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Enseñanza y capacitación forestales

EN SU ESFUERZO para ayudar a los países para que introduzcan métodos silvícolas positivos, la FAO se ve constantemente ante el problema de la escasez de personal capacitado en todos los órdenes y sectores. Por ello, la última Conferencia de la FAO, que es el órgano rector de la Organización, confirió a la enseñanza profesional y técnica máxima prioridad en el futuro programa de labores de la Dirección de Montes y Productos Forestales.

Se puede afrontar la falta de personal dando mayor impulso a las escuelas que existen ya en los países en vías de desarrollo o creando nuevos centros de enseñanza. Esto es lo que viene haciéndose con cierto éxito en la América Latina, con auxilio de programas multilaterales y bilaterales de asistencia técnica. Otro procedimiento es que los países provistos ya de acreditados medios de capacitación admitan estudiantes extranjeros. Mas, en el mejor de los casos, sólo se puede acoger a un limitado número de alumnos, comprendidos, en su mayoría, entre los destinados a los grados más altos o a determinadas especializaciones. La capacitación de personal para ocupar grados inferiores del escalafón, en los servicios o la industria rurales, únicamente puede llevarse a cabo, como se debe, dentro del país mismo y en el medio ambiente donde vaya a trabajar.

Es tan abrumadora a primera vista la escasez de medios de enseñanza y capacitación en los países en trance de desarrollo, que resulta peligroso abogar por su total expansión. Hay que pararse a pensar, sin embargo, que son poquísimos los casos en que se hayan calculado en detalle, o siquiera aproximadamente, las futuras necesidades de los países en cuanto a personal y técnicos. Tampoco se han establecido métodos para estimar cuánta es y será la demanda de personal en todos los órdenes y todas las diversas esferas de la forestería, y el ritmo que seguirá. Pese al gran número de factores que hay que considerar, antes de precipitarse a crear nuevas escuelas y nuevos centros de capacitación deben concebirse métodos. Ni siquiera una interrogante primordial ha tenido respuesta, cual es la del mejor tipo de organización para los servicios ejecutivos forestales del país, e, incluso, si hay casos en que realmente son necesarios.

Paralelamente al intento para hallar una solución real a la cuestión de la necesidad de personal, hay otro problema no menos importante que también requiere examen, como lo es el de la mejor organización interna para las Escuelas de Montes. ¿Deben estas escuelas ir anexas a una universidad o deben depender directamente del servicio forestal? ¿Qué normas deben regir el ingreso en ellas y también la extensión de los estudios? ¿En qué momento y en qué forma conviene introducir la especialización? ¿Cuál es el nexo entre la enseñanza y la investigación?

Luego viene toda una serie de problemas relativos a los planes de estudios para escuelas de diferentes grados y especialidades. Hay disciplinas que han pasado a primer plano en los últimos años, como, por ejemplo, métodos avanzados de estadística para la investigación, fotogrametría aérea para la inventariación forestal, genética, maderas mejoradas en lugar de madera natural. La economía forestal adquiere cada vez más importancia como también la planificación previa. ¿Dónde encajan todas estas materias en un plan de estudios para conservar el adecuado equilibrio con lo que podríamos llamar disciplinas clásicas, y cuál es el debido equilibrio entre el aula y los trabajos de campo?

La FAO se propone dedicar cada vez mayor atención a tales extremos en los meses venideros, contando mayormente con su Cuadro asesor sobre enseñanza forestal, que tiene ya varios años de existencia y está integrado por eminentes técnicos de todas las regiones. Probablemente, Africa será la primera zona objeto de principal dedicación. Un vasto programa de enseñanza y capacitación dependerá allí, en parte, de una mejora general en el nivel de la instrucción primaria y secundaria. También hay que inculcar al público en general una «consciencia forestal». En casi todos los países en vías de desarrollo, la inmensa mayoría de la población está constituida por campesinos o pequeños agricultores ajenos a todo interés forestal. Son muchos los países notablemente desarrollados que tropiezan todavía con dificultades para popularizar la dasonomía. ¡Cuánto más difícil aún es la labor en los nuevos Estados en marcha! Y, sin embargo, lo conseguido ya en otras partes, incluso en el Cercano Oriente, donde parecía tan difícil, debe servir de estímulo.

FIGURA 1. - Las modernas cámaras de fotografía aérea y el equipo de levantamiento son compactos. Aqui vemos una cámara RC9 montada en un avión ligero. Obsérvense también los mandos auxiliares: el intervalómetro a la derecha y la mira delante del operador.

FIGURA 2. - Fotografía aérea (escala 1 :5.000) en la que se ven, a la derecha, plantaciones de Hevea de diversas edades y, a la izquierda, una masa de 100 m³. par hectárea de Dipterocarpos de 30 años de edad.

FIGURA 3. - Fotografía aérea (escala 1:10.000) de un bosque de Dipterocarpos de alta montaña. La identificación de Shorea curtisii ha sido posible gracias a la forma arrepollada de las copas.


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