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Recomendaciones

Los participantes discutieron e identificaron formas específicas de buscar soluciones sostenibles a los problemas anteriores, destacando lo siguiente:

1. La Ciudad de Lima necesita de una política urbana de seguridad alimentaria, de planes urbanos de localización de los mercados y de programas específicos de desarrollo de los SADA privados que contribuyan realmente al desarrollo económico y social de la ciudad. Su formulación requiere de:

De otra forma, no ser. posible avanzar en esta importante área.

2. La localización de los mercado (abiertos, supermercados, etc.) tiene que obedecer a criterios específicos que atiendan a las necesidades de la población garantizando el desarrollo y subsistencia de los mercados, minimizando el impacto negativo que su presencia pueda significar para el entorno urbano (tráfico, basura, cambio de dinámica de la vida de los residentes, etc.). Dicho de otra forma, cada mercado tiene que estar en un lugar adecuado.

3. Los políticos y los administradores, responsables de la ciudad, necesitan ser adecuadamente informados y concientizados acerca de la problemática de la seguridad alimentaria y de la complejidad de las soluciones, para que puedan tomar decisiones que lleven a soluciones sostenibles.

4. Para promover el desarrollo sostenible de la ciudad de Lima, es imprescindible conocer la realidad de los sistemas de abastecimiento y distribución de alimentos a través de diagnósticos que identifiquen no solamente los problemas actuales, sus causas, consecuencias y soluciones viables, sino también los problemas que el crecimiento de la ciudad y de la demanda urbana determinarán para la seguridad alimentaria de los ciudadanos. También es importante realizar un mayor esfuerzo por parte de las instituciones de investigación en los temas relacionados con la seguridad alimentaria urbana y mejorar la difusión de los datos estadísticos disponibles.

5. Debido a la complejidad de la seguridad alimentaria se requiere una visión amplia de los diferentes elementos que la determinan, por lo tanto las municipalidades deberían tener responsables de políticad y programas de seguridad alimentaria urbana, cuya función principal debe ser la coordinación de las diferentes unidades operativas de las municipalidades.

6. En América Latina se han experimentado con diferentes resultados varias formas de distribución privada de alimentos a bajo costo (ferias populares, organización de compras, organización de consumidores, etc.). Estas experiencias deberían ser analizadas y su aplicabilidad a la ciudad de Lima definida para formar la base de programas específicos.

7. La expansión urbana conlleva a la desaparición de las áreas verdes y productivas tanto a nivel urbano como periurbano. Esto significa la pérdida progresiva de una fuente de alimentos a bajos costos además de influir negativamente sobre el medio ambiente urbano. La ciudad debe por lo tanto definir estrategias para preservar sus áreas productoras de alimentos.

8. Los costos del transporte de alimentos son un factor creciente en la composición del precio de venta de los productos. Las ineficiencias en el sistema de transporte deberían ser objeto de estudio y de intervenciones específicas, tanto en el contexto urbano como rural.

9. Los conocimientos de los funcionarios técnicos de las diferentes instituciones públicas y privadas tienen que ser reforzados a través de actividades de capacitación sobre los diversos aspectos de los SADA.

10. Los comerciantes, los transportistas y los gerentes y/o concesionarios de los mercados, necesitan también de capacitación e información que les permita manejar sus negocios con un sentido más empresarial, mejorar sus servicios a los consumidores en lo referente a las normas de salubridad e higiene que tienen mucha importancia para la salvaguardia de la salud pública. Las universidades deberían formar especialistas en las áreas siguientes: seguridad alimentaria urbana; SADA; desarrollo de mercados urbanos; gestión de mercados; a través de cursos de capacitación a ser realizados con la colaboración de los funcionarios de las municipalidades y de técnicos del sector privado. En particular, se hace necesario incluir en los programas de formación de los urbanistas y administradores de las ciudades, la dimensión relativa a los SADA.

11. Las leyes y reglamentos referentes al comercio de alimentos deberían ser recopilados, revisados y actualizados. Este proceso requiere de la colaboración del sector privado. El conocimiento de las normas por parte de los operadores privados debería ser objeto de actividades especificas de información y sensibilización.

12. Los consumidores deberían ser informados para mejorar sus patrones alimenticios con particular referencia al uso de los productos autóctonos. Sus asociaciones necesitan ser apoyadas y fortalecidas en el interés de toda la ciudad.

13. Las municipalidades deberían participar en la Comisión para la implementación del Plan de Acción de la Cumbre Mundial de la Alimentación.

14. Los participantes están concientes de que lo planteado anteriormente no es nada fácil, sea por la necesidad de conocimientos técnicos especializados y de recursos financieros o por la idiosincrasia de las instituciones políticas. Es por lo tanto necesario:

Los participantes confirman la necesidad de que sus respectivas instituciones reconozcan a la seguridad alimentaria de los ciudadanos de Lima como la máxima prioridad y se comprometen a que acciones específicas sean incluidas en los Planes de Acción y Presupuesto de sus respectivas municipalidades.

Lima, 26 de febrero de 1999.


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