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Enseñanza y capacitación forestales en América Latina

H. L. SHIRLEY Y J. PRATS LLAURADÓ

HARDY L. SHIRLEY ex-Decano del State University College of Forestry, Syracuse (Nueva York), y ex-presidente del Comité Asesor de la FAO sobre Enseñanza Forestal; J. PRATS LLAURADÓ, del Departamento de Montes es Secretario del Comité. Resumen de un informe preparado para la cuarta sesión del Comité Asesor de la FAO sobre Enseñanza Forestal (Ibadán, Nigeria, 11-12 julio 1969).

A excepción de tres escuelas que harían falta para las regiones del Amazonas, del Caribe y de América Central, y quizás una para el Ecuador, hoy día existen escuelas superiores suficientes para satisfacer las necesidades previstas hasta 1985, con tal de que estas instituciones puedan triplicar el número de sus egresados. Todas estas escuelas necesitan mejorar su calidad, algunas en gran medida. En el informe se sugieren métodos para evaluar esa calidad y se indican medidas que pueden adoptarse para elevarla.

Hay una aguda escasez de escuelas para peritos forestales. Se estima que harán falta unas 40 escuelas de este tipo, mientras que en 1968 no había más que 12 en ejercicio, y sólo una con el promedio de 65 egresados en que se basa la cifra de 40 escuelas. Además, al menos la mitad de las escuelas en funciones, preparaban realmente personal capacitado de nivel vocacional avanzado más que verdaderos peritos. Cada uno de los países y los organismos de asistencia habrán de hacer un gran esfuerzo para atender esta necesidad.

Aunque los profesionales y los peritos constituyen el personal esencial para lanzar con éxito un programa de desarrollo forestal, la enseñanza forestal debe abarcar asimismo a los trabajadores forestales a nivel vocacional y también a un vasto sector del público general, si se quiere que las medidas de sana política que se adopten obtengan la aceptación nacional, que se financien los programas necesarios y que las industrias forestales contribuyan plenamente a la economía nacional.

El informe trata de mostrar que el programa por el que se aboga para el progreso de la enseñanza forestal hasta 1985 es realista, si se sopesan los beneficios generales que pueden esperarse de su realización, y que los esfuerzos que el programa implica son proporcionados a las posibilidades de la región, dado el sorprendente desarrollo logrado en materia de enseñanza y capacitación forestales en América Latina desde los años cincuenta.

Objetivos y métodos del estudio

En 1967, el Comité Técnico de Montes y Productos Forestales del 14° período de sesiones de la Conferencia de la FAO pidió que se hiciese un estudio de ámbito mundial sobre las necesidades en cuanto a enseñanza forestal para determinar cuántas escuelas más harían falta, qué temas deberían incluirse en sus programas de estudio y dónde habrían de emplazarse. El estudio resumido en esta nota es el primero de una serie de estudios regionales en preparación atendiendo a la petición del comité.

La planificación de la enseñanza ha avanzado mucho en América Latina desde que se recomendó por primera vez a nivel regional durante la Segunda Reunión Interamericana de Ministros de Educación (Lima, 1956). Al mismo tiempo, la idea de la planificación económica ha llegado a aceptarse comúnmente en la región y el valor de la enseñanza como inversión productiva de importancia decisiva para el proceso total del desarrollo se reconoce unánimemente. El estudio es un intento de aplicar el concepto de integración de la planificación de los recursos humanos con la planificación económica a un sector circunscrito, pero importante, de la economía latinoamericana: el de los bosques y las industrias basadas en ellos. Los objetivos del desarrollo económico sectorial utilizados en este estudio como base para planificar las necesidades en cuanto a enseñanza y capacitación forman parte de un estudio más amplio de planificación económica; los autores han intentado, a su vez, adaptar las conclusiones a que han llegado y sus sugerencias sobre enseñanza forestal a los planes de enseñanza general de los países.

Lo que se ha hecho es determinar el número de peritos forestales que harán falta en el año meta de 1985 para llevar a cabo las diversas tareas indispensables para alcanzar los objetivos del Plan Indicativo Mundial de la FAO para el Desarrollo Agrícola (PIM). Entre ellas están el establecimiento y cuidado de plantaciones forestales, la ordenación de bosques naturales, el aprovechamiento y elaboración de maderas y la fabricación de pasta y otros productos primarios. A la determinación de estas necesidades se ha llegado tomando los objetivos provisionales de producción del PIM para 1985 y aplicando a ellos normas sobre necesidades de personal. La determinación del número necesario de forestales profesionales se ha hecho aplicando normas de supervisión a las diversas tareas propias de los peritos. Además, se han calculado las necesidades de personal forestal capacitado en relación con el uso múltiple de los bosques, los parques, la fauna silvestre, la ordenación de cuencas hidrográficas y el recreo, así como el que hace falta para enseñanza, investigación, extensión y capacitación. Mediante la aplicación de porcentajes de bajas se pudo llegar a la determinación de la promoción anual de profesionales y peritos que hace falta. Sirviéndose de promociones medias para las escuelas superiores y de peritos, fue posible proyectar el número de las escuelas necesarias, país por país, para cubrir todas las necesidades.

Las proyecciones provisionales del PIM proporcionaron la base principal para las estimaciones cuantitativas de las necesidades de enseñanza para profesionales y peritos. Sin embargo, hacía falta mucho más para evaluar las necesidades cualitativas y tener en cuenta las diversas facetas de la dasonomía, aparte de las relativas al aprovechamiento de maderas. Para ello, los autores utilizaron la rica experiencia que la FAO ha adquirido en América Latina. Además, visitaron numerosas escuelas superiores y de peritos y se distribuyó un cuestionario a todos los centros de enseñanza para obtener una información actualizada sobre matrículas, graduados, número de instructores y otros datos.

Para poner en relación el programa de enseñanza proyectado con las necesidades regionales, se estudian las características físicas, económicas y demográficas de la región en su conjunto y se destacan algunas de las tareas principales con que se enfrentan las naciones latinoamericanas en el desarrollo y utilización de sus recursos forestales. Después de examinar los sistemas existentes en materia de enseñanza forestal en América Latina, el estudio sugiere objetivos concretos para el mejoramiento cualitativo y la expansión cuantitativa de esos sistemas, con el fin de hacerlos más racionales y eficientes. Calcula además el orden de magnitud de los gastos necesarios para esos fines. El estudio se ha realizado respecto a la región como un todo, y se reconoce que cada una de las naciones debe estudiar su propia situación, lo que exigirá el examen crítico de los objetivos de enseñanza establecidos, así como de las metas señaladas para el desarrollo de los bosques y las industrias forestales en las que esos objetivos de enseñanza se basan. Los autores han llamado la atención respecto al peligro de supervalorar las fórmulas e infravalorar la flexibilidad al hacer las estimaciones de las necesidades de mano de obra. Han subrayado las limitaciones de un método que abarca, con la misma serie de supuestos y normas, a muchos países y diversas circunstancias.

Para el estudio se ha escogido el período que se extiende hasta 1985 porque este año es el segundo de los señalados como meta en el PIM, del que se han derivado las estimaciones de las necesidades de personal capacitado. Además de utilizar los datos provisionales del PIM, los autores se han servido ampliamente de la información y experiencia adquiridas por la FAO, así como por las Naciones Unidas, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) entre las organizaciones internacionales que han desempeñado un papel en la planificación de la enseñanza y la economía de América Latina.

Datos estadísticos, básicos para la evaluación de las necesidades de personal capacitado

La contribución de los montes y las industrias forestales al desarrollo económico sólo alcanzará los niveles por los que se aboga en el PIM si cada país forma una plantilla suficiente de profesionales y peritos en materia de montes e industrias forestales para planificar, inspeccionar y ejecutar eficazmente los desarrollos previstos, especialmente respecto al embosquecimiento y repoblación forestal, aumento de la producción de materias primas forestales y expansión de la industria forestal. Se intenta una evaluación de esas necesidades de personal sobre la base de los datos pertinentes, tomados de los informes del PIM sobre los distintos países, que se muestran en los cuadros 1A y 1B, para los montes y las industrias forestales respectivamente.

CUADRO 1A. - DATOS BÁSICOS PARA LA ESTIMACIÓN DE LAS NECESIDADES DE PERSONAL CAPACITADO FORESTAL EN AMÉRICA LATINA EN 1985

FUENTE: Datos provisionales del Plan Indicativo Mundial para el Desarrollo Agrícola de la FAO y documento de la FAO LAFC-67/5, completados con estimaciones de los autores.

Enseñanza de tecnología de la madera en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, México.

Las estimaciones de personal capacitado expuestas en los cuadros 2A, 2B, y 2C se han basado en las actividades concretas que serán necesarias para alcanzar los objetivos de producción por los que se aboga en el PIM para 1985, y que se resumen en los cuadros 1A y 1B.

Se han utilizado normas empíricas para la determinación del número de peritos; el número de profesionales se ha obtenido mediante la aplicación de cuotas de supervisión. Estas normas y cuotas de supervisión se basan en gran medida en la experiencia obtenido en otras partes en condiciones análogas; aunque se estima que constituyen promedios prudenciales, será preciso ajustarlos en cada país y revisarlos teniendo en cuenta la evolución de las circunstancias. El trabajo se inspira en los principios metodológicos establecidos por S. D. Richardson 1 y respaldados por el Comité Asesor de la FAO sobre Enseñanza Forestal en su tercera reunión (Munich, septiembre de 1967).

1 S.D. RICHARDSON: 1967. Manpower and training requirements in forestry development planning, documento FAO FO/IWP/67/1.

Aunque el PIM no da indicaciones cuantitativas al respecto, se han hecho estimaciones mínimas de los efectivos de personal capacitado que harán falta en 1985 para las actividades esenciales de dasonomía con fines múltiples (incluida la protección de determinados bosques naturales) no relacionados directamente con los objetivos del PIM. Respecto a cada país, estas estimaciones (columna 5 del Cuadro 2A) se basan en las necesidades que probablemente se sentirán en los sectores siguientes: corrección de torrentes; conservación de tierras y aguas en zonas montañosas; protección del bosque contra intrusiones, incendios, plagas y enfermedades; aspectos forestales de la colonización de tierras, y recreo, parques nacionales y ordenación de la fauna. También en esas cuestiones, los distintos países deben ajustar las estimaciones de acuerdo con sus necesidades y posibilidades.

Por último, las necesidades en cuanto a planificación del desarrollo, extensión, investigación, enseñanza y capacitación se han calculado separadamente como porcentajes del total de efectivos de personal capacitado para el trabajo en montes e industrias forestales, teniendo en cuenta el esfuerzo excepcional de capacitación que hará falta realizar en los próximos 16 años.

CUADRO 1B. - DATOS BÁSICOS PARA LA ESTIMACIÓN DE LAS NECESIDADES DE PERSONAL CAPACITADO PARA LAS INDUSTRIAS FORESTALES EN AMÉRICA LATINA EN 1985

 

Consumo anual del madera rolliza para industrias forestales

Producción de pulpa

Madera aserrada

Productos laminados

Miles de m³ ® por año en 1985

Miles de tm por año, 1985

Argentina

5 014

712

870

Bolivia

281

16

-

Brasil

35 177

5 674

2 160

Zona del Caribe

3 694

833

195

América Central

8 020

600

290

Chile

5 870

637

1 654

Colombia

4 861

500

664

Ecuador

2 012

142

160

México

6 562

930

430

Paraguay

344

48

-

Perú

1 225

196

150

Surinam, Guyana, Guayana Francesa

800

100

200

Uruguay

248

122

39

Venezuela

1 265

212

386

TOTAL

75 373

11 722

8 198

FUENTE: Datos provisionales del PIM y documento LAFC-67/4 de la FAO, completado con estimaciones de los autores.

CUADRO 2A. - NECESIDADES DE PERSONAL CAPACITADO PARA MANEJO DE TIERRAS FORESTALES EN AMÉRICA LATINA EN 1985

NOTA: P = peritos; U = universitarios.

NORMAS

1. Plantaciones

a) Establecimiento (incluidas operaciones conexas)

1 perito por cada 200 ha

b) Ordenación

1 perito por cada 2 000 ha en Argentina, Brasil y Chile
1 perito por cada 1500 ha en los demás países.

2. Bosques naturales

Ordenación para la producción

El 50 por ciento de los peritos necesarios para el suministro de madera industrial que se calcula procede de los bosques naturales (véase la norma 3 más adelante) y los porcentajes enumerados en la última columna del Cuadro 1A. En cuanto a México y América Central, el porcentaje empleado es del 75 por ciento a causa de la extensión de los bosques naturales de coníferas.

3. Suministro de madera y leña para fines industriales (corta, desembosque y transporte)

a) Para la producción de trozas (trozas de aserrío, tableros contrachapados, chapas y traviesas)

1 perito por cada 10 000 m³ de madera rolliza extraída al año

b) Para la producción de otras maderas industriales

1 perito por cada 30 000 m³ de madera rolliza extraída al año

c) Producción de leña

1 perito por cada 100 000 m³ anuales de leña industrial (utilizada en siderurgia, barcos de vapor, trenes, fábricas de ladrillos, etc.)

1 perito por cada 1000 000 de m³ anuales de leña que no se destine a fines industriales.

4. Industrias forestales

a) Aserrío

1 perito por cada 25 000 m³ de insumo anual

b) Industrias de paneles a base de madera

1 perito por cada 12 500 m³ de insumo anual

c) Pasta

1 perito por cada 5 000 tm de producción anual.

5. Dasonomía con fines múltiples

Los cálculos se basan en la extensión de los parques nacionales, las reservas de fauna silvestre y las zonas de bosque de recreo, las superficies sometidas a fenómenos torrenciales, las cuencas hidrográficas que necesitan protección para evitar el aterramiento de los embalses y otros daños previsibles, y las zonas de ordenación y plantación forestal comprendidas en los planes de colonización de tierras.

6. Actividades auxiliares

Las necesidades de personal profesional para desarrollo, extensión, investigación, enseñanza y capacitación, se calculan en el 15 por ciento del total de personal profesional capacitado que hace falta para las actividades comprendidas en los anteriores números 1-5.

CUADRO 2B. - NECESIDADES DE PERSONAL CAPACITADO PARA INDUSTRIAS FORESTALES EN AMÉRICA LATINA EN 1985







Elaboración do madera


Pulpa


Totales 1 + 2 + 4

Aserrío

Productos laminados

Subtotal 1 + 2

(1)

(2)

(3)

(4)

(5)

Argentina

P

210

57

258

174

432

U

40

19

59

87

146

Bolivia

P

11

1

12

-

12

U

2

-

2

-

2

Brasil

P

1 407

454

1 861

432

2 293

U

281

151

432

216

648

Zona del Caribe

P

148

67

215

39

254

U

30

22

52

19

71

América Central

P

321

48

369

58

427

U

64

16

80

29

109

Chile

P

235

51

286

331

617

U

47

17

64

165

229

Colombia

P

198

40

238

133

371

U

40

13

53

66

119

Ecuador

P

80

11

91

32

123

U

16

4

20

16

36

México

P

262

154

416

286

702

U

52

51

103

143

246

Paraguay

P

14

4

18

-

18

U

3

1

4

-

4

Perú

P

49

16

65

30

95

U

10

5

15

15

30

Surinam, Guyana, Guayana Francesa

P

32

8

40

40

80

U

6

3

9

20

29

Uruguay

P

10

10

20

8

28

U

2

3

5

4

9

Venezuela

P

51

17

68

77

145

U

10

6

16

38

54

TOTAL

P

3 019

938

3 957

1 640

5 597

U

603

311

914

818

1 732

NOTA: P = peritos U = universitarios.

CUADRO 2C. - NECESIDADES DE PERSONAL CAPACITADO FORESTAL Y DE INDUSTRIAS FORESTALES EN AMÉRICA LATINA EN 1985, POR GRUPOS DE DISCIPLINAS





Ordenación de tierras

Industria forestal

Subtotal

Actividades complementarias

Total

(1)

(2)

(3)

(4)

(5)

Argentina

P

1 834

432

2 266

150

2 416

U

32

146

470

75

545

Bolivia

P

335

12

347

22

369

U

69

2

71

11

82

Brasil

P

7 584

2 293

9 877

534

10 411

U

1 135

648

1 783

267

2 050

Zona del Caribe

P

1 642

254

1 896

104

2 000

U

273

71

344

52

396

América Central

P

2 096

427

2 523

136

2 659

U

341

109

450

68

518

Chile

P

2 131

617

2 748

172

2 920

U

347

229

576

86

662

Colombia

P

1 706

371

2 077

126

2 203

U

304

119

423

63

486

Ecuador

P

693

123

816

46

862

U

120

36

156

23

179

México

P

2 540

702

3 242

200

3 442

U

419

246

665

100

765

Paraguay

P

18

18

201

12

213

U

37

4

41

6

47

Perú

P

1 049

95

1 144

74

1 218

U

215

30

245

37

282

Surinam, Guyana, Guayana Francesa

P

375

80

455

32

487

U

75

29

104

16

120

Uruguay

P

244

28

272

16

288

U

42

9

51

8

59

Venezuela

P

925

145

1 070

76

1 146

U

19

54

250

38

288

TOTAL

P

23 337

5 597

28 934

1 700

30 634

U

3 897

1 732

5 629

850

6 479

NOTA: P = peritos; U = universitarios.

CUOTAS DE SUPERVISIÓN (PROFESIONALES/PERITOS)

Plantaciones


a) Establecimiento

1:7


b) Ordenación

1:6

Bosques naturales


Ordenación para la producción

1:6

Suministro de madera

1:8

Industria


a) Aserrío

1:5


b) Paneles

1:3


c) Pasta

1:2

Dasonomía con fines múltiples

1:4

Actividades auxiliares

1:2

Demostraciones de la técnica de afilado de sierras en la Facultad de Montes de la Universidad Agraria, La Molina, Perú.

Actividades de enseñanza y capacitación que se deducen de las estimaciones de personal

El Cuadro 2C muestra que el personal capacitado en montes e industrias forestales que hace falta para 1985 en América Latina será del orden de los 6 500 profesionales y 30 600 peritos. Aceptados estos supuestos, surgen las cuestiones siguientes:

a) ¿Qué resultados arroja la comparación entre estas cifras y los efectivos actuales de personal capacitado en montes e industrias forestales?

b) ¿Cuál debe ser el número anual de egresados profesionales y peritos que hace falta para alcanzar las cifras estimadas para 1985?

c) ¿Son esas cantidades realistas dada la probable evolución de los sistemas nacionales de enseñanza?

d) ¿Cuáles deben ser las funciones de las escuelas forestales existentes?

e) ¿Cuáles son las necesidades de nuevas escuelas forestales? ¿de qué tipo y nivel han de ser éstas?

f) ¿Cuál es el orden de magnitud de las inversiones necesarias en la enseñanza en materia de montes e industrias forestales?

g) ¿Son estas inversiones proporcionadas a los beneficios que cabe esperar de ellas?

NIVEL PROFESIONAL

En la actualidad, hay 17 escuelas en América Latina que ofrecen programas amplios en las disciplinas de montes o industrias forestales a nivel universitario: Argentina, 2; Brasil, 4; Chile, 3; Colombia, 3; Costa Rica, 1; México, 1; Perú, 1; Uruguay, 1 y Venezuela, 1. Aunque, por lo general, se ofrece también instrucción en materia de productos forestales (por ejemplo en Chapingo, México; Medellín, Colombia; y Turrialba Costa Rica) la atención principal se centra hoy día en la silvicultura, la ordenación y la ingeniería, habiendo una sola escuela (Valparaíso, Chile) que proporciona enseñanza completa en tecnología de la madera al nivel de pregrado, y otra escuela (Mérida, Venezuela) que ofrece un curso en productos forestales para graduados. En el Cuadro 3 se da el número aproximado de graduados de todas estas escuelas.

La mayoría de los profesionales que se ocupan actualmente de montes e industrias forestales proceden de las 17 escuelas mencionadas anteriormente (aproximadamente 1 300). Se calcula que otros 200 profesionales vienen de unas 20 escuelas de agricultura de nivel universitario existentes en América Latina que ofrecen una capacitación limitada en dasonomía, de escuelas forestales situadas fuera de la región y de otras carreras universitarias, como las de química o ingeniería civil. En las 17 escuelas forestales a nivel universitario de América Latina se gradúan en la actualidad unas 150 personas anualmente, pero esta cifra podría elevarse a un total anual de 450 aproximadamente.

Suponiendo una proporción de bajas del 5 por ciento en la profesión, se necesita que egresen 500 personas anualmente para elevar el número actual de profesionales dedicados a los montes e industrias forestales (aproximadamente 1 500) a la cifra que se propugna para 1985 (unos 6 500). Por tanto, hablando sólo en términos cuantitativos, las escuelas forestales de nivel universitario existentes en América Latina podrían atender prácticamente el esfuerzo educacional que hace falta a ese nivel, ya que una parte de los profesionales necesarios, especialmente en las industrias forestales, procederán de otras carreras. No es probable que la matrícula necesaria cada año para la enseñanza a nivel universitario en materia de montes e industrias forestales (alrededor de 800, o sea, menos de 0,1 por ciento de todos los egresados de las escuelas secundarias) recargue significativamente los sistemas nacionales de enseñanza.

CUADRO 3. - ESCUELAS FORESTALES Y DE TECNOLOGÍA DE LA MADERA EXISTENTES EN AMÉRICA LATINA EN 1968



Ciudad

Fecha de fundación

Duración del curso

Graduados por años 1

Total de graduados

Años

Promedio reciente

Argentina

Santiago del Estero

1958

5

6

31

La Plata

1960

² 3+2

5

25

Brasil

Viçosa

1960

4

20

33

Curitiba

1963

4

30

81

Piracicaba

1963

² 4+1

³...

³...

Río de Janeiro

1967

3...

3...

3...

Chile

Santiago

1952

5

9

53

Valdivia

1954

5

5

60

Valparaíso 4

1961

6

1

5

Colombia

Medellín

1950

5

9

54

Bogotá

1951

5

18

199

Tolima

1962

5

3...

17

Costa Rica

Turrialba

1944

5 1-2

9

40

México

Chapingo

1909

2,6 3+4

15

667

Perú

La Molina

1963

5

6

21

Uruguay

Montevideo

1960

5

2

6

Venezuela

Mérida 7

1948

5

11

140

TOTAL




145

1 432

1 Cifras aproximadas. - ² Especialización forestal después de cursos de agronomía. - ³... No se dispone de información. - 4 Industrias químicas forestales. - 5 Escuela de posgrado. - 6 Incluye parte de enseñanza secundaria. - 7 Escuelas de pre y posgrado.

Sin embargo, desde el punto de vista cualitativo, hay que abordar varios problemas. En primer lugar, la distribución geográfica de las escuelas es desigual. Así, por ejemplo, Colombia, con sus 3 escuelas de montes de nivel universitario, se enfrenta ya con una superproducción de graduados forestales, mientras que hay una sola escuela para toda la zona de América Central y del Caribe. En segundo lugar, habrá que realizar ajustes en los planes de estudio y medios de enseñanza, especialmente con el fin de formar un mayor número de profesionales capacitados para las industrias forestales y suministro de madera. En los principales países forestales deberían haberse adoptado ya dos planes de estudio de nivel universitario, uno en ordenación de tierras forestales y otro en industrias forestales y tecnología de la madera. En tercer lugar, habrá que tomar disposiciones para aumentar los medios existentes hoy día en América Latina para capacitación de posgraduados, especialización y enseñanza continua en materia de montes e industrias forestales, así como para proporcionar oportunidades de formación avanzada fuera de la región. Todos estos aspectos se examinan detalladamente en el informe completo.

NIVEL DE PERITO (TÉCNICO)

En comparación con la disponibilidad actual de peritos de montes e industrias forestales en América Latina la cifra de casi 31 000 peritos calculada para 1985 exigirá un decidido cambio de prioridades en las actuales políticas de enseñanza forestal en favor de la capacitación técnica.

Según los datos disponibles, existen hoy día 12 escuelas forestales, de nivel técnico, en América Latina. Puede calcularse que el conjunto de estas escuelas forma unos 480 peritos anuales La mayoría de ellas, si no todas, son de fundación reciente, y se estima que el número actual de peritos de montes e industrias forestales en la región, incluidos los ya empleados que han recibido poca o ninguna capacitación metódica, pero que han sido capacitados durante la prestación de servicios, no excede de 2 500.

Para elevar el número existente de peritos de montes e industrias forestales a 30 600 para 1985, América Latina debe formar un promedio anual, suponiendo una proporción de bajas del 5 por ciento, de casi 2 700 peritos entre el momento actual y 1985. Si se parte de la hipótesis de que esta cifra anual puede alcanzarse para 1975, será necesario compensar el bajo promedio de promociones del período anterior a ese año, mediante el aumento de la cifra a las de unos 3 000 peritos anuales entre 1975 y 1985. Además de aprovechar al máximo la capacidad de escuelas existentes, y ampliarla cuando sea posible, hará falta crear alrededor de 28 escuelas nuevas. En el Cuadro 4 se muestra la distribución por países de las nuevas escuelas que se proponen.

La reorientación de la enseñanza secundaria en favor de la capacitación técnica va aceptándose cada vez más en América Latina y puede suponerse que el número de alumnos a admitir por las escuelas de montes e industrias forestales de nivel técnico (un promedio anual de 3 300) no está en desacuerdo con los diversos planes nacionales de enseñanza. Debe advertirse que probablemente la capacitación en servicio continuará desempeñando un papel fundamental, especialmente en cuanto a los peritos en industrias forestales.

ENSEÑANZA DE POSGRADO

La enseñanza forestal no puede contar con una base doctrinal autónoma si no existen instituciones a nivel de posgrado que preparen a los graduados para funciones administrativas de alto nivel, para la enseñanza y la investigación. Actualmente, América Latina cuenta con una sola escuela para graduados bien organizada, el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA) en Turrialba. Se está organizando un programa para graduados en la Universidad de los Andes. Ambas instituciones necesitan el estímulo y apoyo de todo el hemisferio. Hay además justificación para organizar en la Universidad de Sao Paulo un curso que especialice en la tecnología de la madera y el aprovechamiento forestal.

CUADRO 4. - CENTROS DE ENSEÑANZA Y CAPACITACIÓN PARA PERSONAL FORESTAL EN AMÉRICA LATINA: EXISTENTES Y ESTIMACIÓN DE LOS QUE SERÁN NECESARIOS EN 1980

 

Nivel universitario

Nivel técnico (peritos)

1968

1980

1968

1980

Argentina

2

2

0

3

Bolivia

0

0

0

1

Brasil

4

4

0

14

Zona del Caribe

0

1

2

2

América Central

1

2

2

2

Chile

3

3

2

4

Colombia

3

1

0

3

Ecuador

0

1

1

1

México

1

1

1

3

Paraguay

0

0

0

1

Perú

1

1

1

2

Surínam, Guyana, Guayana Francesa

0

0

1

1

Uruguay

1

1

1

1

Venezuela

1

1

1

2

TOTAL

17

18

12

4

Frecuentemente se ha mencionado la conveniencia de que las escuelas latinoamericanas establezcan relaciones de cooperación con buenas escuelas de América del Norte o Europa, cosa que seria especialmente beneficiosa para la enseñanza de posgrado y la investigación. Un centro merece especial mención, a saber, la Escuela de Ingenieros de Montes de Madrid, que ha presentado ya una propuesta para establecer un centro de enseñanza de posgrado para forestales de habla española. Esta propuesta supone que el programa para graduados se desarrolle conjuntamente por la Escuela de Madrid, representantes de escuelas latinoamericanas y la FAO.

Es norma de los educadores que no todos los miembros de una facultad hayan obtenido su licenciatura en una misma institución. Lo mismo cabe decir de los miembros de un servicio forestal. Es conveniente que haya tres centros para la enseñanza de posgraduados en la misma América Latina: el IICA, la Universidad de los Andes (Venezuela) y la Universidad de Sao Paulo. A éstos debería añadirse la Universidad de Madrid. Seguirá siendo necesario enviar graduados a otras universidades septentrionales para ampliar estudios en materias de interés especial. Los organismos de financiamiento deben mantener abiertas todas estas vías.

NUMERO DE ESCUELAS NECESARIAS

En el Cuadro 4 se da la lista de las escuelas superiores y técnicas que es probable hagan falta para formar el número de profesionales y peritos calculado en el Cuadro 2C. Esta lista se basa en el promedio de promociones de las escuelas forestales indicado en el Cuadro 5.

Financiación del programa

El estudio sólo se ocupa directamente de los costos de un programa de enseñanza forestal y de los beneficios que se esperan de él, pero hay que reconocer que no es ni posible ni conveniente separar esos costos y beneficios de los correspondientes a todo el programa de desarrollo de montes e industrias forestales sugerido en el PIM. Por esta razón, se intenta, en primer lugar, relacionar los gastos de enseñanza con las inversiones de capital en medios materiales para los montes e industrias forestales previstas en el Plan y, en segundo lugar, comparar esos costos con los beneficios generales que se derivarán de la realización del propuesto programa de desarrollo.

Los costos unitarios medios que figuran en los cuadros 6 y 7 se aplican al total de las promociones que hacen falta para llegar al número global de 500 profesionales y 30 600 peritos indicados en el Cuadro 2C como necesarios para 1985. A esas cifras se llegará si egresan en promedio 500 profesionales y 2 700 peritos anuales, o sea de unos 8 000 profesionales y 43 000 peritos durante el período que se extiende hasta 1985. Como se verá en el Cuadro 8, los costos totales de estas actividades de enseñanza serán del orden de los 204 millones de dólares, con alrededor de 135 millones destinados al personal de administración de tierras forestales, 55 millones al personal de la industria forestal y 14 millones al que realiza actividades auxiliares. En el Cuadro 8 se calculan los gastos recurrentes de la enseñanza forestal superior y técnica en la región, durante el período de 1969 a 1985, en unos 191 millones de dólares, o sea 12 millones de dólares anuales de promedio. Compárese esta cifra con la proyección hipotética de las Naciones Unidas, que arroja un gasto corriente anual de 4 700 millones de dólares para 1980 con destino a la enseñanza universitaria y la secundaria.

CUADRO 5. - PRODUCCIÓN, MATRÍCULA Y PROFESORADO SUGERIDOS PARA LAS ESCUELAS FORESTALES Ex AMÉRICA LATINA


Escuela nivel universitario (5 años de estudio)

Escuela nivel técnico(3 años de estudio)

PRODUCCIÓN ANUAL

Mínima

15

25

Media

30

65

Máxima

80

80

MATRÍCULA

Mínima

105

100

Media

210

240

Máxima

560

300

PROFESORADO A TIEMPO COMPLETO

Mínimo

1 (10)

(9)

Universitario

8

4

Técnico

2

5

Medio

1 (20)

(22)

Universitario

17

10

Técnico

3

12

Máximo

1 (52)

(27)

Universitario

46

12

Técnico

6

15

1 Excluyendo el profesorado no proveniente de carreras forestales (se calcula que el profesorado forestal representa el 75 por ciento del total).

Demostración del uso de la sierra de cadena a estudiantes del Centro de Capacitación Forestal, Conocoto, Ecuador.

Si se examinan las inversiones en medios materiales destinadas a montes e industrias forestales según los cálculos del PIM, resulta que el costo global de la enseñanza del personal capacitado forestal (profesionales y peritos) representa el 3,5 por ciento de todas aquellas inversiones. Se eleva al 13,2 por ciento de las inversiones en montes el costo de la capacitación del personal dedicado a la ordenación de tierras (incluyendo el que se ocupa en la dasonomía de uso múltiple y la de protección) y llega al 1,2 por ciento de las inversiones en industrias forestales el costo de la capacitación del personal destinado a esas industrias (excluido el procedente de las escuelas de ingeniería, química y otras análogas no relacionado con la dasonomía).

CUADRO 6. - ESTIMACIÓN DE LOS COSTOS EN INVERSIONES DE CAPITAL PARA EL ESTABLECIMIENTO DE ESCUELAS FORESTALES EN AMÉRICA LATINA

 

 

Costo total

Costo por plaza de estudiante

Costo por graduado (nueva escuela)

Costo adicional por graduado (escuela existente)

Dólares EE. UU. 1

Nivel universitario

750 000

3 600

1 250

250

Producción anual: 30





Matrícula: 210





Nivel técnico (peritos)

400 000

1 650

300

60

Producción anual: 65





Matrícula: 240





1 Cifras redondeadas.

NOTA: Los costos incluyen: terrenos, salas de profesores y alumnos, viviendas del personal y equipo.

Costos por graduado calculados con un periodo de amortización de 20 años para todas las inversiones, salvo los terrenos.

El costo de capacitar al personal vocacional y a los trabajadores especializados en trabajos forestales y de industrias forestales no se ha investigado con detalle pero puede estimarse en el 6 por ciento de las inversiones en montes y el 0,8 por ciento de las inversiones en industrias forestales, respectivamente. Para llegar a esta estimación aproximada se ha supuesto que: (a) las proporciones personal técnico/vocacional y vocacional/mano de obra especializada son por término medio de 1:6 y 1:8 respectivamente; y (b) el personal de nivel vocacional y los trabajadores especializados reciben, como promedio, una capacitación metódica de seis meses y un mes, respectivamente.

Las cifras anteriores dan una idea del volumen de la tarea docente que tienen por delante los países latinoamericanos en materia de montes e industrias forestales. Sólo un esfuerzo de este orden de magnitud y el uso eficaz de los medios de enseñanza existentes y por crear permitirán elevar el valor anual bruto de la producción forestal y de las industrias forestales en la cuantía prevista en el PIM. El PIM calcula para toda América Latina un aumento de la producción forestal que, partiendo de unos 900 millones de dólares en 1962, llegará alrededor de 2 200 millones de dólares en 1985 y, en cuanto a la producción de industrias forestales, un incremento que de 1 000 millones de dólares aproximadamente en 1962 alcanzará los 4 500 millones de dólares, poco más o menos, en 1985.

CUADRO 7. - ESTIMACIÓN DE LOS COSTOS RECURRENTES MEDIOS DE LA ENSEÑANZA FORESTAL EN AMÉRICA LATINA



Gasto anual por plaza de estudiante

Gasto por graduado

Dólares EE.UU.

Nivel universitario

1 030

7 200

Producción anual: 30



Matrícula: 210



Nivel técnico (peritos)

800

3 100

Producción anual: 65



Matrícula: 240



NOTA: Los costos incluyen: personal de enseñanza y auxiliar, alojamiento y manutención de los estudiantes, materiales y mantenimiento.

(Los costos deberían multiplicarse para cada vais por un factor que puede variar desde 0,7 aproximadamente para solivia hasta 1,5 para Venezuela)

CUADRO 8. - ESTIMACIÓN DE GASTOS ACUMULATIVOS DE ENSEÑANZA FORESTAL Y DE INDUSTRIAS FORESTALES EN AMÉRICA LATINA: 1969 A 1985 1


 

Universitarios

Peritos

Totales

Miles de dólares EE.UU.

Número de graduados

8

43

51

de los cuales:

en escuelas existentes

6,5

13

18,5

en nuevas escuelas

1, 5

30

31,5

Inversiones de capital por graduado




en escuelas existentes

0,25

0,06

-

en nuevas escuelas

1,25

0,30

-

TOTAL DE LAS INVERSIONES DE CAPITAL (1)

3 500

9 780

13 280

de las cuales:

en escuelas existentes

1 625

780

2 405

en nuevas escuelas

1 875

9 000

10 875

Gastos recurrentes por graduado

7

3

-

GASTOS RECURRENTES TOTALES (2)

57 600

133 300

190 900

COSTOS TOTALES DE ENSEÑANZA (1+2)

61 100

143 080

204 180

1 Sólo los niveles universitario y técnico (peritos).

Realismo del programa

En el PIM y en este estudio específico de las necesidades existentes en materia de enseñanza forestal sólo se puede indicar lo que podría lograrse dentro de límites asequibles. Está claro que se proyecta un gran avance general, pero esto es lo que la población de la mayoría de los países pide y espera. Cabe alentar a las naciones que pueden sobrepasar las proyecciones establecidas a que lo hagan así; otras quizá quieran disminuirlas. Pocas de las hipótesis que hubo que sentar en esta fase tienen validez más allá del período de planificación. Mucho dependerá de la capacidad que tenga globalmente cada economía nacional de desarrollarse con rapidez suficiente para sostener el programa de fomento de los bosques e industrias forestales.

Cuando se compara el desarrollo propuesto de la enseñanza forestal para 1985 con lo que ocurrió realmente en América Latina entre 1950 y 1968, se aprecia que las proyecciones no son más que una continuación de tendencias pasadas. En el marco de la amplia estructura sugerida, hay un gran margen para absorber los mejores esfuerzos de los gobiernos nacionales, de las instituciones de enseñanza y de los organismos de financiación.

Visto aisladamente, el programa de enseñanza propuesto en este estudio podría parecer costoso, pero los autores han intentado mostrar que está justificado si se tienen en cuenta todos los beneficios que son de esperar de él. Los autores se han esforzado también por mostrar que el programa sugerido se halla totalmente en armonía con las tendencias y estrategias actuales de la enseñanza general en América Latina.

Conclusiones

CONCLUSIONES GENERALES

1. Las naciones latinoamericanas y los organismos internacionales, nacionales y privados que tratan de ayudarlas harían bien en procurar que sus actividades en materia de enseñanza y capacitación forestales comprendieran un sistema que atendiese las necesidades de profesionales, peritos, capataces y trabajadores especializados, junto con programas especiales dirigidos a industriales, dirigentes y público en general. El eje del sistema en los países que tienen importantes recursos forestales es la escuela superior de montes con su enseñanza oficial para estudiantes de pregrado y de posgrado, sus actividades de investigación y sus programas especiales de enseñanza continuada para profesionales en ejercicio.

La enseñanza de peritos de montes y productos forestales es esencial para proporcionar personal que realice eficaz e inteligentemente los principales programas forestales planificados y dirigidos por los profesionales del gobierno y de la industria.

2. Los guardas forestales, capataces y trabajadores especializados son muy importantes para el tratamiento eficaz de los montes y el debido funcionamiento de las fábricas. En los países latinoamericanos, hasta 1968, no se ha avanzado mucho en este tipo de capacitación. En el futuro, muchos de los profesionales, y especialmente de los peritos forestales disponibles, tendrán que dedicar al menos parte de su tiempo a esta tarea.

3. Los ejecutivos de la industria, financieros, hombres de leyes, diputados, periodistas, maestros y otros dirigentes y formadores de la opinión pública deben estar suficientemente informados, si se quiere conseguir apoyo para un programa forestal de ámbito nacional.

4. Desde el punto de vista de la calidad, todas las escuelas forestales latinoamericanas necesitan ser reforzadas. Sin embargo, esto por sí solo no bastará, a menos que se definan las opciones de política forestal en la mayoría de las naciones latinoamericanas. No puede crearse un sólido servicio forestal nacional sin contar con personal capacitado suficiente. Por otra parte, las escuelas no llegan a afianzarse en los países cuyas políticas forestales son débiles o carentes de vigencia.

5. Un sistema completo de enseñanza forestal es caro. Hay un tamaño mínimo de escuela por debajo del cual no puede darse una instrucción eficaz. Inicialmente no todos los países latinoamericanos deben aspirar a poseer una escuela superior y son menos aún los que deben emprender la enseñanza de posgrado. La cooperación intrarregional en materia de enseñanza y capacitación forestales ya existe y debe estimularse más.

6. Debería formarse una asociación de directores de escuelas forestales latinoamericanas para celebrar reuniones a intervalos de unos dos años. Esta asociación podría también ser útil para fomentar la colaboración en cuestiones específicas de enseñanza e investigación, evitar la duplicación innecesaria de actividades e intercambiar información sobre los métodos que se han utilizado con éxito para obtener fondos suficientes, contratar profesores competentes y desarrollar las relaciones con los estudiantes.

7. Debe estimularse el interés por un método de acreditación para las escuelas forestales en todo el continente. La Unión Internacional de Sociedades de Profesionales Forestales, que ha de formarse en breve plazo, podría ser llamada a apoyar este sistema de acreditación.

8. Cada una de las escuelas, en cooperación con la FAO y otros organismos, debería aumentar sus esfuerzos para examinar sus necesidades de libros de texto, darlas a conocer a los organismos de financiación y buscar medios para escribirlos.

ESCUELAS A NIVEL UNIVERSITARIO

1. Con 17 escuelas forestales de nivel universitario América Latina no está lejos de poder formar a los 6 500 profesionales que se calcula harán falta en el año 1985.

2. Es preciso llenar una laguna importante: la falta de una escuela para la zona amazónica brasileña. La necesidad de 3 escuelas a nivel universitario en Colombia es discutible. Sería preferible que 2 de ellas se dedicaran a la formación subprofesional o de peritos forestales. Las necesidades de las naciones de América Central y de la región del Caribe podrían satisfacerse enviando graduados al extranjero para recibir la enseñanza forestal que se ofrece en el IICA y en otras partes, junto con las escuelas en vías de creación en Honduras y Cuba.

3. El tamaño mínimo de una escuela forestal universitaria sería el necesario para graduar a 15 estudiantes anualmente, contando entre sus instructores al menos con 7 de preparación universitaria.

4. Las escuelas superiores de los países que ya tienen industrias forestales bien desarrolladas deberían ofrecer dos cursos, uno para administradores de tierras forestales y otro para tecnólogos de productos forestales. Por último, quizás sea conveniente, en algunos países, subdividir los programas en campos como ordenación de la vida silvestre y de pastizales, planificación y administración de parques, ordenación de cuencas hidrográficas, industrias forestales mecánicas y tecnología de la pasta y el papel.

5. Hay tres países que necesitarán un número considerable de tecnólogos de la pasta y el papel, a saber: México, Brasil y Chile. Chile tiene ya un programa de enseñanza para este tipo de personal, que puede ampliarse para atender necesidades futuras. En el Brasil, un lugar lógico para cursar estas enseñanzas sería la sede principal de la Universidad de Sao Paulo, donde podrían apoyarse en el programa de ingeniería química y en el Instituto de Pesquisas Tecnológicas. También parece factible organizar un buen programa en torno a las buenas facultades de ingeniería de la Universidad de Paraná en Curitiba, donde recibiría el apoyo de la Escuela Forestal. Sería conveniente para México establecer su escuela de profesionales y peritos de la pasta y el papel en la ciudad de México o cerca de ella, para poder relacionarse con una escuela de ingeniería química, con el Departamento Forestal de Chapingo y con el Instituto de Investigaciones Forestales. Las necesidades de la parte septentrional de América del Sur podrían atenderse mediante la organización de un programa en la Universidad de los Andes (Mérida, Venezuela) donde se vienen realizando desde hace varios años estudios de química forestal y de tecnología de la pasta y el papel, y en la que está el Instituto de Investigación de Productos Forestales.

6. La investigación se considera como una obligación ineludible de toda escuela forestal superior e indispensable para las que imparten enseñanza de posgrado.

7. La enseñanza de posgrado es importante para preparar personal que se dedique a la enseñanza, investigación, y administración de alto nivel. Esta función no se recomienda con carácter nacional, sino más bien sobre una base regional, para el período que se extiende hasta 1985. En primer lugar, es preciso contar en América Latina con tres centros bien arraigados: el IICA en Costa Rica, la Universidad de los Andes en Venezuela y la Universidad de Sao Paulo en Brasil. Las dos últimas han de desarrollarse aún y necesitan apoyo. La propuesta de la Escuela Especial de Ingenieros de Montes de Madrid de ofrecer enseñanza de posgrado para forestales de habla española es valiosa y debe ser sostenida como complemento a los tres centros mencionados anteriormente. Sin embargo, no debe hacerse nada por desalentar a los distintos países latinoamericanos de que busquen la enseñanza para graduados en universidades septentrionales que les ofrezcan oportunidades especiales.

8. Un medio eficaz de reforzar las actividades de enseñanza e investigación de cada una de las escuelas es el enlace a largo plazo con una buena escuela forestal de Europa o América del Norte, medida que debe tomarse de forma que proporcione beneficios a ambas instituciones. La FAO podría prestar un servicio muy importante con la aportación de los medios necesarios para lograr este fin.

9. Las escuelas superiores deben mantener estrecha relación con las organizaciones forestales públicas, con las industrias forestales, y con las actividades de enseñanza para dirigentes y público en general.

ESCUELAS DE NIVEL Técnico (PERITOS)

1. En comparación con la disponibilidad actual de peritos de montes e industrias forestales en América Latina, las necesidades de casi 31 000 peritos calculadas para 1985 exigirán que se dé gran preferencia a la capacitación de ese carácter en las políticas de enseñanza forestal

2. Hay una aguda escasez de escuelas para peritos de montes e industrias forestales. La creación de unas 28 escuelas nuevas y el reforzamiento de las existentes exigirá un gran esfuerzo por parte de los distintos países y los organismos de financiación que han de construir y equipar esas escuelas y proporcionar profesores competentes.

3. El tamaño mínimo para una escuela de peritos forestales sería el que permitiera graduar a 25 estudiantes anualmente.

4. Las necesidades de México respecto a peritos forestales podrían satisfacerse elevando sus escuelas de guardas forestales y trabajadores de la industria forestal al nivel de escuelas técnicas. Las de América Central y la zona del Caribe podrían ser atendidas por las escuelas existentes y las que se proyectan, salvo en lo tocante a los peritos para la industria forestal. Entre las naciones sudamericanas, sólo Surinam, Guyana, Uruguay, Ecuador y quizá Perú, cuentan actualmente con medios apropiados para formar al número de peritos de montes y productos forestales que se necesitarán en 1985.

5. Se cree que hará falta un total de unas 40 escuelas de peritos de montes e industrias forestales para el año 1980. De este total, deben crearse lo antes posible 9 nuevas escuelas para capacitar a los estudiantes siguientes:

Argentina

peritos de montes, pastizales, vida silvestre y parques

Bolivia

peritos de montes e industrias forestales

Brasil

peritos de montes, región del Amazonas

peritos de montes, Brasil meridional

peritos de industrias forestales, Brasil

meridional

Chile

peritos de montes

Colombia

peritos de industrias forestales

peritos de montes

Paraguay

peritos de montes e industrias forestales

Recomendaciones

A ESCUELAS FORESTALES SUPERIORES Y UNIVERSIDADES

1. Conceder categoría suficiente a la escuela forestal superior con el fin de que no esté subordinada a otras escuelas.

2. Estudiar el Plan Indicativo Mundial de la FAO y los planes y programas de la correspondiente oficina de planificación nacional para determinar las obligaciones que aquellos impondrán a las escuelas forestales nacionales y establecer un plan y presupuesto que les permita cumplirlas.

3. Introducir los cambios necesarios en los cursos y programas para ponerlos en armonía con los planes de desarrollo de montes e industrias forestales.

4. Examinar las sugerencias de mejoramiento de la calidad y buscar los medios para realizar las que sean apropiadas.

5. Pagar sueldos suficientes a los profesores para compensar servicios de jornada completa y procurar que dichos servicios sean de dedicación completa.

6. Reconocer la contribución que las matemáticas, la ingeniería, las ciencias físicas y biológicas, las ciencias sociales y las humanidades pueden hacer a la enseñanza forestal y tratar de obtener la colaboración de los profesores en esos sectores.

7. Desarrollar un programa de investigaciones forestales orientado a las necesidades nacionales.

8. Crear y mantener estrechas relaciones con el servicio forestal nacional y con las industrias forestales.

9. Cooperar con el servicio forestal nacional en la organización de un programa de enseñanza continua para profesionales en ejercicio.

10. Tratar de establecer relaciones de trabajo con una buena escuela forestal de Europa o América del Norte.

11. Crear un Consejo de Directores de Escuelas Forestales Superiores que se reúna cada dos años para intercambiar información sobre los medios de mejorar la calidad de las escuelas, obtener el apoyo público y coordinar planes con el fin de que se atiendan de modo más económico las principales necesidades de la enseñanza forestal en América Latina. Una de las primeras tareas de este consejo sería proyectar la satisfacción de las necesidades regionales en materia de enseñanza de posgrado y de enseñanza continua.

12. Organizar la enseñanza de posgrado a nivel de Maestría sobre una base regional, como se ha hecho en el IICA y se proyecta en la Universidad de los Andes, en Venezuela.

13. Aprovechar plenamente las oportunidades que existen para la enseñanza de posgrado en las universidades norteamericanas y europeas, especialmente en la escuela española de montes. Esto no elimina la necesidad de apoyar a los centros existentes de estudio de la silvicultura tropical americana para graduados y de crear otros nuevos.

14. Organizar la enseñanza de posgrado a nivel de Doctorado, en colaboración con universidades firmemente arraigadas de América del Norte o Europa.

A LAS ESCUELAS DE PERITOS FORESTALES

1. Examinar el PIM y los planes y programas de la correspondiente oficina de planificación nacional para determinar las necesidades de peritos, decidir el número y naturaleza de las escuelas que hacen falta y programar su creación.

2. Construir las escuelas y comenzar la capacitación con la organización cuidadosa de cursos para atender esas necesidades.

3. Ponerse en contacto con las industrias y los servicios forestales nacionales para beneficiarse de sus recomendaciones sobre el programa de enseñanza y empleo de egresados.

4. Colaborar con el servicio forestal y las industrias forestales en la creación de centros de capacitación para guardias forestales, capataces y trabajadores especializados.

5. Participar en el programa global de enseñanza para el público en general.

6. Establecer un programa que exija una atención constante al mejoramiento de la calidad, tanto por parte de los que han de realizarlo como de las personas ajenas a él interesadas en el empleo de peritos.

A LAS INDUSTRIAS FORESTALES

1. Ponerse en contacto con las escuelas de ingenieros y peritos forestales con el fin de poner a éstos al corriente de los problemas de ejecución y solicitar su ayuda en las esferas de su competencia.

2. Emplear peritos y profesionales para elevar la calidad de los productos, la eficacia laboral de los trabajadores y la planificación de las operaciones.

3. Cooperar con las escuelas y el servicio forestal para establecer centros de capacitación de trabajadores. Enviar jóvenes empleados prometedores a esos centros para su instrucción.

A LOS GOBIERNOS

1. Hacer que una junta competente, designada oficialmente, analice con espíritu crítico la parte forestal del PIM y establezca objetivos nacionales para el desarrollo forestal con vistas al año 1985.

2. Determinar las necesidades de enseñanza en materia de montes e industrias forestales y hacerlas compatibles con el sistema docente general del país.

3. Hacer que los gastos públicos y privados de la enseñanza y capacitación en montes e industrias forestales guarden proporción con las inversiones en medios materiales previstas para los sectores indicados.

4. Cooperar con la industria y la enseñanza para organizar, según convenga, la capacitación profesional para guardias forestales, capataces y trabajadores especializados.

5. Asegurarse de que se proporcione un programa apropiado de educación en materia forestal a dirigentes políticos y de comunidades, banqueros, maestros, periodistas y público en general.

6. Cooperar con otros gobiernos de la región en el desarrollo de la enseñanza forestal.

7. Cooperar con gobiernos de Europa y Norteamérica y buscar la asistencia multilateral y bilateral para la creación de industrias forestales.

A LOS ORGANISMOS DE ASISTENCIA MULTILATERAL Y BILATERAL

1. Reconocer dos tareas docentes prioritarias en el ámbito forestal latinoamericano:

a) la elevación de la calidad de las escuelas superiores;
b) la ayuda a la creación de escuelas para peritos de montes y productos forestales.

La primera tarea puede abordarse en parte mediante la concesión de becas para que los profesores nacionales puedan estudiar en el extranjero, y la contratación de profesores visitantes procedentes de escuelas europeas y norteamericanas. Otro medio consiste en contribuir inicialmente al financiamiento de la cooperación entre las escuelas latinoamericanas y buenas escuelas de otros países.

Debe favorecerse la creación de escuelas de peritos, especialmente donde se tenga conciencia clara de su necesidad, con lo cual los egresados obtendrán empleo y se podrá contar con un programa para la creación de esas escuelas y su financiación.

2. Conseguir medios para que se escriban y publiquen buenos libros de texto. Hay autores competentes que están dispuestos a colaborar en su redacción.

3. Tratar de fomentar un sistema de acreditación de las escuelas forestales superiores y técnicas sobre una base regional.

4. Cooperar con los países en la obtención de medios para cubrir las necesidades de enseñanza de las naciones cuyos requerimientos de profesionales no alcanzan a justificar la creación de una escuela.

5. Promover actividades concertadas por medio de asistencia multilateral y bilateral para ayudar a las naciones latinoamericanas a lograr sus objetivos en el sector de la enseñanza y capacitación forestales.


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