WHO/EMRO, El Cairo, Egipto, 27-28 de enero de
2001
El Taller adoptó las siguientes conclusiones y
recomendaciones:
Conclusiones
- En la mayor parte de los países no se dispone de datos sobre la
ingesta alimentaria/el consumo de alimentos que permitan llevar a cabo una
evaluación de riesgos completa y amplia en relación con los
principales contaminantes. No obstante, existen datos limitados procedentes
de diversos proyectos y estudios que podrían constituir un punto de
partida para la realización del análisis de riesgos.
- Las Hojas de balance de alimentos de la FAO constituyen un instrumento
útil y suficiente para calcular la exposición a los distintos
contaminantes. Por lo tanto deberían utilizarse mientras no se generen
datos más adecuados y precisos con este fin.
- La mayoría de los países de la región aún carecen
de la especialización necesaria para llevar a cabo análisis
de riesgos y necesitan capacitación especializada en este campo.
- Varios participantes manifestaron preocupación con respecto a la
enfermedad de EEB y la posibilidad de que ésta se difundiera en la
región, en vista de los informes sobre exportaciones de carne y harina
de carne y huesos fuera de Europa. Estaban ansiosos de recibir mayor asesoramiento
de la FAO y la OMS en cuanto a los riesgos existentes y las medidas que habían
de adoptarse para impedir que la enfermedad llegara a la región.
- Los participantes subrayaron la necesidad de destinar recursos a la evaluación
de riesgos con carácter prioritario, y reconocieron que en algunos
países era preciso sensibilizar a los encargados de la adopción
de decisiones con respecto a la importancia que revestía la evaluación
de riesgos para elaborar la legislación sobre la inocuidad de los alimentos.
Recomendaciones:
El Taller recomendó lo siguiente:
- Que se organizaran mesas redondas regionales de expertos sobre el tema
del análisis de riesgos con la finalidad de:
- Identificar los recursos humanos y técnicos regionales necesarios
para llevar a cabo el análisis de riesgos;
- Establecer una red regional para el intercambio de información
sobre el análisis de riesgos entre todas las instituciones competentes;
- Desarrollar metodologías comunes (en la medida de lo posible)
para los estudios sobre la ingesta dietética, la vigilancia de las
enfermedades transmitidas por los alimentos y el seguimiento de la contaminación.
- Que dentro de las instituciones competentes que ya existían se establecieran
centros regionales de capacitación para impartir cursos de repaso a
los profesionales encargados del control de los alimentos en la región
sobre las distintas disciplinas relacionadas con dicho control, incluida la
evaluación de riesgos; se debía alentar a la FAO y la OMS a
prestar asistencia en este proceso.
- Los países de la región debían destacar las ventajas
de la adopción de las normas, directrices y otras recomendaciones del
Codex, a los efectos de la conformidad de su legislación alimentaria
con los requisitos de la OMC y a fin de economizar recursos muy necesarios
que podrían utilizarse para satisfacer exigencias más apremiantes.
- La FAO y la OMS debían seguir prestando apoyo a los países
de la región proporcionándoles capacitación en distintos
aspectos del análisis de riesgos- evaluación de riesgos, y también
en materia de HACCP y buenas prácticas higiénicas a nivel regional,
subregional o nacional.
- Era necesario sensibilizar a los funcionarios gubernamentales y los encargados
de la adopción de decisiones respecto de la necesidad de llevar a cabo
evaluaciones de riesgos a nivel nacional/regional.
- Era preciso intensificar la cooperación, la coordinación
y la comunicación entre todos los sectores que participaban en el control
de los alimentos, a nivel nacional y regional, mediante el establecimiento
de redes para tal fin.
- Los institutos de investigación e instituciones académicas
pertinentes de la región debían colaborar en la producción
de los datos e informaciones necesarios para llevar a cabo los análisis
de riesgos y las evaluaciones de la exposición.