4.1. Manejo de la silvicultura urbana en Quito antes de 1990
4.2. Manejo forestal urbano en Quito desde 1990 hasta la actualidad
Esta sección se centra en los actores responsables de crear y sostener el ecosistema forestal urbano y periurbano en Quito. En primer lugar se dará un breve resumen del manejo del bosque urbano antes de esta década, como fondo histórico de las actividades recientes. El resto de la sección hace énfasis en acciones originadas en los sectores público y privado desde 1990, período durante el cual tanto personeros municipales como activistas ciudadanos incrementaron significativamente su participación en este campo. A fin de contextualizar estas intervenciones, se entrega información adicional sobre importantes problemas de gestión que influyen sobre la silvicultura urbana y periurbana en el área metropolitana de Quito.
Existe poca información detallada sobre la creación o el manejo del bosque urbano de Quito antes de la década del ochenta. El importante legado de parques urbanos creados por líderes de la ciudad desde los siglos dieciséis hasta el diecinueve, revela, sin embargo, la importancia atribuida por los gobiernos municipales de la colonia y la independencia a los espacios verdes urbanos, especialmente en comparación con otra gran área metropolitana del país, Guayaquil.
En la historia moderna de la ciudad, y particularmente durante la era de crecimiento explosivo iniciada en la década del setenta, la rápida expansión urbana sobrepasó los esfuerzos de los personeros municipales por establecer y mantener los parques, espacios verdes y árboles urbanos necesarios. Como ya se ha descrito, la definición preliminar de necesidades para el Plan de Arborización urbana de Quito anotó que en 1990 existía un significativo déficit de árboles en calles y parques del área metropolitana. Entrevistas con antiguos empleados de la Subdirección de Parques y Jardines de la ciudad apoyan esta observación con relatos anecdóticos sobre la importancia relativamente menor de esta unidad en el manejo del bosque urbano y periurbano desde 1970 hasta 1989. Como ejemplo, la producción de árboles en el vivero municipal fue extremadamente baja hasta finales de la década del ochenta, y raramente superó los 5000 árboles por año (Gangotena et al., 1990; Flores, comunicación personal, 1995). De acuerdo con estas fuentes, la Subdirección de Parques y Jardines también careció de suficiente personal y presupuesto durante ese período (Morales, comunicación personal, 1995; Moscoso, comunicación personal, 1989).
Los documentos legales y de planificación urbana del municipio hacen relativamente pocas referencias al manejo ambiental o de asuntos «verdes» del ambiente urbano, en particular hasta fines de la década del setenta. En 1971 se promulgó la primera ordenanza de planificación de la ciudad que exigía separar 10% del área de todos los nuevos proyectos inmobiliarios para utilizarla como espacio verde público. Hasta el Plan Maestro de 1980, no se hizo mención del primer territorio declarado como zona ecológica protegida en la periferia de la ciudad, esto es, las tierras no desarrolladas en las faldas del Pichincha. Otras ordenanzas contenían referencias menores a la protección de parques y árboles, pero no se emitieron medidas legales específicamente relacionadas con parques, árboles urbanos u otra vegetación durante este período.
Aparte del gobierno municipal, otras agencias públicas emergieron como actores directos en el ecosistema forestal urbano de Quito durante la década del ochenta, sobre todo debido a la creación de las áreas nacionales de Bosques y Vegetación Protectores alrededor de la ciudad durante esa década. Sin embargo, las acciones de manejo por parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG-INEFAN) en estas áreas y otras zonas externas fueron mínimas durante la década del ochenta y estuvieron sobre todo centradas en la prevención y supresión de incendios durante los meses secos a finales del verano y ocasionalmente reforestación y otras actividades relacionadas con la protección de cuencas.
Las acciones del sector privado relativas a la vegetación urbana antes de 1990 fueron variadas. La comparación de fotos aéreas anteriores y actuales de Quito evidencia que gran parte del aspecto «verde» de la ciudad puede atribuirse a las acciones de dueños de casa, cuyos jardines típicamente amurallados contienen una variedad de plantas, independientemente del tamaño del lote o el nivel socioeconómico. La acción comunitaria organizada alrededor de la vegetación urbana de espacios públicos de la ciudad no se volvió común hasta finales de la década del setenta, coincidiendo con el ascenso del movimiento ambiental en todo el Ecuador. Además de sus esfuerzos de promoción de asuntos particulares tales como la preservación del cinturón verde o el establecimiento del Parque de Bellavista, los grupos ecológicos locales también iniciaron la organización de pequeñas campañas de siembra de árboles en parques y vecindarios de la ciudad durante la década del ochenta.
4.2.1. Principales temas en el manejo de la silvicultura urbana y periurbana
4.2.2. Actores sociales de la silvicultura urbana y periurbana en Quito
Desde 1990 hasta el presente han ocurrido cambios significativos en el nivel y tipo de manejo del ecosistema forestal urbano en Quito. A continuación se revisa la intervención específica de actores públicos y privados claves en este período.
Como un prefacio a esta descripción es importante comprender el contexto del manejo ambiental en Quito, dentro del cual se dan las intervenciones en el bosque urbano. Todas las cuestiones urbanas que parecen tener un impacto significativo en la vegetación deben ser consideradas, sea que se refieran o no explícitamente al manejo de la vegetación o los recursos naturales.
Los Recuadros 4.1 y 4.2 resumen algunas de las cuestiones urbanas más significativas en Quito, nuevamente separadas para el núcleo urbano y las áreas periurbanas. Los recuadros incluyen asuntos directamente relacionados con el manejo del bosque urbano, así como otros que afectan indirectamente al sistema12. Para cada cuestión se describen oportunidades y limitaciones relacionadas con el ecosistema forestal urbano. Sin embargo, con frecuencia existen diferencias significativas entre las oportunidades y limitaciones para la silvicultura urbana según el nivel socioeconómico de los pobladores. Por lo tanto, la información sobre oportunidades y limitaciones también está estructurada para distinguir entre residentes de «alto» y «bajo» ingreso tanto en el núcleo urbano como en las zonas periurbanas.
12 Nótese que existe alguna superposición con las funciones ecológicas y sociales de la vegetación urbana y periurbana descrita en la Sección 3.
RECUADRO 4.1. PRINCIPALES TEMAS EN EL MANEJO DEL ECOSISTEMA FORESTAL URBANO - NÚCLEO URBANO
TEMA |
OPORTUNIDADES |
LIMITACIONES |
||
BAJO INGRESO |
ALTO INGRESO |
BAJO INGRESO |
ALTO INGRESO |
|
TEMAS DE MANEJO DIRECTO |
||||
Comodidades y Servicios Ambientales |
· Algunas organizaciones en barrios periféricos
pobres comienzan a reconocer la importancia de los servicios ambientales
de la vegetación urbana para su salud y seguridad (especialmente
estabilización del suelo y abastecimiento de agua) e incluyen estas
preocupaciones en su organización y lucha comunitaria. |
· Los residentes ricos tienen un nivel
suficiente de servicios y el lujo de poder pensar a largo plazo y dar
valor al disfrute del medio ambiente por encima de los beneficios económicos
de la vegetación urbana a corto plazo. |
· Los pobres urbanos con frecuencia no pueden darse el lujo de preocuparse de la sostenibilidad a largo plazo de servicios ambientales de la vegetación urbana, ya que luchan por satisfacer necesidades inmediatas, algunas de las cuales están en competencia directa con estos usos |
· Los propietarios ricos pueden desear usar su propiedad en formas que retiran, dañan o afectan adversamente a la vegetación existente, que actualmente provee servicios ambientales. |
Producción Forestal |
· Aunque limitada, la promoción de producción forestal en tierras baldías dentro de la ciudad podría dar oportunidades de empleo a algunos residentes pobres |
· Propietarios privados que no piensan desarrollar sus parcelas de tierra urbana durante 10 o 20 años podrían ser estimulados a arrendar su tierra para especies de árboles de rápido crecimiento. |
· Los residentes pobres que necesitan
vivienda podrían resentir la dedicación de tierras urbanas
baldías a la forestación productiva dentro de la ciudad,
especialmente si son tierras públicas. |
· La producción forestal no es el uso más lucrativo de la tierna urbana para residentes de altos ingresos, así que es poco probable que esta actividad ocurra permanentemente en tierras privadas dentro del núcleo urbano si no tiene incentivos económicos. |
Agricultura |
· El incremento en la producción
de alimentos para la ciudad podría contribuir al ingreso familiar
de los residentes pobres. |
· Aunque los incentivos económicos no tienen tanta influencia en pobladores de mayor ingreso, la siembra de árboles frutales enjardines privados es aún una forma relativamente fácil de contribuir al presupuesto de alimentación de la familia, cualquiera sea su ingreso. |
· La incertidumbre sobre la tenencia
de la tierra y la necesidad de rendimiento rápido pueden llevar
a prácticas agrícolas insostenibles y dañar los suelos
y la vegetación preexistentes. |
· Los residentes de altos ingresos pueden
considerar la agricultura urbana como una actividad degradante o «atrasada»,
o como causante de externalidades negativas en un ambiente urbano. |
ASUNTOS DE MANEJO INDIRECTO |
||||
Mercado de Suelo |
· En tierras con tenencia asegurada, la vegetación bien mantenida en o cerca de una propiedad incrementa su valor en el mercado. |
· Vegetación bien mantenida en o cerca de una propiedad incrementa su valor en el mercado. |
· La remoción de la cubierta forestal puede ser una estrategia de los pobres para asegurar la tenencia de tierras periféricas para vivienda u otros usos urbanos. |
· El ambiente financiero incierto estimula
la especulación con tierras periurbanas, ya que los bienes raíces
son un seguro estable contra presiones inflacionarias. |
Vivienda |
· En jardines privados, es muy atractivo sembrar árboles y otra vegetación, especialmente cultivos, y estas plantas tienden a ser mucho más cuidadas que en espacios públicos. |
· Barrios de altos ingresos con frecuencia
esperan y obtienen mayor atención de la Subdirección Municipal
de Parques y Jardines para incrementar la vegetación. |
· La necesidad urgente de vivienda adicional
hace atractivo el asentamiento aún en zonas ecológicamente
sensibles. lo que con frecuencia ocasiona destrucción de la vegetación
urbana existente o remoción de tierras con potencialidades para
la siembra. |
· A pesar del control sobre el uso del suelo en zonas ecológicas protegidas, se realizan inversiones inmobiliarias atractivas y rentables en esta áreas, y con frecuencia se presiona para obtener permisos de construcción de viviendas de altos ingresos, lo que ocasiona destrucción de la vegetación existente, |
Infraestructura |
· La siembra de árboles en cuencas
hidrológicas puede ayudar a proteger la actual provisión
de agua de la ciudad. |
· La siembra de árboles en cuencas
hidrológicas puede ayudar a proteger la actual provisión
de agua de la ciudad. |
· Una prioridad de los residentes urbanos
pobres es adquirir servicios básicos como electricidad y teléfonos,
agua potable y alcantarillado y pavimentación de calles en sus
barrios, y no la adquisición de árboles. |
· Los residentes de altos ingresos resienten
interferencias o danos en la infraestructura costosa, causados por árboles
y otra vegetación. |
Desarrollo Industrial |
· La siembra de vegetación puede servir como protección contra los impactos negativos de usos industriales de las tierras adyacentes. |
· El apoyo de industriales ricos a las actividades de silvicultura urbana puede ganar apoyo público, muy necesario para sus empresas. |
· Los contaminantes producidos por la
actividad industrial dentro de la ciudad pueden impactar negativamente
sobre la vegetación urbana en barrios residenciales pobres que
con frecuencia bordean estas zonas. |
· Para industriales de altos ingresos. los beneficios económicos positivos del desarrollo industrial son más importantes que los impactos negativos en la vegetación urbana incluida o cercana a los sitios de trabajo. |
Han habido muchas y variadas intervenciones en el área metropolitana de Quito en relación a los temas más importantes del manejo descritos anteriormente. Más abajo se describen perfiles de la actividad publica y privada en el ecosistema forestal urbano de Quito.
Además, en el Apéndice D aparecen tablas de resumen de algunos actores públicos y privados. Estas tablas incluyen información sobre las diferentes organizaciones, el ámbito geográfico de su trabajo (esto es, urbano o periurbano, lugar de actividad), el tipo de actividad de silvicultura urbana en la que han participado así como algunas de sus características organizativas.
· La Subdirección de Parques y Jardines del Municipio de Quito
Antecedentes: la administración del ex-alcalde Rodrigo Paz (1988-1992) se destacó por haber implementado algunas reformas significativas del gobierno municipal, incluyendo la reestructuración de la administración local y la creación del Distrito Metropolitano de Quito. Un área de interés especial para el alcalde fue el medio ambiente urbano, y en particular, el estado de parques y espacios verdes de la ciudad. De hecho, con la llegada del alcalde Paz no solo hubo un marcado cambio en el compromiso del sector municipal para mejorar el estado del ecosistema forestal urbano, sino que la nueva actitud oficial estimuló y facilitó los esfuerzos de actores privados de la ciudad.
Inmediatamente después de asumir su cargo, Paz contrató un nuevo jefe de la Subdirección Municipal de Parques y Jardines. El ingeniero forestal Esteban Moscoso ha vigorizado la unidad con más personal profesional y su deseo de mejorar la presentación de los parques en Quito mediante un extenso programa de arte público, así como esfuerzos de reforestación y embellecimiento de los espacios verdes. Durante la administración de Paz, el personal supervisor y administrativo de la Subdirección creció de 10 a 35 personas, el grupo de jardineros contratados creció de 400 a casi 1000 y el presupuesto para obras de capital de la Subdirección superó los 200.000 dólares anuales hasta 1993 (Gangotena et al., 1990; López, comunicación personal, 1995; Flores, comunicación personal, 1996). Además, apoyada por la gran influencia del alcalde, la Subdirección comenzó a obtener significativo apoyo financiero del sector privado de Quito para la siembra de árboles y el mantenimiento a largo plazo de espacios verdes públicos en toda la metrópoli, apoyo que alcanzó los miles de dólares anuales.
Jamil Mahuad fue elegido alcalde en 1992, y, como candidato apoyado por el anterior alcalde Paz, se ha comprometido a continuar muchas de las políticas iniciadas en la administración anterior. En el área del ambiente urbano en general y de los parques y espacios verdes urbanos en particular, Mahuad ha sido un apoyo positivo; sin embargo, su participación no ha sido tan intensa ni personal como la del anterior alcalde. Bajo la actual administración, la Subdirección de Parques y Jardines tiene menor autonomía para iniciar acciones. Más aún, en medio de la tendencia general hacia la privatización de funciones municipales, toda la Dirección de Obras Públicas de la que depende la Subdirección de Parques y Jardines ha sido transformada en una empresa municipal. Como consecuencia, la Subdirección (que tiene pocas formas de conseguir un ingreso propio) no ha logrado mantener su personal ni su presupuesto operativo, y ya no recibe grandes asignaciones para nuevos proyectos. De hecho, el personal de la Subdirección se ha reducido significativamente en los últimos dos años, a aproximadamente 800 empleados en 1995 y 560 en 1996. En los próximos 4 años se planean más reducciones por medio de retiros y transferencias de personal, lo que posiblemente lleve a una disolución total de la unidad como institución pública, a ser reemplazada por microempresas financiadas por el municipio (Flores, comunicación personal, 1996). A continuación se exponen algunos comentarios sobre las funciones específicas de esta unidad:
Planificación para la Silvicultura Urbana: como ya se discutió, en 1990 y 1991 la Subdirección Municipal de Parques y Jardines participó en un extenso proceso de planificación para la arborización del núcleo urbano. Esto resultó en la reunión de una considerable cantidad de información y sugerencias para la acción que han sido útiles para guiar algún trabajo de la Subdirección. En particular, muchas recomendaciones relacionadas con mejorías en el manejo de los viveros de la ciudad, la localización de especies y otras han sido empleadas consistentemente como resultado del proceso de planificación. Sin embargo, no se han seguido muchas otras recomendaciones del plan, especialmente las que tienen que ver con la organización administrativa del departamento, el manejo de información y la promoción pública. Además no ha existido planificación sistemática para la silvicultura urbana desde la finalización del proyecto. El resultado es que una considerable proporción del trabajo de siembra y cuidado de árboles urbanos actualmente se ejecuta en respuesta a emergencias, solicitudes de último momento de personeros municipales o presión de grupos barriales, y no como parte de un plan a largo plazo. A mediados de 1995 se contrató un nuevo miembro como segundo al mando administrativo del Subdirector Moscoso, que podría dar la asistencia necesaria para promover algunos de estos cambios administrativos (Morales, comunicación personal, 1995).
Producción de Plantas: una de las pocas áreas en las que la Subdirección implemento e incluso superó las recomendaciones de la planificación fue la de la producción de plantas en viveros municipales. La transformación de las dos instalaciones de propagación de plantas de la ciudad en Chillogallo (21 hectáreas) y Guayllabamba (14 hectáreas) ha sido notable desde que en 1992 se contrató ingenieros forestales para administrar estas propiedades. Se han instituido mejoras tanto en el manejo técnico como en los procedimientos administrativos y ambos viveros son ahora líderes nacionales en la propagación de plantas para aplicaciones urbanas. Aunque no existen cifras precisas, se estima que la producción alcanzó aproximadamente 130.000 nuevos árboles y 70.000 plantas anuales en Chillogallo, y aproximadamente 20.000 árboles y 60.000 plantas en Guayllabamba (Flores, comunicación personal, 1995; Hernández, comunicación personal, 1995). En consonancia con las políticas recientes, muchos árboles se mantienen en los vivieros por dos o más años para asegurar que alcancen el tamaño adecuado para la siembra.
Los costos de producción en 1995 se estimaron alrededor de 2 dólares para un árbol tipo de un metro de alto, 3.5 dólares para un árbol tipo de 1.5 metros de alto, y hasta 10 dólares para un árbol de dos metros de alto. Las especies de crecimiento más lento tenían un costo proporcionalmente mayor. El costo de producción de una planta ornamental típica era de 1 dólar o menos (Flores, comunicación personal, 1995).
Siembra de Vegetación: En 1990 se creó una unidad especial de arborización dentro de la Subdirección de Parques, compuesta por un jefe y un equipo de 17 sembradores de árboles urbanos (Torres, comunicación personal, 1995). Este grupo ha sembrado cientos de miles de árboles en Quito desde 1989, desafortunadamente sin suficiente planificación. Han sobrevivido un porcentaje relativamente pequeño de estos árboles, especialmente entre los plantados durante 1991 y 1992 como parte de una campaña de siembra masiva de árboles urbanos pobremente concebida y prematuramente ejecutada. Este esfuerzo impulsado políticamente fue promovido por el alcalde Paz en contra del consejo del personal técnico de la Subdirección de Parques y resultó en enormes pérdidas de árboles jóvenes que se sembraron muy pequeños y sin protección adecuada. Estos problemas de mortalidad han sido resueltos en su mayor parte en años más recientes, con la plantación de mucho menos árboles por año (cerca de 10.000 en 1995) de tamaño mayor y con una selección más cuidadosa de las especies. La supervivencia de los árboles es actualmente de un promedio del 72% a los 12 meses de la siembra (Torres, comunicación personal, 1995). No se habían calculado los costos exactos de la siembra, pero el nivel de plantación se redujo drásticamente en 1996 en gran parte debido a los altos costos de mano de obra asociados con la preparación de los agujeros para la siembra.
Mantenimiento de la Vegetación: el mantenimiento de la vegetación urbana en espacios públicos ha sido apenas regular en casi toda la ciudad y la mayoría de los jardineros contratados están dedicados al corte de césped y eliminación de malezas en parques y parterres. Además, en 1995 un equipo de 19 podadores y dos asistentes se dedicó a la poda de árboles en toda la ciudad, pero básicamente solo ante emergencias. Raramente se hacen poda preventiva y fertilización de árboles y el control de plagas ha sido inexistente, aunque esto es también innecesario para la mayoría de especies. La División de Mantenimiento sufre de la misma planificación inadecuada que otras unidades de trabajo dentro de la Subdirección, aunque recientemente se han hecho algunos esfuerzos para lograr mejor coordinación y desarrollar un ciclo más sistemático de cuidado preventivo de árboles y arbustos urbanos. Sin embargo, estos esfuerzos son limitados ya que el personal de mantenimiento es escaso y los vehículos, el equipo y las herramientas son inadecuados para cubrir el número de árboles públicos existentes, mucho menos los que se siguen plantando (Morales, comunicación personal, 1995). Además, los administradores de la Subdirección no han enfatizado en una mejor planificación y coordinación. Finalmente, aunque los jardineros de la ciudad están comenzando a recibir más entrenamiento técnico, la información recibida es bastante básica y no necesariamente refleja lo más avanzado en el campo del manejo de plantas urbanas. Más aún, solo relativamente pocos capataces han recibido este entrenamiento y el nivel de capacidad técnica en el cuidado de plantas urbanas de los muchos cientos de empleados contratados es generalmente mínima (Andrade, comunicación personal, 1995).
A pesar de estos problemas y la necesidad continua de mejoría, ha existido un incremento demostrable en la atención que el municipio pone a la vegetación del núcleo urbano desde 1989. En contraste, en las parroquias periurbanas solo se ha dedicado al mantenimiento de parques públicos y siembra de árboles aún bajo administraciones municipales recientes, con un total de aproximadamente 42 empleados a cargo de espacios verdes públicos en estos pueblos (Jiménez, comunicación personal, 1995). La falta de mejoría en estas zonas puede deberse al hecho de que los parques suburbanos en la práctica no han sido administrados por la Subdirección de Parques y Jardines, sino directamente por la Dirección de Obras Públicas, entidad municipal cuya prioridad no es la vegetación urbana. Los costos específicos del mantenimiento de los árboles urbanos o espacios verdes no han sido calculados por la Subdirección13.
13 El presupuesto de la Subdirección no separa actividades de mantenimiento de las de siembra, construcción/mantenimiento de infraestructura de parques, retiro de basura u otras actividades.
Foto 4.3: Obrero municipal regando un parque en la zona norte de Quito
Manejo de Información: Los esfuerzos por sembrar y manejar la vegetación urbana en los espacios públicos de la ciudad se ven severamente afectados por la falta de un sistema actualizado de manejo de información, lo que se relaciona con el inadecuado nivel de planificación en la Subdirección. Aunque la Subdirección ha avanzado mucho en términos de manejo computarizado de personal y presupuesto desde 1989, esta nueva tecnología no se ha aplicado a la producción, siembra o mantenimiento. Algunos funcionarios de nivel medio están interesados en buscar un mejor manejo de la información y el jefe de la sección de Diseño y Mantenimiento está recolectando y archivando información de inventario de los espacios verdes de la ciudad, independientemente y a mano. Desafortunadamente hasta la fecha esta iniciativa no ha tenido liderazgo y apoyo del Subdirector de Parques y Jardines (Morales, comunicación personal, 1995).
Legislación y Ordenanzas: Como parte del proceso de planificación del bosque urbano conducido por Fundación Natura se preparó con consultores legales un modelo de ordenanza para la protección y promoción de la silvicultura urbana en Quito. La Subdirección no ha hecho esfuerzos para promover la promulgación de un mecanismo formal como este o cualquier otra reforma legal relacionada con la vegetación urbana. Algunas iniciativas de concejales de la ciudad tampoco han dado resultados positivos, en parte debido a esta falta de entusiasmo del personal municipal.
Promoción y Educación Públicas: La Subdirección de Parques y Jardines ha participado en la producción de unas pocas publicaciones municipales que informan sobre varios aspectos de su programa. Sin embargo, esta unidad no tiene actividades de promoción pública propias. Existen otras entidades dentro de la estructura del gobierno municipal que participan más directamente en estas actividades, especialmente la Oficina Central de Relaciones Públicas. De hecho, los mensajes sobre cuidado de parques públicos y siembra de más árboles en Quito han constituido una parte significativa de la campaña de promoción general de la municipalidad. Esta campaña ha incluido anuncios en televisión, radio y medios impresos así como atractivos afiches y otros materiales impresos.
Además de este esfuerzo existen promotores sociales municipales que hacen trabajo de extensión en un amplio rango de asuntos de desarrollo comunitario. Estos promotores sociales han trabajado periódicamente con residentes de barrios para compartir información sobre árboles urbanos y futuras campañas de reforestación. Aunque bien intencionados, estos esfuerzos no son frecuentes, rara vez se acompañan de material didáctico o promocional adecuado, no reciben seguimiento y son realizados por personal que no tiene un conocimiento extenso del campo de la silvicultura urbana. Además, el personal técnico de la Subdirección de Parques no siempre es consultado en estos casos ni en las campañas promocionales de la ciudad.
Recuadro 4.2. Principales Temas de Manejo del Ecosistema Forestal Urbano - Área Periurbana
TEMA |
OPORTUNIDADES |
LIMITACIONES |
||
BAJO INGRESO |
ALTO INGRESO |
BAJO INGRESO |
ALTO INGRESO |
|
TEMAS DE MANEJO DIRECTO |
||||
Comodidades y Servicios Ambientales |
· Se podría ofrecer a residentes
locales empleos relacionados con el ecoturismo para proteger ciertas tierras
en el área periurbana. |
· Muchos residentes del núcleo urbano se están trasladando a hogares primarios o secundarios en el área periurbana, llevando con ellos sus valores de preservación de la vegetación y el medio ambiente. |
· La demanda de vivienda barata en los
asentamientos humanos en expansión interfiere con los usos tradicionales
de la tierra de los residentes tradicionales |
· Los propietarios ricos resienten cualquier
restricción a su posibilidad de maximizar los beneficios económicos
de su propiedad, al mismo tiempo que los usos vegetativos de la tierra
(agricultura, forestería) no producen grandes beneficios en áreas
en proceso de urbanización. |
Producción Forestal |
· Donde las presiones de urbanización son menos urgentes o donde existan incentivos gubernamentales, la forestación en plantaciones comunitarias podría ser apropiada en algunas áreas de la zona periurbana, como fuente de productos domésticos y/o para producción comercial. |
· Donde las presiones de urbanización son menos urgentes o donde existan incentivos gubernamentales, podría ser apropiada la forestación privada en plantaciones a gran escala en algunas áreas de la zona periurbana. |
· Las prácticas extractivas rurales
tradicionales en bosques periurbanos pueden entrar en conflicto con valores
preservaciónistas urbanos. |
· Es poco posible que aún la producción forestal a gran escala pueda generar suficiente dinero como para justificar el mantenimiento de las tierras más deseables del área periurbana a salvo de usos urbanos. |
Agricultura |
· El cambio a cultivos de mayor valor
podría permitir un mayor ingreso a pequeños propietarios
rurales, al tiempo que mantienen las tierras agrícolas. |
· El cambio a cultivos de mayor valor
podría permitir un mayor ingreso a grandes propietarios rurales
orientados hacia el mercado, al tiempo que mantienen las tierras agrícolas. |
· La producción agrícola
a pequeña escala se ha vuelto no lucrativa en algunas áreas
periurbanas donde los precios de la tierra han subido por a la presión
urbanizadora. |
· La producción agrícola
tradicional se ha vuelto no lucrativa en algunas áreas periurbanas
donde los precios de la tierra han subido por la presión urbanizadora. |
TEMAS DE MANEJO INDIRECTO |
||||
Mercado de Suelo |
· La gran cantidad de tierras baldías compradas para especulación en el área periurbana da oportunidades «informales» para la agricultura y el pastoreo urbanos. |
· Propietarios de altos ingresos pueden recibir algunas rentas de parcelas baldías en la zona periurbana mediante el arriendo de sus tierras para producción agrícola o forestal hasta que se inicien proyectos de desarrollo urbano. |
· Los crecientes valores de la tierra en zonas periurbanas están presionando a residentes tradicionales de bajos ingresos a vender sus tierras agrícolas para usos urbanos. |
· Los propietarios ricos también
enfrentan presiones económicas para convertir sus tierras en proyectos
residenciales u otros usos urbanos, lo que usualmente resulta en pérdida
de cubierta vegetal. |
Vivienda |
· Enjardines privados, es muy atractivo sembrar árboles y otra vegetación, especialmente cultivos, y estas plantas tienden a ser mucho más cuidadas que en espacios públicos. |
· Enjardines privados, es muy atractivo sembrar árboles y otra vegetación, especialmente cultivos, y estas plantas tienden a ser mucho más cuidadas que en espacios públicos. |
· Los residentes urbanos pobres buscan
tierras para construir viviendas fuera de los límites de la ciudad,
sin tomar en cuenta la destrucción de tierras agrícolas
o bosques en zonas rurales periféricas. |
· Conforme las condiciones urbanas se deterioran, se vuelve una opción el relocalizar residencias de altos ingresos a zonas periféricas cercanas a la ciudad, o localizar un segundo hogar allí, lo que lleva a la urbanización de tierras antes agrícolas o boscosas. |
Infraestructura |
· La mayor construcción de caminos de acceso y otros servicios en zonas periurbanas favorece el desarrollo del ecoturismo y mayor acceso de la población urbana a las áreas naturales alrededor del núcleo urbano, llevando a potenciales oportunidades de empleo para residentes de bajos ingresos. |
· La mayor construcción de caminos de acceso y otros servicios en zonas periurbanas favorece el acceso de la población urbana a las áreas naturales alrededor del núcleo urbano y la actividad de los residentes urbanos para evitar la urbanización de estas zonas. |
· En un esfuerzo por encontrar vivienda
o subsistir, importantes tierras de cuencas hidrográficas sufren
impactos negativos, lo que reduce la cantidad y calidad del abastecimiento
de agua urbana y periurbana. |
· En un esfuerzo por encontrar vivienda
o subsistir, importantes tierras de cuencas hidrográficas sufren
impactos negativos, lo que reduce la cantidad y calidad del abastecimiento
de agua urbana y periurbana. |
Desarrollo industrial |
· Las oportunidades de empleo no agrícola en la zona periurbana pueden aliviar presiones para expandir la actividad agrícola en áreas marginales de bosque y pastizales. |
· Residentes de altos ingresos con conciencia ambiental en la zona periurbana pueden resistir activamente la relocalización de actividad industrial destructiva o pueden insistir en que los dueños de empresas mitiguen o compensen sus impactos negativos |
· Trabajadores agrícolas periurbanos
desplazados pueden buscar nuevas fuentes de empleo industrial aún
si son destructivas para el medio ambiente. |
· Los empresarios industriales encuentran
que las tierras externas son menos caras y más atractivas para
expansión, llevando a la pérdida de tierras agrícolas
y de bosque en la zona periurbana. |
· Otras agencias municipales
Además de la Subdirección de Parques y Jardines, otras unidades del gobierno municipal han participado en el ecosistema forestal urbano y periurbano. Una de las más importantes es la Dirección de Planificación, que ha tenido un rol de liderazgo en el desarrollo y manejo de algunos proyectos a gran escala, tales como el Parque de Bellavista, de más de 500 hectáreas, o la preservación de lugares históricos o ecológicamente significativos como el Panecillo en el centro de Quito. Desafortunadamente, la coordinación con personal de la Subdirección de Parques es frecuentemente débil y ocasionalmente los celos institucionales se atraviesan en la preparación y ejecución del mejor plan para cada lugar.
La Dirección de Planificación también ha emprendido algunos esfuerzos para coordinar acciones relacionadas con la prevención de desastres en Quito, incluyendo el riesgo de deslizamientos de tierra en el borde occidental de la ciudad. Junto con planificadores urbanos que trabajan en el sector norte de Quito se han emprendido estudios de ingeniería para la estabilización de laderas del Bosque Protector Pichincha con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo. Sin embargo, la mayor parte del interés ha estado en la construcción de obras de ingeniería antes que en la siembra preventiva de árboles en las zonas (Zea, comunicación personal, 1995; Estrella, comunicación personal, 1995).
La Empresa Municipal de Alcantarillado y Agua Potable de Quito (EMAAP-Q) también ha tenido alguna actividad en la protección de cuencas hidrográficas en las zonas periurbanas de la ciudad. Sus esfuerzos han incluido alguna planificación del uso del suelo así como coordinación con el Ministerio de Agricultura y Ganadería, las Fuerzas Armadas y escuelas locales para realizar esfuerzos de reforestación en ciertas zonas. Sin embargo, la falta de personal y recursos adecuados para producir especies apropiadas de árboles o ejecutar los proyectos han limitado la efectividad de esta agencia.
Debería también mencionarse la intervención general de la oficina del alcalde y personal legal en asuntos relacionados con las zonas protegidas del límite de la ciudad. Asentamientos espontáneos, tala de árboles, quema de pastos y otras actividades son frecuentemente denunciadas por ciudadanos privados y grupos comunitarios en la oficina del alcalde. La respuesta oficial ha sido diferente con los años, dependiendo de la historia de cada caso, del político involucrado y de las tierras en cuestión, pero en suma ha variado desde un compromiso intermedio a débil a la protección estricta de la zona.
· Agencias Públicas no Municipales
Con respecto a otras agencias públicas por fuera de la esfera municipal, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y específicamente su subsidiaria de forestería, el Instituto Nacional Ecuatoriano de Forestación y Áreas Naturales (INEFAN) tienen aún jurisdicción primaria sobre muchas tierras de Bosques y Vegetación Protectores que rodean a la ciudad. Sin embargo, el INEFAN ha realizado solo un manejo mínimo en estas áreas. De hecho, la agencia solo tiene un programa activo en una porción de la zona protegida, esto es, el borde occidental del Bosque Protector Pichincha y aún ahí el apoyo es débil (Falconí, comunicación personal, 1995; Galindo, comunicación personal, 1995). El plan de manejo preparado para esta área en 1984 no fue implementado y desde entonces se ha hecho una planificación mínima. Específicamente se están preparando planes para las zonas altas de microcuencas del Bosque Protector (esto es, en el área de El Cinto) en colaboración con la Sección de Cuencas Hidrográficas del INEFAN (Jalan, comunicación personal, 1995).
En 1995 existían únicamente tres guardias forestales activos y un jefe de programa asignados al Bosque Protector Pichincha para todo el año (Falconí, comunicación personal, 1995). Estas personas hacen algún trabajo de extensión con residentes locales durante los meses de invierno y patrullan el área todo el año. Ya que solo existe una motocicleta para el área, la mayoría del trabajo debe hacerse a pie, limitando el territorio que puede cubrirse. Durante la estación de incendios (aproximadamente junio a octubre) se asigna personal adicional para patrullar el área combatiendo fuegos en pastizales y bosques (al menos 5 hombres) y se asigna ocasionalmente el uso de un camión y un jeep (Galindo, comunicación personal, 1993). En general, la unidad no ha planificado ni recibido presupuesto para incrementar personal o inversiones en infraestructura o equipos.
Además del trabajo en el Bosque Protector Pichincha, el INEFAN ha participado en siembras ocasionales de árboles en cuencas hidrográficas dentro y fuera de la zona protegida. La mayoría de estas acciones han formado parte de un esfuerzo cooperativo de nivel nacional con otras dos agencias gubernamentales. En 1981 se firmó un acuerdo entre el MAG y el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) para incluir la participación de estudiantes en campañas de siembra de árboles como una opción para cumplir los requisitos de graduación de la secundaria en todo el país. Las Fuerzas Armadas del Ecuador firmaron un nuevo memorándum con estas dos instituciones en 1991, para expandir y fortalecer el programa. Como parte de este esfuerzo, se han producido numerosos proyectos de reforestación con estudiantes en zonas urbanas y periurbanas del Ecuador desde la década del ochenta, incluyendo algunos en Quito. Por ejemplo, se han realizado siembras en la colina de El Panecillo en el Centro Histórico y más recientemente, se han implementado proyectos de forestación en las cuencas hidrográficas de la zona metropolitana (esto es El Cinto, Pita), en colaboración con la EMAAP-Q y una ONG local, Fundación Amazonas. Aunque son una experiencia educativa valiosa, estos esfuerzos con frecuencia han sido limitados por una planificación inadecuada, el uso de árboles extremadamente pequeños, un enfoque exclusivo en unas pocas especies exóticas y la falta de seguimiento posterior. Además de ello, el INEFAN a veces coordina sus actividades de protección de las cuencas hidrográficas con el Instituto Ecuatoriano de Recursos Hidráulicos (INERHI), pero esta agencia no es un actor clave en la reforestación preventiva en estas zonas.
El MEC y su división subsidiaria recientemente creada, Nuevo Rumbo Cultural (NRC) también han participado en la educación ambiental por más de diez años. Aunque la vegetación urbana nunca ha sido un eje explícito del curriculum de educación ambiental, en 1993 el NRC participó en al menos un proyecto educativo sobre cultivo de árboles con Fundación Natura y una editorial local de textos escolares (Susaeta).
Finalmente, la institución de coordinación nacional de todas las municipalidades ecuatorianas, la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME), ha participado en el desarrollo de capacidad organizativa para los gobiernos municipales del país durante muchos años. El área del medio ambiente urbano está emergiendo como parte de la agenda de entrenamiento y asistencia técnica de esta asociación, pero hasta la fecha se ha limitado a asuntos de abastecimiento y contaminación del agua y manejo de desechos en las áreas urbanas. A lo largo de los años, las discusiones con organizaciones de defensa del medio ambiente como Fundación Natura han despertado el interés de AME por ampliar sus esfuerzos al área del manejo del ecosistema forestal urbano, pero hasta la fecha no se han emprendido acciones, en parte debido a falta de experticia e información en este campo.
· Universidades Públicas
Las universidades públicas en Quito (y en el Ecuador en general) no han tenido casi ningún rol institucional formal en la silvicultura urbana y periurbana. Sin embargo, indirectamente han tenido influencia significativa, ya que la mayoría de arquitectos, planificadores e ingenieros responsables del diseño y desarrollo urbanos en Quito fueron educados en estas instituciones. También los ingenieros forestales y agrónomos que trabajan con la vegetación urbana y periurbana de Quito fueron en su mayoría educados en universidades públicas14.
14 Algunos ingenieros forestales y planificadores que trabajan para la municipalidad fueron educados en otros países, aunque aún sin una especialización fuerte en forestería urbana.
Actualmente las universidades públicas del Ecuador no ofrecen títulos o especializaciones en arquitectura paisajista o silvicultura urbana. Los dos mayores programas de ingeniería forestal del país, localizados en Ibarra (Sierra Norte) y Loja (Sierra Sur) no incluyen trabajo especializado en la silvicultura urbana. Ocasionalmente se han realizado cursos cortos de diseño de paisaje y manejo del ambiente urbano en el Departamento de Arquitectura de la Universidad Central del Ecuador. Además, estudiantes de numerosas disciplinas (incluyendo arquitectura, agronomía, botánica, biología, geografía, sociología y forestería) han realizado proyectos de tesis relacionados con aspectos biofísicos o sociales de la vegetación urbana y periurbana en Quito.
· Agencias públicas internacionales
En el Ecuador, la asistencia gubernamental bilateral y multilateral o el apoyo internacional (por ejemplo, de agencias de las Naciones Unidas), se canaliza casi universalmente a través de instituciones del gobierno nacional o local. Hasta la fecha se ha dirigido muy poco apoyo a la promoción o el mantenimiento del ecosistema forestal urbano en el área metropolitana de Quito. La misión de asistencia internacional del gobierno alemán, GTZ, ha sido muy activa en todos los aspectos de la administración y el apoyo a municipios en todo el país. El manejo del espacio verde urbano y la forestación son áreas de actividad autorizadas de la agencia. Sin embargo, la asistencia de GTZ solo responde a prioridades identificadas por personeros locales y los líderes municipales de Quito no han solicitado ayuda de la institución para actividades relacionadas con parques, árboles u otros asuntos de la vegetación urbana. El programa de silvicultura de GTZ es independiente del programa de desarrollo municipal y participa actualmente tan solo en asuntos de manejo forestal rural.
El Programa de Recursos Naturales de USAID también participa primariamente en el manejo forestal de las zonas rurales del país. A mediados de la década del ochenta, AID financió la preparación del plan de manejo para el Bosque Protector Pichincha, pero su interés en la zona periurbana ha disminuido desde entonces. Actualmente apoyan más intensamente a programas de educación ambiental en general (a través de la ONG local, OIKOS). Aunque estos programas definitivamente benefician a grandes poblaciones estudiantiles urbanas, actualmente no tienen materiales o énfasis en el área de espacios verdes o vegetación urbanos (Encalada, comunicación personal, 1995). También con la asistencia del Programa de Recursos Naturales de USAID, el Servicio Forestal de los Estados Unidos ha servido como consultor en incendios forestales para el INEFAN, Fundación Natura y Amigos de las Américas en el desarrollo de una propuesta de proyecto de protección de bosques para la zona periurbana de la ciudad (Murray, 1992). La Oficina Regional para Vivienda y Desarrollo Urbano (RHUDO) de AID participa más directamente en asuntos de manejo urbano, especialmente en vivienda de bajos ingresos, salud y saneamiento, pero actualmente no tiene programas relacionados con la vegetación urbana.
El Cuerpo de Paz de los Estados Unidos comenzó su apoyo a esfuerzos de silvicultura urbana en 1989, cuando se colocó un primer voluntario en el Capítulo Quito de la ONG local Fundación Natura. Desde 1989 a 1995 los voluntarios han participado en planificación, coordinación interistitucional, entrenamiento, asistencia técnica y coordinación de programas de siembra de árboles. La Oficina de Entrenamiento y Apoyo a Programas del Cuerpo de Paz - Washington (OTAPS) también financió recientemente un curso nacional de entrenamiento en silvicultura urbana para ciudades intermedias, coauspiciado por Fundación Natura.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) financió indirectamente la preparación del plan a diez años de arborización urbana de Quito en 1990 y 1991, por medio de fondos canalizados a través del Fondo Nacional de Preinversión del Banco Ecuatoriano de Desarrollo (FONAPRE-BEDE). Como ya se mencionó, el BID también ha financiado estudios de estabilización de laderas para las faldas del Pichincha y recientemente aprobó un préstamo de 20 millones de dólares para el control de inundaciones y deslizamientos de lodo en esta área. Este proyecto incluirá la construcción de infraestructura, actividades de conservación del suelo, manejo de desechos sólidos y promoción y entrenamiento comunitarios (El Comercio, 1996).
La FAO tiene un gran programa de forestería y agroforestería participativas rurales en el Ecuador, pero hasta la fecha no ha participado en cuestiones urbanas o periurbanas. Otras entidades de las Naciones Unidas, por ejemplo la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (UNCHS-Habitat), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) centran la mayoría de su atención en Ecuador en asuntos ambientales rurales o asuntos ambientales urbanos «cafés» relacionados con vivienda, infraestructura o servicios.
Los esfuerzos del ex alcalde Rodrigo Paz y el consecuente cambio en la actitud oficial hacia la vegetación y los parques de la ciudad también estimularon y facilitaron los esfuerzos de los actores privados que promueven el medio ambiente urbano en Quito en general y el ecosistema forestal urbano en particular. Estos actores representan toda la gama de la sociedad civil y caben en una serie de categorías amplias. A continuación siguen algunas observaciones sobre estas clases de actores privados, como base para el resumen de los actores privados activos presentado en el Apéndice D.
· Organizaciones No Gubernamentales Locales
El sector privado sin fines de lucro ha sido clave en la promoción de asuntos «verdes» urbanos y periurbanos dentro del área metropolitana de Quito. Desde la formación, a inicios de la década del ochenta, del Capítulo Quito del más grande grupo ambiental del país, Fundación Natura, los ciudadanos particulares han ejercido gran influencia en la preservación del espacio verde existente, así como en el mayor nivel de siembra de vegetación urbana en toda la ciudad. Fundación Natura ha sido la ONG con una constante e intensiva participación en el manejo del ecosistema forestal urbano en Quito, tanto sola como en asociación con otras entidades públicas y privadas. Algunos hitos de los logros de este grupo se presentan en los Recuadros 4.3 y 4.4. En el Recuadro 4.5 aparece una descripción más detallada del manejo de un área periurbana protegida por parte de esta organización.
Otros grupos ambientales también se originaron en Quito a mediados de la década de los ochenta, incluyendo Tierra Viva (capítulo asociado autónomo del grupo original de Cuenca) y Acción Ecológica, ambas con agendas a escala nacional pero que también han dirigido interés y acciones a asuntos ambientales urbanos. Tierra Viva actualmente no trabaja activamente en Quito, pero participó a inicios de la década del noventa en el establecimiento de una zona de Bosque y Vegetación Protectores en el área de Mindo, al noroeste (pero fuera) del área metropolitana (en un distrito donde otra ONG quiteña, Fundación Maquipucuna, también tiene una reserva privada).
Durante muchos años, Acción Ecológica ha organizado brigadas juveniles de verano en el Bosque Protector Pichincha, para detectar y ayudar a combatir los frecuentes incendios que ocurren en la zona durante esa época del año. Aunque el esfuerzo ha sido criticado por agencias públicas y privadas debido a la falta de entrenamiento, equipo adecuado y organización de las brigadas, en los últimos años ha mejorado mucho la coordinación con personeros municipales y personal contra incendios del INEFAN. Además, aunque pueda debatirse la efectividad real de la detección y supresión de incendios, han existido significativos impactos positivos en la educación ambiental de los jóvenes participantes. Acción Ecológica también ha actuado intermitentemente en un proyecto de jardinería orgánica urbana que incluyó durante un tiempo un huerto demostrativo en el vivero municipal de Las Cuadras (actualmente inactivo) (Yánez, comunicación personal, 1995; Galindo, comunicación personal, 1995).
Recientemente otros grupos ambientales privados en Quito han iniciado algunas acciones en el área de protección o mejoramiento del ecosistema forestal urbano. Entre estos están el recientemente formado Fundación Amazonas, que trabaja en base a un convenio con la EMAAP-Q en asuntos relacionados con la protección de las cuencas hidrográficas en la zona periurbana de la ciudad (Urgilés, 1995). Otros grupos que planean futuras intervenciones en la vegetación urbana incluyen Ecourbe y la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ).
Recuadro 4.3: Fundación Natura - ONG líder en las actividades del ecosistema forestal urbano de Quito Fundación Natura fue fundada en 1978 como organización ambiental nacional y privada sin fines de lucro, con un énfasis especial en la educación ambiental y el impulso de políticas en temas de amplio interés. En 1983 creó su Capítulo Quito, satisfaciendo la necesidad de una entidad no gubernamental centrada exclusivamente en asuntos relacionados con el ambiente urbano y periurbano de la ciudad capital. El Capitulo ha estado bajo el liderazgo de la Directora Ejecutiva Regional, Wania Cobo, desde 1986 y es una de las instituciones líderes en el área del ecosistema urbano en el país. Actualmente el Capítulo tiene ocho personeros permanentes a tiempo completo que trabajan en todas las áreas, además de alrededor de 30 empleados en la Reserva Pasochoa a tiempo completo y parcial (ver Recuadro 4.5). Aunque no es su único enfoque, la participación del Capítulo Quito de Fundación Natura en temas «verdes» urbanos ha sido extenso. Desde 1989 al menos una persona a tiempo completo se ha concentrado en estos asuntos, incluyendo tanto voluntarios del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos como numeroso personal contratado a corto plazo para proyectos específicos. Además, el manejo de la Reserva del Pasochoa se entregó formalmente al Capítulo en 1991. En 1994 el Capitulo Quito dejó de recibir apoyo financiero de la oficina nacional de Fundación Natura y es autosuficiente mediante la atracción de nuevos proyectos y donaciones, venta de publicaciones, camisetas y tarjetas, y realizando otras actividades para reunir fondos. En el área del ecosistema forestal urbano, la organización ha logrado contratar un coordinador para manejar los proyectos de donación existentes y todos los otros asuntos relacionados con el espacio verde urbano y proyectos de forestería en el área metropolitana. Las actividades emprendidas por el Capítulo han incluido educación ambiental, campañas de promoción pública, entrenamiento técnico, promoción política y funciones de vigilancia, planificación de la silvicultura urbana, siembra de árboles y manejo de un área de bosque protector. En muchas áreas la organización ha tenido un rol intermediario antes que de entrega directa de servicios, suministrando información, materiales educativos, asistencia técnica, entrenamiento o consulta a asociaciones barriales locales, gobiernos municipales, empresas y otros grupos. En alguna medida, las prioridades programáticas del Capítulo han sido determinadas por los caprichos del financiamento de fuentes domésticas e internacionales. Muchos proyectos valiosos relacionados con el ecosistema forestal urbano han sido desarrollados por personal de Fundación Natura pero no se ha logrado su financiamiento. Los recursos necesarios para otros han demorado años en llegar. En el área de vegetación urbana, por ejemplo, las instituciones financieras internacionales y nacionales han estado claramente sesgadas hacía proyectos tangibles que incluyan la siembra de árboles, cuando a veces esta actividad puede ser prematura o inapropiada en el contexto de Quito. También ha sido relativamente fácil lograr apoyo de pequeñas empresas para siembra de plantas y producción de materiales educativos o promocionales con alguna propaganda que beneficia a la compañía donante. Por otro lado, actividades generales de promoción, trabajo legal, investigación sobre el bosque urbano, apoyo a la planificación, todas ellas prioridades programáticas identificadas por el Directorio y el personal del Capítulo, han recibido considerablemente menos financiamiento y por lo general deben ser apoyadas como parte de los gastos generales de la organización. La lista de logros del Capitulo Quito de Fundación Natura en el área del ecosistema forestal urbano es larga y mucho de su trabajo ya ha sido mencionado en otras secciones de este informe. En el Recuadro 4.4 aparecen algunos puntos destacados de los proyectos en los que ha participado el Capítulo. Una de las mayores fortalezas de la organización ha sido su gran poder para generar y diseminar una visión alternativa de un medio ambiente urbano más saludable y sostenible para el público en general. Muchos pobladores de Quito ven a Fundación Natura como abogada y defensora del espacio verde y los árboles de la ciudad, y la organización dedica considerable tiempo para responder a preocupaciones del público en varios asuntos, y llevar estas preocupaciones a las autoridades públicas o las empresas privadas con el poder para modificar el resultado final. Debido a sus antecedentes de manejo responsable en lo fiscal y programático, el Capitulo Quito también ha logrado atraer un significativo apoyo del sector privado de la ciudad, especialmente de instituciones que prefieren trabajar con el sector privado sin fines de lucro antes que directamente con el gobierno municipal. Por medio de sus esfuerzos, la organización de hecho ha desarrollado fuertes colaboraciones con los sectores público y privado de la ciudad y en general mantiene relaciones positivas de trabajo con un amplio espectro de la sociedad quiteña. Aunque es sabido que Fundación Natura a veces asume fuertes posiciones en asuntos verdes urbanos en oposición a autoridades del gobierno u otros grupos poderosos de la ciudad, la organización en general se caracteriza por una posición cooperativa y por estar abierta a trabajar con todas las partes afectadas para resolver conflictos sobre la calidad del medio ambiente urbano. Como todas las instituciones, Fundación Natura también ha experimentado fracasos en algunos de sus esfuerzos en el área del ecosistema forestal urbano. Las campañas de siembra de árboles han tenido resultados variados, originados en los mismos problemas que afectan a los personeros municipales que emprenden esfuerzos similares, i.e., plantas muy pequeñas, siembra en lugares inapropiados e insuficiente trabajo con la comunidad antes de sembrar. Además, los esfuerzos por promover la conciencia pública sobre el cuidado de los árboles urbanos, o el trabajo con personeros municipales para estimular una mejor planificación del futuro del bosque urbano han tenido tan solo resultados moderados a corto plazo (aunque aún bajo las mejores condiciones estos tipos de cambios típicamente requieren muchos años de esfuerzo continuo). Finalmente, el enfoque corporativa de la organización ha ocasionado críticas por parte de grupos más radicales de la ciudad, que arguyen que Fundación Natura está desconectada de las bases, da mayor importancia al discurso que a la acción y es excesivamente conciliadora frente a las autoridades. También se ha cuestionado el hecho de que la mayoría de sus miembros sean de clase media y alta. Por ejemplo, se ha dicho que la organización es elitista y contraria a la vivienda para los pobres debido a su firme oposición a las invasiones en el Bosque Protector Pichincha (aunque de hecho la organización también ha dirigido protestas contra proyectos inmobiliarios de clase alta en esta zona). Es interesante anotar que en los últimos anos, conforme avanza la consolidación de muchos de estos barrios de bajos ingresos, aún esta relación evoluciona positivamente. Fundación Natura ha colaborado en algunos proyectos relacionados con la calidad del medio ambiente y la siembra de árboles en los asentamientos espontáneos del borde de la ciudad, en coordinación cercana con los líderes barriales. Al mirar hacia el futuro, el Capitulo Quito de Fundación Natura ciertamente mantendrá e incrementará su ya significativo nivel de actividad y promoción del ecosistema forestal urbano de la ciudad capital. La organización está consolidando su posición de liderazgo no únicamente dentro de la órbita de Quito metropolitano sino que sirve como un modelo nacional y una importante fuente de recursos institucionales para otras ciudades del país interesadas en asuntos verdes urbanos. Fuente: Fundación Natura, 1983- 1995 |
Recuadro 4.4: Hitos en las actividades de Fundación Natura, 1984-1995 Promoción: · Parque Metropolitano de Bellavista: Fundación Natura fue la punta de lanza de una batalla legal y de relaciones públicas para defender la designación de estas tierras como un recurso de espacio abierto público que duró casi diez años. La batalla se ganó finalmente en 1992, cuando la municipalidad construyó las primeras obras públicas en tierras del parque y el área fue oficialmente inaugurada como un Parque Metropolitano. · Denuncias Públicas: Fundación Natura ha servido como un grupo de vigilancia ciudadana, protestando sobre las acciones con impactos negativos en los espacios abiertos, la cubierta de árboles o las áreas de parques urbanos en el área metropolitana, hayan o no sido autorizadas legalmente. El grupo ha denunciado constantemente la invasión de viviendas ilegales espontáneas así como las «excepciones legales» oficiales para proyectos inmobiliarios de altos ingresos dentro de los límites del cinturón verde de Quito. Estas intervenciones han tenido resultados variados, pero la persistente actitud vigilante ciertamente ha tenido algún efecto para frenar esta actividad. La organización también se ha opuesto exitosamente a la construcción de más instalaciones públicas en el Parque de la Carolina, dentro del núcleo urbano, y con frecuencia ha alertado a funcionarios públicos sobre la tala ilegal de árboles en las áreas protegidas. Asistencia técnica: · Planificación Forestal Urbana: Además de la asistencia directa a personeros municipales en el desarrollo de un plan para el bosque urbano de Quito, Fundación Natura desarrolló la primera metodología general para realizar planificación forestal urbana en el país, para su difusión local y en otras ciudades ecuatorianas. · Proyecto Inmobiliario Metrópoli: Fundación Natura trabajó con esta empresa privada para desarrollar un diseño más sensible hacia el medio ambiente, incluyendo la preservación de quebradas y vegetación nativa existentes en el lugar de construcción. Debido a limitaciones financieras, desgraciadamente no se implementará todo el espacio verde del proyecto. Sin embargo, esta colaboración con el sector inmobiliario privado es el primer esfuerzo de este tipo en el país y probablemente abrirá el camino para más consultorías de este tipo. Entrenamiento y educación · Entrenamiento en Silvicultura Urbana: El Capítulo fue responsable del desarrollo de un paquete autodidacta en técnicas básicas de manejo para la silvicultura urbana, a ser utilizado por empleados municipales, grupos de educadores y ciudadanos en Quito y otros lugares del Ecuador. Fundación Natura también ha conducido muchas sesiones de entrenamiento técnico en el ecosistema forestal urbano para grupos de profesores, trabajadores municipales y líderes ciudadanos. · Educación Ambiental: A más de la producción de materiales didácticos y promocionales, el uso extensivo de los medios masivos de comunicación y otras actividades de difusión, el personal de Fundación Natura ha realizado numerosas presentaciones educativas para niños y adultos en escuelas, grupos barriales y otros en toda la ciudad. También ha auspiciado formalmente algunos proyectos escolares de viveros y germinación de semillas. Siembra de árboles: · Vivero del Pasochoa: El vivero de la Reserva Pasochoa es una de las pocas instalaciones productoras de especies nativas en los Andes ecuatorianos con un mercado primariamente urbano. Con una producción mensual promedio de 5000 plantas de todo tipo, el vivero también ha cumplido una importante función de educación ambiental para muchos proyectos escolares. · Campañas de Siembra: Fundación Natura ha auspiciado campañas de siembra de árboles con grupos barriales, niños de escuelas y grupos de empleados de las empresas auspiciantes en toda la ciudad. Aunque a veces la mortalidad de los árboles ha sido alta, las tasas de éxito están mejorando por una mejor planificación, un mayor énfasis en espacios privados y la siembra de árboles más grandes La organización también ha recibido apoyo de empresas locales en algunas campañas muy innovadoras para promover la siembra de árboles en el cinturón verde urbano. Durante la estación navideña, una empresa vendedora de árboles navideños artificiales (Sukasa) dona una porción de los ingresos de cada venta para la siembra de un árbol «real». Fundación Natura también ha desarrollado un programa apoyado por una empresa local de productos de papel, para sembrar un árbol en nombre de un niño recién nacido, entregando un certificado de adopción por cada árbol. Fuente: Fundación Natura, 1983-1995 |
Recuadro 4.5: La Reserva Pasochoa: Una zona protegida periurbana bajo manejo privado Una reliquia boscosa a una hora del centro de Quito brinda oportunidades educativas y recreativas a los habitantes urbanos y es un ejemplo de cómo se aplica el concepto de «ecoturismo» en el contexto urbano. La Reserva del Pasochoa es un buen ejemplo del manejo privado de tierras públicas de valor ecológico a una corta distancia del centro urbano. Con una perspectiva urbana, el proyecto ha sido claramente un éxito en términos financieros, educativos y ambientales, pero podría tener consecuencias mixtas para los habitantes locales. La cubierta vegetal de la gran mayoría de la zona andina del Ecuador ha sufrido muchas transformaciones desde la llegada de los colonizadores españoles en el siglo dieciséis. Los primeros colonos convirtieron grandes extensiones de la cubierta de bosque en tierras para cultivos y forraje, proceso que continúa hasta ahora. Más tarde, la siembra dé especies introducidas como eucalipto y pino continuó la drástica alteración del paisaje y los ecosistemas de la zona. Sin embargo, en algunas áreas, especialmente las de acceso difícil y laderas empinadas u otras características que impidieron el desarrollo rápido, la vegetación nativa del área permaneció relativamente inalterada. Una de estas zonas es el territorio alrededor del volcán Pasochoa, una de las últimas reliquias de bosque andino en la provincia. El Bosque Protector Pasochoa está en la parroquia rural de Uyumbicho en el cantón Mejía, 45 km. al Sureste del núcleo urbano de Quito y a unos 8 km. de la parroquia rural metropolitana de Amaguaña Técnicamente el área está situada inmediatamente por fuera de los límites de la jurisdicción formal del Distrito Metropolitano de Quito, pero su uso actual está dominado por la ciudad capital. En 1978, el grupo ambientalista local Fundación Natura propuso por primera vez el establecimiento de un área protegida en el Pasochoa y condujo una evaluación preliminar de la zona. En 1982 la organización logró que el Ministerio de Agricultura y Ganadería designara una parcela de 319 hectáreas del bosque como área de Bosque y Vegetación Protectores (Acuerdo Ministerial N. 0360). Estas tierras formaban parte de una hacienda propiedad del Ministerio de Salud Pública. Por medio de una concesión de 14 años, el Ministerio entregó la administración, protección y manejo del Bosque Protector Pasochoa a Fundación Natura poco después de su declaración como reserva. En 1984 el Ministerio cedió otras 25 hectáreas a la reserva. En 1996 se terminó el convenio de comodato y administración, El manejo futuro del parque estaba aún en discusión al momento de esta publicación, ya que algunos representantes del gobierno ecuatoriano han declarado que no se renovará la concesión a Fundación Natura. El área comprende tres zonas de vida de Holdridge, i.e. Bosque Húmedo Montano Bajo, Bosque Muy Húmedo Montano y Páramo Pluvial Subalpino. La reserva tiene tres tipos dominantes de cubierta vegetal. Dentro de la caldera central existe un bosque primario muy complejo y diverso, incluyendo algunas raras especies de árboles nativos en peligro de extinción, por ejemplo Ceroxilon sp. (Palma de Ramos), Podocarpus sp. (la única conífera nativa del centro norte del Ecuador) y Polyiepis reticulata. En los bordes de la caldera y en las escarpas bajas exteriores crecen pastos forrajeros exóticos, en tanto que en las escarpas más altas (sobre los 3000 m) domina la vegetación de páramo. Más de 120 especies de pájaros han sido avistadas en la reserva, así como una alta diversidad de serpientes, insectos, mamíferos y marsupiales. El actual uso del suelo dentro del Bosque Protector Pasochoa incluye un 27% de bosque primario y un 52% de bosque secundario. Alrededor del borde oriental de la reserva existen Otras 300 hectáreas de bosque primario no incluidas en ninguna área protegida. La Reserva del Pasochoa es una de las áreas naturales más populares del país y actualmente recibe más de 30.000 visitantes al ano, 60% de los cuales son niños escolares del área metropolitana de Quito. Otros 38% son otros turistas ecuatorianos (incluyendo adultos de Quito) y un 2% provienen de otros países. Su enorme popularidad entre los residentes urbanos de todas las edades refleja el potencial de lograr la protección de un recurso forestal valioso cercano a una gran metrópoli, aprovechando también las oportunidades de desarrollo económico. El éxito educativo y financiero de la reserva se debe a otros factores más que el atractivo de sus características ambientales, y el personal de Fundación Natura ha trabajado duramente para construir un excelente programa de senderos interpretativos, caminatas guiadas, eventos y exposiciones de educación ambiental, alojamiento nocturno y otras instalaciones importantes para atraer visitantes. También existe un vivero de árboles nativos en el lugar, con una producción mensual de 5000 plantas. Estas plantas se destinan a la venta al público y para la reforestación de la reserva. Gran parte del apoyo financiero inicial para la construcción de la actual infraestructura del Pasochoa se logré gracias al apoyo de empresas locales, donaciones internacionales y otras actividades para recolectar fondos, aunque actualmente la reserva es autosostenible. El establecimiento de esta reserva natural periurbana, aunque en general exitoso, ha tenido algunos problemas. Como en otros parques y áreas protegidas en el país, se han presentado constantemente conflictos sobre el uso del suelo con algunos residentes de las propiedades alrededor del parque. No existen pobladores en el parque, pero las tierras eran tradicionalmente utilizadas por los residentes locales para muchos propósitos. Muchas tierras vecinas al Bosque Protector son utilizadas para forraje y las vacas a veces causan daños a la vegetación y las instalaciones del área, lo que ocasiona conflictos con algunos propietarios. Los residentes de las parroquias rurales de los alrededores han utilizado tradicionalmente los bosques del volcán Pasochoa como fuente de madera combustible. También la caza, especialmente de pavas de monte, pumas y conejos, ha sido extensa. Más aún, los residentes locales han ingresado al área a recolectar hojas de palma nativas, epifitas y musgos durante la Semana Santa y Navidad. Aunque aún persiste la extracción de flora y fauna, estas actividades han disminuido notablemente debido a las medidas protectoras tomadas por personal de la reserva, con impactos positivos en la situación del bosque pero impactos no mensurados (y potencialmente negativos) para las economías familiares locales. En parte por haber reconocido la necesidad de incorporar las preocupaciones locales para el desarrollo económico, una prioridad significativa para Fundación Natura ha sido la participación de los residentes del área en el manejo del bosque y en los beneficios del ecoturismo provenientes de la Reserva. Por ejemplo, el parque emplea a algunos residentes locales, incluyendo tres guardabosques, siete guías, tres empleados del restaurante y una persona en la tienda de regalos, lo que representa un 44% del personal permanente de la reserva. Otras oportunidades de empleo temporal se presentan para el mantenimiento de caminos o la construcción de instalaciones. Además de los beneficios económicos directos por estos trabajos, el entrenamiento dado al personal de la reserva ha ayudado a aumentar la conciencia ecológica entre algunos residentes locales, que ahora han adoptado valores preservacionistas en su concepción del área del Pasochoa y en sus deseos para su futuro desarrollo. Fuentes: Bustamante. 1993; Bradley, 1989; Cobo, comunicación personal, 1996 |
Además de organizaciones orientadas hacia el medio ambiente, en años recientes asociaciones barriales de base en varios sectores de la ciudad han participado más en asuntos relativos al ecosistema forestal urbano. En los asentamientos espontáneos y generalmente de bajos ingresos en los límites del núcleo urbano, la agenda «ambientalista» ha sido vista en el pasado como contraria al logro de objetivos más inmediatos de vivienda y servicios adecuados para los residentes locales. Sin embargo, especialmente en barrios más consolidados, actualmente se está dando atención a asuntos relacionados con la calidad de vida a más largo plazo y algunas organizaciones solicitan asistencia externa y organizan actividades relacionadas con las condiciones ambientales locales, en especial la Federación de Barrios del Noroccidente de Quito y algunos grupos barriales en el sur de Quito (Sáenz, comunicación personal, 1995; Campos, comunicación personal, 1996). Debe notarse que la mayoría de estas actividades relacionadas con el ecosistema forestal urbano han sido realizadas en conjunto con ONGs ambientales, agencias municipales y/o organizaciones de asistencia internacional, y así podrían reflejar en alguna medida las prioridades de estas instituciones, antes que las de las propias comunidades.
Al menos en un caso, una cooperativa de vivienda de empleados locales del gobierno protagonizó una vigorosa iniciativa en contra de los esfuerzos municipales por expandir el espacio verde urbano. Durante más de 10 años, los propietarios de lotes de vivienda en esta cooperativa resistieron legal y políticamente un mandato municipal para crear el Parque Metropolitano de Bellavista, acción que requería la adquisición de su propiedad por parte del Municipio. Aunque la batalla legal parece haber sido ganada definitivamente por la Municipalidad, sirve para destacar las heterogéneas motivaciones detrás de la organización comunitaria en la ciudad, algunas de las cuales podrían ser contrarias a la salud del ecosistema forestal urbano.
Además de grupos barriales, otros grupos ecuatorianos de desarrollo comunitario han ingresado al tema del manejo del ambiente urbano. El Centro Andino de Acción Popular (CAAP) que históricamente ha trabajado en áreas agrícolas rurales en la Sierra Norte del Ecuador, recientemente se ha unido a asentamientos periféricos urbanos en el límite de la ciudad de Quito para trabajar en asuntos relacionados con la calidad de vida urbana, salud y saneamiento. Hasta la fecha estas actividades no han incluido acciones específicamente relacionadas con la vegetación urbana.
Organizaciones centradas en asuntos femeninos en la ciudad (por ejemplo CEPAM, CEPLAES) tampoco han tenido un rol activo en el manejo del ecosistema forestal urbano hasta la fecha. En años recientes, estos grupos están demostrando un interés creciente por la calidad del medio ambiente urbano, especialmente en lo relacionado con asuntos de salud familiar y saneamiento, y ciertamente tienen un gran potencial para volverse más activos en la promoción de los beneficios de las plantas urbanas para las vidas de las mujeres y las familias.
Finalmente, es importante reconocer que los movimientos de desarrollo comunitario y las asociaciones barriales de Quito se caracterizan por un gran dinamismo, y el número de grupos varía de año a año. Esta fluidez institucional se debe a algunos factores, incluyendo cambios en las prioridades y el apoyo financiero de instituciones internacionales, fisuras ideológicas y estratégicas internas, y las necesidades y prioridades cambiantes de los actores ciudadanos locales. Es imposible prever cuántos de los grupos existentes funcionarán activamente en cinco años, cuántos nuevos grupos se pueden formar o cuál será el eje de sus actividades.
· Organizaciones No Gubernamentales Internacionales
Las ONGs internacionales han participado solo indirectamente en el manejo del ecosistema forestal urbano, por medio de su apoyo a instituciones públicas y privadas. Los beneficiarios de la participación internacional privada han sido la Municipalidad de Quito (Dirección de Planificación, Subdirección de Parques y Jardines) y la mayoría de las ONGs ya descritas. El apoyo de instituciones internacionales es importante para lograr la efectividad y viabilidad a largo plazo de casi todas las ONGs locales que trabajan en el área. Entre las organizaciones internacionales privadas han estado American Forests y Partners of the Americas, así como varias fundaciones y organizaciones europeas y norteamericanas. Estos grupos han apoyado la siembra y producción de árboles urbanos, la publicación de materiales educativos y promocionales y el desarrollo de una propuesta para un programa de protección contra incendios periurbanos. Recientemente, el International Council on Local Environmental Initiatives (Consejo Internacional de Iniciativas Ambientales Locales, ICLEI), organización ambiental urbana que emergió de la conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992, ha apoyado activamente un proyecto de base para restaurar quebradas dañadas en barrios marginales al sur de Quito.
Finalmente, otras grandes organizaciones internacionales tales como The Nature Conservancy, World Wide Fund for Nature, CARE, Plan International y Save the Children han brindado gran apoyo al trabajo ambiental en el país pero actualmente no están activas en la silvicultura urbana en Quito.
· Universidades Privadas
Existen algunas universidades privadas en Quito (por ejemplo la Universidad Católica, la Universidad de San Francisco, la Universidad Tecnológica Equinoccial y FLACSO) pero ninguna ha participado directamente en el área de la silvicultura urbana. La Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) tiene recientemente un Departamento de Arquitectura y Diseño, que ha mostrado interés por ofrecer una especialización en diseño del paisaje urbano.
· Empresas Privadas
Durante la administración del ex-alcalde Rodrigo Paz (1988-1992), prominente e influyente empresario ecuatoriano, la empresa privada donó una gran cantidad de dinero y especies para fines cívicos, incluyendo recursos dirigidos hacia la mejora de los espacios verdes públicos. Desafortunadamente, no existen cifras sobre cuánto apoyo ha implicado ello. Al menos dentro de la Subdirección de Parques, el nivel de ayuda privada ha disminuido un tanto bajo la actual administración del alcalde Mahuad aunque algunos recursos del sector privado todavía están disponibles. Entre las empresas que han apoyado en algún momento a la Municipalidad están Texaco, Banco del Pichincha, Coca-Cola, Guitig, AGA, Wesco e innumerables pequeñas y grandes empresas.
Algunas empresas privadas del país han vacilado en donar fondos directamente a las arcas públicas y han preferido actuar a través de ONGs locales. Fundación Natura ha sido un intermediario importante. La organización ha atraído exitosamente el apoyo de docenas de empresas locales para campañas de siembra de árboles y promoción de la silvicultura urbana, independientemente y junto con las autoridades municipales.
· Propietarios Privados No Afiliados
No todos los actores privados del ecosistema forestal urbano están dentro de grupos organizados y ciertamente una parte significativa de los patrones del uso del suelo, su tenencia y cubierta en el área metropolitana es producto de las fluctuaciones del mercado privado del suelo urbano. Las acciones de propietarios privados que intentan maximizar los beneficios económicos y de otro tipo de sus tierras (y que afectan directa o indirectamente a la vegetación) incluyen transferencia de propiedades, fragmentación de lotes, instalación de infraestructura, construcción de viviendas o negocios, expansión para uso agrícola así como negocios especulativos con la tierra. Dentro de las propiedades individuales también se toman miles de decisiones privadas sobre qué tipo, cuánto y dónde sembrar vegetación. Todas estas decisiones son marcadas por la política y el ambiente económico del área metropolitana de Quito e influidas por el conocimiento y los valores culturales de varios sectores de la población. Aunque es difícil generalizar sobre un público tan diverso, es fácil concluir que en conjunto, estas acciones han llevado a una pérdida neta de cubierta vegetal en relación con las condiciones previas al asentamiento, así como a un cambio sustancial en el tipo de vegetación presente. Al mismo tiempo, la conciencia pública sobre la importancia de la vegetación urbana ciertamente ha crecido en los últimos diez años, aunque queda planteada la pregunta sobre cuánto de esta conciencia se ha traducido en cambios de conducta relacionada con las plantas urbanas en Quito.