EDITORIAL
Unasylva dedicó hace un decenio un número a los bosques y la seguridad alimentaria (Unasylva, No 160, 1990). En los años transcurridos, se ha redoblado la atención prestada en el desarrollo internacional a la seguridad alimentaria -el acceso físico y económico de toda persona y en todo tiempo a los alimentos-, avivada por la Cumbre Mundial sobre la Alimentación celebrada en la FAO en 1996. En los últimos años se ha extendido la preocupación por la seguridad alimentaria, al adoptarse en los círculos que trabajan por el desarrollo el concepto de medios de vida sostenibles, en el cual la seguridad alimentaria es un elemento clave. Al hablar de medios de vida sostenibles se piensa no sólo en el acceso a los alimentos sino en todos los aspectos de la mitigación de la pobreza. Esto significa que, más allá de la contribución obvia de los alimentos silvestres y de la leña para hacer la comida y más allá de la generación de empleos e ingresos, hay que contemplar otras contribuciones indirectas como la reducción de la vulnerabilidad, el uso más sostenible de los recursos naturales y el aumento del bienestar.
En este número el artículo de K. Warner ofrece una visión de conjunto presentando este concepto y enumerando las contribuciones de los bosques y la silvicultura a los medios de vida sostenibles. Warner examina el papel que los bosques pueden desempeñar en la reducción de la pobreza en un mundo en transformación, cuando algunas poblaciones escapan de la dependencia de los bosques mientras que otras siguen encontrando en ellos el sustento en medidas diversas.
E.H. Sène resume la contribución de los bosques y los árboles a la seguridad alimentaria en África y el papel de la silvicultura en el Programa especial de seguridad alimentaria de la FAO. Sugiere que una combinación de iniciativas que propicien una mejor comprensión de las prácticas locales y tradicionales, la mejor administración de los recursos y la integración de los árboles en los sistemas agrícolas pueden impulsar mucho tal contribución.
Mientras que los dos primeros artículos describen de qué manera puede la silvicultura contribuir al sustento sostenible, la seguridad alimentaria y la nutrición, F. Egal, A. Ngom y P.D. Ndione presentan una metodología para incorporar estos objetivos a las intervenciones forestales. La metodología para integrar los temas de nutrición en la planificación forestal, sobre la base de enfoques participativos, se puso a prueba en un cursillo de trabajos prácticos en Senegal, donde se está componiendo actualmente un manual para facilitar su aplicación.
L. Lipper explica que la deforestación y la degradación de los bosques debilitan la capacidad de éstos para contribuir a la seguridad alimentaria y prestar otros servicios, no sólo a las poblaciones cercanas sino también a escala mundial. La degradación forestal puede ser una amenaza para la seguridad alimentaria, pero también puede derivar del empeño en conseguirla.
Una región en que la deforestación y los problemas conexos están teniendo efectos perceptibles sobre la seguridad alimentaria es la del Amazonas. La culpa es en gran medida de la tala para dar paso a cultivos ilícitos. D. González Posso revela que el cultivo de la coca conduce a la deforestación y a una seguridad alimentaria menguante en la Amazonia occidental colombiana.
Y.B. Malla, en un artículo relativo a Nepal, recalca la importancia de tener presentes la seguridad alimentaria y los problemas de equidad -y no sólo las cuestiones del medio ambiente- en las intervenciones de administración forestal comunitaria. Después de veinte años, la administración forestal comunitaria ha tenido en el país una influencia positiva sobre los recursos forestales y arbóreos, pero el acceso local a la madera, la leña y otros productos forestales no madereros no parece haber mejorado, a causa de problemas en la ejecución y de políticas mal diseñadas.
Los productos forestales pueden adquirir una importancia particular en tiempos de dificultad económica. D.V. Vladyshevskiy, A.P. Laletin y A.D. Vladyshevskiy describen el uso actual de los productos forestales no madereros en una región de Siberia central. El artículo va seguido de un recuadro sobre Kosovo que ilustra el papel de las intervenciones forestales en una situación de crisis, después de la guerra, cuando había necesidad de leña para cocinar y calentarse y de madera para reconstruir viviendas y refugios para animales.
La inseguridad alimentaria en las comunidades forestales no es un problema exclusivo de los países en desarrollo, como lo demuestra un perfil de una comunidad forestal pobre en el norte de California, Estados Unidos de América. C. Danks describe un intento de crear medios de vida en la administración forestal para llenar el vacío creado por el cierre de las industrias forestales del lugar.
Como muestran los artículos de este número, los bosques contribuyen a la seguridad alimentaria y al sustento sostenible de diversos modos, directa e indirectamente, sirviendo de apoyo a los sistemas agrícolas, correspondiéndoles un papel en el desarrollo rural y en el mantenimiento de la integridad ecológica y en la creación de oportunidades de empleo y generación de ingresos. Convendría que los gobiernos consideraran estas contribuciones cuando se esfuerzan por alcanzar la seguridad alimentaria, y que integraran la silvicultura en sus políticas y planificaciones, junto con otras disciplinas como la agricultura y la nutrición.
