DOMINICAN REPUBLIC - REPUBLIQUE DOMINICAINE - REPUBLICA DOMINICANA

Excmo. Sr. Jaime David Fernández Mirabal, Vicepresidente de la República Dominicana


Durante muchos siglos, nuestras patrias han luchado incansablemente para alcanzar su pleno desarrollo, si bien hemos tenido épocas de obscuridad, también hemos tenido tiempos de luz. Todos los aquí presentes estamos comprometidos con el progreso de nuestras patrias, pero también sabemos que para lograr el desarrollo debemos sobre todo aumentar la producción de alimentos, y para producir se requiere de fondos para la inversión y fondos para la tecnología. Pero resulta que ambos, los fondos y la tecnología, son cada vez más difíciles de obtener para los países en vías de desarrollo, cuyas economías cargan el peso del pago de la deuda externa.

El siglo XXI, tan cercano ya, será el siglo de las comunicaciones. Hoy el mundo es una aldea global, el desarrollo de las comunicaciones y los cambios políticos y económicos ocurridos en los últimos diez años han conducido al mundo a un irreversible proceso de globalización comercial, el cual es un instrumento inútil para los países en vías de desarrollo si no va acompañada de la necesaria globalización tecnológica, la necesaria transferencia de tecnologías. Debemos impulsar la transferencia de la tecnología para que la globalización comercial sea una bendición equilibrada, que permita a todos los países el intercambio abierto de sus productos y no hayan mercados marginales maldecidos. Sin equidad tecnológica, tampoco habrá equidad social, ni mucho menos equidad económica. Para alcanzar la globalización tecnológica, para democratizar el uso de la tecnología que nos conduzca al ansiado camino del desarrollo sostenible con equidad y dignidad, los países en vías de desarrollo, en donde la pobreza amenaza la gobernabilidad democrática, requerimos de diálogos y acuerdos razonables que sean alternativas para la solución del problema del pago de la deuda externa.

Señoras y señores, represento aquí a un Gobierno joven de la República Dominicana comprometido con la búsqueda de un desarrollo que tiene como centro de atención al ser humano como sujeto de su propia superación y contamos con un pueblo que quiere vivir en paz y trabajar sin descanso para lograrlo. Somos un pueblo joven, con una vieja y eterna esperanza de que avanzaremos hacia una sociedad más justa y más humana.

Queremos solicitar en esta Cumbre de Roma, la comprensión de los organismos internacionales aquí reunidos, de los gobernantes de los grandes países industrializados del mundo y de los países socios en la esperanza de que todos juntos encontremos soluciones al problema de la pobreza en un marco de diálogo y de compromiso.

A las grandes naciones democráticas del mundo que exhiben el mérito de haber alcanzado la globalización comercial, a ellas les solicitamos que impulsen el logro de la globalización tecnológica y el logro de acuerdos justos y razonables para el pago de la deuda externa. Es hora de hacer nueva y pasajera una deuda que es no sólo eterna e inmutable, sino que se ha convertido en la espada de Damocles que apunta y mantiene en vivo nuestras jóvenes, débiles e imperfectas democracias, e impide el arranque definitivo de nuestros pueblos hacia el desarrollo entendido como estado de bienestar con dignidad.

La seguridad alimentaria es un compromiso de todos y nuestro país, la República Dominicana, está dispuesto a aportar su cuota de responsabilidad.


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