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II. ESTADO ACTUAL DE LA INFORMACION SOBRE ARBOLES FUERA DEL BOSQUE (MIGUEL ANGEL ESCALANTE, CONSULTOR FAO)

Sumario

Si bien el término ARBOLES FUERA DEL BOSQUE no tiene aún una connotación especial en el país, éste puede definirse como el conjunto de árboles de origen natural o cultivado, que se encuentran aislados o en asociaciones que no constituyen bosques (cubierta de copa de menos del 10 por ciento del área y superficie menor de 0.5 hectárea).

Diferentes organismos, mayormente del estado pero también algunos del sector privado, desarrollan sin embargo actividades relacionadas con este concepto, tales como las plantaciones forestales en la modalidad de sistemas agroforestales y las arborizaciones urbanas, principalmente.

Aún cuando el establecimiento de árboles fuera del bosque en el país, tiene una finalidad fundamentalmente social y ambiental, en la práctica algunos de ellos como los de sistemas agroforestales tienen además una alta significación económica para las poblaciones rurales de su ámbito.

En el presente estudio, se analiza el marco legal, se identifican los diferentes tipos de árboles fuera del bosque que son posible de encontrarse en el Perú, se describe su rol e importancia, así como las principales instituciones que trabajan en el tema.

1. Contexto general de los recursos naturales - antecedentes

El territorio peruano está nítidamente diferenciado en tres grandes regiones naturales: Costa con el 11% del territorio nacional, la Sierra con el 32 % y la Selva con el 57 % haciendo un total de 1’285,000 km2 (Ver mapa de regiones naturales del Perú). La población asciende a 25’500,000 habitantes.

La costa desértica y árida abarca desde el litoral marino hasta la cordillera de los Andes, yendo desde el nivel del mar hasta unos 1,800 m.s.n.m. y reúne al 52 % de la población del país (13’260,000 habitantes).

La sierra es la segunda región natural, formada por una compleja serie de montañas abruptas y altas mesetas, integradas en el sistema andino y congrega al 35 % de la población (8’925,000 habitantes); la altitud máxima se encuentra en el nevado del Huascarán que alcanza los 6,868 m.s.n.m. Asimismo, se presentan profundos valles, por donde discurren los principales ríos.

La selva es la región más extensa y deshabitada con el 57 % del área total del país y sólo el 13 % de la población nacional (3’315,000 habitantes); se distinguen dos subregiones, la selva alta y la selva baja. En la primera el relieve es abrupto y rocoso, cubierto de vegetación arbórea, con ríos caudalosos, con clima tropical, temperaturas elevadas (22 – 26 °C) y abundantes lluvias. La selva baja, corresponde al llano amazónico, tiene relieve llano, altas temperaturas y abundante vegetación arbórea asociada a una gran diversidad de flora y fauna silvestre.

De acuerdo con la Ley Nº 27308, Ley Forestal y de Fauna Silvestre promulgada el 15 de julio del año 2000, son recursos forestales los bosques naturales, las plantaciones forestales y las tierras cuya capacidad de uso mayor sea de producción y protección forestal y los demás componentes silvestres de la flora terrestre y acuática emergente, cualquiera sea su ubicación en el territorio nacional.

Bosques naturales

Los bosques naturales, ocupan una superficie de 71.8 millones de hectáreas, equivalentes al 56% del territorio nacional. El 92 % de estos bosques, es decir, 67.2 millones de hectáreas, se encuentran ubicados en la región de Selva constituyendo los bosques húmedos tropicales. En la Sierra, se ubican alrededor de 1.8 millones de hectáreas distribuidos en todo su ámbito, representados por relictos boscosos de especies nativas y matorrales perennifolios. Y, en la Costa, los 2.8 millones de hectáreas de bosques secos, se localizan preferentemente en forma de macizos, en la zona norte de esta región (Ver Mapa Forestal del Perú y su Leyenda).

El principal ecosistema forestal de la costa, es el bosque seco tropical localizado en la zona norte y una porción muy pequeña en el departamento de Ica, que representa el 94% de la superficie boscosa de la región. Estos bosques xerofíticos en la mayoría de los casos, conforman macizos de diferentes densidades, con dominancia de unos pocos géneros adaptados a tales condiciones como Prosopis, Loxopterigium, Capparis, Acacia, Cordia, Bursera, entre otros. Los demás ecosistemas forestales de la costa son el bosque de mangle (Rizophora mangle), localizado en pequeñas extensiones del litoral de Tumbes y Piura y, la formación de Lomas, desde La Libertad hasta Tacna, constituida esta última mayormente por vegetación de tipo arbustiva y herbácea, con presencia de árboles dispersos.

Entre los ecosistemas forestales de la sierra, destacan los matorrales perennifolios y los tolares que representan el 64 y 22% de la superficie forestal de la región, respectivamente. Además se cuenta con pequeños relictos de quinuales, llamados también queñuales por el predominio de la especie queñua del género Polylepis, mayormente diseminados entre la sierra central y la sierra sur. Otras especies arbóreas presentes esporádicamente en la región de la sierra, son el ccasi (Haplorus sp.), kolle (Buddleja spp.), aliso (Alnus jorullensis), molle (Schinus molle), tara (Caesalpinea sp.).

Leyenda del mapa forestal del PERU

SIMBOLOGIA

FORMACIONES VEGETALES

SUPERFICE

Km2

%

Bs sa

Bs co

Bs mo

Bs vi

Ms

Mg

Md

Lo

Bsh mo

Bsh vi

Msh

Bh llm

Bh tb

Bh tm

Bh ta

Bh cb

Bh ca

Bh mo

*

Pt

Ag

Sh

Pa

Mh

Pj

Cp

Bf

DE ZONAS ARIDAS SEMIÁRIDAS

Bosques y matorral

Bosque seco tipo sabana

Bosque seco de colinas

Bosque seco de montañas

Bosque seco de valles interandinos

Matorral seco

Formas de vida especiales

Manglares

Matorral de dunas

Lomas

DE ZONAS SUBHUMEDAS

Bosques y matorral

Bosque subhúmedo de montañas

Bosque subhúmedo de valles interandinos

Matorral subhúmedo

DE ZONAS HUMEDAS PLUVIALES

Bosques

Bosque húmedo de llanura meándrica

Bosque húmedo de terrazas bajas

Bosque húmedo de terrazas medias

Bosque húmedo de terrazas altas

Bosque húmedo de colinas bajas

Bosque húmedo de colinas altas

Bosque húmedo de montañas

Queñoales

Formas de Vida especiales

Pantanos

Aguajaes

Sabana hidromórfica

Pacales

Matorral y herbazales (altoandinos)

Matorral húmedo

Pajonal

Césped de puno

Bofedal

24 307.00

1 514.00

10 524.00

3 106.00

28 026.00

45.50

1 360.00

1 916.00

225.00

3 845.00

37 378.00

36 902.00

17 549.00

45 672.00

12 977.00

285 582.00

18 515.00

150 517.63

937.00

50 434.00

14 151,00

78,00

39 978.00

40 777.00

197 114.00

24 249.00

917.00

1.89

0.12

0.82

0,24

2,18

0.00

0.11

0.15

0,.02

0.30

2.91

2.87

1.37

3.55

1.01

22.22

1.44

11.71

0.07

3.92

1.10

0.01

3.11

3.17

15.34

1.89

0.07

 

OTRAS FORMACIONES

   

Df

Cu

Dc

Areas deforestadas

Areas cultivadas de la región costa

Desierto costero

Ríos, lagos, lagunas, nevados y área insular

69 482.37

9 425.00

128 575.00

29 137.10

5.41

0.73

10.01

2.26

 

TOTAL

1 285 215.60

100.00

Los bosques densos heterogéneos constituyen el ecosistema forestal más importante y abundante de la selva, representando el 69% de la superficie boscosa de la región, en tanto que los bosques densos nublados alcanzan el 20% de la superficie forestal y los bosques hidrofíticos, conformado por las formaciones de aguajales (Mauritia spp.) y pantanos, cubren una extensión del 9% del área forestal de la región. Son también importantes, los bosques de Podocarpus spp. y los pacales (Guadua spp.); los primeros por la presencia de las únicas especies de coníferas del país y los segundos porque son formaciones más o menos homogéneas de bambú, cuyas cañas son de uso potencial para la fabricación de pulpa para papel y otros productos y sub-productos.

Se estima que la tasa de deforestación anual en esta región es de 261,000 hectáreas y que la deforestación total acumulada hasta el año 2000 es de aproximadamente 9.5 millones de hectáreas, causada principalmente por la agricultura migratoria.

Tierras forestales

De acuerdo a evaluaciones realizadas en la década de los 70, el Perú posee alrededor de 10.5 millones de hectáreas de tierras aptas para reforestación con fines de producción y protección, localizadas mayormente en la región de Sierra, conforme se observa a continuación:

Región natural

Tierras para reforestación(ha.)

%

Costa

500,000

4.8

Sierra

7'500,000

71.4

Selva

2'500,000

23.8

Total

10'500,000

100.0

Este potencial se ha incrementado significativamente en los últimos años, debido a la deforestación continua de la selva, estimándose que por lo menos se ha duplicado la extensión de tierras para reforestación en esta región.

Plantaciones forestales

Hasta el año 1999 inclusive, se han establecido alrededor de 650 mil hectáreas de plantaciones forestales en su mayor parte en la región de sierra, con la especie Eucalyptus globulus. Para alcanzar estos logros, el sector gubernamental ha venido adoptando diversas iniciativas a partir de la década 1960-1970 en adelante, tales como créditos supervisados, contratos cooperativos, proyectos de inversión-trabajo y otras. Más recientemente, el año 1997, fue declarado como el "Año de la Reforestación: Cien Millones de Arboles", cumpliéndose exitosamente los propósitos de esta declaración y, a partir del año 2000 se ha iniciado un plan de restauración de la vegetación en la zona altoandina, con el nombre de Sierra Verde, el cual incluye un componente de reforestación.

En la sierra la principal entidad promotora de la reforestación es el Proyecto Especial Programa Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos (PRONAMACHCS). En segundo término, aunque todavía sólo restringido a Cajamarca, la Asociación Civil para la Investigación y el Desarrollo Forestal (ADEFOR). En la selva, donde en la última década se ha incrementado sustancialmente la reforestación, los Comités de Reforestación, constituyen los entes más importantes para el desarrollo de esta actividad.

En la costa, donde las lluvias son escasas (precipitación alrededor de 100 a 200 mm. por año) y por tanto es muy costoso establecer plantaciones forestales, entre fines de 1997 y comienzos de 1998, en previsión de la ocurrencia del fenómeno El Niño, se llevó a cabo en la zona norte (Tumbes, Piura y Lambayeque) una experiencia de siembra masiva de semillas de la especie algarrobo (Prosopis spp.) principalmente, con marcado éxito, lográndose cubrir una superficie de más de 400,000 hectáreas. Esta siembra ha permitido densificar algunas formaciones boscosas ralas, así como generar nuevos bosques donde antes no existían. Para un adecuado desarrollo de la regeneración resultante, se vienen realizando trabajos de protección. La superficie sembrada con semillas en esta región, no se incluye en la estadística de plantaciones forestales del país.

2. Conceptos nacionales relativos a los AFB

2.1 Definiciones locales de bosques y árboles fuera del bosque (AFB)

La Ley Forestal y de Fauna Silvestre anterior aprobada por Decreto Ley Nº 21147, vigente desde 1975 hasta julio del 2000, definió los bosques como “las comunidades vegetales naturales en las que predominan especies leñosas referidas a determinadas superficie de suelo, así como las plantaciones forestales.”

Si bien la definición no es precisa, ha sido aceptada o aceptable para el país por más de 25 años. En esta definición, el término “especies leñosas” es entendida mayormente como árboles.

La Ley Nº 27308, Ley Forestal y de Fauna Silvestre, promulgada el 15 de julio del 2000, actualmente vigente, no define el término bosques.

En cuanto al término Arboles Fuera del Bosque, éste no tiene todavía una connotación especial en el país, pero dentro del marco de la legislación nacional y de los conceptos que usualmente se manejan, se puede inferir que está referido a la agroforestería, a las arborizaciones urbanas, así como a ciertas formaciones naturales que presentan árboles de manera aislada. Las plantaciones forestales en macizos no se incluyen en este concepto, puesto que se las consideran propiamente como bosques, aunque de carácter cultivado.

En ese sentido, árboles fuera del bosque, no es un término usual en el ámbito nacional, a pesar que es evidente su existencia y que diversas organizaciones, tanto del sector público como privado, desarrollan actividades relacionadas a él (agroforestería y arborizaciones urbanas, fudamentalmente).

2.2 Legislación, política y servicios relativo a los AFB

La legislación nacional no recoge el concepto de Arboles fuera del Bosque como tal, ni el Decreto Ley Nº 21147 ya derogado ni la Ley Nº 27308 vigente.

Sin embargo, la Ley vigente promueve actividades relativas a los árboles fuera del bosque. Así en el Título VI Forestación y Reforestación, Artículo 30º, relativo a los programas de arborización y reforestación en su inciso 30.1, establece que “El Ministerio de Agricultura coordinará con los gobiernos locales, instituciones y otros sectores, la ejecución de programas de arborización urbana y forestación en cinturones ecológicos, con especies forestales adecuadas y el manejo de los mismos.” Este inciso, es el mas directamente relacionado con los árboles fuera del bosque.

El inciso 30.2 dispone además que “El Estado promueve la rehabilitación de las tierras degradadas o deforestadas que se encuentren en abandono, especialmente aquellas deterioradas por los cultivos ilícitos cuyo dominio corresponde al Estado. Son otorgadas para su recuperación y aprovechamiento en las condiciones que establece el Reglamento.”

Los otros artículos de este Título, se orientan a acciones similares, algunas de las cuales pueden originar árboles fuera del bosque. El Artículo 28º dedicado a la concesión de tierras del Estado para este fin, dice “El Estado promueve con carácter prioritario la forestación y reforestación con fines de producción, protección y servicios ambientales, en tierras de capacidad de uso mayor forestal sin cubierta vegetal o con escasa cobertura arbórea, en todo el territorio nacional, mediante concesiones de tierras por períodos renovables de 40 años, de acuerdo al reglamento”.

Y el Artículo 29º, referida a la incorporación de actividades de forestación y reforestación en programas de desarrollo, dispone que:

“Los programas de desarrollo nacional, regional y local, deben considerar la forestación y reforestación como actividades prioritarias estimulando:

a. En la amazonía con plantaciones forestales con propiedades para el aprovechamiento industrial de especies como: palma aceitera, palmito, castaña, caucho, árboles y arbustos medicinales, camu camu y otros.

b. En la costa y en la sierra con plantaciones de especies forestales nativas y exóticas apropiadas, de uso industrial, actual o futuro.”

Asimismo, el Artículo 26º de la misma Ley en lo concerniente a tierras de aptitud agropecuaria de selva, establece que: “En las tierras de aptitud agropecuaria de la Selva determinados por el INRENA, se propicia el uso de sistemas agroforestales y forestales, como medio de proteger los suelos de los procesos de erosión y su degradación, reservándose un mínimo de 30% de su masa boscosa y una franja no menor de 50 metros del cauce de los ríos, espejos de agua y otros similares. El cambio de uso debe ser autorizado por el INRENA basado en un expediente técnico que garantice la sostenibilidad del ecosistema, de acuerdo a lo establecido en el reglamento.”

Respecto a los servicios ambientales, de manera general, el Artículo 2º de la Ley Nº 27308, inciso 2.3, menciona que "Son servicios ambientales del bosque los que tienen por objeto la protección del suelo, regulación del agua, conservación de la diversidad biológica, conservación de ecosistemas y de la belleza escénica, absorción de dióxido de carbono y en general el mantenimiento de los procesos ecológicos esenciales."

2.3 Tipología de los diferentes AFB

Los dos grande tipos de Arboles fuera del Bosque en el Perú, son:

- Arboles fuera del Bosque que ocurren naturalmente

- Arboles fuera del Bosque, cultivados o de origen antrópico

a) Arboles fuera del bosque que ocurren naturalmente

Claudio Schneider en el documento de recopilación de información sobre Arboles Fuera del Bosque "Estudio Piloto PERU", 1999, efectúa una revisión de las diferentes clases de bosques naturales existentes, según la Memoria Explicativa del Mapa Forestal del Perú (INRENA, 1995) y determina aquellas que pueden contener árboles fuera del bosque de origen natural. Siguiendo dicho documento, estas son:

En formaciones vegetales de zonas áridas y semiáridas

Matorral de dunas (Md): Ocupa una superficie aproximada de 1,360 km2 (0.11% del territorio nacional) en la costa norte del país. El clima en esta formación se caracteriza por su extrema aridez con temperaturas y precipitaciones medias anuales entre 21 y 23 ºC y 20 mm respectivamente.

Esta formación constituye la transición hacia el bosque tipo sabana del desierto costero y se caracteriza por la presencia de comunidades de sapote (Capparis sp.), de porte arbustivo que se fijan en los montículos de arena, cuya madera es sumamente utilizada para la producción de artesanías.

Lomas (Lo): Ocupa una superficie de 1,916 km2 (0.15% del territorio nacional). Se localiza en las estribaciones andinas occidentales cercanas al mar, en el ámbito del desierto costero.

Se forman debido a la precipitación de densas capas de niebla producidas por las bajas temperaturas del Océano Pacífico en las costas de Perú y Chile, al ponerse éstas en contacto o chocar con los primeros contrafuertes andinos. La vegetación se caracteriza por la predominancia de herbáceas estacionales que cubren completamente el suelo durante el período de nieblas invernales, seguido de un estrato arbustivo, en algunos casos en forma dispersa y en otros relativamente concentrados. Sólo en los sectores donde existe mayor captación de humedad, se desarrollan algunas especies arbóreas. De estas últimas, las más comunes son Caesalpinea spinoza, Carica candicans, Acacia macracantha, Prosopis sp., Myrcianthes ferreyae y las arbustivas son Croton sp., Senecio sp., Viguiera sp. , Passiflora sp., Capparis prisca, Cestrum auriculatum.

Formaciones vegetales de zonas subhumedas

Matorral Subhúmedo (Msh): Ocupa una superficie aproximada de 37,378 km2 (2.91% del territorio nacional), a continuación del matorral seco, como una franja angosta que recorre las porciones medias y altas del flanco occidental andino, entre los 2,000 a 3,700 m.s.n.m.

Esta formación se caracteriza por la presencia de asociaciones arbustivas siempre verdes y decíduas con alturas de hasta 4 m. Es común observar en forma dispersa algunas especies perennifolias de porte bajo, algunas circundando áreas de cultivo, como Schinus molle, Caesalpinea spinosa, Juglans neotropica, Fourcroya andina, Buddleja incana, Acacia macracantha, Rapanea sp, Sapindus saponaria, Escallonia resinosa, Escallonia pendula, Cestrum auriculatum. La densidad, así como el desarrollo de estas comunidades arbustivas varían de acuerdo a la humedad del suelo. Probablemente se trate de bosques degradados debido a la intervención antrópica.

Formaciones vegetales de zonas humedas pluviales

Queñoales: Los queñoales ocupan una superficie aproximada de 937 km2 (0.07% del territorio nacional). Se desarrollan en el ámbito de los ecosistemas de puna de las zonas central y sur del país, desde los 3,000 a 4,500 m.s.n.m.

En los queñoales predomina el género Polylepis conocido localmente como queñoal, quinual o quenual. Se trata de árboles tortuosos de porte bajo (menos de 8 m de altura). En lugares con fuertes limitaciones climáticas o edáficas, estos bosquecillos se reducen a matorrales menores de 3 m. En los queñoales acompañan a las especies de Polylepis algunos arbustos como Gynoxis sp., Lupinus sp. y herbáceas de tipo graminal. Evaluaciones hechas en los departamentos de Ancash y Lima reportan los siguientes resultados:

Especies

Densidad (arb./ha)

Volumen (m3/ha)

Polylepis incana

596,66

42,60

Polylepis racemosa

480,00

73,63

Polylepis sericea

470,00

63,25

Polylepis weberbauerii

797,00

128,51

Los bosques de queñoales han sido objeto de una tala excesiva desde tiempo atrás, para la producción de leña y en menor medida para la fabricación de mangos de herramienta, construcción de vivienda y diversos trabajos de artesanía. Pese a estar protegido oficialmente, persiste su aprovechamiento , quedando solo pequeños relictos de bosques o árboles dispersos en áreas cada vez más inaccesibles e inhóspitos de la serranía altoandina.

Formas de vida especiales

Sabana hidromórfica (Sh): Ocupa una superficie de 78 km2 (0.01 del territorio nacional, en el extremo sur-este del país en el departamento de Madre de Dios. Esta formación conocida también como pampas, es muy peculiar, comparado con los bosques amazónicos que lo circundan.

Se caracteriza por una mixtura de asociaciones o comunidades vegetales donde predominan las herbáceas de las familias Graminae y Ciperaceae, a las que le siguen en menor proporción aglomeraciones en superficies menores a 100 m2 de especies arbustivas y arbóreas de porte reducido.

Todas las formaciones naturales antes mencionadas contienen árboles fuera del bosque. Una constante en todas ellas, son la escasa superficie que ocupan. Los árboles dentro de ellas, tienen en consecuencia una importancia mayormente ambiental o ecológica y muy poca desde el punto de vista económico o social, con salvedad de los queñuales de las zonas altoandinas.

Schneider menciona además que en algunos casos, la formación de pacales localizada en la zona sur-oriental de la cuenca amazónica del país, califica como una formación de Arboles Fuera del Bosque de origen natural. Sobre esta aseveración, no se está de acuerdo puesto que la “paca” (Guadua spp.), especie predominante en esta formación, ocurre siempre dentro del bosque, no existiendo pacales puros o casi puros, sino asociados con la vegetación arbórea del bosque.

b) Arboles fuera del Bosque, cultivados o de origen antrópico

Agroforestería

Los sistemas de producción agroforestales están ampliamente difundidos en el país, variando en cada región geográfica, de acuerdo con las características ecológicas de cada una de ellas.

La región de la Costa, se caracteriza por presentar una temperatura media máxima de 24 ºC y una precipitación promedio inferior a los 200 mm por año, aún cuando varía entre los 10 mm para la zona sur y los 900 mm para el extremo norte del país.

La escasa precipitación limita en términos generales la existencia de bosques naturales en esta región, así como también las iniciativas para incrementar la superficie reforestada, la cual se realiza en consecuencia solo en los valles formados por los ríos que descienden de los andes hacia el Océano Pacífico, como actividad complementaria a la agricultura.

Esta región cuenta con un total de 52 valles, cuyas tierras sumamente fértiles se destinan a la producción agrícola. En estas zonas se practican modalidades agroforestales simples, que consisten en la combinación de cultivos anuales como arroz, maíz, algodón, sorgo, frijol, pallar, espárrago, o frutales como limón sublime (Citrus aurantifolia), maracuyá (Passiflora edulis var. flavicarpa), sandía (Citrullus vulgaris), con especies forestales como Eucalyptus spp. y Casuarina spp., en cortinas rompevientos.

La región andina o sierra ubicada en altitudes superiores a los 1,800 metros sobre el nivel del mar, presenta un clima riguroso, caracterizado por lo general por variaciones bruscas y extremas de temperatura, registrándose temperaturas máximas de hasta 40 ºC al sol, y mínimas que pueden llegar hasta –15 ºC en la madrugada. La precipitación pluvial varía de acuerdo a los pisos ecológicos: en zonas muy secas es de apenas 150 mm y en las muy húmedas llega hasta 4000 mm anuales. Las lluvias se concentran en los meses de enero a marzo (los meses restantes corresponden a la época seca).

La gran mayoría de las tierras de la sierra peruana son de propiedad de las comunidades campesinas, que son organizaciones sociales de origen ancestral. Debido a la alta fragmentación o parcelación de las tierras agrícolas comunales, el árbol juega un rol importante como elemento delimitador o divisor de parcela y protector de cultivos.

En ese sentido, en esta región se realizan tradicionalmente prácticas agroforestales y silvopastoriles desde épocas antiguas. Especies como el pacte (Cassia sp.), quishuar (Buddleja incana), quinual (Polylepis sp.), molle (Schinus molle), tara (Caesalpinea sp.) entre otras, son combinadas espacial y temporalmente con cultivos agrícolas como papa (Solanum tuberosum), arveja, olluco (Ullucus sp.), haba (Vicia jaba), cebada, alfalfa etc. y/o con pastos nativos como Stipa sp. y Festuca sp., comúnmente llamados “Ichu”. Los sistemas son variados y consisten en la instalación de cercos vivos, cortinas rompevientos, cercos espinosos, así como en la inclusión de árboles dentro de cultivos y pastizales con un distanciamiento no siempre adecuado.

Es frecuente también encontrar cortinas rompevientos de aliso (Alnus jorullensis), pisonay (Erythrina edulis), capulí (Prunus serotina), sauce (Salix spp.), sauco (Sambucus peruvianus).

Además de las especies nativas, especies exóticas como el Eucalyptus globulus, Pinus spp., Cupressus spp., Casuarina spp., especialmente el primero, se encuentran muy difundidas en los andes peruanos. Estas especies son plantadas en diferentes modalidades, desde cercos en los linderos de las “chacras” o fincas, hasta macizos en laderas, pasando por pequeños grupos de árboles o bosquetes.

La sierra, debido a las razones antes señaladas, es la región del país de mayor incidencia de actividades relacionadas con los árboles fuera del bosque. Asimismo, es la región que posee la mayor cantidad de tierras para reforestación y donde de hecho se ha establecido el mayor porcentaje de plantaciones forestales, con el doble propósito de producción y protección.

La selva o región amazónica se ubica en la vertiente oriental de los Andes y está conformada por 2 subregiones:

La Selva Alta, caracterizada por una topografía accidentada y suelos muy susceptibles a la erosión. Esta subregión es una transición entre la región andina y los bosques de la llanura amazónicos. La precipitación alcanza valores promedio que oscilan entre los 1800 y los 8000 mm por año (bosques pluviales).

Entre los principales cultivos de la Selva Alta destacan: la piña (Ananas comosus), papaya (Carica papaya), naranja (Citrus spp.), café (Coffea arabica), granadilla (Passiflora ligularis), palta (Persea americana) y otros frutales. En algunas zonas se cultiva maíz, soja y arroz, así como pastos para el ganado lechero y ganado de carne.

El café se cultiva casi en su totalidad bajo árboles de sombra, dentro de bosques intervenidos o vírgenes que han sido previamente raleados, en donde se deja entre 25 y 60 arb./ha. Entre las especies arbóreas que se dejan en el bosque primario están: Cedrela sp., Clarisia racemosa, Croton draconoides, Guarea sp., Inga sp., Iriartea sp., Podocarpus sp., Sapium sp., Swietenia sp., Virola sp., etc; y, en el bosque secundario: Acacia sp., Cecropia sp., Croton draconoides, Cupania sp., Heliocarpus paparanensis, Inga sp., Ocotea sp., etc. El café también se cultiva en forma asociada con frutales como papaya (Carica papaya), banano (Musa sp.) o cítricos, bajo sombra del pacae (Inga sp.) y Albizzia sp.

En estos sistemas agroforestales, pueden presentarse Arboles Fuera del Bosque de origen antrópico.

También se siembra maíz, frijol, yuca y otros cultivos de subsistencia o de pan llevar en pequeñas parcelas cercadas o rodeadas por árboles. Cercos vivos de Cupressus sp., Eucalyptus camaldulensis, Juglans neotropica, Spondias sp., son comunes.

En todos los pastizales se observa un cierto número de árboles como sombra para el ganado. Los árboles más utilizados en este caso son Cordia alliodora, Inga sp., Juglans neotropica, entre otras.

La Selva Baja, es la región más oriental del país conformada por los bosques húmedos tropicales típicos de la amazonía.

En esta región se practica tradicionalmente la agricultura migratoria o “shifting cultivation”. En el caso de los indígenas las parcelas familiares se hallan distribuidas en el bosque alrededor de la maloca o residencia del jefe o curaca de la comunidad. Para abrir nuevas áreas de cultivo o “chacras” se rozan y queman tanto el bosque primario como el secundario o “purma” en rotaciones de mínimo 20 a 30 años. A las especies de madera valiosa o útil, se les permite permanecer en el interior o alrededor de la nueva parcela.

Por el contrario, los colonos, generalmente campesinos desplazados de la región andina, rozan y queman el bosque en ciclos demasiado cortos, ocasionando la degradación del suelo. Esta práctica de origen socioeconómico ocurre tanto en la selva alta como en la selva baja.

Los agricultores ribereños de los grandes ríos amazónicos cultivan los denominados “huertos caseros”, áreas que oscilan entre 400 m2 y una hectárea. Aquí se asocian frutales como Carica spp., Citrus spp., Musa sp., Solanum topiro, entre otras, de manera intercalada con cultivos como maíz, caña de azucar, yuca y frijol de palo. También componen el huerto, especies arbóreas plantadas en pequeñas cantidades como pan del árbol (Artocarpus altilis), bambú (Bambusa o Guadua spp.), capirona (Calycophyllum spruceanum). Estos huertos caseros constituyen también Arboles Fuera del Bosque.

Es necesario señalar que en esta reseña se ha descrito a grandes rasgos las características de cada región. Cada una de las 3 grandes regiones posee en sí misma una gran variedad de pisos ecológicos y paisajes que determinan la ocurrencia de diferentes sistemas agroforestales o silvopastoriles con particularidades propias.

Arboles en ambientes urbanos y periurbanos

Esta categoría se estima que es en el país, la segunda categoría en importancia de Arboles Fuera del Bosque de origen antrópico, después de los sistemas agroforestales.

La arborización urbana es definida como el establecimiento de árboles en áreas urbanas y periurbanas, con valor social y ecológico principalmente, por tanto su función es generar ambientes agradables, mejorar el ornato de la ciudad y modificar el paisaje citadino de forma positiva. Los árboles son muy importantes en la ciudad puesto que son capaces de absorber el ruido y permiten atenuar las temperaturas extremas haciendo los ambientes más agradables para la vida humana. La arborización urbana debe ser enfocada también al manejo de los perímetros de las ciudades, haciendo cordones que permitan mejorar, reducir y desviar vientos y evitar todo tipo de contaminación, que contribuya a la creación de ambientes óptimos, para elevar la calidad de vida de las poblaciones en la ciudad. Para el logro de lo anterior, estos ambientes deben necesariamente ir armonizados con las construcciones y/o obras civiles propuestas.

A pesar de estos beneficios, no existe todavía plena conciencia en la población sobre la importancia del árbol en los ambientes urbanos. En Lima, así como en las principales ciudades, existe un déficit evidente de áreas verdes, por lo cual la nueva Ley Forestal recoge en el inciso 30.1 del Artículo 30º, la preocupación para promover la ejecución de programas de arborización urbana y forestación en cinturones ecológicos, con especies forestales adecuadas.

Según Castro (1989), en Lima los árboles son escasos, mal cuidados y existe una marcada preferencia por las especies exóticas. La mala ubicación de los árboles es un denominador común (obstaculizando la visión esquinas, junto a postes o redes de agua y desagüe), por lo cual muchas veces las raíces levantan las pistas y aceras, situación que felizmente tiende a mejorar debido a un mayor conocimiento de la silvicultura urbana.

Durante el transcurso de las últimas 7 décadas, miles de hectáreas agrícolas se han transformado en viviendas y fábricas. Un reflejo de este proceso es el Valle del río Rimac, en donde está ubicada la ciudad de Lima, que en 1920 poseía 26 333 ha agrícolas y solo 3 166 urbanas y en 1979, 9 074 ha agrícolas y 23 169 ha urbanas. En 1987 la superficie agrícola se redujo a 5600 ha (Castro 1989).

Los árboles en zonas urbanas y periurbanas son responsabilidad de los municipios. Sin embargo, aunque en pequeña escala, existen también proyectos de arborización urbana realizados por organizaciones no gubernamentales (ONG) y entidades del gobierno central. Un ejemplo es el apoyo a la arborización urbana de la gran Lima del Proyecto Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos (PRONAMACHCS), así como el que en menor escala realiza el Instituto Nacional de Recursos Naturales – INRENA.

2.4 Evaluación y planificación de los AFB

Los árboles fuera del bosque cultivados o de origen antrópico, aún cuando no con esta terminología, son objeto de promoción por diversas entidades del estado principalmente, quienes planifican su establecimiento generalmente con participación de las poblaciones beneficiarias y, posteriormente evalúan su implementación.

3. Importancia de los AFB

3.1 Importancia de los AFB

Importancia económica

Las plantaciones forestales en sistemas agroforestales tienen una alta significación económica en la región de sierra del país. En un Estudio de las Plantaciones del Eucalyptus globulus Labill en el Departamento de Junín (Mario Núñez Delfín, 1999), se calculó que en dicho departamento existían 21,410.95 ha de plantaciones de eucalipto aprovechables con fines comerciales y/o industriales, con un volumen total sin corteza de 1’730,480.43 m3, de los cuales las plantaciones en cerco representaban la mayor superficie y volumen con un total de 16,858.42 ha y 1’246,481.41 m3. Los bosques compactos o en macizos, contaban con apenas 4552.53 ha y 484,001.99 m3.

Los resultados de este estudio pueden generalizarse para el resto de la región de sierra del país, con excepción parcial del departamento de Cajamarca, pues en este departamento la Asociación Civil para la Investigación y Desarrollo Forestal - ADEFOR, ha fomentado el establecimiento de plantaciones forestales en macizos con especies del género Pinus, en una superficie hasta ahora mayor de 8,000 hectáreas.

Es de mencionar que la producción de madera de eucalipto procedente de las plantaciones de la región de sierra, representan alrededor del 5% del total de la producción nacional de madera para fines comerciales y/o industriales

Los otros tipos de árboles fuera del bosque, tienen poca utilidad desde el punto de vista comercial o industrial, sirviendo en los medios rurales básicamente para el abastecimiento de leña y otros productos para autoconsumo de las poblaciones aledañas

Importancia sociocultural

En la zona andina la agroforestería tradicional está presente en la idiosincrasia y la estrategia de vida del poblador, al igual que en su accionar comunal y social propios y por ello su incentivación puede no tropezar con las usuales resistencias a concepciones y modelos traídos de otros lugares o no tradicionales.

Es válido expresar que los árboles y arbustos instalados bajo agroforestería suelen ser más apreciados por el comunero que aquellos que no lo son, dada su contribución a la producción en general, determinando una racionalidad, cuidado y mesura en su utilización.

En la región andina la chacra como parcela de conducción agroforestal es parte de la cultura del campesino. A diferencia de las costumbres occidentales de plantar árboles en rodales, el campesino andino lo hace en su chacra que es el espacio de domesticación de los árboles, es all1= donde cultiva las plantas que le sirven para la alimentación de su familia y de los animales, para curarse, para protección y para rituales. Por eso a diferencia de los árboles en rodales, los de la chacra no se destruyen con tanta facilidad, “el árbol era cosa sagrada, ahora dicen que ya lo miran como cosa económica, el árbol era un Dios, como un hermano más que está viviendo en la parcela”.

En la implementación de árboles fuera del bosque la participación de los beneficiarios es esencial, por ejemplo para el caso de la agroforestería, en la que el campesino es el eje fundamental, se está logrando que sea una actividad con futuro propio y que se pueda repetir independientemente de los organismos de promoción a través de la formación de promotores campesinos elegidos por la comunidad, que sin remuneración alguna están interesados en los resultados de la forestería social, y la organización de comités forestales.

En los medios urbanos igualmente los árboles fuera del bosque, logrados mediante la arborización, juegan un importante rol sociocultural en adición al ambiental, puesto que permiten vincular a la población migrante de los medios rurales (que son la mayor parte de la población de las urbes en el país), con sus hábitats de origen. La presencia del árbol en las ciudades, lo transforma en un medio menos hostil y por tanto más llevadero y familiar para este sector de la población.

Rol ambiental

- Los árboles fuera del bosque proveen de servicios ambientales al igual que los bosques. Estos beneficios se aprecian con mayor claridad en los ambientes urbanos, donde:

- Los árboles mejoran el clima y posibilitan la creación de ambientes más agradables y saludables.

- El conjunto de árboles realiza una acción filtrante de las “tormentas de partículas de polvo” de distintos orígenes que se encuentran en el aire. Se tiene conocimiento que una hectárea de plantaciones forestales retiene 68 tn/año de partículas de polvo en suspensión.

- Por otro lado, se tiene conocimiento que una hectárea de árboles absorve 50 tn de dióxido de carbono (CO2) proveniente de la combustión de los motores de gasolina. El conjunto de árboles actúa a modo de depósito y sumidero del dióxido de carbono (CO2), que es el principal gas que produce el efecto invernadero, permitiendo de esta manera reducir su acumulación en la atmósfera.

- Las plantaciones forestales sirven para la formación de una pantalla que amortigua la intensidad de los ruidos indeseables que dañan la salud.

- Una hectárea de árboles produce 120 tn de oxígeno/año.

- La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que una familia compuesta por 5 miembros requiere de 60 m2 de áreas verdes.

- Un grupo de árboles tiene la posibilidad de reducir el calentamiento del ambiente, al eliminar el reflejo de la radiación solar sobre la superficie.

- Un arbolado urbano produce sombra, genera espacios agradables, sitios de expansión y lugares que permiten a la gente reducir tensiones.

3.2 Evolución/dinámica temporal y espacial de los AFB - Problemática y desafíos relativos a los AFB

Originalmente la cubierta boscosa en el país, era mayor que la actual. Sólo en la región de selva se estima que la deforestación por conversión de tierras con bosques para otros fines, prinicipalmente el agropecuario, avanza a un ritmo de 261 mil hectáreas por año, calculándose que la deforestación acumulada en esta región hasta el año 2000, asciende a 9.5 millones de hectáreas, de las cuales hasta un 30% pueden estar dedicadas actualmente a actividades agropecuarias, encontrándose el resto en descanso o sin nigún uso. La mayor parte de esta superficie desforestada se encuentra en la región de selva alta.

La agroforestería siempre ha constituído una opción para la producción agropecuaria en estas zonas anteriormente cubierta con bosques y ahora deforestadas, lo cual es particularmente evidente en la zona de selva central del país, donde los conductores de los predios vienen utilizando sistemas integrados de producción desde hace mucho tiempo atrás. La utilización de sistemas agroforestales de producción debe acentuarse en el futuro, en razón de lo establecido en el Artículo 26º de la Ley Nº 27308 Ley Forestal y de Fauna Silvestre, referente a las tierras de aptitud agropecuaria de selva, que propicia el uso de sistemas agroforestales y forestales en estas tierras.

En la pasada década, los comités de reforestación de la región de selva, han venido apoyando estas iniciativas privadas, mediante la provisión de plantones y asistencia técnica a los agricultores, comunidades nativas y colonos.

En el ámbito de la sierra, igualmente el PRONAMACHCS, con la participación de las comunidades campesinas propietarias de la casi totalidad de las tierras de esta región, ha fomentado el establecimiento de árboles en sistemas agroforestales, tanto con especies nativas como exóticas.

Las arborizaciones urbanas también van incrementándose de manera paulatina, cada vez con mayores requerimientos, debido al crecimiento de las ciudades.

Esta situación, origina que los árboles fuera del bosque estén en constante aumento, aunque en el caso de la selva, aprovechando la disminución en la extensión de los bosques naturales.

4. Aspectos institucionales de los AFB

4.1 Conocimientos locales relativos a los AFB

La zona andina del Perú, por sus características, representa un auténtico reto como ámbito para la producción agraria. En ella, el clima es crudo, tipificado por intensos fríos y lluvias estacionales, factores ambos correlacionados con la altitud. Asimismo, la topografía es quebrada, abrupta, determinando espacios geográficos dominados por laderas; casi un 90 % de la sierra peruana está constituido por áreas con fuertes pendientes.

Producir en una zona con tales características es complicado, y la actividad agropecuaria está marcada por un latente y elevado riesgo de erosión del suelo, así como por el continuo peligro de la acción del clima: heladas, vientos fríos y sequías, que afectan a cultivos y pobladores.

Ante estas realidades, el agricultor tradicional ha desplegado desde tiempos pasados estrategias de producción que le permiten atenuar la acción de los factores adversos mencionados. Entre ellas, una estrategia común es la integración de la vegetación leñosa a la agricultura, pues cuando árboles y arbustos son inteligentemente establecidos en la cercanía de los cultivos, disminuyen los riesgos de daños.

En el Ande peruano es frecuente observar la presencia de plantas leñosas en los alrededores del predio rural. El comunero suele propagarlas y las aprovecha, integrándolas a sus actividades productivas.

Existen diversas formas tradicionales de utilización de árboles y arbustos. A veces, se establecen cercos vivos alrededor de la chacra y la vivienda, delimitando y guareciéndolos de los rigores del crudo clima. Simultáneamente, las plantas establecidas pueden estar brindando productos como frutos, leña, madera o forraje para el ganado, cuyo volumen y valor no son nada despreciables.

Otras veces las especies forestales son empleadas bajo diseños que hacen eficaz la conservación del suelo integradas de diverso modo, pero con un sentido bien definido, a los ciclos agropecuarios.

La existencia de plantas leñosas bajo manejo propicia el funcionamiento permanente de la agricultura en estas zonas, al ofrecer (entre otros beneficios) mayores posibilidades para la retención del suelo y sus nutrientes, así como de la humedad, y cimentar el auto abastecimiento.

La agroforestería es una actividad presente en la idiosincracia y la estrategia de vida del poblador rural andino, al igual que en su accionar comunal y social propio, y por ello su incentivación es importante. Es asimismo un excelente medio para la promoción de la reforestación.

El rescate de la tecnología ancestral ha sido y es uno de los principios del PRONAMACHCS, a fin de validarlas y hacerlas extensivas en el amplio contexto de la vida rural a lo largo de la sierra peruana; todo este trabajo está direccionado a través de una planificación en la que la participación del poblador comunal es prioritaria, atendiendo asimismo sus necesidades primarias de alimentación mediante programas de apoyo para la producción agropecuaria.

En la zona de selva, principalmente en la selva alta, cuya colonización se inició a mediados del siglo pasado, existe también en la población local un conocimiento bastante amplio de la utilidad de los árboles como apoyo para la agricultura. Si bien las condiciones climáticas son bastante más favorables que en la sierra, la fisiografía es similar (en selva alta), por lo cual la agroforestería ha sido igualmente incorporada en sus sistemas integrados de producción agropecuaria. Los sistemas agroforestales actualmente en vigencia, son el resultado de una serie de experiencias y prácticas llevadas a cabo desde el inicio de las colonizaciones en esta región.

4.2 Programas e iniciativas relativos a los AFB

Los programas e inciativas relativos a los árboles fuera del bosque, están ligados a las instituciones que desarrollan o promueven actividades de reforestación en sistemas agroforestales y arborizaciones urbanas. Dentro de éstas cabe destacar al PRONAMACHCS, los Municipios y los Comités de Reforestación.

El PRONAMACHCS en su programa regular de reforestación, prevé y desarrolla anualmente en toda la región de sierra del país, alrededor de 50,000 hectáreas de plantaciones forestales, de las cuales hasta un 50% podrían ser en sistemas agroforestales y por tanto árboles fuera del bosque.

Los Municipios provinciales y distritales, algunos de los cuales cuentan con dependencias de medio ambiente y viveros de producción de plantas ornamentales, desarrollan regularmente campañas de arborización de parques, jardines y avenidas.

Además algunos Municipios, sobre todo de las grandes ciudades, tienen previsto desarrollar con el apoyo de las dependencias técnicas correspondientes, programas de reforestación mediante la utilización de aguas servidas tratadas, para crear cinturones ecológicos alrededor de las urbes. De hecho algunas de estas iniciativas, aunque de manera parcial, se han puesto en práctica en el pasado.

Los Comités de Reforestación, entes con personería jurídica propia que administran los fondos del canon de reforestación bajo la supervisión del INRENA, ha venido promoviendo desde sus inicios en 1982, el establecimiento de plantaciones forestales en diversas modalidades, siendo una de las principales la agroforestería. En los últimos años, los comités han alcanzado metas anuales en promedio de 15,000 hectáreas de plantaciones, de las cuales alrededor de un 40% de ellos son de naturaleza agroforestal.

Es de señalar además que el Artículo 4º de la Ley Nº 27308, relativo al Plan Nacional de Desarrollo Forestal, dispone que “El Ministerio de Agricultura aprueba el Plan Nacional de Desarrollo Forestal, en el que se establecen las prioridades, programas operativos y proyectos a ser implementados; el Plan Nacional de Prevención y Control de la Deforestación, el Plan Nacional de Reforestación y el Sistema Nacional de Prevención y Control de Incendios Forestales y el ordenamiento del uso de la tierra a propuesta del INRENA, con la participación del sector privado.

El Plan Nacional de Reforestación a que alude dicha disposición deberá contener todas las iniciativas referentes a la actividad, incluyendo las concernientes a los árboles fuera del bosque.

4.3 Instituciones relativas a los AFB

Las principales instituciones que desarrollan actividades relacionadas a los denominados AFB son:

- El Proyecto Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos - PRONAMACHCS, del Ministerio de Agricultura

Que tiene por finalidad promover un conjunto de acciones orientadas al manejo y aprovechamiento racional y sustentable de los recursos naturales agua, suelo y forestal, en el marco de una concepción del desarrollo rural integrado a nivel de microcuencas ubicadas en zonas deprimidas de la sierra del país, que incluye la capacitación, promoción y el fortalecimiento de organizaciones campesinas.

En ese sentido, se encarga de las plantaciones en macizos, plantaciones de protección y los sistemas agroforestales a lo largo de la sierra peruana, en la que vive el 62% de la población agrícola del país, el 35% de la población nacional y donde se localiza el 60% de las tierras arables.

El proyecto tiene como objetivo: diseñar, promover y ejecutar estrategias y acciones técnico administrativas y de gestión para el manejo integral de cuencas hidrográficas mediante la conservación de suelos, reforestación e implementación de Infraestructura rural, con el fin de proteger y aprovechar racionalmente los recursos naturales renovables, humanos y de capital de las zonas altoandinas.

Consecuentemente el PRONAMACHCS, en su misión de contribuir a la lucha contra la deforestación, desertificación de ecosistemas de la sierra y el manejo integral de las cuencas de esta región, viene promoviendo la ejecución de actividades de reforestación en tierras de aptitud forestal. Para este fin, se desarrolla fundamentalmente la denominada forestería social, altamente participativa, en donde el principal aporte del campesino es su mano de obra y el terreno.

La metodología utilizada por PRONAMACHCS, considera al poblador campesino como ente y actor decisivo en la ejecución de acciones, aplicación y adopción de tecnologías; e identifica ámbitos de trabajo en las que desarrolla y valida una experiencia posible de ser adoptada por dicha población. El sustento de la población campesina, se basa en la actividad agropecuaria, la cual le permite obtener los productos básicos para su alimentación, pero como quiera que dicha actividad se desarrolla en un medio vulnerable, la tarea central es mejorar o crear condiciones para reducir los efectos de dicha vulnerabilidad.

En lo que respecta a la labor desarrollada en proyectos de reforestación, PRONAMACHCS dentro del sector público los viene implementando desde hace 7 años, mediante los planes anuales de trabajo. Para tal fin, considera cuatro actividades forestales prioritarias: la infraestructura de viveros comunales y permanentes, la producción de plantones, la plantación propiamente dicha (plantaciones a gran escala, de protección y sistemas agroforestales) y el manejo (protección y poda principalmente).

La tendencia inicial de la institución (los tres primeros años, 93 – 95), fue la de intensificar los sistemas agroforestales, con la producción de especies forestales nativas, con la finalidad de proteger las tierras de cultivo de los campesinos beneficiarios, de la acción del viento, las heladas y conservando y/o mejorando la fertilidad del suelo (materia orgánica), estabilización del suelo y filtración del agua de lluvia, delimitación de linderos y propiedades, etc. La proporción de la producción de especies forestales nativos y exóticos fue de 65 y 35 % respectivamente, lo que deriva en un porcentaje similar entre las plantaciones en sistemas agroforestales y de macizos de producción.

Posteriormente, mediante un cambio de política del estado, se revirtió la tendencia inicial, a través de directivas y lineamientos enmarcados en realizar una reforestación agresiva a lo largo de la sierra del país, por lo cual se obtuvo 70 % de especies exóticas y 30 % de especies nativas.

Esta circunstancia favoreció tremendamente la cantidad de hectáreas reforestadas cuya tendencia se muestra en el cuadro siguiente. Para el logro de estas metas, la institución ha ido incrementando anualmente su presupuesto, que junto a la estrategia y mecánica de trabajo a nivel nacional está demostrando buenos resultados en el desarrollo forestal de la sierra del país, por lo cual se constituye en una institución que lidera la reforestación nacional en la actualidad.

PRONAMACHCS, logros de reforestación

Periodo 1993 – 1998

Años

Producción de Plantones
(miles de plantones)

Plantación
(Ha. reforestadas)

Manejo
(Ha. )

1993

1994

1995

1996

1997

1998

28,334

19,510

16,901

55,422

85,826

79,528

25,672

16,860

10,770

41,833

62,136

51,707

-

392

1,365

1,363

6,463

9,377

Total

285,521

208,978

18,960

Fuente: Oficina de Planificación del PRONAMACHCS. 1999.

La producción de plantones, se efectúa en los viveros comunales y permanentes, con especies forestales exóticas como: eucalipto (50 %), pino (15 %), ciprés y casuarina (5 %) y especies nativas como: colle, quinual, capulí, molle, tara, aliso (30 %). Estas proporciones en la producción de plantones definen claramente la orientación y tendencia de la política estatal.

Asimismo, el PRONAMACHCS, ha realizado una experiencia muy valiosa denominada “Reforestación con riego tecnificado en Pasamayo”, ubicada en la variante de Pasamayo (tramo Ancón – Chancay) en suelos arenosos adyacentes a la autopista y a lo largo de 13 km (del km 55 al 69 de la Panamericana Norte), con riego tecnificado por goteo. Los trabajos se iniciaron en diciembre de 1997 y hasta 1998 se habían reforestado 45 ha, con especies como tara, molle costeño, molle serrano y huaranguillo, los mismos que presentan un 90 % sobrevivencia, lo que indica un buen prendimiento y comportamiento de las plantas en suelos desérticos. Este proyecto cuenta con un vivero forestal (km 65), con capacidad de producción de 100,000 plantas.

• Los gobiernos locales

Son los comúnmente denominados municipios, encargados de implementar las arborizaciones urbanas a nivel nacional, a través de convenios u otras formas de cooperación con instituciones privadas y o estatales donde la participación de los comités vecinales es imprescindible, tanto para la instalación de los plantones como para su mantenimiento y cuidados posteriores.

El PRONAMACHCS, es una de las instituciones del estado que a nivel de Lima y otros departamentos del país colabora con la donación de plantones para la realización de arborizaciones en diferentes distritos de las ciudades. Sólo en 1998 este proyecto a distribuido a nivel de Lima Metropolitana 476,744 plantones con este fin.

El gran problema de los gobiernos locales está en que no cuentan con partidas presupuestales importantes para el desarrollo de esta actividad, dado que sus recursos derivan de los impuestos prediales (arbitrios, limpieza pública, alumbrado, etc.) que paga la comunidad vecinal, los cuales son derivados para obras de mayor importancia como son la instalación de agua y desague, electrificación, alumbrado público, etc.

Ante esta perspectiva y siendo la arborización una actividad necesaria para la creación de un mejor ambiente de vida, es que los municipios tienden a la generación de convenios con instituciones gubernamentales y no gubernamentales para el aporte y/o donación de plantones y la respectiva capacitación o asesoramiento técnico, el cual garantiza además de una buena planificación, un adecuado establecimiento de las especies arbóreas propuestas.

Asimismo, son importantes las iniciativas privadas, por ejemplo los clubes de recreación y esparcimiento que cuentan con grandes áreas verdes tales como El Pueblo, El Golf, Huachipa, entre otros que sirven como pulmones descontaminantes para la ciudad.

La ciudad de Lima tiene una población cercana a los siete millones de habitantes, su crecimiento es horizontal y tiene una extensión de 2,664 km2. A pesar de que cuenta con áreas verdes relativamente grandes como: el Parque de la Reserva, el Campo de Marte, el Trébol de la Molina y muchas más, no son suficientes (Lima cuenta con menos de un millón de árboles), por lo que es preciso afrontar esta deficiencia (baja densidad de áreas verdes) e incidir en su importancia y en la necesidad de implementar con mayor decisión la arborización urbana a fin de compensar este déficit.

Para el incremento de áreas verdes, se debe implementar la educación ambiental e incorporar políticas de planificación ambiental que refuercen la conciencia ciudadana.

La empresa SEDAPAL (Servicio de Alcantarillado y Agua Potable de Lima), a través de su departamento de control y medio ambiente (trabajo de más de tres años), a implementado áreas verdes, por el sector de Huachipa (Distrito de Ate – Vitarte) a orillas del río Rímac, en su sede de “La Atarjea”, la cual tiene 101 ha, de las cuales 42 ha corresponden a áreas verdes y 47 ha a plantaciones forestales. Para este programa de arborización, PRONAMACHCS ha contribuido con la entrega de 113,700 plantones.

Actualmente, se tiene proyectado la construcción de un pulmón verde en la Zona de San Bartolo, la cual tendrá un área de 8,000 ha y su mantenimiento se efectuará con aguas residuales tratadas. Otra iniciativa comprende el tramo de La Punta – La Chira, a lo largo de la Costa Verde.

• Los Comités de Reforestación.

A nivel nacional funcionan 26 Comités de Reforestación, como organismos descentralizados con autonomía administrativa y de gestión, de los cuales 11 están localizados en la región de la selva, 9 en la sierra y 6 en la costa. Los comités de reforestación financian sus actividades en base al canon de reforestación que pagan los extractores forestales por metro cúbico o cantidad de producto extraído. Como la madera es el principal producto forestal en el país, el cual proviene en un 95% de la región de selva, los comités de reforestación de esta región son los que cuentan con mayores recursos financieros y los que han logrado las mayores metas de reforestación.

Desde el inicio de sus operaciones en al año 1982, hasta 1993, los comités de reforestación establecieron 8,826 ha de plantaciones forestales, con un ritmo anual de reforestación de 700 ha, cifra que ha ido incrementándose sustantivamente en los últimos años. Así, en 1994 se realizó la reposición de 3,800 ha, beneficiando en promedio a 1,300 agricultores, con plantaciones establecidas a campo abierto y en sistemas agroforestales.

El incremento mayor de estas acciones de reforestación se produce a partir del año 1993, debido a una mejor gestión administrativa de los fondos del canon por parte de los miembros del comité de reforestación, participación activa de la población beneficiaria y supervisión de las actividades por los entes responsables, así como por la modalidad de obras de contrata, con la participación de empresas privadas de servicios forestales. En el siguiente cuadro se muestran los logros alcanzados por los Comités de Reforestación:

Superficie reforestada mediante los comités de Reforestación

Periodo 1883 – 1999

Años

Plantación

(Ha. Reforestadas)

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

390.00

82.00

282.00

872.00

1,339.00

1,657.00

821.00

602.00

774.00

1,890.00

1,826.00

5,252.00

16,301.00

15,615.00

18,995.00

16,115.00

11,669.00

Total

94,482.00

La selección y priorización de las especies a utilizar depende de varios factores, entre ellos la disponibilidad de germoplasma (semillas), conocimiento de su silvicultura, adaptabilidad y demanda potencial en el mercado.

Es de mencionar que los comités de reforestación desde sus inicios hasta el presente, han venido modificando su modalidad de plantación, identificándose hasta 3 modalidades diferentes:

• Reforestación en fajas de enriquecimiento, modalidad utilizada en una primera etapa.

• Reforestación en sistemas agroforestales, en parcelas de agricultores, con el fin de disminuír los gastos de mantenimiento. Esta modalidad fue utilizada en una segunda etapa y se mantiene hasta ahora.

• Reforestación en macizos.

Las dos últimas modalidades se vienen usando hasta la fecha. De las 3 modalidades, los árboles logrados en la segunda modalidad constituyen con propiedad árboles fuera del bosque.

La disposición complementaria Vigésimo cuarta del Reglamento de la Ley Nº 27308, aprobada mediante Decreto Supremo Nº 014-2001 AG de fecha 6 de abril del 2001, dispone sin embargo que: “Dentro del plazo de ciento veinte días contados a partir de la publicación del presente Reglamento, el INRENA procederá a la liquidación de los Comités de Reforestación, asumiendo las funciones, actividades, acervo documental y haber neto resultante de la liquidación y disolución de los referidos Comités. El INRENA transferirá al FONDEBOSQUE los recursos económicos líquidos, para ser empleados como fondos de contrapartida para proyectos de manejo forestal.”

Para los trabajos de reforestación a nivel nacional, el país cuenta con 2,676 viveros volantes y 331 viveros permanentes.

5. Evaluación de los AFB y planificacion del uso de la tierra - un proceso de decision (decision making process)

5.1 Métodos de evaluación e inventarios de los AFB utilizados en el país (colecta de información)

En el Perú no se han efectuado evaluaciones e inventarios del conjunto de los árboles fuera del bosque, salvo algunas evaluaciones de plantaciones específicas como el realizado por Mario Núñez Delfín, el cual es tratado más adelante como experiencia de evaluación.

5.2 Actores involucrados en la colecta de datos y en las decisiones relativas a la planificación de los AFB (quién usa los datos)

La información sobre árboles fuera del bosque es incluída sin discriminar dentro de las estadísticas oficiales de reforestación del país, con excepción de las arborizaciones, de las cuales no se cuenta con información.

Estas informaciones que van a formar parte de las estadísticas oficiales son colectadas por el personal del nivel regional de las entidades estatales encargadas de la promoción de las actividades de reforestación para luego ser consolidadas por el INRENA.

Las cifras así obtenidas son utilizadas por las mismas fuentes para el proceso de planificación de actividades de los años siguientes, haciéndose siempre la salvedad que se refieren a la actividad de reforestación en su conjunto. En algunos casos la información sobre lo realizado y lo planificado, puede estar discriminado por modalidad de plantación (en sistemas agroforestales, en macizos, etc.), pero de ningún modo con la denominación de árboles fuera del bosque.

5.3 Análisis de información relativa a los AFB (circulación y uso de información)

El PRONAMACHCS recaba la información correspondiente a las plantaciones que ejecuta en la región de sierra, los Comités de Reforestación las correspondientes a sus actividades, mientras que el INRENA se encarga de compilar y procesar la información del nivel nacional, así como de su publicación y difusión.

Esta información es requerida sobre todo por las personas y empresas interesadas en el aprovechamiento de las plantaciones, así como también por los alumnos de las universidades, estos últimos con fines académicos y de investigación.

Es de mencionar a este respecto, que en la facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional Agraria – La Molina, se dicta un curso con carácter obligatorio sobre agroforestería.

6. Experiencias de evaluación

En marzo de 1999, Mario Núñez Delfín, concluyó el “Estudio de las Plantaciones del Eucalyptus globulus Labill en el Departamento de Junín”, el cual tuvo por objetivo general identificar y evaluar las plantaciones en cercos y macizos de E.globulus Labill, más representativas de dicho departamento, con fines de aprovechamiento industrial.

El objetivo específico principal fue estudiar la factibilidad técnica económica para un proyecto de abastecimiento a una planta de chips.

Es de mencionar al respecto que en la sierra peruana, según cifras oficiales se han establecido alrededor de medio millón de hectáreas de plantaciones forestales principalmente con la especie Eucalyptus globulus, de manera bastante dispersa, cuya madera viene siendo utilizada para diversos fines, como madera aserrada comercial, madera para construcciones rurales, leña, pero sin una demanda consistente que permita a sus propietarios obtener precios que compensen el esfuerzo realizado en la plantación. Una alternativa actual para estos productos es el mercado de chips de eucalipto para la fabricación de pulpa para papel.

La metodología utilizada para este estudio, consistió en:

• Recolección de información en las oficinas agrarias sobre los antecedentes de las plantaciones y los mapas o croquis correspondientes.

• Toma directa de datos en el campo mediante muestreo sistemático estratificado al azar

• Introducción de datos en la computadora para su procesamiento posterior

Dado los objetivos del estudio, sólo semidieron los árboles con diámetros mayores a 10 cm.

Los resultados principales a que se arribaron, respecto al potencial forestal son:

• La superficie total de plantaciones es de 21,410.95 ha con un volumen de 1’730,483.40 m3 sin corteza, que equivale a 2’035,862.82 m3 con corteza.

• Los cercos representan la mayor superficie y volumen con un total de 16,858.42 ha y 1’246,481.41 m3

• Los bosques compactos cuentan con 4,552.53 ha y 484,001.99 m3

7. Conclusiones y recomendaciones

7.1 Límites

Los árboles fuera del bosque tienen en el Perú un vasto campo para su desarrollo, principalmente en lo que se refiere a las plantaciones en sistemas agroforestales y a la arborización en zonas urbanas.

Los sistemas agroforestales van a continuar aplicándose, principalmente en la región de sierra, debido a que las condiciones físicas y climáticas imperantes en esta región propician las acciones de reforestación en interacción con las actividades agrícolas prioritarias. Igualmente, en la regiones de selva alta y selva baja, sobre todo en la primera que tiene la mayor cantidad de áreas deforestadas de la amazonía, se prevé que a futuro se enfatizarán los sistemas agroforestales de producción, así como también las plantaciones en huertos. Aún en la costa, en los valles agrícolas, deben incrementarse las plantaciones en cercos, con fines de delimitar los predios, atenuar la aridez del clima y propiciar el aumento de la producción y/o productividad agropecuaria.

Las arborizaciones urbanas de otra parte, por la escasez de áreas verdes en las ciudades, de conformidad con lo establecido en la Ley Nº 27308 – Ley Forestal y de Fauna Silvestre, deben también incrementarse en los próximos años. Esta actividad no tiene límites para su desarrollo por cuanto el crecimiento poblacional siempre conllevará a un crecimiento de las ciudades requiriéndose permanentemente de mayores y mejores áreas verdes.

7.2 Problemas

A pesar de los avances obtenidos en los últimos años en materia de reforestación en sus diversas modalidades, esta actividad no tiene aún el apoyo financiero necesario, que permita alcanzar tasas anuales de plantaciones adecuadas a las necesidades del país. La magnitud de tierras de aptitud forestal y de protección desprovistas de vegetación, disponibles para su desarrollo, amerita efectuar mayores esfuerzos que los realizados hasta la fecha.

En cuanto a las arborizaciones urbanas, ocurre algo similiar, puesto que los gobiernos locales que son los entes responsables de estas actividades, no cuentan con partidas presupuestales importantes para su ejecución. Los recursos con que cuentan son derivados para obras prioritarias como son la instalación de agua y desague, electrificación, alumbrado público, etc.

Falta además en términos generales, conciencia en la población sobre los beneficios que proporcionan los bosques y árboles, como elementos reguladores del medio ambiente y proveedores de una serie de bienes y servicios de diversa índole.

7.3 Recomendaciones

Los árboles fuera del bosque constituyen un tema nuevo como tal en el país, debiéndosele asignar mayor importancia en cualquiera de sus modalidades, toda vez que proveen de muchos de los beneficios económicos, sociales y ambientales que proporcionan los bosques, en áreas donde éstos no existen.

Bajo esta premisa, las recomendaciones principales, serían las siguientes:

• Adoptar las previsiones correspondientes para el cabal cumplimiento de lo establecido en el Artículo 26º de la Ley Nº 27308 – Ley Forestal y de Fauna Silvestre, referente a que en las tierras de aptitud agropecuaria de la selva se debe propiciar el uso de sistemas agroforestales y forestales de producción, así como en el inciso 30.1 del Artículo 30º de dicha Ley, concerniente a la promoción de la ejecución de programas de arborización urbana y forestación en cinturones ecológicos.

• Formular e implementar a la brevedad posible el Plan Nacional de Reforestación que forma parte del Plan Nacional de Desarrollo Forestal.

• Difundir y concientizar a la póblación en la importancia de los árboles fuera del bosque y sobre los beneficios que provee desde las perspectivas, ambiental, social y ecómica. De ser posible, implementar además un programa participativo con la inclusión de entidades estatales y privadas para el fortalecimiento de las actividades forestales orientadas a los árboles fuera del bosque.

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