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Capítulo 3
Actividades que se realizan actualmente para prevenir la acumulación de nuevas existencias de plaguicidas

A menudo la prevención de la acumulación de plaguicidas caducados está estrechamente vinculada con otros procesos relacionados con el manejo de los plaguicidas en general. En el presente documentos se ha hecho ya referencia a muchas de las actividades institucionales que ayudan a prevenir la acumulación. A continuación se hace un resumen de las mismas.

MEDIDAS ADOPTADAS POR ORGANIZACIONES INTERGUBERNAMENTALES

FAO

La FAO sostiene una producción agrícola que en la medida de lo posible disminuya la dependencia de los plaguicidas mediante la aplicación del MIP. Este tipo de producción se fomenta con programas que son propios de la FAO y también por conducto del Servicio mundial de manejo integrado de plagas, en el que la FAO coparticipa junto con el Banco Mundial, el PNUMA y el PNUD, con el apoyo financiero de los gobiernos y de particulares de los Estados Unidos, Noruega, los Países Bajos, Suiza y el Reino Unido.

Reconociendo que sigue haciéndose un amplio uso de los plaguicidas, la FAO ha publicado, y está actualizando, el Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas. Además, trabaja en favor del mejoramiento de la reglamentación y la gestión en los países en desarrollo. Existen también varias otras publicaciones de la FAO que apoyan la mejora de la gestión de los plaguicidas y que contribuyen a prevenir la acumulación, entre las que figuran directrices específicas para prevenir la acumulación de plaguicidas caducados (FAO, 1995b).

Programa sobre productos químicos del PNUMA

El Programa sobre productos químicos del PNUMA trabaja intensamente para promover la mejora de la gestión de los productos químicos en todos los sectores. A menudo cuenta con la colaboración de otras organizaciones que tienen conocimientos técnicos especializados en sectores específicos de la producción, utilización y gestión de los productos químicos. En el caso de los plaguicidas, en general trabaja con la FAO en lo que respecta a los productos agrícolas, y con la OMS en lo que atañe a los productos relacionados con el sector de la salud.

La finalidad del proceso relativo a los COP es poner fin a la producción y utilización de determinados productos químicos, la mayoría de los cuales son plaguicidas. Cuando se trata de productos químicos que siguen teniendo uso, el PNUMA trata de encontrar productos alternativos basados, siempre que sea posible, en técnicas de lucha integrada contra las plagas (MIP, GIV), métodos distintos de los químicos o plaguicidas que entrañen menores peligros.

OCDE

OCDE El Grupo de trabajo sobre plaguicidas de la OCDE actúa en el campo de la orientación y del marco normativo, y crea oportunidades de intercambio de información y experiencias sobre cuestiones relacionadas con la reglamentación de los plaguicidas. La reglamentación y el manejo más adecuados de los plaguicidas se traducen en una disminución de los productos caducados, y si bien el grupo se ocupa sobre todo de las necesidades de los países de la OCDE, muchos de los resultados que obtiene son importantes y pueden utilizarse adecuadamente en los países en desarrollo y las economías en transición. Las Directrices para la gestión de las plagas y los plaguicidas del CAD-OCDE promueven el apoyo de los donantes al MIP como estrategia de desarrollo, al igual que el fortalecimiento de la capacidad de gestión de los plaguicidas en los países en desarrollo. En estas directrices se requiere también una mayor coordinación entre los donantes para evitar excedencias de suministros y la acumulación de existencias de plaguicidas, y una actitud positiva frente a las iniciativas impulsadas por los países beneficiarios, como en el caso de las iniciativas de eliminación de plaguicidas caducados.

OMS

Con el objeto de prevenir la acumulación de plaguicidas caducados, la OMS promueve el conocimiento de este problema entre los organismos de reglamentación y contribuye a asegurar la existencia de sistemas adecuados de reglamentación y gestión de los plaguicidas que se emplean en el sector de la salud. La OMS considera necesaria una mejor coordinación entre los diversos organismos nacionales, incluidos los que se ocupan de las importaciones. En lo que se refiere a la mejora de la reglamentación y de la gestión de los plaguicidas, se ha pedido a la FAO y a la OMS que examinen la posibilidad de preparar un manual de instrucciones sobre la utilización de los datos de la OCDE para el registro y el nuevo registro de los plaguicidas.

Para reducir al máximo la utilización de los plaguicidas, la OMS ha elaborado y ofrece capacitación en el uso de instrumentos para la predicción de brotes de plagas y métodos de control integrado, que reducen la necesidad de intervenciones de emergencia basadas en la utilización intensiva de productos químicos. Además, la OMS está tratando de encontrar productos alternativos al DDT para el control del vector del paludismo.

No obstante, cabe señalar que a pesar de estos esfuerzos, y debido a la falta de alternativas factibles, la OMS sigue recomendando la utilización de plaguicidas químicos para luchar contra muchos vectores de enfermedades. Con frecuencia, estos tipos de plaguicidas se suministran a granel cuando los países y las autoridades sanitarias tienen marcos de reglamentación y mecanismos de control precarios, y de ese modo los plaguicidas pueden caducar y apartarse de los usos previstos ocasionando graves problemas para la salud y el medio ambiente.

ONUDI

La ONUDI presta apoyo a la producción de plaguicidas más limpios e inocuos orientándose hacia productos menos peligrosos basados en agentes botánicos o biológicos. Se trata de productos cuya mayor utilización se traduciría en la disminución de las importaciones de productos químicos que inciden en las existencias de plaguicidas caducados. Ayudar a los fabricantes de plaguicidas de países que no pertenecen a la OCDE a conformarse de manera más estricta al Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas servirá también a disminuir el nivel de caducidad de los productos mediante mejoras básicas, como el etiquetado adecuado y seguro, envases más resistentes y productos de mayor calidad.

UNITAR

El apoyo del UNITAR para la elaboración de perfiles nacionales sobre el manejo de los productos químicos, y los consiguientes planes de acción basados en la plena participación de los interesados, está ayudando a mejorar el manejo de los productos químicos en los países en desarrollo. Lo cual se traducirá, en última instancia, en una menor caducidad de los plaguicidas y de otros productos químicos.

SCB

La Secretaría del Convenio de Basilea (SCB) muestra preocupación por la producción y manipulación de desechos peligrosos. Prevenir la acumulación de existencias de plaguicidas en el futuro es un factor importante y la SCB se inclina a apoyar o facilitar la prevención. Aunque gran parte de los conocimientos especializados de la SCB se refieren al manejo de desechos, también puede desempeñar una función apoyando la elaboración de estrategias para controlar los problemas en el futuro como, por ejemplo, soluciones para la gestión actual de los envases de plaguicidas y de pequeñas cantidades de desechos de plaguicidas, que son de competencia de la SCB, y que ayudarían a prevenir la acumulación de existencias.

MEDIDAS ADOPTADAS POR OTRAS PARTES INTERESADAS

Donantes

Las donaciones de plaguicidas a granel pertenecen en gran medida al pasado. En la actualidad, la mayoría de los organismos de asistencia han adoptado estrategias para evitar la adquisición de plaguicidas a granel y apoyan en cambio el MIP y la transición a una economía de mercado. Sin embargo, algunas estrategias destinadas a ayudar a los países en desarrollo a producir alimentos y a hacer frente a la invasión de plagas contribuyen involuntariamente a las excedencias de suministros de plaguicidas y, en algunos casos, a la acumulación de nuevas existencias de plaguicidas caducados.

Algunas instituciones de donantes desempeñan funciones contradictorias como, por ejemplo, en el caso de la CE, que tiene una política de promoción del MIP y de mejora de la gestión de los plaguicidas (CCE, 1998) y financia estas actividades con una parte de su presupuesto, y que también tiene programas que apoyan o promueven el uso intensivo de plaguicidas al seguir financiando la adquisición de grandes cantidades de plaguicidas (Dinham, 2000). Y lo mismo dígase en el caso de Francia, en que no se tiene conocimiento de que el Gobierno francés adquiera plaguicidas para programas de desarrollo mientras que el Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agrícola para el Desarrollo (CIRAD) de ese país recomienda el uso intensivo de plaguicidas (Ton et al., 2000).

Son muchos los organismos de asistencia que trabajan en los países en desarrollo y aunque suelen ser más conocidas las actividades de los más grandes e importantes no debe ignorarse la función que desempeñan los donantes más pequeños. Sería útil disponer de un estudio sobre los donantes y sobre la manera en que cumplen con las Directrices para la gestión de las plagas y los plaguicidas del CAD-OCDE.

Banco Mundial

El Banco Mundial ha establecido una política de salvaguardia vinculante en materia de gestión de plagas, en la que se estipula que los proyectos financiados con relación a la gestión de plagas siguen un criterio basado en el MIP y se prevén también criterios para la selección de los plaguicidas. Por sí misma, esta política no se ocupa específicamente de la prevención de las existencias de plaguicidas, pero este tema será tratado especialmente en una guía que está en fase de preparación y cuya finalidad es ayudar al personal del Banco Mundial a aplicar la política de salvaguardia sobre el manejo de plagas.

El Banco Mundial es socio financiador del Servicio mundial de manejo integrado de plagas, que promueve los sistemas de producción agrícola que reducen al mínimo, o eliminan, la dependencia de los plaguicidas químicos.

Sin embargo, también el Banco Mundial sigue concediendo préstamos para la adquisición de plaguicidas y emplea a personal de la industria de plaguicidas que elabora estrategias con que se fomenta la venta de plaguicidas.

Industria

La GCPF apoya la transición del control estatal en la adquisición de plaguicidas a un sistema orientado por el mercado, lo que suele dar lugar a la importación de plaguicidas en cantidades, tamaños y preparaciones que la población local compra y utiliza sin que haya desperdicio, con la consiguiente disminución de los productos caducados. Pero también se ha comprobado que los comerciantes privados son reacios a declarar las existencias de plaguicidas caducados por temor a ser sancionados.

Además la GCPF capacita a sus distribuidores con el fin de asegurar mejores prácticas de almacenamiento y manipulación y el seguimiento apropiado de los productos. Prácticas que también contribuyen a una menor caducidad de los plaguicidas.

Las empresas GCPF y organizaciones comerciales regionales apoyan algunos planes de retiro de envases, lo que permitirá reducir la cantidad de envases acumulados que deben eliminarse, y asegurar que el retiro se efectúe en condiciones de seguridad.

Sin embargo, no se puede afirmar que todo el comercio y el uso de los plaguicidas en los países en desarrollo, ni siquiera de los procedentes de las empresas GCPF, se ajusten totalmente a los requisitos del Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas. El segundo cuestionario sobre la aplicación del Código muestra importantes deficiencias por parte de la industria en el cumplimiento de los artículos relativos a sus actividades (por ejemplo, el Artículo 8: Distribución y Comercialización; y el Artículo 10: Etiquetado Envasado, Almacenamiento y Eliminación) (FAO, 1996c). Queda aún mucho por hacer y no ha de olvidarse que la aplicación del Código es de competencia de los gobiernos.

La industria sostiene que en las regiones en que los problemas son mayores, como en África, el comercio de plaguicidas produce menores ganancias y hay poca disposición para invertir en el seguimiento de los productos, en programas de seguridad en el uso, etc. Del mismo modo, las tecnologías que pueden influir en la seguridad del uso de los plaguicidas y reducir al mínimo su caducidad (por ejemplo, envases aplicables directamente en pulverizadores montados en tractores) son costosas y, por lo tanto, su introducción en los países en desarrollo es difícil. A veces técnicas, como los envases solubles, no son bien acogidas porque la dosificación y los contenedores de las mezclas son difíciles de manipular y a menudo se trata de prácticas peligrosas.

ONG

Existen diferencias entre las ONG y entre los mismos donantes. Algunas ONG apoyan programas de desarrollo rural que dependen considerablemente del uso de plaguicidas, mientras que otras insisten en que la agricultura de los países en desarrollo debería basarse exclusivamente en medios de control no químicos y en la utilización de métodos autóctonos para luchar contra las plagas. Dentro de los mismos países algunas ONG cumplen una función que marca la pauta en la aplicación del MIP, mientras que otras tienden a perpetuar la dependencia de los agricultores de los plaguicidas y de los fertilizantes químicos.

No hay ninguna red de ONG, ni organización coordinadora, que pueda elaborar y transmitir un tipo de cuadro reglamentario a todas las organizaciones. Sin embargo, muchas redes trabajan activamente para tratar de eliminar los peligros que presentan los plaguicidas, apoyar el MIP y otros sistemas de producción agrícola sostenibles, eliminar los peligros ambientales, incluidos los derivados de los plaguicidas, y llevar a cabo otras actividades similares pertinentes. Entre las principales redes de ONG figura la Red de Acción sobre los Plaguicidas (PAN), que tiene centros en África, Asia, Europa, América Latina y América del Norte, y organizaciones afiliadas en todo el mundo. La Red Internacional de Eliminación de COP (IPEN) enlaza a 200 organizaciones sobre cuestiones relacionadas con los COP y otros productos químicos. La estrecha relación que existe entre los COP y los plaguicidas caducados hace que la IPEN se preocupe de la eliminación de las existencias en condiciones de seguridad y de que no vuelva a haber acumulación.

EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DE LAS ACTIVIDADES QUE SE ESTÁN REALIZANDO ACTUALMENTE

Varios factores favorecen la menor acumulación de plaguicidas caducados, entre ellos los siguientes:

Se puede suponer, con razón, que la tasa de acumulación de las existencias de plaguicidas caducados sea ahora menor que hace un decenio, pero los plaguicidas siguen caducando y se suman a las actuales existencias. En algunos de los países en que se ha procedido a eliminar las existencias de plaguicidas caducados ya está habiendo nuevas acumulaciones, lo que quiere decir que la situación no está bajo control y se necesitan mayores iniciativas en los sectores esenciales que se describen a continuación.

Lucha contra la langosta

En los países vulnerables se mantienen reservas estratégicas, sobre todo en África y el Cercano Oriente, y muchos de los plaguicidas suministrados quedan inutilizados hasta después de vencida la fecha de caducidad, convirtiéndose de tal modo en productos caducados.

Es urgente que haya un cambio en la estrategia para prevenir la acumulación futura de plaguicidas caducados, asegurando al mismo tiempo a los países afectados que sus economías y su seguridad alimentaria no se verán perjudicadas, por ejemplo, en caso de invasión de langostas.

Plaguicidas empleados en el sector de la salud pública

En la mayoría de los países la compra y distribución de los plaguicidas utilizados para luchar contra los vectores de enfermedades siguen siendo de competencia del sector público. La participación del sector sanitario, junto con el sector agrícola, ha sido limitada en lo que respecta a las mejores prácticas para el manejo de los plaguicidas.

La capacitación inadecuada, la falta de recursos para asegurar un almacenamiento correcto, y la escasa transmisión de información relativa, por ejemplo, a los niveles de utilización de los plaguicidas y de las infestaciones de plagas, con frecuencia se traducen en un suministro excesivo y en la consiguiente caducidad de los plaguicidas.

El sector de la salud debe incorporarse plenamente en los esfuerzos nacionales e internacionales por prevenir la acumulación de plaguicidas caducados.

Distribución deficiente

La mayor parte de los plaguicidas tienen una duración de dos años, y en muchos casos pasan por lo menos dos años, cuando no más, antes de que lleguen al lugar de utilización en zonas remotas de los países en desarrollo, y llegado el momento de su utilización los funcionarios encargados de la protección vegetal, del sector de la salud, o los agricultores no pueden devolver los productos que les son necesarios sin tener antes la seguridad de poder contar con otros para reemplazarlos.

Deben hacerse mayores esfuerzos para que las comunidades de zonas remotas dispongan de medios alternativos para luchar contra las plagas, y para asegurar la rápida entrega de los productos de duración limitada cuando los necesiten.

Falta de medios alternativos

Para luchar contra las plagas a veces se suministran plaguicidas vencidos e incluso prohibidos por no tener conocimiento de otros medios alternativos a nivel local, si bien podrían encontrarse de hacerse los esfuerzos necesarios. Esto es un síntoma sumamente grave de una excesiva dependencia de los plaguicidas químicos, por lo que se prefiere un producto químico a uno que no lo sea.

Todas las partes interesadas, incluidos las OIG, los gobiernos, los organismos de desarrollo y los donantes, las ONG y los investigadores, deberían colaborar con el fin de establecer y promover métodos de manejo de plagas que reduzcan la dependencia de los plaguicidas químicos.

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