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8. Programa de desarrollo y acción para el mejoramiento de árboles forestales

A. E. SQUILLACE

A. E. SQUILLACE es genetista botánico jefe, Estación experimental del sureste, Laboratorio de producción maderera y almacenes navales, Servicio Forestal, Departamento de Silvicultura de los EE.UU., Olustee, Florida.

Aunque la ciencia del mejoramiento de árboles forestales es relativamente nueva, el desarrollo de las técnicas en este campo ha avanzado tanto que cualquier organización forestal puede producir semillas mejoradas o ramets vegetativos para la plantación forestal. Se encuentran disponibles hoy muchos métodos para la producción de estirpes mejoradas. Algunos de éstos son costosos, mientras que otros no lo son. Pero hay una variedad tal de métodos, que una empresa forestal puede seleccionar un procedimiento adecuado a sus medios y necesidades, con cierta seguridad de dar como resultado un grado considerable de mejoramiento genético.

Este trabajo contendrá:

1. consideraciones para la selección del método de mejoramiento de árboles;

2. técnicas y recomendaciones generales para el desarrollo de programas de mejoramiento forestal;

3. medios de comenzar programas de acción.

El debate tratará principalmente de dirigirse a aquellas organizaciones que aún no han comenzado trabajos de mejoramiento y que disponen de medios limitados para la realización práctica de un programa de mejoramiento forestal. Por esta razón, se insistirá en los métodos más sencillos y menos costosos y en los aspectos de mejoramiento a corto plazo.

Selección de un método

Antes de iniciar un programa de mejoramiento de árboles, el planificador debe buscar la respuesta a un número de preguntas que pueden afectar su decisión. Se dan a continuación algunas de ellas.

1. Necesidades de la organización. ¿Cuáles son los principales productos forestales con los que se comercializará ahora o en el futuro?

2. Especies disponibles. ¿ Las especies indígenas son adecuadas a las necesidades de la organización ? ¿ Sería más conveniente una especie exótica?

3. Características biológicas de las especies seleccionadas. ¿ Existe una variación racial apreciable ? ¿ Son altamente variables sus habitat nativos? ¿Contiene la especie una variación individual suficiente como para garantizar una selección ? ¿ Con qué facilidad pueden producirse los ramets vegetativos?

4. Naturaleza de las características de interés. ¿ Tiene importancia fundamental una característica singular ? ¿ Pueden las características de importancia ser evaluadas a una edad temprana? ¿Se heredan fuerte o débilmente las características? ¿Hay una marcada correlación entre las características ?

5. Magnitud de las ganancias necesarias. ¿Se necesita una gran ganancia genética para obtener un mercado para el producto?

6. Urgencia de la necesidad de semilla y plantas. ¿En qué medida se realiza la plantación ? ¿ Es urgente la necesidad de semilla y plantas ?

7. Disponibilidad de información y técnicas de investigación. ¿Se encuentran disponibles los resultados de las pruebas de especie y procedencia ? ¿ Están a nuestro alcance las técnicas de propagación vegetativa y polinización controlada?

8. Disponibilidad de fondos, medios y personal. ¿ Cuánto dinero y qué medios se encuentran disponibles para el programa? ¿Pueden hacerse solicitudes para programas a largo plazo? ¿Hay personal disponible para el trabajo? ¿ Si necesita adiestramiento, dónde y cuándo puede obtenerlo ?

Desarrollo del programa

Sería imposible recomendar aquí un programa específico de mejoramiento de árboles adaptable a todas las situaciones. Trabajos especiales preparados por Burley (1969), Steenackers (1969) y Thulin (1969), presentados en la Segunda Consulta Mundial sobre Genética Forestal y Mejora del Arbol, formulan recomendaciones para ciertas especies o grupos de especies, y un trabajo escrito por Greathouse (1969) trata de algunos principios generales. Como se indicó antes, los factores que afectan a la selección de un programa son numerosos. Por lo tanto, un planificador tendrá que desarrollar su propio programa específico buscando asesoramiento competente en la medida que sea posible.

Algunas directrices generales podrían aplicarse en muchas situaciones. Se dan primero consideraciones generales acerca de cada fase de la actividad, anotando luego las recomendaciones.

ZONA DE PLANTACIÓN

Cuando el clima, la topografía y otros factores ambientales varían considerablemente dentro de una región, no hay muchas posibilidades de que una estirpe única dé un resultado superior en toda la región. Es decir que es posible que ocurra una interacción ambiental de genotipo x. Por esta razón, el genetista generalmente delinea las zonas de plantación, áreas para las cuales no se espera que se produzca un genotipo x apreciable en la interacción del lugar de plantación. En regiones montañosas, quizá se requieran varias zonas, mientras que en terrenos planos una sola zona puede ser suficiente. Generalmente, cuanto más intensivo sea el parcelamiento, mayores serán los adelantos genéticos. Pero cuanto mayor sea el parcelamiento, también será mayor el costo total de obtención de semilla o desarrollo, especialmente si se trata de estirpes superiores.

El término «zona de plantación», tal como aquí se usa, no debe confundirse con el de «zona de recolección de semilla», Este último término se usa corrientemente para indicar las zonas a las que puede trasladarse la semilla con seguridad. Desgraciadamente, esto puede conducir a la idea de que la semilla local es siempre la mejor y desalentar los intentos por mejorarla. Por ejemplo, las pruebas han demostrado que las semillas de Pinus elliottii Engelm. pueden trasladarse con seguridad por toda la parte septentrional donde se extiende esta especie (desde Florida septentrional, en dirección norte). Pero la semilla del suroeste de Georgia corrientemente da un rendimiento superior al de otras procedencias cuando se planta en cualquier parte de la zona mencionada. Namkoong (1969) ilustra otros ejemplos de esta situación. Por consiguiente, el mejorador debe seleccionar la semilla más adecuada para cada zona de plantación, o mejorar una estirpe de árboles para cada una, según los casos. La zona de recolección de semillas o la base de las poblaciones de las cuales obtener estirpes superiores, puede, a menudo, pero no necesariamente, coincidir con la zonas de plantación.

Recomendaciones

En una etapa inicial del programa de mejoramiento del árbol el planificador debe delinear en forma tentativa las zonas de plantación dentro de la región a su cargo. Al hacerlo, debe utilizar información de las plantaciones de ensayo de donde procede la semilla o las pruebas múltiples de progenie en diferentes estaciones, si se dispone de ellas. También deben utilizarse los datos acerca del clima, la topografía y otros factores ambientales que se cree afectan al rendimiento. Se necesitará un sano criterio en la decisión del número de zonas, para alcanzar el máximo adelanto por costo de cada unidad y para mantenerse dentro de los medios disponibles. Si el costo para procurarse la semilla es relativamente bajo, como ocurre cuando se utiliza semilla silvestre, la intensidad de la formación de zonas puede ser más bien elevada. Pero si los costos de obtención de semilla son elevados, tal como la mejora de estirpes superiores, es preferible que haya relativamente pocas zonas, al menos al principio. A medida que el trabajo va adelantando y se dispone de información de ensayos de plantación, pueden hacerse cambios, que pueden resultar muy fructíferos para futuros adelantos genéticos.

LA SELECCIÓN DE ESPECIES

La selección de especies tiene posibilidades bien definidas para obtener mejores plantaciones forestales, prueba de lo cual ofrecen las numerosas y productivas plantaciones de especies exóticas (MacDonald y otros, 1957; Fielding, 1960; Streets, 1962; Morandini, 1964). Es fácil que estas oportunidades sean ignoradas por los que trabajen en el mejoramiento de árboles. A menudo se cree que la naturaleza ha realizado ya el trabajo de selección de las especies y que las exóticas, por lo tanto, tienen muy pocas posibilidades de éxito. Esto es cierto generalmente, pero, en muchos casos, nunca se les ha dado a las éxoticas la oportunidad de ser «probadas por la naturaleza», en la nueva ubicación que se les dé, debido a su aislamiento. Efectivamente, existen razones para creer que, si los factores ambientales son similares, cuanto más remoto sea el origen geográfico de una especie mayor será la posibilidad de adaptación a una región específica. Las especies exóticas que se encuentran adyacentes a la nueva región quizá hayan tenido la oportunidad de invadir esta nueva región, pero no lo hicieron por razones biológicas. Una especie exótica distante, por otro lado, que crezca en un ambiente semejante, posiblemente jamás haya tenido esa oportunidad y, por lo tanto, tiene una mayor posibilidad de éxito.

Se debe considerar también que las condiciones particulares bajo las cuales el hombre planta árboles pueden ser apreciablemente diferentes de las de la naturaleza. Por ejemplo, las condiciones para la germinación natural de la semilla y establecimiento de brinzales procedentes de siembra directa de una especie exótica pueden no ser apropiadas en la nueva región. Pero si las plantitas se cultivan en un vivero y luego se trasplantan, puede superarse este obstáculo. De esta manera, una especie exótica que no dé resultado en condiciones naturales de establecimiento puede tener éxito con el uso de técnicas artificiales.

Recomendaciones

Si los árboles indígenas no son satisfactorios, hay que considerar la posibilidad de encontrar una especie exótica que podría dar resultados superiores. Los ensayos pueden haber revelado la existencia de una especie exótica. Si no se han hecho ensayos con especies exóticas, deberían iniciarse, junto con los esfuerzos para mejorar las especies indígenas.

FUENTES DE SEMILLAS

Prácticamente en todas las especies se da una apreciable variación racial y que ofrece oportunidades de obtener mejores semillas para plantaciones forestales Callaham, 1964). Wettstein-Westersheim y Hufnagl (1960) sostuvieron que, prestando completa atención a la variación racial, los europeos pueden esperar obtener un promedio de aumento de rendimiento en volumen de 1 metro cúbico por hectárea, anualmente. Estas oportunidades se dan ya sea que se utilicen especies indígenas o exóticas.

Los patrones de variación racial pueden presentar diversas formas. La variación genética puede ser gradual (clinal) o discontinua (ecotípica) en su naturaleza. Sin embargo, usualmente se dan combinaciones de ambos tipos. La naturaleza de la variación depende comúnmente de la existencia o la ausencia de aislamiento dentro del área de las especies y de cambios ambientales bruscos. Si el área de las especies comprende islas, pueden ocurrir ecotipos definidos. Lo mismo ocurriría en rodales remotamente aislados, lo que se presenta en algunas especies. En estos dos casos, sin embargo, la variación clinal puede ocurrir dentro de los lotes aislados o islas, asociada con cambios graduales en latitud, temperatura, precipitación pluvial u otros factores. En regiones montañosas, aparecen frecuentemente clines asociados con la elevación, a menudo con cambios bruscos en salientes montañosos o arroyos, asociados con cambios en su aspecto.

Squillace (1966) indicó que, en la mayoría de las especies, el índice inherente de crecimiento será más alto donde las condiciones ambientales sean las más adecuadas para un rápido crecimiento. Allí los árboles serán, tanto fenotípica como genéticamente, superiores en índice de crecimiento. Hacia regiones donde las condiciones ambientales son severas (a menudo hasta los límites del área de la especie), los árboles gradualmente se vuelven genéticamente inferiores en cuanto a su índice de crecimiento.

Habrá a menudo interacciones entre la fuente de semillas y la zona de plantación cuando la semilla se transporta muy lejos de su ambiente original. Esto puede ocurrir a menudo con caracteres económicamente importantes, especialmente con la supervivencia. Por consiguiente, el problema es determinar la fuente más apropiada de semillas para la zona en cuestión, y esto se consigue mejor mediante la prueba de procedencia.

Recomendaciones

Al realizar la adquisición comercial de semillas y al elegir la población base para el trabajo de mejoramiento del árbol, hay que tratar de determinar la mejor fuente para cada zona de plantación. Hay que utilizar toda la información disponible en lo que concierne a patrones raciales, interacciones con la estación de plantación y factores ambientales. Si se trata de hacer muchas conjeturas, hay que realizar pruebas de procedencia. En tales ensayos, hay que incluir semillas provenientes de las regiones que ofrecen el mejor rendimiento fenotípico (generalmente el ambiente óptimo), junto con semillas provenientes de otras fuentes prometedoras. Hasta que se disponga de información fidedigna, hay que preferir rodales locales si se usa una especie indígena. Hay que obtener la semilla de razas locales (de Vecchi Pellati, 1969) y de la región cuyo ambiente se parezca más al de su propia región si se usa una especie exótica.

AREAS PARA PRODUCCIÓN DE SEMILLAS

El establecimiento de áreas para producción de semillas (masa semillera) es un medio relativamente barato de obtener semilla de origen conocido casi inmediatamente, con la posibilidad de una mejora genética modesta. Se seleccionan buenos lotes de árboles y se efectúan aclareos para favorecer a los árboles mejores (Andersson, 1963, Matthews, 1964). Se pueden emplear métodos de cultivo para estimular la producción de semillas.

Es probable que las ganancias genéticas sean pequeñas, especialmente si las áreas de producción de semillas se establecen en rodales naturales, en los cuales la edad, el espaciamiento y la micro-estación difieren considerablemente entre los árboles. Es probable que los adelantos sean más apreciables si las áreas semilleros se establecen en plantaciones, siempre que las semillas que se usan para establecer las plantaciones vengan de un número de árboles padre y de localidades que se sabe son adecuadas desde el punto de vista de la adaptabilidad. Corrientemente, la principal ventaja de las zonas de producción de semillas es la conveniencia de obtener semilla de origen conocido.

Recomendaciones

Si la necesidad para conseguir semillas es urgente, pueden establecerse áreas de producción de semillas para disponer de una inmediata fuente de semillas de origen apropiado. Se deben preferir plantaciones adecuadas o rodales naturales para este propósito. Se considera adecuada una plantación que haya demostrado ser o se haya originado de una fuente de semillas que es conocida como conveniente para ese área, y que se haya establecido de una mezcla de semillas de muchos árboles padre. Si no se dispone de plantaciones adecuadas, establézcanse las áreas de producción de semillas en los mejores rodales indígenas.

Establézcase al menos un área de producción de semillas para cada zona de plantación. Las zonas de producción de semillas deben ser lo suficientemente anchas para reducir al mínimo la posibilidad de degeneración por consanguineidad (Langner, 1960). Si se usa una especie exótica, establézcanse las áreas de producción de semillas en varias de las mejores fuentes de origen en los ensayos de plantación. Sin embargo, en este caso hay que tener cuidado de una posible hibridación. Puede ser necesario el aislamiento del polen indeseable.

LA SELECCIÓN DE ÁRBOLES

La selección fenotípica de árboles superiores es una parte básica de la mayoría de los programas actuales de mejoramiento de árboles forestales. A través de la propagación en masa de las selecciones, el genetista trata de obtener adelantos genéticos. El nivel de adelanto genético mediante la selección masiva depende en gran medida de la magnitud de la variación genética en la población, de la uniformidad de las condiciones ambientales en la población y de la intensidad de la selección.

El genetista no puede lograr mucho en relación con la variación genética, pero ésta, generalmente, no constituye un problema en árboles forestales. Mucho puede hacerse, sin embargo, para aumentar la efectividad de la selección fenotípica mediante la consideración o manipulación de la intensidad de selección y la uniformidad ambiental (Squillace, 1967).

Recomendaciones

Si se dispone de plantaciones adecuadas (como las definidas anteriormente), o de rodales naturales ordenados, hay que dar la preferencia a éstos como población básica para la selección, antes que a los rodales naturales sin ordenar. Sin embargo, hay que evitar el limitar la selección a una sola plantación; hay que realizar las selecciones por lo menos en varias plantaciones. Hay que hacer todos los ajustes posibles de los efectos ambientales. Si se dispone de plantaciones de procedencia, y si se toman semillas polinizadas por el viento para las pruebas de progenie, hay que tener cuidado de la posibilidad de hibridación.

Al formular planes para la selección, se debe conceder la importancia adecuada a las características deseadas. Si no se hace esto, hay una tendencia a seleccionar considerando muchas características y de dar a cada una de ellas igual importancia. Prepárese un índice de selección si se dispone de los datos necesarios (van Buijtenen, 1960). Si no es así, prepárese algún tipo de índice por puntos (Coordination Committee for Forest Tree Breeding and Genetics, 1964). Si el objetivo principal es obtener un alto rendimiento de madera por unidad anual, concédase gran importancia al rápido crecimiento y a la resistencia a las plagas y enfermedades. Fustes derechos y ramas pequeñas y horizontales ocupan usualmente el lugar inmediato en importancia en la mayoría de los programas, especialmente si los objetivos principales son la producción de trozas de sierra y la de trozas de desenrollo.

Por regla general, no hay que basar la selección principal en la producción abundante de frutos (Libby y otros, 1969). Se admite que las selecciones deben ser capaces de florecer y se desea una producción abundante de conos en los huertos para semillas. Pero no se quiere que los árboles de plantaciones comerciales sean extremadamente fructíferos, porque esto puede ir en menoscabo de la producción de madera. Se están poniendo al alcance las técnicas de limpieza para estimular el florecimiento en los huertos semilleros (Matthews, 1964). Además, la producción total de frutos puede ser incrementada por medio del aumento en el tamaño de los huertos y de su protección contra las plagas y enfermedades.

Generalmente, si el índice de heredabilidad es bajo, deben usarse más selecciones que si fuera alto, aunque esto a menudo significa disminuir el nivel de intensidad de la selección. Además, cuando es baja la heredabilidad, hay que conceder mayor importancia a la prueba de progenie que cuando la heredabilidad es alta.

HUERTOS DE SEMILLAS

Con el fin de utilizar las selecciones superiores en las pruebas de progenie y la producción de semillas, la mayoría de los mejoradores de árboles emplean la técnica del huerto de semillas (Andersson, 1963; Matthews, 1964). La propagación masiva por medios asexuales se discutirá más adelante. El material que se escoja para huertos de semillas puede propagarse vegetativamente para producir huertos de semillas clonales, o por semillas para huertos de plantitas de viveros. Las ventajas relativas de los huertos clonales y huertos de plantitas de vivero han sido tratadas por muchos autores, por ejemplo, Barber y Dorman (1964), Johnson (1964), Libby (1964), Stern y Hattemer (1964), Toda (1964), Wright (1964a), Zobel y McElwee (1964), y Namkoong y otros (1966). Si han de establecerse los huertos de semillas principalmente para simplificar las pruebas de progenie, Sweet (1969) ha descrito un procedimiento que ahorra tiempo y dinero para injertar vástagos que llevan capullos con objeto de acelerar y simplificar la tarea de producir estirpes de raza.

Recomendaciones

Establézcanse sólo los huertos de semillas mejorados si se puede hacer un ahorro en tiempo y dinero en las polinizaciones controladas de selecciones originales. Considérese el uso de huertos de plantitas de viveros si:

1. las progenies pueden evaluarse en una época temprana;

2. los huertos pueden establecerse en estaciones de plantación más o menos normal;

3. pueden obtenerse suministros adecuados de semilla de árboles que procedan de plantitas de semillero;

4. es difícil la propagación vegetativa.

Estas condiciones pueden dar lugar a una efectiva expurgación de familias e individuos dentro de las familias basada en el resultado que den en el huerto. Si es factible una polinización controlada de las selecciones originales, prefiérase el empleo de semillas por polinización controlada. En este caso, úsese el sistema de apareamiento de policruzamiento, preparando una mezcla de polen proveniente de muchas selecciones para ser empleada en polinizaciones controladas sobre las selecciones. Si no resulta viable una polinización controlada, úsense semillas de polinización por el viento para los huertos. Los procedimientos para huertos de plantitas de vivero son descritos por Wright (1961), Goddard y Brown (1961), y Goddard (1964).

Prefiéranse huertos de semillas clonales si las condiciones especiales que se requieren para una evaluación y expurgación no pueden conseguirse y si no existen dificultades considerables con la propagación vegetativa.

Si es posible, diséñense los huertos de manera que permitan la expurgación después de la prueba de progenie. Una necesidad urgente de semillas u otras consideraciones pueden impedir hacerlo. Compruébese que los huertos establecidos antes de las pruebas de progenie no produzcan semillas que tengan una mejora genética máxima. Después de la prueba de progenie y expurgación para eliminar los progenitores genéticamente inferiores, tales huertos pueden no ser adecuados para una producción máxima de semilla genéticamente superior. Probablemente se necesitarán nuevos huertos que contengan sólo progenitores de raza selecta.

PRUEBAS DE PROGENIE Y EXPURGACIÓN

La prueba de progenie permite al mejorador realizar un adelanto genético mayor que el obtenido por una selección masiva. Están en uso numerosas variaciones de esta técnica, cada una con las ventajas y desventajas que son peculiares a las especies, a las características de interés y a otras consideraciones (Langner, 1960; Andersson, 1963; Johnson, 1964; Namkoong y otros, 1966). Las pruebas de progenie pueden ser establecidas antes, al mismo tiempo, o después del establecimiento de los huertos de semillas. En las pruebas pueden emplearse semillas polinizadas en forma controlada o por el viento mediante uno de varios sistemas posibles de apareamiento. Las pruebas de progenie pueden ser utilizadas como base para determinar qué selecciones usar en un huerto original. Proporcionan la base para huertos de expurgación ya establecidos.

Recomendaciones

Si es relativamente bajo el índice de heredabilidad, hay que dar mucha importancia a la prueba do progenie, con el fin de asegurar el logro de ganancias considerables. En este caso, empiécese con muchas selecciones más bien que con pocas. Iníciense las pruebas tan pronto como sea posible, para permitir un rápido desarrollo en la selección y los ciclos de prueba. Con una alta heredabilidad el retoño se asemejará mucho a sus progenitores seleccionados y la prueba de progenie puede ser mínima o aun omitida.

Disponiendo de recursos limitados, empiécese la prueba de progenie al mismo tiempo que se establezcan los huertos de semillas, usando semillas de polinización por el viento proveniente de las selecciones. Tan pronto como las características que han de mejorarse puedan evaluarse con seguridad, los progenitores inferiores pueden depurarse de los huertos existentes, y llevarse los mejores a los nuevos huertos de semillas. Al hacer la planificación, hay que proporcionar la selección para una segunda generación. Aunque pueden utilizarse las pruebas de progenie para la selección de una segunda generación, hay que considerar el uso de semilla polinizada por el viento procedente del huerto, después de la expurgación, para el establecimiento de plantaciones especiales.

Donde los recursos lo permitan, podrían preferirse las polinizaciones controladas. En este caso, se tienen alternativas para hacer apareos individuales de árboles (tales como el sistema de un pie de semilla o el de un dialelo o dialelo parcial), o de emplear el policruzamiento. Los sistemas individuales de apareamiento de árboles son adecuados para medir la habilidad general de combinación. El intracruzamiento puede mantenerse al mínimo. Sin embargo, con objeto de proporcionar el máximo de recombinaciones, se requerirían muchos apareamientos, y esto es costoso. Considerando todos los factores, el sistema de policruzamiento es el más deseable. Con este sistema habría al menos 50 selecciones. Utilícese una mezcla de polen de todas, o de la mayoría, de las selecciones, con objeto de dar una buena medida de la habilidad general do combinación y el máximo de recombinaciones. En estas condiciones, se puede mantener bajo el intracruzamiento en la segunda generación.

Prefiéranse diseños simples para las pruebas de progenie. Utilícense parcelas pequeñas (1 a 10 árboles) y muchas repeticiones (10 o más), más bien que parcelas grandes con pocas repeticiones.

ESPECIES DE PROPAGACIÓN VEGETATIVA

En especies que pueden propagarse vegetativamente con facilidad, se encuentran disponibles procedimientos especiales. Estos pueden incluir la selección fenotípica, la realización de pruebas clonales, la reselección de los mejores sobre la base del resultado cloral, y la propagación vegetativa en masa de las selecciones finales para su empleo en la forestación comercial. Se pueden emplear mejoras suplementarias y establecerse huertos do comillas para mejorar el programa de diversas maneras.

Una de las grandes ventajas de este procedimiento sobre los métodos de propagación sexual es la posibilidad do obtener inmediatamente una mayor ganancia genética, porque la similitud entre ramets y ortets puede ser mayor que entre progenies y padres. Esta técnica ofrece también posibilidades de propagación masiva de híbridos prometedores, que ordinariamente serían difíciles de producir por métodos sexuales (Schreiner, 1963).

Tales técnicas han sido usadas con éxito en el mejoramiento de álamos (Giordano, 1960; (Schreiner, 1963; Steenackers, 1969) y de Pinus radiata D. Don (Fielding, 1963; Thulin, 1969). Su aplicación a la mayoría de los pinos se encuentra limitada actualmente a causa de la relativa dificultad y costo de la propagación vegetativa. Debe reconocerse la posibilidad de la pérdida de vigor que resulta del envejecimiento fisiológico (Sweet, 1964; Franklin, 1969).

Recomendaciones

Si resulta fácil la propagación vegetativa de las especies utilizadas, permitiendo una forestación cloral, considérense con la máxima prioridad las pruebas clonales, la reselección y los procedimientos de propagación masiva. Debe efectuarse un mejoramiento suplementario y establecer progenies, para sentar las bases de las futuras ganancias genéticas.

CREACIÓN DE UNA NUEVA VARIEDAD

La hibridación entre las especies y las razas ofrece posibilidades definidas para el mejoramiento de árboles en algunas situaciones (Wright, 1964b). Un ejemplo sobresaliente de éxito es el híbrido entre Pinus taeda L. y P. rigida Mill. (Hyun, 1960). Righter (1960) trata de las posibilidades del intracruzamiento seguido por la hibridación, como se ha hecho con un número de cultivos agrícolas.

La inducción de mutaciones y poliploides también ofrece oportunidades de mejoramiento (Gustafsson, 1960). El desarrollo de poliploides superiores de Populus tremula L. en Suecia es un ejemplo del éxito que se obtiene con la técnica poliploide.

Estas técnicas jugarán, sin duda, un papel importante en los aspectos a largo plazo del mejoramiento de árboles. Pero la mayoría de las organizaciones que persiguen resultados prácticos tienen oportunidades limitadas de utilizar estas técnicas actualmente.

Recomendaciones

Prefiérase el uso de técnicas que aprovechen la variación natural. Aprovéchense los híbridos, los mutantes o poliploides, a medida que la investigación pone al alcance las técnicas para su desarrollo.

Comenzando programas de acción

El problema más importante que encontrará el promotor de un programa de mejoramiento de árboles es probablemente el de convencerse a sí mismo, y a aquellos que controlan la fuente de sus recursos, de que la realización de un programa sería práctica y lucrativa. Primeramente, debe formularse un breve plan general de trabajo. Este plan debe incluir un análisis económico, aunque los datos sean escasos, o no se disponga de ellos y haya que hacer muchas conjeturas. Deberían señalarse, cuando sea posible, los costos y ganancias probables. Sería provechoso consultar los análisis económicos y los trabajos de Perry y Wang (1958), Barber (1963), Cole (1963), Marler (1963), Davis (1967a y 1967b), Laffers (1967), y Swofford (1968).

FIGURA 16. - En algunas especies se puede simplificar mucho la recolección de semillas empleando una máquina mecedora, como puede verse en un área semillera) de Pinus elliottii, Kisarchie National Forest, Luisiana. Obsérvese cómo caen los conos.

FOTO: SERVICIO FORESTAL DE LOS EE.UU.

El próximo paso consiste en formular un plan más detallado, para lo que se debe buscar el asesoramiento de expertos. Resultaría provechoso realizar visitas a programas de acción de desarrollo vigoroso y buen resultado. El plan debe detallar el procedimiento de trabajo para los primeros años, pero debe ser muy flexible para los años siguientes. Debe contemplarse la posibilidad de cambios en el financiamiento del programa, los nuevos resultados de las investigaciones, y las fluctuaciones en el mercado de los productos madereros.

El planificador de un programa de mejoramiento de árboles debe aprovechar al máximo el servicio de las organizaciones internacionales. Podrían ser de utilidad varios grupos de trabajo de la IUFRO, sección 22. El Grupo de investigación y pruebas de procedencia ha elaborado recientemente la regularización de métodos para la investigación y las pruebas de procedencia (Lines, 1967), que incluye instrucciones sobre la adquisición de semillas, la realización de experimentos sobre el terreno y la evaluación de los resultados obtenidos. El Grupo de adquisición de semillas para la investigación de procedencia está actualmente coleccionando semillas de Pseudotsuga menziesii (Mirb.) Franco, Pinus conforta (Dougl.) y otras coníferas del oeste de Norteamérica. El Grupo de investigación internacional de clones está preparando la regularización de los métodos para investigación y pruebas clonales. El Grupo de pruebas internacionales de procedencia hará posible un intercambio de información entre cooperadores y coordinará las técnicas de prueba e informes.

La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) ha preparado recientemente un Sistema para el control de material forestal reproductivo en el comercio internacional. Este sistema, si se adopta ampliamente, debería servir de ayuda para asegurar que los mejoradores reciban la calidad de material que solicitan. La FAO ofrece diversos modos de asistencia técnica. Sirve como centro para facilitar información sobre las fuentes de semillas. Patrocina cursos de capacitación y viajes de estudio sobre mejora de los árboles. También ayuda a proporcionar asesoramiento técnico sobre la ciencia y la práctica de mejoramiento de árboles forestales.

Debe explorarse la posibilidad de formar un programa local de acción cooperativa, o de unirse con uno que esté ya en funcionamiento. Estos programas cooperativos reúnen a organizaciones forestales, que tengan objetivos similares y se encuentren geográficamente cercanas, y los unen a una organización que las dirija. Esta organización proporciona asesoramiento mediante servicios estadísticos y de consulta. Excelentes ejemplos son el Programa cooperativo de mejoramiento de árboles forestales del Estado y la industria de Carolina del Norte, y el Programa cooperativo de investigación de genética forestal de la Universidad de Florida, ambos en los Estados Unidos. Tales cooperativas proporcionan también la oportunidad de intercambio de material genético. Sindelar y Zavadil (1969) describen, con más detalle, la cooperación entre la investigación y la práctica.

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