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CAPITULO 1-INTRODUCCION

1.1 La satisfaccion de las necesidades de alimentos

La población mundial está creciendo en la actualidad (1990)a una tasa cercana a los 100 millones de personas por año. Mientras que en el pasado la producción de alimentos aumentaba a un ritmo suficiente para cubrir la creciente demanda, ahora eso ya no se consigue, y en los últimos años han disminuido las existencias alimentarias, a la vez que se ha acrecentado el número de personas desnutridas; por ejemplo, la producción de cereales por persona mermó en 51 países en desarrollo entre 1981 y 1988, mientras que el total de personas que sufren malnutrición pasó de 460 a 512 millones (Sadik, 1990). Ante la perspectiva de que para el año 2025 la población mundial se habrá cuadruplicado con respecto a 1950 (Figura 1.1), y luego se duplicará con creces antes de estabilizarse, probablemente dentro de unos 10 ó 12 decenios, y dado que las tierras agrícolas disponibles ya están explotadas en exceso, será necesario concentrar los esfuerzos en conseguir un aumento constante de los rendimientos alimentarios por hectárea. Gran parte de este aumento deberá ser en forma de proteína. Actualmente, la producción de proteínas cárnicas es, en casi todas las regiones, una estrategia derrochadora de energía: la relación de conversión de las proteínas de pienso en carne es del orden del 20 por ciento (Cox y Atkins, 1979).

Figura 1.1 Cambios en el tamaño y distributión de la población mundial

Figura 1.1

En esta hipótesis, la carne de producción tradicional se convertirá en un costoso artículo de lujo, y habrá que recurrir cada vez más a otras formas de proteínas animales, que en gran medida deberán proceder del pescado. Puesto que hay pocos indicios de que se puedan expandir los rendimientos de las capturas de pescado no cultivado, cabe prever que la producción basada en la cría de peces o técnicas acuícolas crecerá rápidamente (FAO, 1989). La Figura 1.2 muestra que, a escala mundial, la producción acuícola superará probablemente las capturas de especies no cultivadas para comienzos del próximo siglo. Y dado que las formas intensivas de acuicultura que utilizan piensos de alto contenido proteico también derrochan energía, es de suponer que la producción de especies herbívoras con insumos de bajo contenido energético en aguas templadas también crecerá a un ritmo acelerado. Esta estrategia se promoverá con toda seguridad, ya que, además de producir mayores cantidades de proteínas alimentarias en zonas que indudablemente las necesitarán, puede crear una base de empleo floreciente y variada, elevar los ingresos locales y brindar un producto capaz de generar ingresos de exportación (FAO 1987).

Figura 1.2 Tendencias en las pesquerías mundiales - producción y consumo

Figura 1.2

1.2 La variabilidad de las necesidades de “espacio”

Para lograr los aumentos de la producción que se desprenden de las Figuras 1.1 y 1.2, será necesario asegurar a la acuicultura y a la pesca continental el acceso y el derecho a grandes extensiones de “espacio” terrestre y acuático. El espacio terrestre consistirá principalmente en parcelas de tamaño variable situadas en las zonas de contacto del agua con la tierra; el espacio acuático consistirá en masas de agua superficiales y subsuperficiales. La disponibilidad de ambos tipos de espacio presentará marcadas variaciones de un país a otro o entre las distintas regiones.

Las clases y la extensión del territorio requerido para la producción íctica variarán notablemente, no sólo debido a las diferencias en las necesidades locales de proteína, sino también a causa de la complejidad y diversidad de los entornos de producción acuícola y de pesca continental. El Cuadro 1.1 da una indicación simple de las distintas características que pueden tener los ambientes de producción; algunas de las categorías podrían hallarse en ambos tipos de ambiente.

Cuadro 1.1 La complejidad y diversidad de los ambientes de producción acuícola y de pesca continental

Ambientes de producción acuícola
 Tropicales o templados
 Intensivos o extensivos
 De alto o bajo coeficiente de capital o insumos
 En pequeña o en gran escala
 Comercial, de trueque o de subsistencia
 De una única especie o de especies múltiples (policultivo)
 De peces de aleta, crustáceos o algas
 Iniciativa privada o actividad de investigación y desarrollo del
 gobierno
 Una única granja o conjunto de muchas empresas
 De agua del mar, salobre o dulce
Ambientes de producción de pesca continental
 Ríos, lagos, embalses, llanuras de aluvión o estanques
 Pesca de recreo o con fines de alimentación
 En aguas estacionales o permanentes
 Desde la costa o en aguas profundas (de bajura o de altura)
 De gestión tradicional o del gobierno central
 De batimetría compleja o simple
 Artesanal o industrial
 De poblaciones silvestres o introducidas
 De reposición natural o de repoblación periódica
 Unidad política simple o múltiple (nacional o internacional)

Además de operar en diferentes entornos, la producción íctica es de carácter interdisciplinario, es decir, requiere datos, información, asistencia y otras aportaciones de los campos económico, social y físico. Los sistemas de producción y gestión también son multidisciplinarios, por cuanto el productor puede tener que ser además contador, biólogo, ingeniero y vendedor. La planificación y la adopción de decisiones tendrán lugar necesariamente en entornos tan diferentes entre sí como la choza de una aldea y la sala de reuniones de una empresa, y las decisiones emanarán de estructuras sociológicas muy distintas. Además, la zona de contacto tierra/agua utilizada para la producción suele ser un ecosistema variado y complejo, que tiene altas probabilidades de ser relativamente raro, frágil y ecológicamente vulnerable y, debido a su misma singularidad, sumamente valorado por muchos sectores de la sociedad.

1.3 Las presiones sobre el espacio disponible

Dado que la acuicultura y la pesca continental requieren una variada gama de ambientes físicos, y que puede haber muchas actividades distintas que deseen acceder a ese “espacio” de producción o que pongan en peligro su calidad, es inevitable que se creen presiones sobre las zonas de contacto tierra/agua. Esas presiones emanan en general de los intereses recreativos, urbanos, agrícolas, industriales, militares, del transporte, de la conservación y personales o domésticos. La FAO (1989b) ha publicado ejemplos de esos distintos intereses a nivel regional (para el noroeste de Francia), y, en el plano comunitario, Palm (1989) ha documentado profusamente algunos ejemplos de la presión causada por múltiples demandas de acceso en las zonas rurales de Africa. El predominio y el grado de presión de cualquiera de esos intereses variarán lógicamente en el tiempo y según las regiones.

Las consecuencias de esa presión no deben subestimarse. En las zonas más pobladas están suficientemente claras: una visita a cualquier área de contacto de la tierra y el agua revelará un uso excesivo de los recursos, tal vez contaminación y degradación física y ambiental, y un grado variable de conflicto social. Esto se traduce, con frecuencia, en un menor acceso y en la necesidad de reglamentación. Incluso en las zonas menos pobladas, la propiedad privada o los derechos sobre la tierra, así como los decretos emanados de la planificación centralizada, pueden imponer severas limitaciones al uso de los lugares que bordean las masas de agua. De la misma manera, la degradación del medio ambiente no se restringe a las zonas densamente pobladas. El empeoramiento de la calidad del agua y las mayores variaciones en la disponibilidad de agua río abajo son consecuencia de la deforestación quo se practica en remotas zonas río arriba.

1.4 La importancia de la selección y adquisición de los lugares

La importancia de mantener una correspondencia entre los usos de la tierra y las necesidades de producción de alimentos en general ha sido ampliamente documentada, por ejemplo por Baker (1921) y Beek (1978), y en los últimos tiempos muchos autores han mencionado la importancia de que ciertos lugares se destinen específicamente a la acuicultura o producción íctica (entre otros, Weber (1972), New (1975), Corrie (1979), McAnuff (1979), Henderson(1985), FAO (1989a), FAO (1989c) y Petterson (1989). Sin embargo, en la práctica es poco lo que se hace para asegurar un “espacio” a la producción íctica. Un reciente estudio (FAO, 1987) de 27 proyectos de acuicultura apoyados por la FAO en países en desarrollo reveló que ninguno de ellos se ocupaba del acceso al agua o a la tierra, pese a que este factor estaba considerado como una importante limitación a la producción íctica rural. Esto, unido a la reñida competencia por el limitado espacio disponible y a las presiones que se ejercen sobre él, pone de manifiesto la importancia y la urgencia de adoptar decisiones en relación con el territorio.

Desde el punto de vista de la producción íctica, la selección de lugares, o las decisiones sobre su emplazamiento, son importantes inicialmente para asegurar la disponibilidad efectiva de lugares de producción o de sitios desde los cuales se pueda operar. Las perspectivas de conseguir esos lugares variarán mucho según los derechos sobre la tierra y el agua, las normas de planificación del aprovechamiento de la tierra, las posibilidades de compra o arriendo, las demandas incompatibles de acceso, etc. Luego el productor de peces se preocupará de obtener lugares en que los parámetros ambientales se puedan mejorar, preferentemente en zonas en que la contaminación esté controlada o exista una legislación cualitativa sobre el medio ambiente. Es importante conseguir lugares que ofrezcan viabilidad económica. Estos se hallarán, por ejemplo, en las zonas que permitan alcanzar unos rendimientos sostenibles óptimos o que al menos posean un potencial razonablemente bueno para una producción rentable. Además, es preciso reservar lugares para el futuro, con objeto de mantener y mejorar los rendimientos alimentarios y ayudar a diversificar el empleo local. Debido a que la producción exige tal cantidad de parámetros físicos y económicos, y a que son tantos los intereses centrados en el “espacio” de contacto tierra/agua, el piscicultor deberá competir duramente por los lugares adecuados.

Desde el punto de vista de la pesca, es importante definir espacialmente y proteger los fondos de pesca y los recursos. Estos últimos son móviles. En sus migraciones en busca de alimento o lugares de reproducción, los organismos que son objeto de pesca pueden atravesar muchos ambientes que se utilizan también para otros fines.

1.5 Hacia el manejo de las complejidades de los datos

De lo dicho hasta ahora acerca de los diversos ambientes de producción íctica, la complejidad de las zonas de contacto tierra/agua, las variadas presiones a las que están sometidas y la consiguiente urgencia de la selección de lugares, se desprende claramente que las decisiones definitivas sobre el emplazamiento de la producción entrañan un proceso extremadamente complejo. Sin embargo, las dificultades no terminan aquí, pues para poder tomar cualquier decisión sobre el lugar, es necesario disponer de información y de una metodología adecuada para manejar la vasta gama de datos potencialmente pertinentes.

Hasta hace poco, disponer de datos y de instalaciones para su manipulación constituía un problema. Son relativamente pocos los países o regiones que han acumulado muchos datos primarios sobre la acuicultura o la pesca continental. A unque casi todos disponen de algunas cifras de producción, éstas (al igual que otras cifras) suelen estar mal agregadas y ser incompletas, obsoletas y de una fiabilidad muy variable. Otros factores que a veces no están bien documentados son el número de unidades de producción, su tamaño y emplazamiento, el número de embarcaciones pesqueras en determinados puertos y los trabajadores empleadosen ellas, y el volurnen de pescado que se tramita en diferentes sectores del mercado. La completa ausencia de datos, si se exceptúa la información de tipo más primitivo, sobre la acuicultura y la pesca continental es la norma, no la excepción (Mooneyhan, 1985; Anderson, 1989; Bellemans, 1989). En el Cuadro 1.2 se de datos. Las razones fundamentales de esta deficiencia tienen que ver con la escasa valoración de la importancia de las estadísticas exactas y actualizadas para planificar el desarrollo y manejar los recursos, la dificultad de obtener metodologías eficientes y rentables para reunir y analizar los datos, y la falta de personal capacitado y de infraestructura que faciliten el acopio y difusión de la información.

Cuadro 1.2 Algunos factores de la producción pesquera que no suelen estar documentados para las distintas masas de agua

a)Productividad biológica
b)Distribución de la captura y el esfuerzo
c)Características sociales y económicas de las pesquerías
d)Rutas de transporte y mercados
e)Existencia efectiva de muchas masas de agua más pequeñas
f)Estacionalidad del nivel del agua - cambios y superficie inundada
g)Batimetría y limnología detalladas de las aguas costeras o continentales
h) Niveles de turbidez o contaminación retrógrada

Gracias a la conciencia de la apremiante necesidad de adquirir “espacios” en las zonas de contacto tierra/agua y de destinar a la producción íctica lugares cuidadosamente seleccionados, y con el fin de acelerar estos procesos, está comenzado ahora una proliferación de datos relacionados con el espacio y otros aspectos pertinentes. Esta proliferación sólo ha sido posible en los últimos tiempos, ya que ahora estamos en condiciones de almacenar y manipular grandes cantidades de datos con ayuda de las computadoras - una tecnología que con su existencia misma reforzará probablemente su propia utilidad a través de la proliferación exponencial de los datos. Las decisiones relativas al espacio o a los lugares están siendo manejadas ahora por la rama de la informática que se conoce como “sistemas de información geográfica” (SIG).

La Figura 1.3 muestra, de forma esquemática, cómo se puede organizar el proceso de adopción de decisiones sobre los espacios para asegurar la asignación de lugares óptimos a la producción pesquera. Representa un flujo estructurado, en el que los tres primeros niveles consisten básicamente en la obtención de los datos necesarios para el proceso de adopción de decisiones; en el medio se encuentran los datos, reales o sustitutivos, seguidos de otros tres niveles que representan los procesos que permiten tomar las decisiones sobre los lugares. El diagrama constituye obviamente una simplificación, ya que en todos los “niveles” habrá subcategorías de insumos, procesos y resultados. El presente estudio se ha estructurado con arreglo a esa misma secuencia, aunque carece de un capítulo específico sobre los “datos”, y las “decisiones sobre los lugares” están representadas por una serie de estudios de casos.

Figura 1.3 Diagrama esquemático de las fases del proceso de adopcoón de decisiones sobre lws espacios

Figura 1.3

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