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9. ADMINISTRACION DE PESQUERIAS

La pesquería permite que el hombre pueda usufructuar de la existenoia y capacidad de renovación que tienen las poblaciones de peces, convirtiendo de esta forma a estas poblaciones en fuentes proveedoras de alimento, fuentes de trabajo, desarrollo y bienestar. Pero, por otro lado, la pesquería es capaz de introducir serios cambios en las poblaciones de peces en explotación, alterando su tamaño, estructura y dinámica poblacional, lo oual en algunos casos puede llevar a una merma excesiva de la población y al colapso de la pesquería, con los perjuicios políticos, sociales y económicos que la desaparición de un recurso puede ocasionar.

Desde el punto de vista práctico, la dinámica de las poblaciones de peces en explotación tiene como objetivo fundamental estudiar los efectos de la pesca sobre las poblaciones de peces y sobre la pesca misma, considerando además por oierto todos los otros factores como la mortalidad, crecimiento, reclutamiento, etc., lo cual debe en principio dar las bases científicas que permitan estimar o prever los efectos que pueden tener las distintas modalidades de pesca. Por otro lado, la administración de una pesquería debe, sobre la base del conocimiento de la dinámica de la población, buscar y aplicar las medidas más adecuadas para aprovechar mejor cada recurso pesquero.

9.1 Objetivos y Alternativas

Al administrar una pesquería hay dos objetivos fundamentales que, si son llevados al extremo, pueden aparecer como objetivos contrapuestos. Uno es preservar el recurso, que en una posición conservacionista puede significar no pescar o pescar muy poco y el otro es obtener el máximo beneficio de la explotación del recurso, lo que en el caso extremo puede llevar a la sobreexplotación y exterminio del recurso.

En realidad, estos dos objetivos se complementan ya que si no se preservan los recursos pesqueros manteniendo el nivel de las poblaciones de peces en un nivel lo suficientemente grande como para que la explotación pueda ser rentable, el objetivo de obtener el máximo beneficio no podrá ser logrado.

Por otro lado, el obtener el máximo beneficio de la explotación de un recurso puede tener diferentes significados de acuerdo con las condiciones particulares de cada pesquería, cada país, cada lugar y cada recurso; y sobre este particular se pueden presentar diversas alternativas. En algunos casos, el objetivo puede ser obtener montos globales de capturas altas, obtener un mejor precio por la venta de los peces capturados (lo que por la ley de la oferta y la demanda puede significar pescar menos para obtener mejores beneficios), mantener una captura por unidad de esfuerzo alta (lo que sólo se consigue a niveles altos de densidad de población), mantener una relación alta entre el costo de la extracción y el valor del produoto, proveer más o mejores fuentes de trabajo, etc.

Hay pues, varias alternativas bajo las cuales se puede conducir una pesquería, debién dose resaltar además la importancia que tiene la estabilidad de la población en lo que se refiere a mantener la estabilidad de los beneficios (llámense éstos volúmenes de capturas constantes, trabajos estables, ingresos asegurados, etc.), lo que en algunos casos y en especial cuando las poblaciones muestran ciertas fluctuaciones de un año a otro, puede llevar a que no siempre se capture una misma porción de la población existente o que los montos de capturas difieran de un año a otro con la finalidad de compensar estas diferencias.

9.2 Regulaciones Pesqueras

Cuando una pesquería comienza a crecer y a desarrollarse y se aproxima al nivel en que el recurso comienza a ser explotado plenamente, o hay el peligro de que entre en un estado de sobreexplotación, se hace muchas veces necesario introducir medidas regulatorias, las cuales tienen básicamente la finalidad de permitir que la población se estabilice (o se recupere si ha sido disminuida exoesivamente) a un nivel donde el rendimiento de la población sea rentable y dé los máximos beneficios.

Estas regulaciones tienden normalmente a disminuir el efecto de la pesca sobre toda o sobre una parte de la población. Una forma es regulando el tamaño de las mallas en las redes de pesca de forma de proteger a los individuos más pequeños (lo que equivale a incrementar la edad a la primera captura, tc) para permitir un mayor rendimiento por recluta o para que una mayor parte de la población llegue a completar su ciclo biológico.

Otra fórmula puede ser la aplicación de vedas, es decir, prohibiendo la realización de faenas de pesca en ciertas temporadas o en ciertas sonas de pesca con la finalidad de proteger a los peces que, por ser muy pequenos o por estar en época de desove, no deben ser pescados para favorecer un crecimiento más rápido de la población.

Otra medida es la de imponer cuotas de captura acordes con el rendimiento máximo o el rendimiento potencial de la población, las cuales pueden ser aplicadas asignando cuotas de captura por zonas de pesca, por flotas, por embarcación, etc., con lo cual se logra regular tanto el monto total de los peces capturados como el esfuerzo de pesca aplicado efectivamente sobre la población. El inconveniente de esta medida es que el esfuerzo real de pesca (número o capacidad total de las embarcaciones) puede seguir creciendo al tratar los pescadores de competir para obtener una mayor parte de la cuota asignada antes que otros la tome, haciendo que el rendimiento económico neto sea cada vez menor.

Una forma de evitar el crecimiento excesivo del esfuerzo real de pesca es limitando el ingreso de nuevos pescadores o de nuevas embarcaciones, lo cual tiende a hacer la pesquería más rentable.

Evidentemente, estas medidas regulatorias pueden combinarse y deben ajustarse a los objetivos que se persiguen y a las condiciones particulares de cada población, de cada pesquería y de cada país. Hay, sin embargo, casos en que un mismo recurso o una misma unidad poblacional es compartida por dos o más países, y en este caso resulta a veces dificil llegar a acuerdos que permitan la adecuada administración del recurso. Esto sucede en especial cuando los objetivos de la explotación son diferentes, y en este caso, cuando los objetivos de la explotación son diferentes, las medidas regulatorias (si las hay) también suelen ser diferentes y en estas condiones es difícil obtener resultados claros de su aplicación a menos que se cuente con mecanismos que permitan el intercambio de informaciones y la coordinación de los actividades de investigación y administración del recurso.


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