Página precedente Indice Página siguiente


2. REVISION BIBLIOGRAFICA

La reproducción de los peces ha sido manipulada por el hombre con éxito variable, interviniendo en distintos niveles del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal. Las principales áreas de manipulación posibles se muestran en la figura 1.

El fotoperíodo y la temperatura son considerados como los principales factores ambientales de regulación de la reproducción de los peces. Se ha demostrado que la liberación de gonadotrofinas antes del desove en la Trucha de Arroyo y de la Trucha Arco Iris está en relación con el ciclo diario de luz. Esto mismo se verifica en otras especies. Donaldson (1975) señaló que aunque el fotoperíodo es considerado como el principal factor de regulación, está influido por la temperatura en un gran número de especies de Teleósteos. De Vlaming (1972) también concluye que el fotoperíodo y la temperatura del agua influyen decididamente en el ciclo reproductivo de salmonidos, ciprínidos, ciprinidontiformes, gasterosteidos y perciformes.

Debido a las grandes diferencias entre especies y' la poca investigación que se ha realizado en esta área, no se ha hecho demasiado uso de esta información para el manejo de la reproducción de las principales especies cultivadas. Otros factores conocidos por su influencia en los ciclos reproductivos de los peces son la salinidad, efectos de las precipitaciones y presión atmosférica. Con más investigación, esta área de estudio puede proveer valiosas armas para la manipulación de la reproducción de los peces.

Figura 1

Figura 1.-

Otra forma de lograr el control de la reproducción en los peces es mediante el uso de hormonas. En primer lugar existe actualmente la posibilidad del uso de factores liberadores de gonadotrofinas. Donaldson (1975) informa que el LH-RA sintético es disponible comercialmente en la actualidad y puede ser de gran importancia en el futuro cercano, pudiéndose intentar provocar la liberación de gonadotrofinas en vivo en peces. Esto podría ser utilizado para inducir la puesta en especies cultivadas por acción de sus propias hormonas gonadotróficas. El principal problema en este campo puede surgir en virtud de la liberación directa del factor liberador de gonadotrofinas del hipotálamo sobre la hipófisis de los peces, sin la mediación de un sistema porta. Los efectos del FLG inyectado, actuando a través del sistema circulatorio están siendo evaluados (Weil et al, 1978) (Sokolowska et al, 1978).

El uso de gonadotrofinas de peces, por medio de la inyección de extractos hipofisarios es por mucho, la técnica más utilizada en la reproducción controlada de los peces. Investigadores brasileños fueron los primeros en desarrollar este método (Ihering, 1937) (Pickford y Atz, 1957). El mismo consiste en colectar hipófisis de peces dentro de un corto período después de muertos. Las glándulas se limpian y se ponen en alcohol absoluto, el cual es renovado varias veces. También se puede utilizar acetona. Posteriormente, las glándulas se desecan al aire y se almacenan. De esta manera mantienen su poder por más de un año. Para preparar las inyecciones, las hipófisis se maceran en un mortero con una pequeña cantidad de suero fisiológico, suficiente para proveer el volumen para una inyección. Este macerado es centrifugado y el fluido sobrenadante es usado para la inyección. Las inyecciones pueden ser intramusculares, aplicándose en la musculatura dorsal del pez, o intraperitoneales a través de la base de las aletas pélvicas. Solamente a través de la experimentación se puede determinar cuál es la dosis apropiada de hipófisis necesaria para inducir a la ovulación y desove en cada caso particular. Gusch (1978) señala como desventajas del uso de hipófisis de peces, que su colección preservación y almacenamiento insumen tiempo y dinero, y que un lote de peces donantes pueden ser de dificil obtención. No existen frecuencias y dosis definidas de inyecciones para los principales peces cultivados, y el investigador debe ajustar las variables en la potencia de la glándula y de la no existencia de una unidad estándar de extracto de hipófisis.

También se utilizan con los mismos fines, gonadotrofinas placentarias de mamíferos. Shehadeh (1975) enumera las ventajas del uso de gonadotrofinas placentarias: ellas son fuente confiable y accesible, pueden ser fácilmente almacenadas por largos períodos sin pérdida de su poder, su potencia es uniforme permitiendo la repetición de experiencias con valores constantes, no hay necesidad de sacrificar valiosos stocks de cría y reemplazar el tiempo consumido en los procedimientos de colecta, preservación, procesado y distribución de los materiales hipofisiarios. La principal desventaja que presentan es que no todas las especies de peces son sensibles a ellas. Las hormonas gonadotróficas de mamíferos más usadas son la gonadotrofina coriónica humana (HCG) y el suero de yegua preñada (PMS). La HCG tiene una acción similar a la LH induciendo la ovulación en varias especies de peces (Sundararaj y Goswami, 1966). La PMS es fundamentalmente de acción similar a la FSH y se ha encontrado que es solamente efectiva a dosis mucho mayores que la HCG.

Sundararaj y Goswami (1966) demostraron que las hormonas del tipo corticosteroide tales como el cortisol, cortisona y fundamentalmente la deseoxicorticosterona (DOCA) son efectivas en la inducción de la ovulación en Bagres hembra maduros en los que se ha retirado la hipófisis. En Clarias Lazeras se logró éxito en la puesta con inyecciones de DOCA (Shehadeh, 1973). El efecto positivo de las hormonas corticosteroides en el ciclo reproductivo de algunos peces, está posiblemente relacionado a los pasos comunes con la génesis de los esteroides, los cuales son compartidos con las hormonas gonadales, así como por el hecho de que el desarrollo gonadal puede ser en algunas especies, una función metabólica normal de los corticosteroides. En caso de respuesta positiva, se verifican con la DOCA las mismas ventajas que con el uso de las hormonas de mamíferos.


Página precedente Inicěo de página Página siguiente