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CUARTA PARTE
DISCUSION Y CONCLUSIONES

Los diagnósticos realizados aportan una gran cantidad de información útil en respuesta a nuestras interrogantes iniciales. Falta todavía algún trabajo adicional para llegar a tener una idea más clara de “cómo es” este acuicultor tipo II, esto es, cual es su entorno de producción y cual es su distribución en las áreas bajo estudio. Algunas técnicas desarrolladas en los últimos años podrían ayudarnos a completar estos diagnósticos. Son éstas, por ejemplo, la Preevaluación Rural Rápida (RRA, del inglés Rapid Rural Appraisal) y las variantes de los Sistemas de Información Geográfica (GIS). La primera nos permitirá saber más sobre el productor y la segunda sobre el medio natural en el cual se ejerce la actividad acuícola.

Las especies en las que se basa el Proyecto son las que hasta ahora se han cultivado con mayor éxito en la zonas en consideración: en el caso de Venezuela son la cachama, tilapia roja y trucha y en el de Colombia la cachama y la tilapia roja.

El modo de organización gerencial, capaz de manejar todos los recursos y capacidades que entran en juego, se ha develado como uno de los problemas cruciales del Proyecto. De esta manera, se ha podido llegar a propuestas muy específicas de conformación del llamado Ente Coordinador y de la correspondiente Dirección Ejecutiva.

Se ha hecho un inventario de las Instituciones y sus capacidades. Sería muy diffícil, a esta altura, llegar a decir en forma concreta quién va a hacer qué, puesto que esto será el resultado de negociaciones que llevaran a convenios y acuerdos. De hecho es diffícil plantearse la formulación del Proyecto Piloto hasta que no se haya dado esta etapa de negociación. Sin embargo queda claro que existe una capacidad local considerable y lo que es más una voluntad política por parte de estas instituciones por llevar adelante un proyecto de esta naturaleza. Las instituciones que se proponen como Dirección Ejecutiva son Fundacite en el caso venezolano y Fundesmag en el colombiano.

El tema tecnológico ligado al de la rentabilidad ha podido ser estudiado, para el caso venezolano, con bastante detalle. Seis modelos con características biotecnológicas diferentes, cuya rentabilidad ha sido estimada, ofrecen un diseño experimental “natural”. Esto es, no se impondrá a nadie ninguno de los modelos sino que se elegirán aquellos productores que operen coincidiendo con alguno de los modelos establecidos hasta cubrir cada opción. No hay duda de que se requiere más investigación y experiencia para poder optimizar las tecnologías existentes, pero el “paquete” que ya existe ha demostrado funcionar razonablemente bien.

Una de las diferencias entre ambos casos de estudio que ha afectado significativamente el resultado del presente trabajo, es el perfil del grupo-objecto de los productores en uno y otro país, como consecuencia principalmente de las distintas condiciones socioeconómicas que han condicionado el desarrollo de la actividad. En efecto, existe del lado venezolano un mayor número de productores con suficientes recursos e inclinación hacia la producción comercial, lo que se refleja en unidades productivas más adecuadas para el tipo II de acuicultura. Esta circunstancia, además, ha facilitado la recopilación y el procesamiento de la información.

Retomando algunas de las consideraciones integradas en el plano económico para el caso del Edo. Táchira en Venezuela:

En el caso del Municipio de Barrancabermeja en Colombia y por debajo de escalas de producción relativamente pequeñas no parece probable que se obtenga rentabilidad económica. No se descarta que, en la percepción del acuicultor pequeño o muy pequeño, el ingreso de dinero sea siempre un factor positivo y alentador y contribuya coyunturalmente a mejorar su están dar de vida. Sin embargo, desde un punto de vista de la rentabilidad económica, tal efecto financiero estará fundado en costos no remunerados y/o subsidios ocultos. En el mediano y largo plazo primarán los resultados económicos antes que los ingresos financieros coyunturales.

Por las razones mencionadas, se considera que en el caso de Colombia sólo aquellos productores que dispongan de superficies para el cultivo no inferior a los 2,000 m2 y que persigan como objetivo la comercialización constituyen el potencial para la transición a la Acuicultura Rural tipo II.

Sin embargo, el grueso de los agricultores que aspiran obtener un excedente de la acuicultura posee en Barrancabermeja pequeñas instalaciones acuícolas con superficies menores de 1,000 m2. Desde un punto de vista individual, no pueden ser considerados en un esquema de Acuicultura Rural tipo II aun cuando tienen un excedente y vocación productiva. El problema es la escasa rentabilidad debida en gran parte a una subutilización de la tecnología existente. Cualquier intento de expandir la capacidad productiva tendría como límite el tamaño de la tierra disponible y el alto costo de tecnologías más intensivas lo que contrasta con la limitada capacidad de inversión.

Una alternativa podría ser asociar varios productores de pequeñas dimensiones para obtener rendimientos de escala. Ello podría lograrse si las fincas se encontraran geográficamente próximas y en consecuencia pudiera disminuirse el peso de los costos fijos individuales con instalaciones y servicios utilizados en forma común, bajando el nivel de punto de equilibrio económico. No será fácil lograr este tipo de asociación económica que implica esfuerzos en el plano social, económico y técnico.

El punto fuerte para lograr producir niveles de beneficio y por ende de acumulación en explotaciones de tan pequeñas dimensiones es el de la comercialización común y dirigida a mercados suficientemente evaluados, mejorándose además los canales de distribución y obteniéndose así mayores márgenes de utilidad.

La oferta y demanda de pescado y en general todo el tema de mercado constituye uno de los eslabones débiles del estudio. No queda del todo claro, a partir de la información recolectada, cuales son las verdaderas posibilidades de mercadeo. En este sentido, el Proyecto piloto deberá incluir como elemento prioritario en su programación un buen estudio de mercadeo y comercialización.

En la mayoría de los temas tratados, la información que se ha logrado recolectar para el Estado Táchira en Venezuela es más consistente que la del Municipio de Barrancabermeja en Colombia. Existen razones estructurales que explican este hecho además de algunos imponderables que han escapado al control de los realizadores de este ejercicio. Vale la pena sin embargo anotar que, a partir de realidades tan distintas, era muy difícil lograr una evolución comparable del ejercicio.

Un aspecto que, naturalmente, no está reflejado en el informe pero que constituye un logro nada despreciable del ejercicio, es el de la preparación y toma de conciencia en el tema por parte del personal que ha trabajado en el mismo.

Los estudios realizados como parte de este ejercicio han asignado especial importancia al tema de la rentabilidad de la actividad. De hecho uno de los requisitos que debe cumplir un acuicultor para que pueda ser considerado del tipo II es que su actividad sea rentable. El otro componente al que se le ha dado especial importancia es el arreglo institucional en función de la estrategia de aprovechamiento de la capacidad institucional en cada zona. El Proyecto pretende dar a los productores una asesoría que trasciende los aspectos biotecnológicos, esto es, proponerle alternativas válidas para que resuelva los problemas de obtención de insumos, crédito, comercialización, etc… El tema del mercadeo, por ejemplo, se ha identificado como un de los cuellos de botella para el desarrollo de la actividad. Es por ello que en el perfil del Proyecto piloto se ha incluido la realización de una investigación sobre alternativas de mercado.

Todo lo anterior define una orientación bastante clara para el seguimiento de la línea de trabajo emprendida. Es de suponer que investigadores y promotores de desarrollo en toda América Latina identificarán zonas con características adecuadas para este tipo de acuicultura. Se considera que el presente ejercicio es tan solo el inicio de un proceso que apunta a la creación de la metodología que servirá para desarrollar la acuicultura rural tipo II. En este sentido, los aportes que se hagan en el futuro deberán responder a una concepción del tema suficientemente amplia y flexible para permitir su adecuada evolución.

El Plan de acción para darle seguimiento a este ejercicio consistirá en cada caso (Estado Táchira en Venezuela y Barrancabermeja en Colombia) en:


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