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1. Introducción

Las preferencias comerciales para los países en desarrollo han sido una característica de las políticas comerciales de los países industrializados durante cerca de cuarenta años. Se consideran un elemento importante del conjunto global de políticas que contribuyen a mejorar las perspectivas para el crecimiento económico de los países en desarrollo, y un instrumento para alcanzar un equilibrio mejor de las condiciones económicas entre esos países y el mundo desarrollado. Sin embargo, con la liberalización global del comercio las preferencias arancelarias han ido perdiendo gradualmente su importancia. Al mismo tiempo, algunos esquemas preferenciales para grupos especiales de países en desarrollo, como el Convenio de Lomé entre la UE y los países africanos, caribeños y del Pacífico (ACP) han sido objeto de una fuerte presión en la OMC. En este contexto, uno podría preguntarse sobre el futuro de las preferencias comerciales en la próxima ronda de negociaciones de la OMC. ¿Deberían los países en desarrollo defender tenazmente sus preferencias comerciales y tratar de mejorarlas? ¿Cuáles son las ventajas y los costos de dichas preferencias, en comparación con otras formas de asistencia para el desarrollo económico?

En el comercio agrícola, las preferencias arancelarias para los países en desarrollo tienen un rango algo especial. Por un lado, muchos aranceles son todavía demasiado altos y, por consiguiente, los acuerdos preferenciales son potencialmente valiosos. Por otro lado, a causa del carácter ‘sensible’ de sus políticas agrarias, los países desarrollados han sido por lo general reacios a conceder preferencias profundas para los productos agropecuarios. Ello no obstante, algunos regímenes preferenciales especiales han otorgado preferencias arancelarias significativas para determinados productos y para grupos limitados de países en desarrollo, como en el caso de las preferencias que la UE concede a las importaciones del azúcar procedente de determinados países ACP. De ahí que cuando se habla del trato preferente de las exportaciones agrícolas de los países en desarrollo el panorama es muy diverso. Además, ahora que la Ronda Uruguay ha incluido el comercio agrícola en el proceso de liberalización, las reglas del juego han cambiado fundamentalmente en ese sector. ¿Perderán mucho los países en desarrollo con una ulterior liberalización del comercio agrícola y la disminución de los márgenes de preferencia? En tal caso, ¿tienen derecho a una indemnización, y de qué manera? ¿Qué función deberían cumplir las preferencias comerciales en la próxima ronda de negociaciones de la OMC sobre la agricultura?

El presente estudio trata de responder a algunas de estas preguntas. Dado su alcance limitado, no puede hacerlo de manera exhaustiva sino que tiene que concentrarse en algunas cuestiones determinadas. Las publicaciones sobre las preferencias comerciales, en particular para los productos agropecuarias, es curiosamente limitada. Por consiguiente, algunas partes del estudio tendrán un carácter necesariamente provisional, pero pueden estimular a un examen más profundo de un conjunto más amplio de cuestiones.

El estudio comienza ofreciendo una breve impresión sobre la naturaleza de los principales acuerdos preferenciales (Sección 2), para pasar luego a examinar el lugar de las preferencias comerciales en el marco global de las relaciones económicas entre los países desarrollados y los países en desarrollo (Sección 3). Sobre esta base se examinan las ventajas principales y los costos de las preferencias comerciales (Secciones 4 y 5). Se presenta la evolución de la función de las preferencias comerciales en el marco jurídico del GATT/OMC (Sección 6), para examinar posteriormente el futuro de las preferencias comerciales en la OMC (Sección 7). El estudio termina con un examen de la cuestión de la reducción de la preferencia y las posibilidades de indemnización (Sección 8) y saca algunas conclusiones (Sección 9).


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