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Principales deficiencias de micronutrientes en Centroamérica - Estrategias del INCAP para su control

M.R. Molina, A. Noguera, O. Dary, F. Chew y C. Valverde Organización Panamericana de la Salud, Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá, Guatemala.


Principal micronutrient deficiencies in Central America
Principales carences en micronutriments en Amérique Centrale

Introducción

En Centroamérica las principales deficiencias de micronutrientes son las relativas al yodo, la vitamina A y el hierro (Valverde et al., 1984), Tales deficiencias están más acentuadas en la población de menores recursos, que presenta también un mayor índice de desnutrición, representando por tanto la población más vulnerable.

En lo que respecta al yodo, éste es un micronutriente esencial para la salud, que se considera esencial debido a que varias especies animales (angioespermatos y mamíferos), incluyendo al ser humano, no pueden crecer adecuadamente ni complementar su ciclo vital satisfactoriamente cuando el aporte de yodo es inadecuado, ya que no puede ser reemplazado por otro elemento en la estructura de las hormonas tiroideas, por lo que es imprescindible en el metabolismo general.

La escasez casi generalizada de yodo en el medio ambiente físico se debe al efecto del lavado y arrastre que las lluvias y glaciares han provocado sobre la superficie del globo terrestre.

La deficiencia de yodo reduce la disponibilidad de hormonas tiroideas, afectando severamente al ser humano desde el período de la gestación, ocasionando en muchos casos daños irreversibles, Entre estos desórdenes pueden mencionarse bocio, sordomudez, retardo mental y cretinismo, así como la ocurrencia de abortos, mortinatos, bajo peso al nacer y mortalidad infantil.

La deficiencia de yodo ha sido ampliamente documentada en Centroamérica desde hace 40 años, En 1959, Guatemala fue pionero en América Latina al implantar con éxito un programa de yodación de sal a nivel nacional para controlar el bocio endémico, La prevalencia de bocio antes de la implantación de este programa era del 38 por ciento, En general se considera que cuando la prevalencia promedio de bocio es mayor del 10 por ciento constituye un problema de salud pública nacional. La efectividad de la medida pudo ser comprobada cuando, en 1965, una encuesta nacional de nutrición encontró que la prevalencia era del 5 por ciento. Sin embargo, la falta de un sistema permanente de vigilancia epidemiológica y de un control de calidad del proceso de fortificación de la sal con yodo - aunado a una falta de apoyo por los niveles de decisión políticahizo que en las décadas de 1970 y 1980 el problema reapareciera, y es así como evaluaciones realizadas en 1979 y 1987 mostraron una prevalencia promedio a nivel nacional de bocio endémico de 11 y 21 por ciento, respectivamente, en la población escolar (De León, 1986).

Entre 1970 y 1972, Panamá, Honduras, El Salvador y Costa Rica iniciaron programas de yodación de sal, y lo mismo hizo Nicaragua en 1978, Evaluaciones del impacto de los programas realizados entre 1975 y 1981 en Nicaragua, Costa Rica y Panamá han revelado prevalencias de bocio endémico de 2, 3,5 y 6 por ciento, respectivamente. Evaluaciones recientes sobre la prevalencia de bocio endémico y la situación de los programas de yodación de sal indican lo siguiente (entre paréntesis el año de la evaluación); Guatemala, 20,4 por ciento (1987); El Salvador, 25 por ciento (1990); Honduras 8,8 por ciento (1987); Nicaragua, 3,9 por ciento (1990); Costa Rica: Puntarenas, 3,7 por ciento y Guanacaste, 11,4 por ciento (1990); y Panamá, 13,2 por ciento (1991).

Como puede observarse, la prevalencia promedio de bocio endémico a nivel nacional en Guatemala, El Salvador y Panamá hacen que esta enfermedad constituya un problema de salud pública nacional en estos países. En Honduras y Nicaragua, si bien la prevalencia promedio nacional es menor del 10 por ciento, hay regiones y departamentos que presentan riesgos de severidad endémica, como lo es también el caso de la Provincia de Guanacaste en Costa Rica (UNICEF, 1991).

La vitamina A es un nutriente esencial para la visión que participa además en la diferenciación celular, jugando un papel importante en el desarrollo embrionario, el mantenimiento de la integridad de los epitelios, la espermatogénesis, y la respuesta inmunológica (Olson, 1990). Aunque todavía en controversia (Gopalan, 1992), evidencias epidemiológicas recientes (OMS/USAID/NEI, 1992) sugieren que la corrección de la deficiencia de vitamina A de las poblaciones a riesgo contribuye, además de reestablecer el buen funcionamiento de la visión, a reducir la mortalidad y probablemente la morbilidad, Por lo tanto, asegurar el suministro de este nutriente debería constituir una meta prioritaria de los programas de salud pública.

La deficiencia de vitamina A es el resultado de limitaciones ecológicas, nutricionales, culturales e higiénicas. Los ecosistemas centroamericanos son predominantemente ricos en bosques y selvas, por lo que resulta irónico que prevalezca la deficiencia de esta vitamina en medio de tantas fuentes potenciales, Sin embargo, este fenómeno podría explicarse considerando que la población consume una dieta pobre en grasa, en productos de origen animal, y en vegetales y frutas ricas en carotenoides y provitamina A, y que se registran altos índices de parasitismo intestinal y frecuente padecimiento de infecciones diarreicas y respiratorias.

De acuerdo a encuestas de consumo, y siguiendo el criterio del Grupo Consultivo Internacional de Vitamina A (IVACG, 1976) de clasificar a una población como con deficiencia de este nutriente si más del 15 por ciento de los casos estudiados presenta niveles de retinol sérico inferiores a 20 m g/dL (0,7 m mol/L), se ha confirmado que la deficiencia de vitamina A en los países del norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) continúa siendo un problema de salud pública. En la segunda mitad de 1993 se realizará una encuesta nacional en Nicaragua para determinar el estado nutricional de esta vitamina en ese país, mientras que en los países localizados al sur de la región (Costa Rica y Panamá), la hipovitaminosis A - cuando existe - está restringida a grupos poblacionales aislados.

El hierro interviene en procesos metabólicos como donador o receptor de electrones, y en moléculas transportadoras y almacenadoras de oxígeno. Esta propiedad tiene un papel importante en las reacciones biológicas que implican la oxidación de sustancias orgánicas y en el proceso de suministro de la energía necesaria de la mayoría de los seres vivientes.

Las anemias nutricionales continúan siendo la enfermedad nutricional más generalizada en el mundo. Su causa más común es la deficiencia de hierro, que se presenta cuando la cantidad de hierro absorbida por el cuerpo es insuficiente para satisfacer los requerimientos. La prolongación de este fenómeno provoca la anemia.

La deficiencia de hierro con o sin anemia afecta en especial a los niños pequeños y a las mujeres embarazadas de todo el mundo, Las tasas de prevalencia son más elevadas en los países en desarrollo que en los países industrializados, sin embargo, en estos últimos, las cifras correspondientes a las mujeres embarazadas son importantes desde el punto de vista de salud pública. La anemia por deficiencia de hierro es una importante causa de morbilidad y de mortalidad cuando es severa.

La deficiencia de hierro tiene diferentes causas, incluyendo el consumo de dietas con cantidades insuficientes; dietas con hierro dietético de baja biodisponibilidad; y el aumento de los requerimientos para cubrir las demanda del período reproductivo y las pérdidas debido a infecciones parasitarias, Las consecuencias de la deficiencia de hierro son múltiples, entre las más importantes se encuentran la disminución de la capacidad de trabajo con efectos adversos sobre la productividad en los adultos, mientras que en la infancia y niñez se asocia con la apatía, la inactividad y la pérdida significativa de las habilidades cognoscitivas, así como alteraciones de los tejidos, menor respuesta del sistema inmunológico, aumento de riesgo en el nacimiento de niños prematuros, bajo peso al nacer y aumento en la mortalidad prenatal.

La anemia continúa siendo un problema de salud pública en la mayoría de los países centroamericanos, estimándose una prevalencia de entre el 40 y 50 por ciento en las mujeres embarazadas y niños en edad preescolar, No se dispone de información actualizada y sistematizada sobre anemias nutricionales en los países de la subregión, y esto constituye un factor que limita la elaboración de estrategias y la realización de intervenciones.

A continuación se describen las acciones específicas que el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) está apoyando para solucionar las deficiencias de yodo, vitamina A y hierro en los países centroamericanos, De esta forma el INCAP colabora con los países del área para alcanzar las metas de eliminación o de lucha contra la malnutrición debido a la carencia de micronutrientes; es decir, reducir en una tercera parte los niveles de anemia por deficiencia de hierro registrados entre las mujeres en 1990, y lograr la eliminación virtual de las enfermedades por carencia de yodo y por deficiencia de vitamina A (World Summit for Children, 1990).

Principal micronutrient deficiencies in Central America

The Institute of Nutrition of Central America and Panama (INCAP) is engaged in a series of short-, medium-and long-term actions to alleviate the main micronutrient deficiencies in Central America: those of iodine, vitamin A and iron, The general strategy is to form national commissions with representatives of various ministries (such as those of health, education, agriculture, the interior and the economy), academic institutions, nongovernmental organizations and relevant private companies to draw their attention to the problem and to foster action within their areas of competence. These national commissions already operate in some countries and will be activated in others. INCAP supports the design of programmes for supplementation, fortification and enrichment of foods with micronutrients such as vitamin A in sugar, iodine in salt and iron in wheat flour, as well as enrichment of popular products such as Incaparina, nutrient biscuits, iron-enriched packet soups, beverages and other foods. It promotes home garden programmes and encourages the production and consumption of natural sources of the targeted micronutrients. There is also an emphasis on quality control and epidemiological surveillance as a means of evaluating the programmes and ensuring their sustainability, with a view to the short-term elimination of iodine-, vitamin A- and iron-deficiency disease among the more vulnerable population groups.

Principales carences en micronutriments en Amérique Centrale

L'Institut de nutrition d'Amérique centrale et du Panama (INCAP) a mis au point et envisage de poursuivre pendant les années à venir une série de mesures à court, moyen et long termes visant à réduire les principales carences en micronutriments dans l'isthme d'Amérique centrale. Les carences les plus graves et qui font l'objet de mesures prioritaires sont celles en iode, vitamine A et fer, En règle générale, on envisage d'appuyer la constitution dans chaque pays de commissions nationales composées de représentants de divers ministères (santé, éducation, agriculture, administration et économie), institutions académiques, organismes non gouvernementaux et entreprises privées qui ont un rôle à jouer dans ce domaine, afin de les inciter a prendre les mesures appropriées relevant de leurs compétences. Ces commissions nationales fonctionnent déjà dans certains pays, tandis que dans d'autres elles sont seulement envisagées. L'INCAP appuie la conception de programmes visant à compléter ou fortifier ou enrichir en micronutriments spécifiques les aliments de base appropriés: vitamine A dans le sucre, iode dans le sel, fer dans la farine de blé, ainsi que des produits populaires comme l'incaparina. les biscuits nutritifs, les soupes en sachet avec ajout de fer organique, les boissons et d'autres aliments. L'INCAP appuie aussi des programmes de jardins potagers familiaux ainsi que de production et de consommation de sources naturelles des micronutriments prioritaires. On appuie aussi les mesures de contrôle de qualité et de surveillance épidémiologique qui visent tant à évaluer les programmes qu'à assurer leur durabilité, dans l'espoir de supprimer dans un avenir proche les maladies dues aux carences en iode, vitamine A et fer qui touchent les groupes les plus vulnérables de la population.

Carencia de yodo

La carencia de yodo en Centroamérica y la situación de los programas de control de calidad y vigilancia epidemiológica continúan siendo un reto para los países centroamericanos. Asimismo, algunos países de la región han identificado la limitada disponibilidad de yodocal y el proceso artesanal de producción de sal como factores que obstaculizan los programas de yodación de la sal (UNICEF, 1991).

El INCAP, como centro especializado en nutrición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), participa en el Programa Regional de Alimentación y Nutrición, en el marco del cual se está desarrollando, durante el período 1989-1994, un Programa ampliado para el control de los desórdenes por deficiencia de yodo en América Latina (OPS/OMS, 1989).

A fin de enunciar los principales obstáculos identificados por los países en sus programas de yodación de la sal (UNICEF, 1991), así como para asegurar la efectividad de los programas de suplementación (ya sea usando lugol o aceite yodado), cabe indicar los rubros del programa ampliado antes citado y algunas actividades dentro de ellos:

· Movilización de recursos: se pretende no sólo fortalecer la capacidad institucional nacional, del INCAP, del Caribbean Food and Nutrition Institute (CFNI) y de la OPS misma, sino también promover la cooperación técnica entre países.

· Diseminación de información: las actividades incluyen el establecimiento de una base de datos para evaluar los programas, así como para difundir la información a todo nivel.

· Adiestramiento de personal: se incluye el establecimiento de sistemas de control de calidad para la yodación de la sal, el uso de tecnologías alternativas para la fortificación y la realización de seminarios para uniformizar criterios.

· Desarrollo de normas, planes y políticas; incluyendo el establecimiento de laboratorios de referencia, la unificación de normas y procedimientos técnicos y administrativos elaborando y/o actualizando manuales, así como la promoción y apoyo a las políticas nacionales con respecto al control de desórdenes por deficiencia de yodo.

· Promoción de la investigación: se propone el desarrollo y/o la adaptación de tecnologías mejoradas para la fortificación, la producción, el mercadeo y la utilización de la sal; la investigación de la posible utilización de insumos o equipo producido o capaz de producirse en la región: y la realización de estudios de evaluación biológica del impacto de los programas, en particular de los de suplementación.

· Asesoría directa a los países: se pretende básicamente impulsar y apoyar los cinco rubros anteriormente citados, con el fin de asegurar, durante el presente decenio, que los desórdenes por deficiencia de yodo non constituyan un problema de salud pública en la región.

Carencia de vitamina A

El INCAP ha iniciado un conjunto de acciones a diferentes niveles, con el fin de promover el establecimiento de actividades autosustentables y permanentes orientadas a incrementar la producción y consumo de alimentos ricos en vitamina A, Estas actividades se llevan a cabo por medio de la participación de la propia comunidad (intervenciones a largo plazo), sin dejar de lado el énfasis en la fortificación de azúcar con vitamina A (intervención a mediano plazo) y el uso racional de la suplementación con dosis elevadas de retinol (intervención a corto plazo), A continuación, se describen los propósitos, logros y planes en cada una de esas intervenciones.

Diversificación alimentaria

Con el apoyo financiero de la Oficina Regional para Centro América y Panamá (ROCAP) de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID) de los Estados Unidos, y la asistencia técnica del Vitamin A Field Support Project (VITAL), se han iniciado estudios piloto en Guatemala, Honduras y El Salvador con la finalidad de promover, evaluar y documentar acciones con la participación de la comunidad tendientes a mejorar la producción y consumo de vegetales ricos en vitamina A, En cada país se planificó actuar en dos sectores: rural y urbano marginal, Se seleccionó este último para buscar soluciones en un ambiente difícil para la promoción de cultivos. Los estudios piloto incluyen la realización de una «Investigación antropológica formativa» que permitirá conocer creencias, actitudes y prácticas de las comunidades con relación a la vitamina A y otros micronutrientes, y que servirá de base para el diseño de un sistema educacional y de materiales didácticos de soporte, adecuados a la naturaleza de cada población, El estudio está siendo realizado por miembros de las mismas comunidades con la asistencia técnica de profesionales del INCAP.

Simultáneamente a esta investigación, se están recolectando recetas y plantas comestibles utilizadas por las comunidades para conocer su aceptabilidad para el consumo y determinar el contenido de pigmentos provitamina A por medio de cromatografía líquida de alta presión (HPLC). Las recetas que resulten más promisorias serán mejoradas en lo posible y luego promovidas; además se evaluará su grado de incorporación dentro de la dieta habitual, Posteriormente, se estimulará la producción en huertos familiares y comunales de las plantas autóctonas incluidas dentro de los menús estudiados, preferentemente a cargo de mujeres y niños, Con la finalidad de mejorar la asistencia técnica en la promoción de huertos con plantas autóctonas, se realizarán estudios en los que se efectuará su caracterización geobotánica, agrícola y química, así como estudios para el desarrollo de técnicas domésticas para su producción, conservación, preparación y consumo. La decisión de impulsar los huertos con plantas autóctonas en lugar del cultivo de vegetales tradicionales se tomó con el fin de conservar el germoplasma y los recursos naturales locales, y además porque las plantas autóctonas pueden producirse sin la necesidad de muchos insumos externos, tales como semillas y agroquímicos, lo que se supone asegurará su producción continua. Con el propósito de ir preparando a las comunidades en la producción de huertos, se están creando semilleros de plantas autóctonas y se ha iniciado la capacitación de las comunidades en técnicas de agricultura orgánica.

La idea final es crear huertos integrales alrededor de las viviendas que puedan ser utilizados como fuentes de micronutrientes y para promover la creación de una conciencia conservativa y de explotación ecológica de los recursos disponibles. El INCAP planea implementar estas acciones estimulando la colaboración interinstitucional y multidisciplinaria de las entidades gubernamentales y no gubernamentales que trabajan en las comunidades atendidas.

La experiencia obtenida será documentada en la mejor forma para permitir su replicación en otros lugares y por otros grupos, Vale la pena mencionar que como parte del proyecto se está capacitando a profesionales de cada uno de los países participantes en el análisis químico de carotenoides para favorecer su independencia analítica y científica.

Fortificación de azúcar con vitamina A

Idealmente, la vitamina A debería ser suministrada por los alimentos de la dieta; sin embargo, debido a las condiciones socioeconómicas y culturales actuales, esto es muy difícil de lograr. Datos recientes obtenidos por el INCAP en niños preescolares de áreas urbanas marginales de Guatemala muestran que menos del 40 por ciento de la ingesta diaria recomendada de vitamina A es proporcionada por la dieta, Sin embargo, estos niños completan sus requerimientos diarios de vitamina A por medio del azúcar fortificado, que presenta un promedio de 7 m g/g de vitamina A, Este dato muestra la importancia de la fortificación de azúcar con este nutriente.

Guatemala ha fortificado con vitamina A todo el azúcar para consumo interno en forma ininterrumpida desde 1987, Honduras lo ha hecho en un 30 por ciento, y El Salvador inició la fortificación en 1990 y la ha mantenido en un 40 por ciento. El proceso de fortificación de azúcar se analizó en Guatemala (INCAP et al., 1992) y en Honduras (Gobierno de Honduras/INCAP, 1992), en donde se identificaron algunos aspectos sujetos a mejora que ya han empezado a ser tratados conjuntamente con los productores; aquí se incluye el diseño y evaluación de una dosificadora - que automatizaría el proceso asegurando la homogeneidad del producto final en alrededor de 15 m g/g de vitamina A en el azúcar - y el establecimiento de sistemas de control de calidad que van desde el ingenio azucarero hasta la supervisión del producto por los consumidores.

Puede preverse que la fortificación del azúcar continuará por muchos años en los países centroamericanos septentrionales, Los niveles de fortificación podrían disminuir paulatinamente a medida que la dieta de la población mejore en cuanto a su contenido de vitamina A.

Suplementación con dosis altas de vitamina A

Una vez que el proceso de fortificación de azúcar sea continuo y controlado, el suministro periódico de dosis altas de vitamina A al grupo de edad de mayor riesgo (niños de 6 meses a 5 años) sera innecesario, El INCAP sugiere dejar la suplementación para situaciones de emergencia, para tratar casos hospitalarios de sarampión y desnutrición, así como para atender poblaciones con esta deficiencia nutricional que no reciban alimentos fortificados, En un futuro, entre los casos hospitalarios a tratar con dosis elevadas de vitamina A podrían incluirse los casos de diarrea e infecciones respiratorias, pero para esto todavía faltan evidencias que confirmen los beneficios de esta medida.

Carencia de hierro

Ante el problema de deficiencia de hierro el INCAP ha implementado las siguientes estrategias para coadyuvar a su prevención y control.

Alternativas en la alimentación o producción

El INCAP ha estado en constante búsqueda de fortificar con hierro alimentos de consumo popular especialmente para infantes, niños preescolares y mujeres embarazadas y nodrizas, Tal es el caso de la Incaparina (INCAP, 1966) y la galleta nutricionalmente mejorada (Molina, 1990; 1993), que actualmente se fortifican con hierro elemental a niveles de 11 mg por 100 g y 10 mg por unidad, respectivamente. La Incaparina es consumida en forma de bebida (atol), siendo apropiada para infantes y los grupos de edad mas vulnerables, La galleta en Guatemala forma parte de la refacción en escuelas y guarderías.

Dado que encuestas de consumo han señalado que ciertos alimentos como los caldos en sobre o en tabletas o cubitos (tipo consomé) y las bebidas procesadas (tanto carbonatadas como refrescos envasados) gozan de un alto consumo en las zonas rurales y periurbanas de diversos países, siendo quizás consumidas de manera más frecuente que la Incaparina o la galleta nutritiva, el INCAP ha iniciado esfuerzos para desarrollar una sopa o caldo fortificado con morcilla como fuente de hierro orgánico y presentado tanto en sobre como en tableta, El nivel de fortificación evaluado es de 15 mg de hierro orgánico por 100 g de producto, sin alterar el precio actual de una sopa o caldo similar en el mercado. La presentación en sobre se podría acompañar de pastas fortificadas con hierro donde éstas son de alto consumo (como en Costa Rica).

Actualmente se han iniciado los estudios de aceptabilidad del producto y la adecuación de una tecnología apropiada para su producción, Datos preliminares hacen aparecer ésta como una alternativa promisoria para alcanzar las zonas rurales más vulnerables. Igualmente, se han iniciado esfuerzos para la fortificación de bebidas envasadas con compuestos de hierro adecuados, a fin de mantener su funcionalidad.

Dado que ha sido informado que el calcio tiene un efecto inhibitorio sobre la absorción del hierro (Hallberg et al., 1991), el INCAP ha iniciado investigaciones a fin de establecer el efecto inhibitorio que sobre la absorción de hierro pudiera tener el carbonato de calcio agregado en la Incaparina (aprox. 250 mg de calcio por 100 g), o el calcio agregado en el proceso de producción de la galleta nutritiva (aprox. 90 mg de calcio por 100 g de producto) o de la tortilla de maíz (aprox, 200 mg de calcio por 100 g húmedos de tortilla, o dos tortillas). Estas investigaciones se consideran de alta relevancia dado que el calcio dietético de estos países se suple virtualmente a través de la tortilla de maíz, que en varios países del área substituye al pan y es el alimento básico de la población, Así también, la Incaparina y la galleta se consideran como fuente de calcio para la niñez, De confirmar la interferencia reportada en estos alimentos (Hallberg et al., 1991) sería deseable determinar las fuentes de calcio y hierro mas inocuas así como adoptar sistemas de educación alimentaria que permitiesen hacer el mejor uso de cada una de ellas.

El INCAP también apoya acciones de producción agropecuaria, especialmente de especies menores que pueden brindar un aporte efectivo de hierro a la población más vulnerable. Estas acciones se efectúan coordinadamente con otros programas del mismo Instituto y de instituciones agropecuarias nacionales de cada país, a fin de lograr la máxima eficiencia y eficacia de los esfuerzos por tener una población centroamericana mejor nutrida para el año 2000.

Fortificación

De la misma manera que en los Estados Unidos, Europa y Chile, la harina de trigo se ha empleado en Centro América como un vehículo para proporcionar hierro a la población mediante la fortificación (o, más apropiadamente dicho, restauración) con 30 mg de hierro elemental por kg, Sin embargo, en comparación con Chile, donde se reporta una ingesta de 300 g de pan por persona por día (Hertrampf, Peña y Pizarro, 1990; Peña, Pizarro y Hertrampf, 1991), en Guatemala, por ejemplo, se tiene una ingesta promedio de 60 g de pan por persona por día; esta baja ingesta de pan también se observa en otros países de Centroamérica, Queriendo compensar esta baja ingesta, y buscando hacer una mejor contribución a la solución de la anemia por deficiencia de hierro, los harineros de Guatemala están iniciando un cambio en su premezcla fortificante para incluir de 55 a 65 mg de hierro por kg de harina, sustituyendo asimismo el hierro elemental por sulfato ferroso, el cual ha sido reportado de mayor biodisponibilidad (Hurrell, 1985).

Actualmente, el INCAP apoya a los harineros de Guatemala en la realización de pruebas de funcionabilidad para la harina de trigo fortificada con 55 a 65 mg de hierro (como sulfato ferroso) por kg de harina, a fin de que no haya ningún problema en la elaboración de todos los tipos de pan, pastas o repostería con el producto, Datos iniciales muestran que no existe ningún problema y que todo tipo de pan es igualmente aceptado.

Asimismo el INCAP está por iniciar un programa de capacitación sobre técnicas analíticas para los molineros, con la finalidad de que éstos analicen el producto fortificado con hierro por un método que, midiendo el hierro disuelto, pueda predecir in vitro la biodisponibilidad del hierro agregado (Narasinga Rao y Prabhavathi, 1978), Este método ha sido introducido ya en el reglamento correspondiente a la harina de trigo de la Ley de fortificación, enriquecimiento y equiparación de alimentos de Guatemala.

Suplementación

En los grupos poblacionales que presentan anemia se están apoyando acciones de suplementación con hierro. Además, para cada país, se están recabando datos sobre las normas, el compuesto de hierro y el indicador hematológico utilizados, así como sobre los criterios empleados para recomendar la suplementación, Estos datos ayudarán a uniformizar a los países en un futuro sobre la forma óptima de suplementación que sea más eficiente y efectiva.

Actualmente, el INCAP investiga si en las mujeres embarazadas la suplementación con dosis de hierro ingeridas una vez por semana produce igual respuesta hematológica y menos efectos indeseables que las dosis diarias, Esto con el fin de poder recomendar un esquema adecuado de suplementación con hierro, Similarmente, se busca definir el mejor esquema de suplementación con hierro para los niños preescolares.

Estrategias generales de organización

El Programa de Micronutrientes del INCAP tiene el objetivo básico de apoyar a los países del área centroamericana en la prevención y control de la deficiencia de yodo, hierro y vitamina A, Reconociendo la multisectorialidad del problema, el INCAP ha venido apoyando -a través de este Programa y de su grupo técnico básico en cada país - la conformación de comisiones nacionales para la prevención y control de las carencias de micronutrientes, conformadas por delegados de varios ministerios, incluyendo los de salud, agricultura, planificación, gobernación, de economía y educación, así como de los sectores de la empresa privada directamente involucrados en los programas de fortificación, como los azucareros (fortificación de azúcar con vitamina A), salineras (fortificación de sal con yodo), y harineros (fortificación de harina de trigo con hierro), En estas comisiones participan además representantes de organizaciones no gubernamentales e instituciones académicas.

Las comisiones tienen como asesores a personeros de instituciones internacionales - como el INCAP, la OPS, UNICEF, FAO, COC, FIO-VITAL, Hope y otras con experiencia reconocida en el campo de la carencia de micronutrientes, y tienen por objeto concientizar acerca del problema a todos los sectores involucrados, haciéndoles ver la necesidad de su participación para solucionarlo, propiciando políticas, legislaciones y estrategias pertinentes, Tales comisiones nacionales cuentan con sus respectivos comités técnicos, que son básicamente los encargados de implementar las políticas y estrategias correspondientes, El INCAP transfiere a estos comités los resultados de sus investigaciones y la tecnología correspondiente para asegurar la máxima eficiencia y eficacia de las alternativas de suplementación, fortificación o enriquecimiento, y los apoya para lograr un control de calidad adecuado en los programas de fortificación o enriquecimiento, y para mantener un sistema de evaluación y vigilancia que actúe sobre el proceso, mida los impactos de las acciones y verifique la sostenibilidad de los programas nacionales.

Referencias

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