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9. El ser humano como factor en la alteración de los recursos génicos forestales

J. JASSO M.

J. JASSO M. es el Director de la Escuela Nacional de Montes de Ayudantes Forestales en Uruapán, Michoacán, México.

Se ha podido comprobar que todo organismo tiende a evolucionar; sin embargo, en la lucha por la existencia y la supervivencia el mejor adaptado no siempre es el mejor en cuanto a características de importancia económica. Esto sucede naturalmente, pero también artificialmente se puede tener una gran influencia sobre los organismos para alterar su evolución. El hombre es el responsable de tal influencia, la cual puede ser positiva o negativa en cuanto a caracteres económicos de la materia prima forestal se refiere, dependiendo de cómo trate el ser humano al bosque.

Desde tiempos inmemoriales, la población ha tenido que hacer uso del recurso de los bosques, y del uso de tierras forestales para agricultura y ganadería. Mediante la técnica y la investigación se ha obtenido el mejor provecho de los montes y la tierra. Desafortunadamente, la educación forestal no ha podido progresar al mismo ritmo, debido a que pocas personas están directamente relacionadas con problemas forestales. Sólo países como Suecia, que tienen basada gran parte de su economía en la industria forestal, tienen una conciencia forestal.

El ser humano ha tenido y continúa teniendo gran influencia en la alteración genética de los bosques. Ha eliminado la variabilidad dentro de géneros al eliminar especies completas. Ha alterado los rasgos de la variabilidad cambiando la frecuencia génica dentro de especies. El hombre ha eliminado tantos genotipos que nunca se podrán recobrar. Las fuerzas evolutivas naturales, y las propiciadas por el hombre, tienden cada vez más a cambiar las combinaciones genéticas, eugénica o disgénicamente.

Por consiguiente, las medidas que pudieran tomarse para evitar la destrucción de ciertos componentes genéticos o genotipos específicos es de gran importancia para el futuro.

Causas de las alteraciones genéticas

Una vez que las frecuencias de ciertos genotipos alcanzan su equilibrio, permanecerán constantes de generación en generación dentro de una población hasta que alguna fuerza evolutiva cause un cambio. Además, si tal población es polimórfica la variación genética será grande, siendo proporcional al tamaño de la población en cuestión (Grant, 1963). Sin embargo, tales suposiciones se ven grandemente afectadas por ciertas fuerzas. Las poblaciones forestales, a pesar de su largo ciclo vital, sufren cambios constantes, drásticos o parciales, en su constitución genética.

Es imposible reconocer los genes individuales en especies forestales. Esto contrasta con ciertos tipos de Pisum, que comprenden 500 genes conocidos (Blixt, 1967), o con los bien conocidos genotipos de Zea mays y especies de Drosophila. Además, las características de importancia para la silvicultura son poligénicas y están controladas por un número de genes. La importancia de hechos controlados o accidentales al cambiar ciertos genotipos puede sólo imaginarse. Se desconoce completamente el potencial de variabilidad y las características que estos genotipos pueden mostrar en condiciones impuestas por su medio ambiente nativo o exótico. Ciertamente, la eliminación de genotipos, ya sea dirigida o accidental, tendrá repercusiones positivas o negativas en los recursos génicos forestales desde el punto de vista económico.

Un cierto número de procesos causados por el hombre y naturales pueden producir cambios evolutivos. Estos son: la mutación, la migración, la selección y la deriva genética. Aun cuando éstos deben considerarse desde el punto de vista evolutivo natural, hay que recordar que los seres humanos tienen mayor influencia sobre estas fuerzas.

MUTACIÓN

La normal actividad humana en los montes probablemente no ha producido ninguna mutación no natural. Es posible que las operaciones forestales que cambian los ambientes drásticamente podrían influenciar las tasas de mutación, pero nada se sabe sobre este aspecto. El empleo creciente de radiación atómica y productos químicos en guerra y para suplir las necesidades de la humanidad podrían alterar las tasas de mutación.

MIGRACIÓN

Este tema abarca tanto la emigración, con su alejamiento, como la inmigración, con su acercamiento. En el caso de la emigración, el hombre, se lleva una cantidad de semillas que representan sólo ciertas combinaciones genéticas. Quizás pueda ser capaz de producir nuevamente los genotipos exportados si los árboles padre continúan existiendo.

El hecho de seleccionar semilla elimina ciertos genotipos del lugar donde esta selección se efectúa, pero las consecuencias (buenas o malas), sólo se pueden observar en el lugar de inmigración, donde se plantan las semillas recolectadas. En el sentido negativo, se pueden obtener resultados no satisfactorios a causa de que:

1. los árboles pueden ser de forma inferior (por ejemplo, mal conformados, achaparrados, bifurcados, etc.);

2. la especie, raza o ecotipo que se introducen pueden ser invasoras, agresivas y no deseables;

3. los árboles pueden ser fácilmente atacados por plagas y enfermedades y, en ocasiones, hasta se convierten en hospedantes de alguna plaga que destruya otros recursos genéticos;

4. los árboles acusan características maderables inferiores, como sucedió con las primeras plantaciones de Pinus sylvestris L. en Europa (Schreiner, 1950).

En el sentido positivo, se han producido ciertos casos que se han beneficiado de la inmigración de especies, razas, ecotipos, etc., en Nueva Zelandia, Australia, ciertos países latinoamericanos y Africa. En estos lugares la inmigración ha dado tan buen resultado, que Australia ya está haciendo los estudios de progenie de especies introducidas. Se han conseguido resultados análogos en algunos países de Africa que tienen huertos semilleros establecidos con Pinus patula Schl. y Cham. Además, Sudáfrica está obteniendo muy buenos resultados con Pinus pseudostrobus Lindl. Recientemente, un grupo está seleccionando árboles «plus» de esa especie, y de algunas otras, en México para multiplicarlos en gran escala en Sudáfrica. La exportación de estas semillas de unos cuantos árboles «plus» ampliamente diseminados tendrá escaso efecto en los recursos génicos de México, pero el efecto será positivo y mucho mayor en Sudáfrica.

SELECCIÓN

La selección es quizás una de las más importantes fuerzas para determinar la frecuencia de ciertos componentes génicos, ya que hace la discriminación en pro o en contra de ciertas características. Las fuerzas selectivas las ejercen la demanda de productos forestales, las prácticas y experimentaciones silvícolas, la aplicación de los métodos de mejoramiento forestal y, en forma mucho más drástica, los cambios en la utilización de la tierra.

Salvo algunas excepciones, la industria forestal siempre trata de extraer madera de calidad superior. Necesita árboles fáciles de elaborar y que proporcionen el menor desperdicio posible. Se cortan los árboles mejores dejando en pie los de mala calidad para regenerar la zona. Desgraciadamente, esta presión selectiva es disgénica, y sus efectos negativos pueden verse en muchas áreas del mundo.

Cuando el silvicultor aplica buenos métodos de tratamiento con fines de regeneración natural, para acelerar el crecimiento y procurar el saneamiento de los árboles, siempre deja en pie árboles fenotípicamente aceptables, pensando en que el buen fenotipo siempre trae consigo el buen genotipo. En este caso, la selección es eugénica. Sin embargo, otras prácticas silvícolas pueden ser disgénicas. Por ejemplo, las claras de rodales de la misma edad desde lo alto probablemente eliminan los genotipos superiores antes del período de regeneración. Otro ejemplo es el de los viveristas que trasplantan los brinzales inferiores a los criaderos, en lugar de cortarlos; probablemente están perpetuando material genéticamente inferior.

Los programas de mejoramiento genético de los árboles forestales se concentran en la selección de individuos con características fenotípicas superiores (figuras 17 y 18). Los árboles seleccionados son los adecuados al tipo y clase de industria que prevalece en el momento. En este sentido, la práctica es eugénica. Sin embargo, si cambian las necesidades de la industria y los árboles seleccionados no representan una amplia base genética, la práctica puede convertirse en disgénica.

El aclareo de la tierra para cambiar el uso de la tierra forestal en agrícola, de minería, industrial o para el desarrollo de la comunidad es la práctica más disgénica de todas. Pueden eliminarse las poblaciones seleccionadas, razas, variedades o especies. Tales aclareos no deberían hacerse sin tener en cuenta las consecuencias genéticas. Cuando hay que hacerlas, deben tomarse las debidas precauciones para preservar los genes amenazados de extinción.

DERIVA GENÉTICA

El concepto evolutivo de la deriva genética se relaciona con los cambios en la frecuencia de los genes en una población al azar. Cualquiera puede apreciar que la oportunidad de que un gene sea eliminado de una población de árboles aumenta a medida que el número de árboles en la población se reduce. Probablemente, la distancia #obre la cual se produce la polinización efectiva es comparativamente corta para muchos árboles forestales, aun cuando su polen pueda llevarse a largas distancias por las corrientes de aire. De este modo, los sistemas de corta dejan muy pocas semillas de árbol por hectárea de la eliminación al azar de genes deseables procedentes de la población. De modo semejante, las operaciones de aclareo que dejan solamente pequeñas poblaciones aisladas de árboles podrían dar como resultado pérdidas accidentales de genes debido a la deriva genética.

Uso de la tierra y cambios genéticos

El ser humano, como todo organismo viviente, tiende a multiplicarse y diseminarse donde pueda asegurar su subsistencia, dando origen así a un sinnúmero de problemas que, en su mayor parte, son originados por factores de orden socioeconómico y que, aunados, pueden influir fuertemente en la estructura genética. Estos son:

1. Cambio de uso del suelo, debido a una política gubernamental deliberada:

a) nuevos asentamientos
b) agricultura
c) ganadería
d) nuevas explotaciones forestales

2. Daños debidos a descuidos, ignorancia o falta de respeto a la ley (que pueden evitarse mediante la educación forestal):

a) incendios
b) cortas clandestinas
c) rotura del equilibrio biótico.

FIGURA 17. - Vista panorámica del área semillera 02 de Pinus montezumae de San Juan Tetla, Puebla (México), administrada por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales.

FIGURA 18. - Polinización dirigida en el área semillera de P. montezumae que aparece en la Figura 17.

El cambio del uso del suelo es de lo más peligroso para los recursos génicos. Generalmente, tal cambio no se produce como resultado de un estudio previo. De este modo, el establecimiento de nuevas poblaciones debido a la fuerte expansión demográfica requiere lugares de fácil acceso, amplios y de preferencia planos. Tales asentamientos incluyen una serie de construcciones, redes de comunicación y electrificación. Esto no sería tan grave por sí solo, pero además trae aparejado el aclareo de campos para la agricultura y la ganadería y la iniciación de operaciones forestales, o bien podría ocurrir que las operaciones forestales creen la necesidad de nuevos asentamientos.

La agricultura estable requiere corrientemente lugares bastante homogéneos y planos. Dadas las condiciones topográficas de un país montañoso como México, la expansión agrícola eliminaría las especies arbóreas que se limitan a los valles, a los suelos profundos y a las zonas al pie de las montañas. La ganadería estable, aunque no requiere lugares planos, sí exige generalmente grandes extensiones de tierra relativamente aclarada. De este modo la destrucción aumentaría gradualmente también a mayores alturas.

Los colonos, en su mayoría, carecen de educación forestal. Esto es bastante peligroso, porque puede dar como resultado la completa destrucción de ciertas especies o la destrucción poco a poco de una cierta región.

Los incendios intencionales para conseguir forraje para una ganadería inestable, o para preparar áreas de cultivo en lugares de fuertes pendientes pueden ser desastrosos. Las cortas clandestinas también causan grandes destrozos, ya que eliminan arbolado joven y bien conformado que no podrá reproducirse. Finalmente, el asentamiento puede dar como resultado que se eliminen o ahuyenten ciertos animales rapaces forestales, con lo que se rompe el equilibrio biótico. Como consecuencia, otra fauna, como las ardillas, puede aumentar peligrosamente y eliminar hasta un 70 por ciento de la cosecha de semillas de coníferas.

Para reforzar todo lo dicho, se darán algunos ejemplos de México:

1. Los llanos de Perote, Veracruz, a 2 200 m de altitud, y las laderas sudoccidentales de Cofre de Perote sirven de ejemplo de la destrucción del bosque en gran escala. El tipo de vegetación varía desde la árida subtropical hasta la alpina (Cuadro 10).

CUADRO 10. - DISTRIBUCIÓN ALTITUDINAL DESCENDENTE DE LA VEGETACIÓN EN EL COFRE DE PEROTE (VERACRUZ)

Localización y especies

Altitud

Metros

Pico del Cofre de Perote

4 300

Línea superior de la vegetación maderable

3 800

Pinus hartweggii

3 500-3 800

Abies religiosa

3 100-3 500

Pinus rudis

3 000-3 100

Pinus montezumae y Pinus rudis

2 800-3 000

Pinus teocote

2 500-2 800

Llanos Perote (lúpulo, Pinus spp. árboles frutales y vegetación semiárida)

2 200

En la década 1930-39 gran parte de los llanos de Perote se encontraban cubiertos de coníferas (Hernández, comunicación personal). En la actualidad casi toda la zona está cultivada con maíz, habas y cebollas. A pesar de ello, se encuentran algunas pequeñas zonas de pino.

Aunque 40 años es un período muy breve de tiempo para sacar conclusiones, el componente genético de Pinus pseudostrobus se está eliminando aparentemente en gran escala. En algún tiempo puede haber sido la especie dominante en asociación con Pinus montezumae, P. rudis, P. teocote y P. pseudostrobus var. oaxacana.

En las laderas inferiores del Cofre de Perote, los pinos se cortan para aserrío y manufactura de postes; pero, a su vez, la gente humilde aprovecha las zonas de corta de madera para sembrar patatas. Aceleran la destrucción de los pinos bien con la agricultura o quemándolos. Los pinos débiles están sujetos a los ataques de los barrenillos de la corteza, de los hongos y del muérdago. Corrientemente, mueren en un breve período de tiempo. Cuando el arbolado está muerto se puede derribar legalmente y venderlo. De este modo quedan más zonas para la plantación de patatas. Sin embargo, este cultivo prospera sólo a una altitud entre los 2 800 y los 3 200 m. En esta zona la especie en peligro es Pinus rudis, que se encuentra en pequeñas poblaciones en ciertas partes de México y en muchas de ellas con fenotipos muy malos.

2. Para reforzar lo dicho anteriormente acerca de fenotipos de baja calidad, se hace mención también a un caso en Texcoco, en la carretera México-Calpulalpan, en que Pinus rudis crece mezclado con otros pinos, tales como P. montezumae. En manchones aislados, de crecimiento pesado, los árboles son malos de conformación y muy bajos. Todo este área, antes poblada forestalmente, fue irracionalmente explotada y ahora está siendo invadida por cultivos de cebada.

3. Otro ejemplo es Pinus leiophylla distribuido en la Sierra Madre Occidental y en el eje neovolcánico de México, pero en pequeños bosquetes. Está siendo eliminado rápidamente por encontrarse en la parte más baja de las montañas en las siguientes zonas:

a) En San Juan Tetla, Puebla, está siendo sustituido por frutales y maíz.

b) En Villa del Carbón, México, en asociación con Pinus teocote, se encuentra en lugares muy pobres y ambos tienen de 10 a 12 m de altura y muy mala conformación a edades de 30 a 40 anos. Ambos están siendo sustituidos por maíz.

c) En Bosencheve, México, mezclado también con Pinus teocote, ambos son de buena altura. Tienden a concentrarse en lugares húmedos, donde se pueden encontrar aún muy buenos fenotipos de P. leiophylla. La eliminación de esta especie es debida a la propagación de los cultivos de maíz.

d) En la Meseta Tarasca, Michoacán, está siendo eliminado para cultivar maíz y cebada. También está siendo sujeto a una resinación constante. Esta especie pronto se encontrará sólo en barrancas y otros lugares, pero casi toda la madera que queda es de pobre calidad.

4. Otras coníferas cuya distribución se está restringiendo, aunque sus fenotipos no están muy degenerados, son Pinus strobus var. chiapensis, Pseudotsuga spp. y Picea spp. Pinus oocarpa, aunque está extendido por todo México, no se encuentra en grandes cantidades, y tiene madera de calidad muy pobre.

5. Dentro de los árboles de angiospermas, presentan un serio problema Swietenia macrophylla y Cedrela mexicana para su conservación en las zonas tropicales de México. En este caso, el campesino muchas veces opta por la tala, el aclareo y las quemas para comenzar a cultivar.

Consecuencias de la alteración genética

Se ha visto que los montes naturales tienden a disminuir cuando llega la civilización. Los artificiales tienden a ampliarse, algunas veces con pobre material genético.

La mayoría de los genetistas advierten que los recursos génicos se reducen alarmantemente en la actualidad. Está reducción, aparte del aspecto fenotípico individual, puede acarrear graves consecuencias. Los genotipos resistentes a plagas o enfermedades pueden eliminarse, además de ciertas características intrínsecas de la madera importantes para una determinada industria. Sin embargo, hay que recordar que posiblemente la variabilidad puede conservarse latente. Ciertos tipos de maíz nativo de Sudamérica, en vez de disminuir su variabilidad, la aumentan (Hernández, comunicación personal).

FIGURA 19. - Area del Estado de Michoacán, que tiempo atrás poseía pino y que ahora está cubierta con Quercus spp. En el primer plano se puede observar un pino que ha quedado solitario.

FOTO: JASSO

FIGURA 20. - Areas del Estado de Michoacán (México), en donde existen muy buenos fenotipos de Pinus pseudostrobus que seguirán siendo apeados clandestinamente. Puede apreciarse la erosión en la parte anterior de la foto.

FOTO: JASSO

La reducción drástica de la variabilidad genética causada por la destrucción de los bosques puede dar como resultado:

1. La eliminación de genotipos deseables. Quienes necesitan productos forestales, o eliminan grandes áreas forestales para dedicarlas a la agricultura, puede que no dejen en pie los árboles fenotípicamente buenos. Es imposible determinar qué árboles poseen complejos de genes resistentes a plagas o enfermedades. La reducción en la variabilidad puede, de este modo, considerarse como una selección disgénica desde el punto de vista económico.

2. La invasión por especies inferiores. La encina tiene la característica de invadir fácilmente ciertas áreas donde vegeta el pino en bosques mexicanos (Figura 19). Una vez que se eliminaron los pinos, se cubrieron las zonas con Quercus spp.

3. El incremento de la erosión. Este es uno de los problemas más graves en México y posiblemente en muchos otros lugares del mundo también (Figura 20). En este caso, la reducción en la variabilidad genética es solamente responsable en forma indirecta, ya que las zonas más deforestadas bien podrían regenerarse artificialmente con alguna otra especie inclusive.

4. La creación de nuevas especies. Esto es muy difícil de probar en la práctica. Sin embargo, como ejemplo, se puede suponer una posible hibridación entre dos especies, tales como Pinus leiophylla y P. lawsoni para proseguir después el proceso evolutivo natural. Esto es muy fácil de comprender, ya que en México existen actualmente muchas variedades y formas de ciertas especies, que quizás son el resultado de todo el complejo de especies que existe en áreas de topografía tan accidentada y un mosaico de distintos habitat.

Los tipos superiores de árboles para conseguir un rápido crecimiento, mayor rendimiento, mejores características de la madera para determinadas industrias, etc., se justifican en grado sumo, aun cuando ello pueda ir acompañado de alguna pérdida en la variabilidad genética. Hasta ahora, se han hecho grandes adelantos al respecto. En México, ya existen en la actualidad diversas zonas de producción de semillas diseminadas por el país (Jasso, 1968; Jasso y Villarreal, 1968). Se están seleccionando árboles «plus» y se está intentando la propagación vegetativa, aunque con escaso éxito hasta ahora.

Conclusiones y recomendaciones

Cada día que pasa los bosques están más expuestos a ser modificados. Los cambios pueden ser en sentido negativo o positivo desde el punto de vista genético. El forestal siempre trata de incrementar la producción y mejorar la calidad de la materia prima. Sin embargo, la corriente opuesta desgraciadamente incluye a muchas personas que carecen de educación y conciencia forestal. Su efecto negativo es mucho más fuerte que el positivo. Así, teniendo en cuenta todos los factores, el deterioro genético es sustancial.

Las alteraciones: disgénicas favorecerán la eliminación de genotipos deseables, su sustitución por especies invasoras inferiores y la erosión del suelo. Por el lado positivo, el mejoramiento genético de árboles y la posible creación de nuevas combinaciones génicas naturales y artificiales pudieran ser benéficas a la humanidad.

No cabe duda que la alteración genética es importante en cualquier tipo de producto, ya sea agrícola, pecuario o forestal. En los dos primeros casos el experimentar para saber la variación que puede influir en ciertos genotipos no lleva mucho tiempo y requiere poco espacio. En silvicultura es más difícil el problema de la investigación, dado el número de años necesarios y las grandes áreas que se necesitarían para los experimentos.

No se puede pensar en hacer recomendaciones a corto plazo, sino en forma tal que se refirieran a la solución de los problemas de alteración genética negativa y llevar a cabo la alteración genética positiva. Para poder evitar mucho de lo anteriormente descrito como negativo, el genetista forestal debería tomar las siguientes medidas:

1. Explorar y evaluar géneros y especies de importancia económica mundial.

2. Evaluar la variabilidad de especies que han pasado desapercibidas y que puedan ser de importancia económica.

3. Insistir cerca de los gobiernos para que los cambios en el uso de la tierra se basen en estudios adecuados.

4. Aumentar la investigación sobre propagación vegetativa de especies forestales, con especial interés en las amenazadas de extinción o con pérdida de genotipos irrecuperables.

5. Recolectar y conservar el polen y la semilla de especies que están en peligro de extinción, bajo coordinación y control internacionales.

6. Hacer experimentos cooperativos para conseguir el mejoramiento genético de especies indígenas en cada país para beneficio de todos.

7. Establecer bancos clonales en el país nativo de las especies, para conservar los árboles superiores por un lado y el adecuado grado de variabilidad por el otro.

8. Establecer arboreta en diferentes países, con germoplasma importado.

9. Coordinar las actividades de todas las instituciones de investigación dedicadas al mejoramiento genético forestal, para que combinen sus esfuerzos y eviten repetición de trabajos.

10. Fomentar y organizar estudios intensivos de especies forestales sobre la base de las propiedades físicas y tecnológicas de la madera.

11. Diseminar información sobre los métodos adecuados para acelerar la educación de la población, y de nuevos medios, en vista de la necesidad de alentar el uso racional de los montes y de evitar la destrucción sin límites y la tala ilícita.

FIGURA 21. - Arbol «plus» de Pinus montezumae en San Juan, Puebla (México). Este tipo de árbol proporciona un medio potencial de mejorar los recursos genéticos utilizados por el hombre.

FOTO: JASSO

Bibliografía

BLIXT, S. 1967. Edible legumes. Documento, Conferencia Técnica FAO/PBT sobre Prospección, Utilización y Conservación de los Recursos Genéticos Vegetales. Roma, FAO.

GRANT, V. 1963. The origin of adaptations. New York, Columbia University Press. 606 p.

HERNÁNDES X., E. 1969. Comunicación personal.

JASSO, M., J. 1966. Tree improvement program for conifers in Mexico. Raleigh, N. C., North Carolina State University (Tesis).

JASSO, M., J. & VILLARREAL, C. R. 1968. Genética forestal aplicada y propagación de árboles. México, D. F., Centro Nacional de Productividad. Ref. Agr. III-31.

SCHREINER, E. J. 1950. Genetics in relation to forestry, J. For., 48: 33-38.


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