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El departamento de montes de la FAO

Unasylva
Revista internacional de silvicultura e industrias forestales

EL 16 DE OCTUBRE DE 1945 se reunieron en Quebec los representantes de 42 países para firmar la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación e iniciar el primer período de sesiones de la Conferencia de la FAO. En esa Conferencia se dio carácter oficial a la misión de la FAO en la esfera de la silvicultura y las industrias forestales. A partir de entonces, la labor de la Organización se ha basado en el amplio mandato estipulado en la Constitución, según el cual la FAO debe ocuparse de todos los aspectos de la silvicultura y de los productos forestales primarios.

En la actualidad, casi 25 años después, en víspera de las bodas de plata de la Organización, la Conferencia de la FAO ha aprobado, en su 15° período de sesiones, el ascenso de categoría de la actual Dirección de Montes e Industrias Forestales al rango de Departamento en 1970. La Conferencia consideró que la creación de un Departamento de Montes constituye un merecido reconocimiento de la importancia de las actividades de la FAO en materia de silvicultura e industrias forestales, y de la repercusión positiva que la labor realizada por la Organización ha tenido y sigue teniendo en la silvicultura mundial y en el progreso de los países en desarrollo.

En este número de Unasylva se reproducen dos documentos que se presentaron al 15° período de sesiones de la Conferencia de la FAO y que reflejan la política de la Organización en punto a algunos aspectos del desarrollo de la silvicultura y las industrias forestales. Resulta significativo que ambos estudios, aunque fueron concebidos de modo independiente y enfocan desde puntos de vista distintos los problemas del desarrollo de los montes y las industrias forestales, llegan virtualmente a las mismas conclusiones.

No hay duda de que los mercados de la madera y de los productos de la madera están en expansión. Resulta evidente que muchos países en desarrollo poseen o son capaces de producir materias primas para atender a las necesidades de las nuevas industrias forestales. Tampoco cabe duda de que el mundo dispone de los conocimientos científicos y tecnológicos necesarios para la producción de madera y su conversión en los productos finales que los mercados absorberán. Sin embargo, aunque constituyan elementos esenciales del proceso de desarrollo, las materias primas, los mercados y los conocimientos científicos y tecnológicos no bastan para garantizar por sí solos el progreso económico. Hay, además, otro requisito: el del personal necesario capaz de movilizar los recursos que se precisan para producir los bienes y servicios de los que existe demanda.

En los dos documentos publicados sobre esta materia se mantiene la tesis de que, dada una combinación favorable de suministro de materias primas, demanda creciente y tecnología adecuada, los factores que limitan el desarrollo de los montes y las industrias forestales son de tipo institucional. Por lo tanto, en esos documentos se propugna la modernización de las estructuras administrativas de los servicios forestales, y se señala que la capacitación que se da a los técnicos forestales debe orientarse más hacia el desarrollo y que es preciso, con miras a mejorar el crecimiento económico del sector forestal, someter a examen esas otras instituciones que entorpecen el desarrollo en muchas partes del mundo. Como es poco lo que se sabe con certeza sobre el proceso del desarrollo económico, resultaría imprudente asegurar que los cambios institucionales que se piden vayan a conducir automáticamente al crecimiento del sector forestal y de las industrias forestales de los Estados Miembros. Pero, si se ponen en práctica esos preceptos, se contará con la base indispensable para la expansión.

Constituye una feliz coincidencia el hecho de que la Conferencia de la FAO, en su 15° período de sesiones, no sólo reconociera que las instituciones forestales anticuadas representan serios obstáculos para el desenvolvimiento de los países en desarrollo, sino que aprovechara también la oportunidad para moldear de nuevo su propia estructura orgánica con objeto de atender a las nuevas necesidades de los Estados Miembros. El cambio de categoría de la Dirección de Montes e Industrias Forestales para elevarla al rango de Departamento constituye, en efecto, esencialmente una medida de reestructuración orgánica destinada a hacer más eficaz la labor de la FAO en la esfera de la silvicultura y las industrias forestales.

El Plan Indicativo Mundial provisional se basa en un análisis detallado de las tendencias reinantes en las industrias agrícolas y afines a la agricultura del mundo y se destina a fajar los objetivos a que deben apuntar las políticas agrícolas mundiales, descubrir los obstáculos que han de superarse y determinar las medidas que en consecuencia haya que adoptar. El sector forestal está íntima y profundamente asociado con el PIM debido a las relaciones que unen a la agricultura y los montes en materia de aprovechamiento de la tierra, y al ímpetu que las industrias forestales pueden dar al desarrollo económico, tan estrechamente vinculado al desarrollo agrícola.

La Conferencia tomó nota del hecho de que las reservas formuladas por los representantes de algunos países en cuanto al método y las conclusiones del PIM no se aplican al sector forestal del estudio. Por el contrario, los citados representantes estimaron que el PIM ha enfocado de modo realista el examen del sector forestal y que sus conclusiones son provechosas.

No se tiene intención de efectuar una refundición general o nueva edición del PIM provisional, pero se emprenderán diversos tipos de trabajos complementarios dentro del marco del Segundo Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que se proclamará a fines de 1970. La metodología utilizada para el sector forestal se pondrá a disposición de los Estados Miembros que deseen establecer planee indicativos a medio y largo plazo.


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