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Parte 1 - Situación y perspectivas de la conservación y e desarrollo de los bosques


Tendencias recientes y situación actúa de os recursos forestales
Tendencias de a ordenación y aprovechamiento forestales
Tendencias y situación de los productos y servicios forestales
Perspectiva mundiales de los productos forestales


Tendencias recientes y situación actúa de os recursos forestales


Areas forestales del mundo en 1995
Cambios en la cubierta forestal y su situación


Areas forestales del mundo en 1995

Desde sus inicios, la FAO, en cooperación con otros interlocutores internacionales, en particular la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE/NU) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ha tratado de ofrecer una semblanza general de la situación de los recursos forestales del mundo a intervalos de cinco a diez años. La información se basa en su mayor parte en un análisis de los datos actuales por países (véase Recuadro 1). El último de estos estudios 'Evaluación de los recursos forestales, 1990' (ERE 1990) se llevó a cabo tomando como año de referencia 1990. La próxima evaluación completa se hará en el ERE 2000. En esta edición de la Situación de los bosques del mundo se da información sobre la cubierta forestal en 1995 y se hace una estimación revisada de la de 19901. En el Anexo 4 de este documento aparece una información más detallada sobre acopio y análisis de datos.

1 La cifra revisada de la cubierta forestal en 1990 se basa en unas cifras actualizadas de población para 1990 y en algunos informes nuevos sobre inventario de que se dispuso en 1996. Sobre la base de esta información, las nuevas estimaciones sobre áreas forestales en 1990 son algo superiores a las que aparecen en la ERF 1990 y las de los índices de deforestación durante la década de los ochenta son ligeramente Inferiores.

Según estimaciones, en 1995 los bosques cubrían 3 454 millones de hectáreas (ha), es decir, un 26, 6 por ciento de la superficie terrestre total del globo (sin contar Groenlandia y la Antártida). La Figura 1 muestra la distribución de los bosques (bosques naturales más plantaciones) en 1995 por regiones (véase Cuadro 1 del Anexo 3 para la lista de países por regiones). Los países en desarrollo, que en su mayor parte son tropicales, cuentan con el 58, 9 por ciento de la superficie terrestre total del mundo y el 56, 8 por ciento de sus bosques.

En el Cuadro 2 sobre datos del Anexo 3 aparecen las estimaciones sobre áreas forestales en 1995 por países. Más del 60 por ciento de los bosques del mundo se hallan ubicados en siete países: Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos, China, Indonesia y Zaire (véase Figura 2). Veintinueve países tienen más de la mitad de sus tierras cubiertas de bosques. De ellos, 21 están en el cinturón tropical. Cuarenta y nueve países, a los que se suman muchos pequeños estados insulares y territorios carentes de tierras arboladas, tienen cubierta por bosque menos de un 10 por ciento de su superficie. En esta categoría se hallan cinco subregiones enteras: Africa del Norte (1, 2 por ciento), Cercano Oriente (1, 9 por ciento), región templada de Oceanía (6, 2 por ciento), Africa austral no tropical (6, 8 por ciento) y Africa saheliana occidental (7, 5 por ciento).

Figura 1 Areas forestales por regiones principales en 1995

1995: superficie total = 3 454 millones ha:
países desarrollados: 1 493 millones ha;
países en desarrollo: 1 961 millones ha

No se han evaluado, para incluirlas en este informe, la distribución de los bosques y las variaciones de la cubierta forestal. La información más reciente a este respecto fue la que se dio en la ERF 19902.

2 FAO. 1993. Evaluación de los recursos forestales 1990 - Países tropicales, Estudios FAO: Montes 112, FAO. Roma.

Por entonces, los bosques templados y boreales ocupaban 1 640 millones de ha y los bosques tropicales 1 760 millones. Se hacía un desglose por zonas ecológicas sólo para los bosques tropicales (véase Cuadro 1). Estos datos muestran que la gran mayoría (un 87 por ciento) de los bosques tropicales se hallan en tierras bajas. De éstos, los bosques higrofíticos son los más abundantes (representan un 40 por ciento de todos los bosques tropicales de tierras bajas), seguidos por los bosques húmedos caducifolios y luego por los bosques xerofíticos.

Bosques naturales

En las estimaciones sobre superficie forestal que aparecen más arriba se incluyen los bosques intactos, los bosques que el hombre ha alterado con su aprovechamiento y manejo (o bosques 'seminaturales') y los bosques obra del hombre (es decir, plantaciones forestales) que se han creado artificialmente mediante la forestación o la repoblación forestal3. En la mayoría de los países desarrollados, los bosques se regeneran a menudo mediante una combinación de medios naturales y artificiales desplegados en la misma unidad de gestión, lo que dificulta el separar las cifras relativas a los bosques naturales y a las plantaciones. Para los países en desarrollo puede hacerse más fácilmente esa distinción.

3 Véase la definición de estos términos en el Anexo 2,

El interés por los bosques naturales, sobre todo por su cometido para la conservación de la diversidad biológica, ha llevado a comparar los bosques actuales con lo que se cree pudo ser su carácter original y proporcionar protección a áreas boscosas que han tenido poca interferencia del hombre o ninguna. Aunque existen dificultades para individuar la extensión de los bosques naturales, lo que se complica además por problemas de definición (véase Recuadro 2), se dispone de una cierta información que puede servir de indicación sobre unos patrones generales de bosques naturales en varias regiones.

Recuadro 1

Dos componentes esenciales de las evaluaciones globales de recursos forestales: sistemas nacionales de inventarios forestales y sistema común de clasificación forestal

Sistemas nacionales de inventarios forestales

La cantidad y la calidad de datos que proporcionan las evaluaciones a nivel mundial y regional dependen en gran parte de la capacidad de los sistemas nacionales de inventarios forestales de compilar y analizar datos a nivel nacional y subnacional, y acoplar los datos de suerte que sean compatibles con los parámetros mundiales y regionales de información. De los 143 países en desarrollo comprendidos en la ERF 1990, todos salvo siete efectuaron una estimación nacional fiable de la cubierta forestal en algún momento entre 1970 y 1990. Sin embargo, sólo 25 tenían más de una evaluación nacional de la cubierta forestal, y poquísimos de ellos habían realizado más de un inventario forestal completo a nivel nacional. La base de datos para los países desarrollados es mucho más completa; casi todos los países desarrollados pudieron proporcionar una información detallada no sólo sobre áreas, sino también sobre biomasa, volumen y demás parámetros forestales. La CNUMAD reconoció que las evaluaciones y las observaciones sistemáticas consistían en 'aspectos a menudo descuidados de la ordenación de recursos forestales, y de su conservación y desarrollo...'y que 'en muchos países en desarrollo se carecía de estructuras y mecanismos para realizar esas funciones'. Por lo tanto, dedicó una de las cuatro áreas programáticas del capítulo del Programa 21 sobre bosques al 'refuerzo y establecimiento de sistemas para la evaluación y observaciones sistemáticas de bosques y tierras forestales' y al 'suministro de información actualizada, sólida y suficiente, sobre recursos forestales y de tierras boscosas a economistas, urbanistas, autoridades y comunidades locales'. La FAO, con el apoyo de varios países donantes, está llevando a cabo un programa activo de creación de capacidad nacional sobre evaluación forestal, que servirá en definitiva para mejorar la calidad de las evaluaciones globales de recursos forestales.

Sistema común de clasificación forestal

Para realizar una evaluación global de los recursos forestales, tienen que agruparse los datos procedentes de los inventarios forestales nacionales, ajustándolos a un sistema común de clasificación. Así pues, para asegurar la coherencia entre las evaluaciones regionales y mundiales de los recursos forestales es menester una serie común de nociones y clasificaciones para todas las tierras boscosas del mundo. Las Secretarías de la FAO y de la CEPE (Naciones Unidas) han colaborado durante años para llegar a un consenso sobre una serie básica de definiciones y clasificaciones dentro de los países desarrollados y entre ellos (todos los cuales se hallan situados en las zonas templadas y boreales) y los países en desarrollo (que en su mayor parte están dentro del cinturón tropical). En junio de 1996, la FAO, en cooperación con la CEPE y el PNUMA y con el apoyo del Gobierno de Finlandia, organizó una reunión de expertos en la ciudad finlandesa de Kotka, en la que se llegó a un acuerdo sobre una serie básica común de parámetros para su apreciación dentro del marco de la próxima evaluación mundial de los recursos forestales para el año 2000 y sobre alguno de los conceptos y clasificaciones que se utilizarán a tal fin.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha tratado de cuantificar la cantidad de bosques en Europa occidental4 que se han mantenido relativamente imperturbados por el hombre y que han mantenido gran parte de su carácter natural5. Se llegó a la conclusión de que sólo una pequeña proporción (menos del uno por ciento) de las tierras forestales totales de Europa septentrional y occidental pueden considerarse como bosques vírgenes. Casi todos se hallan ubicados en Suecia, Finlandia y Noruega, con pequeñas áreas en Grecia, Austria y Suiza y (según otro autor) en Francia. En Europa oriental, están Eslovaquia y Belarús que cuentan con grandes superficies de bosque virgen mientras que Polonia y Croacia tienen sólo pequeñas áreas. La estimación que se hace es que en Europa no hay más de medio millón de ha de bosque virgen. Otro 21 por ciento de las tierras forestales en Europa septentrional y occidental se considera comprendido en 'bosques naturales y seminaturales antiguos'. En la región hay otros tres millones de hectáreas consistentes en parques nacionales y otras áreas protegidas y otras 50 000 ha en pequeñas reservas forestales (en su mayor parte destinadas a conservación de la naturaleza e investigación científica) cuyo aprovechamiento se halla rigurosamente restringido. Por lo tanto, en total menos de seis millones de ha, es decir, un cinco por ciento de las tierras forestales de Europa, se consideran tierras relativamente no perturbadas (es decir, que mantienen gran parte de su carácter natural).

4 Fondo Mundial para la Naturaleza. 1994. Situación de los bosques antiguos y seminaturales en Europa occidental. WWF, Gland, Suiza. 1994.

5 En este Informe se distingue entre 'bosque virgen', definido como 'ecosistemas forestales cuyas características están determinadas exclusivamente por su ubicación natural y por factorse medioambientales... sin influencias humanas presentes o visibles ya', y 'bosques naturales y bosques seminaturales antiguos', que 'no han sido plantados o sembrados por el hombre en los dos siglos últimos' y 'que siguen poseyendo un gran número de los elementos naturales',

Figura 2 - Países con el mayor porcentaje de los bosques del mundo

Cuadro 1 - Superficie de la cubierta forestal y tasa de deforestación en las regiones tropicales por zonas ecológicas principales según estimación de la ERF 1990

zona ecológica

 

superficie terrestre

densidad demográfica (1990)

crecimiento demográfico anual (1981-90)a

cubierta forestal (1990)

deforestación anual (1981-90)a

millones ha

hab/km2

%p.a.

millones ha

% de superficie terrestre

(millones ha)

(%p.a.)

ZONAS FORESTALES

4189,7

57

2,4

1748,2

42

15,3

0,8

formaciones de tierras bajas

3476,6

57

2,3

1543,9

44

12,8

0,8


bosques higrofíticos

937,1

41

2,2

718,3

76

4,6

0,6


húmedos caducifolios

1298,6

55

2,4

587,3

46

6,1

1,0


áridos y muy áridos

1241,0

70

2,3

238,3

19

2,2

0,9

formaciones de tierras altas (bosques de colinas y montañas)

713,1

56

2,6

204,3

29

2,5

1,1

ZONAS NO FORESTALES (áreas alpinas, desiertos)

588,6

15

3,1

8,1

1

0,1

1,0

TOTAL DE ZONAS TROPICALES b

4778.3

52

2,4

1756,3

37

15,4

0,8

La situación existente en las zonas templada y boreal de América del Norte es totalmente diferente de la de Europa densamente poblada (y Japón), donde el aprovechamiento y el manejo de los bosques durante muchos siglos ha hecho que queden escasísimas áreas de bosques intactos. 'Los bosques antiguos', como se los llama en América del Norte, siguen abarcando amplias zonas. En las tierras administradas por el Servicio estadounidense de Parques Nacionales sólo, los bosques antiguos cubrían 1 970 000 ha en 1988. Aunque no es una medida directa de la extensión de los bosques antiguos, conviene observar que la superficie forestal incluida en los parques nacionales y otras áreas protegidas en los Estados Unidos y Canadá conjuntamente se daba como próxima a los 49 millones de ha en 1990.

Recuadro 2

'Naturalidad' de los bosques

Se emplea el concepto de 'naturalidad' como indicador de la diversidad biológica en algunos sistemas internacionales que definen los criterios y los indicadores para una ordenación forestal sostenible (véase Capítulo III). Se caracteriza esa naturalidad por elementos como una estructura espacial compleja, la composición y la distribución de las especies propias del lugar, toda una gama de edades en especies arbóreas y la presencia de árboles muertos y en proceso de pudrición. Esto ha dado lugar también el empleo de términos de definición a menudo vaga como 'bosques vírgenes', 'bosques primarios', 'bosques viejos', 'bosques naturales', y 'bosques seminaturales' (viejos), lo que hace difícil un análisis coherente de la situación de la naturalidad forestal

La ERF 1990 no distinguía entre bosques naturales perturbados y no perturbados en los países en desarrollo. En cambio, en la ERF 1980 figuraban estimaciones de las áreas de bosques espesos no perturbados (bosques primarios y bosques antiguos secundarios) donde no había habido explotación en los 60 a 80 años últimos) y de bosques espesos que figuraban incluidos en los parques nacionales y otras áreas protegidas (y por lo tanto eran bosques relativamente no perturbados, al menos teóricamente hablando). Por entonces, esas dos categorías representaban juntas un 60 por ciento de la superficie total de bosques espesos en las zonas tropicales, proporción que va del 39 por ciento en el Asia tropical al 59 por ciento en el Africa tropical y 69 por ciento en la América tropical. Estas proporciones diferentes según regiones respondían a un menor desarrollo del aprovechamiento en gran escala en la América tropical comparada con Africa y Asia tropicales, así como al hecho de que, en la América tropical, la colonización espontánea no siguió al aprovechamiento de una forma tan sistemática como en las otras dos regiones. Aunque la suma de estas dos categorías no se corresponde con la noción de bosques vírgenes de Europa o de bosques antiguos en América del Norte, sin embargo es indicadora de las proporciones de perturbación forestal que hubo en torno a 1980 en las zonas tropicales húmedas. Aunque no se dispone de las estimaciones relativas a 1990 y 1995, la proporción de bosques no perturbados en las tres regiones tropicales es desde luego superior a la de Europa y probablemente también a la de América del Norte.

Plantaciones forestales

Las plantaciones forestales son cultivos arbóreos que bajo muchos aspectos son análogos a los cultivos agrícolas. Tienen una estructura sencilla y suelen limitarse a una o a unas cuantas especies escogidas en función de su rápido crecimiento, su producción comercial y su facilidad de gestión, lo que determina una productividad superior a la propia de los bosques naturales (véase Cuadro 2). Por ejemplo, aunque las plantaciones en la Argentina representan sólo un dos por ciento de la superficie forestal, contribuyen a un 60 por ciento de la producción industrial de leña del país.

Aunque la mayoría de las plantaciones tienen por objeto la producción de madera rolliza industrial y/o leña, muchas se crean con fines de protección ambiental o para otros servicios (p. ej., sobre todo para la conservación de suelos y aguas, el mejoramiento de la producción agrícola en los sistemas agroforestales, la retención del carbono) y muchas también proporcionan productos forestales no madereros (p. ej., forrajes, varias provisiones alimenticias, medicinas, etc.).

Cuadro 2

Superficie de las plantaciones y porcentaje de la producción total de madera procedente de plantaciones en países con importantes haciendas de plantaciones forestales


porcentaje de las plantaciones forestales

países

en superficie

en producción de madera industrial

Argentina

2,2

60

Brasil

1,2

60

Chile

17,1

95

Nueva Zelandia

16,1

93

Zambia

0,5

50

Zimbabwe

0,4

50

Aunque es difícil separar las plantaciones de los bosques naturales en la mayoría de los países desarrollados, una estimación aproximada del total de plantaciones forestales en esos países es la de 80-100 millones de ha en 1995, con un aumento significativo respecto de los 45-60 millones de ha que había en 1980.

En cambio, en casi todos los países en desarrollo, la distinción entre bosques naturales y de plantaciones se traza más nítidamente. En el mundo en desarrollo, en 1995 la superficie total 'neta' de plantaciones forestales (es decir, los totales comunicados de superficies plantadas cada año reajustados según el coeficiente de supervivencia) se estima en unos 81 millones de ha de una superficie forestal total de 1 961 millones de ha, es decir, un 4, 1 por ciento. En 1980 se estimó en torno a unos 40 millones de ha.

Más del 80 por ciento de las plantaciones forestales del mundo en desarrollo se hallan en la región de Asia-Oceanía (véase Figura 3). Cinco de los siete países con unas plantaciones forestales superiores a un millón de ha en 1990 (China, India, Indonesia, República de Corea y Viet Nam) corresponden a dicha región, los otros son Brasil y Chile (véase Cuadro 3). China, con sus notables programas de plantaciones, cuenta con más del 40 por ciento de la superficie total de plantaciones del mundo en desarrollo.

En las regiones tropicales en su conjunto, la proporción de plantaciones industriales establecidas en grandes bloques bajó del 40 por ciento en 1980 al 35 por ciento en 1990; las arboledas comunitarias, la silvicultura agrícola y las plantaciones agroforestales han aumentado de importancia durante ese período, especialmente en la región de Asia-Oceanía. Algunas de las plantaciones agrícolas forestales y agroforestales abastecen a los mercados de madera industrial. En India, por ejemplo, los agricultores de los Estados de Uttar Pradesh, Punjab y Haryana plantaron a principios de los años noventa, según estimaciones, unas 26 000 ha de chopo negro norteamericano o álamo de Carolina (Populus deltoides), cuya producción había de venderse a fábricas para cerillas, tableros contrachapados y otros productos madereros (véase Recuadro 3).

Lamentablemente, las cifras sobre superficies para pequeña plantaciones privadas o comunitarias suelen ser poco fiables, pues a menudo se deducen del número de plántulas que salen de los viveros forestales, convertidas en superficie a un tipo fijo que varía según los países. Algunos países no registran estas plantaciones en sus respectivos datos. Aún son menos completos los datos a nivel nacional sobre árboles que existen fuera de los bosques, en particular los de arboledas pequeñísimas y sistemas agroforestales. En muchos países, sobre todo en los que disponen de una superficie forestal limitada, estos árboles proporcionan a menudo el grueso de la leña, postes, madera de construcción, madera comercial, así como forraje y otros productos forestales no madereros para uso familiar.

Figura 3 Plantaciones forestales en las regiones en desarrollo, 1980 y 1995

En la ERF 1990 de plantaciones forestales en países tropicales, el eucalipto, (Eucalyptus spp.) cubría el 23 por ciento de la superficie, seguido de los pinos (Pinus spp.) (10, 5 por ciento), acacias (Acacia spp.) (7, 7 por ciento), teca (Tectona grandis} (5,0 por ciento) y otros (véase también Recuadro 2). Los eucaliptos y los pinos son los árboles que predominan en América tropical, ocupando más del 80 por ciento de la superficie total de las plantaciones. Las plantaciones de Africa tropical son más variadas, correspondiendo a eucaliptos y pinos (sobre todo el Pinus patula) un 50 por ciento de la superficie de plantaciones forestales, estando compuesto el resto por Acacia mearnsii (para la obtención de tanino) o A. senegal (goma arábiga) y, en Africa occidental, la Gmelina arborea y el árbol indígena Terminalia spp y las caobas (Khaya spp.). Las plantaciones forestales en la región de Asia-Oceanía se hallan más diversificadas que en el Africa tropical o América, abarcando los eucaliptos y los pinos un 20 por ciento de la superficie total y ocupando gran parte del resto la teca (Tectona grandis), la Acacia spp., la Dalbergia sissoo, la Paraserianthes falcataria, la Casuarina spp., la Gmelina arbórea y la Swietenia spp.

Cuadro 3 Superficie de plantaciones en países en desarrollo con las mayores haciendas de plantaciones forestales

países

superficie neta estimadaa (miles ha)

China

33800

India

14620

Indonesia

6125

Brasil

4900

Viet Nam

1470

Corea, Rep de

1400

Chile

1015

Argentina

547

Tailandia

529

Marruecos

321

Bangladesh

310

Myanmar

276

Venezuela

253

Cuba

245

Filipinas

203

a Estas cifras representan los datos más recientes comunicados sobre superficies de plantaciones en 1995, reajustadas con arreglo al índice estimado de supervivencia del 70 por ciento. Hay pocos inventarios a gran escala de plantaciones forestales que permitan una evaluación completa de su situación y del nivel de daños provocados por enfermedades, plagas, animales y el fuego. Por lo tanto, en la mayoría de los casos es difícil, cuando no imposible, una evaluación fiable de la supervivencia de las plantaciones. En la ERF 1990 se identifican y analizaban 56 inventarios de plantaciones en 18 países en desarrollo, de los que resultaba una estimación global del Índice de supervivencia del 70 por ciento.

En las cifras sobre plantaciones forestales no figuran las superficies plantadas con especies arbóreas pero que por lo general se consideran en el sector agrícola. En los países en desarrollo tropicales, estas plantaciones se hallan principalmente en la región de Asia-Oceanía (sobre todo en Indonesia, Malasia y Tailandia). De su superficie total de 14, 1 millones de ha en 1990, se hallaban ocupadas 7, 2 millones de ha por caucho y el resto por cocoteros (4, 2 millones de ha) y palma aceitera (2, 7 millones de ha). La escasez de los suministros y los recientes progresos en la tecnología de transformación han convertido a la madera de caucho y de cocotero en nuevas fuentes importantes de materia prima maderera para las industrias forestales.

Se espera que las plantaciones forestales desempeñen una función cada vez más importante en los programas forestales nacionales del futuro. Muchos países en desarrollo han facilitado a la FAO en 1996 información actualizada sobre sus programas actuales y futuros de plantaciones. La mayor parte de los países que cuentan con grandes plantaciones han indicado su propósito de duplicar las superficies plantadas entre 1995 y el año 2010.

Se espera que la expansión de las plantaciones forestales en todas las regiones en desarrollo vaya acompañada de cambios cualitativos en los programas, en particular:

· una creciente sensibilidad por parte de los planificadores en cuanto a la necesidad de mantener consultas y de interesar a todas las partes afectadas a la hora de planificar programas de plantaciones;

· una mayor integración de los árboles en los sistemas agropecuarios para atender así a las necesidades domésticas y, cuando el precio sea interesante, abastecer de madera en rollo industrial;

· un mejor desarrollo de los programas fitogenéticos, empleando técnicas avanzadas pero incorporando con frecuencia la conservación genética ex situ e in situ de poblaciones importantes.

Cambios en la cubierta forestal y su situación

Para hacer un análisis significativo de los cambios habidos en los bosques del mundo hace falta diferenciar entre

i) el aumento (por colonización natural de las tierras no forestales con árboles o nuevas plantaciones) o la reducción (por deforestación) de la superficie forestal y

ii) los cambios en la situación forestal, que pueden ser positivos (recuperación de masas degradadas, tratamientos para mejora de rodales) o negativos (defoliación/seca de las ramas o marchitez descendente, incendios forestales, explotación insostenible de madera, pastoreo excesivo, plagas y enfermedades).

Variaciones en la cubierta forestal de 1980 a 1995 Entre 1980 y 1995, la extensión de los bosques del mundo disminuyó en unos 180 millones de ha, una superficie de un tamaño aproximado al de Indonesia o México (véase Figura 1). Esto representa una pérdida anual de 12 millones de ha. En este período de 15 años, el mundo en desarrollo perdió casi 200 millones de ha de bosques naturales, sobre todo por el desmonte para fines agrícolas (cultivo migratorio, otra agricultura de subsistencia, cultivos comerciales, grandes haciendas). Esa pérdida se vio compensada sólo muy poco por nuevas plantaciones forestales. A lo largo de ese mismo período, los bosques del mundo desarrollado se expandieron lentamente (en unos 20 millones de ha), a base de forestación y repoblación, incluido la regeneración natural en tierras abandonadas por la agricultura. Con este aumento se compensó sobradamente la pérdida de bosques en países desarrollados debida principalmente a la urbanización y desarrollo de infraestructuras. En la Figura 4 aparece la variación de la superficie forestal por regiones a lo largo de ese período.

Recuadro 3

Plantaciones de eucaliptos y álamos

Los eucaliptos y los álamos sirven para ilustrar las oportunidades que ofrecen las especies arbóreas de rápido crecimiento cuando se cultivan en plantaciones. Los eucaliptos se cultivan principalmente, aunque no sólo, en las zonas tropicales, mientras que los álamos son muy corrientes en las zonas templadas, pero también juegan un cometido cada vez más importante en las zonas subtropicales.

En 1990 había plantadas de eucaliptos, según estimaciones, unos 10 millones de ha, es decir, aproximadamente una cuarta parte de las plantaciones forestales tropicales. Más de la mitad de estas plantaciones se hallaban situadas en las zonas tropicales de Asia y Oceanía, sobre todo en la India (4, 8 millones de ha). Resulta más difícil estimar la superficie de las plantaciones de álamos. Se sabe que en 1995 había más de un millón de hectáreas de plantaciones de álamos en Europa y 1, 3 millones de hectáreas en China.

Tanto los eucaliptos como los álamos proporcionan material leñoso de usos finales, como madera aserrada, madera contrachapada, papel y postes, forrajes (álamos) y productos medicinales (eucaliptos). Cada vez hay mayor interés por su cultivo para obtener energía de biomasa. Los álamos pueden cultivarse con éxito en los sistemas agroforestales.

Estas especies se caracterizan por su rápido crecimiento (cuando se compaginan bien con el lugar), y pueden ser objeto de cruzamiento para un crecimiento más rápido, una buena apariencia, o unas propiedades madereras favorables. Sin embargo, una selección de carácter intensivo para lograr algunas importantes características económicas puede dar lugar a un aumento de su susceptibilidad a los ataques por insectos o enfermedades y, aunque la resistencia a las plagas tiene que incluirse en la estrategia genética, esa resistencia puede tener un ciclo vital relativamente corto. Los programas de fitogenética para lograr especies para madera en rollo industrial dependen cada vez más de que se desarrollen de forma continua nuevos híbridos, y de la capacidad de volver a poblaciones ex situ nativas o amplias a fin de introducir nuevas combinaciones genéticas. Por lo tanto, las plantaciones dependen de la conservación de toda una serie de poblaciones nativas.

En algunos países ha habido una gran oposición local a los eucaliptos y a los álamos. Para los eucaliptos, esto se ha debido a no tener en cuenta que su gran exigencia de humedad del suelo los hace impropios para su utilización en cinturones cortavientos u otro sistemas agroforestales de zonas áridas (de secano). La enajenación de las tierras de campesinos o el no consultarles e interesarles cuando se establecen plantaciones de eucaliptos en el Asia sudoriental ha dado lugar a críticas e incluso a repudiar este género más bien que deberse a fallos en el proceso de planificación. En Tailandia, muchos agricultores han plantado eucaliptos en sus tierras para obtener ingresos, pero se han opuesto a su plantación en reservas forestales en lugar de las especies nativas de las cuales dependen para una amplia serie de artículos (p. ej., forrajes o PFNL) que no darían los eucaliptos. Algunos países europeos han prohibido la plantación de álamos en llanuras de aluvión para evitar la pérdida de la vegetación natural y del hábitat de la fauna y mantener una apariencia natural.

Variación de la cubierta forestal en el período de 1990-95 y comparación con 1980-90

Las estimaciones sobre variación de la cubierta forestal en el período de 1990-95 arrojan una pérdida neta de 56, 3 millones de ha de bosques (naturales más plantaciones) a nivel mundial, lo que representa una reducción de 65, 1 millones de ha en los países en desarrollo, que se compensó en parte con un aumento de 8, 8 millones de ha en los países desarrollados (véase Cuadro 4 para las estimaciones sobre países desarrollados, Cuadro 5 para las estimaciones sobre países en desarrollo, y Cuadro 3 del Anexo 3 para las estimaciones sobre variaciones de la cubierta forestal por países). El volumen estimado de bosques que se perdió anualmente en el mundo en desarrollo - 13, 03 millones de ha - equivalió a una tasa anual de pérdida del 0, 65 por ciento. La deforestación fue máxima en las zonas tropicales del mundo en desarrollo. La mayor tasa anual de pérdida durante este período se dio en el Asia-Oceanía tropical (0, 98 por ciento) y la mínima correspondió a Asia-Oceanía no tropical (véase Cuadro 3 del Anexo 3).

Si se contemplan sólo las tendencias de la cubierta en los bosques naturales, se observa que la pérdida anual estimada a lo largo del período de 1990-95 fue de 13, 7 millones de ha, cifra notablemente inferior a la del período de 1980-90 (15, 5 millones de ha)6. En otros términos, aunque sigue siendo alta la tasa de pérdida de bosques naturales en los países en desarrollo, su ritmo parece haber disminuido algo desde la última década.

6 Importa señalar que esta estimación de pérdidas anuales de bosques naturales en los países en desarrollo durante el período de 1980-90 se basa en nuevas estimaciones de la cubierta forestal en 1980 y 1990 (véase nota de pie de página 1), que difieren de las hechas anteriormente por la ERF 1990. La nueva estimación de pérdidas anuales de bosques naturales en los países en desarrollo - 15, 5 millones de ha - es Inferior a la estimación de 16, 3 millones de ha formulada por la ERF 1990. En otras palabras, aunque la deforestación de los bosques naturales de los países en desarrollo a lo largo de los ochenta fue elevada, fue ligeramente inferior a lo que se pensó antes.

Figura 4 - Comparación de las superficies forestales de 1990 y 1995

(variación expresada en porcentaje de las áreas forestales de 1980 por regiones, salvo la antigua URSS)

Conversión de bosques a otra cubierta terrestre

En la ERF 1990 se llevó a cabo un estudio sobre las variaciones de la cubierta de las tierras forestales en las zonas tropicales entre 1980 y 1990, que da algunas indicaciones sobre la importancia respectiva de los varios factores de deforestación. Los resultados del estudio se han publicado recientemente7. Entre sus frutos más importantes están las llamadas "matrices de transición de superficies" del tipo que aparece en el Cuadro 6, que indican transferencias de una clase de cubierta terrestre a otra entre 1980 y 1990 en los 3 068 millones de ha de la zona tropical. En el último renglón, por ejemplo, aparece qué cantidad del 1 368 millones de ha de bosques espesos en 1980 se ha mantenido como bosque espeso hasta 1990 (es decir, 1 275, 9 millones de ha) y qué ocurrió con los 92, 1 millones de ha que se transformaron en otras clases de cubierta terrestre (es decir, bosques ralos; barbecho a largo plazo, bosques compartimentados; arbustos y barbechos cortos; otros, es decir, cubierta terrestre no leñosa y plantaciones forestales o plantaciones de árboles agrícolas). En la Figura 5 se presentan estos resultados de forma gráfica, en la que aparece la superficie perdida o ganada por cada clase, mientras que en la Figura 6 se señalan los diversos tipos de variación de la cubierta forestal y de su situación que se dieron en cada una de las tres regiones tropicales. Todas estas transferencias entrañan cambios en la biomasa leñosa, que se tratan de recoger en la Figura 7 asignando a cada clase de cubierta forestal una biomasa media por ha. Este estudio se repetirá en la próxima evaluación global (ERF 2000) con objeto de analizar las tendencias a lo largo de los años noventa.

7 FAO. 1996, FRA 1990: Survey of Tropical Forest Cover and Study of Change Processes. Estudios FAO: Montes 130. FAO, Roma,

Cuadro 4 Variación de la superficie forestal en los países desarrollados, 1990-1995


variación de la superficie forestal

regiones

1990-95

anual


(milliones ha)

(milliones ha)

(%)

Europa

+1,94

+0,39

+0,27

Antigua URSS excluida la Federación de Rusia a

+2,78

+0,56

+1,12

Zonas templada/boreal de América del Norte

+3,82

+0,76

+0,17

Países desarrollados de Asia-Oceanía

+0,24

+0,05

+0,06

Todos los países desarrollados (sin Federación de Rusia)

+8,78

+1,76

+0,12

Todos los países desarrollados (sin la antigua URSS)

+6,00

+1,20

+0,18

a La Federación de Rusia no figura incluida en este cuadro porque no se pudo hacer para ese país una estimación fiable de las variaciones de superficie forestal entre 1980 y 1995.

Cuadro 5 - Variaciones anuales de la superficie forestal en las regiones en desarrollo según estimaciones para 1990-95 y 1980-90


variación anual de la superficie forestal

1990-95

1980-90c

regiones

bosques naturales

bosques totalesb

bosques naturalesa

bosquesb totales


(milliones ha)

(% de la superficie de 1990)

(milliones ha)

(% de la superficie de 1990)

(milliones ha)

(milliones ha)

Africa

-3,75

-0,71

-3,75

-0,71

-4,28

-4,12


tropical

-3,70

-0,72

-3,70

-0,72

-4,19

-4,10


no tropical

-0,05

-0,41

-0,05

-0,37

-0,09

-0,02

Asia-Oceania (en desarrollo)

-4,17

-0,89

-3,47

-0,67

-4,41

-1,70


tropical

-3,51

-1,14

-3,21

-0,98

-3,97

-2,49


no tropical

-0,66

-0,42

-0,26

-0,14

-0,45

0,79

América Latina y el Caribe

-5,81

-0,61

-5,81

-0,60

-6,77

-6,44


tropical

-5,69

-0,62

-5,69

-0,62

-6,48

-6,21


no tropical

-0,12

-0,29

-0,12

-0,28

-0,29

-0,23

mundo en desarrollo

-13,73

-0,70

-13,03

-0,65

-15,46

-12,26


tropical

-12,91

-0,74

-12,59

-0,71

-14,63

-12,80


no tropical

-0,83

-0,39

-0,43

-0,18

-0,82

0,54

a Las cifras negativas denotan deforestación.

b La diferencia entre un aumento de la superficie debido al establecimiento de plantaciones y a una reducción de la superficie a causa de la deforestación.

c Obsérvese que las estimaciones para 1980-1990 se basan en nuevos datos y difieren ligeramente de las que arroja la ERF 1990, Véase nota 1 de esta sección.

Figura 5 - Resumen pantropical de las variaciones netas durante 1980-1990 por clase de cubierta terrestre

Cuadro 6 - Matriz de transición de superficies para la zona tropical, 1980-1990


clases de cubierta terrestre en 1990 (milliones ha)

clases de cubierta errestre en 1980

bosque espeso

bosque claro

barbecho a largo plazo

bosques compartimentados

arbustos y barbecho breve

otra cubierta terrestre

plantaciones (agrícolas y forestales)

total en 1980 (milliones/ha)

bosques espeso

1275,9

9,0

9,3

9,2

24,1

36,6

3,9

1368,0

bosques claro

0,9

283,3

1,3

5,2

3,8

10,2

0,2

304,9

barbecho a largo plazo

1,1

0,3

48,6

1,1

3,2

2,2

n.s.

56,5

bosque compartimentado

0,6

0,6

0,6

159,33

1,9

11,7

0,4

175,1

arbustos y barbecho breve

0,7

0,5

0,7

0,5

273,0

26,9

0,3

302,6

otra cubierta terrestre

0,8

0,7

0,3

1.4

4,0

837,3

0,5

845,0

plantaciones

0,1

n.s.

0,0

0,0

n.s.

0,1

15,7

15,9

total 1990

1280,1

294,4

60,8

176,79

310,0

925,0

21,0

3068,0

Las cifras indican que, durante la década, y a nivel pan-tropical, los bosques espesos registraron la mayor variación de todas las clases de cubierta terrestre. De los 92, 1 millones de ha de bosques espesos que se transformaron en otras clases de cubierta terrestre:

· un 40 por ciento (36, 6 millones de ha) pasó a "otra cubierta terrestre", que comprende, entre otras, la agricultura permanente, la cría extensiva de ganado, los embalses de agua, etc., que suponen una pérdida total de la cubierta y de la biomasa leñosa;

· un 26 por ciento (24, 1 millones de ha) que pasaron a arbustos y a agricultura de barbecho breve, lo que representa una deforestación, aunque sigue habiendo en el lugar alguna biomasa leñosa;

· un 10 por ciento (9, 2 millones de ha) pasó a bosque compartimentado, que representa una deforestación parcial, con una pérdida de unas dos terceras partes de la cubierta forestal original;

· un 20 por ciento (18, 2 millones de ha) pasó a bosque claro o a cultivo migratorio de barbecho largo, lo que supone una degradación que lleva consigo la pérdida de biomasa (aproximadamente la mitad);

· un 4 por ciento (4 millones de ha) pasó a plantaciones agrícolas o forestales.

Las otras clases de cubierta terrestre que sufrieron cambios importantes son los bosques claros, los arbustales y los bosques compartimentados. Casi todas esas variaciones (un 90 por ciento) en las cuatro clases de cubierta de tierra dio lugar a una disminución de la biomasa.

Figura 6 Categorías principales de variaciones de la cubierta forestal por regiones geográficas, 1980-1990

(las variaciones se expresan en porcentajes de la superficie forestal regional de 1980: bosque espeso y claro)

Figura 7 Superficie pan-tropical y variación de la superficie forestal y de biomasa leñosa superficial, 1980-1990

Nota: En el diagrama figuran sólo las transiciones de clase que suponen más de 1,5 millones ha

La índole de las variaciones detectadas por el estudio proporciona algunas indicaciones útiles sobre las principales causas definitivas de cambio. En las diferentes regiones se evidencian unos patrones bien claros, a saber:

· en las variaciones de los bosques africanos predomina una transición a partir de bosques espesos, pasando por fases intermedias de empobrecimiento, hasta llegar al barbecho breve y a los arbustos. Esto denotaría una ampliación de la agricultura de subsistencia bajo la presión de un crecimiento demográfico rural;

· en las variaciones de los bosques de América Latina predomina un cambio más brusco que lleva consigo una deforestación pasando del bosque espeso a otra cubierta terrestre, que parece deberse al efecto de las actividades de planificación central como los planes estatales de reasentamiento, las grandes explotaciones extensivas de ganado y los embalses para la producción de energía hidroeléctrica;

· los bosques en Asia atraviesan por dos tipos de variaciones de casi igual grado: como variaciones progresivas como resultado de una presión demográfica rural (es decir, intensificación y expansión de las prácticas de cultivo migratorio), y variaciones bruscas a causa de actividades de planificación centralizada, entre ellas planes de reasentamiento estatal y grandes programas de plantaciones.

El estudio más arriba citado aporta una información valiosa sobre la naturaleza del cambio vegetativo en los bosques tropicales que puede detectarse mediante imágenes de telepercepción. Sin embargo, hay cierta información sobre los procesos y efectos de las variaciones de la cubierta forestal que no puede conseguirse con un estudio global sino que ha de complementarse, por lo tanto, con otros tipos de estudios realizados a nivel nacional. Hacen falta estudios nacionales y subnacionales para conocer mejor las causas que están a la base del cambio y de sus procesos, los factores determinantes de la degradación de la cubierta forestal y los efectos del cambio vegetativo en otros recursos forestales.

Variaciones en la situación forestal

Países desarrollados

Aunque la superficie forestal total va aumentando paulatinamente en todas las partes del mundo desarrollado, no ha habido mejoras importantes en ciertos aspectos de la situación forestal. Aún cuando no se produjo la muerte general de los bosques europeos a causa de la contaminación del aire que muchos predecían en los años ochenta, el empeoramiento de la situación forestal sigue constituyendo una grave preocupación tanto en Europa como en América del Norte. En un estudio llevado a cabo en 1995 por la CEPE (Naciones Unidas) y la UE se apunta que las causas directas de la decadencia de la situación forestal en Europa son la sequía, el calor, las plagas, la caza y el pastoreo, además de la acción del hombre, mientras que la contaminación es una causa indirecta, que predispone los bosques a su decadencia (véase también Hechos más destacados de la región de Europa y la antigua URSS en la Parte 4). Los daños forestales, que tal vez resulten moderados a escala continental, son graves en algunas partes de Europa central y oriental, donde al menos han muerto 100 000 ha de bosques en estos últimos 20 años. La mayor parte de esos bosques se han vuelto a repoblar luego con especies o procedencias que se adaptan mejor al lugar. Se dice que la contaminación del aire juega un papel importante en la decadencia de varias especies forestales de otros países industrializados, por ejemplo: el arce de azúcar (Acer saccharum) en el este de Canadá, los bosques altos donde crece el abeto rojo (Picea rubens) en el este de los EE.UU., y los rodales de Cryptomeria japonica en el Japón.

Los incendios forestales han disminuido en importancia pero han sido más frecuentes en los países industrializados en la última década. Ha habido una ligera reducción en la superficie total quemada cada año en el mundo desarrollado en general como consecuencia de unos mejores sistemas de prevención, detección y control (aunque se ha registrado un aumento del 15 por ciento en la antigua URSS). La superficie media de bosques y otras tierras arboladas arrasadas anualmente por incendios en Europa, América del Norte y la antigua URSS, conjuntamente, fue de unos 4, 26 millones de ha, es decir, un 0, 22 por ciento de su superficie total de bosques y otras tierras arboladas en 1990.

Las plagas y las enfermedades suelen ser los agentes principales de la decadencia de los bosques y siguen constituyendo amenazas constantes para éstos. Hasta hace muy poco, la población vegetativa de las plantaciones se basaba en una variedad genética relativamente limitada, lo que aumentaba la vulnerabilidad de las plantaciones a las plagas y enfermedades. Entre los problemas más recientes están los de la decadencia de varias especies de robles en muchas partes de Europa y en Rusia central, de la infestación recurrente de los bosques en Polonia por la mariposa monja, del ataque de la haya por el tricoma en la Europa occidental y central, la marchitez o caída de las ramas del abedul y del fresno en el nordeste de los EE.UU., la enfermedad de "la hoja pequeña" del pino de hoja corta en el sur de los EE.UU., y la "enfermedad-x" de los pinos en el sur de California.

Países en desarrollo

Dado que la reducción de la superficie forestal es el aspecto más llamativo de la situación de los bosques en los países en desarrollo, se presta menos atención a sus condiciones. Aunque el alcance y grado de un aprovechamiento excesivo de leña y el pastoreo en demasía son de difícil cuantificación, se reconocen como causas importantes de degradación forestal en algunos países en desarrollo, especialmente en zonas áridas y semiáridas. Los incendios, las plagas y las enfermedades constituyen también factores de importancia crítica para la salud de los bosques en esos países.

Cada año, zonas muy extensas de formaciones tipo sabana de pastizales combinados con arboledas son pasto de los fuegos, especialmente en las zonas áridas de Africa y América del Sur, aunque no se dispone de datos fiables sobre la envergadura de los daños. Las áreas forestales de las regiones tropicales húmedas, aunque están menos expuestas al fuego, también sufren los daños de grandes incendios, habiéndose registrado el más grave de nuestros tiempos en Kalimantan oriental (Indonesia) en 1983, en el que ardieron 3, 6 millones de ha. Muchas veces los fuegos se ceban también en los bosques de coníferas de las regiones tropicales húmedas; en los años ochenta, la superficie de pinares en Honduras y Nicaragua que se quemaba al año ascendía a un 3, 5 por ciento de la superficie de todos los pinares de esos países, e importantes incendios han quemado bosques de pinos tropicales tanto naturales como plantados por el hombre en México e Indonesia (Sumatra septentrional). El fuego constituye también una amenaza permanente para los bosques de las zonas templadas y subtempladas de Africa del Norte y América del Sur (incluido el sur del Brasil). Desde 1950 hasta 1990, se tienen noticias de que los incendios en China han arrasado anualmente una superficie media de 890 000 ha, habiendo sido el más desastroso el fuego del "6 de mayo" de 1987, que quemó alrededor de 1, 85 millones de ha en la provincia nordoriental de Heilongjiang. A falta de una base mundial de datos estadísticos sobre incendios, es difícil ofrecer aquí una estimación general de la envergadura anual de los incendios de bosques y de otras tierras arboladas. Una estimación por encima de las zonas templadas/subtempladas y tropicales húmedas del mundo en desarrollo, dejando aparte la importante zona tropical árida para la cual sólo hay escasa información fiable, sería del orden de dos millones de ha de bosques y otras tierras arboladas por año a lo largo de la década de los ochenta. Ante la falta de suficiente capacidad en la mayoría de los países en desarrollo para prevenir y combatir los incendios, es probable que en un próximo futuro no se logre ninguna reducción notable de las superficies arboladas que arden.

Los brotes de plagas y enfermedades en los países en desarrollo son objeto de reconocimiento y notificación casi siempre para las plantaciones y árboles sembrados.

Como ejemplos cabe citar la Leucaena psyllid, Heteropsylla cubana, que se han extendido a las islas de Asia y el Pacífico y que ahora se está difundiendo por Africa; el áfido del ciprés, Cinara cupressi, que está arraigado en ocho países de Africa oriental y austral y que causa una fuerte mortalidad entre varias especies exóticas y autóctonas, pero especialmente en la importante especie de plantación Cupressus lusitanica, y la avispa europea de la madera, Sirex noctilio, que se ha extendido a Argentina, Uruguay y sur del Brasil y que daña principalmente al Pinus taeda, pero que pudiera convertirse en una amenaza para las grandes plantaciones chilenas de Pinus radiata.

También hay pruebas de la decadencia forestal asociada a la contaminación del aire en los países del mundo en desarrollo. Es probable que se vuelva cada vez más importante a medida que se desarrolla la infraestructura industrial y de transporte. Los ejemplos comprenden la decadencia de la margoza (Azadirachta indica) en el Sahel, del framiré o idigho (Terminalia ivorensis) en Côte d'Ivoire y Ghana, de los bosques próximos a las grandes ciudades y áreas industriales en China (p. ej., los rodales de Pinus massoniana cerca de Nanshan), y de las plantaciones de Eucalyptus globulus en Colombia y Perú. A pesar de la importancia general de los respectivos daños y pérdidas, los reconocimientos de las decadencias y descomposiciones forestales en los países en desarrollo siguen siendo relativamente raros.

Efectos del aprovechamiento de la madera en la situación de los bosques

Hay un tema de intenso debate y gran polarización de opiniones en los países tanto desarrollados como en desarrollo: es el efecto que el aprovechamiento de la madera tiene en la situación de los bosques naturales y seminaturales. En palabras de una publicación reciente: "El problema ecológico más urgente, y desde luego el más emotivo, por lo que se refiere al comercio de la madera, es el concerniente a la tala y extracción de madera de bosques naturales o seminaturales.... Aquí está la primera línea real en el debate forestal. De un lado están los activistas de la conservación, que bloquean los caminos para el arrastre de troncos, se abrazan a los árboles, interpelan a los gobiernos y organizan peticiones, respaldados a menudo por unos medios informativos favorables y sectores significativos de opinión pública. De otro lado están los comerciantes de madera, las empresas de tala y extracción, y muchas veces los propios trabajadores forestales, que aducen que la explotación forestal es indispensable para crear puestos de trabajo, gozar de seguridad económica y disponer de recursos, y sostienen que las técnicas modernas de explotación permiten un rendimiento sostenible de madera y a largo plazo provocan escasos daños en el medio ambiente8.

8 Dudley, N., Jeanrenaud J-P y Sullivan F 1995. Bad Harvest? The Timber Trade and the Degradation of the World's Forests. Earthscan Publications Limited, Londres, Reino Unido.

Las preocupaciones giran en torno, sobre todo, de los efectos de un aprovechamiento excesivo y de unas malas prácticas de explotación en la futura capacidad productiva de los bosques por los cambios que se producen en la composición de las especies arbóreas y los daños a los suelos (véase el análisis de los aprovechamientos forestales en el capítulo sobre "Tendencias de la ordenación y aprovechamiento forestales"); del impacto que causa en las plantas y animales forestales la alteración de su hábitat causada por los aprovechamientos, otras operaciones de gestión forestal y los caminos forestales; del efecto que para la calidad del agua y los organismos acuáticos tienen la sedimentación de los depósitos de agua y los detritos de los aprovechamientos; y, en algunos casos, el creciente riesgo de vendavales, plagas y enfermedades forestales. Aunque resulta difícil cuantificar el alcance y grado de esa degradación a escala mundial, la literatura forestal habla de muchos casos de malos métodos de aprovechamiento y de excesiva explotación que conducen a unas consecuencias medioambientales negativas en muchas partes del mundo9.

9 Ibid (véase citas),

Tendencias de a ordenación y aprovechamiento forestales


Situación y tendencias de la ordenación forestal
Evolución de las pautas de aprovechamiento, transformación y comercialización


Situación y tendencias de la ordenación forestal

La ordenación forestal comprende las medidas de orden administrativo, económico, jurídico, social y técnico que se hacen necesarias para la conservación y utilización de los bosques naturales y plantaciones forestales. Abarca varios grados de intervención humana para salvaguardar el ecosistema forestal, sus funciones y sus recursos para una producción sostenida de bienes y la prestación de servicios medioambientales.

Aunque varían mucho los objetivos de una ordenación pues incluyen la protección de los recursos forestales en los bosques protegidos y en las reservas naturales, el objetivo primordial ha sido a menudo la producción de productos madereros. Un principio básico de la ordenación forestal con especial atención a la producción de madera es el del "rendimiento sostenido", o sea, el aprovechar el incremento de madera sin menoscabo del capital forestal.

Aunque sigue practicándose ampliamente la silvicultura en base a un rendimiento sostenido, también existe una tendencia cada vez mayor a la ordenación de los bosques como sistemas ecológicos con beneficios económicos y valores ecológicos múltiples y con una amplia participación pública en el proceso decisorio. Este concepto se denomina generalmente "ordenación forestal sostenible". Se trata de asegurar que los beneficios, tanto materiales como intangibles, que se obtienen de los bosques cubran las necesidades presentes, mientras que al mismo tiempo aseguren su disponibilidad y contribución continuada al desarrollo económico y social a largo plazo. La aceptación general y el compromiso político con los principios de una ordenación forestal sostenible han seguido incrementándose, con el refuerzo que les ha supuesto el mayor hincapié que se hace en la silvicultura a partir de la CNUMAD. El Capítulo 11 ("Lucha contra la deforestación") del Programa 21 de la CNUMAD y los "Principios relativos a los bosques" han recalcado mucho en la necesidad de conciliar las funciones productivas de los bosques con sus funciones protectivas, ecológicas, y sociales. En los dos últimos años se ha hecho un gran esfuerzo por formular criterios comunes a nivel nacional, regional y ecorregional en función de los cuales pueda definirse lo que es una ordenación forestal sostenible, y especificarse indicadores que puedan aplicarse para seguirla de cerca y evaluarla. En la Parte 3 se exponen con más detalle estas actividades. La tendencia a una ordenación forestal sostenible está produciendo un gran cambio en la forma de entender los bosques y aprovecharlos. Está recibiendo más atención la ordenación forestal encaminada a la obtención de productos forestales no leñosos (PFNL). Se está haciendo más hincapié en las funciones protectivas de los bosques, lo que da lugar a la modificación de las prácticas de gestión. Las necesidades de la población local que depende del bosque están siendo objeto de mayor ponderación. Las distinciones que antes se hacían de forma demasiado rigurosa entre bosques productivos, bosques protegidos y áreas de conservación (naturaleza) se han vuelto hoy día más borrosas. Por ejemplo, muchos proyectos de desarrollo rural y de conservación están centrando su atención en el aumento de la producción de madera y productos forestales no leñosos en zonas amortiguadoras como medio para aligerar la presión sobre las zonas de conservación; se está prestando más atención al mantenimiento de funciones protectivas en los bosques de producción; también se está estudiando con más intensidad la función de los bosques fuera de las áreas protegidas para la conservación de la diversidad biológica.

Tendencias en ordenación forestal para fines productivos

No sólo no se aplica de manera uniforme el antiguo principio básico del rendimiento sostenible en todo el mundo (en algunos sitios se echa mucho en falta), sino que todavía se está desarrollando en la mayoría de los países el concepto más nuevo y amplio de la sostenibilidad en materia de ordenación forestal.

En la Evaluación de Recursos Forestales de 1980 se trató de estimar la proporción de bosques tropicales objeto de una ordenación forestal intensiva, que se definió como "normas de aprovechamiento rigurosas y controladas, acompañadas de tratamientos silvícolas y de protección contra incendios y enfermedades", y de aplicar la idea de una "tala admisible anual" (es decir, un rendimiento sostenido). Por entonces se estimaba que menos del cinco por ciento de los bosques tropicales cumplían esa definición tradicional de ordenación forestal sostenible. No se hizo intento alguno por cuantificar las áreas de los bosques objeto de ordenación en los bosques templados y boreales de los países desarrollados, y aunque se sabía que la mayoría eran objeto de planes de ordenación, el alcance y la intensidad de la ordenación variaba ampliamente entre países. En la Síntesis mundial para la evaluación de los recursos forestales de 1990 se llegó a la conclusión de que había habido un mejoramiento general en la ordenación forestal de los países desarrollados, pero que había descendido la superficie total objeto de ordenación en los países en desarrollo, pues aunque existían planes de trabajo para los bosques, muchas veces no se cumplían las prescripciones.

Varios problemas de orden técnico y político en relación con la ordenación de los bosques de producción han sido materia de minucioso análisis y, en algunos casos, han elevado el tono del debate público en no pocos países. Entre estos problemas están el del otorgamiento de concesiones de aprovechamiento y sus condiciones, las ventas de madera de tierras públicas, métodos de corta rasa y de aprovechamiento, los aprovechamientos de recuperación y el empleo de especies exóticas frente a las autóctonas. Todavía está en sus balbuceos el desarrollo de sistemas de ordenación sostenible para la obtención de muchos productos forestales no leñosos que económicamente prometen (véase "Productos forestales no leñosos", página 58). Aunque no es posible extendernos aquí sobre todos estos puntos, en los Recuadros 1, 2 y 3 siguientes se exponen algunas cuestiones técnicas e institucionales, así como tendencias de la ordenación forestal para fines de producción y conservación.

Nuevos arreglos y problemas institucionales para una ordenación forestal

Las tendencias de las políticas forestales y de los arreglos institucionales tienen un impacto directo en la ordenación de los bosques. (Véase Parte 2 para analizar estos cambios de política, planificación e institucionales). Debido a la tendencia general a una descentralización, las administraciones forestales de los gobiernos de muchos países, tanto desarrollados como en desarrollo, están empeñadas en descentralizar el control sobre la ordenación de los recursos forestales. Esto lleva consigo el traspaso progresivo de responsabilidades, en el seno de los organismos competentes, desde el nivel central al nivel provincial o municipal. A los funcionarios locales se les está dando mayores facultades decisorias sobre cuestiones de ordenación local. Esto entraña pasar de unas prácticas de ordenación a otras que guardan una relación más estrecha con la situación local. Una segunda tendencia importante es la de la privatización, de tierras o de operaciones forestales. Esta tendencia repercute evidentemente en la ordenación forestal al aumentar la razón de rentabilidad que lleva a tomar decisiones de ordenación y, en el caso de arriendos y concesiones, al crecer la necesidad de que los gobiernos vigilen las operaciones para asegurar que se cumplan las condiciones convenidas en materia de ordenación. Una tercera tendencia es la de asegurar una mayor participación de toda una serie de grupos de interés en el proceso de planificación. Para ello hace falta que los departamentos forestales desarrollen su capacidad institucional y su capacidad de trabajo con varios grupos (lo que lleva consigo bastante mayor esfuerzo que hasta ahora en materia de comunicación, extensión y mediación) y puedan modificar eficazmente los planes y las prácticas de ordenación para alcanzar los objetivos convenidos. Por último, se observa una tendencia a fomentar una mayor intervención de las comunidades locales en la ordenación de recursos forestales. Precisamente sobre este último punto, y especialmente sobre los cambios que se están verificando en los países en desarrollo, es donde se centra el análisis que sigue.

Recuadro 1 Concesiones forestales: problema emergente en América Latina

Es cada vez mayor el número de países latinoamericanos que están estudiando el otorgamiento de concesiones forestales sobre zonas extensas. Suriname ha pensado en la posibilidad de hacer concesiones de 4, 5 millones de ha en 1994, mientras que en Guyana a una compañía se le ha otorgado una concesión equivalente en tamaño a la mitad del territorio de Suiza. Venezuela ha dado en concesión casi tres millones de ha forestales en el Estado de Bolívar y está considerando la posibilidad de aumentar esa superficie a 12 millones de ha, y también tal vez de abrir algunas zonas del Amazonas para su aprovechamiento forestal. Las compañías internacionales interesadas en ampliar sus operaciones están empleándose a fondo en obtener derechos de aprovechamiento en Bolivia y Perú. Desde 1995, Belice ha otorgado 17 concesiones a largo plazo que abarcan 224 600 ha. Las concesiones han sido tema de controversia en estos últimos años entre administraciones públicas y grupos ecológicos. El aumento en el número de concesiones otorgadas responde a la presión del crecimiento económico y de la globalización económica de las compañías con capital y técnicas forestales. Algunos grupos ecológicos y asociaciones locales están cada vez más preocupados por que el otorgamiento de concesiones forestales en extensiones grandes pueda dar paso a la degradación forestal o a la deforestación y a graves impactos negativos en la población autóctona.

Recuadro 2 Menor impacto de las cortas y extracciones en los bosques tropicales húmedos: Nuevo impulso a la adopción de técnicas ya conocidas.

Los aprovechamientos son una de las intervenciones más importantes de toda ordenación, no sólo para cubrir objetivos de producción sino también para estructurar la composición de los bosques del futuro. No obstante, algunas técnicas y actividades de aprovechamiento (p. ej.; arrastre de troncos y trozas y su carga, construcción de caminos forestales) han sido perjudiciales para la vegetación, para el suelo y, con la erosión, para las masas de agua. Los aprovechamientos incluso para extraer una pequeña cantidad de árboles por hectárea, si se hacen sin cuidado, pueden dañar no sólo a los árboles recogidos, sino también a gran parte de los árboles que quedan en pie. Dado que la producción de maderas preciadas para chapa está convirtiéndose cada vez más en un gran objetivo de producción por lo que se refiere a los bosques húmedos tropicales objeto de manejo, el mejoramiento de las cortas y extracciones para reducir los daños de los árboles talados y de los árboles que se van a aprovechar en una fase posterior tiene su importancia económica. Desde hace muchos años son ya conocidos los elementos esenciales de una tala de impacto reducido (TIR) para minimizar esos efectos nocivos. Comprenden la corta de vástagos trepadores con bastante antelación a la tala, la cartografía de las existencias para proyectar las redes de caminos forestales, la limitación de los gradientes de esos caminos, la tala direccional, el establecimiento de zonas de contención de las corrientes, arrastres cuidadosos y reducción de las zonas de cargas de trozas (véase "Evolución de las pautas de aprovechamiento, transformación y comercialización", página 28). Los beneficios comprenden menores daños para las trozas en las operaciones de tala y para los árboles que queden, la reducción del tiempo que ha de transcurrir hasta la próxima tala, una mejor recuperación de los árboles extraídos mediante una ubicación más fácil y una menor erosión de los suelos. Los costos comprenden la necesidad mucho mayor de supervisión, el impartir un buen programa de capacitación al personal y concesionarios a todos los niveles, más actividades previas a la tala y una reducción del rendimiento (tanto en términos de un menor volumen por unidad de tiempo como por unidad de superficie forestal). Los costos y los beneficios no se cuantifican fácilmente, incluso en términos financieros. Según estimaciones provisionales, los costos directos adicionales en comparación con la tala y extracción tradicionales son relativamente bajos, pero las necesidades de inversión en capital para equipo y capacitación a fin de aplicar la TIR pueden seguir constituyendo un disuasivo para su adopción1. Un aumento de las presiones ecológicas y un alza de los precios para las maderas de frondosas tropicales a largo plazo podrían muy bien servir de impulso para una adopción más general.

1 Moura-Costa, P.y J, Tay, 1996. Reduced-impact logging project in Sabah, Malasia. Documento presentado al Taller internacional sobre aplicación integrada de prácticas de ordenación forestal sostenible. Kochi, Japón, 22-25 de noviembre de 1996.

El manejo participativo de los recursos forestales se contempla cada vez más como un medio para fomentar una ordenación forestal sostenible y también como respuesta pragmática a las limitaciones planteadas a los departamentos forestales por las restricciones en sus recursos financieros y humanos. El desarrollo de sistemas de ordenación participativa, donde las comunidades locales juegan un papel importante en la ordenación y protección cotidianas de los recursos forestales, ha sido muy rápido en muchos países en desarrollo, lo que ha dado lugar a una amplia variedad de arreglos de ordenación que se han adecuado a las condiciones locales. Comprenden éstos la ordenación forestal conjunta, los programas de silvicultura comunitaria, los programas integrados de conservación y desarrollo, utilizados principalmente en conjunción con los esfuerzos de conservación de la naturaleza, y la ordenación de tierras de aldeas (denominada en francés "aménagement des terroirs"); que se está desarrollando rápidamente en el Africa occidental (véanse los Hechos más destacados de la región de Africa en la Parte 4).

La ordenación forestal conjunta (OFC), un método colaborativo de ordenación que se ha adoptado en varios estudios de la India y en algunos países del sudeste asiático, ha cosechado algunos éxitos importantes. Se basa en el principio de que las comunidades locales lleguen a interesarse directamente por la ordenación de los bosques públicos y de esa forma se beneficien directamente de los aprovechamientos forestales. En Nepal, el criterio del Programa Nacional de Silvicultura Comunitaria ha consistido en negociar un acuerdo de ordenación forestal entre el Departamento de Bosques y los grupos de usuarios (grupos de personas con interés directo en el aprovechamiento de un determinado bosque y que reclaman sus derechos de usuarios). Los grupos de usuarios intervienen en el desarrollo del plan práctico y existe un alto nivel de control local, aunque la autoridad en última instancia sigue correspondiendo al Oficial forestal de distrito. En ambos casos, se observa una tendencia a un control local cada vez mayor.

Recuadro 3 La corta total: Una controversia constante

La corta total o la tala de todos los árboles en un área considerable y a la vez se realiza por varios motivos que guardan relación con la economía de los aprovechamientos y las características de la regeneración forestal. Las talas, especialmente las que se realizan en zonas muy vastas, han provocado una fuerte oposición por parte de grupos ecológicos, sobre todo en relación con los aprovechamientos en el noroeste de los Estados Unidos y en la Columbia Británica, pero también en los países nórdicos, no sólo por sus efectos en el medio ambiente, especialmente su impacto en los suelos, el aumento de la erosión edafológica y los efectos en el hábitat de la vida silvestre, sino también por sus consecuencias en el paisaje y en los esparcimientos que pueden durar muchísimo tiempo tras la regeneración. La constante atención del público y sus presiones han promovido grandes cambios de política en las normas de ordenación durante estos últimos años. En algunos países, p. ej., Canadá, se ha operado un cambio consistente en pasar de unas áreas de grandes talas a áreas menores que se adaptan de modo más sensible a la configuración del terreno. Dentro de estas áreas menores, se hace un mayor intento por mantener un crecimiento anticipado, las especies del piso inferior e incluso los árboles muertos o moribundos. En los Estados Unidos, el Servicio Forestal sigue la política de ir eliminando las explotaciones forestales como práctica normal en los bosques nacionales estadounidenses, y recurrir a ellas sólo en circunstancias excepcionales. El debate sobre talas totales ha puesto de relieve lo complejos que son estos temas, no sólo por las dificultades y peligros de hacer comparaciones cuando el tamaño de la zona en función de una tala difiere entre países, sino también por la imposibilidad de dar una respuesta clara, positiva o negativa, a una cuestión generalizada como la de si deben permitirse las talas; la respuesta estará en función de las consideraciones locales de orden silvícola, ecológico, económico y estético.

Hay otros arreglos que se están ensayando, entre los cuales se pueden citar el arrendamiento a largo plazo de tierras forestales a las comunidades y particulares, que adquieren así el derecho pleno a los productos de la tierra a cambio de practicar unas técnicas de ordenación sana; está también la ordenación participativa de una determinada parte de un recurso, como la caza para el ecoturismo en el caso de algunos países del este y sur africanos; y la cesión de los derechos plenos sobre áreas forestales que se consideran pertenecientes histórica y tradicionalmente a una determinada población indígena o aborigen.

Ultimamente, con el aumento de las economías de libre mercado y la tendencia a la privatización, se están haciendo algunos intentos por experimentar el modelo "occidental", actuado en gran parte de Europa, de pequeñas propiedades privadas de parcelas forestales que se administran en régimen cooperativo, de ordinario bajo una cierta supervisión por parte de un organismo estatal. Parece ser éste el sentido que probablemente seguirá el desarrollo de los bosques locales y de la ordenación arbórea en un futuro a medio plazo, al ser cada vez más los regímenes de tenencias de tierras que adoptan estructuras jurídicas sobre la base del reconocimiento de la propiedad privada individual.

Durante la ejecución de estos programas han aflorado varias cuestiones. Muchas son de carácter técnico, pero las más retadoras con gran diferencia son las de tipo jurídico, administrativo o socioeconómico. Por ejemplo, la necesidad de resolver contrastes entre el derecho consuetudinario (es decir, tradicional) y las leyes y reglamentos por que se rigen la propiedad territorial y las prácticas de usufructo; el asegurar una ordenación sostenible de lo que antes se consideraba bien común ante una demanda creciente del mercado; la solución de reclamaciones contrastantes entre diferentes ministerios; el desarrollo de mecanismos para la solución de conflictos que puedan abordar reclamaciones sobre los recursos que compiten entre sí; la adaptación de los actuales mecanismos institucionales o la formulación de otros nuevos que se adecuen a las nuevas situaciones. Además, en ordenación forestal sigue siendo un problema importante el diferente trato que se da en función del sexo. Hay una sensibilidad cada vez mayor a la necesidad de hacer participar a las mujeres en las decisiones relativas al manejo de bosques y recursos y satisfacer sus peculiares necesidades respecto a los bosques pues a menudo es en ellas donde repercute más negativamente un menor acceso a los recursos forestales.

Tendencias de la ordenación para la conservación de ecosistemas forestales

En 1993, la superficie total de las áreas protegidas incluidas en las categorías I-V del sistema de clasificación de la UICN (véase Anexo 2 sobre definiciones) se estimaba en 306 millones de ha en los países desarrollados y en 486 millones de ha en los países en desarrollo2. Significaba un 6 por ciento de la superficie terrestre total del mundo. Sin embargo, los datos globales disponibles no permiten una estimación del volumen de tierras forestales incluido en esas áreas protegidas de la mayoría de las regiones del mundo. Sólo se dispone de estos datos para Europa, donde se estimaba que la superficie de bosques y otras tierras arboladas incluida en las áreas protegidas y en las reservas de la naturaleza de 15 países representaba un 3 por ciento aproximadamente de la superficie forestal total. En los países en desarrollo, casi la mitad de la superficie objeto de protección se hallaba en América Latina (48 por ciento) y un 29 por ciento y un 23 por ciento en Africa y Asia, respectivamente.

2 FAO, 1995. ERF 1990. Síntesis mundial. FAO, Roma. Se trata de un estudio realizado por la FAO para el Centro Mundial de Seguimiento de la Conservación,

Los datos de que se dispone sobre áreas protegidas por regiones geográficas deben considerarse, simultáneamente con los datos sobre pérdidas de bosques, por zonas ecológicas. A este respecto, la media de deforestación anual durante el período de 1980 a 1990 ascendió a 1, 1 por ciento en las formaciones tropicales de montaña, 1,0 por ciento en los bosques húmedos caducifolios, 0, 9 por ciento en los bosques de zonas áridas y muy áridas y 0,6 por ciento en los bosques higrofíticos tropicales. Existen además diferencias significativas e importantes en las pérdidas de varios tipos de bosques y formaciones forestales. Entre las que corren mayor peligro están los bosques tropicales de coníferas (de los que unas tres cuartas partes se hallaban en la América tropical) y los ecosistemas de manglares (presentes en todas las regiones tropicales).

Varían mucho los criterios que se siguen para la selección de parques y áreas protegidas. Muchas se han establecido primordialmente a fines de recreo y turismo y tienen una importancia limitada para la conservación de la diversidad biológica. Además, la presión ejercida sobre la tierra con otras finalidades ha obligado a seleccionar las áreas de conservación por razones pragmáticas más que científicas. Muchos ecosistemas forestales importantes o no están representados o están subrepresentados y la ordenación de muchas áreas protegidas es floja, lo que corrobora la necesidad de complementar la conservación de parques y áreas protegidas con un mayor esfuerzo por afrontar la conservación al margen de esas áreas.

Una mayor concienciación pública y la revisión de las políticas a favor de la conservación han determinado la expansión del volumen de los sistemas de áreas protegidas en muchos países. Al propio tiempo, los países se han comprometido a transformar las leyes relativas a los parques y zonas protegidas. Tampoco se ha cejado en los esfuerzos por reforzar la capacidad de los administradores de las áreas protegidas mediante programas de educación y capacitación. Sin embargo, es menester un esfuerzo aún mayor en todas esas esferas.

Uno de los puntos que son objeto de mayor atención es el de las relaciones entre las necesidades de desarrollo y los objetivos de conservación. Se han desarrollado nuevas modalidades de gestión para conseguir que la conservación de áreas protegidas sea eficaz, especialmente en los países en desarrollo donde las necesidades de desarrollo económico de la población rural ejercen una intensa presión en las tierras forestales y pueden socavar los esfuerzos de conservación. En muchos programas actuales de conservación se aplica un criterio análogo al que rige en la ordenación forestal participativa; se está poniendo mayor empeño en tomar en consideración las necesidades de la población local y, en muchos sitios, hacerla participar en la planificación y ordenación misma. Esto ha dado lugar a una serie de arreglos de gestión, incluida la ordenación de zonas de protección y proyectos integrados de desarrollo y conservación. Estos proyectos fomentan la ordenación de los recursos sostenibles proporcionando incentivos a la población local para ordenar de forma eficaz sus recursos. Aunque muchas veces no se les dan a los miembros de la comunidad derechos para la producción de madera, normalmente se permite el aprovechamiento de otros recursos, especialmente para su subsistencia.

Muchas ONG internacionales, como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN - conocida también como la Unión Mundial para la Conservación) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) se han ocupado activamente de elaborar el concepto de proyectos integrados de desarrollo y conservación y las actividades auxiliares sobre el terreno. Se basan en el principio de la participación local en las decisiones de ordenación para una mejor ordenación de los recursos naturales. El Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Mundial también están adoptando dicho enfoque para los proyectos de áreas protegidas. Aunque no es que la ejecución de estos proyectos esté libre de problemas, se espera que dicho enfoque siga cobrando cada vez más pujanza.

Evolución de las pautas de aprovechamiento, transformación y comercialización

En la medida precisamente en que evoluciona la ordenación forestal en respuesta a los cambios que se dan tanto dentro como fuera del sector forestal, se están adaptando a la nueva situación las actividades de aprovechamiento y aquéllas ulteriores. Estas actividades responden al impacto y exigencias de las inquietudes ecológicas; variaciones en la cantidad, en la calidad y en la fuente de las materias primas, presiones económicas, avances tecnológicos, y modificación de las situaciones del mercado que han provocado cambios en los criterios de comercialización y estructuras de mercadeo y que han sido a su vez causadas por éstos.

Nuevas pautas para los aprovechamientos forestales

La principal tendencia que a nivel mundial se ha manifestado en los aprovechamientos forestales durante los 30 últimos años ha sido un aumento de la mecanización. Aunque la maximización de la productividad económica sigue siendo la fuerza motriz de los cambios en los aprovechamientos forestales, en estos últimos tiempos se ha vinculado a los esfuerzos para reducir al mínimo los impactos ecológicos negativos. Se han producido muchas mejoras en las operaciones de tala de árboles, sistemas de extracción y construcción de caminos forestales como resultado de los esfuerzos por reducir al mínimo los impactos ecológicos negativos. De los estudios hechos en varios países se desprende que unas prácticas de aprovechamiento forestal ecológicamente razonables pueden ser sólo marginalmente más costosas que los métodos tradicionales. Sin embargo, son claros los beneficios económicos y ecológicos que resultan de una reducción de los daños tanto en los árboles apeados como en los que quedan sin cortar, de necesitar menos espacios para caminos, senderos de arrastre y zonas de carga y de unos menores desperdicios de madera.

Recuadro 4 Código Modelo de la FAO de Prácticas de Aprovechamiento Forestal

El Código Modelo de la FAO, publicado en 1996, tiene fundamentalmente por objeto servir de punto de referencia para los países que están considerando la posible adopción o revisión de sus propios códigos de prácticas. Su finalidad principal es promover las prácticas de aprovechamiento que mejorarán las normas de utilización, reducirán el impacto ecológico negativo, ayudarán a asegurar que los bosques se conserven para las generaciones futuras y mejorarán las aportaciones económicas y sociales de la silvicultura como elementos de un desarrollo sostenible. El Código servirá de ayuda a los que se ocupen de operaciones forestales que comprendan ingeniería vial, tala, extracción, carga y operaciones de transporte.

Dicho Código Modelo señala cuatro elementos en las operaciones de aprovechamientos forestales que son indispensables para una ordenación forestal sostenible. Son:

· una planificación completa de los aprovechamientos;

· una ejecución y control eficaces de las operaciones de explotación;

· una evaluación cabal postaprovechamiento, y la comunicación de los resultados al equipo de planificación y al personal pertinente;

· una fuerza de trabajo competente y debidamente motivada.

El Código Modelo puede servir para señalar a la atención de los políticos que hay técnicas y sistemas de utilización forestal que permiten gestionar de forma sostenible los bosques, y que también vale como fuente de información para aplicar prácticas forestales ecológicamente sanas en apoyo de una ordenación forestal sostenible, al mismo tiempo que sirve de guía para la capacitación, enseñanza y extensión.

Ya se ha expresado gran interés por el Código, por parte de las compañías forestales, las administraciones de bosques y las organizaciones no gubernamentales. Por ejemplo,

· en junio de 1996 y sobre la base del Código Modelo de la FAO se preparó en Guyana un proyecto de Código de Prácticas para operaciones forestales;

· la Comisión Forestal para Asia y el Pacífico recomendó a la FAO que creara un grupo de trabajo especial para potenciar la labor de la Comisión en el desarrollo de la posibilidad de técnicas de aprovechamiento ecológicamente sano con el fin de elaborar un código regional;

· se han llevado a cabo estudios de casos patrocinados por empresas privadas en Brasil, Congo, Indonesia y Perú para experimentar algunas de las aplicaciones sugeridas en el Código.

En el mundo desarrollado, los propietarios de bosques y sobre todo los concesionarios de los aprovechamientos, aunque no sólo ellos, están adoptando progresivamente técnicas de aprovechamiento y de ingeniería forestal ecológicamente aceptables. Se han elaborado varios "códigos de prácticas" para los aprovechamientos forestales, tanto a nivel internacional como regional y nacional, a fin de mejorar las prácticas de explotación como consecuencia de la idea de un aprovechamiento de bajo impacto. Entre los ejemplos que cabe citar figuran el Código Modelo de Prácticas de Aprovechamientos Forestales, recientemente elaborado por la FAO, en el que se dan unas directrices generales para su adopción por los países en todo el mundo (véase Recuadro 4); un código regional de prácticas para la región de Asia y el Pacífico, actualmente en preparación; y un código para el Pacífico Sur, que ha servido de base para distintos códigos nacionales que se han elaborado en la subregión (p. ej., Fiji, Papua Nueva Guinea, Islas Salomón y Vanuatu).

Entre las áreas en las que se han hecho avances para reducir los efectos negativos de las operaciones y técnicas de aprovechamiento forestal están: la reducción de los desperdicios en los residuos de madera; las mejoras en las operaciones de tala de árboles; unos sistemas de apeo de bajo impacto, y un mejoramiento de la construcción de caminos forestales.

Reducción de desperdicios en los residuos de la madera

En un reciente estudio se sugiere que de toda la madera talada anualmente en los bosques tropicales, la mitad aproximadamente se queda en el bosque como residuos leñosos no utilizados3. Aunque el dejar un cierto volumen de residuos en el bosque es beneficioso desde el punto de vista ecológico, un mejor aprovechamiento daría lugar a menos tala de madera para el mismo volumen de producción de madera rolliza industrial, con lo que se podrían hacer aprovechamientos en zonas forestales de menor extensión.

3 Dykstra, D.P 1992. Wood residues from timber harvesting and primary processing: A global assessment for tropical forests. Trabajo que se publicará como Estudio FAO: Montes, FAO, Roma.

Mejoras en las operaciones de talas de árboles

Unas operaciones de tala bien realizadas pueden contribuir a reducir al mínimo los daños en los árboles residuales y elevar al máximo el volumen y valor de las trozas aprovechadas. La corta de vástagos trepadores y de enredaderas antes de la tala de los árboles y la tala direccional sirven ahora en algunos bosques tropicales para reducir los daños a los árboles. De estudios recientes se desprende que la mejora de las operaciones de tala puede dar lugar a aumentos de hasta un 30 por ciento en el volumen de leña recuperado, y que los daños a las masas forestales residuales pueden reducirse en más del 20 por ciento.

Sistemas de extracción de madera de bajo impacto

Hay importantes avances en los sistemas de extracción de madera y en la maquinaria utilizada. El transporte de la madera desde el lugar de la tala al sitio de carga o a la carretera puede hacerse con sistemas de extracción terrestre (es decir, manual, animal, arrastre terrestre), sistemas de recogida/transporte, sistemas de recogida por cable o sistemas aéreos (es decir, helicópteros y globos).

Aunque los sistemas de extracción de madera manuales y animales son menos comunes que antes, en algunos países se siguen empleando (p. ej., extracción con bueyes en Costa Rica, Malawi, y Tanzania; con elefantes en la India, Myanmar, Sri Lanka y Tailandia), y cubren una importante posición en aprovechamientos que son delicados desde el punto de vista ecológico. El arrastre por el suelo, que es el sistema de extracción que más comúnmente se emplea, puede provocar grandes perturbaciones así como la compactación del terreno si no están bien proyectados y ejecutados. Entre los últimos progresos figuran el empleo de maquinaria moderna con base en tierra, como arrastradores y tractores a presión, y puentes portátiles, así como mejoras en la planificación y diseño de arrastraderos para reducir al mínimo las perturbaciones del suelo.

En los últimos años ha aumentado rápidamente en los países industrializados el empleo de sistemas de corta y transporte, especialmente en el norte y centro de Europa, debido a sus ventajas económicas, ergonómicas y ecológicas sobre los aprovechamientos de tipo motorizado y manual (es decir, el aserrado y arrastre). Se prevé que su empleo continuará aumentando, pues se prestan para la madera de tamaño medio y pequeño, que llegará a ser un renglón proporcionalmente más importante en la producción forestal del futuro.

Los sistemas de aprovechamiento por medio de cable se emplean muy comúnmente en las regiones montañosas y en los países industrializados. Aunque no se utilizan mucho en los países en desarrollo, recientemente se ha tratado de introducirlos en los bosques tropicales. Pueden reducir considerablemente los daños medioambientales y ser un complemento ideal para una red viaria de baja densidad.

Se utilizan helicópteros en circunstancias especiales para los aprovechamientos forestales que, debido a las limitaciones medioambientales o a lo alejado de la zona, no cuentan con caminos forestales ni sendas de arrastre. También se han utilizado los helicópteros con eficacia en operaciones de salvamento después de tifones y huracanes. Se han ensayado algunos sistemas de globos y se sigue investigando sobre estos sistemas pero no han resultado todavía viables. Encierran, sin embargo, la posibilidad de ser muy favorables al medio ambiente y mucho más rentables que los helicópteros.

Caminos forestales

Se ha continuado mejorando los métodos de planificación, construcción y mantenimiento de los caminos forestales. Se ha visto que, planificando bien los caminos forestales y las sendas de arrastre, se puede reducir considerablemente la superficie alterada por las obras de construcción y conseguir también una reducción en los costos de extracción y transporte de la madera.

Las mejoras recientes que se han introducido en la tecnología de construcción de caminos forestales comprende el empleo de excavadoras, unas buenas obras de drenaje y métodos modernos de voladura en terrenos de colina y escarpados. Aunque existen los conocimientos técnicos necesarios para llevar a cabo una buena construcción de caminos forestales, debido a los costos que supone su ejecución, su adopción sigue siendo lenta, especialmente en muchos países en desarrollo.

La construcción de caminos forestales puede tener efectos ecológicos que van mucho más allá de los causados por las propias obras; en algunas zonas de los países en desarrollo, esas obras han sido precursoras de la deforestación. La apertura de caminos en áreas forestales alejadas, que son por lo demás poco accesibles, puede favorecer la colonización espontánea por agricultores con escasez de tierras y llevar a convertir los bosques en tierras agrícolas. Este fenómeno está bien documentado, especialmente en partes de la cuenca del Amazonas y de Oceanía. La afluencia de colonos a zonas antes aisladas puede tener también efectos socioeconómicos importantes, como los efectos negativos que tienen en los habitantes de los bosques, que en muchos sitios forman parte de poblaciones indígenas.

Innovaciones en la tecnología de elaboración y en el desarrollo de productos

La industria de productos forestales primarios constituye un sector dinámico que ha reaccionado ante toda una serie de situaciones nuevas que entrañan preocupaciones ecológicas, económicas y comerciales, innovaciones tecnológicas, así como la ubicación y las características cambiantes de sus materias primas. Este sector ha hecho grandes progresos en estos últimos años desarrollando técnicas de elaboración mucho menos perjudiciales para el medio ambiente, logrando tasas de recuperación más altas, mejorando la calidad de los productos y diversificando la utilización de las materias primas.

Los cambios en la calidad, cantidad y origen de las materias primas ejercen grandes impactos en la elaboración de productos forestales y su desarrollo. La industria se está adecuando a los cambios que se dan en el suministro de madera rolliza industrial (diferentes especies, menor tamaño de la madera, a menudo una peor calidad de la misma) y fuentes de suministro (ya proceden menos de bosques naturales y más de plantaciones, de arboledas y, en algunos países, de sistemas agroforestales). Las escaseces localizadas de madera constituyen también una fuerza motriz para una mayor eficacia en el empleo de materias primas. Se han hecho progresos tecnológicos en la fabricación de tableros de madera terciada y de partículas y de varios productos reconstituidos para aprovechar la madera pequeña. En la última década ha habido un aumento en el empleo de aserraderos móviles, lo que da más accesibilidad a la madera procedente de plantaciones, arboledas y sistemas agroforestales. La necesidad de aprovechar mejor la materia prima ha contribuido también al desarrollo de la producción de papel reciclado. Las innovaciones que ha habido en el suministro, las características y las fuentes de materias primas y en los propios productos transformados han creado nuevos mercados y determinado nuevas estrategias de comercialización.

La adopción de los avances principales en la elaboración y desarrollo de productos forestales que han hecho las industrias líderes de los países desarrollados ha contribuido a agrandar cada vez más el desnivel existente entre la industria moderna y la industria más atrasada dentro de los países, así como entre los países desarrollados y en desarrollo.

Fabricación de pasta y papel

Los cambios de la demanda comercial y las preocupaciones ecológicas han sido las fuerzas motrices para el desarrollo de nuevas tecnologías en la fabricación de pasta y papel. Esta, que es la mayor industria forestal, ha conseguido notables progresos para reducir los efectos medioambientales negativos de su transformación. Las tecnologías de la transformación de la madera en pasta y del blanqueo se han desarrollado con rapidez en estos últimos años y la recuperación del efluente del blanqueo, aunque no se ha conseguido todavía, es un objetivo que está al alcance. Las tecnologías modernas para el blanqueo de la pasta y el tratamiento de los efluentes han dado lugar a una reducción del volumen de éstos y de su toxicidad. El aumento del empleo de la tecnología de blanqueo exenta de cloro elemental y últimamente los procedimientos de blanqueo exentos totalmente de cloro en la fabricación de papel favorecen los esfuerzos por conseguir unas operaciones fabriles de ciclo cerrado en las que no se descarguen en el medio ambiente contaminantes tóxicos. Para finales de 1996, se prevé que la producción exenta de cloro elemental represente casi el 50 por ciento del mercado mundial de pasta química blanqueada. Otro beneficio de este procedimiento para el medio ambiente es que, al producirse más pasta por unidad de materia prima, se ha reducido en algunos países la presión sobre los recursos forestales, al menos transitoriamente.

Recuadro 5 Avances en la eficiencia y diversificación de las materias primas

Tanto en América del Norte como en Europa, que son las dos regiones predominantes en madera rolliza industrial, un porcentaje creciente de materias primas tanto para los productos de tableros como para la pasta proviene de residuos más bien que de rollizas vírgenes, virutas o astillas. Un empleo más completo de la madera en rollo rinde más producción por menos insumos, reduciendo de esa forma la demanda de materia prima forestal. Según el reciente Estudio sobre Tendencias de la Madera en América del Norte4, en Canadá el volumen de rolliza que hace falta para producir un metro cúbico de madera aserrada o terciada bajó de una media de 2, 67 m3 en 1970 a 2, 14 m3 en 1984 y a sólo 1, 98 m3 en la actualidad. En dicho estudio se señala que ya en 1993 en Canadá el consumo de residuos de madera superaba al consumo de madera rolliza en la fabricación de pasta. La reducción del empleo de materias primas forestales en todas las regiones está también influido por las presiones ecológicas que están obligando a utilizar una proporción cada vez mayor de fibra para la fabricación de papel, que habrá de proceder del reciclaje de papel recuperado (es decir, de desechos).

Una mayor adopción del reciclaje de fibras, que reduce la necesidad de madera para pasta, se refleja en el conjunto de suministros de fibra para la fabricación de pasta y cartón. La pasta de madera (es decir, la fibra hecha de trozas o astillas de madera para pasta) solía constituir más de tres cuartas de la materia prima en 1970 pero para 1994 sólo suponía el 56 por ciento, aunque en términos absolutos la cantidad había aumentado en más de la mitad. El insumo de papel recuperado (es decir, el papel usado y recogido como residuo para el reciclaje) se ha triplicado abundantemente llegando a casi 100 millones de t para 1994. En el Informe del citado Estudio se dan los siguientes índices de reciclaje: Japón (cerca del 50 por ciento); Comunidad Económica Europea (51 por ciento);

Estados Unidos (33 por ciento, con un alza respecto del 25 por ciento en 1988). Los altos índices de reciclaje están reduciendo aún más la demanda de fibra virgen procedente de madera o de astillas.

En Asia, la escasez de fibra de madera en algunos países clave explica, según se afirma, el intenso empleo que se hace de la fibra no maderera, sobre todo de la pasta hecha de paja y bambú. En 1970 se consumieron unos 6 millones de t, lo que representa un 4 por ciento de la materia prima total mundial; para 1994 ha aumentado a 21 millones de t, es decir, un 8 por ciento de un volumen mayor de material.

Estas tendencias están haciendo que la industria de fabricación de papel dependa menos de los bosques. Han reducido la demanda de madera de pequeña dimensiones (tales como el producto de los aclareos), y en algunas regiones pueden estar empeorando los problemas de ordenación forestal al reducir los ingresos de esos aclareos o cortas intermedias, que a menudo son ya poco rentables.

A esto han ido muy unidos los esfuerzos por ampliar la vida útil de los materiales a base de madera. Se están implantando cada vez más reglamentaciones en que se especifica el tipo de material del que pueden hacerse los embalajes, los objetivos de reutilización y reciclaje, y los sistemas de recuperación o retorno que han de aplicarse. Las autoridades nacionales, regionales y municipales han introducido leyes relativas a la recuperación y reciclaje de desechos de embalaje en muchos países de Europa occidental como Alemania, Austria, Bélgica, Francia y el Reino Unido, al paso que la Comisión Europea se ocupa de armonizar las legislaciones nacionales dentro de la Unión Europea.

Japón fomenta el reciclaje de los residuos de las cortas y extracciones y de los residuos de casas derruidas, materiales que de lo contrario no se utilizarían. En Japón se hacen esfuerzos también por aumentar el número de veces que se emplean las hojas de la madera terciaria para el hormigón antes de desecharlas, y el material de hormigón utilizado se emplea para fabricar tableros de partículas.

Se han producido otros cambios en respuesta a los desplazamientos de la oferta de materia prima, que comprenden tanto la disponibilidad de nuevos suministros como la reducción de los suministros tradicionales. El desarrollo de nuevas tecnologías para convertir en pasta maderas duras tropicales combinadas ofrece nuevas oportunidades. Una reducción de los suministros y el aumento de los costos de las materias primas para la producción de papel y los problemas que lleva consigo la eliminación de los residuos sólidos han estimulado y mantenido un aumento a nivel mundial en el empleo de papel recuperado para la producción de papel reciclado (véase Recuadro 5).

Tableros de madera

El incremento de la producción de tableros durante estos últimos años se ha debido fundamentalmente al desarrollo de productos y a una buena estrategia comercial. Las tecnologías perfeccionadas que se emplean en la fabricación de tableros de fibras orientadas y de tableros de fibras de densidad media han impulsado la productividad y estimulado la instalación de nuevas fábricas. La capacidad mundial de los tableros de densidad media ha aumentado de 4 millones de m3 en 1986 a más de 14 millones en 1995. Los tableros de fibras orientadas, que tradicionalmente era un producto norteamericano, han tenido un enorme crecimiento en la última década. En 1991 había 12 fábricas que producían en total 710 000 m3 en los Estados Unidos y Canadá, pero para 1994 su número había aumentado a 45 y la producción total había saltado a 9, 6 millones de m3. El tablero de fibras orientadas ha comenzado recientemente a producirse en Europa, donde está registrando rápidos incrementos de volumen, y podría también pronto producirse en Asia. Algunos de estos avances han tenido lugar como consecuencia de una disminución de la calidad de la materia prima, especialmente de la utilizada para la producción de madera contrachapada, que en algunos casos da lugar realmente a una mejora de la calidad del tablero. Por ejemplo, las mejoras introducidas en el equipo de forjamiento de partículas ha aumentado la tenacidad de dichos tableros, haciéndolos incluso más competitivos respecto de los contrachapados.

La industria de tableros de partículas y de tableros de densidad media ha pasado por varias innovaciones técnicas y tecnológicas en la fabricación del producto. La más destacada se inició hace más de una década con la introducción del proceso de prensado continuo, sustituyendo al sistema de tradicional de prensado de platinas flotantes. Esta nueva técnica ha reducido considerablemente el tiempo de fabricación. En los países industrializados se han establecido varias fábricas de gran capacidad de producción, lo que ha llevado al cierre de muchas fábricas de tableros de partículas de tamaño medio a pequeño. En los países menos industrializados, el prensado continuo se ha convertido pronto en la norma de las nuevas fábricas, lo que ha contribuido a estimular el rápido crecimiento del sector industrial, especialmente en los países de Asia sudoriental. No es ese todavía el caso por lo que se refiere a la producción de tableros de fibras orientadas, que, debido a algunas limitaciones de orden tecnológico, todavía se sigue produciendo normalmente en sistemas de prensado de platinas flotantes.

La industria de tableros ha respondido tanto a la demanda de productos de mayor calidad como a la presión medioambiental. Por ejemplo, la industria ha podido reducir las emisiones que se han creado durante el proceso de secado instalando equipos de filtración secundaria en los secadores. Otra mejora es la del empleo de productos químicos aglutinantes favorables al medio ambiente, que han reducido las emisiones y al propio tiempo han mejorado la calidad del producto.

La industria de madera terciada, aunque es el mayor sector de tableros de madera del mundo, ha sido la menos dinámica. La industria de la madera contrachapada ha tenido hasta ahora unas exigencias rigurosas sobre la calidad y el tamaño de la materia prima que acepta, pero la escasez en el suministro de madera la ha obligado también a aceptar trozas de menor calidad y tamaño. Estos cambios han ido acompañados satisfactoriamente de mejoras técnicas en las distintas fases de fabricación. Por ejemplo, el llamado Cargador XY, que es un equipo electrónico muy sofisticado que se emplea en el descortezamiento para centrar con precisión las trozas de pequeño diámetro, se ha introducido con éxito en las grandes fábricas, contribuyendo a un mayor volumen de producción de chapas y a un aumento notable en el índice de recuperación.

Otro ejemplo es la gama de recortadores giratorios de control electrónico que se instalan inmediatamente después del torno mecánico, que se desarrollaron para eliminar los defectos en la madera y acelerar su elaboración. Los primeros recortadores de este tipo comenzaron a funcionar a mediados de los años ochenta. Hoy día constituyen las piezas clave del equipo, especialmente para la fabricación de tableros contrachapados a partir de madera de coníferas.

Madera aserrada

La industria del aserrío es el sector de elaboración de la madera más antiguo del mundo. Está muy diversificada, pues va desde las fábricas que funcionan con herramientas relativamente sencillas y personal no cualificado, a las fábricas de transformación que emplean un equipo muy sofisticado. Los avances técnicos en las máquinas de aserrar madera dura en los últimos años se han limitado principalmente a nuevos aparatos electrónicos, como los utilizados para determinar el tamaño, la cantidad y la calidad en las diferentes fases de elaboración, y las máquinas automáticas para clasificar su resistencia.

El aserrado de coníferas experimentó una expansión hace casi dos décadas con la introducción de "recortadores" como la principal unidad del equipo. Hoy día, esta tecnología se emplea en la mayoría de los países que cuentan con grandes recursos de maderas blandas y altos volúmenes de transformación. Prosigue la tendencia a integrar las líneas de productos en una operación de aserrado y en la diversificación de los productos, a raíz del ejemplo dado por las fábricas de los países escandinavos.

El aserrado en pequeña escala es un elemento cada vez más importante en el desarrollo industrial de los productos forestales. El aumento del empleo de aserraderos móviles, especialmente para operaciones en zonas remotas, se ha hecho realidad en esta última década. Las operaciones de tipo móvil juegan un papel importante en la utilización de madera procedente de plantaciones y de árboles que crecen fuera de las tierras forestales, como son los de pequeñas arboledas de comunidades y privadas o de sistemas agroforestales.

Conclusión

El sector industrial de productos forestales sigue adaptándose en la mayoría de los países a las tendencias corrientes y anticipándose a la evolución futura. Los avances recientes para conseguir mayores índices de recuperación ha dado lugar en muchos casos a una gran reducción de la cantidad de madera extraída de los bosques. El aumento del consumo de productos forestales, la demanda de los de mayor calidad, las variaciones en la disponibilidad de materias primas y la presión pública por los aspectos ecológicos de la ordenación, producción y elaboración forestales seguirán siendo elementos importantes que influyen en la tecnología y en el desarrollo de productos.

Nuevas necesidades y criterios de comercialización

Las tendencias principales en la oferta y en la demanda de productos forestales están teniendo un importante efecto en la comercialización y estructura del mercado, tanto a nivel de empresa industrial como de comunidad. Los países industrializados y en desarrollo y los países en transición afrontan diferentes desafíos en relación con la comercialización de los productos forestales. Los países industrializados responden a la aparición de una serie de nuevos productos (incluidos los que llenan un pequeño hueco comercial para productos procedentes de bosques de ordenación sostenida y productos forestales "naturales" no leñosos para fines especiales), a nuevas tecnologías de transformación y a un número creciente de productos hechos con residuos, materiales reciclados y madera de plantaciones. La disponibilidad cada vez menor de maderas duras tropicales de calidad bien conocida se está orientando hacia usos finales de alto valor. Para comercializar estos productos hace falta una información y una capacidad especializadas para poder competir con otros materiales.

Los avances logrados en los países en desarrollo obedecen a cambios más fundamentales, tanto dentro del sector forestal como fuera de él, sobre todo: prohibición de exportaciones de trozas y un desplazamiento rápido hacia la fabricación de productos de valor añadido cada vez en más países tropicales y no tropicales; una reducción de la disponibilidad de madera industrial procedente de bosques vírgenes con una mayor oferta de madera procedente de plantaciones, arboledas y sistemas agroforestales; y una tasa rápida de urbanización en muchos países, que está modificando muy fuertemente la demanda de productos forestales y las formas en que se suministra el producto al cliente.

Los países en transición tienen que hacer frente a un entorno comercial radicalmente diferente respecto del pasado. Los mercados cautivos internos están siendo sustituidos por mercados internos y de exportación muy competitivos. Las asociaciones paraestatales, que eran antes las responsables de comercializar los productos en los países de planificación centralizada, han sido sustituidas por industrias privatizadas y organizaciones comerciales nuevas.

Todos estos cambios han centrado más la atención en las cuestiones de comercialización, y se están adoptando varias medidas en muchas partes del mundo para que la comercialización pueda funcionar más eficazmente; son las siguientes:

· se han reforzado o creado nuevos sistemas de información comercial (p. ej., el SIMSTRAT de la Fundación Chile);

· se inician o intensifican en muchas universidades y escuelas de capacitación de todo el mundo los programas de enseñanza y capacitación sobre comercialización de productos forestales (p. ej., Facultad de Montes de la Universidad de Filipinas en Los Baños);

· para facilitar el intercambio de información se han organizado varios talleres internacionales y regionales sobre comercialización (p. ej., comercialización de madera aserrada en países en transición).

Al haber cobrado mayor importancia la silvicultura comunitaria así como los sistemas agroforestales y de producción local para productos forestales no madereros, se ha prestado mayor atención a la comercialización como elemento indispensable de esas actividades. La aparición de estas nuevas fuentes de madera y otros productos derivados de los bosques está dando lugar a la creación de nuevas estructuras de comercialización de base local. Esta tendencia se refleja también en que se está prestando mayor atención a la comercialización de los programas de enseñanza y capacitación en silvicultura comunitaria y agrosilvicultura (p. ej., RECOFTC en la Universidad de Kasetsart, Tailandia) y en los esfuerzos por crear capacidades locales de comercialización.

Tendencias y situación de los productos y servicios forestales


Los bosques en la economía
Contribución de los bosques a la estabilidad medioambiental
Tendencias mundiales del consumo y producción de productos forestales en 1970-1994
Comercio internacional de productos forestales


Los bosques en la economía

Los bosques proporcionan toda una serie de beneficios materiales e intangibles; todos ellos tienen un valor, aunque sólo algunos se expresan actualmente en términos monetarios. Entre los beneficios, que son difíciles de cuantificar, figuran los bienes que pasan por el sector informal, los artículos no comercializados y los servicios. Además, hay valores culturales o espirituales que van muchas veces unidos a los bosques. Para algunos de esos beneficios se están desarrollando métodos para estimar su aportación económica o sus respectivos valores.

Areas de aportación

Hay grandes industrias y pequeñas empresas que en base a los productos forestales son la fuente de ingresos considerables y de numerosos puestos de trabajo. Aunque menos reconocidos, son también importantes el empleo y los ingresos relacionados con la ordenación de los bosques naturales o plantados. Las exportaciones de productos forestales primarios y cada vez de mayor valor añadido (tanto madereros como de otro tipo) generan notables divisas para algunos países. En muchos países es importante el turismo basado en los recursos silvestres o en lugares paisajísticos; por ejemplo, en Africa: Kenya, Zimbabwe, Botswana y Namibia.

Además, los productos forestales pueden servir de insumos decisivos para grandes industrias de otros sectores (como el carbón en la industria siderúrgica brasileña; la leña para los sectores del té, la cerámica, la cal y el tabaco de muchos países tropicales; los postes y traviesas para la minería y el embalaje para los artículos manufacturados.

Los productos forestales que se producen o recogen para uso familiar o la venta pueden ser muy importantes para la economía familiar. A nivel de comunidad local, la importancia económica de los productos forestales es muy apreciada cuando son escasos y la población pobre tiene que hacer frente a precios altos. Por ejemplo, en algunas zonas urbanas de los países en desarrollo, las familias pueden gastar una proporción notable de sus ingresos en leña y carbón. El empleo forestal, la recogida de productos forestales y su venta y las pequeñas empresas de tipo forestal proporcionan importantes ingresos para cubrir las necesidades familiares y para inversiones rurales.

Los bosques suelen ofrecer oportunidades en zonas rurales donde tal vez pueda disponerse de pocas otras oportunidades. Al ofrecer casi un singular polo de desarrollo en esas zonas, su importancia puede resultar aún mayor que el valor financiero que pueda tener su producción. Las empresas forestales generan también oportunidades mucho más allá de su entorno debido a sus efectos multiplicadores, que derivan de sus conexiones en sentido ascendente y descendente.

Estimaciones indicativas de su contribución a los ingresos y al comercio internacional

No se dispone de buenas estimaciones a nivel mundial sobre la aportación económica de la silvicultura, aunque su contribución al producto interno bruto (PIB) de un país y al comercio internacional sirve de indicación parcial. A nivel mundial se estima que la silvicultura contribuye a un 2 por ciento del PIB mundial y a un 3 por ciento del comercio internacional de mercancías1 (véase Cuadro 1).

1 El componente "industria" comprende sólo productos elaborados; el componente "silvicultura" comprende madera rolliza en representación de todos los recursos. Las cifras se obtienen multiplicando la producción por un valor unitario f de las exportaciones. Son cifras indicativas únicamente; por otro lado, son cifras prudentes ya que no incluyen los valores no madereros aunque, de otra parte, los productos elaborados emplean insumos de madera en rollo que se valoran por separado.

En el Cuadro 1 se observan diferencias notables entre regiones y países respecto de la importancia respectiva de la silvicultura para sus economías. Destaca el hecho de que la silvicultura parece tener una aportación relativamente elevada al PIB de muchos países donde la industria forestal no es especialmente fuerte, sobre todo en países en desarrollo con escasez de recursos. Esto puede responder en parte al bajo nivel de desarrollo del resto de su economía, o al hecho de que ésta está monetizada sólo medianamente o el país escasea de otros productos de exportación.

A medida que crecen las economías, el valor añadido y el comercio suelen crecer más rápido en los sectores secundario y terciario, donde la productividad es mayor que en un sector primario como la silvicultura. De ahí que en los países desarrollados el porcentaje del sector se reduzca pronto aún cuando se trate de un sector que destaque internacionalmente, como en Canadá o Finlandia. En los países del Tercer Mundo en rápido desarrollo se presentará una situación análoga.

Cuadro 1 Países donde el porcentaje de la silvicultura en el PIB y en el comercio internacional de mercancías es un 10 por ciento o más2

países donde el porcentaje de la silvicultura en el PIB es un 10 por ciento o más

país

% del PIB

% del comercio

Uganda

23

0

Bhután

22

11

Zaire

21

3

Swazilandia

20

13

Kenya

19

0

Zambia

17

0

Nigeria

16

0

Islas Salomón

16

42

Burundi

15

-

Chad

15

-

Laos

15

21

Malawi

15

0

Sierra Leona

14

0

Madagascar

13

1

Rwanda

13

-

Sudán

13

-

República Centroafricana

12

20

Gambia

12

-

Ghana

11

9

Benín

11

0

Burkina Faso

11

0

Papua Neuva Guinea

11

7

Indonesia

10

12

Malasia

10

9

Africa

6

2

América del Sur

3

3

Asia

2

2

América del Norte/central

2

5

Europa

1

3

Oceanía

2

3

Antigua URSS

2

4

Países en desarrollo

4

2

Países desarrollados

1

4

Total mundial

2

3

Países donde el porcentaje de la silvicultura en el comercio es un 10 por ciento o más

país

% del comercio

% del PIB

Camboya

43

-

Islas Salomón

42

16

Guinea Ecuatorial

42

4

Finlandia

36

7

Myanmar

35

8

Liberia

31

-

Laos

21

15

República Centroafricana

20

12

Suecia

18

4

Congo

16

7

Camerún

15

6

Canadá

13

5

Swazilandia

13

20

Fiji

13

3

Gabon

12

6

Indonesia

12

10

Bhután

11

22

Côte d'Ivoire

10

9

Nueva Zelandia

10

5

2 Situación de los bosques del mundo. FAO, Roma 1995.

El Cuadro 1 muestra que, en cuanto a porcentaje del PIB total a nivel regional los bosques parecen ser importantísimos en Africa (6 por ciento), seguida por América del Sur. La media mundial es del 2 por ciento del PIB, pero en Europa y en los países desarrollados es sólo de 1 por ciento. El sector forestal contribuye a más del 10 por ciento del PIB en 18 países africanos, cuatro países asiáticos y dos en Oceanía, pero es menos importante en otras regiones. Aunque los países desarrollados producen más del 80 por ciento de toda la producción forestal industrial del mundo, la aportación media al PIB de esos países es sólo del 1 por ciento, frente al 4 por ciento para los países en desarrollo.

La aportación de los bosques al PIB no es necesariamente máxima en aquellos países que suelen considerarse como "países forestales" en el sentido de que poseen una silvicultura industrial. Por ejemplo, en Africa la aportación de las actividades forestales al PIB parece ser bastante limitada en los países con gran intensidad forestal como Camerún y Congo, mientras que es más importante en Uganda y Kenya, donde los recursos forestales son más limitados. En muchos países en desarrollo, pueden dominar las aportaciones menos comercializadas de los bosques a la economía; la leña, por ejemplo, puede ser económicamente más importante que la madera industrial.

La aportación de los productos forestales al comercio mundial de mercancías es máxima en América del Norte y Central (5 por ciento), seguida por la antigua URSS (4 por ciento), correspondiendo a América del Sur, Europa y Oceanía un 3 por ciento a cada región. En Africa y Asia, la proporción forestal del comercio es del 2 por ciento. Estos promedios no dejan traslucir la importancia del comercio de productos forestales (como en el PIE) en las economías menores. En Africa, el comercio de productos forestales constituye más del 10 por ciento del valor del comercio total en ocho países. El porcentaje de los productos forestales en el comercio total supera el 10 por ciento en cinco países asiáticos, de los cuales cuatro tienen economías menos desarrolladas), y sólo en tres países de América del Norte y Europa (Finlandia, Suecia y Canadá).

Mejora de la valoración de los bosques y de su integración en las cuentas nacionales

Las estimaciones anteriores del peso de la silvicultura en el PIB se han centrado en los productos madereros solamente, con olvido de muchas otras aportaciones forestales. La exclusión de funciones valiosas pero no comercializadas e intangibles da lugar a una subestimación de la aportación del sector forestal a las economías nacionales.

La necesidad de sensibilizar más a la gente sobre el valor de los bosques y de mejorar las metodologías que incorporan valores sociales, económicos y ecológicos, de los árboles, los bosques y las tierras forestales dentro de los sistemas nacionales de contabilidad económica ha sido objeto de relieve en la CNUMAD y en muchos otros foros. Se trabaja en mejorar las metodologías para la valoración de los bosques (véase Recuadro 1).

Mejora del perfil forestal en las cuentas nacionales

Una mejor valoración, una vez que se refleje oportunamente en las cuentas nacionales de un país, serviría de base para un mejor reconocimiento de la aportación de la silvicultura. En un documento sobre cuentas económicas para la agricultura la FAO se refiere a la diversidad de bienes y servicios de los bosques y también de los grupos de interés que quieren tener acceso a los mismos3. Se recalca allí la necesidad de tomar decisiones efectivas en situaciones de conflicto real o virtual y se subraya la importancia de proporcionar a los que marcan la política "información que les dé una visión completa de los beneficios netos que se obtienen de los bosques..." o sea, los productos tanto madereros como no madereros; servicios o funciones y beneficios derivados de aspectos de comercialización o no. En dicha publicación se destaca la necesidad de asegurar que la producción procedente de industrias forestales y de artesanía, por descuido, no vaya a dejarse fuera de las cuentas nacionales al caer entre los sectores forestal, agrícola e industrial y poder quedar, por lo tanto, olvidada por todos ellos.

3 FAO. 1996. A System of economic accounts for food and agriculture. Serie de desarrollo estadístico FAO n° 8, FAO, Roma.

Ante la importancia de contar con una valoración más cabal, algunos países tratan de mejorar la calidad de las estimaciones forestales en sus cuentas nacionales, a pesar de las deficiencias de las metodologías de valoración aún no resueltas. Se han hecho grandes avances en países desarrollados como Canadá y Finlandia, y en los países en desarrollo como Costa Rica, Indonesia y Filipinas. Hay muchas propuestas para la contabilidad de recursos, que se centran en captar los valores ecológicos o de sostenibilidad. A nivel internacional, en 1993 el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo elaboró para la OIMT una serie de directrices y también se han ocupado de ello otras varias ONG.

Se han seguido dos criterios, ambos potencialmente útiles: mejorar las estimaciones de la aportación de la silvicultura en las cuentas nacionales básicas de los países dentro del Sistema de Cuentas Naciones (SCN) o elaborar cuentas a base de imágenes de satélites para la silvicultura que puedan, con mayor detalle, proporcionar un tipo de versión "verde" de la aportación del sector forestal. Estas "cuentas verdes" basadas en imágenes de satélites pueden reflejar valores ecológicos mejor que los SCN básicos modificados, por lo que es más probable que apaguen las preocupaciones ecológicas que a menudo motivan el clamor por unas cuentas forestales mejores.

Una preocupación que es objeto de atención en las cuentas mejoradas es la de la depreciación del capital de la base de recursos forestales a causa de la deforestación y la degradación. Un criterio propuesto por el Banco Mundial presta gran atención a la sostenibilidad, contabilizando el capital natural e incluyendo el agotamiento de los recursos4. Al impacto ecológico se le atribuye un valor monetario. Los resultados de aplicar esta metodología equivaldrían a revisar completamente los niveles de riqueza estimados y el orden de clasificación de algunos países.

4 Serageldin. 1995. Sustainability and the wealth of nations: first step in an ongoing journey. Tercera Conferencia Anual del Banco Mundial sobre desarrollo ecológicamente sostenible. Borrador preliminar. 30 de septiembre 1995

Recuadro 1 Valoración de los bosques

Actualmente hay una gran actividad en desarrollar metodologías de valoración y comprobarlas; varios países han tomado medidas para mejorar sus métodos de valoración de los bosques. Ese desarrollo metodológico se ha centrado en mejorar la valoración de los beneficios no comercializados y menos tangibles que normalmente no se recogen en las cuentas nacionales. La base teórica está ya convenida y la clasificación de valores se acepta generalmente como directa o indirecta, de empleo o no empleo, o susceptible de captación o intangible en todo momento.

La meta que se persigue es desarrollar métodos que sean objetivos de suerte que puedan cuantificarse y compararse los valores dentro de un mismo país y entre países. La situación actual ha sido recientemente objeto de un análisis exhaustivo5, cuyas características principales son las siguientes:

· Existen estudios y metodologías de valoración pero muchos de ellos son teóricos y todavía no se aplican comúnmente a la planificación general;

· Aunque existen los métodos básicos de valoración, entre las dificultades encontradas está la incapacidad de tener en cuenta:

a) la probabilidad de lograr un beneficio dado (lo que es sobre todo importante cuando se trata de valores de cosas como plantas medicinales y recursos biológicos cuyo descubrimiento puede entrañar un grado elevado de probabilidad), y

b) el costo de asegurar el valor forestal; en muchos estudios sobre valoración parece presumirse que el valor total es también el valor neto, es decir: ignoran los costos de desarrollo con el resultado de que las estimaciones son exageradas.

· Falta o es floja la información básica sobre producción, es decir: potenciales funcionales (p. ej., rendimientos de determinados bienes o servicios en relación con determinadas intervenciones en materia de ordenación). Los intentos de valoración realizados con distintos coeficientes pueden determinar, por lo tanto, resultados muy discrepantes para una situación dada.

· Los estudios más destacados han sido hechos por organismos de financiación y han exigido tiempo, conocimientos y medios que están fuera del alcance de muchos de los que necesitan esa información, especialmente en los países en desarrollo. Hacen falta técnicas de evaluación rápida.

· La utilidad de los resultados de la valoración puede depender de quien asigne los valores y de quien utilice los resultados. Los valores asignados a funciones como la retención del carbono eclipsan muchas veces los valores de funciones forestales productivas como la producción de madera. Se reclaman valores elevados para los bosques pero a éstos no corresponden unos rendimientos tangibles que puedan utilizar los políticos para ayudar a conseguir el apoyo que necesita la silvicultura. Valores elevados de funciones como la retención del carbono significan relativamente poco para los que a menudo son los que toman de tacto las decisiones sobre cómo emplear las tierras y recursos forestales, es decir, los habitantes de los bosques o la población local que a menudo tienen necesidades apremiantes de supervivencia por lo que se refiere a las tierras agrícolas o a los productos forestales que han de emplear o vender. A estos grupos raramente se les da la oportunidad de expresar sus puntos de vista sobre los valores que habría que dar a las varias funciones forestales.

· Para la valoración de los bosques tropicales, los puntos de vista de los grupos de presión en los países industriales o en los centros urbanos dentro de los respectivos países se tienen más en cuenta que las opiniones locales; las opiniones de los funcionarios y científicos dentro de los países se están utilizando como representativas de las preferencias generales de la sociedad.

· En la actualidad existe una información insuficiente para poder afirmar que el bosque recibe un apoyo político más fuerte en los países donde se ha llevado a cabo una valoración forestal más cabal.

5 S. Kengen. Forestry valuation - purpose, context and process (título provisional), Becas de Investigación André Mayer, Proyecto de informe. FAO, Roma 1996.

Hay virtualmente grandes ventajas en adoptar enfoques que sean también aplicables a otros recursos naturales. Por ejemplo, a los recursos naturales de base fósil se les atribuyen grandes aportaciones a las economías naciones, pero se ignora a menudo que el producto representa un capital insustituible. La contabilidad como disciplina se basa en seguir la tradición y en que es algo previsible. Es importante que los métodos nacionales de contabilidad adoptados para la silvicultura y todos los sectores sean resultado de un análisis profesional neutral y de amplia consulta; no deben ser contemplados como meramente un instrumento para apoyo y defensa por determinados grupos de interés.

Contribución de los bosques a la estabilidad medioambiental

Los servicios medioambientales que proporcionan los bosques, aunque raras veces se valoran de lleno y se recogen de forma adecuada en las decisiones de planificación y ordenación forestales, son no obstante objeto de una importancia cada vez mayor en los debates nacionales y mundiales sobre una silvicultura sostenible. Estos servicios medioambientales comprenden la protección de los recursos de suelos y aguas; la conservación de la diversidad biológica; el apoyo a la productividad y sostenibilidad agrícolas; la retención del carbono y el alivio del calentamiento de la Tierra; la lucha contra la desertificación y la degradación de los recursos en las zonas áridas y semiáridas; el proporcionar sombra, esparcimiento y recreo; la protección de las áreas costeras y de las pesquerías del litoral. En el Programa 21 de la CNUMAD se pone de relieve la importancia de muchos de estos servicios y lo propio se hace en las convenciones internacionales sobre la diversidad biológica, la lucha contra la desertificación y los cambio climáticos (véase "El diálogo y las iniciativas internacionales de importancia para los bosques", en la Parte 2). A continuación se analizan algunas novedades relativas a los servicios ecológicos que prestan los bosques.

Protección ecológica de ecosistemas frágiles: zonas de tierras secas y de tierras altas

Lucha contra la desertificación

Las tierras secas, definidas como zonas áridas, semiáridas y áridas subhúmedas, están entre los ecosistemas más frágiles del mundo, condición que se agrava todavía más por las sequías periódicas y los riesgos de desertificación. Las tierras secas abarcan un 30 por ciento de la superficie terrestre del globo y están habitadas por unos 900 millones de personas, gran parte de las cuales son de las más pobres del mundo. Con el transcurso del tiempo, la gente que vive en las zonas secas han desarrollado sistemas de producción complejos para minimizar los riesgos que crean estas condiciones climáticas extremas. Se trata de sistemas de cultivo mixto, sistemas agroforestales y la ganadería nómada y trashumante.

Sin embargo, son varias las fuerzas que contribuyen a la degradación de recursos en estas zonas, entre ellas la creciente densidad demográfica, las presiones económicas, las tendencias climáticas, las variaciones en las prácticas de ordenación de los recursos y los regímenes de tenencia de tierras y recursos. Se estima en un 70 por ciento de las tierras secas del mundo las que sufren desertificación, que la Convención Internacional de Lucha contra la Desertificación (véase página 104) define como "degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y secas subhúmedas que proviene de varios factores, incluidas las variaciones climáticas y las actividades humanas".

La deforestación (sobre todo para destinar los bosques a usos agrícolas) y la explotación por exceso de los bosques y tierras arboladas (con la recogida de leña y el pastoreo excesivo) constituyen causas importantes de degradación del suelo en zonas de tierras secas de Asia, América Latina y el Caribe, Oceanía y Africa. De los datos sobre la Evaluación de los recursos forestales de la FAO de 1980-1990 se desprende que la tasa de deforestación en las zonas tropicales secas y muy secas es alto (0, 9 por ciento anual). Los programas para combatir la desertificación se centran en la mejora de la ordenación y protección de los recursos actuales forestales y terrenos boscosos, de una mayor cubierta vegetativa fuera de los bosques (p. ej., a través de la agrosilvicultura, del mantenimiento de árboles y arbustos en cuencas críticas y áreas degradadas), y en la mejora y fomento de los pastizales. Los programas de acción que se proponen en virtud de la Convención de Lucha contra la Desertificación complementarán, según es de prever, la labor que se ha desarrollado a través de iniciativas regionales, órganos regionales (p. ej., el Comité Interestatal Permanente de Lucha contra la Sequía en el Sahel - CILLS) y programas internacionales (p. ej., la Oficina de las Naciones Unidas para la Región Sudano-saheliana).

Ordenación de cuencas y bosques de montaña

Los bosques y demás cubierta vegetativa leñosa en las tierras de montaña y en los terrenos escarpados cumplen importantes funciones medioambientales como las de estabilizar las tierras, combatir la erosión y regular las corrientes de agua. El mantenimiento de una cubierta forestal suficiente a través de una ordenación de la vegetación y la repoblación forestal se ha venido considerando desde hace mucho tiempo un objetivo primordial de los programas de ordenación de cuencas. También es cuestión de interés mundial el asegurar que se adopten medidas de conservación de los suelos en aquellos casos en que resulte perturbada la vegetación de las laderas, por ejemplo por actividades forestales y agrícolas. Se trata de algo especialmente esencial en muchos países en desarrollo, donde las presiones demográficas y la falta de tierras alternativas determinan la expansión de la agricultura hacia terrenos más escarpados y más marginales por obra de agricultores pobres. Según los datos sobre evaluación de los recursos forestales compilados por la FAO para la década de los años ochenta, los bosques de colinas y de montañas sufrían la tasa más alta de deforestación de las zonas tropicales (1, 1 por ciento anual). Aunque no todos esos efectos se deben al aclareo y desmonte para la agricultura, ésta es su causa principal.

En los dos últimos años, el Capítulo 13 del Programa 21 de la CNUMAD, "Ordenación de ecosistemas frágiles: desarrollo sostenible de las zonas de montaña" ha servido para poner de relieve la importancia de las áreas montañosas y del papel ecológico y económico que juegan los bosques en ellas. Entre los problemas existentes figuran la expansión de la agricultura en dichas tierras y los problemas conexos de la erosión de los suelos y de las alteraciones hidrológicas (problema de enorme trascendencia en los países en desarrollo), el carácter económicamente deprimido de esas zonas (problema universal), y los cambios sociales y de empleo de la tierra debidos a una migración neta de la gente de esas zonas (problema principalmente de los países desarrollados).

Los objetivos de un desarrollo sostenible de tierras de montaña son dobles: mejorar la base natural de recursos y la calidad de vida de las poblaciones de tierras altas y proteger los intereses vitales aguas abajo. En los programas de ordenación de cuencas ha habido hasta ahora una fuerte tendencia a centrar la atención en estos intereses y en soluciones técnicas, siendo menor el interés por las necesidades inmediatas de las poblaciones locales o de las formas en que pudieran verse involucradas. El criterio actual es el de llegar a un equilibrio entre esos dos objetivos, criterio que ha surgido del convencimiento de que toda solución a largo plazo de la ordenación de cuencas ha de tener en cuenta las necesidades de desarrollo y al propio tiempo el cometido que corresponde a la población local en esa ordenación. Por lo que se refiere a la ordenación forestal y a la protección de las cuencas de montaña, esto ha significado una mayor participación de las poblaciones locales en la planificación y aplicación de estrategias y programas de ordenación, lo que ha conllevado a menudo beneficios más directos para las poblaciones de esas tierras altas.

En dicho Capítulo 13 se ha venido señalando a la atención de políticos y planificadores, tanto a nivel global como nacional, estas cuestiones durante los últimos años. Se insiste en la necesidad de adoptar un enfoque integrado y participativo en materia de conservación de cuencas y desarrollo de tierras altas. Como parte del proceso de aplicación de la CNUMAD, se han celebrado consultas intergubernamentales regionales y de las ONG que comenzaron a finales de 1994 en Asia, América Latina, Africa y Europa, con el fin de centrar la atención en los intereses especiales de las áreas de montaña, en particular la función importante de los bosques de montaña, y para definir los tipos de acción necesarios y adecuados a cada región.

Aunque las tendencias para establecer un equilibrio entre la conservación de los recursos y el desarrollo socioeconómico y adoptar enfoques de carácter más participativo respecto del desarrollo de las tierras de montaña están a menudo asociadas a los países en desarrollo, también se reclaman unos enfoques análogos en algunos países desarrollados. Por ejemplo, en septiembre de 1996 se celebró en Francia un seminario para lanzar la iniciativa de montar un Observatorio europeo de bosques de montaña, con el propósito de favorecer la ordenación sostenible de recursos y el desarrollo socioeconómico en las regiones montañosas de Europa. Este esfuerzo está encabezado por la Federación Europea de Entidades Forestales Locales, que comprende entre sus miembros a los municipios forestales y organismos locales de Europa.

Los bosques y los cambios climáticos mundiales

Desde que hace algunos años se detectó el calentamiento de la temperatura superficial de la Tierra se ha asistido a un apasionado debate sobre la influencia que tienen las actividades humanas en el clima mundial. Sin embargo, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambios Climáticos (IPCC), con autoridad en la materia, llegó a la conclusión últimamente en su resumen del "Segundo informe sobre evaluación"" de que "las pruebas consideradas en su conjunto apuntan a una influencia humana clara en el clima mundial". Esta afirmación tiene potencialmente enormes consecuencias para la política, para la industria energética y para la economía mundial. Puede que tenga tal vez también un efecto directo en el sector forestal.

6 IPCC. (1996). Climate Change 1995. (Second Assessment Report). Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido (3 volúmenes).

La temperatura media mundial de la superficie de la Tierra ha aumentado en 0, 3-0, 6 °C en los últimos cien años7. Se prevé que este rápido aumento de las temperaturas del globo acarree cambios regionales y mundiales del clima que pudieran tener efectos importantes en los sistemas humano y natural. Se cree que gran parte del calentamiento observado de la superficie de la Tierra obedece a un aumento de las concentraciones de "gases de efecto invernadero" en la atmósfera de la Tierra, que han alterado el equilibrio radiactivo de ésta, es decir, "el efecto invernadero". Los principales gases de invernadero son el dióxido de carbono (CO2, el metano (CH4), y el óxido nitroso (N2O), de los que el CO2 es con mucho el más importante (contribuye al 65 por ciento del efecto invernadero). Las actividades humanas, en particular las que implican la utilización de combustibles fósiles, cambios en la utilización de la tierra y producción agrícola, han determinado un aumento de las concentraciones de estos gases en la atmósfera desde el comienzo de la Revolución industrial. La mayor parte de las emisiones de CO2 que se desprenden de la actividad humana son el resultado de la quema de combustibles fósiles (un 76 por ciento del total). La deforestación tropical y la degradación de los bosques contribuyen, según se estima, a otro 23 por ciento, y el 1 por ciento restante proviene de la fabricación de cemento. Por lo tanto, los mayores avances en la reducción de las emisiones de CO2 pueden proceder del control de la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, dado que los bosques, fuentes y sumideros de CO2, pueden contribuir tanto al cambio climático como a su alivio, ocupan un lugar destacado en las estrategias para aliviar el cambio climático. Se proponen varias estrategias de base forestal para dicho alivio, y se han llevado a cabo algunos planes de reforestación con la finalidad de neutralizar las emisiones de CO2 (véase Recuadro 2).

7 Las fuentes de información para este párrafo y el Recuadro 2 son: Kirschbaum, M., et. al. Climate change impacts on forests, y Brown, S. Management of forests for mitigation of greenhouse gas emissions, capítulos 1 y 24, respectivamente, del Segundo informe de evaluación del IPCC,

Conservación de la diversidad biológica

Los bosques desempeñan una función importante en la conservación de la diversidad biológica del mundo, definida como la variabilidad entre los organismos vivos y los conjuntos de que forman parte, en particular la diversidad dentro de las especies, entre especies y de ecosistemas. Se estima que los bosques sirven de hábitat a unas dos terceras partes de todas las especies que existen en el planeta. Los bosques higrofíticos tropicales o pluviselva tropical, que cubren sólo un 7 por ciento de la superficie terrestre del globo, puede que alberguen la mitad de todas las especies conocidas de plantas y animales. Otros tipos de bosques, como los bosques xerofíticos o los bosques templados, aunque son menos ricos en número de especies, cuentan con plantas y animales de importancia económica real o potencial y que pueden contribuir mucho al funcionamiento de esos ecosistemas.

La escala sin precedentes y el índice de cambios inducidos por el hombre en los bosques amenazan con la diversidad biológica de base forestal. El empeoramiento o la pérdida de ecosistemas forestales ha dado lugar a la extinción de algunas especies y a la reducción de la variación genética dentro de otras especies por pérdida o reducción del tamaño de algunas poblaciones en un área. Aunque no se conoce la magnitud de esas pérdidas o la degradación de la diversidad biológica, todo parece indicar que la tasa de extinciones, por lo menos entre vertebrados y vegetales, se ha acelerado considerablemente por el impacto del ser humano8.

8 Barbault, R. And S, Sastrapradja (1996). Generation, Maintenance and Loss of Biodiversity, In Global Biodiversity Assessment. Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido

Aunque las reservas naturales y los sistemas de áreas protegidas (es decir, la conservación in situ) son los medios más eficaces y a menudo los más efectivos para conservar la diversidad biológica, pocos son los sistemas nacionales de áreas protegidas que son lo suficientemente completos, incluso por lo que se refiere a cubrir los ecosistemas del país, mucho menos en especies o variación dentro de las especies. Además, sólo un número limitado de especies de plantas forestales se conservan satisfactoriamente ex situ, como en los bancos genéticos, plantaciones o colecciones vivas (jardines botánicos, y arboretos). También dista mucho de ser apropiada la conservación ex situ de ejemplares de vida silvestre (por ejemplo, en zoos). La ordenación de los bosques y de los árboles en bosques de producción y en tierras agrícolas, de modo tal que se contribuya a la conservación de la diversidad biológica, cada día se considera más como un suplemento esencial a la conservación en parques y áreas protegidas.

En la evaluación mundial sobre la diversidad biológica hecha por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y que se dio a conocer a finales de 19959, se puso de relieve la necesidad de este tipo de enfoque plurifacético. En ese trabajo tan completo se examinan los conocimientos actuales sobre la materia; se analizan los principales problemas involucrados en la evaluación, conservación, valoración y utilización de la diversidad biológica; y se habla de las recientes iniciativas internacionales en materia de conservación de la diversidad biológica, incluida la evolución de la situación en relación con la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB), que se aprobó a finales de 1993. La Conferencia de las Partes de la CDB declaró en noviembre de 1996 que ésta actuará en plan complementario con el Grupo Intergubernamental sobre los Bosques y otros foros de este tipo para abordar la conservación de la diversidad biológica de base forestal.

9 PNUMA (1995). Global Biodiversity Assessment. Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido

Recuadro 2 Los bosques y el cambio climático

La vegetación y los suelos de los bosques del mundo contienen una enorme cantidad de carbono, más de 1¼ de la cantidad almacenada en la atmósfera. El dióxido de carbono (CO2) se libera cuando se aclaran o degradan los bosques, o se quema o pudre la vegetación. La quema de la vegetación forestal también libera otros gases de invernadero, en particular el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O), el monóxido de carbono (CO), y los óxidos de nitrógeno (NOx). Cuando los bosques crecen, se absorbe el CO2 de la atmósfera por fotosíntesis y se almacena como carbono en la vegetación. Los niveles de carbono en el suelo pueden aumentarse con la repoblación de los bosques y otras prácticas de ordenación forestal.

Actualmente los bosques del mundo se consideran fuentes netas de CO2, sobre todo debido a la deforestación y a su degradación en las zonas tropicales. Los bosques templados y boreales, que a nivel mundial están aumentando ligeramente en superficie y en algunos lugares en biomasa por unidad de superficie, son sumideros netos de carbono. Los bosques templados pueden también estar absorbiendo cantidades adicionales de CO2 mediante un mayor crecimiento forestal causado por la fertilización con CO2 inducida por los seres humanos y el depósito de nitrógeno.

Se han propuestos las siguientes tres estrategias en relación con los bosques como medios para influir en las emisiones de CO2:

1. mantener las actuales existencias de carbono a base de ordenación y conservación de los bosques;

2. aumentar el almacenamiento de carbono en los bosques (incrementando la superficie forestal o la biomasa por unidad de superficie) y en los productos forestales; y

3. sustituir los combustibles fósiles por leña procedente de bosques de ordenación sostenible y reemplazar los productos costosos en energía (p. ej., acero, aluminio u hormigón) por productos madereros industriales. El sector forestal tiene la capacidad necesaria para influir en los dos primeros, mientras que la aplicación de la tercera estrategia dependerá de las medidas de política y esfuerzos de desarrollo y comercialización del producto que desplieguen los gobiernos y el sector industrial.

El mejoramiento de la ordenación de bosques y tierras lo que se traducirá en la reducción de las tasas de deforestación y de degradación de los bosques en las zonas tropicales, reduciría en gran medida el índice actual de emisiones de CO2 y la liberación de otros gases de efecto invernadero relacionados con la quema de la vegetación forestal. A mantener las actuales existencias de carbono contribuiría también la ampliación de la cantidad de bosques bajo protección (p. ej., áreas de conservación, reservas forestales) y el mejoramiento de las prácticas de aprovechamiento para reducir desechos y evitar daños a los árboles residuales y a los suelos.

Entre las prácticas útiles para aumentar la cantidad de carbono almacenado en los bosques figuran la ampliación de la superficie de las plantaciones forestales en tierras no boscosas; el aumento de la cubierta arbórea en tierras de cultivo, tierras de pastizales o en otras partes del paisaje; y la promoción de la recuperación de los bosques degradados mediante regeneración natural o plantaciones de enriquecimiento. Podría conseguirse el aumento del almacenamiento de carbono en los productos forestales si la demanda de productos madereros creciera más rápidamente que su índice de decadencia, o si se ampliara la duración de los productos madereros haciéndolos más perdurables o reciclándolos.

La tercera estrategia, denominada "ordenación sustitutiva", encierra el máximo potencial a largo plazo para mitigar los gases de invernadero. A diferencia de las dos primeras estrategias, que sólo pueden producir aumentos determinados del almacenamiento de carbono en la tierra, este tercer grupo de actividades pudiera reducir de forma indefinida las emisiones netas de CO2. Se evitan las emisiones de combustibles fósiles y las de madera quedan equilibradas por su rebrote ulterior.

Según estimaciones del IPCC, de un 12 a un 15 por ciento de las emisiones previstas de CO2 por consumo de combustibles fósiles desde ahora hasta el año 2050 podrían compensarse mediante una reducción del ritmo de deforestación, el fomento de la regeneración forestal y el aumento de la superficie dedicada a plantaciones y sistemas agroforestales. Los bosques tropicales encierran el mayor potencial de retención del carbono; pueden contribuir con un 80 por ciento al aumento del almacenamiento de carbono en los bosques del mundo, principalmente mediante la regeneración de los bosques y la reducción de la deforestación. La América tropical encierra el mayor potencial de aumento del almacenamiento de carbono, seguida de Asia y luego del Africa tropical. Es difícil, sin embargo, poder pronosticar la magnitud del alivio de emisiones que puede conseguirse realmente mediante estas diversas prácticas de ordenación forestal, porque suponen factores complejos de orden institucional, económico, demográfico y cultural que influyen en las prácticas de utilización de la tierra.

Los países desarrollados y en desarrollo están ahora llevando a cabo conjuntamente varios proyectos para evitar, retener o reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante prácticas de ordenación forestal. Estos proyectos, que se denominan muchas veces proyectos de contrapartida del carbono, incluyen esfuerzos para la conservación de los bosques y una ordenación forestal sostenible, la repoblación forestal y el establecimiento de plantaciones. Al amparo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre los Cambio Climáticos, se ha establecido una fase experimental para "actividades de aplicación conjunta" al objeto de ensayar y evaluar la viabilidad de lograr los objetivos de la Convención mediante esos proyectos. Para junio de 1996, a la Secretaría de la Convención Marco se habían señalado 32 proyectos de ese tipo, nueve de los cuales guardaban relación con la silvicultura.

Los bosques y la seguridad alimentaria

Se estima en 840 millones de personas las que no tienen suficientes alimentos para cubrir sus necesidades nutricionales básicas, a pesar de los aumentos habidos a nivel mundial en las disponibilidades de alimentos. Los problemas del hambre y de la inseguridad alimentaria en el mundo derivan de las limitaciones del acceso a los alimentos, de la constante insuficiencia de los ingresos familiares y nacionales para adquirir alimentos, de la inestabilidad de la oferta y la demanda, y de las calamidades tanto naturales como provocadas por el hombre. La atención internacional se centró en el tema de la seguridad alimentaria en la Cumbre Mundial de la Alimentación, convocada por la FAO en Roma en noviembre de 1996 y que dio lugar a la Declaración de Roma sobre la seguridad alimentaria mundial y al Plan de Acción de la Cumbre Mundial de la Alimentación. En ésta se subrayaba la importancia de procurar que los aumentos en la producción mundial de alimentos se logren mediante una ordenación sostenible de los recursos naturales y vayan acompañados de medidas para asegurar el acceso universal a los alimentos.

Los esfuerzos por conseguir una seguridad alimentaria a nivel mundial tendrán un impacto sobre los bosques y atraerán cada vez más la atención sobre la función auxiliar que desempeñan los bosques para lograr esa seguridad alimentaria. Es probable que se consiga una mayor producción de alimentos en los países en desarrollo con la intensificación de la producción alimentaria en las actuales tierras agrícolas incrementando la superficie de tierra de que se dispone para agricultura. La FAO estima que el aumento de la producción mundial de alimentos será probablemente del orden del 1, 8 por ciento anual desde ahora hasta el año 201010. Para conseguirlo, podrían ponerse en producción en los países en desarrollo unos 90 millones

10 Alexandratos, N. (1995). La agricultura mundial: Hacia e! año 2010. FAO, Roma, de ha de nuevas tierras, según estimaciones, sobre todo en el Africa al sur del Sahara y en América Latina. Cerca de la mitad de esta superficie procederá probablemente de los bosques. Por lo tanto, las preguntas que uno se hace no son si las tierras forestales se van a transformar en tierras agrícolas, sino más bien, qué tierras forestales van a convertirse y si éstas serán las que proporcionarán mayores beneficios al ordenarse con fines de producción agrícola y no para bienes y servicios forestales.

Los bosques y otras arboledas, además de proporcionar tierras a la agricultura, tienen gran importancia para la seguridad alimentaria. Por ejemplo, ofrecen una aportación directa al suministro de alimentos y al bienestar nutricional; proporcionan una fuente de ingresos necesarios para la compra de alimentos; dan protección a la base de recursos de la que depende la producción alimentaria; y proporcionan una fuente de leña para cocinar los alimentos11.

11 Hoskins, M, (1990). Contribución de la silvicultura a la seguridad alimentaria. Unasylva vol 41; n° 160.

Toda una serie de árboles y de productos forestales proporcionan normalmente alimentos a la población o forraje a su ganado. Aunque los bosques y las arboledas no son los principales proveedores de alimentos en la mayoría de los sistemas agrícolas, aportan a menudo suplementos importantes y pueden tener una importancia crítica en lugares donde se dan unos ciclos estacionales muy marcados de disponibilidad y escasez de alimentos y donde existe un elevado riesgo de malogros de cosechas. Además, son a menudo alimentos con los que se puede contar en tiempos de emergencia. Los productos de los árboles y plantas forestales y la carne de caza proporcionan por lo general la máxima contribución a las dietas de la población rural, que tienen un limitado acceso material y económico a otro tipo de alimentos.

Los bosques contribuyen a la seguridad alimentaria familiar proporcionando empleo y productos para su venta. Los productos forestales son grandes fuentes de ingresos para gran parte de la población pobre rural de los países en desarrollo. Las industrias forestales y la exportación de productos forestales generan ingresos y divisas para muchos países, permitiéndoles de ese modo importar los alimentos que necesitan.

Desde luego, la contribución más importante de los bosques por lo que respecta a la seguridad alimentaria a nivel mundial radica en su función de protección de la base de recursos necesaria para la protección agrícola. Para salvaguardar un suministro hídrico fiable y puro para los sistemas de riego aguas abajo es indispensable el mantenimiento de una buena cubierta forestal en las cuencas de importancia crítica. Los árboles empleados como cortavientos ofrecen una protección esencial para los campos agrícolas; los cortavientos se emplean en todo el mundo donde es alto el riesgo de erosión eólica y de daño a los cultivos por los vientos. Además de todo esto, los árboles se hallan en íntima asociación con los sistemas agrícolas a lo ancho y largo del mundo en un vasto abanico de sistemas agroforestales, lo que demuestra su importancia económica y, a la postre, su función de apoyo para proporcionar una seguridad alimentaria.

Recuadro 3 Cometido de los componentes arbóreos en los sistemas agrícolas12

Las prácticas de cultivos arbóreos contribuyen a una amplia variedad de sistemas agrícolas actuales. Los árboles suelen ser partes importantes de aquellos sistemas en que los recursos de capital y materiales son limitados. En esas situaciones, un componente arbóreo dentro del sistema agrícola puede desempeñar una o más de las cinco funciones siguientes que se solapan:

1. Puede mantenerse la productividad de la tierra en situaciones de escaso capital mediante la sustitución de los árboles para la adquisición de insumos como fertilizantes, herbicidas y para inversiones en protección de suelos y cultivos y/o en agua de riego; Sistemas agroforestales: setos en curvas de nivel, cultivo en franjas, mejores barbechos, intercultivo con árboles

2. El cultivar árboles puede contribuir a un empleo productivo de la tierra en situaciones de escasez de capital y de mano de obra, donde los árboles, como cultivos de perfil bajo en cuanto a insumos y ordenación, constituyen la forma más eficaz de esos recursos; Sistemas agroforestales: cultivo migratorio, mejora de barbechos, arboledas

3. Un componente arbóreo puede elevar al máximo el rendimiento de la tierra en situaciones donde ésta y el capital son limitados, y las combinaciones de árboles/cultivos/ganado permiten un empleo más completo de la mano de obra disponible que otras utilizaciones de la tierra; Sistemas agroforestales: huertos familiares, huertos con varios pisos de árboles

4. Pueden incrementarse las oportunidades de ingresos-ganancias donde el valor total (por unidad de trabajo y capital) de una producción en explotaciones agrícolas puede incrementarse con la incorporación de árboles; Sistemas agroforestales: plantaciones de lindes, intercultivo con árboles, arboledas

5. Los árboles pueden contribuir a reforzar la gestión de riesgos mediante diversificación de productos, una distribución estacional más amplia de insumos y productos; la reducción en la probabilidad de malogros de cosechas por la sequía, y creación de existencias arbóreas para servir de capital; Sistemas agroforestales: se aplica en la mayoría de los casos

12 Adaptado de Arnold, M. (1990). Componentes arbóreos en los sistemas agrícolas. Unasylva vol 41, n° 160.

El apoyo que dan los árboles a la agricultura o al bienestar de los hogares agrícolas, en particular a su seguridad alimentaria, es de una importancia sumamente decisiva en la agricultura de subsistencia o en los hogares de bajos ingresos. La función real que los árboles desempeñan depende en gran parte del equilibrio que haya por lo que se refiere a disponibilidad de tierra, mano de obra y capital para el agricultor. Así resulta del

Recuadro 3, que indica las circunstancias en que los agricultores cultivan o mantienen los árboles en sus sistemas agrícolas y algunos de los sistemas agroforestales que cumplen esas condiciones.

Como queda indicado más arriba, la aportación de los bosques y árboles a la seguridad alimentaria es a menudo relativamente más importante para la población rural pobre y para los países con un PNB bajo por persona que para los grupos de ingresos más altos y países más ricos. La función esencial de los bosques y árboles para la seguridad alimentaria se ve claramente en los países que son más vulnerables a los problemas de seguridad alimentaria: a saber los 32 países de bajos ingresos con déficit de alimentos con la capacidad mínima para financiar las importaciones de alimentos13. Los árboles son un elemento crítico de los sistemas de producción de alimentos en la mayoría de esos países, bien mediante sistemas agroforestales como los que predominan en la agricultura de subsistencia, a través del suministro de forrajes en sistemas agrícolas de base ganadera, proporcionando alimentos forestales importantes a las poblaciones o mediante ordenación de cuencas, como se indica en el Recuadro 4.

13 FAO (1995). El Estado mundial de la agricultura y la alimentación, 1995.

Recuadro 4 Importancia de los bosques/árboles para la seguridad alimentaria en algunos países de bajos ingresos con déficit de alimentos

· Sistemas agroforestales

Rwanda, Burkina Faso, Malí, Senegal, Gambia, Haití, Bangladesh, Sri Lanka

· Alimentos/productos forestales

Gambia, Sierra Leona, Guinea-Bissau, Nepal, Sudán (goma arábiga)

· Sistemas de pastoreo (pastizales)

Burkina Faso, Mauritania, Malí, Senegal, Djibouti, Somalia, Afganistán, Sudán

· Ordenación de cuencas

Etiopía, Nepal

Silvicultura urbana y periurbana

La importancia de los bosques y de los árboles en las zonas urbanas y periurbanas ha sido objeto de atención internacional sólo en estos últimos tiempos. Sin embargo, probablemente se convertirá en un tema de importancia creciente dado que más de la mitad de la población del mundo será urbana a la vuelta del siglo, según los pronósticos. El desarrollo urbanístico se está produciendo a un índice muy rápido; el porcentaje de personas que viven en las zonas urbanas ha aumentado del 29 por ciento en 1950 al 45 por ciento en 1995. Se prevé que alcance el 61 por ciento para el año 2025. Se ha registrado una duplicación del número de habitantes urbanos entre 1950 y 1995. La mayor parte de este aumento se está verificando en los países en desarrollo. Mientras casi las tres cuartas partes de la población de América Latina y el Caribe ya reside en ciudades (como resultado de la migración en los últimos 20-30 años), Asia, Africa y el Cercano Oriente han alcanzado sólo últimamente sus puntas máximas de desarrollo urbanístico. Se prevé que durante varias décadas siga habiendo un ritmo rápido de desarrollo urbanístico en estas regiones. Esto está creando y seguirá creando toda una serie de problemas, sobre todo de tipo ecológico. Los retos que supone el asegurar una calidad de vida suficiente en las áreas urbanas, tanto en los países desarrollados como en desarrollo, fueron puestos de relieve en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Habitat II), que se celebró en Estambul en junio de 1996.

Las funciones que los bosques y las arboledas pueden ejercer en la mejora del medio ambiente urbano y el bienestar de los habitantes de las ciudades son notables y variados, sobre todo la protección de cuencas para evitar la erosión y asegurar un suministro de agua potable a las ciudades, la protección contra las dunas y los vientos en zonas áridas y semiáridas, el proporcionar sombra y el efecto de enfriamiento en los climas cálidos, el alivio de la contaminación del aire, el servir de amortiguadores de los ruidos, el proporcionar hábitat a la vida silvestre en las ciudades, e incluso el servir de lugares de eliminación de residuos líquidos o sólidos. Además, se reconoce ampliamente el valor de esparcimiento y recreo de los bosques, arboledas y espacios verdes en las ciudades. Sin embargo, el proporcionar y mantener un espacio verde suficiente y arboledas en las ciudades se logra más a menudo en los países desarrollados, donde la planificación urbanística puede ir por delante del crecimiento urbano y se dispone de fondos con ese fin, más que en muchos países en desarrollo en rápido proceso de urbanización. No obstante, los beneficios psicológicos que proporcionan los bosques y parques urbanos y la demanda de espacio verde es ciertamente universal. En algunos países (p. ej., en los Estados Unidos y el Reino Unido), se recurre a actividades de siembra de árboles en plan comunitario como mecanismo eficaz para elevar la concienciación ecológica y para aunar a las vecindades en torno a un quehacer común.

La silvicultura urbana puede desempeñar un importante cometido productivo en las áreas urbanas y periféricas. Por ejemplo, muchos países en desarrollo, especialmente en algunas partes de Africa y Asia, han intervenido en el establecimiento de plantaciones y en la ordenación de bosques naturales de las áreas periurbanas para la producción de leña con destino al abastecimiento de los mercados municipales. La agrosilvicultura que se practica en huertos familiares de complejos urbanísticos desempeña una función importante para la nutrición familiar en algunas ciudades.

Aunque la silvicultura urbana y la arboricultura son disciplinas ya arraigadas en muchos países desarrollados, no se puede decir otro tanto de los países en desarrollo. Además, las necesidades son mucho más vastas en los países en desarrollo. Queda todavía mucho por entender sobre la dinámica entre el desarrollo urbanístico y los recursos forestales y arbóreos en las zonas urbanas y periurbanas y sobre las funciones concretas de la silvicultura urbana en la situación especial que plantea un ritmo rápido de urbanización en una gran proporción de población pobre. Por otro lado, se necesita hacer más por lo que respecta al seguimiento de los recursos forestales urbanos, al desarrollo de los conocimientos técnicos sobre arboricultura tropical, y a la definición de las respectivas funciones y responsabilidades de la silvicultura, los parques municipales y otros departamentos y de los propios habitantes de las ciudades en lo que se refiere a la silvicultura urbana.

Tendencias mundiales del consumo y producción de productos forestales en 1970-1994

Factores determinantes de las variaciones del consumo

El consumo y producción mundiales14 de productos forestales está dominado por la leña y el carbón; la madera rolliza industrial, la madera aserrada; los tableros de madera; el material de fibra para la fabricación de papel y cartón15 y el papel y el cartón. En el Recuadro 5 se describen sucintamente las complejas interrelaciones que median entre estos productos. El consumo y la producción de los productos principales están en función de muchos factores, de los que la población y los ingresos son los más importantes16.

14 A nivel mundial, el consumo es igual a la producción, previos los ajustes por pérdidas de almacenamiento y existencias

15 Incluye toda la pasta empleada en la fabricación de papel: hecho principalmente de madera pero fabricado también en parte de materiales fibrosos no madereros (como la paja o el bambú, que son importantes a nivel nacional en China e India, respectivamente). También se incluye en este grupo de productos el "papel recuperado", denominado antes "papel de desecho", para su reciclaje.

16 Nota: las tendencias que aquí se presentan se exponen en estadísticas internacionales que abarcan tanto la leña, un producto relativamente no comercializado, y los productos industriales que son relativamente fáciles de seguir ya que figuran Incluidos en la mayoría de las estadísticas oficiales. La leña se consume casi siempre en el sector informal y raras veces se registra; por lo tanto, la información que se da sobre ella no tiene tanta certeza como la que se da para los productos forestales industriales.

Recuadro 5 Productos forestales y sus interconexiones

Los productos aquí presentados guardan entre sí una relación: todos los productos proceden en grado considerable de "madera rolliza total", que se subdivide en "leña y carbón" y "rolliza industrial". Esta última se compone a su vez de "trozas de aserrar y trozas de chapa", "madera y partículas para pasta" y "otra rolliza industrial". Cualquiera de estas categorías de madera rolliza puede destinarse directamente a la transformación nacional o al comercio internacional.

De "las trozas de aserrar y chapa" derivan la chapa, la madera aserrada y la madera contrachapada. De "madera y partículas para pasta" (que pueden comprender las virutas y astillas de madera) se fabrica la pasta de madera, que a su vez puede comercializarse como pasta comercial o destinarse directamente a la fabricación de pasta y cartón. Los "desechos" o residuos al transformar la rolliza en madera aserrada o chapa y madera terciada pueden desmenuzarse y convertirse en otros tipos de tableros o en pasta para papel y cartón. Una vez utilizados, pueden recogerse (es decir, "recuperarse") y reciclarse de nuevo en pasta, proporcionando así una materia prima que complementa a la madera verde para la fabricación de pasta y cartón.

La población y los ingresos han aumentado considerablemente en las últimas décadas. Entre 1970 y 1994, la población mundial creció en más de un 50 por ciento. En América del Sur y Africa creció en más del 60 por ciento y 90 por ciento, respectivamente. Los ingresos mundiales, medidos en PIB, han aumentado, según estimaciones, un 109 por ciento en términos reales durante el mismo período: un 97 por ciento en los países desarrollados y un 160 por ciento en los países en desarrollo. Salvo para la leña, el consumo suele aumentar al crecer la población y los ingresos: en el caso de la leña, en cambio, un aumento en los ingresos suele reducir el consumo.

La Figura 1 muestra los cambios proporcionales de población, ingresos y consumo de los principales productos forestales; las Figuras 2 y 3 (de las páginas 48 y 49) resumen las variaciones fundamentales en cuanto a cantidades producidas, mientras que el Cuadro 1 indica los cambios en el consumo aparente por persona.

Figura 1: Variaciones porcentuales a lo largo del período de 1970-1994 (%)17

17 Fuentes: Datos sobre productos - FAO; Población - Oficina de Estadísticas de las Naciones Unidas; PIB - Banco Mundial

Cuadro 2 Consumo aparente aproximado por millares de personas

producto y unidades

1970

1980

1990

1994

leña y carbón (m3)






total mundial

320

332

337

336


países desarrollados

178

207

196

156


países en desarrollo

377

376

380

386

rolliza industrial (m3)






total mundial

346

327

324

262


países desarrollados

1046

1002

1094

864


países en desarrollo

67

95

94

92

madera aserrada (m3)






total mundial

112

101

96

73


países desarrollados

343

315

328

241


países en desarrollo

20

27

27

25

tableros de madera (m3)






total mundial

18,99

22,59

23,43

22,45


países desarrollados

62,41

77,24

87,29

78,36


países en desarrollo

1,59

3,63

4,91

10,01

papel y cartón (t)






total mundial

34,05

38,00

45,43

47,33


países desarrollados

107,79

125,51

158,94

160,75


países en desarrollo

4,76

7,56

11,55

15,25

Figura 2 Producción mundial de rolliza por categorías económicas (millones de m3)18

18 Fuente: Anuario FAO de productos forestales - 1979, 1994,

Figura 3 Producción mundial de productos forestales elaborados por categorías económicas19

(madera aserrada y tableros de madera: millones de m3; productos de fibras; millones de t)

19 Fuente: Anuario FAO de productos forestales - 1979, 1994.

Cambios más importantes

El consumo mundial de madera ha crecido en un 36 por ciento (alrededor de 900 millones de m3) en las dos décadas y media pasadas, para alcanzar casi los 3 400 millones de m3 en 199420. Según estimaciones globales, el valor de este consumo en 1994 superó los 400 000 millones de dólares EE.UU., correspondiendo al empleo industrial un 75 por ciento de esa cantidad. Poco más de la mitad del volumen de madera se utilizó como leña, y el resto para diversos usos industriales. El consumo de leña creció más rápidamente que el consumo de madera en rollo industrial, aumentando un 60 por ciento hasta alcanzar los 1 890 millones de m3 en 1994, mientras que el consumo de ésta creció un 15 por ciento hasta alcanzar casi los 1 500 millones de m3, aunque realmente bajó de la alta cota de 1 720 millones de m3 alcanzada en 1990.

20 Los fenómenos aquí reseñados se basan principalmente en el Anuario de Productos Forestales de la FAO, que es la serie estadística más completa e históricamente continua de esos productos, con una base de datos que comienza en 1961. En el Cuadro 4 del Anexo 3 aparece un resumen completo de la producción y consumo mundial y regional con totales parciales para las categorías de países en desarrollo y desarrollados

El descenso del consumo respecto del nivel de 1990 refleja la situación tanto de la oferta como de la demanda. Un factor importante fue el de un desplazamiento constante de la producción en la Federación de Rusia, donde las extracciones de madera rolliza industrial bajaron considerablemente (un 50 por ciento respecto del nivel de 1990). Esa baja también reflejó a una demanda floja en los países industrializados. Además, la oferta de trozas siguió estando afectada por restricciones en los aprovechamientos de América del Norte y de los principales países asiáticos tropicales, y ello cada vez más debido a inquietudes de orden ecológico. Algunos países africanos aumentaron también sus restricciones sobre la corta y extracción y la exportación, tanto por razones de ordenación forestal como para fomentar una mayor transformación nacional.

La producción mundial de la mayoría de los productos forestales, individualmente considerados (Figuras 2 y 3), aumentó notablemente en volumen respecto del período de 1970-1994. Sólo la madera aserrada registró una producción inferior en 1994 a la de 1970. La producción osciló desde una caída menor para la madera aserrada, hasta un 113 por ciento para los productos de papel y cartón. El lento aumento registrado en la rolliza industrial encubría el hecho de que la producción de rolliza de coniferas aumentó sólo un 1 por ciento, mientras que la de no coniferas creció un 1 48 por ciento. El impacto principal se dejó sentir después de 1990, pues tanto las coniferas como las no coniferas había subido a ese nivel. La rolliza industrial y la madera aserrada alcanzaron un máximo en 1990 y luego bajaron, debido principalmente a distorsiones en la antigua URSS; los niveles actuales se han acercado a la alta cota de 1990.

Las tasas de crecimiento para el consumo de muchos productos (véase Cuadro 3) durante 1980-94 han sido a menudo inferiores a las correspondientes al período de 1970-1980. Merecen especial mención los siguientes puntos:

· Las tasas de crecimiento del consumo de leña y carbón y de población son casi iguales en los países en desarrollo. El consumo y la producción de leña, de madera en rollo industrial y de madera aserrada crecieron menos que el PIB en ambas categorías: países desarrollados y en desarrollo;

· Para los tableros de madera y para los productos de la pasta y el papel, el consumo de los países en desarrollo creció más rápidamente que el PIB y la población.

La participación de los países en desarrollo en la producción de rolliza total ha aumentado constantemente pasando del 49 por ciento en 1970 al 61 por ciento en 1994 (véase Cuadro 4 y Figura 2). Han incrementado su porcentaje de rolliza industrial de un 17 por ciento a un 33 por ciento.

En las Figuras 2 y 3, y con más detalle en el Cuadro 4, aparecen las variaciones a nivel mundial y un desglose por países, desarrollados y en desarrollo. En el Cuadro 5 del Anexo 3 se dan cifras regionales de producción y consumo. Para la rolliza industrial, las variaciones más impresionantes se han dado, no en las principales regiones consumidoras sino en las otras: el consumo de Africa casi se duplicó alcanzando unos 60 millones de m3 entre 1970 y 1994, aumentando su porcentaje de menos del 3 por ciento al 4 por ciento. El consumo de América del Sur también se incrementó pasando del 3 por ciento a más del 7 por ciento. Sin embargo, fue el crecimiento del consumo en Asia el que transformó el equilibrio mundial: de consumir un 15 por ciento de la rolliza industrial de todo el mundo en 1970, Asia llegó a contribuir a un 21 por ciento en 1994 (frente a un 20 para Europa) en 1994. Para otros productos ha habido unos desplazamientos análogos. Para el papel y el cartón, los principales fenómenos han consistido en los bruscos descensos del porcentaje del consumo por América del Norte/Central y por Europa, sobre todo a favor de Asia, que elevó su proporción del 15 al 30 por ciento.

El consumo de leña y carbón vegetal aumentó en un 60 por ciento alcanzando un consumo estimado en 1 890 millones de m3 en 1994, de cuya cantidad un 1 por ciento era de carbón. A lo largo del período de 1970-94, Asia contribuyó a la mitad de la leña utilizada en el mundo; la proporción de Africa aumentó de una quinta a más de una cuarta parte debido al alto crecimiento demográfico que se registró en el continente y a unos ingresos relativamente bajos. El rápido crecimiento económico en algunos grandes países asiáticos (sobre todo China, India e Indonesia) puede reducir esa dependencia regional de la leña. Sin embargo, hasta ahora los países en desarrollo, lejos de aminorar su proporción a medida que han crecido sus economías, han ampliado su alícuota del consumo mundial de leña y carbón, que ha pasado del 84 por ciento hace dos décadas al 90 por ciento en 1994 (véase Recuadro 6).

Cuadro 3 Tasas de crecimiento del consumo para determinados productos forestales (% anual)

leña y carbón

rolliza industrial

tableros de madera

total materia de fibra

papel de desecho recuperado

papel y cartón

región

1970-80

1980-94

1970-80

1980-94

1970-80

1980-94

1970-80

1980-94

1970-80

1980-94

1970-80

1980-94

total mundial

2,23

1,77

1,31

0,10

3,70

1,66

2,93

3,03

6,95

4,95

2,99

3,31

países desarrollados

2,35

-1,44

0,38

-0,46

3,02

0,68

2,47

2,12

6,40

4,25

2,39

2,37

países en desarrollo

2,21

2,26

5,81

1,87

11,09

6,77

7,33

7,72

10,30

7,80

7,32

7,21

Africa

2,82

3,03

3,16

1,88

9,15

-0,32

5,89

2,14

4,80

4,30

4,07

2,90

América del N, y C,

10,83

1,05

1,11

1,44

1,18

1,74

2,24

2,29

6,90

4,60

2,15

2,47

América del Sur

2,31

2,00

7,98

1,90

10,20

0,75

7,12

2,69

2,90

2,55

6,30

2,99

Asia

1,72

1,90

3,28

1,07

4,63

5,50

4,85

6,48

2,90

7,00

5,52

6,70

Europa

-2,61

-0,04

0,54

0,04

4,52

0,60

2,40

2,53

9,25

4,35

2,34

2,72

Oceania

1,87

1,53

0,47

1,09

3,35

2,58

2,66

1,65

6,35

2,95

2,85

2,95

Antigua URSS

-0,92

-6,55

-0,72

-7,19

6,23

-5,94

3,30

-6,62

9,60

-5,10

2,91

-8,55

Cuadro 4 Desglose resumido de la producción mundial de rollizas por categorías económicas, 1970-1994 (millones de m3)21


1970

1990

1994

volumen

%

volumen

%

volumen

%

1970=100

total de rolliza









total mundial

2463

100

3499

100

3358

100

136


países desarrollados

1 257

51

1 559

45

1 318

39

105


países en desarrollo

1206

49

1 947

55

2 122

61

176

leña y carbón









total mundial

1 185

100

1 780

100

1 891

100

160


países desarrollados

187

16

234

13

191

10

102


países en desarrollo

998

84

1 546

87

1 700

90

170

rolliza industrial









total mundial

1 278

100

1 718

100

1 467

100

115


países desarrollados

1 070

84

1 318

77

1 051

72

98


países en desarrollo

208

16

401

23

417

28

200

de la cual: trozas, aserrar y chapas









total mundial

757

100

1 056

100

895

100

118


países desarrollados

623

82

808

76

644

72

103


países en desarrollo

134

18

248

24

251

28

187

madera para pasta y partículas









total mundial

314

100

434

100

496

100

158


países desarrollados

300

95

376

87

427

86

142


países en desarrollo

14

5

58

13

69

14

493

otras rollizas industriales









total mundial

207

100

228

100

76

100

37


países desarrollados

149

72

137

60

27

35

18


países en desarrollo

58

28

91

40

49

65

84

21 Fuente: Calculada sobre la base del Anuario FAO de productos forestales - ediciones de 1979, 1994. Para "otras rollizas industriales" los datos están ajustados a partir de los publicados para los residuos de madera y porcentajes prorrateados de los países desarrollados y en desarrollo.

Ahora bien, la función energética de la madera no se reduce a la leña y al carbón y los datos no deben confundirse con el "total de energía de la madera". En el

Recuadro 7 aparecen otras muchas modalidades en que la madera ha mantenido su importancia energética, incluso en la región desarrollada de Europa.

Medido por persona, el consumo de toda clase de productos desde la madera aserrada hasta el papel para periódicos y el cartón para embalaje siguió creciendo desde 1970. Para los países desarrollados, el consumo per capita aumentó para la mayoría de los productos, elevándose el de tableros y papel en más de un 40 por ciento.

En 1970, los países en desarrollo, que tuvieron unos índices de consumo por persona entre el 2 por ciento y el 6 por ciento de los niveles de los países industrializados por lo que se refiere a los productos más arriba citados, consumían hacia el año 1994 alrededor del 10 por ciento o más. Debiéndose la mayor parte de ese aumento del consumo a las economías asiáticas en rápido crecimiento. Para los tableros de madera y para el papel

Recuadro 6 Leña, carbón y energía de la madera

Dos de cada cinco personas en todo el mundo dependen de la leña o del carbón como principal o única fuente de energía doméstica para cocinar o calentarse. Una mitad de los 2 000 millones en que se estiman los usuarios actuales se enfrentan con escasez de combustible al menguar los suministros de combustibles madereros. Entre éstos, tal vez 100 millones experimenten ya un "hambre de leña" virtual. Según estimaciones, el número de las personas que dependen del combustible de madera aumentará a 3 000 millones para el final de siglo.

Las alternativas a los combustibles de madera resultan a menudo limitadas en las zonas rurales que se hallan alejadas de las redes nacionales de energía eléctrica o de los centros de distribución de los combustibles de procedencia fósil, como el queroseno o el carbón. Pero incluso cuando se disponga de esos combustibles tradicionales o de "conveniencia", muchos no pueden permitírselos o simplemente prefieren utilizar combustibles de madera para determinados fines.

Surgieron preocupaciones en los años setenta y principios de los ochenta sobre las posibles consecuencias sociales y medioambientales de la escasez de leña, entre otras la deforestación, la desertificación, los efectos nutricionales negativos y las dificultades y privaciones que lleva aparejadas la recogida de leña. Había inquietud por el hecho de que en algunos lugares se estaba verificando la "crisis de la leña", sobre todo, en el Africa saheliana, en el nordeste del Brasil y en las altiplanicies del Nepal. Se desplegaban esfuerzos a nivel nacional e internacional para encontrar la forma de aumentar la producción, reducir el consumo doméstico de madera y de combustibles a base de madera, e identificar otras fuentes de energía renovables para uso doméstico. La Conferencia de las Naciones Unidas de 1981 sobre fuentes nuevas y renovables de energía, que se celebró en Nairobi, Kenya, sirvió de acicate para impulsar estas iniciativas.

No cabe duda de que la escasez de leña y la corta excesiva pueden tener efectos negativos en el terreno económico, ecológico y social. Ahora bien, en la mayoría de los casos la recogida de leña no es una causa primordial de la deforestación. Por otro lado, ahora ya está una cosa clara, la de que los sistemas de producción y recogida de leña pueden ser y son a menudo sostenibles. Aunque se han reevaluado la amplitud y la naturaleza de la "crisis de la leña", la dependencia de este combustible es y seguirá siendo una realidad que requiere esfuerzos ininterrumpidos para asegurar suministros suficientes y sostenibles. Además, las inquietudes económicas y medioambientales pueden ofrecer oportunidades para dar una mayor importancia a la energía de la madera. Se está analizando su potencial como fuente de energía permisible y favorable para el medio ambiente, y en algunos casos así lo han logrado muchos países. El potencial de energía de biomasa, incluidos los combustibles madereros como sucedáneo para los combustibles fósiles, está siendo objeto de investigación como medio para mitigar el calentamiento mundial.

Recuadro 7 Europa: la energía predomina como uso final de la madera

Se señala que en 1990 un 47 por ciento de la madera aprovechada en Europa, equivalente a 208 millones de m3, se empleó para producir energía22. Sin embargo, sólo un 44 por ciento de ésta correspondió realmente a leña, otro 24 por ciento lo fue en forma de lejías para la fabricación de pasta, mientras que el resto finalizaba como energía a través de otros canales, como la quema de bandejas desechadas, etc. Según el informe, la generación de energía es "con mucho el mayor uso final de la madera en cuanto a volumen [en Europa]". No se dispone de datos correlativos para otras regiones. y el cartón, el consumo por persona en los países en desarrollo se triplicó entre 1970 y 1994. Al ir aumentando su poder adquisitivo, es de esperar que los países en desarrollo sigan colmando el desnivel que mantienen con los países industrializados; los países asiáticos han comenzado ya a igualar o superar a Europa como consumidora de una serie de productos. Para la madera rolliza industrial, América Latina también es importante a escala mundial.

22 Tendencias y perspectivas de la madera en Europa: Siglo XXI, Documentos de estudio, Ginebra, sobre la madera y los bosques N°. ECE/TIM/SP/11, CEPE (Naciones Unidas)/FAO. Naciones Unidas, Nueva York y Ginebra, 1996.

No obstante el crecimiento de la población y de los ingresos, la madera aserrada parece haber llegado a una cota en que el consumo a largo plazo casi se ha estancado en relación con otros productos forestales elaborados. Aunque los países en desarrollo han logrado duplicar la producción de madera aserrada desde 1970 pero esto representa mucho menos de lo que han conseguido respecto de otros productos: el quíntuplo en la pasta para papel y en el total de material de fibra; casi un séxtuplo para tableros y para papel de desecho recuperado; más del séxtuplo para el papel y el cartón (véase Recuadro 8).

La producción de tableros de madera (chapa, contrachapado, tableros de partículas y tableros de fibras) ha sido especialmente dinámica. La producción de los países en desarrollo se ha quintuplicado con creces. Los nuevos tipos de tableros han competido con los viejos y también han creado nuevas oportunidades para su empleo. Las cuotas de mercado experimentan una continua variación en muchos mercados.

Se ha registrado un crecimiento especialmente rápido en el consumo de productos de pasta y papel y, al propio tiempo, un mayor reciclaje. Ha sido tan rápido el crecimiento que el consumo mundial por persona ha aumentado un 40 por ciento, habiéndose triplicado sobradamente el de los países en desarrollo, con los principales incrementos en Asia. También ha crecido rápidamente en Asia el empleo de fibras no madereras.

Presión sobre los recursos y reacciones

Como ya se indicó, en el período posterior a 1970 se ha asistido a un gran aumento demográfico. En Africa, la población casi se ha duplicado. Como gran parte de ese aumento de población se han verificado en los países más pobres, la demanda de tierras para cultivo y pastizales, además del desarrollo de infraestructuras, ha ejercido una gran presión sobre los bosques. Entretanto, el aumento de los ingresos de algunos grandes países del mundo en desarrollo ha creado también una mayor demanda de productos forestales industriales. Lo cual ha venido a sumarse a otras presiones y a unos niveles de consumo ya elevados en los países desarrollados.

Estas presiones han despertado inquietudes por razón de la deforestación y la sostenibilidad de los bosques. Los esfuerzos internacionales desplegados para aliviar estos problemas se han convertido en una característica de finales de los años setenta hasta finales de los ochenta. En los países industrializados, las preocupaciones y las presiones económicas han dado lugar a que se multiplicaran los esfuerzos por utilizar de forma más eficaz la madera. En realidad, uno de los fenómenos más importantes del período de 1970-94 ha sido los incrementos de productividad conseguidos en la elaboración de la madera. Se fabrican más productos con menos madera de los bosques, situación que tiene grandes consecuencias a la larga para la ordenación sostenible de los bosques y para la suficiencia en los suministros de materias primas.

Esa feliz adaptación se demuestra por el hecho de que, aunque los productos elaborados han crecido muy rápidamente (en dos tercios en el caso de la pasta para papel, el doble en el del material total para fibra y más de seis veces en el caso del papel y el cartón), el consumo de la materia prima de rolliza se ha mantenido prácticamente estancado, pues sólo ha aumentado un 15 por ciento. Sobre todo en los países en desarrollo, gran parte de los desechos que antes se dejaban como residuos forestales en los lugares de los aprovechamientos ahora son objeto de recogida; muchos de los residuos de los aserraderos y de las fábricas de chapas acaban cada vez más como materia prima para las fábricas de paneles reconstituidos y con ellos se hacen tableros de partículas o tableros de fibras, o para fábricas de pasta. En el Recuadro 5 de la página 31 se observará cómo ha evolucionado la situación en materia de reciclaje; la Figura 4 de este capítulo muestra la importancia cada vez mayor del papel recuperado (que se recicla) en el suministro total de fibra para la fabricación de papel y cartón.

Recuadro 8 Madera aserrada - Posibles razones de su ralentización

El consumo de madera aserrada parece haber alcanzado un punto de estancamiento en la mayoría de los países. Hay al menos pruebas parciales de que la madera aserrada ha sido sustituida realmente por tableros de madera en algunos usos finales fundamentales. En 1970, los tableros equivalían a sólo el 17 por ciento de la madera aserrada en volumen mientras que esta proporción se ha alzado al 24 por ciento en 1990 y al 30 por ciento para 1994. Esto puede haber contribuido a la reducción de la demanda de madera aserrada, si bien parte del aumento en el empleo de tableros puede responder a nuevos mercados en general. Parece probable que entre los factores más importantes que limitan el consumo de madera aserrada están los siguientes:

· La madera aserrada es un producto que exige generalmente trozas mayores y de calidad superior, que cada vez escasean más. Las que se hallan disponibles tal vez se estén desviando a usos finales más rentables (como tableros contrachapados). La disponibilidad de grandes trozas para la industria puede que se halle también cada vez más limitada por las presiones medioambientales que tienden a proteger los bosques maduros.

· Los principales países consumidores (en América del Norte, Escandinavia y Europa en general) pueden estar acercándose a niveles de saturación de las necesidades por persona. Además, con respecto a los tableros y a los sucedáneos de material de hoja no de madera, la madera aserrada exige relativamente más mano de obra para su utilización (un factor caro y escaso en esos países).

· El grupo actual de países en rápido crecimiento tal vez no tenga las mismas tradiciones de construcción a base de madera que impulsaron al alza la demanda de los países desarrollados cuando se hallaban a los mismos niveles de ingresos.

Hay otra posible explicación más en los principales países productores: tal vez haya preferencia a que los productos de mayor valor añadido se fabriquen directamente de madera aserrada, por lo que una proporción cada vez mayor de ésta no se produce como artículo para la venta sino para su inclusión en productos secundarios, productos elaborados, componentes de muebles y ebanistería, etc. Esta producción puede que ni siquiera se haya incluido en las estadísticas de madera aserrada precisamente porque la chapa comercial se hace constar principalmente como su producto final, la madera contrachapada.

Desde luego, hacen falta más estudios para aclarar la dinámica de la industria de la madera aserrada hoy en día.

Vale la pena señalar, sin embargo, que gran parte de este cambio puede atribuirse a los esfuerzos de comercialización, acompañados de avances tecnológicos. Por ejemplo, la comercialización ha creado demanda para productos totalmente nuevos hasta el punto de que los tableros fabricados con residuos de madera desmenuzada no sólo han sustituido en parte a los productos actuales (madera aserrada y madera contrachapada), sino que han creado también nuevas oportunidades para el aprovechamiento de la madera.

Productos forestales en 1994

Por lo que se refiere a otros años posteriores a 1990, el año de 1994 estuvo bastante por debajo de la tendencia histórica en cuanto a producción y consumo de productos forestales: los trastornos de la producción de la antigua URSS seguían todavía repercutiendo en los totales mundiales, especialmente en los relativos a los países desarrollados. Sin embargo, debido al crecimiento del empleo de la leña, el consumo total de madera rolliza en 1994 fue sólo un 4 por ciento menor que en 1990. No obstante, la producción mundial de madera rolliza industrial bajó un 20 por ciento en los países desarrollados y hasta un 4 por ciento en los países en desarrollo en comparación con las cotas alcanzadas en 1990. La producción de madera aserrada y los tableros de madera, que son los otros productos sólidos, también bajó en los países desarrollados pero en los países en desarrollo se ha mantenido estable o ha aumentado.

A pesar de la situación en la antigua URSS, la producción de pasta y papel aumentó tanto en los países desarrollados como en desarrollo. Este fenómeno refleja sólo en parte el hecho de que la antigua URSS, aunque importante, no era tan decisiva como país productor. Más importante es todavía la demostración que da de la independencia cada vez mayor de este sector respecto de los suministros forestales de materias primas. Por ejemplo, la producción de pasta de madera (a la que contribuía tanto la antigua URSS) bajó en relación con 1990; sin embargo, este descenso quedó más que compensado por un aumento del 21 por ciento en la recogida de papel de desecho, lo que permitió que la producción de papel y cartón aumentara un 6 por ciento en los países desarrollados y un 42 por ciento en los países en desarrollo.

Figura 4 Variaciones en la composición del total de material de fibra, 1970-1994 (millones de t)23

23 Fuente: Anuario FAO de productos forestales, 1979, 1994.

En 1994 prosiguió la concentración tradicional del consumo y la producción, que aparece como un problema en el capítulo titulado "Perspectivas mundiales de los productos forestales", que comienza en la página 74. Tomando como ejemplos el consumo de rolliza industrial y de papel/cartón, las tres regiones contribuyen al 93 por ciento del consumo de papel y cartón y al 81 por ciento del consumo de madera rolliza (véase Cuadro 5 del Anexo 3).

Como puede verse en la Figura 5, esa concentración también se refleja en el hecho de que, del total de producción de 1994, los cinco países principales para cada producto contribuyeron al:

· 48 por ciento en el caso de la leña (todos países en desarrollo por el siguiente orden: India, China, Brasil, Indonesia y Nigeria);

· 60 por ciento en el caso de la rolliza industrial;

· 57 por ciento para la madera aserrada;

· 53 por ciento para los tableros de madera;

· 66 por ciento para el total de material de fibra destinado a la fabricación de papel;

· 63 por ciento para el papel y el cartón.

Comparando las pautas de producción y consumo en los países tropicales frente a los no tropicales (véase Cuadro 6 del Anexo 3), las regiones tropicales contribuyeron a las tres cuartas partes de la producción y el consumo en 1994. En cambio, sólo les correspondió un 17 por ciento de la producción y un 20 por ciento del consumo por lo que se refiere a la rolliza industrial.

Ya se ha aludido a la importancia respectiva de los países desarrollados y en desarrollo en la producción y el consumo de leña y productos industriales. En el Cuadro 5 se describe la importancia rápidamente creciente de los países en desarrollo en la producción de artículos forestales elaborados. Desde luego, al aumentar en los mercados nacionales el consumo de los productos de los que han sido tradicionalmente exportadores, los países en desarrollo podrán ahorrar menos en el futuro. Las oportunidades comerciales para los productos forestales crecerán más rápidamente en los países en desarrollo que en los países de economía ya madura. En el capítulo que habla de las "Perspectivas mundiales" en las páginas 74-90 se pone de relieve cómo la estructura variante del predominio y concentración regionales puede repercutir en las perspectivas comerciales de las principales regiones.

Escenario futuro

En resumen, para el futuro revisten importancia los puntos siguientes:

· La leña sigue siendo importante y de hecho seguirá aumentando su utilización, superando ahora su consumo al de la rolliza industrial. El abastecimiento de leña habrá de seguir siendo una parte central de los productos forestales y de los programas de ordenación de recursos. Dada su importancia, hay que mejorar la calidad de los datos sobre la leña. Hacen falta nuevos estudios para actualizar los coeficientes de consumo, distinguir las variaciones según fuentes de la leña, y situar al producto en un contexto más claro respecto de otros tipos de energía a medida que los países van desarrollándose.

· Al considerar otros usos potenciales de la leña, puede haber casos en que la demanda de materias primas combustibles e industriales cree una gran competencia. Por consiguiente, es menester disponer de una mejor información de base sobre las procedencias de la leña con respecto a la de los insumos industriales.

· Mientras el consumo de productos elaborados ha crecido rápidamente, el empleo de rolliza industrial creció sólo un 15 por ciento en dos décadas y media. Este fenómeno alentador muestra que la industria ha logrado aumentar la producción con menos insumos de materia prima en rollo, reciclar más materiales y utilizar más residuos. De lo que se desprende que en los países en desarrollo debiera inducirse un proceso análogo de suerte que puedan gozar de un crecimiento del consumo sin crear tensiones innecesarias en los recursos forestales;

· La aparición del reciclaje de la fibra de papel en gran escala crea por primera vez la perspectiva de una notable distancia, aunque no ruptura, entre la industria del papel y los bosques. No obstante, esto puede crear problemas para la ordenación rentable de muchos bosques;

· La concentración de la producción y el consumo es una característica permanente del panorama de los productos forestales industriales. El crecimiento reciente de Asia se está produciendo en una región que tiene recursos forestales muy limitados respecto de sus grandes necesidades; por lo tanto, el crecimiento del consumo dependerá allí mucho más del comercio que en otras regiones importantes.

· La situación en la antigua URSS merece mayor atención. Algunas estadísticas son discutibles: p. ej., sorprende que en una zona de clima frío incluso el consumo de un producto como la leña haya caído verticalmente. Hay que hacerse la pregunta de qué proporción de esa baja observada es real y cuál se debe al grave trastorno sufrido por los sistemas estadísticos. Es importante el hecho de que los cambios de política pueden tener el máximo efecto en el escenario de los productos forestales. Parece probable que predominarán los factores al margen del sector, tales como la modificación de los tipos de tarifas ferroviarias que hace antieconómico acarrear la madera de Siberia. Una inversión de política a este respecto y otras medidas de política exterior podrían, por lo tanto, provocar un cambio rápido de situación.

Figura 5 Los cinco principales productores del mundo en 1994, por productos24

leña

rolliza industrial

madera aserrada

tableros de madera

total de materia de fibra

papel y carton

24 Fuente; Anuario FAO de productos forestales, 1994.

Cuadro 5 Producción mundial de productos elaborados, 1970-94 (millones de m3; millones de t)


1970

1990

1994

cantidad

%

cantidad

%

cantidad

%

1970=100

madera aserrada (milliones de m3)









total mundial

415

100

505

100

413

100

100


países desarrollados

361

87

395

78

303

83

84


países en desarrollo

54

13

110

22

110

27

204

tableros a base de madera (milliones de m3)









total mundial

70

100

124

100

127

100

180


países desarrollados

63

91

100

81

92

73

144


países en desarrollo

6

9

24

19

36

27

567

total de material fibrasa (milliones de t)









total mundial

134

100

249

100

271

100

201


países desarrollados

124

93

210

84

219

81

176


países en desarrollo

10

7

39

16

52

19

520

pasta para papel (milliones de t)









total mundial

103

100

166

100

172

100

167


países desarrollados

96

93

141

85

137

80

143


países en desarrollo

7

7

25

15

35

20

500

papel recuperado (milliones de t)









total mundial

31

100

83

100

99

100

319


países desarrollados

28

90

69

83

82

83

293


países en desarrollo

7

10

14

17

17

27

567

Papel y cartón (milliones de t)









total mundial

126

100

240

100

269

100

213


países desarrollados

118

93

200

83

213

79

180


países en desarrollo

9

7

40

17

57

21

633

a En teoría, el total de material de fibra debe aproximarse al de papel y cartón, previos reajustes de las existencias y material de elaboración

Productos forestales no leñosos

La expresión "productos forestales no leñosos" (PFNL) y los términos análogos como productos forestales "menores", "secundarios" y "no madereros", han surgido como términos generales para designar el amplio abanico de recursos animales y vegetales distintos de la madera procedentes de los bosques o de las especies arbóreas forestales. Como ejemplos de PFNL cabe citar: alimentos y aditivos alimentarios, como nueces comestibles, setas, frutas, hierbas, especias, gomas, plantas aromáticas y animales de caza; forrajes, fibras empleadas en la construcción, mobiliario, vestuario o utensilios; pertrechos navales (turpentina, resina de trementina); y productos vegetales o animales para fines medicinales, cosméticos o culturales. Las procedencias de los PFNL varían; pueden recogerse del mundo silvestre o producirse como plantas domesticadas (o semidomesticadas) en plantaciones o sistemas agroforestales. Su condición silvestre o semidomesticada los distingue de los cultivos comerciales agrícolas ya arraigados como la palma de aceite, el cacao, el coco, el caucho o el café.

Valor de los PFNL

Los productos forestales no leñosos (PFNL) han sido objeto de un gran interés mundial en estos últimos años: debido a que cada día se ha reconocido más su: contribución a las economías domésticas y a la seguridad alimentaria, a algunas economías nacionales, y a objetivos medioambientales, en especial la conservación de la diversidad biológica.

Tienen una gran importancia, sobre todo para los hogares y las economías locales. Se estima en un 80 por ciento la población del mundo en desarrollo que utiliza PFNL para cubrir parte de sus necesidades nutricionales y sanitarias. Son varios los millones de hogares en todo el mundo que dependen mucho de estos productos para su consumo de subsistencia y/o ingresos. Su número es tal vez incluso mayor si se piensa en todos aquellos que dependen estacionalmente de los PFNL (p. ej., pastores que dependen de los forrajes/renuevos forestales en la estación seca). También se emplean los PFNL en muchas labores artesanas y oficios rurales por todo el mundo. Algunos PFNL son objeto de una gran elaboración industrial para obtener productos como alimentos y bebidas, productos de confitería, aromatizantes, perfumes, medicinas, pinturas o betunes y pastas.

Actualmente, al menos 150 PFNL tienen importancia en el comercio internacional. La mayoría de estos productos se exportan en bruto o semielaborados. Aunque la mayoría se comercian en cantidades bastante pequeñas, algunos productos alcanzan niveles sustanciales, como la miel, la goma arábiga, el rotén, el corcho, las nueces y setas del bosque, los aceites esenciales, y los productos farmacéuticos (véase Cuadro 6). Las cifras sobre el valor del comercio internacional de PFNL son sólo indicativas y deben utilizarse con cautela.

El valor total estimado del comercio mundial de PFNL es del orden de 11 100 millones de dólares EE.UU. El sentido general del comercio va de los países en desarrollo a los países desarrollados, con aproximadamente un 60 por ciento importado por países de la UE, EE.UU. y Japón. China es el vendedor mundial predominante, pero India, Indonesia, Malasia, Tailandia y Brasil también son grandes proveedores de los mercados mundiales (véase Cuadro 7).

Aunque los PFNL pueden representar la principal fuente real o potencial de ingresos de los bosques con un potencial bajo de producción de madera, como los bosques de zonas áridas y semiáridas con algunas excepciones, es poco probable que los bosques productivos puedan competir con los rendimientos financieros que proporciona el aprovechamiento de la madera. Los PFNL sirven tal vez simplemente para complementar los rendimientos que se obtienen de la madera y no para sustituirla como fuente de ingresos. El aumento de la producción de PFNL en los bosques que no son idóneos para la producción de madera reforzará, no obstante, el valor de esos bosques y, por lo tanto, al menos teóricamente proporcionará una especie de protección económica contra la conversión a otros aprovechamientos de la tierra. No obstante, hay que tener cuidado en que la comercialización no dé lugar a un aprovechamiento excesivo de los PFNL, ya que esto podría tener sus consecuencias negativas para el medio ambiente. Los llamamientos a que se preste mayor atención a la producción de PFNL están muchas veces menos motivados por consideraciones económicas que por inquietudes ecológicas y sociales. Es más probable que la ordenación de los bosques para una producción de PFNL en lugar de madera o además de ésta, beneficie a la economía local y proporcione bienes, además de servir de fuente de ingresos para los habitantes de los bosques.

Cuadro 6 Valor del comercio de determinados PFNL25

producto

$EE.UU. (millones)

miel natural

268,2

hongos/setas y trufas

210,7

nueces

593,1

especias

175,7

raíces de ginseng

389,3

goma arábiga

101,3

plantas utilizadas en farmacia

689,9

aceites esenciales

312,5

corcho y sus productos

328,8

rotén

119,0

25 Igbal, M. 1995. Trade restrictions affecting international trade in non-wood forest products. Serie de productos forestales no madereros N°, 8; FAO, Roma

Factores que influyen en el aprovechamiento de los PFNL

Tradicionalmente, el conseguir los máximos ingresos de la producción de madera ha motivado las decisiones de política y ordenación forestales de muchos países; los sistemas silvícolas se han proyectado expresamente para potenciar la producción de madera. Estas políticas y prácticas han entrado en colisión en algunos lugares con los intereses de los habitantes de los bosques y de las personas que dependen del bosque para otros usos y productos, y han limitado el potencial de desarrollo de los PFNL. Sin embargo, al aumentar el reconocimiento de la importancia de los PFNL, se está prestando más atención al desarrollo de sistemas de ordenación forestal para el empleo sostenible de la madera y de los productos y servicios no madereros y para asegurar una distribución equitativa de los beneficios.

Cuadro 7 Dirección del comercio para PFNL importantes26

producto

origines principales

mercados principales

nueces del brasil

Brasil, Bolivia, Perú

EE.UU. Reino Unido, Alemania, Australia, Canadá

nueces de castilla

China, India, Afganistán, Pakistán

CE, Japón, Canadá, Suiza

morillas

Pakistán, India, Afganistán

Francia, Suiza, Alemania

nueces de bambara (nueces karite)

Burkina Faso, Malí, Côte d'Ivoire, Benín, Togo, Ghana, Nigeria, Guinea, República Centroafricana

Japón, Suecia, UE

goma arábiga

Sudán

EE.UU., UE (Reino Unido y Alemania), Suiza, Escandinavia, Japón

goma de trementina

China, Indonesia, Portugal

Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Italia

rotén

Malasia, Indonesia, Viet Nam, China

Italia, EE.UU., España, Francia, Egipto, Japón, Países Bajos, Alemania, Grecia, Tailandia

bambú

China, Tailandia, Malasia, Myanmar, República de Corea, Indonesia, Viet Nam, Filipinas, Bangladesh

Francia, Alemania, Países Bajos

laca

India, Tailandia

Alemania, Egipto, Indonesia, EE.UU.

miel natural

Antigua URSS, China, EE.UU., México, Turquía

Alemania, EE.UU. Reino Unido, Japón

raíces de ginseng

Japón, China, Singapur

EE.UU., República de Corea, Canadá, China, UE

aceites esenciales

China, India, Indonesia, Brasil

UE, EE.UU., Japón

plantas medicinales

China, República de Corea, EE.UU., India, Chile, Egipto, Argentina, Grecia, Polonia, Hungría, Zaire, antigua Checoslovaquia, Albania

Japón, EE.UU., Alemania, Francia, Italia, Malasia, España, Reino Unido

hojas de bidi

India

Pakistán Sri Lanka

26 Selección parcial tomada de Iqbal (1995), Cuadro 2, pág. 9.

No obstante, el desarrollo de los PFNL se ha visto limitado por la falta de datos exactos sobre producción y comercio y también por deficiencias en las estructuras políticas e institucionales que se requieren para su apoyo. La importancia económica de los PFNL se subestima en general porque gran parte de la producción y el consumo es de subsistencia y por consiguiente raras veces se compilan o publican datos a nivel nacional. Cuando se recogen datos sobre los PFNL, las deficiencias sistemáticas de esas estadísticas se deben a la información por defecto, la doble contabilidad, la agrupación de PFNL en diferentes fases de elaboración o su consideración junto con otros productos, así como al empleo de precios no objetivos. Desde luego, una información estadística mejorada aclarará la importancia económica de los PFNL y sus tendencias, y proporcionará una información indispensable a fines de ordenación.

A pesar de la creciente atención que en muchos países se está dando a la promoción y desarrollo de los PFNL, actualmente es imposible evaluar si su contribución socioeconómica se ha convertido en más o menos importante; esto no se debe únicamente a la falta de series cronológicas fiables de datos sobre producción y comercio para la mayoría de los PFNL y a la dificultad de diferenciar la producción y el comercio de procedencia agrícola.

Sin embargo, las posibilidades de una mayor comercialización de los PFNL parecerían grandes a juzgar simplemente por el número de productos vegetales y animales de valor conocido para su aprovechamiento humano. La comercialización satisfactoria (y sostenible) de un PFNL que se recolecta normalmente y se emplea en el hogar o se vende en pequeñas cantidades en el mercado local resulta no obstante en extremo difícil. Hay una serie de exigencias técnicas y de consecuencias sociales y económicas que entran en juego y es esencial mejorar los procesos y las estructuras de comercialización. En los esfuerzos que actualmente se despliegan para aprovechar el potencial económico de los PFNL se están afrontando varias cuestiones importantes. Entre éstas figuran las siguientes: la necesidad de desarrollar sistemas de ordenación idóneos para evitar un aprovechamiento excesivo del producto en el mundo silvestre; esclarecimiento de los derechos de los usuarios sobre el recurso, sobre todo donde se considere una propiedad común; las necesidades de investigación y desarrollo para la domesticación o semidomesticación de un recurso silvestre; la formulación de sistemas eficaces de comercialización del producto; varias cuestiones legales, en particular los derechos de propiedad intelectual (cómo podrá indemnizarse adecuadamente al país, al usuario local o a otra entidad por el empleo que del recurso hagan los extraños) y los derechos de patente en caso de investigación de un ingrediente activo proveniente de un producto nacional para su síntesis. Gran parte del esfuerzo actual sobre el desarrollo de PFNL, como el establecimiento de reservas extractivas, se está centrando en proporcionar o incrementar las fuentes alternativas de ingresos para los habitantes de los bosques o poblaciones pobres que viven cerca del bosque. No está garantizado que la comercialización de un producto en gran escala beneficie a esa población y proteja el recurso. Tal vez ni siquiera sea técnicamente factible o económicamente viable.

En muchos países faltan políticas coherentes y de apoyo que rijan expresamente la ordenación, recolección y elaboración de los PFNL, pero algunos (p. ej., Indonesia, India y Turquía) han hecho últimamente algunos esfuerzos para corregir esa situación. En general, el desarrollo y la aplicación de marcos normativos nacionales para favorecer el fomento de los PFNL sigue constituyendo un gran reto.

Comercio internacional de productos forestales27

27 Todas las cifras citadas en este capítulo provienen de varias ediciones del Anuario FAO de Productos Forestales. FAO, Roma.

Tendencias

Sólo un 6-8 por ciento de la producción mundial de madera en rollo se comercia internacionalmente. No obstante, la importancia del comercio internacional de productos forestales depende claramente del valor de las exportaciones de los productos forestales primarios, que se estima ha sido de casi 114000 millones de dólares EE.UU. en 1994. Esta cifra representa poco menos de un 75 por ciento de aumento en términos reales desde 1970. Para algunos países, las exportaciones de productos forestales son de gran trascendencia como fuente de ingresos de divisas.

Ha habido una constante tendencia al alza tanto en el volumen como en el valor de las exportaciones de productos forestales a partir de 1970, que ha sido más pronunciada en estos 10 años últimos. Desde 1970, los volúmenes de exportación de rolliza industrial han aumentado un 21 por ciento para llegar a los 113, 4 millones de metros cúbicos (m3); la madera aserrada se ha duplicado casi ascendiendo a 108 millones de m3, como la ha hecho también la pasta o pulpa de madera (hasta 31, 6 millones de t); los paneles de madera se han cuadriplicado hasta alcanzar los 38, 2 millones de m3, y el papel y el cartón se han triplicado hasta los 72, 7 millones de m3. La Figura 6 muestra estas tendencias en términos cuantitativos.

Este crecimiento del comercio comprende también el del material importado que se reexporta, con una ulterior, elaboración o sin ella, situación que es común en Europa. Por ejemplo, los Países Bajos y Alemania sirven ambos como puntos principales de importación al tiempo que también exportan grandes cantidades (gran parte de las cuales han pasado por un proceso de valor añadido) a otros países europeos. En Asia ocurre una situación análoga con Singapur, Hong Kong, la República de Corea y la provincia de Taiwán.

La importancia respectiva del comercio de algunos de los productos ha venido cambiando (véase Figura 7). El porcentaje de las maderas rollizas industriales, aunque ha crecido en términos absolutos respecto del valor de las exportaciones totales, bajó del 15 al 9 por ciento, en gran parte desde principios de los años ochenta, tendencia que ha proseguido hasta 1995/96. El porcentaje de las exportaciones de pasta de madera bajó constantemente a medida que los importadores se han ido pasando a la importación de productos finales. El comercio de madera aserrada se mantuvo relativamente estable. En cambio, el porcentaje de tableros de madera y de papel y cartón aumentó, lo que refleja la creciente importancia dada a productos forestales de valor añadido en el comercio mundial. Los productos del papel y del cartón representan ahora aproximadamente un 44 por ciento del valor de las exportaciones de productos forestales mundiales, seguidos por la madera aserrada (21 por ciento) y los tableros de madera (13 por ciento).

El porcentaje de la producción total que se exporta ha aumentado para todos los productos salvo para la madera rolliza industrial. Por ejemplo, la proporción de madera aserrada exportada ha pasado del 14 por ciento en 1960 al 26 por ciento en 1994 y el de madera contrachapada del 14 al 37 por ciento (véase Figura 8). En 1994, se exportaron alrededor de una cuarta parte de la producción de madera aserrada, de tableros de madera y de papel y cartón, y una quinta parte de la producción de pasta de madera, pero menos del 10 por ciento de la producción de madera en rollo para fines industriales.

Predominio de los países desarrollados

Una característica del comercio mundial de productos forestales es el predominio de los países desarrollados, tanto en exportaciones como importaciones. En términos de valor, los países desarrollados contribuyeron al 81 por ciento de las exportaciones totales en 1994, algo menos respecto de los niveles alcanzados en 1970. Del lado de la importación, les correspondió un 79 por ciento. Su predominio en 1994 fue mayor para la pasta, el papel y los embalajes, pasando del 85 por ciento de las exportaciones de pasta de madera (79 por ciento de las importaciones) al 91 por ciento de las exportaciones de pasta y papel (77 por ciento de las importaciones).

Las Figuras 9 y 10 muestran el desglose de las importaciones y exportaciones por regiones en 1994. Indican claramente el predominio de Europa y América del Norte, como importadores y exportadores y de Asia como importador. Además hay que hacer notar el hecho de que gran parte de las exportaciones de Europa se realiza entre países dentro de la región.

Figura 6 Tendencias en las exportaciones de productos forestales, 1970-94

(productos forestales: millones m3; productos de fibra; millones de t)

Figura 7 Porcentaje de las exportaciones totales de productos forestales (en valor)

Figura 8 Proporción de la producción mundial exportada (por volumen)

Otra característica importante del comercio internacional de productos forestales es que, aunque son muchos los países que intervienen, sólo unos pocos contribuyen al grueso de las importaciones y exportaciones (véanse Figuras 11 y 12). En 1994, cinco países contribuyeron al 53 por ciento de las exportaciones mundiales de productos forestales y diez países al 70 por ciento. Canadá y los Estados Unidos por sí solos contribuyeron a casi una tercera parte. Del lado de las importaciones, a cinco países correspondió el 51 por ciento y a nueve países el 67 por ciento. A los Estados Unidos y a Japón solos les correspondió un 30 por ciento.

Los principales países desarrollados importadores fueron Japón y los Estados Unidos de América y algunos de los países de la Unión Europea, especialmente Alemania, Reino Unido, Italia y Francia. Muchos de estos países son también importantes exportadores. La Federación de Rusia es un gran exportador a Europa y también a Japón, aunque sus exportaciones han descendido mucho en los últimos años por varios motivos, sobre todo por sus dificultades financieras y de infraestructura.

En los últimos años y al crecer sus economías, los países en desarrollo, especialmente de Asia (sobre todo China y la provincia de Taiwán, República de Corea, Filipinas y Tailandia) han aumentado su participación en las importaciones mundiales, principalmente de trozas y de productos madereros semiacabados. A China sólo corresponde el 20 por ciento de todas las importaciones de países en desarrollo. Los productos del papel suelen constituir las principales importaciones de China, Hong Kong, México y Singapur. En cambio, Tailandia importa principalmente madera rolliza industrial y madera aserrada, y la República de Corea, madera rolliza industrial y tableros de madera.

Sólo en las exportaciones de madera terciada dominan los países en desarrollo; Indonesia contribuye ella sola al 46 por ciento, correspondiendo a Malasia otro 17 por ciento y a Brasil un 4 por ciento. La mayor parte de las exportaciones (en valor) de los países en desarrollo proceden de países asiáticos, que predominan en las exportaciones de tableros de madera, trozas, madera aserrada y productos para papel. Sin embargo, los países de Sudamérica son los principales países en desarrollo exportadores de pulpa de madera. Indonesia y Malasia se han convertido en exportadores importantes de madera aserrada de no coniferas, y Brasil, Chile y los países asiáticos recién industrializados han aumentado sus exportaciones de pasta de madera y de productos de papel. Malasia es el tercer mayor exportador del mundo de trozas (después de los Estados Unidos y de la Federación de Rusia) y el quinto mayor exportador de madera aserrada. En general, las exportaciones que realizan los países en desarrollo se han desplazado hacia productos de valor añadido, aunque sigue habiendo un comercio sustancial en trozas sin elaborar y astillas de madera.

Los países en desarrollo ocupan una posición dominante en el comercio sólo en el sector de la madera tropical. Se estima que la madera rolliza tropical representa un 15 por ciento de la producción industrial mundial de madera rolliza. Los productos tropicales contribuyen a diversos porcentajes en el total de las exportaciones: representan más del 20 por ciento de la madera rolliza industrial exportada, un 10 por ciento de la madera aserrada, menos de un 10 por ciento de los productos de pasta y papel y cartón, pero un 39 por ciento de los tableros de madera (véase Cuadro 8). Dentro de la categoría general de tableros de madera contribuyen, en cambio, al 71 por ciento de las exportaciones de madera terciada. Desde 1970 han aumentado los volúmenes reales de casi todos los productos tropicales exportados y para todos, salvo para la madera rolliza industrial, su proporción dentro de las exportaciones totales ha aumentado, aunque sólo de forma marginal para la madera aserrada. En todos los casos, sus porcentajes en términos de valor también se han incrementado. Los países tropicales han aumentado asimismo su proporción del valor global de las exportaciones de la totalidad de esos productos durante el período.

La producción forestal tropical ha bajado en los últimos dos a tres años, lo mismo que las exportaciones de algunos productos. El descenso en los volúmenes de exportación de trozas tropicales, madera aserrada y tableros de madera se debe a diversos factores. En muchos casos, las variaciones globales encubren grandes variaciones a nivel regional y nacional. Por ejemplo, las exportaciones asiáticas de algunos productos han bajado recientemente mientras que al propio tiempo han subido las de América del Sur. En algunos casos, estos movimientos reflejan cambios en sólo uno o algunos países (p. ej., Malasia, Indonesia y Brasil) y no en todos los países. He aquí algunos de los factores que influyen en esos cambios

Figura 9 Importaciones de productos forestales: Porcentajes regionales de 1994 (en valor)

Figura 10 Exportaciones de productos forestales: Porcentajes regionales de 1994 (en valor)

Figura 11 Principales importadores de productos forestales, 1994

Figura 12 Principales exportadores de productos forestales, 1994

· aumento del consumo interno en importantes países productores en desarrollo:

· reducción de los niveles de aprovechamiento debido a inquietudes ecológicas y a la situación del mercado de exportación;

· desplazamiento de las exportaciones de trozas y en menor grado de madera aserrada hacia productos de más valor. Por ejemplo, las exportaciones de madera rolliza industrial hechas por Malasia han bajado fuertemente desde los niveles alcanzados en los últimos años ochenta, baja que probablemente proseguirá, pero el volumen de madera terciada exportada se ha triplicado desde 1990.

Algunas de estas tendencias reflejan grandes cambios estructurales, que no es probable que se inviertan, mientras que otros constituyen una respuesta a una situación normal del mercado a corto plazo.

Cuadro 8 Exportaciones de madera tropical y sus productos (1970 y 1994)


1970

1994

total de todas las procedencias

total de países tropicales3

% de países tropicale

total de todas las procedencias

total de países tropicalesa

% de países tropicales

madera rolliza industrial (milliones de m3)

93,6

39,5

41,0

113,4

24,3

21,4

madera aserrada (milliones de m3)

57,4

5,4

9,4

107,6

10,3

9,6

tableros de madera (milliones de m3)

9,7

1,2

12,4

38,2

14,9

39,0

madera terciada (milliones de m3)

4,8

0,7

14,5

17,7

12,6

71,2

pasta (milliones de t)

16,9

0,04

0,2

31,6

2,6

8,2

papel y cartón (milliones de t)

23,4

0,09

0,4

72,7

4,4

6,1

a estimación

Tendencias de los precios de los productos forestales

Aunque han aumentado constantemente los precios nominales de las exportaciones de productos forestales, el índice real de precios de la FAO para los productos forestales se ha mantenido bastante estable desde los años setenta. Este índice ha venido aumentando desde 1985, después de caer paulatinamente a principios de los años ochenta. Como es normal para la mayoría de los productos, ha habido grandes fluctuaciones a corto plazo dentro de esas tendencias generales, sobre todo para determinados productos. Los precios reales de las trozas tropicales se han movido al alza desde principios de los años setenta; bajaron por un breve espacio de tiempo entre 1979 a 1985, pero luego volvieron a subir. El precio real de la madera aserrada tropical ha seguido una tendencia análoga, aunque con mayores fluctuaciones y con una baja más pronunciada a mediados de los años ochenta y un aumento más rápido en estos últimos tiempos. El precio real de otros productos, sobre todo de los tableros de madera, de la pasta y del papel y el cartón, han seguido subiendo a todo lo largo de los años ochenta. Para los productos tropicales, este aumento a largo plazo puede reflejar una combinación de una disponibilidad decreciente de productos y de una demanda creciente para los productos madereros tropicales, mientras que la baja reciente de algunos precios reales está vinculada a la depresión de muchas economías en los países importadores. Los precios de muchos productos madereros, tanto templados como tropicales, han experimentado unas fuertes subidas en 1993-94, pero luego han bajado casi a los niveles anteriores.

Dirección del comercio

En estos últimos años también ha habido modificaciones en la dirección del comercio, lo que responde a toda una serie de factores, sobre todo a cambios en las pautas de consumo; a variaciones en la disponibilidad de recursos procedentes de bosques naturales, a decisiones en materia de inversiones; desarrollo de nuevas tecnologías; preferencias comerciales; cambios de orden político, económico y social; reajustes de política; y las actitudes recientes ante cuestiones de ecología.

Características mas significativas de los últimos años

Entre las características más significativas que han aparecido en estos últimos años figuran las siguientes:

· una considerable expansión de las exportaciones de la mayoría de los productos, con un número creciente de exportadores e importadores;

· una variación en la importancia respectiva de los productos, como por ejemplo:

· una baja en las exportaciones de trozas y un aumento en las de productos elaborados, sobre todo de madera aserrada y madera terciada, por parte de muchos países en desarrollo;

· sustitución de los productos de maderas blandas por productos de frondosas en varios mercados; y

· un aumento del comercio general del papel y el cartón;

· una mayor diversificación de los mercados y un creciente comercio intrarregional, avivado éste por el incremento registrado en los acuerdos generales de comercio como:

· la expansión de la Unión Europea;

· la firma del Tratado de Libre Comercio Norteamericano entre Canadá, Estados Unidos y México; y

· el impulso que ha imprimido el Acuerdo de MERCOSUR entre Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay y Bolivia (país este que en breve se convertirá en un miembro asociado).

Cambios específicos en las corrientes comerciales

Entre los cambios importantes que se han observado en las corrientes de comercio figuran los siguientes:

· la aparición de una gran expansión de las exportaciones de trozas en estos últimos años por varios países en desarrollo, como la República Popular de China, Ghana, Papua Nueva Guinea, Islas Salomón, Camboya y Chile;

· un aumento general en las exportaciones de trozas desde 1990, lo que obedece a un aumento de las exportaciones de los países desarrollados (aumentos por parte de la antigua URSS y Nueva Zelandia que compensan una baja de los Estados Unidos), todo lo cual neutraliza la reducción que se ha verificado por parte de los países en desarrollo (como consecuencia sobre todo de una reducción del 60 por ciento por Malasia);

· un aumento de las corrientes de comercio entre países en desarrollo como sucede con países asiáticos como China, República de Corea y provincia de Taiwán, que han aumentado sus importaciones (especialmente de trozas y madera aserrada) de otros países en desarrollo, sobre todo de países africanos;

· un aumento de las exportaciones latinoamericanas de todos los productos, en particular de pasta y papel, en el que han predominado Brasil y en menor medida Chile. Las exportaciones de Brasil se han duplicado con creces en valor entre 1987 y 1994;

· aumento del comercio por los países exportadores de maderas blandas del hemisferio sur como Nueva Zelandia y Chile;

· expansión de las importaciones realizadas de todas las procedencias por China, República de Corea y Tailandia;

· sustitución de las maderas duras por maderas blandas en algunos mercados importantes, como Japón;

· un incremento del comercio de productos más preciados: el valor de las exportaciones de madera aserrada ha aumentado un 40 por ciento desde 1990, el de los tableros de madera un 52 por ciento y un 300 por ciento el del papel y cartón, con un aumento también de las exportaciones de componentes de muebles, molduras, etc;

· expansión de las exportaciones por varios países europeos como reflejo de un aumento del comercio intraeuropeo;

· bajas fortísimas en los suministros de la Federación de Rusia debido a varios factores, entre ellos problemas de infraestructura, dificultades medioambientales y limitaciones financieras y políticas;

· aumento de las exportaciones de madera aserrada de no coniferas por los Estados Unidos de América, que se han duplicado desde mediados de los años ochenta al reconocerse el valor de los recursos no coníferos y al haberse desplegado fuertes esfuerzos industriales para exportar toda una gama de productos;

· el impacto que han tenido las limitaciones medioambientales en las exportaciones de los EE.UU.;

· el cese casi total de las exportaciones de trozas a finales de los años ochenta por dos de los principales exportadores, Indonesia y Filipinas, pasando el primero a las exportaciones de madera terciada y en menor medida de madera aserrada, mientras que el último país se ha convertido en un importador neto debido a la falta de productos forestales explotables;

· un aumento sustancial entre 1984 y 1994 de las exportaciones canadienses de madera aserrada (+ 22 por ciento), de tableros de partículas (+ 300 por ciento), de pasta (+ 49 por ciento) y de papel para periódicos (+ 18 por ciento); en su mayor parte han seguido destinándose todas ellas a los EE.UU.;

· cambios en las pautas de comercio al alterarse o modificarse los antiguos lazos políticos y vínculos comerciales como resultado de la aparición de una serie de nuevos países a consecuencia de la reunificación de Alemania y de la disgregación de la antigua URSS.

El impacto de la Ronda Uruguay

Las restricciones al comercio de productos forestales son muchas y variadas y, aunque para la mayoría de los productos no son de gran importancia económica, con frecuencia actúan de impedimentos importantes al libre intercambio. Uno de los principales mecanismos internacionales para reducir las restricciones ha sido la serie de negociaciones comerciales multilaterales llevadas a cabo bajo los auspicios del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). La serie más recientes de negociaciones, la Ronda Uruguay, se concluyó oficialmente en abril de 1994. De resultas de ello, el comercio se verá fomentado por las reducciones arancelarias acordadas, por un mayor escrutinio y control de las barreras no arancelarias y una mejor normalización de las reglas generales y principios que los países deben aplicar en sus relaciones comerciales. Los efectos sobre el comercio variarán mucho entre países y sus productos, pero para los productos forestales en general serán probablemente beneficiosos pero no sustanciales, ya que para la mayor parte de los productos forestales los aranceles habían ya alcanzado niveles bajos en los países desarrollados antes de la Ronda.

Efecto de los cambios arancelarios en los productos forestales

A lo largo de algunos años se irán implantando progresivamente varias de las reducciones arancelarias que se aplicarán a los productos forestales. Como las tarifas arancelarias sobre los productos forestales eran por lo general bastante bajas antes de la Ronda, las ganancias serán relativamente modestas para muchos de ellos. Algunos países seguirán manteniendo unos aranceles elevados sobre algunos de sus productos.

Para los países desarrollados se han acordado importantes reducciones aplicables a muchos productos. Los principales países importadores se han obligado a reducir los aranceles sobre una serie de productos de madera maciza a lo largo de un quinquenio, que comenzó en 1995. Otros países acordaron también reducir los aranceles sobre productos de madera maciza, o por lo menos a consolidar sus tipos. La consolidación se da cuando los países fijan un tope a su arancel y luego acuerdan no elevarlo. Se estima que las reducciones por los países desarrollados promedian (con arreglo a una base ponderada del comercio) un 43 por ciento para los productos de madera maciza en total. Se estima que la reducción para los tableros de madera es del 31 por ciento y que van del 50 al 60 por ciento para productos madereros más elaborados. Para los productos del papel y del cartón, la reducción general será del 99 por ciento, pues todos los principales importadores (EE.UU., Canadá, UE y Japón) y algunos otros irán eliminando progresivamente sus aranceles por completo a lo largo de un período de ocho a diez años. En el caso de los muebles, algunos grandes importadores como la Unión Europea, Japón y los Estados Unidos han acordado eliminar los aranceles por completo en los próximos ocho a diez años28.

28 GATT (1994). The Uruguay Round Deal, Abril.

A pesar de todo ello, los aranceles de la post Ronda Uruguay siguen siendo elevados para algunos productos forestales. Como ha sucedido anteriormente, los tableros de madera (especialmente terciada) y algunos productos de valor añadido continuarán afrontando mayores restricciones que la mayor parte de los otros productos.

El cuadro que ofrecen los países en desarrollo es más variado. Algunos países en desarrollo han acordado reducir los aranceles sobre determinados productos, en algunos casos hasta un 60 por ciento. Esto se hace desde tipos muy elevados, por lo que incluso después de esas modificaciones la mayoría de las tarifas siguen siendo considerablemente superiores a las correspondientes a los países desarrollados.

Otra característica de los cambios acordados en la Ronda Uruguay es que las preferencias, que reducen los volúmenes (contingentes arancelarios) para algunos países, tenderán a ser sustituidas por un único tipo de arancel consolidado en el futuro. El sistema preferencial más conocido ha sido el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) de la UNCTAD, en virtud del cual los distintos países importadores desarrollados ofrecen aranceles bajos (a menudo de tipo cero) a los países en desarrollo sin exigir a cambio ningún beneficio. Este sistema de preferencia se volverá menos común en perjuicio de los países en desarrollo, aunque con la reducción general arancelaria que se ha verificado en estos últimos años los beneficios de estos planes ya habían mermado.

Prácticamente todos los aranceles previos a la Ronda Uruguay estaban sin consolidar, pero en virtud del Acuerdo de dicha Ronda todos los principales países desarrollados y muchos países en desarrollo van ahora a consolidar sus tarifas. Esto proporcionará una mayor certidumbre a los exportadores.

Efectos en las barreras no arancelarias (BNA)

El efecto de las negociaciones de la Ronda Uruguay en las BNA es más difícil de predecir que el que tendrá en los aranceles pues su existencia y su impacto es más difícil de determinar. Los beneficios que se obtendrán derivarán del mayor grado de disciplina impuesto y de la uniformidad en el modo en que los países interpretan y aplican varias reglamentaciones. Varios acuerdos que se negociaron separadamente de los cambios arancelarios de los distintos países deberían reducir aún más el efecto de muchas BNA y mejorar el modo en que se realiza el comercio. Dos acuerdos que especialmente interesan a la silvicultura son: el Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (Acuerdo MSF), lo que podría mejorar las condiciones en torno a la inspección y la cuarentena; y el Acuerdo sobre Barreras Técnicas al Comercio (BTC), que podría limitar el empleo de reglamentos técnicos para otros fines distintos a los legítimos de la sanidad, seguridad, calidad de producto y protección del medio ambiente. Otra innovación importante es que todo país, al integrarse en la Organización Mundial del Comercio (OMC) está ahora obligado a aceptar todos los resultados de la Ronda Uruguay sin excepción alguna. Anteriormente los países se regulaban sólo por los acuerdos particulares de los que eran signatarios.

Efectos generales de la Ronda Uruguay en el comercio de productos forestales

En un estudio reciente29 sobre los efectos de los cambios introducidos por la Ronda Uruguay se estima por lo bajo que la expansión del comercio internacional de productos forestales entre los principales países interesados cuando se hayan aplicado todas las reducciones arancelarias (es decir, en torno al año 2000-2004) pueden oscilar entre 340 y 472 millones de dólares EE.UU30. Como es algo menos de la mitad del uno por ciento de las importaciones de productos forestales de los países estudiados, significa que, aunque las ganancias del comercio de la Ronda Uruguay serán probablemente positivas y valiosas, el impacto en el comercio mundial de productos forestales tal vez no sea tan sustancial. En gran medida, esto refleja el hecho de que las tarifas arancelarias para la mayoría de los productos forestales eran relativamente bajas antes de que comenzase la Ronda Uruguay.

29 Barbier, EB, (1996). Impact of the Uruguay Round on International Trade in Forest Products, FAO, Roma.

30 Se trata de estimaciones prudentes porque el análisis se limitó al impacto de las variaciones arancelarias, y se redujo a trozas, madera aserrada, tableros y pasta y papel (no se incluían productos como muebles, otra clase de papel y madera para ebanistería).

Los efectos de la Ronda Uruguay variarán por países, por productos y por mercados. Los países desarrollados, considerados colectivamente, probablemente se beneficiarán más que los países en desarrollo. Los aranceles en los países desarrollados, cuando se apliquen plenamente, sobre muchos productos se reducirán a niveles bajísimos o desaparecerán totalmente. Sin embargo, como algunos países seguirán manteniendo aranceles elevados sobre algunos de sus productos, las ganancias se limitarán a algunos productos en determinados mercados. Los productos de madera terciada y algunos de valor añadido seguirán tropezando con restricciones mayores a las de la mayoría de los demás productos. También será beneficioso el control más estricto que se llevará: sobre la aplicación de las BNA.

De las reducciones que en las negociaciones se han acordado tal vez no deriven beneficios importantes, pero sí del impulso que el proceso de la Ronda Uruguay ha imprimido para continuar con reducciones y mejoras, situación que ya se ha hecho patente claramente.

La concienciación medioambiental y sus efectos en el comercio

En el comercio internacional de productos forestales han influido inquietudes medioambientales. Los problemas se refieren a los efectos del comercio internacional en el medio ambiente y, viceversa, al impacto de la acción ecológica en el comercio. Una de las opiniones es la de que la presión generada por los mercados (y un consumo excesivo) es la causa principal del daño que se irroga a los bosques o incluso de su pérdida. En cambio, otra opinión defiende que el comercio internacional no tiene efecto alguno en el medio ambiente y por lo tanto no debe ser el punto de mira de quienes buscan soluciones a los problemas medioambientales.

Es evidente a todas luces que el comercio, aunque tenga su impacto, no es causa directa principal de los problemas ecológicos y que las medidas comerciales por sí solas no pueden asegurar una ordenación sostenible de los bosques. Ello no obstante, se han propuesto varias iniciativas comerciales, que se aplican como respuesta a las inquietudes ecológicas. Algunas de ellas como las relativas al reciclaje del papel de desecho y su recuperación, los controles de la contaminación, los métodos de elaboración, etc., han tenido ya efectos en algunos países. Seguirán teniéndolo y es probable que se extiendan a otros países. Otras medidas, como la certificación de los productos forestales, el elenco de las especies de madera en los apéndices de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la implantación de reglamentaciones sobre embalaje, de reglamentos y normas técnicas para los productos y métodos de elaboración, han tenido menos efecto hasta la fecha, aunque parece probable que tendrán mayor impacto en el futuro. A continuación se exponen brevemente algunos de los fenómenos principales motivados por el medio ambiente y que han tenido o es probable que tengan influencia en el comercio. Se ilustra así el carácter diverso y complejo de este asunto.

Comercio de productos forestales certificados

La certificación de los productos forestales se ha convertido en uno de los temas más palpitantes y controvertidos en silvicultura, debido en gran parte a los esfuerzos de los grupos ecológicos y a la presión que han ejercido sobre los gobiernos y comercio al por menor en algunos grandes países importadores (véase también Parte 3). El tema de las certificaciones es objeto ahora de análisis, debate y discusión en casi toda reunión que trate de cuestiones de ordenación y comercio forestales. La certificación trata de vincular el comercio, especialmente el internacional, con la ordenación sostenible de los recursos forestales ayudando a los usuarios a comprar productos confeccionados sólo con madera de bosques que están siendo objeto de una ordenación sostenible. La certificación puede también fomentar unas mejores normas ecológicas en las actividades posteriores a los aprovechamientos forestales. Aunque hasta ahora se ha hecho hincapié principalmente en la madera y productos de la madera, recientemente se ha extendido esta atención a incluir la pasta y el papel. Hay también propuestas en el sentido de que debe tomarse en consideración la certificación de productos forestales no madereros.

Las opiniones y las actitudes respecto de la certificación van desde un fuerte apoyo, pasando por un interés relativo, hasta no tener ningún interés por la idea o incluso rechazarla. Actualmente se están analizando o elaborando en todo el mundo, tanto en los países desarrollados como en desarrollo, un número considerable y cada vez mayor de sistemas de certificación, y en varios países se da una aceptación general de éstos, aunque en muchos casos a regañadientes. Se ha vuelto generalmente un problema de "cómo", "cuándo" y "por quién", no de "por qué" y "si" debe hacerse.

Situación actual

El impacto real de la certificación en el comercio a nivel mundial ha sido escasísimo hasta la fecha. El volumen de productos abarcados por los planes operativos de certificación es insignificante a nivel mundial o incluso regional. Estimaciones que comúnmente se reproducen (aunque sin estar documentadas) de la superficie cubierta por los planes de certificación van de 2, 3 a 4 millones de ha, oscilando la producción señalada de madera rolliza de esos bosques de 1, 5 millones de m3 a 4 millones de m3.31 Para mayor objetividad, incluso la estimación alta representa menos del 0, 5 por ciento de la madera que se comercia internacionalmente y una proporción insignificante de la madera total empleada para fines industriales. El valor de los productos madereros certificados que son actualmente objeto de intercambio, internacional o nacional, es desconocido pero en todo caso de menor importancia.

31 Véase por ejemplo Sullivan, F. (1996). Certification gives the world's forests hope. Ejemplar distribuido en Internet el 3 de septiembre de 1996; Baharuddin Haji Ghazali y Simula Markku, (1996) Timber Certification in Transition Informe a la OIMT del 22 de mayo; Crossley, Rachel (1996). A Review of Global Forest Management Certification initiatives: Political and Institutional Aspects. Actas de la Conferencia sobre cuestiones ecológicas, sociales y políticas de la certificación sobre ordenación de bosques, Malasia, 13-16 de mayo,

Los países importadores con grupos ecológicos activos e intereses mercantiles que encuentran ventajas comerciales en que se les suministren productos certificados tienen el máximo interés en esta certificación. Europa occidental se ha mostrado sumamente activa, en particular Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido, mientras que los planes de certificación están siendo objeto de estudio en Dinamarca, Suiza y Austria. Otros países europeos como Francia, España, Portugal, Irlanda e Italia han mostrado hasta la fecha poco interés por la certificación y lo mismo cabe decir de los grandes mercados asiáticos de importación como los de Japón, República de Corea y China. Los países exportadores más interesados en la formulación de planes de certificación son aquellos cuyos mercados externos principales están mostrando el máximo interés por productos certificados. Entre éstos figuran: Australia, Brasil, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Indonesia, Malasia, Nueva Zelandia, Noruega, y Suecia. Organos regionales como la Organización Africana de la Madera (OAM) también han iniciado campañas para llegar a la etiqueta "verde".

Todos los sistemas de certificación actuales o propuestos se basan en evaluar el nivel de ordenación forestal que se está aplicando para determinar si los bosques están siendo manejados bien/sosteniblemente, o no. Hay dos criterios entre los cuales actualmente existe gran desacuerdo sobre las razones que los avalan; el del empleo de un sistema de "normas de desempeño", como las utilizadas por el Consejo de Administración Forestal (CAF)32, y otro, el criterio basado en un sistema de "normas de procedimiento", como las de la Organización Internacional de Normalización (ISO). Mientras hay quienes consideran que los dos sistemas son incompatibles, parece que cada día se admite más que ambos pueden de hecho respaldarse mutuamente, y podría conseguirse con el tiempo algún grado de aceptación mutua.

32 El CAF es una ONG de reciente creación (inscrita en 1994) en México. Se creó para habilitar a órganos de certificación con el fin de garantizar que se aplican normas comunes en dicho procedimiento, Los certificadores habilitados han de aplicar una serie de principios y criterios que ha establecido el CAF, Este también ha distribuido recientemente una etiqueta que los certificadores habilitados por el CAF pueden colocar en los productos certificados, Hasta la fecha son cinco los certificadores habilitados, que han expedido ya certificaciones sobre un pequeño número de bosques en distintos países

Problemas nuevos

A pesar de los avances realizados hasta ahora y de la gran atención que se está prestando a la certificación, son muchos los problemas sin resolver y las incertezas en torno a ellos. La certificación se basa en dos aspectos: primero, que la presión externa aplicada a través del comercio llevará a mejoras en las prácticas de ordenación forestal, y segundo, que la demanda del mercado de productos procedentes de bosques ordenados sosteniblemente es importante y que los mercados están dispuestos a pagar algún tipo de prima por ellos (p. ej., un mayor precio, más demanda, una mayor cuota de mercado, etc.). Todavía es demasiado pronto para pronunciarse sobre la validez de estas hipótesis. Los propietarios forestales no están seguros de lo que ha de hacerse para cumplir los requisitos de certificación, cuáles serán los costos y beneficios (y para quién) y hasta qué punto será indispensable la certificación. Los intereses comerciales no tienen certeza sobre qué beneficios y costos les acarreará la certificación, y sobre cómo elaborar un plan eficaz de certificación que aproveche tanto al consumidor como a ellos mismos. Existe también un gran debate sobre cuál es el proceso de certificación más eficaz.

Difieren bastante las opiniones sobre el tamaño y la duración del impacto económico que los planes de certificación pueden tener en el comercio. En la actualidad hay demanda para algunos productos "ecológicamente sanos" o productos "verdes" en algunos países, pero no consta claramente que su volumen sea importante o que se vayan a pagar primas a no ser por productos selectos. Una posibilidad es que puede haber grandes beneficios comerciales para algunas compañías o productores individualmente considerados, pero no para la silvicultura en su conjunto.

Aunque los efectos sobre el comercio son hasta la fecha limitados, se está produciendo un grado considerable de incerteza comercial en muchos mercados y una cierta preocupación entre muchos de los que intervienen en el comercio de productos forestales, desde el productor hasta el comerciante. Una de las preocupaciones estriba en que, a menos que la certificación se aplique con cuidado, puede actuar de barrera no arancelaria al comercio, discriminando deliberadamente, o no, contra los que no pueden o no quieren conseguir esos niveles exigidos de ordenación forestal. Concretamente, puede perjudicar a varios países en desarrollo. Si las importaciones se restringen a orígenes cuya producción ha sido certificada como "sostenible", incluso los productores que estén en condiciones de cumplir los requisitos de la ordenación forestal pueden fácilmente encontrarse con la barrera i importante de adaptarse a los distintos requisitos de los diversos mercados. La certificación puede también favorecer a los países industrializados donde, al menos actualmente, las prácticas de ordenación forestal tiendan a acercarse a los objetivos de la sostenibilidad. Aun cuando parece probable que la mayoría de los planes son voluntarios, pueden realmente hacerse obligatorios ya que algunos detallistas importantes tal vez no quieran comerciar con productos no certificados (como ocurre en el Reino Unido), y los consumidores pueden incluso pasarse a productos sucedáneos fabricados con materiales distintos de la madera (como ya está pasando hasta cierto punto en algunos países europeos). También preocupa que la certificación puede dar al consumidor la impresión de que los productos no etiquetados (sobre todo los que no han sido analizados) se han producido de forma ecológicamente irresponsable.

Panorama futuro

La certificación está todavía en sus orígenes. Sin embargo, parece probable que tendrá un impacto cada vez mayor por lo menos durante los próximos años, aunque resulta difícil predecir actualmente el carácter exacto de ese impacto. Por lo menos a breve plazo, puede provocar una cierta distorsión en el mercado pues algunos países, o intereses individuales dentro de un país, tendrán que habérselas con diversos sistemas y criterios que se están promoviendo. Los efectos a más largo plazo dependerán de toda una serie de factores, pero sobre todo del grado en que la certificación llegue a ser objeto de aceptación y confianza en el mercado. Parece probable que comenzará a repercutir en las pautas del comercio y, a más largo plazo, si se adopta de forma más general, puede también afectar a los tipos de productos comerciados.

En resumen, aunque resulta difícil predecir en estos momentos el rumbo y el alcance que tendrá la certificación, parece probable que:

a) las actividades de certificación seguirán creciendo, al menos de breve a medio plazo (3-5 años);

b) no es probable que su crecimiento sea rápido, por la razón al menos de que existe una superficie limitada de bosques que puede cumplir las definiciones estrictas de lo que se considera una buena ordenación forestal;

c) el impacto en el mercado se limitará a algunos países (aunque su lista irá creciendo); y

d) probablemente se limitará a pequeños mercados nicho, con beneficios comerciales positivos para algunos proveedores.

Impacto en el comercio de especies de madera enumeradas en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES)

La CITES emplea un sistema de licencias que expiden las autoridades designadas en los Estados Miembros para regular el comercio internacional de productos de la vida y de la flora y fauna silvestres. Las especies, subespecies o poblaciones pueden figurar: en el Apéndice I, que prohibe fundamentalmente el intercambio comercial; en el Apéndice II, donde para el comercio se exige una licencia de exportación expedida por el organismo competente en el país exportador; en el Apéndice III, donde el intercambio comercial está sujeto a licencias de exportación para el país o países que elencan esas especies, o a un certificado de origen de otros países. A continuación se indican las especies que actualmente figuran contenidas en los Apéndices de la CITES. Sólo una de las incluidas en el Apéndice II (Pericopsis elata) y otra del Apéndice III (Swietenia macrophylla) son objeto de comercio internacional en volúmenes importantes.

Recuadro 9 Objetivos de la certificación

Se promueve la certificación con dos finalidades primordiales:

· mejorar la ordenación de los bosques para conseguir su sostenibilidad; y

· dar acceso comercial a los productos procedentes de esos bosques. Son dos los componentes principales de la certificación:

· certificar el nivel de ordenación forestal; y

· certificar los productos que se hacen con madera de esos bosques.

En la actualidad, casi toda la atención se vuelca en determinar si los productos proceden de bosques que son objeto de una ordenación sostenible. Poco interés se presta a que la certificación se haga atendiendo a razones de bondad ecológica en las actividades de postaprovechamiento, es decir, en la distribución y elaboración (p. ej., emisiones de fábricas, eliminación de residuos, empleo de energía y transportes). Tanto que, en la mayor parte de las situaciones, estos aspectos no entran en la categoría de "ecoetiquetado". En cambio, en el caso de la pasta y el papel, la certificación se ha extendido más allá de las normas de ordenación forestal a cuestiones relacionadas con el procedimiento como la contaminación, el contenido del papel reciclado o de desecho utilizado, y el procedimiento empleado para fabricar el producto (p. ej., si el producto está exento de cloro). Es probable que otras industrias forestales sigan esta tendencia.

Aunque la CITES lleva ya 23 años de existencia, sólo recientemente se ha convertido en una cuestión de alto perfil y muy controvertida en materia de silvicultura. El motivo principal de estas controversias ha sido los intentos de los países desarrollados, apoyados firmemente por grupos ecológicos, de que se incluyan en los Apéndices de la CITES varias especies comercialmente importantes que se encuentran en los países en desarrollo tropicales. Se llegó así a un punto crítico en 1994 cuando los Países Bajos y Alemania propusieron que varias especies tropicales se incluyesen en el Apéndice II. Luego ha proseguido con una propuesta de Costa Rica que dio lugar a que en noviembre de 1995 la caoba de hojas grandes, llamada también caoba roja o aguano, (Swietenia macrophylla) se incluyese en el Apéndice III. Como resultado de esta última iniciativa, todos los demás países de las Américas donde se da la caoba tienen ahora que expedir certificados de origen o certificados de propagación artificial para poder exportar su producción de trozas aserradas, madera aserrada y chapas.

Círculos forestales y comerciales han expresado su preocupación de que la CITES se esté utilizando para frenar o limitar el comercio. Entre los problemas difíciles que han aflorado figuran éstos: el de si las especies propuestas para su inclusión están realmente amenazadas o corren peligro y qué trámites deben seguirse para determinar este hecho; quién debe tener el derecho a promover la inclusión de una especie y cuáles deben ser los derechos de los países afectados y qué cambios hacen falta introducir en los actuales procedimientos de la CITES que se aplican una vez se ha incluido una especie.

Una determinación exacta sobre si una determinada especie está realmente amenazada por el comercio y por lo tanto está justificada su inclusión, es algo muy difícil si se carece de una información precisa sobre lo que se comercia y lo que existe realmente en los bosques, por la dificultad de identificar la madera y los productos madereros procedentes de determinadas especies y el procedimiento tan complejo a través del cual se realiza el comercio de la madera.

Los círculos comerciales argumentan que el simple hecho de que una especie aparezca incluida, incluso en el Apéndice III, tendrá un impacto negativo en el comercio de esa especie. Un problema de tipo más general, pero muy importante, sobre el que hay muy pocas pruebas claras en uno u otro sentido, es si el sistema de la CITES tiene en realidad algún efecto importante en la probable supervivencia de una especie.

Cuadro 9 Especies de madera incluidas en los Apéndices de la CITES

Ap.I

Araucaria araucana (Argentina), Fitzroya cupressoides, Pilgerodendron uviferum, Dalbergia nigra, Abies guatemalensis, Podocarpus parlatorei, Balmea stormiae

Ap. II

Araucaria araucana (Chile), Caryocar costar/cense, Oreomunnea pterocarpa, también denominada Engelhardia pterocarpa, Pericopsis elata, Platymiscium pleiostachyum, Pterocarpus santalinus, Swietenia humilis, Swietenia mahogoni, Prunus africana, Taxus wallichiana, Aquilaria malaccensis, Guaiacum officinale, Guaiacum sanctum

Ap. III

Talauma hodgsonii, Swietenia macrophylla, Podocarpus neriifolius, Tetracentron sinense

Como resultado de las preocupaciones y controversias suscitadas, la CITES creó en 1994 un Grupo Temporal de Trabajo sobre la madera para que estudiara los temas relativos a la madera y productos madereros. El Grupo se reunió dos ves en 1995/96 y formuló varias propuestas que se estudiarán en la Conferencia de las Partes de la CITES en su próxima reunión.

Recuperación y reciclado del papel de desecho, de los desperdicios de embalajes y de los residuos de madera

El comercio de papel de desecho a nivel mundial ha crecido en la última década y media. Las exportaciones han aumentado en casi un nueve por ciento anual desde 1980 mientras que el consumo mundial de papel de desecho creció en casi un 5, 3 por ciento cada año durante el mismo período. (Véase "Innovaciones en la tecnología de elaboración y en el desarrollo de.:; | productos", páginas 30-33, para más detalles sobre la recuperación y el reciclado del papel de desecho). Entre los principales importadores de papel de desecho figuran la República Popular de China (específicamente, la provincia de Taiwán), la República de Corea, México, Países Bajos, Italia, Francia y Japón, mientras que los mayores exportadores son EE.UU. (50 por ciento de las exportaciones mundiales), Alemania, Países Bajos, Francia, Hong Kong y Bélgica.

En algunos casos, las políticas que fomentan el, reciclado de papel de desecho han tenido efectos i: importantes en el comercio. Por ejemplo, en 1989 un T: 56 por ciento de todo el papel para periódicos consumido en los Estados Unidos fue suministrado por Canadá, pero para 1992 esa cifra había bajado al 50: por ciento. En esta reducción ha influido la legislación estadounidense (tanto federal como de los estados) que fija niveles mínimos de contenido de fibra reciclada en el papel de periódico (normalmente un 40 por ciento), además de programas para estimular la demanda comercial de papel reciclado, e incentivos fiscales para las compañías que establecen tecnologías de reciclado. Dado que Canadá cuenta con una población relativamente pequeña y diseminada, el consumo de papel para periódico es pequeño respecto de la producción, y por eso la disponibilidad de papel de desecho es limitada y su recogida es costosa. Para cubrir las necesidades de contenido de papel de desecho en los Estados Unidos, los productores canadienses de papel para periódicos han tenido que importar papel de desecho de los EE.UU; más de 700 000 t de papel recuperado en 1992 se importaron de los EE.UU. en 1992.

Al igual que sucede con el reciclado, las normas sobre recuperación de papel y reciclado de embalajes de desecho introducidas en muchos de los países de Europa occidental surten efectos en la dirección y extensión del comercio internacional de productos forestales al modificar la competitividad y al influir en los mercados de importación, especialmente por parte de proveedores más distantes (véanse también páginas 30-33)..

Reglamentaciones y normas técnicas para productos y métodos de elaboración

Las reglamentaciones y normas técnicas relativas a la protección de la vida animal y vegetal frente a plagas y enfermedades; la salud y seguridad humanas, y el mantenimiento de la calidad del aire, del agua y de las tierras, dan lugar también a un gran ajuste y reajuste en cuanto al comercio, al modificar los costos respectivos y las ventajas comparativas, y por lo tanto las pautas comerciales.

Entre las medidas figuran las restricciones cada vez mayores sobre el comercio de tableros de madera que emplean colas de formaldehído, lo que crea riesgos para la salud humana; reglamentaciones que prohiben o regulan algunos procesos y materiales para la conservación de la madera; y controles sobre los métodos de fabricación. Por ejemplo, ha habido amplias campañas para estimular o forzar a las compañías a sustituir en la fabricación de pasta y papel el cloro, que produce subproductos sumamente tóxicos, con otros agentes decolorantes que son inofensivos ecológicamente (véanse páginas 30-33) Han surgido controversias comerciales sobre los requisitos sanitarios para proteger al país importador de las enfermedades transmitidas por productos. Giran en torno a opiniones discrepantes sobre el grado de riesgo que se afronta, y sobre la forma adecuada de abordar esos problemas.

Perspectiva mundiales de los productos forestales


¿Qué nos deparará el futuro?
Estudio de la FAO sobre perspectivas mundiales, 1996
Algunas repercusiones en materia de políticas


¿Qué nos deparará el futuro?

Una de las cuestiones más apremiantes por lo que respecta a las perspectivas futuras del sector es si hay suficiente madera para satisfacer la demanda prevista. Para formarse una idea más clara sobre la situación en el futuro, en 1996 la FAO encargó una actualización de sus proyecciones de las perspectivas mundiales sobre productos forestales para el año 201 OI. Los resultados provisionales se dan a conocer en este informe mientras que las cifras autorizadas definitivas se publicarán en 19972. Las indicaciones actuales son que, por lo menos hasta el año 2010, habrá suficiente madera a nivel mundial para cubrir las necesidades industriales y de leña, si bien habrá escaseces a nivel local y al mismo tiempo excedentes en otras partes.

1 Perspectivas provisionales del consumo, producción y comercios mundiales de productos forestales Departamento de Montes de la FAO, Dirección de Políticas y Planificación Forestales, Roma, 1996, Informe preparado por Dalí Zhang, Buongiorno, A. Rytkonen, Y, Zhang, y S. Zhu. Antti Rytkonen (Finlandia) fue consultor de la FAO; los otros miembros del equipo son todos ellos miembros asociados del Departamento de Bosques, Universidad de Wisconsin en Madison, EE.UU.

2 Los puntos de vista de la FAO son provisionales en espera de que se den los últimos toques al Estudio sobre perspectivas mundiales de los productos forestales y se termine el Estudio sobre la oferta mundial de fibra (véase Recuadro 1).

La opinión de muchos analistas actuales es que no es probable un alza real de precios a largo plazo o que, a escala mundial, ésta sería bastante inferior a lo previsto si los suministros vinieran a escasear mucho. Sigue siendo necesaria una ordenación prudente de los recursos forestales y una mejora en el comportamiento del consumo. Sería posible un futuro mucho más halagüeño si se multiplicaran los esfuerzos por crear nuevos bosques o por administrar mejor los existentes. Sería también muy beneficiosa la adopción a mayor escala del empleo de residuos y del reciclado en las industrias forestales, así como una utilización menos dispendiosa de los productos forestales. El hacer frente a los grandes déficit de leña requerirá un empeño especialmente intenso.

Partiendo del supuesto de que continúen o mejoren los regímenes de libre intercambio en la era que sigue a la Ronda Uruguay, el comercio debería estar en condiciones de equilibrar los déficit regionales y nacionales de productos industriales con suministros de otras partes, incluso para la mayoría de los países en desarrollo. Estos países como grupo han venido desempeñando una función cada vez más importante en el comercio mundial, y las tendencias parecen indicar que desempeñarán un papel incluso mayor en el futuro. No obstante, hay muchos países en desarrollo que carecen de la capacidad necesaria para participar de forma adecuada en el comercio y necesitarán soluciones nacionales para cubrir sus necesidades. Incluso ahora hay graves escaseces locales de suministros que, en el caso de productos no comercializados como la leña, no pueden suplirse a través del mercado internacional. Para estos tipos de productos, serán esenciales medidas locales para conjurar dificultades.

Se prevé que en América del Norte habrá una situación de oferta de maderas blandas potencialmente rígida, pero sin crisis, hasta que maduren las plantaciones del sur de los Estados Unidos y del noroeste del Pacífico. Entre tanto, un mayor uso de maderas duras, si los gustos del consumidor lo permiten, puede aligerar la situación de enrarecimiento, y la escasez en los Estados Unidos puede cubrirse con importaciones de Canadá, lo que supondría sólo un ligero cambio en el comercio tan importante que existe entre los dos países. Una utilización más eficaz de las materias primas a través de mejoras tecnológicas y de reciclado ulteriores podrá también ser de ayuda, aunque será menos fácil de conseguir nuevos aumentos de rendimiento que en el pasado. En Europa, el crecimiento forestal seguirá superando las talas y extracciones y es probable que haya ulteriores mejoras de productividad.

Los grandes déficit que habrá en Asia crearán los mayores desafíos. El consumo de Asia de muchos productos forestales industriales ya iguala casi al de Europa. Según proyecciones, el crecimiento de la demanda superará al potencial de la oferta en casi todos los productos, lo que dará lugar a un rápido crecimiento de las importaciones. Puede que ocurran algunos desplazamientos, pero el comercio con regiones como la antigua URSS, Oceanía y las Américas, y los crecientes suministros procedentes de sus propios recursos de plantaciones podrán probablemente solucionar la situación. Interesa señalar que el consumo de Asia está dominado por países que practican regímenes de libre comercio, cuyas relaciones comerciales recíprocas de puertas abiertas harán que los suministros internacionales mantengan su situación hasta el año 2000 por lo menos.

En sus proyecciones revisadas, la FAO ha supuesto que no habrá grandes cambios de política en cuanto a la importancia y atención que respectivamente se dan a la madera y a las funciones no madereras en la ordenación forestal. En estos últimos años, los llamamientos a una "ordenación de ecosistemas" que respete los múltiples fines y funciones de los bosques, han sido complementados o sustituidos por llamamientos a la conservación forestal, lo que excluiría el aprovechamiento de la madera. Los suministros de madera procedentes de tierras públicas de los EE.UU. ya se han reducido considerablemente; en un estudio reciente sobre América del Norte (véase Recuadro 2) se estima que la adopción de una "ordenación de ecosistemas" ha contribuido a reducir los suministros anuales de madera procedentes de tierras federales en los Estados Unidos, que han pasado de unos 50 millones de m3 a menos de 20 millones.

La cuestión es si continuará la tendencia a una silvicultura orientada a la preservación y si ésta transformará las políticas de los principales países productores, especialmente de América del Norte, Europa y Asia, llevándoles a limitar los aprovechamientos en grandes extensiones de bosques de producción. Lo propio valdría también para los recursos forestales de América del Sur; habría otro frenazo potencial al flujo mundial de productos forestales si (por razones políticas) se volvieran inaccesibles grandes extensiones de bosques naturales de América del Sur, que es asunto de un gran control internacional, como fuente de productos forestales industriales. Reconociendo la creciente preocupación de la sociedad por los asuntos ecológicos, en el reciente Quinto Estudio de la CEPE/FAO sobre Tendencias de la Madera en Europa se consideraba, entre otras cosas, la posibilidad de un futuro "de verde intenso". Esto se consideraba improbable en Europa, pero si se daba en otras partes, se haría necesaria una gran reevaluación de la situación prospectiva. Las graves restricciones sobre la disponibilidad de madera que podrían seguirse provocarían importantes aumentos reales de los precios de los productos forestales y fomentaría así el desplazamiento en el mercado de productos de la madera por sucedáneos.

La adopción de políticas de verde intenso o análogas es sólo un factor que podría influir en la disponibilidad de recursos forestales para su aprovechamiento industrial. Otro elemento importante es la accesibilidad económica. Ultimamente, las tarifas del transporte interno y la nueva situación ferroviaria en la antigua URSS han hecho antieconómico el transporte de madera desde Siberia. También en Africa y América del Sur resultan inaccesibles, material y económicamente, muchas grandes zonas forestales, situación que tal vez no cambie mucho durante la próxima década y media. Por otra parte, la disponibilidad de madera procedente de plantaciones está aumentando rápidamente en Oceanía (en particular Nueva Zelandia) y América del Sur y llegará a serlo en el sur de los Estados Unidos.

En el sector de la pasta y el papel, cualquier escasez o restricción al acceso a materias primas forestales suele fomentar un mayor empleo de fibras no madereras. En la región de Asia, las industrias basadas en este tipo de fibras son ya importantes y pueden extenderse más allá de China e India, que ahora representan prácticamente toda la capacidad existente. Las economías en transporte al emplear fibras no forestales como la paja inciden negativamente en las grandes fábricas; por lo tanto, una consecuencia podría ser la perpetuación de pequeñas fábricas de pasta que no pueden permitirse una tecnología reductora de la contaminación. Empeorarían entonces los problemas de contaminación de este sector que son ya de sobra conocidos y están provocados por las grandes operaciones fabriles. Es menester que las políticas reconozcan esta realidad y respondan al hecho de que, al tratar de conservar los bosques por motivos ecológicos, la industria de la pasta y el papel podría verse empujada a depender más de una alternativa basada en productos no leñosos que podrían perjudicar aún más el medio ambiente. No obstante, el reciente cierre de muchas pequeñas fábricas de papel en China parece denotar una disposición a importar más bien que a sufragar los costos medioambientales3.

3 En el periódico AP news Beijing, del 23 de octubre de 1996, se afirma que se habían cerrado "casi 50 000 pequeñas fábricas de papel y otras empresas que provocaban grave contaminación".

La concentración tradicional del consumo y la producción de productos forestales (tanto en términos regionales como por lo que respecta a países dentro de una misma región) proseguirá según se prevé. La concentración de la oferta de los productos forestales exige un análisis más a fondo. La economía de los productos forestales industriales del mundo se basa geográficamente sobre todo en tres regiones: América del Norte, Asia y Europa, que contribuyen ya a un 80 por ciento de la producción mundial de madera rolliza y aserrada y a más del 90 por ciento de los productos de tableros y de pasta y papel. Los países de la cuenca del Pacífico en Asia, las Américas y Oceanía, contribuyen a unos dos tercios del consumo mundial de productos forestales, acercándose cada vez más Asia a América del Norte en la demanda total y siendo la demanda de Sudáfrica de rolliza industrial aproximadamente la mitad de la de Asia. Esta situación coloca a los recursos forestales de los países de la cuenca del Pacífico, incluidos los del Lejano Oriente ruso y Sudamérica, en la línea de vanguardia de la ecuación de la oferta y la demanda en un futuro previsible.

América del Norte, Asia y Europa, que son las tres regiones geográficas principales en cuanto a oferta de madera y fibra, junto con la antigua URSS, incluyen la totalidad de los bosques templados y boreales del hemisferio norte. Con un aprovechamiento y una colonización industriales constantes, la vegetación original en lugares accesibles se ha reducido fuertemente, aunque siguen intactas grandes extensiones inaccesibles de los bosques boreales de Siberia y del norte del Canadá. Ha aumentado la presión del público y de los grupos de intereses en conservar lo que queda, incluyendo una mayor proporción de los mismos en sistemas de áreas protegidas y/o modificando las prácticas de ordenación.

Recuadro Estudios recientes sobre perspectivas mundiales

Se han llevado a cabo varios estudios en estos últimos años, algunos de los cuales eran el resultado del interés del sector privado por las proyecciones que publicó la FAO en 1991 y 1995. Los estudios proporcionan varios puntos de vista sobe la suficiencia de la oferta respecto de la demanda prevista. Por ejemplo, en 1995, Jaakko Pöyry Consulting publicó las evaluaciones de la situación mundial de la fibra y llegó a la conclusión de que existen amplias disponibilidades de fibra de madera a nivel mundial4. Ese mismo año, Sedjo y Lyon, empleando un método de equilibrio, predijo que la oferta y demanda de madera aumentaría a unos índices casi comparables pero pronosticaba que la composición de la producción de la madera rolliza industrial se desplazaría hacia trozas más pequeñas debido a la mayor importancia del papel/cartón y de tableros compuestos en el consumo futuro de productos forestales5.

4 Jaakko Pöyry. 1995. Solid wood products competitiveness study document. Asociación Americana Forestal y del Papel. Washington, D.C., 1995, y The Jaakko Poyry Group. 1995. Global fibre resources situation: the challenges for the 1990s. Tarrytown, Nueva York.

5 Sedjo, Roger A.; Lyon, Kenneth S. 1995. A global pulpwood supply model and some implications. Informe final al IIMAD. Washington, DC: Resources for the Future. 1990. (Publicado antes también: Sedjo, Roger A.; Lyon, Kenneth S. 1990. The long-term adequacy of world timber supply En Resources for the Future. Washington, D.C.

Apsey y Reed en 19956, aunque reconociendo que el consumo real debe necesariamente igualar a la producción, proyectó que la demanda superaría las disponibilidades a escala mundial por una "diferencia hipotética" de unos 400 millones de m3 en el año 2010, y casi 600 millones de m3 en el 2020, lo que llevaría consigo aumentos de precios. Un año más tarde, Nilsson dedujo como "resultado principal"7 una situación en que la demanda potencial superaría a la oferta en casi 800 millones de m3 en el 2010 y aproximadamente 900 millones de m3 en el 2020. Solberg et al.8 llegaron a la conclusión, sin embargo, de que los bosques del mundo pueden proporcionar madera industrial en consonancia con las proyecciones del consumo para el futuro.

6 Apsey, Mike; Reed, Les. 1995. World timber resources outlook, current perceptions; a discussion paper. Second edition. Consejo de Industrias Forestales. Vancouver, BC, Canadá

7 Nilsson, Sten. 1996. Do we have enough forests?. Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados. Laxenburg, Austria.

8 Solberg, B. et al, 1996. Long-term trends and prospects in world supply and demand for wood and implications for sustainable forest management: a synthesis. Instituto Forestal Europeo e Instituto Noruego de Investigaciones Forestales. Joensuu, Finlandia. Un documento detallado que guarda relación con el anterior es: Brooks, D. et al, (en prensa). Long-term trends and prospects in world supply and demand for wood. En: Solberg, B, (ed.), Long-term trends and prospects in world supply and demand for wood and implications for sustainable management. Informe de Investigación n° 6, Instituto Forestal Europeo, Joensuu, Finlandia.

La mayor parte de las proyecciones de la suficiencia en el futuro de los suministros se hallaban comprendidas dentro de los mismos órdenes de magnitud, aunque había algunas pocas que proyectaban grandes desequilibrios en la oferta. Parece que el consenso tienden hacia una situación futura "no crítica". Sin embargo, ningún estudio prevé abundancia de suministros. A finales de 1997 se tendrá un análisis más detallado de la situación de recursos y de sus perspectivas en el Estudio de la FAO sobre Oferta Mundial de Fibras9, que se puso en marcha a raíz de las decisiones procedentes de los sectores industriales.

9 En dicho estudio se tienen en cuenta los suministros de fibra de todos los tipos de bosques y se formularán tres escenarios de oferta. Se incluirá la materia prima para los productos de madera maciza así como las industrias de la pasta y el papel; también se analizarán la pasta no leñosa y el papel de desecho recuperado.

Esto plantea varias preguntas que esperan respuesta. ¿Cuál será el alcance y el impacto de esta presión? ¿Dará lugar a restricciones en el aprovechamiento industrial de los bosques templados y boreales en amplias áreas? En ese caso, ¿los bosques tropicales se convertirían en una fuente más importante de suministros? Ha habido ya denuncias por parte de algunos grupos ecológicos de que los consumidores de los países industrializados están "exportando deforestación" a los países en desarrollo al consumir productos forestales tropicales. ¿Es que asistiremos a una escalada de este tipo de campañas? No hay indicios de que esto vaya a suceder a gran escala pero las situaciones locales pueden repercutir en el equilibrio de la oferta/demanda en determinados países.

Estudio de la FAO sobre perspectivas mundiales, 1996

En esta sección se presentan de forma más detallada los resultados más arriba apuntados de las proyecciones mundiales hasta el año 2010 por lo que se refiere a los productos forestales. El reciente auge en los trabajos sobre perspectivas (véase Recuadro 1), de los que forman parte estas proyecciones revisadas de la FAO, responde al interés sin precedentes por la suerte de los bosques que ha acompañado a todo el proceso de la CNUMAD. La FAO publicó proyecciones mundiales en 1991 y 199510. Poco después, encargó una evaluación de los pronósticos, en la que se revelaron algunas deficiencias metodológicas y una tendencia a que los resultados fueran demasiado elevados, debido en parte a unas hipótesis demasiado optimistas sobre el crecimiento económico. Una actualización a fondo del sistema de proyecciones junto con una segunda consideración de las hipótesis dio lugar a la serie de proyecciones provisionales que se publican por primera vez en este informe. Las proyecciones tienen como horizonte el año 2010 y tres escenarios, de los que sólo se dan en este capítulo los resultados del escenario "más probable" para los principales productos a nivel regional. La FAO proyecta aplicar un proceso de revisión para el estudio de perspectivas, que culminará en una reunión internacional de expertos. En 1997 se darán a conocer las cifras oficiales.

10 Estadísticas agrícolas de hoy para mañana, 1945-1993: 2010. Organización para la Agricultura y la Alimentación. Roma, 1995. La publicación de 1995 fue una actualización de las anteriores Productos forestales: proyecciones de las perspectivas mundiales (proyecciones del consumo y producción de productos de la madera hasta el año 2010). Estudios FAO: Montes N° 84, Roma 1991.

Hipótesis básicas

En el estudio de la FAO se analizan las posibilidades de equilibrio entre la demanda y la oferta, teniendo en cuenta todas las fuerzas motrices principales y las limitaciones11. A nivel mundial, el consumo y la producción son siempre los mismos, aparte de pequeñas variaciones anuales imputables a los cambios en las existencias de productos entre la producción y el mercado.

11 Para entender los resultados deberá consultarse como referencia el documento completo.

En el estudio se tuvieron especialmente en cuenta la población, los ingresos, los precios y la disponibilidad de recursos forestales. Los cambios tecnológicos se contemplaban como una consideración importante pues está demostrado que ejercen una función notable a la hora de responder a las situaciones variantes de la oferta. El crecimiento económico estuvo representado por el PIB en dólares EE.UU. constantes de 1987 con unas ecuaciones de la demanda desarrolladas según los grupos de ingresos. La elasticidad de los ingresos de la demanda se equiparaba por lo general a las categorías de ingresos de los países. Se introdujeron limitaciones concretas para el potencial de oferta de madera de cada país, no permitiéndose que la demanda proyectada para la madera como materia prima superase su potencial de crecimiento. A falta de datos sólidos para muchos países, los límites de la oferta tuvieron que basarse en criterios bien fundados. En total, la tasa de crecimiento del potencial de oferta de madera rolliza en el mundo para el escenario más probable se calculó en el 1, 12 por ciento anual.

Entre otras hipótesis por las que se rigen las proyecciones figuraban las siguientes:

a) variaciones de la capacidad se basaban en la producción anterior, en una estimación de nuevas inversiones y en la rentabilidad de la producción;

b) la tecnología se definía en función de coeficientes de insumo-producto, que se mantenían constantes al nivel de 1994, salvo para la pasta y el cartón;

c) se formulaban hipótesis sobre combinación de insumos de fibras, previéndose importantes variaciones para el 2010;

d) se introdujeron limitaciones de inercia para limitar las variaciones del mercado en un año dado (dentro del 5-15 por ciento para el escenario "más probable"), dado que el ajuste de las corrientes de comercio lleva su tiempo, y

e) las tendencias de los precios históricos sugerían que el precio real de la madera rolliza industrial podía alzarse al principio pero volviendo en torno al nivel de 1994 en el año 2010 pues las elasticidades de los precios son por lo general bajas.

Proyecciones

En el Cuadro 1 se presentan los niveles de consumo indicativo para el escenario "más probable". En el Cuadro 2 se resume la evolución prevista del comercio. Se dan datos a nivel regional para los principales grupos de productos. La serie completa de datos tomados del estudio sobre perspectivas, que se publicará en 1997, comprende proyecciones para los subproductos y para la producción y comercio a nivel nacional. En las Figuras de las páginas 85 a 90 se ilustran determinadas tendencias y perspectivas de producción y comercio; para el comercio neto, el escenario "más probable" figura junto con dos alternativas.

Cuadro 1: Proyecciones regionales provisionales de la FAO para 1996 relativas al consumo para el año 2000 y 2010


consumo proyectado

rolliza total

leña y carbón vegetales

rolliza industrial

madera aserrada y traviesas

tableros de madera

total material de fibraa

papel recuperado

otra pasta de fibra

papel y cartón

región/año

106 m3

106t

Africa











1994

490

502

59

9

1,60

2,30

0,84

0,18

3,70


2000

539

472

67

10

1,80

3,04

1,13

0,26

4,39


2010

605

526

79

12

2,40

4,03

1,64

0,35

5,50

Tasas de crecimiento (% anual):











1970-1990

2,73

2,76

2,51

2,97

3,72

5,45

4,61

3,85

4,27


1994-2010

1,33

1,23

2,01

1,97

3,09

3,56

4,30

4,03

2,61

Am, del Norte y Central










1994

727

161

577

149

40,80

105,17

31,20

0,32

95,86


2000

754

146

608

155

43,31

113,64

38,10

0,37

106,15


2010

792

134

658

167

49,29

132,78

53,58

0,50

124,76

Tasas de crecimiento (% anual):










1970-1990

2,17

5,48

1,62

1,84

1,55

2,22

3,29

-1,41

2,37


1994-2010

0,54

-0,72

0,83

0,70

1,20

1,47

3,44

2,89

1,66

América del Sur










1994

320

258

110

24

3,60

8,32

2,65

0,38

9,70


2000

344

232

112

26

4,04

10,32

3,56

0,51

11,51


2010

379

261

118

29

4,87

12,92

5,00

0,65

14,29

Tasas de crecimiento (% anual):










1970-1990

2,97

2,15

4,97

3,39

5,15

5,14

5,54

3,53

4,02


1994-2010

1,06

1,36

0,44

1,25

1,90

2,79

4,04

3,42

2,45

Asia











1994

1168

878

314

112

36,10

77,38

32,86

19,59

80,92


2000

1267

9299

338

114

41,60

95,35

42,29

26,62

101,92


2010

1401

1031

370

119

53,53

138,68

69,10

40,96

148,10

Tasas de crecimiento (% anual):











1970-1990

1,91

1,81

2,19

1,79

4,33

5,84

8,12

7,56

6,05


1994-2010

1,15

1,18

1,04

0,39

2,59

3,71

4,76

4,72

3,85

Oceanía











1994

30

9

22

7

1,63

2,83

0,91


3,68


2000

34

8

25

6

1,95

3,81

1,32

-

4,27


2010

36

8

28

6

2,43

5,36

2,11

-

5,35

Tasas de crecimiento (% anual):










1970-1990

1,42

2,07

1,19

0,16

3,04

1,99

2,17

8,38

2,97


1994-2010

1,10

-0,45

1,62

-1,10

2,54

4,07

5,41

2,74

2,37

Europa











1994

352

52

302

87

38,50

71,56

29,91

0,24

70,19


2000

378

47

332

96

43,39

80,85

37,06

0,33

80,24


2010

412

40

371

104

51,18

95,95

47,81

0,38

93,20

Tasas de crecimiento (% anual):










1970-1990

0,68

-1,41

1,07

0,57

3,09

2,55

4,37

-5,08

2,70


1994-2010

0,99

-1,29

1,30

1,12

1,81

1,85

2,98

2,93

1,79

Antigua URSS











1994

123

31

93

23

4,18

3,70

1,00

-

2,46


2000

195

51

145

34

7,26

6,01

1,57

-

4,23


2010

211

53

159

38

8,91

6,66

1,91

-

4,78

Tasas de crecimiento (% anual):











1970-1990

0,07

-0,32

0,19

-0,64

4,06

2,93

6,72

1,28

2,36


1994-2010

3,45

3,33

3,43

3,04

4,85

4,03

4,37

-

4,23

Total mundial











1994

3210

1890

1476

411

126,40

271,30

99,32

20,72

266,50


2000

3512

1885

1627

442

143,35

313,04

125,03

28,16

312,71


2010

3836

2052

1784

474

172,62

396,39

181,16

42,93

395,99

Tasas de crecimiento (% anual):











1970-1990

1,73

2,00

1,48

1,03

2,88

3,16

5,08

4,93

3,28


1994-1070

1,12

1,05

1,20

0,90

2,01

2,40

3,83

4,66

2,51

a total de material de fibra = pasta de madera + papel recuperado + otra pasta de fibra no maderera

Cuadro 2 Proyecciones provisionales de la FAO para 1996 relativas al comercio para el año 2000 y 2010


comercio previsto

rolliza industrial

madera aserrada y traviesas

tableros de madera

total de materia de fibra

papel y cartón

importaciones

exportaciones

importaciones

exportaciones

importaciones

exportaciones

importaciones

exportaciones

importaciones

exportaciones

región/año

106m3

106t

Africa












1994

1

7

3

1

0,4

0,2

0,3

0,5

1,4

0,2


2000

1

7

3

1

0,4

0,2

0,4

0,4

1,4

0,2


2010

1

7

3

1

0,4

0,2

0,4

0,4

1,5

0,2

Am, del Norte y Central












1994

8

22

43

54

7,8

7,7

8,4

23,1

15,2

21,5


2000

8

17

40

58

7,6

7,7

8,4

24,5

15,3

22,6


2010

7

12

35

64

7,5

7,2

8,5

25,7

14,8

22,5

América del Sur












1994

-

9

-

3

0,2

1,6

0,8

-

2,2

1,6


2000

-

14

-

2

0,1

1,9

0,9

-

1,9

1,7


2010

-

22

1

1

0,1

2,8

1,3

-

2,2

2,1

Asia












1994

66

14

20

7

14,9

13,9

15,1

1,6

14,5

6,4


2000

68

13

22

6

15,8

13,5

17,1

1,7

16,5

5,9


2010

75

12

24

5

17,3

12,9

19,2

1,6

20,5

5,1

Oceanía












1994

-

17

1

1

0,2

0,8

0,2

0,9

1,2

0,6


2000

-

17

1

1

0,2

0,9

0,3

0,8

1,1

0,7


2070

-

15

1

2

0,1

0,9

0,4

0,7

1,0

0,9

Europa












1994

48

25

37

33

13,9

12,6

21,0

14,8

35,0

41,0


2000

47

24

40

31

13,5

12,6

19,9

6,2

34,7

41,2


2010

45

25

42

29

13,1

12,9

18,6

17,8

32,3

42,6

Antigua URSS











1994


20


8

0,1

1,2



0,2

1,3


2000

-

23

-

8

0,1

1,5

-

0,1

0,1

1,6


2070

-

25

-

7

0,1

2,1

-

0,1

0,1

1,8

Total mundial












1994

123

113

105

107

37,6

38,0

45,8

46,0

69,7

72,7


2000

124

115

106

109

36,8

38,4

46,9

46,9

71,0

74,0


2010

128

119

107

110

38,6

39,1

48,3

48,4

72,3

75,3

Como todas las proyecciones, estas proyecciones provisionales y los datos empleados deben considerarse en su contexto y con cautela, especialmente respecto de

a) las deficiencias de información sobre la leña, para la cual raras veces se compilan estadísticas oficiales, y

b) el grave trastorno sufrido desde 1990 por la coyuntura histórica de la antigua URSS, que en un tiempo era gran productor y consumidor de productos forestales industriales. Resulta difícil predecir la rapidez de su recuperación, pues los cambios dependerán de la evolución de la situación política, lo que está bastante fuera del control de los sectores forestal e industrial.

Cabe prever un notable crecimiento para todos los productos salvo la madera aserrada, que probablemente mantendrá su lento crecimiento. Hasta ahora se ha registrado un crecimiento extraordinariamente rápido (cerca del 7 por ciento anual o más) para los productos de tableros, papel y cartón, pasta y papel recuperado para su reciclaje. Es probable que el futuro nos depare una tasa de crecimiento menos rápida pero todavía elevada de más del 4 por ciento para esos productos.

El mayor uso de papel recuperado para reciclaje sigue una tendencia que ya ha contribuido a hacer ahorros en materias primas importantes. En el estudio de la FAO no se analizaron las tendencias futuras del empleo de residuos forestales y residuos industriales, que pueden también reducir notablemente la demanda de aprovechamientos forestales. Cuanta más fibra se recicle o más residuos se empleen en la industria, menos árboles habrá que cortar para un nivel dado de producción. Europa se halla más cercana a los límites de reciclado que América del Norte y las demás regiones. El comercio de papel de desecho seguirá estando dominado por las exportaciones que a través del Pacífico van de América del Norte a Asia.

América del Norte, Asia y Europa afianzarán su predominio en materia de productos forestales. Dentro de este grupo, Asia aumentará su porcentaje de consumo y producción. Varias cifras que aparecen en este capítulo ilustran dicha situación para determinados productos. La demanda resulta impulsada en gran parte por los ingresos en todas las tres regiones (los ingresos actualmente elevados de América del Norte y Europa y los ingresos en rápido crecimiento en el caso de Asia) pero en Asia también se ve arrastrada por los rápidos aumentos demográficos. En varios casos, Asia ha superado ya a Europa (en madera rolliza industrial, fibra, papel y tableros) y el margen aumentará cuando el consumo creciente de Asia empiece a aproximarse al de

América del Norte o a superarlo por lo que respecta a algunos productos. Por otra parte,

· La capacidad general de América del Norte para cubrir todas sus necesidades de productos forestales, seguirá inalterada. Los excedentes de esta región, aunque no son grandes respecto del consumo interno, seguirán siendo importantes para ayudar a cubrir los déficit de otras regiones, sobre todo de Asia;

· Asia, a pesar de registrar los aumentos más rápidos del mundo en producción local, verá crecer aún más sus déficit comerciales. Incluso para la chapa y la madera terciada donde todavía goza de un excedente, se prevé que Asia volverá a tener déficit muy pronto después de la entrada del próximo siglo. También en la pasta y el papel, donde normalmente las inversiones asiáticas ocupan un lugar destacado en la prensa industrial, seguirá habiendo cada vez mayores déficit;

· En cuanto al equilibrio entre demanda/oferta, Europa seguirá ocupando el terreno propicio en que todavía se mueve respecto de Asia y América del Norte. No se vislumbran eventos excepcionales. Incluso el mantenimiento previsto de su importante excedente en tableros de partículas y de fibra seguirá estando compensado por las importaciones de madera terciada y chapa;

· Europa y América del Norte, al igual que Japón y China, que son los principales consumidores de Asia, seguirán contribuyendo a bastante más de las tres cuartas partes de los productos forestales industriales. Como estas regiones y países se hallan total o principalmente en las zonas templadas y/o boreales, estos ecosistemas forestales seguirán ejerciendo la presión principal de la producción;

· La producción efectiva de rolliza industrial en América del Sur es ya bastante importante, pues se acerca a una décima parte del total mundial. Africa tiene una producción muy limitada en la actualidad. Sin embargo, ambas regiones encierran potencial para aumentar el suministro de productos forestales de bosques naturales y, en el caso de América del Sur, de plantaciones. Los obstáculos principales son los que se refieren a la accesibilidad, primero debido a las insuficiencias infraestructurales en los principales bloques de bosques espesos y luego debido a las barreras que crea la opinión pública en relación con las preocupaciones ecológicas, especialmente sobre los bosques higrofíticos de las cuencas del Amazonas y del Zaire;

· La gran población rural de Africa, con sus bajos ingresos, crea especiales necesidades de leña, productos forestales no madereros y de madera comercial; los países africanos se enfrentan con la necesidad de favorecer los esfuerzos encaminados a sostener los suministros de estos productos, aun cuando puedan no generar ingresos. La competencia que por la tierra mantienen con la agricultura es un factor importante para las estrategias futuras de provisión de recursos;

· El consumo de leña seguirá siendo un fenómeno diseminado por el mundo en desarrollo (con Asia a la cabeza) pero el centro de gravedad de los productos forestales industriales continuará centrándose en la cuenca del Pacífico. Bajo muchos aspectos, América del Norte y Asia seguirán sirviendo de fieles reflejos una de la otra, la primera como proveedora, y la segunda como fuente de demanda. El porcentaje de consumo mundial en el año 2010 para estas dos regiones oscilará, según previsiones, del 56 por ciento para la leña a un 70 por ciento aproximadamente para todos los productos de pasta y papel. Son de prever grandes flujos comerciales y alianzas de suministros entre Asia, Oceanía y ambas Américas en las orillas del Pacífico y su cuenca. Entre estas corrientes, un factor que normalmente está fuera de un análisis algo seguro es la importancia potencialmente grande que pueden desempeñar los recursos del extremo oriente ruso y de Siberia. América del Sur es otra zona que promete, cuyas posibilidades apenas se han dejado sentir hasta ahora.

Cuadro 3 Consumo mundial de leña y rolliza industrial12

12 Brooks et al op. cit, (nota 8, pág 76). Cuadros 2.1, 2.2, 3.3; FAO, op, cit, (nota 1, pág 74.)


consumo mundial proyectado (109 m3)

2000

2010

fuente

cantidad

proyección de 1996 de la FAO=100

cantidad

proyección de 1996 de la FAO=100

leña





FAO 1995

2,09

111

2,38

116

FAO 1996 provisional

1,88

100

2,05

100

Apsey & Reed

n.a.

n.a.

2,52

123

Banco Mundial

3,12

149

3,45

168

Zuidema (1994)

n.a.

n.a.

1,50

73

Nilsson (1996)

3,80

202

4,25

207

Brooks et al, constante 1990 por persona

2,12

113

2,44

119

Brooks et al. crecimiento menor del PIB

1,90

101

1,98

97

Brooks et al. crecimiento mayor del PIB

1,90

101

1,94

95

rolliza industrial





FAO 1995

1,90

117

2,28

128

FAO 1996 provisional

1,63

100

1,78

100

Apsey & Reed

1,79

110

1,94

109

Sedjo & Lyon (1995)

1,81

111

1,97

111

Nilsson (1996)

1,73

192

1,89

106

Simons (1994)

n.a.

n.a.

2,15

120

Jaako Poyry (1995)

1,50

92

1,70

96

Brooks et al. constante 1990 por persona

1,89

116

2,03

114

Brooks et al. escenario del PIB inferior 1 - aumento mayor de precios

1,73

106

1,84

103

Brooks et al. escenario del PIB superior 2 - aumento cero de los precios

1,81

111

2,09

117

Recuadro 2 Perspectivas regionales de América del Norte

En el Segundo Estudio sobre las Tendencias de la Madera en América del Norte13, presentado por Boulter y Darr, se han evaluado la oferta y la demanda de madera hasta el año 2015 para Canadá y los Estados Unidos, que juntos contribuyen a una tercera parte de la producción mundial de rolliza industrial. Según el estudio, durante las tres décadas últimas, los aprovechamientos de madera de América del Norte han aumentado de forma muy radical pero América del Norte seguirá siendo relativamente independiente por lo que se refiere a la oferta de madera en el futuro.

13 UN-ECE/FAO 1996. North American Timber Trends Study. ECE/TIM/SP/9. Geneva.

Una observación fundamental es la de que la región afrontará por primera vez una demanda creciente de madera sin tener una reserva de rollizas de coniferas de gran calidad. Esto podría provocar un aumento de los precios de la madera, y abrir posibilidades para una mayor sustitución por materiales no leñosos.

Las perspectivas futuras de los suministros madereros de los Estados Unidos están afectadas en gran parte por fuerzas ajenas al mercado; la adopción de una "ordenación de ecosistemas", y en parte la aplicación de la Ley sobre Especies amenazadas de extinción, han reducido recientemente los aprovechamientos anuales de madera de tierras federales desde unos 50 millones de m3 a menos de 20 millones de m3 últimamente. En las tierras privadas quedará casi agotada después del año 2000 la madera blanda de gran diámetro pero para el año 2010 las plantaciones alcanzarán un tamaño comerciable en el sur y en el noroeste del Pacífico y asegurarán unos suministros suficientes a largo plazo. Entretanto, los Estados Unidos pueden tener que necesitar recurrir a una utilización más intensiva de maderas duras y a importaciones. La resistencia del consumidor en un mercado habituado a las maderas blandas pudiera constituir un problema. Otro lo sería el de cómo adaptar la infraestructura industrial a una nueva materia prima para la que pudiera sólo disponerse de un período limitado antes de que las plantaciones vuelvan a ofrecer suficientes maderas blandas.

En Canadá, las futuras tendencias de los aprovechamientos apuntan a un descenso porque:

a) el 60 por ciento de los aprovechamientos anuales admisibles para madera rolliza industrial consiste de maderas duras mientras que la mayor demanda corresponde a las maderas blandas;

b) existe una presión del público por más valores no madereros y ecológicos, especialmente al ser los bosques en su mayor parte bosques naturales maduros. No obstante, Canadá sigue teniendo todavía importantes existencias de madera madura y sobremadura que podría aprovecharse si el mercado aceptase un cambio importante respecto de las maderas blandas.

Los adelantos tecnológicos han reducido al mínimo hasta ahora el aumento de las necesidades de materias primas forestales. Los residuos de talas y extracciones en los Estados Unidos han disminuido del 37 por ciento en 1967 a menos del 10 por ciento del volumen de existencias en formación de maderas blandas en el lugar de la tala y extracción. En Canadá, hacen falta sólo 1, 93 m3 de madera rolliza para producir 1 m3 de madera de construcción y madera terciada, frente a los 2, 67 m3 que se necesitaban en 1970. Se han producido grandes avances en la pasta y el papel: en la fabricación de pasta canadiense, el consumo de residuos de madera ha superado ya al de madera rolliza en 1983; el reciclado de papel y cartón ha llegado a un 33 por ciento en los Estados Unidos frente al 25 por ciento en 1988 y al 12 por ciento en los niveles canadienses; y los miembros de la Asociación Americana de los Bosques y el Papel han cubierto ya el objetivo de 1995 de un 40 por ciento de recuperación de papel y cartón. Sólo queda una limitada oportunidad ulterior de "aprovechar" más residuos para influir considerablemente en la situación de la oferta.

Proseguirá el comercio con otras regiones. Sin embargo, las exportaciones de trozas de coniferas a los mercados de las orillas del Pacífico, que alcanzó más de 20 millones de m3 en 1989, bajó luego a 10, 9 millones de m3 en 1993. Están ahora prohibidas las exportaciones de trozas de frondosas procedentes de tierras públicas en el oeste de los Estados Unidos, y las provincias canadienses también tienen varias restricciones. Esta tendencia puede perdurar. No existen restricciones a las exportaciones de trozas de tierras privadas de los Estados Unidos y todas las exportaciones actuales de los estados del oeste proceden de bosques de segunda generación en tierras privadas.

Recuadro 3 Perspectivas regionales en Europa

Acaban de publicarse los resultados del Quinto Estudio sobre Tendencias de la Madera en Europa, teniendo como horizonte el año 202014. Se han elaborado dos escenarios básicos, así como varios modelos alternativos para explorar zonas de incertidumbre u opciones de política: para el modelo BAJO BASICO, el crecimiento del PIB hasta el 2005 promediaría un 1, 8 por ciento anual y para el modelo ALTO BASICO, un 2, 8 por ciento anual. Después del año 2005, el PIB crecería un 1, 5 por ciento anual para ambos escenarios.

14 European Timber Trends and Prospecte; into the 21st Century. Doc; ECE/TIM/SP/11 Geneva Timber and Forest Study Papers. UN-ECE/FAO 1996.

En dicho estudio se prevé que crezca lentamente el aprovechamiento de madera rolliza procedente de bosques europeos. La superficie de bosques "explotables" de Europa, de la cual los países en transición representan algo más de una cuarta parte (26 por ciento), crecerá, según previsiones, en poco menos de cinco millones de ha (un tres por ciento) entre 1990 y el 2020, casi sin ningún incremento en los países nórdicos no obstante la disponibilidad de grandes extensiones de antiguas tierras agrícolas.

En el estudio se pronostica que la demanda de productos forestales siga creciendo, con una posible sustitución ulterior entre los diversos productos del bosque. Se considera probable la estabilidad a largo plazo de los precios, aunque no pueden excluirse alzas moderadas. Para contribuir a cubrir unas necesidades en expansión, se prevé que los aprovechamientos en Europa aumentarán un 23 por ciento hasta alcanzar unos 480 millones de m3 anuales en el 2020, con un máximo estimado en el supuesto de una situación fuerte de mercado de 530 millones de m3. Según proyecciones, la producción de las industrias forestales europeas crecerá un 20-30 por ciento para la madera aserrada, un 50-60 por ciento para los paneles a base de madera, un 20-30 por ciento para la pasta de papel y en torno al 65-85 por ciento para el papel respecto del nivel de 1990. Las extracciones proyectadas en el 2020 serán sólo de un 70 por ciento del incremento anual neto y se prevé que el porcentaje de extracciones europeas en la oferta de madera y fibra de la región baje de los dos tercios que alcanzó en 1990 a poco más de la mitad en el 2020.

En el escenario BAJO BASICO, las importaciones netas de productos forestales por Europa (con exclusión de la madera rolliza) de otras regiones aumentará, según las previsiones, especialmente por lo que respecta al papel, en unos 55 millones de m3 EQ (equivalente en madera en bruto) y en el escenario ALTO BASICO en unos 80 millones de m3 EQ. Además, las importaciones de madera rolliza podrían aumentar en unos 25 millones de m3, aunque esta demanda podría cubrirse con ulteriores suministros europeos, según el costo de la madera suministrada. Mientras aumentará el porcentaje de las importaciones netas en el suministro de fibra, el de los residuos de madera industrial se mantendrá constante, y el del papel de desecho se disparará llegando casi a un quinto. Según pronósticos, los países en transición europeos, pasarán de ser exportadores netos a importadores netos, debido a una demanda interna más fuerte y a unas políticas de ordenación forestal por lo general más prudentes.

La razón de que prosigan las importaciones de productos forestales de otras regiones, mientras los bosques propios de Europa siguen estando infraexplotados, radica decididamente en la respectiva competitividad de las diferentes procedencias de la madera; los productores europeos se hallan a menudo en desventaja, por lo alto de sus costos, la parcelación de sus propiedades y otros factores en comparación con otras regiones.

En el 2020 se recuperará un 49 por ciento del consumo europeo de papel y cartón para su reutilización (es decir, con exclusión del papel de desecho utilizado como fuente de energía) frente a un 37 por ciento en 1990; en los países en transición se prevé que la tasa de recuperación pase del 31 por ciento al 36 por ciento. Habrá también un mayor empleo de residuos. Un 75 por ciento de los residuos totales producidos se utilizarán como materia prima en el 2010 (61 por ciento en 1990); gran parte del resto se empleará para la producción de energía.

Comparación con otras proyecciones

Desde que se dieron a conocer las proyecciones de 1991, la FAO ha reducido sucesivamente sus estimaciones de consumo mundial salvo para "otra pasta de fibra" (que ha aumentado en las últimas proyecciones), sobre la base de una reducción de las tasas que se presumen de crecimiento económico que podrían sostenerse por largos períodos.

Son posibles las comparaciones con aquellos estudios que tienen una cobertura análoga de tipo regional o de productos. En el Cuadro 3 aparecen diferentes proyecciones, a nivel mundial, para el consumo de leña y rolliza industrial, proyecciones que están tomadas de los estudios a que se refiere el Recuadro 1. Al hacer comparaciones hay que tener en cuenta algunas diferencias que existen en cuanto a cobertura o definiciones. Por ejemplo, Nilsson parece haberse referido a "necesidades básicas ", que podrían ser muy diferentes del consumo efectivo proyectado por la FAO. Los pronósticos hechos en 1994 por Zuidema son de "disponibilidad" de leña, que no es necesariamente lo mismo que consumo.

En el plano regional, a continuación se resumen los puntos más destacados que derivan de los resultados del Estudio sobre Tendencias de la Madera en América del Norte (véase Recuadro 2) y el Quinto Estudio Europeo sobre Tendencias de la Madera (véase Recuadro 3). La FAO está llevando a cabo un estudio a fondo sobre perspectivas para Asia (que se replicarán en otras regiones), que debiera arrojar más luz sobre los potenciales clave, las oportunidades y los problemas existentes en todas las regiones, junto con consideraciones sobre la situación mundial.

Algunas repercusiones en materia de políticas

Varios elementos de la evolución proyectada tienen consecuencias en las políticas, que se han analizado brevemente al comienzo de este capítulo. Cabe destacar los siguientes:

· Mientras las proyecciones apuntan a una situación de no crisis en cuanto a cubrir la demanda, para asegurar unos suministros suficientes hará falta un compromiso de continuar con el establecimiento de recursos forestales adicionales y con la extensión de la ordenación a la gran proporción de bosques actuales que todavía no son objeto de manejo en absoluto;

· El hecho de que el cuadro global trazado pueda insinuar que no existe necesidad de preocuparse mucho no debe distraer la atención de las necesidades urgentes de muchos países en desarrollo concretos y de lugares donde escasea la leña. Este producto no es objeto de comercio internacional y los países carecen de suficientes recursos financieros para mejorar su situación. Por lo tanto, esos países no pueden solucionar su escasez de modo alguno salvo creando sus propios recursos nuevos y conteniendo la demanda;

· En la región desarrollada de América del Norte, los suministros virtualmente escasos de madera blanda ofrecen la oportunidad de ampliar el aprovechamiento a las maderas duras. Sin embargo, dado que se trata de una situación transitoria, tal vez no resulte viable el ajuste de la infraestructura industrial a una materia prima diferente. Esto podría llevar consigo la exportación de maderas duras y la importación de maderas blandas hasta que maduren lo suficiente las plantaciones de coniferas;

· La posibilidad de que los suministros de madera sean suficientes para cubrir necesidades futuras presupone el mantenimiento de políticas forestales equilibradas, que permitan una explotación industrial continuada mientras que se atiende también a las necesidades medioambientales y de esparcimiento. Esto requerirá moderación y autocontrol por parte de la sociedad y sus instituciones a todos los niveles para asegurar que se consiga ese equilibrio. En todas las regiones, lo mismo industrializadas que en desarrollo, existe la posibilidad de posiciones polarizadas que distorsionan los suministros. Para las regiones tropicales, ya son un hecho las campañas en el mundo consumidor que pretenden impedir un mejor acceso a las grandes áreas de bosques; en los países industriales, pueden aparecer presiones análogas por lo que respecta a los restantes bosques naturales de América del Norte y Siberia;

· América del Norte y las zonas templadas de Asia y Europa seguirán ocupando un lugar predominante en la economía mundial de productos forestales. De ahí que, a nivel mundial, la mayor parte de la presión para los aprovechamientos industriales siga ejerciéndose principalmente sobre los bosques templados/boreales. Ante la creciente preocupación del público por una ulterior erosión de la diversidad biológica en estos bosques, habrá que intervenir para asegurar la adopción de prácticas de ordenación que sigan permitiendo unos rendimientos suficientes de madera al propio tiempo que se satisfacen unos objetivos ecológicos crecientes;

· La economía mundial de productos forestales estará dominada fuertemente por dos bloques a ambos lados del Pacífico, o sea, América del Norte y Asia. Este fenómeno, al colocar a todos los países que lindan con el Pacífico en primera línea del comercio internacional, hará especialmente importante que entre ellos se mantengan unos regímenes comerciales abiertos, para evitar distorsiones de los mercados, lo que podría perturbar las pautas seguidas por la industria forestal en otros lugares;

· El "comodín" en todo esto es la posible evolución futura de la situación en la antigua URSS. Rusia concretamente posee algunos de los mayores bosques potencialmente aprovechables del mundo. Esto también se extiende al este y al oeste, pudiendo por lo tanto influir en los acontecimientos de la cuenca del Pacífico y del oeste de Europa al mismo tiempo. En general, ahora está abasteciendo al oeste, a lo largo de los países Bálticos y de Europa central, desde el oeste de los Urales. Al este, el transporte y otros problemas han dejado fuera a la mayor parte de Siberia pero el Lejano Oriente es accesible y se halla a las puertas tanto de China como de Japón, que son con mucho los mayores países consumidores de Asia. Las cuestiones importantes son las de con cuánta rapidez mejorará la situación al este de los Urales; si Rusia exportará trozas o aumentará su elaboración industrial; si transformará la materia prima en una región tan poco poblada como Siberia, qué sucederá con los residuos. Son algunas de las preguntas a las que actualmente no se les puede dar respuesta sobre una de las mayores fuentes potenciales de suministros;

· La evolución de la situación en el Japón podría también ejercer una influencia decisiva: Japón es uno de los países del mundo con mayor índice de forestación pero hasta ahora no ha realizado aprovechamiento alguno. Sus bosques son por lo general pequeños y se hallan en terrenos difíciles. Un cambio político e institucional que se reflejase en incentivos adecuados podría hacer posible la elaboración industrial de este material, pero eso parece improbable. Sin embargo, si así ocurriera, repercutiría en las corrientes principales del comercio puesto que Japón es un gran importador de muchos países.

Por último, la política ha de preocuparse de la sostenibilidad: las conclusiones del estudio de perspectivas sugieren que es necesario contener la demanda dentro de las posibilidades de la oferta. Hace falta claramente una mejora en materia de ordenación. La deforestación sigue siendo elevada en algunas regiones y los daños de la contaminación en otras. La erosión de la riqueza biológica tal vez no sea del todo reversible en muchos bosques boreales y templados pero puede mejorarse la situación. La importancia respectiva que se dé a la oferta de madera o a otras funciones de los bosques tendrá que reflejar, sin embargo, las opciones públicas y los valores sociales y por lo tanto podrá diferir entre regiones o incluso países o dentro de ellos. En el estudio sobre perspectivas se hace referencia a esta realidad, pero toca a los políticos y a la sociedad en general asumir los compromisos necesarios de actuación, teniendo presente que la conservación por sí sola no es solución y que la creación de recursos, por importante que sea, no es tampoco la panacea si no va acompañada de un comportamiento responsable por parte del consumo. Por consiguiente, las políticas que se ocupan del comportamiento del consumidor tienen que reconocer que los niveles de consumo se rigen a veces por la necesidad y no pueden modificarse fácilmente.

Las Figuras 1 a 11 de las páginas siguientes ofrecen un resumen gráfico de algunas vicisitudes y perspectivas relativas a la producción y comercio internacional neto.

Figura 1 Producción total de madera rolliza (leña y rolliza industrial conjuntamente) por regiones, 1990-2010

Figura 2 Producción de madera rolliza industrial por regiones, 1990-2010

Figura 3 Comercio neto de rolliza industrial en el 201015

15 El "escenario 2" es el más probable (véase texto). Los escenarios 1 y 3 difieren en los supuestos de materia prima y demanda.

Figura 4 Producción de madera aserrada y traviesas por región, 1990-2010

Figura 5 Comercio neto de madera aserrada y traviesas en el 201016

16 El "escenario 2" es el más probable (véase texto), Los escenarios 1 y 3 difieren en los supuestos de materia prima y demanda.

Figura 6 Producción de tableros de madera por regiones, 1990-2010

Figura 7 Comercio neto de tableros de madera en el 201017

17 El "escenario 2" es el más probable (véase texto). Los escenarios 1 y 3 difieren en los supuestos de materia prima y demanda

Figura 8 Producción de papel y cartón por regiones, 1990-2010

Figura 9 Producción neto de papel y cartón en el 201018

18 El "escenario 2" es el más probable (véase texto). Los escenarios 1 y 3 difieren en los supuestos de materia prima y demanda

Figura 10 Producción de material de fibra total, 1990-2010

Figure 11 Producción de papel de desecho, 1965-2010


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