4. El Presidente, refiriéndose a los retos con que se enfrentaba la Comisión del Codex Alimentarius, afirmó que la Comisión necesitaba mantener y fortalecer su credibilidad y su pertinencia a nivel internacional, y que a tal efecto debía desarrollar y poner en práctica unos mecanismos que resultaran eficaces para abordar de manera oportuna los nuevos problemas relacionados con la inocuidad de los alimentos. Asimismo era preciso contar con mecanismos para fortalecer y aumentar la participación de los países en desarrollo y acrecentar la transparencia de la adopción de decisiones. Para lograr estos objetivos, el Presidente propuso un plan de acción[1] que contenía un conjunto de medidas relacionadas con la organización de los períodos de sesiones de la Comisión; una propuesta de sustitución del Comité Ejecutivo como órgano consultivo de la Comisión; disposiciones estructurales y relativas a las reuniones de los comités horizontales, los comités sobre productos y los Comités Regionales; el establecimiento de un fondo fiduciario para apoyar la participación de los países en desarrollo; una utilización mayor de Internet, y disposiciones relacionadas con los órganos consultivos especializados de la Comisión.
5. Posteriormente el Comité Ejecutivo decidió examinar el Plan de Acción del Presidente en el Tema 9 del programa (véanse los párrs. 62-71).
