A lo largo de los 50 últimos años, la FAO ha concedido una gran importancia a la promoción del sector pecuario en el marco de una agricultura y un desarrollo rural sostenibles, una seguridad alimentaria mejorada y la conservación de la diversidad agrobiológica. Esta responsabilidad se ha encomendado a la Dirección de Producción y Sanidad Animal de la FAO, que en particular ha de informar a los Estados Miembros sobre el perfeccionamiento de tecnologías de sanidad animal, reproducción, alimentación, explotación y elaboración de productos cárnicos y lácteos.
La ganadería contribuye de manera importante a la producción total de alimentos y a la economía rural. Los productos animales son fuente de ingresos para muchos pequeños agricultores en los países de desarrollo. En la cría del ganado se utiliza mano de obra familiar y al mismo tiempo se proporciona un volumen considerable de empleo a las empresas no agrícolas de elaboración de la carne, la leche y las fibras. La producción de leche y de carne está creciendo a un ritmo más rápido que la de cereales y otros productos alimenticios. Sin embargo, el potencial de la ganadería para aumentar la producción total de alimentos sigue estando muy poco aprovechado, por lo que no se puede satisfacer plenamente la demanda en rápido aumento de productos pecuarios.
Los sistemas agropecuarios mixtos ofrecen numerosas ventajas sobre los de monocultivo. La productividad de los cultivos, los animales, los peces y los árboles aumenta mediante la utilización sostenible de las relaciones positivas entre el ganado y los cultivos, los árboles y los peces. Cuando se actúa correctamente en relación con el ganado y el medio ambiente, los beneficios del primero son muy superiores a sus efectos negativos. Entre las contribuciones del ganado cabe mencionar la posibilidad de reciclar lo que de otra manera serían productos de desecho, producir estiércol como fuente de nutrientes de las plantas y materia orgánica para el suelo y utilizar el follaje y el forraje que crece en tierras marginales.
Teniendo presentes estos factores, la FAO ha adoptado un método de sistemas para el fomento de la producción pecuaria. Por otra parte, se ha iniciado un programa para la conservación de la diversidad de los animales domésticos, que comprende la supervisión, caracterización, conservación in situ, conservación ex situ y fomento de la cooperación en la ordenación de los recursos zoogenéticos mundiales.
Un problema importante que encuentran ahora numerosos países es la necesidad de alimentar a una población cada vez mayor. En la actualidad hay en los países en desarrollo más de 800 millones de personas con malnutrición crónica, y alrededor de 200 millones de niños menores de cinco anos que sufren una deficiencia aguda o crónica de proteínas y energía. Para solucionar este problema y los cada vez mayores que crean las plagas en los recursos vegetales y animales del mundo, la FAO ha iniciado recientemente dos nuevos programas prioritarios, a saber, el Programa especial sobre la producción de alimentos en apoyo de la seguridad alimentaria en los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, y el Sistema de prevención de emergencia de las plagas y enfermedades transfronterizas de los animales y las plantas.
Las tareas que tenemos ante nosotros son enormes, no sólo para alimentar a quienes padecen hambre, sino también para satisfacer las necesidades de una población mundial cada vez mayor. A fin de hacer frente a estas demandas apremiantes, el aprovechamiento del potencial pecuario exige, entre otras cosas, equidad en los precios de los productos básicos y las prácticas comerciales, vinculando la producción y los componentes posteriores a ella con una infraestructura, servicios y planes de comercialización eficaces, así como con un mayor compromiso en cuanto al suministro de fondos y otros recursos necesarios para cl fomento del sector pecuario, componente esencial de una agricultura sostenible.
Con ocasión del 50° aniversario de su fundación, la FAO renueva su compromiso de prestar asistencia a los Estados Miembros en el aprovechamiento de su potencial y de sus recursos naturales, a fin de aumentar la cantidad y la calidad de los alimentos disponibles para las generaciones presentes y futuras.
