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FO:LACFC/2002/10

COMISION FORESTAL PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE

Tema 6 del Programa Provisional

22a REUNION

Buenos Aires, Argentina, 7 - 11 de octubre del 2002

II CONGRESO FORESTAL LATINOAMERICANO (CONFLAT).
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Nota de la Secretaría

INTRODUCCION

1. El II Congreso Forestal Latinoamericano (CONFLAT) se celebró en Ciudad de Guatemala, del 1 al 3 de agosto del 2002 y tuvo como lema "Bienes y servicios del bosque, fuente de desarrollo sostenible". Su propósito general se centró en el examen de las tendencias y perspectivas del sector forestal latinoamericano, considerando los enfoques de producción y mercados de bienes forestales y de servicios ambientales, a través de las siguientes áreas temáticas:

CONCLUSIONES

2. En materia de manejo forestal sostenible en la Región, todavía persisten factores y condicionantes de orden político, educativo, social, económico e institucional que limitan la viabilidad del buen manejo. Estos están supeditados a problemas estructurales de pobreza, inseguridad de la tenencia de la tierra, inequidad en el uso y acceso a los recursos, inconsistencia en los marcos político e institucional, debilidad en los acuerdos entre grupos de producción y conservación y la débil integración de las cadenas productivas.

3. No obstante lo anterior, el II CONFLAT reconoce que son necesarias estrategias y acciones para reducir la existencia de los factores y condiciones que limitan el buen manejo forestal, entre ellas: la incorporación de la base social en la gestión forestal; el uso de incentivos acompañado de una explicación del porqué de su uso; la incorporación de modalidades de compensaciones por servicios ambientales; la regulación de la propiedad de la tierra; la facilitación para la comprensión y uso del plan de manejo como instrumento, y la ampliación del espectro de uso de los productos forestales.

4. El uso de diferentes modelos de planificación del manejo forestal persiste en la Región. Su efectividad será posible en la medida que no encarezcan el buen manejo, faciliten la comunicación entre propietarios y utilitarios del bosque (silvicultores, transformadores, el servicio forestal, otros), y se adapten a las condiciones económicas, sociales y técnicas, permitiendo en lo posible, la integración del bosque a otros sectores socio productivos, tales como el ecoturismo y la energía. Para ello se debe reforzar el vínculo técnico-propietario, ampliar la visión de técnicos y propietarios a otros bienes y servicios, considerar las aspiraciones de grupos sociales con respecto al bosque y fortalecer las mesas de diálogo subnacional y local.

5. Existe una tendencia a la generación de estándares de manejo forestal, recomendándose que estos procesos sean participativos y transparentes.

6. En materia de reconocimiento al valor económico de los servicios ambientales del bosque han surgido hallazgos, positivos y negativos, en la Región y en otros ámbitos geográficos. Los primeros resaltan los valores, actitudes y mercados que comienzan a desarrollarse, los segundos resaltan la incertidumbre, la reducida claridad e insuficientes niveles de coordinación nacional y regional para el tratamiento del tema, sobre todo en materia de negociaciones. La tendencia es que este reconocimiento crezca, pero principalmente en la medida que trasciendan los ámbitos académico y sectorial. Ello permitirá mayor posicionamiento de este tema por parte de la sociedad. Se sugiere la transferencia de información hacia la sociedad a través de educación y publicidad, una simplificación de medios de presentar metodologías y resultados de estudios de valoración y una mayor promoción en niveles locales.

7. Para que la internalización de este enfoque contribuya a resolver problemas de pobreza, se sugiere orientar los mecanismos compensatorios hacia grupos sociales más desvalidos, una movilización y organización de productores y consumidores en torno a servicios ambientales y la simplificación de los mecanismos de pago.

8. Algunas acciones a realizar para alcanzar mayor reconocimiento del valor económico de los servicios ambientales del bosque son: la creación de mesas de negociación, la educación en distintos niveles, el uso de metodologías sencillas de valoración, el incentivo a acciones de manejo de cuencas, la preparación de proyectos de co-inversión (sector público, privados, ONG, municipalidades, entre otros) y la generación de un marco normativo mínimo. En el ámbito de política pública se debe considerar la relación costo/beneficio por el manejo y uso del bosque, modificaciones institucionales de gestión y control, y el desarrollo de mercados. Los gobiernos deben apoyar el diseño y operación de sistemas nacionales de servicios ambientales.

9. La Región ha avanzado en la participación civil en la administración forestal. Sin embargo, la participación de instancias locales en administración forestal es rebasada por la demanda social en torno a una gestión ambiental y muy ligada a temas de desarrollo rural, razón por la cual estos procesos requieren de una mayor atención de instancias técnicas y políticas. Este traslado de responsabilidad central a la población civil o a gobiernos locales requiere de políticas y normas sencillas, claras, estables y con instrumentos suficientes para su comprensión, aceptación y aplicación.

10. La mayoría de los procesos de descentralización de la administración forestal debe sustentarse en la autogestión de los grupos involucrados, la organización de grupos de productores, el establecimiento de mesas de concertación, la valoración de conocimientos locales, el intercambio de información a niveles locales, subnacionales y nacionales. Experiencias exitosas de participación civil en administración forestal se encuentran en Guatemala, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Brasil, Bolivia, México, Perú.

11. En el ámbito de la industria y comercio forestal, particularmente en términos de productos forestales (maderables y no maderables), teniendo en cuenta el nivel de participación de la Región en el mercado mundial, los países deben incrementar sus posicionamientos a través del mejoramiento de sus condiciones de competitividad, realizando entre otras las siguientes acciones: fortalecer vínculos entre productores, transformadores y comercializadores, potenciar especies y productos con aceptación y demanda en mercados nacionales e internacionales, realizar estudios de inteligencia de mercados, fortalecer a la microempresa, identificar y promover mercados de nicho, y vincular las operaciones silvícolas con la demanda de calidades de materia prima.

12. La industria basada tanto en plantaciones como en bosques naturales, debe considerar el uso de materiales genéticos de calidad, mejoras en prácticas de viveros y en campo, acercar las plantaciones a zonas de desarrollo industrial, comercial y de transportes, capacitar para optimizar el manejo y la transformación, la promoción del uso integral del árbol con tecnología de punta, facilitar la difusión de tecnología de silvicultura y de transformación, así como de comercio de productos forestales.

13. En el comercio de productos forestales certificados para el caso de producción comunitaria, el Estado debe jugar todavía un rol subsidiario en tanto estas pequeñas empresas adquieren mayor capacidad de gestión. Para el caso de la "gran empresa", el estado debe facilitarles el acceso a información, garantizar reglas claras y de largo plazo.

14. Con relación al diálogo internacional sobre bosques en la última década, el tema bosques empieza a tener un lugar destacado en las negociaciones internacionales sobre desarrollo sostenible. En la práctica tenemos un marco de referencia internacional, conformado por el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB), la Asociación de Colaboración en materia de Bosques (ACB), y los distintos convenios relativos a bosques. Sin embargo, la región latinoamericana no ha podido influir mayormente en el mismo, no teniendo todavía un buen nivel de información y comprensión del beneficio de este diálogo. Por ello, se recomienda a los gobiernos dar un mayor nivel de prioridad en la implementación de los acuerdos del marco forestal internacional y a continuar participando activamente en las sesiones del FNUB y fortalecer las formas de cooperación con la ACB.

RECOMENDACIONES

15. El II CONFLAT recomienda a la Comisión velar por la implementación de los acuerdos del diálogo internacional sobre los bosques, así como utilizar a los programas forestales nacionales como instrumentos apropiados para implementar este diálogo en los países.

16. En el marco de este tema y en los anteriores, se reconoce que los programas forestales nacionales constituyen un instrumento orientador del análisis, estudio y propuesta del tema bosques. En la práctica, todos los países cuentan con un programa forestal nacional, los cuales se encuentran en diferentes etapas de desarrollo, entre ellas, implementación, revisión, actualización. Se hace necesaria una mayor divulgación de este enfoque y de su importancia. Se requiere mayor vínculo con los planes nacionales de desarrollo. Es necesario que los programas forestales nacionales cuenten con mecanismos que permitan su copropiedad intra e intersectorial y su seguimiento. Deben ser factibles distintas formas de participación de grupos sociales vinculados a bosques.

17. Para el caso específico del tema bosques de manglares, el II CONFLAT aprobó la denominada Carta de Guatemala en defensa de los manglares. Esta cuenta con un grupo de principios y acciones generales que orientan la protección de este tipo particular de bosque en la Región.

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