El Observatoire du foncier, realizado por el proyecto Développement paysannal et gestion de terroirs y el Institut de recherche pour le développement desde 1997, han puesto de manifiesto la importancia de la competencia por el acceso a la tierra, tanto en las tierras antiguas como en las de inmigración, y de la desreglamentación debida a la superposición de sistemas jurídicos. El resultado ha sido la generalización de la precariedad de la tenencia de tierras, que repercute en la estabilidad de los sistemas de producción. El marco reglamentario del Estado camerunés sólo se aplica en las zonas urbanas: el recurso a la inscripción territorial continúa siendo un privilegio reservado a las minorías selectas, mientras que las comisiones consultivas agropastoriles han perdido en buena parte su capacidad de intervención. La presión migratoria, la superposición de usos diferentes del suelo y la cesión de la ordenación de tierras a las zonas tribales tradicionales provocan conflictos de interés entre las comunidades con prácticas y estrategias contrapuestas. Convendría hacer algo antes de que degeneren en enfrentamientos más violentos. A pesar de un contexto político poco propicio, las experiencias rurales demuestran la posibilidad de una intervención pública sin necesidad de recurrir sistemáticamente al Código de la propiedad inmobiliaria, y sin distanciarse demasiado de los mecanismos habituales.
