionados con la labor del Comité, y han elaborado propuestas sobre varios aspectos importantes de dicha labor, que aquél ha examinado y aprobado posteriormente. En sus reuniones no oficiales se unieron a los dirigentes del Comité de la Madera los respectivos presidentes de los dos órganos auxiliares, el Comité FAO/CEPE/OIT sobre Técnicas de Trabajo Silvícola y Capacitación de

CUADRO 1. - PROPORCIÓN APROXIMADA. DE LOS PAÍSES¹ DEL COMITÉ DE EA MADERA EN EL TOTAL MUNDIAL, 1964



Extracciones de madera rolliza

Producción

Exportaciones

Importaciones

Consumo aparente

Comercio entre los países del Comité de la Madera

Por ciento

Trozas aserradas de coníferas, trozas para chapas y trozas para durmientes

88


94

39

87

33

Trozas aserradas de frondosas, trozas para chapas y trozas para durmientes

56


7

40

59

6

Madera para pasta

89


97

95

88

92

Puntales para minas

89


98

95

88

93

Madera aserrada de coníferas


85

96

88

84

87

Madera aserrada do frondosas


60

49

75

62

45

Tableros contra chapados


81

54

90

85

51

Tableros de madera aglomerada


94

95

94

94

94

Tableros de fibra Pasta de madera


87

91

91

87

90

Papel para periódicos


86

98

84

79


Otras clases do papel y cartón


83

95

75

81


¹ Incluyendo Canadá, que participa de acuerdo con el Articulo 11 de las atribuciones de la CEPE.

Trabajadores Forestales y el Grupo de Trabajo FAO/CEPE sobre Estadísticas Forestales, reuniones en las que se examinaron cuestiones relacionadas con todo el campo de la labor del Comité.

Los dirigentes, concediendo de este modo su valioso tiempo y su experiencia, han hecho una contribución sumamente importante al desarrollo del Comité de la Madera.

SECRETARÍA EN GINEBRA

Aquí puede agregarse una breve nota respecto al personal y a la labor de la Secretaría. Aunque el Comité de la Madera es oficialmente un órgano de la Comisión Económica para Europa, de las Naciones Unidas un acuerdo concluido entre el Director General de la FAO y el Secretario Ejecutivo de la CEPE, cuando se estableció el Comité, garantiza que todas las actividades de éste estarán de acuerdo con la política forestal de la FAO. La mayoría de los funcionarios que forman la Secretaría del Comité de la Madera en Ginebra pertenecen a la Dirección de Montes e Industrias Forestales de la FAO y al mismo tiempo son funcionarios de la CEPE.

Las funciones de la Secretaría comprenden la preparación y prestación de servicios a las reuniones del Comité de la Madera y de sus órganos auxiliares y la preparación de informes, análisis, estudios y publicaciones. Aparte de las actividades directamente relacionadas con el programa del Comité, la Secretaría tiene también que emprender otras actividades tanto para la CEPE como para la FAO. Además, una parte importante del tiempo de la Secretaría se dedica a contestar consultas sobre silvicultura y productos forestales de otras organizaciones, asociaciones, instituciones, la prensa e individuos a título privado, así como a discusiones con expertos visitantes.

Aunque el Comité ha encontrado a veces razones para criticar a la Secretaría, lo cual no es sorprendente, nunca ha dudado, sin embargo, de su imparcialidad ni ha tratado de limitar sus iniciativas. Entre los miembros del Comité y la Secretaría hay buenas relaciones de trabajo y una gran comprensión, todo lo cual ha contribuido a que las actividades del Comité se desarrollen con eficacia.

A pesar de la considerable amplitud de la labor del Comité y de su mayor participación en nuevas actividades, la plantilla de su Secretaría ha cambiado poco durante los dos decenios de su existencia y en la actualidad es incluso menor que en ciertos momentos febriles del pasado. Sin embargo, al igual que el programa mismo del Comité, la labor de la Secretaría ha evolucionado gradualmente desde los días en que se ocupaba sobre todo del mercado y de los asuntos comerciales hasta la serie de tareas más diversas y complejas que realiza actualmente.

Debido a un tamaño relativamente reducido, la Secretaría ha tenido constantemente que cuidarse del peligro de hacerse cargo de más tareas de las que puede abordar con eficacia en un momento determinado, incluso en lo que se refiere a las peticiones de los miembros del Comité para que introduzca nuevos proyectos en el programa de trabajo. Sin embargo, con frecuencia esta dificultad ha sido superada por el nombramiento temporal o el envío en comisión de servicio por parte de los estados miembros de expertos para que trabajen con la Secretaría en determinados proyectos, como por ejemplo la preparación de los dos estudios sobre las tendencias de la madera. Este sistema ha dado muy buenos resultados y es posible que en los años venideros se emplee cada vez más.

Durante los 20 años últimos, la jefatura de la Dirección de la Madera ha cambiado tres veces. Roy Cameron fue Director desde el principio hasta 1950. Lo sustituyó Egon Glesinger, quien desempeñó un importante papel en la creación del Comité. En 1959 fue nombrado Director de Montes y Productos Forestales de la FAO, en Roma (y más recientemente Director General Auxiliar). Le siguió Peter Sartorius, quien se retiró en 1963 después de 15 años de servicios en el Comité de la Madera, los últimos cuatro como Director de la Secretaría. El Director actual, Eero Kalkkinen, que ocupó su puesto en 1963, ha sido miembro de la Dirección de la Madera entre 1948 y 1958.

Probable función del Comité de la Madera en el futuro

A todo organismo consolidado y con éxito, como el Comité de la Madera, le es vital mirar hacia el futuro. A principios de los años 50, el Comité realizó su primer estudio sobre las tendencias de la madera, según se dijo anteriormente, el cual tuvo una repercusión considerable tanto en la economía forestal europea como en las actividades mismas del Comité. A principios del decenio de 1960 se emprendió un nuevo estudio, bajo los auspicios conjuntos del Comité de la Madera y de la Comisión Forestal Europea de la FAO, que se publicó en 1964 con el título de European timber trends and prospects; a new appraisal, 1950-1975. Los compiladores del segundo estudio tuvieron la fortuna de aprovechar la experiencia adquirida con el primero, así como el poder contar con más instrumentos y mejores estadísticas para efectuar pronósticos a largo plazo. Las conclusiones del primero habían suscitado escepticismo y controversias, pero los hechos han confundido posteriormente a los críticos al mostrar que tal ejercicio podría dar buenos resultados. Esto facilitó sin duda alguna el camino para la publicación del segundo estudio, cuyas conclusiones tuvieron una aceptación más general.

Empezando donde el primer estudio había terminado el nuevo trazó el desarrollo de la economía forestal europea durante el decenio de 1950 e hizo proyecciones de la oferta y la demanda de productos forestales hasta 1975. En resumen, las conclusiones fueron:

1. Los supuestos en que se habían basado las conclusiones del primer estudio habían demostrado ser sólidos y, hablando en términos generales, la economía forestal europea se había desarrollado del modo que se había previsto. Las estimaciones del crecimiento del consumo y de la oferta de madera entre 1950 y 1960 del primer estudio habían resultado demasiado pesimistas. La tasa, más elevada de lo que se esperaba, del incremento del consumo se asoció con un aumento del PNB más rápido de lo previsto. El crecimiento del consumo de madera rolliza había sido más rápido que el de la oferta en Europa, lo que se había traducido en un creciente volumen de importaciones netas.

2. En el supuesto de que el PNB europeo se duplicara entre 1960 y 1975, la demanda de productos forestales industriales aumentaría en un 45 por ciento aproximadamente durante el período de 15 años. Como sucedió entre 1950 y 1960, las necesidades de madera aserrada aumentarían sólo modestamente, mientras que las de pasta y papel y las de productos de paneles a base de madera crecerían con mucha mayor rapidez.

3. La estructura cambiante de las necesidades europeas se reflejaría en la de las necesidades de madera rolliza, y continuaría disminuyendo la parte de la madera rolliza de gran tamaño en las extracciones totales.

4. Europa incrementaría el volumen de sus extracciones anuales de madera rolliza industrial en un 27 por ciento entre 1960 y 1975. Las extracciones de leña disminuirían y sus distintas clases se usarían cada vez más con fines industriales.

5. Incluso con una mayor producción de los montes europeos, las importaciones de otras regiones continuarían aumentando (o las exportaciones europeas a dichas regiones disminuirían), lo que ocasionaría un sustancial aumento de las importaciones netas de Europa. El incremento de los suministros de ultramar sería principalmente de productos de coníferas (coníferas aserradas, trozas para aserrar, madera para pasta, pasta y papel) de América del Norte y la U.R.S.S., y de madera de frondosas tropicales de Africa y Asia.

En general, las proyecciones se ven confirmadas por los hechos, por lo menos por lo que se refiere a la primera mitad del período de proyección de 15 años. Toda la demanda de productos forestales ha venido aumentando algo más rápidamente de lo previsto, debido principalmente a un crecimiento mayor de lo esperado en el consumo de madera aserrada, junto con el incremento de las actividades de la construcción en Europa occidental. Las extracciones de los montes europeos habían aumentado, en conjunto, como se esperaba, pero existían divergencias en relación con las tendencias previstas de ciertas categorías. Estaba dibujándose un cuadro similar de la tendencia del balance comercial europeo en productos forestales; las importaciones netas se habían más o menos duplicado en los cinco años transcurridos desde 1960.

Las conclusiones del segundo estudio no produjeron tanta sensación como las del primero, en parte, sin duda alguna, porque los resultados positivos de éste hacían que las conclusiones del segundo fueran fácilmente aceptables. Sin embargo, no hay duda de que el segundo estudio continuaba y continúa teniendo una importante influencia en los planes de los gobiernos, forestales e industriales dentro de la región y en los países que comercian con productos forestales en Europa, así como en el trabajo del mismo Comité de la Madera.

La importante función de los estudios a largo plazo fue señalada por el actual Presidente del Comité de la Madera al dirigirse a la Comisión Económica para Europa, en sesión plenaria, en abril de 1967, durante su análisis de la labor del Comité. El Presidente indicó que en la actualidad ningún país podía adoptar importantes decisiones de política tocante a su comercio y estructura económica sin influir en la situación y desarrollo de los países vecinos o de la región en su conjunto. Además, un período de 30 años, más o menos, es un espacio relativamente corto en términos de ciclos de producción forestal, siendo esencial para los forestales tener alguna idea, aunque sea muy general, del volumen y tipo del producto que deben proporcionar de aquí a 20, 30 ó 40 años. Existen dos buenas razones para efectuar análisis a largo plazo de la oferta y la demanda del tipo de los estudios del Comité sobre las tendencias y perspectivas de la madera.

Además, lo mismo que los países tendrán que cooperar más íntimamente en el futuro para una causa común, los organismos internacionales, tales como el Comité de la Madera, deben estar preparados para colaborar con otros cuyas esferas de interés se superpongan o sean paralelas a las suyas. En particular, parece existir la necesidad de un mayor contacto o intercambio de opiniones entre los propietarios de montes y los productores, por una parte, y los industriales y consumidores, por otra, todo lo cual se podría muy bien reflejar en vínculos más estrechos entre el Comité de la Madera y al Comisión Forestal Europea de la FAO.

Algunas de las cuestiones que hay que afrontar fueron mencionadas por el Presidente del Comité al dirigirse a la CEPE en su reunión plenaria de abril de 1967:

«Considerando la perspectiva de la próxima década, estimo que podemos señalar algunos de los principales problemas que la cooperación internacional ayudará a resolver a través del Comité de la Madera. Uno será la creciente presión sobre los recursos de mano de obra en Europa, especialmente en dasonomía, sector en el que la emigración hacia las ciudades hará que disminuya todavía más la mano de obra forestal. En los montes y en las industrias forestales se insistirá cada vez más en la introducción de métodos que ahorren mano de obra, y en este aspecto se logrará mucho con el intercambio de experiencias económicas y técnicas. Hay que admitir que, debido a la estructura fragmentada de muchos montes e industrias forestales, estos sectores tienen dificultad para correr parejas con otros en la aplicación de nuevas técnicas, a pesar de los vigorosos esfuerzos que se hacen en el ámbito nacional e internacional.

Otro importante problema será la creciente competencia que hacen otros materiales, especialmente los de la industria petroquímica. En determinados mercados tradicionales, los productos forestales pueden perder terreno debido a las desventajas técnicas o económicas en casos específicos. Por otra parte, la madera en cuanto materia prima posee un notable grado de flexibilidad con respecto a los métodos de elaboración y a los productos finales que pueden hacerse con ella. Además, tiene la gran ventaja de que es una materia prima permanentemente renovable y que, en condiciones óptimas, se puede producir de un modo barato. Por consiguiente, los productos forestales pueden mantener su posición en los próximos años mejor de lo que creen sus competidores, tanto en los mercados tradicionales como en los nuevos. Sin embargo, esto sólo se podrá conseguir mediante grandes esfuerzos, en los que tendrá que colaborar el Comité de la Madera, mediante el desarrollo de productos y garantizando las aplicaciones y usos adecuados de los productos forestales, en armonía con el cambio de las necesidades.

Un tercer problema serán los cambios ocasionados por la ulterior intensificación de la competencia internacional en el mercado europeo de productos forestales. Se cree que los exportadores de fuera de la región, incluyendo los de los países en desarrollo de los trópicos, harán mayores esfuerzos para vender en Europa. Esto ocasionará nuevos cambios importantes, no sólo en el régimen del comercio internacional de Europa, sino también en la estructura de sus industrias forestales y del mercadeo. El Comité de la Madera debe mantenerse al corriente de los cambios y hallarse en situación de ayudar a los estados miembros a que adopten la ordenación, la industria y el comercio forestales de un modo armónico y con el mínimo de dificultades de tipo económico.»

T.J.P

Informe sobre productos (conclusión)

Nota sobre las fuentes de datos

La principal fuente utilizada son los datos comunicados anualmente a la FAO por los distintos países para el Anuario estadístico de productos forestales. En éste se especifica, para cada país, la cantidad total y el valor de las importaciones y las exportaciones de cada uno de los productos forestales estudiados en el presente documento, y se indica, también para cada país, el volumen de importaciones y exportaciones de cada uno de dichos productos, por país de origen y de destino. Esos datos fueron complementados, en caso necesario, con los de la publicación anual Statistics on tropical timber de la OCDE y de las publicaciones nacionales de comercio.

Las matrices de corrientes comerciales para 1963-65 se basaron en los datos sobre el volumen de exportaciones, utilizando promedios trienales. Para ese mismo período, para cada producto y para cada región se determinaron los precios medios anuales f.o.b., de exportación, y se aplicaron esos valores a las cifras cuantitativas para establecer las matrices por valor. Las matrices para 1953-55 y 1959-61 son las que aparecieron en el anterior estudio titulado Perspectivas para la expansión de las exportaciones de productos forestales de los países en desarrollo UNCTAD/FAO, 1964. Sin embargo, antes de incluirlas en el presente documento, se revisaron las matrices por valor para 1959-61 a fin de hacer figurar en ellas cálculos más exactos de los precios medios anuales de exportación para dicho período.

El presente documento se ocupa solamente de las exportaciones de productos forestales de los países en desarrollo. Las correspondientes matrices de corrientes comerciales para la totalidad del comercio mundial anual de dichos productos forestales en 1963-65 pueden verse en el Anuario estadístico de productos forestales de la FAO, 1967, y las correspondientes a 1959-61 y 1953-55 en la publicación de la FAO, Situación de los productos básicos, 1964; Suplemento especial: El Comercio de Productos Agrícolas en el Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Bibliografía

FAO. 1964. Aumento de las exportaciones de productos forestales procedentes de países en desarrollo. Documento, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Ginebra, E/CONF.46/70.

FAO. 1966. The export of processed forest products from developing to developed countries. Documento, UNCTAD, Comisión de Manufacturas, Grupo de Trabajo Mixto Especial UNCTAD/FAO sobre la Madera y los Productos Forestales, Ginebra. TD/B/C.2/AC.2/10.

FAO. 1967. Productos agrícolas: proyecciones para 1975 y 1985. Roma. 2v.

FAO. 1967 La madera: tendencias y perspectivas mundiales. Roma. Campaña Mundial contra el Hambre. Estudio Básico N° 16. (También en Unasylva, Vol. 20, Nos 1-2, Roma, FAO, 1966.)


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