Página precedente Indice Página siguiente


Enseñanza y capacitación forestales en Africa

ANDRÉ LAFOND

ANDRÉ LAFOND es el Vicedecano de la Facultad de Montes y Geodesia, Universidad Laval, Quebec, Canadá. A su debido tiempo se publicará una versión ampliada de este artículo, como informe aparte de la FAO.

EL CONTINENTE AFRICANO puede dividirse en dos zonas, según las principales lenguas que en él se hablan, el francés y el inglés. Dentro de la zona de habla inglesa el sector oriental es con mucho el más extenso, pero el occidental tiene también considerables extensiones de espesura. Los países de habla francesa pueden dividirse en cuatro zonas: los países situados en torno al Mediterráneo, los de la sabana y el Sáhara, los de la cuenca ecuatorial occidental y los países contiguos al Océano Indico.

Se ha calculado que para 1985 todos esos países necesitarán aproximadamente 1 700 forestales profesionales y cerca de 10 000 técnicos, si es que se quiere establecer un programa general de montes que permita alcanzar los objetivos provisionales de desarrollo de los montes e industrias forestales del Plan Indicativo Mundial de la FAO.

Los países de habla francesa, en los que se concentra la extensión más importante de bosque cerrado, son aquellos en que más urgente es la necesidad de técnicos y forestales profesionales.

Se sugiere que en los países de habla inglesa, además de las actuales facultades de montes de Nigeria y Liberia, se cree otra en Uganda 1 y una cuarta en algún país meridional. En la zona francófona, se precisan con urgencia dos facultades de montes: una en el Camerún o en la Costa de Marfil y otra en la República Democrática del Congo. Debería fundarse otra facultad en el Magreb.

1 Ya se está creando con la ayuda de Noruega y el primer curso, según lo previsto, comenzará en julio de 1970.

Por lo que respecta a las escuelas técnicas, va a ser preciso ciertamente desarrollar las instituciones existentes y mejorar su equipo para alcanzar los objetivos de 1985. Se va a fundar lo antes posible en Etiopía una escuela técnica para los países de habla inglesa, mientras que en los de habla francesa se fundarán escuelas técnicas lo antes posible en la República Democrática del Congo, y tal vez otra en el Congo (Brazzaville). La escuela forestal de sabana de Bouaké puede reforzarse para hacer frente a las necesidades de los países de la sabana. Hay que mejorar las escuelas técnicas existentes y ampliarlas para satisfacer futuras necesidades. Se calcula que habrá que invertir en los 15 años venideros unos 45 millones de dólares para construir escuelas y capacitar al número necesario de alumnos.

Ese dinero ha de ser aportado principalmente por órganos de asistencia multilateral o bilateral. Entretanto puede seguir aplicándose la política forestal vigente, con ayuda exterior a efectos de administración, inventariación forestal, preparación de planes de ordenación y desarrollo de técnicas de plantación y de vivero en ambientes tropicales. También hay que seguir invirtiendo dinero en infraestructura y en la puesta en explotación de vastas extensiones que aún no son accesibles a la industria. Es de esperar que durante ese mismo período pueda establecerse una industria de celulosa y de pasta y papel, con objeto de cubrir las necesidades crecientes de esos materiales en Africa.

Introducción

El presente estudio constituye un intento de sintetizar los datos acumulados sobre enseñanza forestal en Africa y de evaluar las necesidades del desarrollo de la enseñanza forestal a nivel profesional y técnico en Africa con arreglo a las necesidades presentes y futuras del sector forestal y de las industrias forestales.

FUENTES DOCUMENTALES

La FAO ha efectuado recientemente varios estudios sobre los problemas de la enseñanza forestal en Africa. En 1963, J. Q. Williamson, Director de Enseñanza de la Comisión Forestal de Gran Bretaña, visitó 15 países africanos de habla inglesa, a saber: Etiopía, Ghana, Kenia, Liberia, Libia, Malawi, Nigeria, República Arabe Unida, Rhodesia, Rhodesia Meridional, Sierra Leona, Sudán, Tanzania, Uganda y Zambia, y J. J. E. Dosne visitó 6 países africanos de habla francesa: Camerún, Congo (Brazzaville), la República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Gabón y Guinea, con el fin de preparar informes sobre los problemas de la enseñanza forestal en esos países. Durante 1965 y 1966, H. A. Hilmi, de; la FAO, visitó varios países, entre ellos Etiopía, Ghana, Kenia, Liberia, Libia, Malawi, Nigeria, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Tanzania, Uganda y Zambia. En octubre y noviembre de 1968 André Lafond visitó 5 países africanos de habla francesa (Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Costa de Marfil y Gabón) y Ghana. En 1965 y 1966, el Prof. Eino Saari informó sobre las necesidades en materia de enseñanza y capacitación forestales en Argelia, Marruecos y Túnez. También se han publicado varios informes generales sobre problemas forestales en Africa, debiéndose a la FAO el más importante, titulado Timber trends and prospects in Africa (Tendencias y perspectivas madereras en Africa), aparecido en 1967.

LIMITACIONES

A los efectos del presente estudio, se han tenido presentes todos los países de Africa, salvo Angola, Mozambique, Rhodesia y Sudáfrica.

Por otra parte, se tropieza con graves limitaciones al allegar información sobre recursos, necesidades de personal y futuro desarrollo de los servicios docentes. Sin embargo, se ha procurado hacer un cálculo del personal necesario en los diversos países para el desarrollo de futuros planes de enseñanza forestal en Africa, según estaban a finales de 1968. Puede occurrir que la información sea incompleta sobre algunos proyectos, como la posible organización de una escuela forestal en el norte de Africa o la construcción de una vasta escuela técnica forestal en el Camerún.

DELIMITACIÓN DE ZONAS

Africa puede dividirse en diversas zonas según el criterio que se adopte y la finalidad que se persiga. Recientemente, Gutzwiller ² ha propuesto la división en amplias zonas sobre la base de la formación ecológica, con objeto de determinar la capacidad productiva de la tierra destinada a bosques o a repoblación forestal. Se proponen las zonas siguientes:

1. Magreb. Argelia, Marruecos, Túnez.

2. Sabana y estepas. Alto Volta, Camerún, Costa de Marfil, Chad, Dahomey, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Portuguesa, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, República Centroafricana, Senegal, Sierra Leona, Sudán, Togo.

3. Costa del Africa occidental. Costa de Marfil, Ghana, Guinea, Liberia, Nigeria, Sierra Leona.

4. Cuenca del Africa ecuatorial. Angola, Camerún, Congo (Brazzaville), República Democrática del Congo, Gabón, Guinea Ecuatorial, República Centroafricana.

5. Meseta del Africa oriental. Burundi, Etiopía, Kenia, Rwanda, Tanzania, Territorio de los Afares y de los Issas, Uganda.

6. Meseta del Africa meridional. Angola, Botswana, República Democrática del Congo, Lesotho, Malawi, Mozambique, Rhodesia, Swazilandia, Zambia.

7. Zona de Madagascar. Madagascar, Mauricio, Reunión, Islas Seychelles.

² Comisión Forestal Africana, segundo periodo de sesiones, Lomé (Togo), 20-25 enero 1969.

La distribución del bosque denso y del monte de sabanas varía considerablemente de una zona a otra; aproximadamente el 80 por ciento de todo el bosque denso está incluido en la cuenca del Africa ecuatorial, a la que corresponden 148 millones de ha de bosque denso, de 193 millones que hay en todo el continente africano. Esa vasta extensión forestal está menos poblada que las zonas de sabanas, donde vive la mayoría de la población.

Por lo que respecta a la organización de la enseñanza forestal, cabe tener presente otra división de Africa por intervenir otros parámetros que no son los ecológicos, a saber, las dos lenguas básicas, el francés y el inglés, utilizadas como vehículo docente, y su distribución según las regiones de Africa. Desde este punto de vista, Africa puede dividirse en seis regiones. Primero, sobre la base del idioma: en países donde predomina el inglés y en los que predomina el francés.

Los países de habla inglesa pueden dividirse en dos grupos: Africa oriental, que incluye Botswana, Etiopía, Kenia, Libia, Malawi, República Arabe Unida, Sudán, Tanzania, Uganda, Zambia; y Africa occidental, que incluye Gambia, Ghana, Liberia, Nigeria y Sierra Leona.

Los países de habla francesa pueden agruparse en cuatro regiones principales:

1. países de bosques densos del Africa occidental;
2. países del Sáhara y de otros países de sabanas;
3. Magreb o países de Africa del Norte;
4. países contiguos al Océano Indico, como Madagascar, Reunión, Islas Seychelles y Somalia.

Los países de habla francesa de la zona de bosques densos del Africa occidental incluyen Camerún, Congo (Brazzaville), República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Gabón, Guinea. Los países del Sáhara y otros cuya formación dominante es la sabana incluyen Alto Volta, Burundi, Chad, Dahomey, Malí, Mauritania Níger, República Centroafricana, Rwanda, Senegal y Togo. Los países del Magreb del Africa del Norte incluyen Argelia, Marruecos y Túnez.

Recursos forestales

Según la publicación Timber trends and prospects in Africa, se calcula que los bosques de Africa abarcan unos 683 millones de ha, o sea un 23 por ciento del territorio. Las extensiones más vastas de monte se encuentran en el Africa occidental, habiendo una extensión importante en el Africa oriental, pues en el Africa occidental hay 407 millones de ha, mientras que en el Africa oriental hay 251 millones. La comparación de la extensión total de bosque y de bosque cerrado o bosque mediterráneo en comparación con la extensión total del país puede constituir un buen indicio de las necesidades en cuanto a enseñanza forestal (Cuadro 1).

CUADRO 1. - SUPERFICIE FORESTAL TOTAL Y SUPERFICIE TOTAL DE BOSQUE CERRADO EN COMPARACIÓN CON LA SUPERFICIE TOTAL DE LAS REGIONES


 

Superficie total de las regiones

Superficie forestal total

Bosque cerrado

Millones de ha

Por ciento

Millones de ha

Por ciento

Región de lengua inglesa

Oriental

969,2

136,6

14,1

7,8

0,8

Occidental

135,7

53,1

39,1

17,6

13,0

Región de lengua francesa

Africa occidental

399,8

206,0

52,0

150,2

38,0

Países de sabanas

600,8

73,7

12,3

2,4

1,9

Magreb

299,8

8,6

2,9

1,6

0,6

Países contiguos al Océano Indico

123,4

19,2

15,5

9,8

7,9

Del Cuadro 1 se desprende claramente que las necesidades de enseñanza forestal en los diversos países tienen en cierta medida que ajustarse a la distribución de los bosques en las regiones. Por ejemplo, todos los países occidentales de Africa, tanto los de habla francesa como los de habla inglesa, son los que cuentan con mayores extensiones de bosque, con un 39,1 por ciento los países de habla inglesa y un 52 por ciento los países de habla francesa. Esto representa la extensión más importante de bosque cerrado, por más que hasta la fecha no haya ninguna facultad de montes en ningún país de habla francesa de la misma región, mientras que en cambio hay dos facultades de montes en países de habla inglesa.

Alumnos del Colegio de Ordenación de la Fauna Africana, de Mweka, Tanzania, en el curso de un ejercicio práctico en el Parque Nacional Tsavo, Kenia.

VOLUMEN DE MADERA EN PIE

No se conoce el volumen total de madera en pie que encierran los bosques de Africa, aunque se han practicado inventarios en partes de las zonas más importantes de algunos países boscosos. Sin embargo, la mayor parte del inventario tiene aún que levantarse en el Africa occidental, y es de esperar que, aun cuando se usen modernas técnicas de inventariación, pasarán muchos años antes de que se les dé fin, dado lo elevado del costo de esos trabajos de inventariación en gran escala y la falta de personal capacitado. Se ha llegado a la conclusión de que, según ha ocurrido en otros países con vastas extensiones de bosque, un inventario intenso suele revelar la existencia de más madera en pie que un cálculo aproximado.

CRECIMIENTO Y PRODUCCIÓN POTENCIAL

Aunque en algunos países haya algunas parcelas permanentes de muestra, no se dispone de cifras sobre crecimiento de bosques tropicales, y es muy difícil determinar la producción potencial de esos bosques.

PRODUCCIÓN Y APROVECHAMIENTO DE MADERA

Cabe decir que, dado el aumento de la población en Africa, la superficie de bosque tiende a disminuir señaladamente. Por ejemplo, se calcula que en Africa occidental la superficie cubierta de bosque es ahora un 60 por ciento solamente de lo que era en un principio. Lo mismo cabe decir de los bosques mediterráneos del norte de Africa.

En el Cuadro 2 se da un resumen de las extracciones de madera en las principales regiones de Africa, recopilado con destino a Timber trends and prospects in Africa.

CUADRO 2. - MADERA EXTRAÍDA EN TRES REGIONES DE AFRICA, 1961



Trozas

Rollizos

Leña

Miles de metros cúbicos

Africa oriental

1 600

4 800

90 000

Africa occidental

8 000

5 000

80 000

Africa del Norte

100

350

4 350

Hay que hacer notar que esas estadísticas de extracción de madera se refieren al período de 1959-61, y que desde entonces las operaciones de corta han aumentado considerablemente en la mayoría de los países de Africa, sobre todo en los occidentales, como el Camerún, Gabón y la Costa de Marfil. Esas cifras deben, pues, considerarse como mínimas. Sin embargo, para dar una idea de la repercusión sobre la población de la destrucción de superficies de bosque, se ha calculado que en la Costa de Marfil cada agricultor desmonta unas 4 ha durante toda su vida. Al hacerlo, destruye un volumen de madera muy superior al que podría utilizar durante ese mismo período de tiempo.

BOSQUES ARTIFICIALES

Como compensación de la utilización de la madera en Africa, los bosques artificiales parecen ser una solución de importancia decisiva en países de sabanas donde las plantaciones forestales arrojan escaso rendimiento por unidad de superficie. Al parecer, la extensión más amplia de plantaciones se encuentra en los países del Africa oriental, Madagascar inclusive, que en 1962 contaba con la más vasta superficie de plantaciones, 165 000 ha, figurando a renglón seguido Kenia con 93 000 ha, y Rwanda y Burundi con 67 500 ha. Las plantaciones del Africa occidental no son tan extensas, ya que la mayor parte de esa superficie se encuentra ya cubierta de bosque denso. La superficie total de bosques artificiales en el Africa occidental es de 182 000 ha, que corresponden principalmente a la República Democrática del Congo. Las plantaciones continúan y se amplían muy activamente en el Gabón y asimismo en la Costa de Marfil, en Ghana y en Nigeria. En Africa occidental no se notan aún los efectos de los bosques artificiales, mientras que en la oriental, principalmente en Kenia y Madagascar, las plantaciones rinden un volumen cada vez mayor de madera para usos industriales. Conviene hacer constar que en Africa oriental se procede a la plantación de especies coníferas; pero en Africa occidental se han introducido muy pocas coníferas, y aún ésas se hallan en la fase experimental. La mayoría de las plantaciones son de okoumé, limba, cassia y eucaliptus.

UTILIZACIÓN FUTURA

Es de esperar que la corta de madera aumente considerablemente en lo sucesivo; ya existen planes en muchos países africanos para el desarrollo y establecimiento de la industria de la pasta y papel. Cada vez se explota más la cuenca forestal tropical, principalmente en el Camerún, en las secciones segunda y tercera del Gabón, y en la República Centroafricana. Asimismo se estudian planes para abrir a la explotación la sección ecuatorial de la República Democrática del Congo. En los países de bosque tropical cerrado conviene tener en cuenta que una de las tareas principales consistirá en utilizar una mayor proporción del bosque cerrado y en encontrar utilización para muchas de las especies tropicales que poseen buenas propiedades tecnológicas. De todos modos, es probable que en lo sucesivo las maderas africanas hayan de hacer frente a una competencia más dura en el mercado internacional por parte de las maderas procedentes de Asia o de América del Sur. En cambio, en América del Norte podría ampliarse el mercado de las maderas africanas de buena calidad, si la industria maderera norteamericana las conociera mejor.

También podría utilizarse más madera en la construcción local, pues a veces se importan los materiales de países lejanos, desaprovechando la magnífica madera de los bosques colindantes. No parece que en un futuro inmediato vaya a introducirse una gran industria de contrachapados basada en las especies tropicales ni industrias importantes de pasta y papel. Sin embargo, la madera existe, pero parece que está vinculada a la expansión del mercado, ya que la industria mundial de la pasta y el papel tiene una capacidad de producción mucho mayor de lo que el mercado puede absorber. A mayor abundamiento, habrá que resolver varios problemas tecnológicos antes de implantar industrias mayores y modernas de pasta y papel capaces de utilizar con eficacia las especies tropicales africanas. Esto, sin embargo, pudiera ser una solución a largo plazo para un aprovechamiento más completo de la riqueza maderera que encierra el bosque tropical.

La rehabilitación de tierras esquilmadas y de cuencas hidrográficas será también una importante tarea, ya que la repetida destrucción por el fuego de la vegetación del Africa tropical ocasiona la destrucción de la fertilidad del suelo. En los países de sabana habrá que establecer grandes plantaciones de especies adaptadas, por lo menos para satisfacer las necesidades de leña, ya que en ellos se encuentra una de las mayores concentraciones demográficas. La ordenación de cuencas hidrográficas tiene también especial importancia en las regiones semiáridas, en que la repoblación forestal y la regulación de las aguas revisten una importancia capital para la población, la agricultura y el pastoreo.

REASENTAMIENTO Y REFORMA AGRARIA

La tenencia de tierras y la estructura de la propiedad agraria constituyen problemas importantes del fomento forestal en Africa, habida cuenta de que el sistema tradicional ha sido la tenencia tribal de la tierra y que el desarrollo de una política de ordenación forestal se basa en la estabilidad de la tenencia y la regulación de las actividades forestales durante un largo período. La creación de reservas forestales es muy importante, tanto para la conservación y el desarrollo de la caza como para la regulación, la introducción o la extensión de barbechos con matorral espontáneo, lo que ha dado por resultado la destrucción de vastas extensiones de bosque. El mismo problema se plantea en los países de sabana donde la quema anárquica de la sabana después de la estación de lluvias da por resultado la destrucción de la regeneración forestal y, a voces, la degradación del suelo. En muchos países de Africa, la ordenación de los pastos se relaciona también con la conservación del suelo y con la de las tierras forestales.

Toda política a largo plazo para el aprovechamiento racional de la tierra exigirá la capacitación de especialistas y técnicos locales, que comprendan los problemas de su país y estén en condiciones de resolverlos. Por otra parte, en Africa y en otros lugares se registra una tendencia de la población rural a congregarse en torno a las grandes ciudades y cada vez son más los habitantes de las zonas rurales que abandonan éstas seducidos por las mejores condiciones de vida que esperan hallar en las ciudades. Acaso un ejemplo extremo de esta situación sea el tremendo incremento de la población de Kinshasa que, de 1958 a 1968, ha pasado de unos 300 000 a cerca de 2 millones de habitantes.

Parques nacionales, fauna silvestre y recreo

La ordenación de parques, las reservas de caza y el turismo en Africa cobrarán cada vez mayor importancia a medida que los países adquieran estabilidad política y atraigan inversiones para el fomento del turismo en el continente. Ya se han logrado interesantes resultados, sobre todo en el Africa oriental, y esto pudiera ser el comienzo de una importante tendencia. De todos modos, gran parte de la atracción que Africa ofrece al turismo viene de la conservación de sus recursos naturales, de la organización de las reservas forestales y de una eficaz ordenación de la fauna silvestre, lo que puede también contribuir a elevar el contenido proteínico de la alimentación del hombre.

Sistema de enseñanza forestal para Africa

En resumen, una condición fundamental para el desarrollo de todos los recursos naturales de Africa es la capacitación adecuada de todo el personal.

Todos los grados de enseñanza deben combinarse en un sistema destinado a conseguir un desarrollo y aprovechamiento óptimos del medio forestal. La educación del público, en general, debe también incluirse en ese sistema. En muchas zonas en que la población rural vive tradicionalmente en los bosques y mantiene con el medio forestal unas relaciones hondamente arraigadas, incluso en sus tradiciones religiosas, acaso sería improcedente introducir una política que chocase ásperamente con esas tradiciones. Aun cuando se contase con un excelente grupo de técnicos, la mejor política forestal no significaría mucho, si la población no comprendiera su importancia y no accediera, en cierta medida al menos, a cooperar en su aplicación. El desarrollo de un sistema de enseñanza forestal para el Africa debe incluir la enseñanza a nivel profesional y técnico y la capacitación de guardas forestales, capataces y trabajadores especializados.

LA ENSEÑANZA FORESTAL A NIVEL PROFESIONAL

La enseñanza profesional debe interpretarse como la capacitación universitaria en todas las ciencias forestales, y no sólo en silvicultura, sino también en ordenación, corta y extracción y elaboración de la madera. Hay que aclarar que este tipo de enseñanza se desarrollará a nivel universitario y que el alumno recibirá un título universitario. Las facultades forestales deben incorporarse en lo posible a las universidades, con objeto de beneficiarse de las demás enseñanzas que se desarrollen en el ámbito de éstas.

La ciencia forestal moderna no sólo incluye las ciencias físicas y biológicas, sino también las ciencias humanas y sociales, la economía y la ingeniería. Conviene recordar que el desarrollo de vastas superficies forestales presupone un considerable empleo de actividades de ingeniería, así como un afán de eficacia y los mejores métodos de ordenación, sin perder de vista los problemas sociales, de los habitantes del bosque o de sus proximidades, en los que puede repercutir la aplicación de vastos planes de ordenación e intensas actividades de explotación maderera.

El cursillo de ciencias forestales debe organizarse en combinación con todas las demás disciplinas, pero debe ser independiente del curso de agricultura. La ciencia forestal moderna se halla lo suficientemente desarrollada y tiene bastantes problemas, sobre todo en los países tropicales, como para que se le adjudique todo el tiempo disponible, con objeto de capacitar adecuadamente a los alumnos. Puede considerarse como hipótesis de trabajo el que toda nueva facultad de estudios forestales deba organizarse con arreglo a tres secciones o departamentos: medio forestal, es decir clasificación de tierras, fertilización del suelo, biología y ecología; técnicas de silvicultura y ordenación, dendrometría, estadística, legislación, corta y extracción; y elaboración de la madera, organización del trabajo, planificación de industrias, aserrío, industrias de la madera contrachapada, pasta y papel y física y química de la madera. Sería preciso cursar cuatro años para obtener un título en estudios forestales o su equivalente. Pudiera también occurrir que, en algunos casos, hiciese falta un curso preparatorio que proporcionase una base adecuada antes de dar comienzo a las enseñanzas propiamente forestales. También conviene tener en cuenta que, al nivel de pregraduado, debería impartirse a los alumnos forestales más bien conocimientos generales de carácter secundario, que enseñanzas demasiado especializadas. La experiencia en muchos países con grandes extensiones de tierras vírgenes sin desarrollar denota que el ingeniero forestal debe tener múltiples aptitudes y resolver cuestiones urgentes en lugares aislados sin que disponga de mucha ayuda.

AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

La ampliación de estudios se halla estrechamente relacionada con el desarrollo de las investigaciones y a duras penas cabe concebir una moderna facultad de ciencias forestales cuyo personal docente no desarrolle investigaciones. Sin embargo, las investigaciones deben figurar en una segunda etapa del desarrollo de la enseñanza, y sería conveniente para muchos alumnos ampliar estudios, en todo o en parte, fuera de su país, en escuelas especializadas de Europa o América. No obstante, hay que procurar que existan buenas relaciones entre los profesores de las escuelas forestales de Africa y los de otros países, con objeto de que esos alumnos consagren su tiempo a problemas de interés para sus propios países, y, a su regreso, podrán así aplicar sus conocimientos al fomento forestal. Con harta frecuencia los alumnos ya graduados han de estudiar sin ayuda de nadie en esferas demasiado reducidas o especializadas que requieren, por ejemplo, un equipo del que no van a disponer cuando regresen, lo cual dificulta su adaptación al medio.

Uno de los problemas más importantes de la enseñanza forestal es la educación de la población, ya que muchas facetas del fomento forestal en Africa difieren acaso de los métodos tradicionales de aprovechamiento de tierras. Hay que formar especialistas versados en las condiciones de los diversos países y en las tradiciones de la población, para que ayuden a infundir una mejor comprensión general de la política forestal, ya se trate de la lucha contra el fuego en la sabana, del cuidado de las plantaciones o de la política de ordenación forestal.

La ciencia forestal es una ciencia natural sobre la que no se han acumulado tantos conocimientos como sobre la agricultura, cosa que ocurre incluso en los países más desarrollados, en los que desde hace muchos años hay en marcha intensas actividades forestales. Lo mismo cabe decir por lo que respecta a los bosques tropicales y, aunque en ello se ha hecho ya una provechosa labor y haya en marcha numerosos proyectos de investigación en Africa, hace falta seguir investigando sobre una serie de problemas forestales prácticos.

Hay que adoptar nuevos métodos, por ejemplo de inventariación forestal, adaptados a las circunstancias especiales de los bosques africanos y habida cuenta de las numerosas especies que en ellos se dan y de la complejidad de la estructura de esas masas. Hay que estudiar con más detenimiento la dendrometría de las especies africanas y hay que evaluar el porcentaje de crecimiento de los bosques tropicales, su dinámica y la relación entre el suelo y el incremento de la masa. En lo que respecta a las plantaciones, parece ser que la relación entre los árboles y la fertilidad del suelo es sumamente importante. A veces es posible registrar acusadas deficiencias en las plantaciones de Africa y se plantean graves problemas en algunos sectores de reñida competencia. También sería interesante estudiar las consecuencias del empleo de silvicidas en los bosques tropicales. Sin embargo, es de esperar que en un comienzo haga falta ayuda exterior para organizar las investigaciones y producir alguna de las soluciones, hasta que se disponga de forestales nacionales bien adiestrados y con titulo de Doctor que sean capaces de organizar esas investigaciones. No cabe la menor duda de que el actual sistema de enseñanza forestal en Africa en general deja entrever buenas perspectivas de desarrollo en ese sentido en un futuro inmediato.

Alumnos del último año del Departamento de Montes de la Universidad de Ibadán, reunidos en torno a una sierra de mano horizontal del tipo CD4 comercial: el madero sobre la plataforma es de Afzelia africana.

ENSEÑANZA FORESTAL A NIVEL TÉCNICO

Para que las actividades forestales se desarrollen con eficacia, han de correr a cargo de un número suficiente de técnicos bien capacitados. Se suele calcular que por cada forestal profesional hacen falta de cuatro a diez técnicos que trabajen a sus órdenes, según la región y los problemas planteados. En la mayoría de los países africanos parece ser que hay suficientes escuelas técnicas por el momento, pero la mayoría de ellas habrán de desarrollarse de tal modo que aumente el número de jóvenes que se sientan atraídos por esta carrera.

En lo sucesivo, una tendencia muy importante del desarrollo debe consistir en la formación de técnicos capacitados para la corta y extracción y la elaboración de madera, el aserrío, la organización de ventas de madera y la clasificación y medición de maderas. Dado el caso de que se introduzcan industrias de la pasta y el papel, también harán falta técnicos especializados para que esas industrias se desarrollen y funcionen adecuadamente.

Hay que intensificar la capacitación de guardas forestales, capataces o trabajadores especializados, aun cuando ya hay varios interesantes proyectos en toda Africa que parecen estar dando resultados excelentes. Conviene recordar que, en muchos casos, se han organizado cursos a este nivel en idiomas locales; esto podría constituir un incentivo para más personas, y aumentar con ello más rápidamente el contingente de mano de obra especializada que es indispensable para todo país en desarrollo.

Las escuelas de montes deben encargarse de la labor de extensión forestal entre el público en general, de tal modo que los forestales y los técnicos forestales mantengan un contacto más estrecho con la población y la instruyan en actividades de protección de bosques o de sabanas, y de repoblación forestal, y le infundan una noción general de las actividades forestales y de su valor para su creciente prosperidad. Deben utilizarse ampliamente los medios educativos audiovisuales, como la televisión, la radio y el cine. Ello llevará consigo la utilización de películas especiales y otra documentación para ilustrar las principales actividades forestales y la finalidad de las mismas.

REQUISITOS EN MATERIA DE MONTES E INDUSTRIAS FORESTALES

No existen en Africa industrias forestales de envergadura. La mayor parte de la madera no se elabora en los países africanos, sino que se exporta para su elaboración, sobre todo en Europa. La producción total de un país muy boscoso como el Gabón no llega a la cantidad de madera que corta y extrae una sola gran compañía del Canadá oriental. No hay en toda Africa una sola gran fábrica de papel o celulosa. La mayoría de los técnicos empleados en las operaciones de explotación, elaboración y mercadeo de la madera son extranjeros. Lo mismo cabe decir en cuanto al personal de los servicios administrativos y de los encargados del desarrollo de políticas de ordenación o repoblación forestal, así como los de la inventariación de recursos.

La situación es mucho más grave en los países de habla francesa que en los de habla inglesa, aunque habrá que aumentar el número de forestales y técnicos de montes que hacen falta en ambos grupos de países con el fin de que en los próximos 15 ó 20 años puedan desarrollarse en Africa unas actividades forestales racionales.

En el Cuadro 3, basado en los objetivos forestales para 1985 establecidos en virtud del Plan Indicativo Mundial para el Desarrollo Agrícola PIM indica el número efectivo de técnicos en los países de habla inglesa y de habla francesa de Africa, así como el que se prevé hará falta para 1985.

CUADRO 3. - EFECTIVOS ACTUALES Y PREVISTOS DE TÉCNICOS FORESTALES EN AFRICA



Actuales 1

Requeridos para 1985

Profesionales

Técnicos

Profesionales

Técnicos

Países de lengua inglesa (9 países)

260

1 500

960

4 950

Países de lengua francesa (15 países)

40

360

870

4 620

1 Estas cifras están sujetas a revisión cuando lleguen las respuestas a un cuestionario de la FAO que será remitido a los diversos servicios forestales interesados.

Puede verse que en los 15 países de lengua francesa tenidas en cuenta, hay 40 profesionales, mientras que en los 9 de habla inglesa hay 260, y sólo 360 técnicos en aquellos en comparación con 1 500 en éstos. Las necesidades de ambos grupos de países vienen a ser las mismas, pues hacen falta para 1985 en los países de habla inglesa 960 profesionales, mientras que en los países de habla francesa harán falta 870, y en los países de habla inglesa harán falta 4 950 técnicos y 4 650 en los de habla francesa.

Así, pues, en el grupo de países de habla francesa habrá que multiplicar por 22 la cifra actual de profesionales, y por 13 aproximadamente la del personal técnico. En la mayoría de los casos, una cantidad considerable de puestos profesionales en los países de habla francesa están ocupados en la actualidad por extranjeros y la mayoría de los servicios forestales funcionan con menos efectivos de los que les corresponden en realidad.

INSTITUCIONES EXISTENTES Y NECESIDADES FUTURAS

Nivel profesional

En lo que respecta a los países de habla inglesa, ya existe un departamento de montes en la Universidad de Ibadán, Nigeria, que desarrolla un curso profesional completo para alumnos de habla inglesa y contribuye poderosamente a la formación de forestales profesionales para los países de habla inglesa, principalmente del Africa occidental, con inclusión de la parte anglófona del Camerún. También se forman alumnos en el Colegio de Agricultura y Montes de la Universidad de Monrovia, Liberia. En el Africa oriental de habla inglesa se empieza a organizar en Uganda una escuela de montes de categoría profesional.

En los países de habla francesa, en cambio, no hay ninguna escuela profesional de categoría universitaria. Sin embargo, en el Gabón se empieza a organizar la escuela de Cap Esterias para capacitar a nivel de ingénieurs des travaux, en un curso de tres años posterior al baccalauréat.

Nivel técnico

En toda Africa no hay en la actualidad más que 12 escuelas técnicas donde se desarrollen ciertos cursos de capacitación forestal. En los países de habla inglesa hay ocho escuelas técnicas: en Ghana y en Nigeria, y en Kenia, Malawi, Sudán, Tanzania, Uganda y Zambia. En los países de habla francesa, hay en total cuatro escuelas técnicas: en el Camerún, Gabón y Costa de Marfil, y una en Madagascar, combinada con una escuela de agricultura. Existe una escuela de ordenación de la fauna en Tanzania, y una escuela análoga que empieza a funcionar en Garoua, Camerún, para los países de habla francesa.

Todas estas escuelas forman unas con otras 210 técnicos: 170 las de habla inglesa y 40 las de habla francesa. Se calcula que esas escuelas podrían formar 300 técnicos al año.

Necesidades futuras

Se estima que en un futuro inmediato se necesitará con urgencia la creación a nivel profesional de dos escuelas forestales en países de lengua francesa: una en el Camerún o en la Costa de Marfil y otra en la República Democrática del Congo. En la zona de lengua inglesa ya se trazan planes para ampliar las presentes instituciones de Nigeria y Uganda.

A nivel técnico, se espera obtener un total de 4 950 técnicos para 1985 en los países de habla inglesa; el presente contingente anual debe elevarse a 385, lo cual significa que cada año habrá de aumentar en 215 la promoción correspondiente. En los países de habla francesa habrá que intensificar los esfuerzos de formación de mano de obra especializada, si es que se quieren alcanzar los objetivos fijados para 1985. El contingente de técnicos capacitados habrá de pasar de los 40 formados en la actualidad, a 410 por año, con lo que cada promoción anual habrá de incrementarse en 370.

En Etiopía habrá que fundar una escuela en la que se formen unos 40 técnicos a partir de 1971, para que puedan alcanzarse los objetivos. En las demás escuelas de habla inglesa sólo habrá que ampliar algo las instalaciones existentes. En los países de lengua francesa, en cambio, habrá que intensificar la formación de técnicos, y se sugiere que en el Camerún se capacite anualmente una promoción de 35 técnicos. (Conviene hacer constar que hay una propuesta de capacitar unos 100 técnicos al año en una nueva escuela que ha de construirse en el Camerún con ayuda bilateral.) En el Gabón habrá que capacitar unos 83 técnicos al año, 95 en la Costa de Marfil y 33 en Madagascar. Hará falta fundar una escuela en el Congo (Brazzaville), que forme 21 técnicos al año, y dos escuelas por lo menos en la República Democrática del Congo, en las que se formen al año 40 técnicos. En la República Centroafricana harán falta unos 18 técnicos por año. El Chad, Dahomey y Togo necesitarán todos juntos unos 19 técnicos cada año, y los países de la sabana (Alto Volta, Malí, Mauritania, Níger y Senegal), 27. Se sugiere que la Escuela de Bouaké para la sabana en la Costa de Marfil se amplíe para satisfacer las necesidades de estos países.

NORMAS DE CALIDAD

Preparación de personal docente

En mayo y junio de 1967, la FAO organizó en Suecia, en colaboración con el Organismo Sueco de Fomento Internacional, un curso sobre métodos y técnicas de enseñanza para personal docente de escuelas forestales de categoría técnica. Ese curso trataba de psicología fisiológica y didáctica, mediciones educativas y métodos y técnicas didácticas. También se desarrolló una serie de cursos sobre ayudas docentes, métodos audiovisuales sobre todo. A éstos siguieron demostraciones teóricas y prácticas de enseñanza. Un curso análogo para instructores de habla francesa se organizó en julio - agosto de 1967 en Nogent-sur-Vernisson, Francia. Es de esperar que estos cursos prosigan, con el fin de que los instructores se eleven a la categoría de técnicos y se familiaricen con los métodos más modernos de enseñanza.

La mayoría de los instructores de nivel universitario tendrán que ser extranjeros, y habrá que exigir de ellos lo que se suele esperar de los profesores universitarios.

SUELDOS DEL PERSONAL DOCENTE

Parece ser que la remuneración suficiente de los profesores de las escuelas técnicas forestales constituye un problema fundamental, que debe examinarse con detenimiento en cada país. Al menos durante los primeros años, habrá que aportar asistencia económica exterior y garantizar así el nivel de calidad de la enseñanza.

EQUIPO E INSTALACIONES

Parece ser que la mayoría de las escuelas técnicas necesitarán que se invierta capital en mejorar el equipo y que, en muchos casos, habrá que mejorar también las instalaciones para que puedan desarrollarse programas de enseñanza adecuados. En algunos casos, se carece incluso del equipó moderno más elemental, lo cual no contribuye ciertamente a elevar la calidad de la enseñanza.

REQUISITOS PARA EL INGRESO

Si se quiere formar técnicos útiles, habrá que imponer como requisito para el ingreso en las escuelas técnicas que el alumno haya cursado previamente 11 ó 12 años de estudios generales, según el sistema de enseñanza adoptado en los distintos países.

Para ingresar en la universidad, el alumno habrá de haber cursado 12 o 13 años de estudios generales, o el equivalente del baccalauréat en los países de habla francesa. En muchos casos, tal vez deberían cursar un año de ciencias fundamentales antes de abordar el estudio de las ciencias forestales.

Personalmente, el que esto escribe no es partidario de exámenes de ingreso, pues estima que los alumnos deben seleccionarse con arreglo a su aptitud para seguir un plan de estudios de ciencias forestales, y no sobre la capacidad que acrediten en asignaturas que tal vez sean de menor importancia en las actividades forestales.

SITUACIÓN ACTUAL Y NECESIDADES FUTURAS POR PAÍSES Y SUBREGIONES

En los países de habla inglesa del Africa occidental se proyecta la expansión de las actuales instalaciones de Nigeria y el refuerzo de la escuela forestal de Monrovia, lo cual debe bastar para hacer frente a las necesidades en cuanto a forestales profesionales en un futuro inmediato. Sin embargo, podría desarrollarse poco a poco un plan de ampliación de estudios para graduados que permitiese abordar los principales problemas planteados en esos países. Lo mismo cabe decir de las escuelas técnicas de montes de Ghana, Liberia, Nigeria y Sierra Leona, que habrá que ampliar para alcanzar los objetivos fijados para 1985.

En los países de habla inglesa de Africa oriental, el proyectado departamento de montes de Macarere, Uganda, debe estar en condiciones de cubrir la mayoría de las necesidades. Sin embargo, debe fundarse otra facultad de montes más adelante en una región más meridional para que se ocupe del vasto programa de repoblación forestal necesario en esas zonas, así como de la ordenación de bosques tropicales. Por lo que respecta a las escuelas técnicas, se trata más bien de un problema de expansión y consolidación, que de crear nuevas escuelas, salvo en Etiopía, que necesita una escuela técnica.

Un problema mucho más grave plantea la enseñanza forestal a nivel profesional en los países de habla francesa del Africa occidental, donde radica la mayoría de los bosques tropicales. Partiendo de los estudios efectuados en esa zona en 1968, se propone la creación de una escuela profesional dentro de las universidades del Camerún o de la Costa de Marfil, y otra escuela más en la República Democrática del Congo.

Se recomienda que todas las escuelas técnicas de montes en los países africanos de habla francesa se amplíen de manera que aumente considerablemente el número de alumnos que en ella se gradúan. También conviene estudiar la manera de inducir a los alumnos a estudiar montes, puesto que aquí se plantea un serio problema. Hay que crear nuevas escuelas técnicas en un futuro inmediato en el Congo (Brazzaville) y en la República Democrática del Congo, países que necesitan técnicos con urgencia. Los forestales profesionales que hacen falta para los países de sabana podrían reclutarse entre los graduados del Camerún o de la Costa de Marfil, donde se han fundado esas facultades. Podrían capacitarse técnicos en la Escuela de la sabana de Bouaké, Costa de Marfil, que podría desarrollarse y ampliarse de conformidad con esas nuevas necesidades. También podría ampliarse la Escuela de Cap Esterias para graduar a un número mayor de técnicos, cubriendo así las necesidades para un futuro inmediato de la República Centroafricana y acaso, también en parte, las del Congo (Brazzaville).

En el Magreb, podría fundarse una escuela de montes que también cubriese las necesidades de los países árabes ribereños del Mediterráneo, que en la actualidad envían los alumnos a capacitarse en Irak, la República Arabe Unida y otros países.

En los países de lengua francesa ribereños del Océano Indico, habría que ampliar la escuela técnica de Madagascar y revisar su programa, aunque, por el momento, los forestales profesionales acudieran a formarse al Africa occidental. En los cinco o diez años próximos la ampliación de estudios al nivel de posgraduados habrá que cursarla en el extranjero hasta que las facultades de montes no puedan desarrollar un buen plan de estudios para graduados.

En esas cinco regiones, más adelante, se puede dar a la enseñanza un carácter continuo cuando se disponga de un sistema adecuado de escuelas y se hayan cubierto las necesidades inmediatas de técnicos y forestales profesionales. Conviene destacar la acuciante necesidad de técnicos capaces de organizar operaciones de corta y extracción que cuenten con una excelente formación en administración pública o privada.

La FAO tiene ya varios proyectos de aprendizaje en diversos países para guardas, capataces y trabajadores especializados. Esos programas deben proseguir con objeto de que aumente en Africa el contingente de mano de obra calificada. Al parecer, los programas de aprendizaje son muy satisfactorios y deberían ampliarse cuando haga falta.

COSTO DE UN PROGRAMA DETERMINADO

Puede calcularse que la creación de una facultad de montes moderna y completa costaría aproximadamente 1 millón de dólares. Esta cifra incluiría el costo de los locales y el equipo para una facultad con tres buenos departamentos, por lo menos, y un claustro de 15 a 20 profesores a plena dedicación, que pudiesen capacitar de 30 a 35 alumnos por año, a los 6 ó 7 años de funcionamiento. La formación de un forestal profesional en la universidad costaría unos 3000 dólares al año, mientras que el costo medio de formación de un técnico sería de 3 500 dólares en 2 años.

En las actuales circunstancias de la mayoría de los países africanos, les iba a resultar muy difícil hacer frente a los gastos de semejante ampliación de su programa de enseñanza forestal. La formación de los 1 700 forestales profesionales y de los 10 000 técnicos que hacen falta para 1985 exigiría la inversión de unos 45 millones de dólares entre 1970 y 1985. Evidentemente, los países africanos no pueden por sí solos allegar una suma tan elevada; necesitarían una ayuda ingente de los organismos de asistencia multilateral y bilateral para alcanzar el objetivo fijado en el Plan Indicativo Mundial para 1985.

La realización de un programa de ese tipo tendría como resultado el desarrollo de una economía forestal gracias a la cual muchos países aprovecharían mejor sus recursos naturales y que contribuiría a su evolución normal y a su estabilidad económica. Si no se reconoce la necesidad de invertir cuantiosamente en el fomento de la enseñanza forestal en Africa, van a agravarse las tensiones y las crisis en la economía.

En tanto no se disponga de graduados en número suficiente, deberá proseguir la ayuda exterior, sobre todo en materia de administración, inventariación y política forestal. Hay que hacer un esfuerzo especial en los países de habla francesa, en los cuales las operaciones de corta y extracción no guardan aún proporción con la administración y la ordenación adecuadas de montes. Al mismo tiempo, el actual plan de investigaciones deberá incluir más programas encaminados a un mejor aprovechamiento de los recursos forestales de Africa. En algunos países de Africa occidental, la situación puede compararse a la de la explotación maderera de las masas de pino de Weymouth en el Canadá oriental durante el siglo XIX, que tuvo por consecuencia la desaparición casi total de esa industria por haberse agotado las masas vírgenes sin que nadie se preocupara de su ordenación. Hay que examinar detenidamente las consecuencias de proseguir tales cortas selectivas en el bosque tropical. Ya en algunos países ha cundido la alarma de que la industria está a punto de trasladarse a otras partes. Ello acarrearía indudablemente graves problemas económicos.


Página precedente Inicìo de página Página siguiente