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Prefacio

En la Situación de los bosques del mundo se facilita información sobre la situación actual de los bosques del mundo, como se desprende del título, pero también se analizan los principales acontecimientos institucionales y de política, las tendencias futuras en las actividades forestales y los factores externos que influyen en el sector. La finalidad es ofrecer una información actual, fiable y pertinente en materia de política a los responsables de las políticas, los forestales y otras personas que se ocupan de la gestión de los recursos naturales, así como al sector académico, a la industria forestal y a la sociedad civil. Cabe pensar que de esa forma la Situación de los bosques del mundo (llamado aquí SOFO), fomentará el debate y la toma de decisiones bien fundamentados.

La idea de preparar el SOFO se concibió en 1994 y partió del reconocimiento de que había una demanda creciente de información fiable sobre los bosques del mundo y de la inexistencia de informes periódicos que presentaran una panorámica completa de las actividades forestales a escala mundial. Por esa razón, el Departamento de Montes de la FAO decidió publicar cada dos años un informe de esas características. La primera edición del SOFO se publicó en 1995 y fue seguida de una edición más completa en 1997, que trató de presentar una panorámica global del sector forestal y de situar las actividades forestales en una perspectiva a más largo plazo, examinando las tendencias desde 1970 hasta ese momento y proyectándose hasta el año 2010. El SOFO de 1997 es el documento de referencia. En la elaboración del SOFO de 1999 se ha adoptado un enfoque distinto, puesto que se centra en la evolución y los acontecimientos significativos acaecidos en los dos últimos años y aborda un número limitado de aspectos que exigen un análisis más a fondo.

El SOFO de 1999 examina la evolución del sector desde la perspectiva de la ordenación forestal sostenible y pone de relieve las reformas normativas, los acontecimientos institucionales, las convenciones internacionales, los cambios económicos y otros factores que afectan a los bosques, los recursos forestales y los servicios sociales y ambientales que proporcionan. El SOFO de 1999 trata de dar respuesta a una serie de interrogantes: ¿Contribuyen las modificaciones que se están registrando en el sector forestal a favorecer la ordenación sostenible
de los bosques? ¿Refuerzan esas modificaciones la contribución de los bosques al desarrollo sostenible? ¿Contribuyen las iniciativas internacionales adoptadas para impulsar ese proceso a orientar al sector en la dirección adecuada?

La información es un tema al que se concede gran importancia en este número del SOFO. La información y su análisis constituyen la base para poder realizar una planificación adecuada y formular las políticas necesarias. En el SOFO de 1999 se aborda de forma más pormenorizada la necesidad de diferentes tipos de información forestal, la importancia de las bases de datos, la capacidad nacional e internacional para recoger y analizar información y las iniciativas internacionales para hacerla más accesible. Otros aspectos a los que también se presta atención son la modificación de las fuentes de suministro de madera, la participación creciente de la población en la planificación y ordenación de los bosques y los instrumentos formales e informales para alcanzar la ordenación forestal sostenible.

El Departamento de Montes de la FAO confía en que el SOFO de 1999 permitirá que se tome conciencia de las principales cuestiones que debe afrontar el sector forestal y ofrecerá a los lectores una información valiosa. Si es así, abrigamos la esperanza de que ello potenciará los esfuerzos nacionales, regionales e internacionales en favor de la ordenación forestal sostenible y, por ende, del desarrollo humano sostenible.

Al igual que se hiciera en los dos informes anteriores, se exhorta a los lectores a dirigir a la FAO sus observaciones sobre el SOFO de 1999. Será bien recibida cualquier información adicional o actualizada que pudiera utilizarse en la redacción del SOFO del 2001.

 

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M. Hosny El-Lakany
Subdirector General
Departamento de Montes de la FAO

 

 

Agradecimientos

La existencia del SOFO es fruto del esfuerzo de un gran número de personas de dentro y fuera de la FAO. S.M. Braatz estuvo a cargo de la coordinación general y la edición de la publicación. Los siguientes miembros del personal y consultores de la FAO participaron en la recogida de datos, la redacción de las diferentes secciones o la revisión del documento: G. Allard, J. Anderson, J. Ball, J. Balsiger, S. Bass, L.S. Botero, J. Bourke, S.M. Braatz, C. Brown, G. Bull, C.M. Carneiro, F. Castañeda, L. Christy, J. Clément, A. Contreras, R. Davis, P. Durst, C. Eckelmann, M. Hosny El-Lakany, L. Ferroukhi, T. Frisk, T. Hofer, M. Gauthier, S. Hald, R. Heinrich, H. Hilmi, V. Johnston, P. Koné, J. Lahaussois; M. Laverdière, J. Lindsay, L. Lintu, L. Ljungman, P. Lowe, G. Lund, Q. Ma, M. Malagnoux, M. Martin, D. McGuire, A. Mekouar, T. Michaelsen, M. Morell, H. Ortiz-Chour, F. Padovani, C. Palmberg-Lerche, M. Paveri, F. Pontecorvi, C. Prins, H. Qwist-Hoffmann, P. Qwist-Hoffmann, R. Romeo, L. Russo, K.H. Schmincke, E.H. Sène, O. Serrano, D. Shallon, A. Sherwood, P. Sigaud, H. Simons, O. Souvannavong, K. Thelen, M.A. Trossero, P. Vantomme, K. Warner, A. Whiteman, M.L. Wilkien y D. Williamson.

Diversos colaboradores externos prepararon algunas de las partes del SOFO de 1999. H. Gillett (Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación [CMVC], Reino Unido) redactó el texto referente a la evaluación de la diversidad biológica a nivel de especies y del ecosistema. B. Schlamadinger y G. Marland (Oak Ridge National Laboratory, Estados Unidos) y C. Leining y B. Braatz (ICF Incorporated, Estados Unidos) elaboraron el texto sobre la función de los bosques en la mitigación del cambio climático mundial. D. Heuer (Precious Woods Ltd., Suiza) se ocupó de preparar el contenido del recuadro relativo a la certificación de Precious Woods. D. Barron (Asociación Canadiense de la Pasta y el Papel) y H.S. Leng (Consejo de la Madera de Malasia) colaboraron en el texto sobre las iniciativas del sector privado. N. Dudley (Equilibrium, Reino Unido) se encargó de preparar el texto referente a las ONG en la sección de las iniciativas en el debate internacional sobre el sector forestal.

Los miembros del Consejo asesor interno que se mencionan a continuación realizaron la supervisión técnica de la planificación y examen del documento: J. Anderson, J. Ball, J. Bourke, S. Dembner, M. Paveri, P. Vantomme y K. Warner.

La FAO quiere expresar su gratitud por la orientación inapreciable que han brindado los miembros del Comité de examen externo del SOFO: D. Barron, S. Bass, M. Dourojeanni, M. Goumandakoye, H. Gregersen, M. Hadley, J.P. Lanly, J. Maini, O. M'Hirit, C. Prins, M.N. Salleh y M. Simula. También D. Kneeland formuló observaciones que resultaron de gran utilidad.

Se ha de hacer patente el agradecimiento más sentido a S. Dembner y al personal de la FAO del Servicio de Apoyo a los Medios de Comunicación y a las Publicaciones, por el apoyo que han prestado para la producción y la publicación del documento. L. Ransom y E. Rubini realizaron la importante labor de secretaría.

 

 

Resumen analítico

La FAO elabora cada dos años la Situación de los bosques del mundo (SOFO) con la finalidad de facilitar información actual, fiable y pertinente en materia de políticas a los responsables de su formulación, a los forestales y otras personas encargadas de la gestión de los recursos naturales, al sector académico, a la industria forestal y al público en general. El SOFO de 1999, el tercero de esta serie de documentos que se publica, examina la situación actual de los bosques del mundo, las novedades recientes en materia institucional y de políticas y los elementos externos que han influido en el sector. Se centra en las novedades y acontecimientos significativos del período 1997-1998 y en algunos temas concretos.

Este período bienal ha estado marcado por acontecimientos extremos: temperaturas elevadas sin precedentes a escala mundial, inundaciones devastadoras y agudas sequías; un sinnúmero de incendios forestales y fuertes tormentas de hielo; y un acelerado crecimiento económico mundial perturbado bruscamente por la crisis económica asiática. Los bosques han sufrido los efectos de estos fenómenos del clima y de la economía .

También los acontecimientos acaecidos en el sector forestal han impulsado cambios significativos. Los responsables de las políticas y los encargados de la gestión forestal han adoptado medidas para afrontar la modificación de las prioridades nacionales y el compromiso internacional asumido en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) en 1992, y posteriormente, de avanzar hacia la ordenación sostenible de todos los tipos de bosques. Se intenta promover un enfoque más amplio de la ordenación forestal que contemple un equilibrio entre los objetivos sociales, económicos y ambientales. Se tienen en cuenta las preocupaciones de una mayor diversidad de grupos de intereses y las comunidades locales participan cada vez más directamente en la planificación y ordenación forestales.

En el SOFO de 1999 se analiza la situación y las modificaciones que han experimentado los bosques a escala mundial, las novedades en el ámbito de la ordenación forestal, así como diversos aspectos y tendencias relacionados con los bienes y servicios forestales. También se examinan las tendencias normativas y los cambios institucionales recientes que contribuyen a determinar quién ordena los bosques y cómo y con qué finalidad lo hace. Esta panorámica actual de las actividades forestales en el mundo se refuerza mediante la información facilitada sobre el sector forestal a nivel regional y subregional.

VARIACIONES EN LA CUBIERTA FORESTAL Y EN SU CONDICIÓN

Los datos más recientes sobre la cubierta forestal mundial indican que en 1995 la superficie forestal mundial (incluidos los bosques naturales y las plantaciones forestales) era de 3 454 millones de ha. Entre 1990 y 1995, la superficie total de bosques disminuyó en 56,3 millones de ha, resultante de la desaparición de 65,1 millones de ha en los países en desarrollo y del aumento de 8,8 millones de ha en los países desarrollados. Las causas principales de la variación registrada en la cubierta forestal son la transformación de los bosques en tierras de cultivo y el gran desarrollo de la infraestructura en los países en desarrollo, y el crecimiento de los bosques en las tierras agrícolas abandonadas en los países desarrollados.

Entre las numerosas causas de degradación forestal, como la extracción excesiva de madera industrial y de leña, el sobrepastoreo, los incendios, las plagas de insectos y las enfermedades, las tormentas y la contaminación atmosférica, fueron los incendios forestales los que ocuparon un lugar más destacado durante el período 1997-1998. Millones de hectáreas de bosque se quemaron durante estos dos años en los peores incendios forestales de la época reciente. Resultaron afectadas todas las regiones del mundo y ardieron prácticamente todos los tipos de bosque. Algunos lugares fueron declarados zonas catastróficas y se movilizaron recursos nacionales e internacionales para luchar contra el fuego. En el Brasil, la Federación de Rusia y México ardieron vastas extensiones de bosque, y aunque se desconoce la superficie exacta asolada por el fuego las estimaciones hablan de 2 millones de ha en Indonesia en 1997, y tal vez más en 1998, y de
2 millones de ha tanto en el Brasil como en la Federación de Rusia en 1998. Aunque es cierto que la sequía relacionada con el fenómeno meteorológico El Niño, que se manifestó con desusada virulencia, es uno de los factores que explican el tamaño, intensidad y duración crecientes de los incendios, las prácticas de explotación de la tierra, principalmente en la agricultura y la actividad forestal, fueron las causas principales de muchos incendios. Los incendios forestales han catalizado iniciativas nacionales e internacionales para promover políticas adecuadas destinadas a impedir y combatir los incendios en el futuro.

LAS TENDENCIAS EN LA ORDENACIÓN FORESTAL

El último decenio ha contemplado más cambios en lo que concierne a los objetivos y los sistemas de ordenación, así como a los propios encargados de llevarla a cabo, que los que se registraron en varios decenios anteriores.

La atención cada vez mayor a los valores ambientales ha entrañado una expansión considerable de los espacios protegidos (incluidas las tierras forestales) de algunos países en el transcurso de los últimos años. Se ha atribuido mayor importancia a la ordenación de los bosques naturales con fines múltiples y a los factores ambientales, y todo ello ha llevado a reducir la intensidad de la explotación maderera y a modificar las prácticas de manejo en algunos lugares. En determinados países se ha anunciado la prohibición de explotar los bosques naturales, y la insistencia cada vez mayor en utilizar este tipo de bosques para la protección del medio ambiente, la conservación de la diversidad biológica y las actividades de esparcimiento ha hecho necesario recurrir en mayor medida a las plantaciones forestales y a otras fuentes de suministro de madera en otros países.

Las iniciativas encaminadas a mejorar la gestión de los bosques clasificados para la producción de madera comprenden la mejora de la silvicultura y la adopción de prácticas de extracción de madera respetuosas con el medio ambiente. Tanto en Europa como en América del Norte se han adoptado directrices operacionales y códigos de práctica de ordenación forestal, y se han desarrollado nuevos sistemas silvícolas para los bosques templados y boreales de América del Norte y para los bosques tropicales. Recientemente, se han preparado códigos de prácticas y directrices de explotación forestal para los bosques tropicales, en particular en la región de Asia y el Pacífico.

La alteración de la estructura de la propiedad forestal, la tendencia creciente a propiciar la ordenación forestal a nivel local y una mayor participación del sector privado en esa función han contribuido a determinar quién se ocupa del manejo de los bosques y cómo lo hace. Entre los cambios que han favorecido la ordenación forestal local en distintos países cabe destacar los siguientes:

LOS SERVICIOS SOCIALES Y AMBIENTALES DE LOS BOSQUES

Existe un reconocimiento creciente de los servicios sociales y ambientales que prestan los bosques: mitigación del cambio climático mundial, conservación de los recursos de suelos y aguas, efectos favorables sobre los sistemas agrícolas, conservación de la diversidad biológica, mejora de las condiciones de vida en los núcleos urbanos y periurbanos, protección del patrimonio natural y cultural, creación de empleo y oportunidades de esparcimiento.

La importancia cada vez mayor de estos servicios que proporcionan los árboles y los bosques, ha hecho que se conceda más atención a los bosques de los ecosistemas frágiles -las montañas, las tierras áridas y los pequeños estados insulares- y de los países con una cubierta forestal reducida. Aunque los bosques de este tipo tienen poco valor desde el punto de vista de la madera, cumplen importantes funciones sociales y ambientales, que cada vez se tienen más en cuenta en las decisiones en materia de ordenación. Todo hace pensar que al aumentar la atención internacional sobre los problemas relacionados con los recursos de agua dulce se reconocerá más plenamente la función de los bosques en la conservación del agua.

La adopción del Protocolo de Kyoto del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC) en 1997 y las deliberaciones de la cuarta Conferencia de las Partes, que tuvo lugar en Buenos Aires, Argentina, en noviembre de 1998, resaltaron la función de los bosques en la mitigación del cambio climático mundial. El Protocolo de Kyoto establece compromisos jurídicamente vinculantes de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en los países industrializados y permite llevar a cabo un número reducido de actividades en el cambio del uso de la tierra y en el sector forestal para cumplir dichos compromisos. De esta forma, ofrece a los países industrializados incentivos para invertir, en su país o en otros países, en actividades forestales que potencien la retención y/o reduzcan las emisiones de carbono. Aunque ciertamente es necesario clarificar muchos puntos del Protocolo de Kyoto, en caso de ser ratificado ofrecerá posibilidades de inversión en el sector forestal.

LOS PRODUCTOS FORESTALES

Uno de los desafíos importantes que es necesario afrontar consiste en hacer compatible la atención de las necesidades de productos madereros y no madereros y la satisfacción de la demanda de servicios ambientales y sociales procedentes de los bosques.

Si bien es cierto que la madera es el principal producto comercial en la mayor parte de los bosques, cada vez concitan más interés los productos forestales no madereros (PFNM), cuya mayor importancia radica actualmente en su contribución a la economía familiar y local, particularmente entre los segmentos pobres de los países en desarrollo. Recientemente, se ha abordado en foros regionales internacionales la necesidad de conservar este tipo de recursos (garantizando al mismo tiempo a las poblaciones locales un trato equitativo en el acceso a ellos y en su utilización), de mejorar la información sobre el mercado y de elaborar mecanismos justos y adecuados de fijación de precios de los PFNM (incluidos los gravámenes por concepto de derechos de propiedad intelectual). El SOFO de 1999 se centra específicamente en las plantas medicinales, uno de los grupos de productos forestales no madereros más valioso. La mayor parte de las plantas medicinales que se recolectan en forma silvestre proceden de los bosques.

Se prevé que en los países en desarrollo la leña y el carbón vegetal seguirán siendo fuentes importantes de energía para su uso en el hogar. Por otra parte, las experiencias adquiridas y los cambios de política introducidos recientemente en relación con los programas de bioenergía basada en la madera en varios países indican que los combustibles a base de madera pueden adquirir cada vez más importancia como fuente de energía industrial.

En la producción y consumo de productos madereros industriales siguen destacando claramente las regiones desarrolladas. La FAO prevé que desde el momento presente hasta el año 2010 la demanda de madera en rollo industrial aumentará del 1,7 por ciento anual, como consecuencia del crecimiento demográfico y económico. Aunque los estudios realizados recientemente indican que existen suministros suficientes para cubrir esta demanda, la situación no será la misma en todos los países y dependerá en gran medida de las condiciones del mercado, las políticas oficiales, las mejoras tecnológicas y el desarrollo de los recursos humanos. Previsiblemente, la producción de madera en rollo industrial seguirá siendo superior al consumo en todas las regiones, con la excepción de Asia, que continuará dependiendo de las importaciones para cubrir el déficit.

Se espera que se mantengan una serie de tendencias recientes, que contribuirán a satisfacer la demanda de productos de madera elaborados, a saber:

El comercio permitirá cubrir el déficit de fibra de madera en algunos lugares con los excedentes conseguidos en otras partes.

La crisis económica asiática, que comenzó a dejarse sentir a mediados de 1997, ha perturbado gravemente el comercio de productos forestales en la región de Asia y el Pacífico. Sus principales repercusiones en los países de la región han sido:

Aunque los mercados asiáticos de la madera han sido los más afectados, los efectos han trascendido fuera de los límites de la región para extenderse a una serie de países que tienen una fuerte dependencia comercial de los mercados de Asia o que compiten con ellos. Se han visto así afectados exportadores de diversos lugares, desde África a Nueva Zelandia o América del Norte y del Sur.

La certificación de productos forestales sigue siendo un tema de gran relieve en el sector forestal pero es una cuestión compleja y en muchos casos controvertida. Aunque en los dos últimos años se ha incrementado considerablemente el número de hectáreas de bosques certificadas, no hay indicaciones de que se haya introducido en el mercado un volumen importante de productos certificados.
No se sabe con certeza si aumentará la demanda de madera certificada y si, de hecho, la certificación contribuirá significativamente a mejorar la ordenación forestal allí donde más grave es el fenómeno de la deforestación, es decir, en los países en desarrollo.

CAMBIOS RECIENTES EN LA POLÍTICA, LA LEGISLACIÓN Y EL MARCO INSTITUCIONAL FORESTALES

Entre las tendencias patentes en lo que respecta a la reforma de la política forestal cabe señalar las medidas encaminadas a privatizar los recursos forestales de propiedad estatal y las empresas forestales públicas, descentralizar determinadas funciones de las administraciones del gobierno central y suprimir algunas subvenciones improcedentes, incluso la fijación de precios excesivamente bajos en las concesiones forestales.

En los últimos años se ha registrado una aceleración considerable en la revisión de leyes relativas al sector forestal en todo el mundo. Los cambios legales introducidos reflejan la firme decisión de:

Los cambios institucionales adoptados en el sector forestal se han ajustado a estas tendencias de política y legislativas, particularmente los referentes a la descentralización y delegación de las funciones de la ordenación forestal en el plano local, así como a la privatización. La tendencia hacia la descentralización y privatización también influye en los sistemas de investigación forestal. La enseñanza y extensión forestales se están adaptando a los nuevos objetivos, a la existencia de nuevos propietarios y/o nuevos encargados de la gestión, y a las inquietudes de un número creciente de grupos interesados.

INTENSIFICACIÓN DE LA ACTIVIDAD DE INFORMACIÓN SOBRE LAS CUESTIONES FORESTALES

En el transcurso de los últimos años, un gran número de organizaciones han desplegado un esfuerzo notable para recoger y difundir información sobre las cuestiones forestales a escala mundial. Se han adoptado iniciativas importantes en la esfera de la evaluación y cartografía de la cubierta forestal, la evaluación de los recursos forestales, estudios sobre el suministro de madera y recogida de datos sobre la diversidad biológica. Complementan estas actividades de alcance mundial iniciativas encaminadas a reunir y analizar información de carácter regional y a fortalecer la capacidad nacional para la recogida, análisis y utilización de información sobre los asuntos forestales.

INICIATIVAS INTERNACIONALES SOBRE LOS BOSQUES

Un gran número de iniciativas internacionales recientes tienen como finalidad la ordenación forestal sostenible. Más de 150 países participan actualmente en procesos internacionales cuya finalidad es elaborar y aplicar criterios e indicadores nacionales para la ordenación forestal sostenible. El Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR), la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT) y la Organización Africana de la Madera (OAM) se ocupan de la coordinación de diferentes proyectos. Cabe mencionar otras iniciativas como el establecimiento y gestión de bosques modelo y para demostraciones, el «Objetivo del año 2000» de la OIMT y el Programa de acción sobre los bosques, de los países del G-8, que se aprobó en mayo de 1998. El desarrollo en la aplicación de los tres convenios internacionales firmados después de la CNUMAD, el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC), el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y la Convención de Lucha contra la Desertificación (CLD), y del Convenio internacional de las maderas tropicales (ITTA), significa un apoyo adicional a determinados aspectos de la ordenación forestal. Por su parte, las ONG y el sector privado siguen participando activamente en el debate forestal y en las actividades dirigidas a mejorar la ordenación forestal sobre el terreno.

El diálogo que encabezó el Grupo Intergubernamental sobre los Bosques (GIB), en el período posterior a la CNUMAD (1995-1997), dio como resultado más de 100 propuestas de acción negociadas. La labor prosigue en el marco del Foro Intergubernamental sobre los Bosques (FIB), establecido a mediados de 1997. El FIB presentará a la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (CDS) en el año 2000 su informe final sobre sus tres áreas principales de acción:

En 1990 se planteó por primera vez la posibilidad de establecer uno o varios instrumentos internacionales sobre los bosques. Desde entonces se han elaborado diversos instrumentos, vinculantes y no vinculantes jurídicamente, en apoyo de distintos aspectos relacionados con los bosques. No se ha alcanzado todavía un consenso sobre la necesidad de adoptar nuevos instrumentos internacionales y sobre su alcance en caso de que se establezcan. El debate sobre la decisión de limitarse a los mecanismos actuales, potenciarlos o crear mecanismos adicionales, por ejemplo, un instrumento jurídicamente vinculante sobre todos los tipos de bosques, seguirá, sin duda, ocupando un lugar preeminente en el programa forestal durante los próximos años.

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