EL SALVADOR

Excmo. Sr. Enrique Borgo Bustamante, Vicepresidente de la República de El Salvador


En nombre del pueblo y del Gobierno de El Salvador, me complace expresar un saludo cordial a los mandatarios y delegaciones de los países que concurren a esta Cumbre, con el propósito de analizar la situación alimentaria mundial y, con una visión global, establecer nuevos parámetros estratégicos para enfrentar el reto que impone la creciente población mundial y las limitaciones de la producción agrícola, sobre todo en los países de menor tamaño y desarrollo.

Es grato para mí saludar al señor Jacques Diouf, y felicitarlo por su excelente iniciativa al convocar este Foro Mundial; así como agradecer al Gobierno italiano por la cálida hospitalidad brindada a los representantes de todos los pueblos del mundo.

En El Salvador, estamos decididamente empeñados en construir un sólida plataforma de oportunidades para todos los salvadoreños, con equidad y mobilidad social. Como todos los países en desarrollo, afrontamos grandes desafíos pero también existen grandes oportunidades, nacidas de las expectativas de una sociedad que diariamente forja la paz con su trabajo, base fundamental para construir un proceso de desarrollo integral y sostenible.

A lo largo de los últimos años, la gestión del Gobierno se ha concentrado en construir una paz social permanente, proyectando el desarrollo humano, con alta prioridad presupuestaria al sector agropecuario, a la educación y a la salud, y promoviendo la integración participativa local en un ámbito de modernidad.

En el plano mundial, dos grandes tendencias marcan el desarrollo económico de las naciones: la globalización y las presiones que genera la competitividad internacional, lo cual incide de manera significativa en los procesos de desarrollo social que se gestan en los países menos desarrollados.

El problema alimentario salvadoreño está constituido fundamentalmente por un déficit de las disponibilidades y la existencia de fuertes desigualdades en el consumo.

El Salvador afronta, por una parte, la tendencia globalizante en el mundo con la necesidad de cultivar internamente productos agrícolas indispensables para la alimentación, y por otra, la libertad de elección de los agricultores de producir bienes para la exportación, con mejores ingresos, o aquellos satisfactores de la demanda alimentaria de la población; todo ello ante la política de igualdad de trato para todos los sectores de la economía.

Dentro de ese marco complejo y cada vez más dinámico, El Salvador continúa impulsando medidas de carácter macroeconómico y sectorial.

Conscientes de nuestras limitantes en materia alimentaria, al mismo tiempo que impulsamos y acompañamos la integración económica centroamericana, tenemos abiertos canales de negociaciones bilaterales y multilaterales con otros países y organismos, con la finalidad de ampliar los flujos comerciales de alimentos básicos para satisfacer las necesidades de la población.

Fundamentalmente estamos empeñados en ampliar nuestra base productiva agrícola, y estamos implementando un proceso de modernización de las estructuras gubernamentales y productivas, para lograr mayores grados de eficiencia local y acceso a los mercados internacionales, puesto que la seguridad alimentaria se encuentra tanto en la producción interna como fuera de las fronteras.

La estrategia salvadoreña de seguridad alimentaria se ha diseñado desde una perspectiva integral del sector agropecuario, dándole al sector privado en primer término un marco de seguridad para promover la producción, y en época de escasez proveer los mecanismos que viabilicen el abastecimiento oportuno de alimentos en la calidad y cantidad necesarias para satisfacer la demanda de la población.

Considero necesario mencionar las medidas que el Gobierno salvadoreño, juntamente con el sector privado, está impulsando para proveer la seguridad alimentaria a la población: liberalización del mercado de granos básicos a nivel centroamericano; implementación de programas de refrigerio escolar, alimentación infantil complementaria y centros de bienestar para los grupos más vulnerables; generación y transferencia de tecnología a través de organismos gubernamentales y no gubernamentales, con especial énfasis en la mujer rural; desarrollo de programas de estilo de vida saludables, con la protección y sostenibilidad de los recursos naturales y el medio ambiente; establecimiento de un sistema de inteligencia de mercados, a efectos de facilitar a los productores la adecuada toma de decisiones y políticas macroeconómicas congruentes con la seguridad alimentaria.

Finalizo mi exposición señalando que El Salvador asume las responsabilidades que le corresponden dentro del Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.

Asimismo reitero el reconocimiento de mi Gobierno a la FAO por la importante cooperación que nos ha brindado para mejorar nuestra estrategia alimentaria, expresando a la vez la confianza en que de este Foro Internacional surgirá una nueva visión mundial para satisfacer las necesidades alimentarias de la humanidad.


Inicio página
Otros discursos
WFS home

Discurso precedente   Discurso siguiente