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Panel 2: Ecología (continuo)

IMPORTANCIA DE LOS ARBOLES Y ARBUSTOS FORRAJEROS EN LA PRODUCTIVIDAD DE PRADERAS Y SISTEMAS AGRICOLAS DEL CERCANO ORIENTE

Mahgoub Zaroug
Oficial Agrícola, Grupo de Pastizales y Cultivos Forrajeros
Dirección de Producción y Protección Vegetal, FAO
Roma, Italia

1. INTRODUCCION

La Región del Cercano Oriente (RCO) abarca 1.498 millones de hectáreas, que comprenden zonas vegetacionales de sabana, desierto subtropicales (mediterráneas) y templadas. La Región cuenta con una gran población ganadera (Tabla 1), que se mantiene bajo distintos sistemas, variando de nómadas a unidades modernas y sofisticadas de producción animal. La mayor parte de los países de la RCO están experimentando un gran aumento en sus poblaciones de ganado.

TABLA 1
Población ganadera de la RCO* (miles)

Tipo de ganadoPoblación RCO% del total mundial
Camellos  11.47467,3
Vacunos  79.747  6,5
Ovejas229.21619,8
Cabras132.50931,7

* De acuerdo al Anuario de Producción FAO 1982

Las praderas de la RCO constituyen un importante recurso natural, tanto si se las mide en superficie de mantención de ganado y producción animal, como si se las mide en términos de cuencas. En muchas áreas el daño a la vegetación de praderas se encuentra en etapa tan avanzada, que puede resultar difícil de revertir. El deterioro de las praderas es extenso y muchos lugares han visto agotadas sus especies forrajeras. Las limitaciones que ejerce sobre la tierra agrícola el explosivo aumento poblacional, sumado al aumento de las necesidades alimentarias, ha inducido a las sociedades a expandir sus cultivos a expensas de algunas de las mejores tierras de pastoreo, sin pensar en la producción de forraje en terrenos de regadío o de secano para compensar la pérdida de los recursos de pastoreo. El actual deterioro de las praderas y la subsiguiente desertificación de la Región son producto principalmente del impacto humano, mediante sobreapacentamiento de ganado y corta irracional de especies leñosas, en ausencia de programas sólidos de regeneración y forestación.

El movimiento tradicional de ganado desde terrenos de pastoreo de temporada seca a húmeda, o de terrenos bajos a altos, da origen a una rotación simple, en la cual la vegetación de las praderas se usa durante un período específico, y luego el ganado se traslada a otras zonas. La disponibilidad de agua de excavaciones temporales o pozas naturales controla el período durante el cual el ganado permanece en un área determinada de apacentamiento, gracias a lo cual la pradera tiene una oportunidad de recuperarse durante el tiempo en que el ganado se encuentra ausente. Esta rotación da a los pastos tiempo para regenerarse, para formar semillas y almacenar hidrocarburos. La interrupción de esta práctica debido a la excavación e instalación de estaciones permanentes de agua, transporte de agua mediante camiones cisterna, cultivos, expansión de servicios veterinarios y campañas de vacunación en gran escala, excesivo uso de alimentos suplementarios y redistribución de los asentamientos humanos, ha alterado la rotación tradicional, ocasionando una utilización excesiva de la vegetación de las praderas.

En su estudio preliminar de los Países Arabes y del Golfo Pérsico, Juneidi y Huss (1978) indicaron que con la limitada información que obtuvieron sobre la vegetación original de esa área, era obvio que hoy tanto la cantidad como la calidad del forraje proveniente de praderas había declinado en comparación con tiempos anteriores. Esto sucede en la mayor parte de los terrenos sobreutilizados en la RCO. Diversos informes (Costin 1972, Beskok 1974, DECARP 1976, Juneidi and Huss 1978, y Draz 1980) han llamado la atención independientemente sobre la destrucción en gran escala y los cambios indeseables de la cubierta vegetacional. Es decir, la reducción o eliminación de especies deseables y la dominancia e invasión de otras no convenientes o tóxicas.

La flora de la RCO comprende varias especies arbóreas y arbustivas alimenticias, que tienen otros usos aparte de su valor como alimento. Se ha realizado poco trabajo respecto a la propagación y establecimiento de estas especies, y a la evaluación de su capacidad como alimento animal y para sus otros usos posibles. En algunos casos puede haber una conciencia local de la importancia de los árboles y arbustos forrajeros nativos, pero no se ha traducido en acciones prácticas para mejorar la productividad del forraje proveniente de praderas áridas y semiáridas.

En muchas zonas, las comunidades locales satisfacen algunas de sus necesidades con rodales nativos y/o naturalizados de árboles o arbustos, como las de forraje, combustible, madera de construcción, sombra y abrigo, alimento humano, medicinas, etc. Gracias a que muchas de estas especies leñosas mantienen sus ramas verdes, pueden suplementar la calidad del alimento animal durante la temporada seca. Esta capacidad reduce la necesidad de comprar alimentos y granos suplementarios, que se encuentran fuera del alcance financiero de los ganaderos tradicionales. Los árboles y arbustos forrajeros pueden proporcionar alimento suplementario cuando los pastos están secos y poseen poco valor nutritivo. Mediante su capacidad de mejorar la disponibilidad de nutrientes en el suelo superficial, las especies leñosas estimulan el crecimiento y calidad de forraje de las especies de pasto y hierba que crecen bajo sus copas. Es importante, por consiguiente, manejar apropiadamente los árboles y arbustos forrajeros en diferentes situaciones, de modo que sigan siendo un recurso viable y renovable de alimento animal, además de sus otros usos. Heady (1983) enfatizó que el desarrollo del ramoneo de plantas leñosas tiene alto potencial para aliviar los problemas nutricionales del ganado.

El ramoneo es un aspecto importante de la alimentación en las zonas mediterráneas durante el otoño, y en zonas tropicales y semiáridas durante la temporada seca. Las hojas y ramillas constituyen la mayor parte del forraje que consumen las cabras y camellos y, en menor grado, las ovejas. Las vainas verdes o secas hacen una contribución importante en el caso de los árboles y arbustos leguminosos. La utilidad de estas especies forrajeras se acentúa por:

  1. La naturaleza errática de las precipitaciones en la Región, la duración de la temporada seca y la ocurrencia de años de sequía.
  2. La necesidad de establecer reservas de alimento para la estabilidad de los sistemas de cría de ganado.
  3. La baja productividad de los componentes de pastos y hierbas de muchas praderas como resultado del sobrepastoreo.

En algunas áreas, se emplean árboles y arbustos forrajeros como parte de una solución global al fenómeno de fuertes aumentos en la población ganadera, con el consiguiente aumento de la demanda de alimento, y al serio deterioro de la vegetación de las praderas y su declinante productividad. Juneidi y Huss (1978) recomendaron el establecimiento de arbustos en áreas que se encuentren fuera de posibilidad de recuperación mediante procesos naturales. Además, tales especies leñosas se podrían usar como parte de la cubierta vegetacional en la rehabilitación de áreas agrícolas abandonadas y terrenos marginales afectados por erosión y desertificación aceleradas.

Es común ver áreas cubiertas por árboles y arbustos nativos que carecen de plantas jóvenes y plántulas, indicando una grave interrupción en la regeneración de los rodales. Es posible que las plántulas de estas especies no se puedan establecer debido al constante pastoreo y pisoteo por parte del ganado. La pobre regeneración de árboles y arbustos se puede atribuir también al efecto de apisonamiento que ejercen los animales con su peso y movimiento al estar durante tiempos demasiado prolongados en un sector, y a la reducción de la acumulación de desechos y material orgánico. Ambas condiciones reducen la capacidad de infiltración y mantención de humedad del suelo. El retardo del apacentamiento y el pisoteo hasta la temporada de lluvias, o un año de descanso, podrían ayudar a la regeneración y al establecimiento de las plántulas.

La leña es un problema muy agudo en muchas zonas de la RCO. Incluso en los países que producen petróleo y gas existe demanda de leña y carbón para preparar ciertos tipos de comida. En la provincia de Erzurum, en Turquía, se observó que las dueñas de casa en sectores rurales recolectan estiércol de animales, lo esparcen por el suelo, y luego lo cortan en pequeños bloques para usarlo como combustible. La recolección de estiércol para uso en la cocina se practica también en Sudán. En varios países existen disposiciones que permiten la recolección de madera muerta, pero prohíben la corta de árboles y arbustos vivos. Esto se observa en especial en la zona de Jiddat-Harasis, donde se está materializando el importante proyecto de reintroducir el Oryx arabe a su antiguo habitat. No obstante, se puede observar la destrucción de arbustos por ramoneo excesivo en algunas localidades fuera de los perímetros cercados, que se usan para criar a los animales antes de dejarlos en libertad.

Los árboles y arbustos que se puedan adaptar a una larga estación seca y sin precipitaciones, y a la aridez y/o salinidad, se pueden utilizar para transformar grandes áreas de la RCO, que actualmente presentan una baja productividad y están amenazadas por la desertificación, en lugares más productivos. Investigaciones llevadas a cabo en Australia Occidental han demostrado que arbustos perennes que toleran la sal sirven para el pastoreo de ovejas, con una carga animal casi equivalente a la de terrenos adyacentes no salinos con pastos anuales (Malcolm 1982). Diversos países de la región están tratando de usar especies leñosas tolerantes a la sal para aliviar la escasez de alimento animal, y posiblemente, para suministrar leña.

2. USOS DE LOS ARBOLES Y ARBUSTOS FORRAJEROS

2.1 Ciclo de Nutrientes y Fertilidad de Suelos

Diversas especies de árboles y arbustos, mediante sus profundos sistemas radicales, poseen una notable habilidad para extraer nutrientes de profundidades que quedan fuera del alcance de las raíces de muchas hierbas y pastos. Algunos de estos nutrientes pueden quedar disponibles para otras especies gracias a la caída de hojas, lavado por lluvia, incendios, orina y heces de animales, etc. Las leguminosas leñosas que fijan el nitrógeno simbióticamente pueden beneficiar a la vegetación asociada, al aumentar la disponibilidad de este nutriente esencial para las plantas, deficiente en muchos suelos. La eficiencia de la vegetación leñosa perenne en la conservación de nutrientes minerales es aplicable a bosques tropicales o templados, y a las comunidades boscosas. La experiencia del Proyecto Hubbard Brook mostró las grandes cantidades de minerales, K, Ca, Mg y Na que se pierden en los terrenos que han sido desprovistos de su vegetación, en comparación con terrenos forestados (Lickens et al. 1970).

Los árboles y arbustos forrajeros leguminosos pueden agregar nitrógeno al suelo, beneficiando de esta manera a los pastos y otras especies no leguminosas. Eso puede tener especial significación en los esfuerzos de proporcionar vegetación a zonas con suelos arenosos, o que se vean afectadas por el movimiento de dunas. Las plántulas de vivero que se han de emplear para tales propósitos deben ser inoculadas con cepas efectivas de Rhizobium para otorgarles una ventaja comparativa, y reforzar la adición de nitrógeno al sistema.

Se ha demostrado que algunas especies de Acacia y Prosopis nodulan y fijan el nitrógeno asociado (Habbish y Khairi 1970; Felker y Clark 1980; Mann y Shank 1980). Debido a su distribución más amplia en la RCO, el sistema de fijación de nitrógeno de la Acacia puede ser más práctico como agente benéfico para la vegetación no leguminosa asociada, y para los cultivos. El mejor crecimiento que se observa en los pastos y hierbas ubicados bajo especies leñosas, se puede deber parcialmente a un efecto de mejoramiento de la fertilidad del suelo bajo árboles y arbustos, como resultado del lavado de nutrientes por parte de la lluvia o la condensación de la humedad, la descomposición del material vegetal y la adición de fecas y orina animal. En el Sultanato de Omán, es común encontrar una rica capa de materia orgánica bajo Prosopis cineraria. Bajo el árbol, el mejor crecimiento de pastos y hierbas puede doblar la producción de biomasa de la capa herbácea. En la Región de Sharqiya de ese país, las profundas raíces de P. cineraria extraen nutrientes desde distancias considerables bajo la superficie, fertilizando suelos arenosos que sirven de base a una variedad de vegetación herbácea. Sin embargo, el pastoreo temprano y excesivo de pastos y Tribulus macropterus comestible permite que especies de hierbas no comestibles, como Zygophyllum y Amebia, aprovechen los nutrientes liberados.

Los árboles y arbustos forrajeros leguminosos podrían beneficiar a una pradera dominada por pastos, agregando nitrógeno al suelo y suplementando a la vegetación baja en proteínas mediante el suministro de hojas, ramillas y vainas ricas en ellas, durante la temporada seca.

El cultivo variado y las rotaciones entre cultivos y Acacia han sido practicados en algunas partes de la Región para regenerar la fertilidad del suelo, al permitir el crecimiento de acacias y vegetación nativa después de unos pocos años de cultivo. Este ciclo se está alterando debido al aumento de la población y a la mayor necesidad de alimento, al excesivo pastoreo y ramoneo, y a la corta de árboles y arbustos para proporcionar leña y material de construcción. El ciclo se ha tornado más corto, como en el caso de la franja de la goma en Sudán. La tierra descansa de los cultivos durante un tiempo más corto, dando menos tiempo a que Acacia senegal y vegetación natural asociada crezcan para ayudar a la recuperación de la fertilidad del suelo. Consecuentemente, se acelera la erosión, con el resultado de que se pierde rápidamente la capa superior más fértil del suelo. Grandes extensiones de tierra se han tornado semiestériles, sirviendo de base para un crecimiento pobre de malezas. En los terrenos de dunas del occidente de Sudán, A. senegal ha sido reemplazada en una amplia faja por Leptadenia pyrotechnica (DECARP 1976). Un cambio así se considera como grave deterioro de la productividad de aquellos terrenos. Puede ser necesario, en tales áreas, estimular un sistema agrosilvopastoral apropiado para integrar la producción ganadera, de cultivos, legumbres forrajeras y producción de goma de A. senegal. Un sistema así puede satisfacer las necesidades de las comunidades locales y detener la desertificación de terrenos en gran escala. Acacia albida y A. seyal podrían prestarse para un sistema similar. En la zona Saheliana de Africa, A. albida desempeña un importante papel en el mejoramiento de la fertilidad del suelo. El aumento del rendimiento de las plantaciones de granos está relacionado con un aumento de varias veces en el nitrógeno del suelo, en el contenido de materia orgánica, y con el mejoramiento de la capacidad de mantención de la humedad, atribuible a A. albida (Felker 1981). Mann y Shank (1980) informaron de una respuesta similarmente favorable para cultivos que crecen al amparo de P. cineraria en India. Se ha demostrado que tanto P. cineraria como A. albida nodulan (Mann y Shank 1980; Habbish y Khairi 1970). Se piensa que las hojas caídas de Prosopis farcta, nativo de Irak y de algunos otros países de la Región, mejoran la fertilidad del suelo (Townsend 1974). Otros árboles y arbustos leguminosos pueden contribuir a la fertilidad del suelo y a su contenido de material orgánico. Se observaron grandes cantidades de desecho fresco y parcialmente descompuesto bajo A. cyanophylla, en suelos arenosos del perímetro de la pradera de Bir El-Ghanam, en Libia. Aunque no se llevó a cabo ninguna medición, ese material con seguridad aumentará el contenido de materia orgánica de esos suelos, y puede, como consecuencia, aumentar tanto su fertilidad como su capacidad de retención de humedad. Esto produciría efectos favorables sobre los pastos nativos y las plantaciones de cebada que se pueden colocar entre las hileras de A. cyanophylla. Los resultados del trabajo de Costin et al. (1981) en la RPD de Yemen apoyan esta observación. Encontraron que las franjas de protección establecidas a distancias de 50 metros eran eficientes para evitar el movimiento de la tierra y mejorar la fertilidad del suelo. La especie empleada formó capas de desecho cuyo espesor fue mayor, en orden decreciente, bajo Parkinsonia, Albizzia, Prosopis, Azadirachta y Conocarpus (Tabla 2). Las áreas arenosas entre dos cortavientos consecutivos comenzaron a cubrirse con una delgada capa de material fino de suelos, que formó una película continua de color más oscuro y más compacta que el suelo arenoso normal del lugar. Los autores sugirieron que con el empleo de fertilización suplementaria e irrigación, tales áreas podrían usarse para producción agrícola, por ejemplo, de cultivos forrajeros. Los pastizales mixtos para apacentamiento directo pueden resultar más apropiados para reforzar la acumulación de materia orgánica y aumentar la disponibilidad de nutrientes, en comparación con un sistema de corta y saca.

TABLA 2
Calidad del Desecho Bajo Diferentes Especies de Arboles en Franjas de Protección (Según Costin et al. 1981)


Especies
Prof. de desecho en cmCantidad de desecho
kg por m2ton por km de franja protec.
frescodescomp.total
Prosopis cineraria5,56,41,17,599
Albizzia lebbek7,04,52,57,085
Parkinsonia aculeata8,53,43,16,547
Azadirachta indica5,02,31,94,227
Conocarpus lancifolius3,52,11,63,722

2.2 Forraje Para Ganado y Animales Silvestres

Los árboles y arbustos forrajeros proporcionan alimento a los animales en forma de hojas, ramillas y frutos (incluyendo vainas). Este alimento es rico en proteínas, minerales y vitaminas, y proporciona algo de energía y fibras. La falta de alimento de alta calidad en la temporada seca es una importante limitante para el ganado que se cría en praderas áridas y semiáridas de la RCO. El pasto seco es deficiente en proteínas, algunas vitaminas y minerales, limitando de ese modo el desarrollo del animal.

Heady (1983) argumenta que el aumento de la disponibilidad de proteína cruda para los animales de pastoreo es una de las razones para incluir el establecimiento y manejo de arbustos en los planes de pastoreo. Fue más allá, al indicar que los análisis y experimentos de alimentación muestran que el ramoneo de plantaciones artificiales debería considerarse como suplemento de proteína a los alimentos de bajo contenido proteico, como los pastos secos. Esto enfatiza el valor del ramoneo en las zonas donde los ganaderos enfrentan escasez y/o alto precio de los suplementos proteicos.

Las especies leñosas también constituyen una fuente significativa de alimento durante las sequías. Observaciones en terreno en Mauritania, en 1979, revelaron que cuando la sequía saheliana azotó esa área, los pastores se dedicaron a desramar en gran escala, y en algunos casos incluso cortar, árboles y arbustos para obtener forraje para sus animales. El excesivo desrame de estas especies, particularmente durante el stress de una sequía, precipitó la muerte de muchos árboles y arbustos; se le observó en la zona de dunas entre Nouakchott y Kiffa. El desrame de acacias (y quizás de otras especies) para alimentación en caso de sequía debería limitarse a las ramas grandes, dejando que crezcan las laterales pequeñas (Heady 1983).

En vista de la escasez de granos y semillas en la mayor parte de los países de la RCO, las vainas de Prosopis y Acacia deberían constituir una alternativa para suplementar la alimentación del ganado. En México se usaron vainas de mezquite como forraje o concentrado en las raciones de vacunos, bovinos y caprinos (Felker 1981). Las vainas de Prosopis se emplean para alimentar ganado en diversas zonas de la RCO. Estos árboles de Prosopis crecen ya sea en forma natural, como en el caso de P. cineraria en Omán y la República Popular Democrática (RPD) de Yemen, o como parte de franjas de protección, como P. juliflora, P. chilensis y P. cineraria en la RPD de Yemen, Sudán y Mauritania. En este último país, los ganaderos recogen vainas secas de Prosopis para alimentar a sus animales. P. cineraria es una importante fuente de ramoneo para camellos, cabras y algunas especies de vida silvestre. En la Región de Sharqiya en el Sultanato de Omán, los beduinos desmembran estos árboles para alimentar a sus animales con las ramas tiernas y las hojas. Las vainas y hojas caídas son consumidas rápidamente por rumiantes pequeños. La misma especie es considerada como la mejor planta de ramoneo para vacunos, bovinos y camellos en Jodhpur, India, sobre la base de su disponibilidad, comestibilidad y valor nutritivo (Kaul y Nambiar 1966). P. farcat cubre extensas áreas de tierras yermas en algunas partes de Irak (Townsend 1974). Por consiguiente, es de la mayor importancia para los pastores, ya que proporciona forraje a las ovejas en la estación seca, en que las hierbas anuales se han secado y el pastoreo es escaso.

Varias otras especies de árboles y arbustos pertenecientes a las leguminosas u otras familias constituyen una importante fuente de alimentación animal. El significativo papel que desempeñan los brezales de Acacia mellifera en el pastoreo en Butana, zona semidesértica de Sudán, es un ejemplo. En estos llanos desarbolados, la cubierta de pastos es deficiente en leguminosas comestibles. Las hojas y ramillas de A. mellifera pueden suministrar proteínas, algunas vitaminas y minerales a rebaños nómades durante la estación seca. En la zona montañosa del sur de Omán, Anogeissus dhofarica constituye una importante especie de ramoneo para los camellos, y los vacunos comen las hojas caídas (Lawton 1983). Los pastores doblan algunas ramas y las cortan parcialmente para poner el forraje al alcance de los camellos. Cuando el ramoneo es excesivo, esto árbol se reduce a arbusto. La contribución de esta especie a la alimentación animal está confinada a la estación de los monzones, y hasta diciembre, cuando pierde la hoja. Cuando ocurren tormentas ciclónicas fuera del período normal de monzones, este árbol responde produciendo nuevas hojas, que constituyen ramoneo adicional para los camellos. El prendimiento de plántulas de Anogeissus se ve obstaculizado por las cabras, lo que da como resultado rodales en que dominan los individuos maduros. También lo afecta un cierto grado de corta por parte de leñadores. Un árbol estrechamente relacionado, A. bentii, nativo de los wadis interiores de la RPD de Yemen, también es considerado bueno para los animales, pero está afectado por intenso desrame y ramoneo, lo que lo puede eliminar de su hábitat silvestre si no se toman medidas oportunas. Afortunadamente, la Sección de Bosques y Praderas del Centro de Investigación Agrícola en Al Kod inició un programa de propagación en su vivero, para utilizar este importante árbol en la producción de postes y madera de construcción, para ramoneo y como componente de franjas de protección.

En Sudán, Balanites aegyptiaca proporciona normalmente ramoneo a los camellos, pero las cabras lo usan intensamente si no se dispone de otros arbustos comestibles. Observaciones en terreno durante el otoño de 1983, en la RPD de Yemen, indicaron que esta especie estaba siendo ramoneada excesivamente por cabras, mientras que A. mellifera y A. tortilis, ubicadas en las cercanías, aparentemente no eran tocadas. Aun queda por establecer si esto se debe a variaciones ecotípicas de Balanites que crecen en países diferentes, o es el resultado de diferencias estacionales en la comestibilidad entre esta especie y las acacias.

La Acacia tortilis y sus subespecies están ampliamente distribuidas en la RCO, proporcionando material de ramoneo y vainas, de importancia en la alimentación de ganado en las partes áridas de la Región. De hecho, en algunas de las zonas, constituyen la mayor parte del forraje que obtienen las cabras y camellos de las praderas. En algunos países, como Sudán, Omán y la RPD de Yemen, los ganaderos golpean estas acacias cuando están fuera del alcance de sus animales, con el objeto de hacer caer vainas y hojas a cabras y ovejas que esperan bajo los árboles. También se realiza algún desmembramiento de ramas que contienen hojas y vainas. La recolección y almacenamiento de vainas no se practica en gran medida.

Generalmente se considera que Calatropis procera es un arbusto tóxico no comestible. El ganado normalmente la evita, a menos que se vea forzado por falta de otro forraje. En la RPD de Yemen se observó, en los wadis secos del interior, a un ganadero que ofrecía hojas y ramillas trozadas y parcialmente secas de Calatropis a las cabras. Indicó que realizaba esta práctica sin ningún efecto adverso aparente en sus animales. En ese lugar la vegetación herbácea era escasa y casi todos los árboles de A. tortilis se encontraban fuera del alcance de las cabras. Un informe sobre los Territorios del Norte de Australia (Askew & Mitchel 1978) describió al Calatropis como un arbusto de buen valor nutritivo y moderada comestibilidad, que usualmente se come hacia finales de la temporada seca. Esta discrepancia se repite en el caso de Indigofera spinosa. En los bosques de Olea africana de la República Arabe de Yemen, se considera a O. spinosa un arbusto indeseable. Sin embargo, se observó que la misma especie era muy ramoneada en una zona en que también crecían A. mellifera y A. tortilis en la RPD de Yemen. Al parecer, factores locales afectan la comestibilidad, y puede ser necesario, para evaluar tales parámetros, indicar la estación del año, la etapa de crecimiento de la especie, la presencia de otras plantas forrajeras y el tipo de ganado presente, de modo de permitir una comparación razonable del valor de una especie en particular en distintas localidades.

2.3 Productos Comestibles

Esta es una región en que se necesita mayor investigación para identificar los diferentes productos comestibles provenientes de árboles y arbustos forrajeros, y cómo se les podría utilizar racionalmente a nivel local o regional. Ziziphus spp. “Nabag”, Capparis decidua “Humbuk”, y Balanites aegyptiaca “Laloab” producen material comestible, principalmente en forma de frutos. Las vainas de P. juliflora son masticadas por los niños en algunas partes del Sudán. La goma arábiga de A. senegal se emplea en la fabricación de confites.

2.4 Franjas de Protección, Fijación de Dunas y Control de Erosión

La erosión de los suelos está reduciendo la productividad de grandes extensiones de tierra en la RCO, particularmente después de la corta a talarrasa de la vegetación para agricultura o combustible, o por apacentamiento excesivo de ganado. Las dunas móviles constituyen una amenaza en varios países de la Región. Asedian los caminos pavimentados, las líneas de ferrocarril, las áreas residenciales, los terrenos agrícolas y las instalaciones de irrigación. Diversos países han tomado medidas para fijar estas dunas, y defender las zonas residenciales y agrícolas mediante franjas de protección.

En Irán, se plantó con éxito Haloxylon persicum para proteger las líneas de ferrocarril del movimiento de dunas (Le Houérou 1975). Este autor informó del éxito en plantación directa de semillas de Haloxylon para fijación de dunas en Irán. Se prepararon surcos en otoño y se diseminó la semilla en febrero/marzo, después de recibir una precipitación de por lo menos 10 mm. Indicó que el empleo de este método redujo en 20 por ciento el costo de la plantación, en comparación con el empleo de plántulas de vivero. Otras especies nativas de la región son útiles para la fijación de dunas. En la zona árida de la India se plantaron Capparis decidua, Balanites aegyptiaca y Ziziphus nummularia en zonas de dunas móviles. Las plántulas de estas especies sólo se riegan en terreno al momento de ser plantadas (Raheja 1963).

Le Houérou sugirió que en algunos llanos montanos de la República Arabe de Yemen (precipitación anual promedio 300–500 mm), el terreno con terrazas de contorno podría ser fácilmente rodeado de cortavientos o setos de árboles y arbustos forrajeros, sin reducir la superficie de los terrenos de cultivo ni sus rendimientos. Llegó más lejos, al afirmar que se podrían esperar mejores rendimientos en cultivos protegidos contra el viento y la energía advectiva, ambos factores que elevan el consumo de agua y ocasionan stress a las plantas crecidas. Además de aumentar el suministro de forraje a la granja, los árboles y arbustos plantados tienen la ventaja de proteger las terrazas de la erosión y proporcionar madera para leña. Con esto último, se libera el guano—actualmente empleado como combustible— para ser utilizado como fertilizante.

Algunos árboles forrajeros nativos de la Región se usan para el establecimiento de franjas de protección. En la RPD de Yemen, se usó P. cineraria de manera experimental en combinación con otros árboles. Balanites aegyptiaca y Acacia arabica se usaron en franjas de protección en la India (Raheja 1963). Esta última especie se usa con el mismo propósito alrededor de los huertos de dátiles, en algunas partes del Sultanato de Omán. En un lugar del Wadi Hadramout en la RPD de Yemen, se estableció un cortaviento plantando P. cineraria, Parkinsonia aculeata, Tamarix sp. y A. arabica en un área afectada por dunas móviles. Las especies que tuvieron más éxito fueron P. cineraria y A. arabica.

P. cineraria también se empleó en el establecimiento de un cortaviento en la zona de Al-Kod en la RPD de Yemen, con Albizzia lebbek, Azadirachta indica, Conocarpus lancifolius y Parkinsonia aculeata (Costin et al. 1981). Después de cinco años de crecimiento, su evaluación mostró que P. cineraria, la más comestible, era ramoneada por los animales en la parte más baja de la copa, creando aberturas por las cuales soplaba el viento, produciendo erosión. Sugirieron que para asegurar que la parte baja del cortaviento de P. cineraria se mantuviera compacta, esta especie se debe mezclar con algunos arbustos tolerantes a la sombra no comestibles o muy espinosos. Entre éstos, se podría considerar en los ensayos a A. mellifera, muy conocida por sus agresivas espinas y su rápido crecimiento.

2.5 Otros Usos de Arboles y Arbustos

Los beneficios de los árboles y arbustos forrajeros podrían extenderse más allá del alimento para animales. Varias especies, como Acacia, Ziziphus, Prosopis, Quercus y Balanites proporcionan madera para construcción de casas tradicionales, herramientas locales, utensilios, camas, botes, durmientes de ferrocarril, etc. Estas especies, además, proporcionan leña, al igual que Maerua crassifolia, Capparis decidua, etc. La madera de Ziziphus jujuba es muy apreciada en la RPD de Yemen por su resistencia a las termitas, que la hace más durable. La madera de Acacia arabica se usa en producción de durmientes y en la construcción de botes en Sudán.

Las hojas y frutos de algunas especies encuentran aplicación en la medicina local, en el tratamiento de algunas enfermedades y heridas en animales y seres humanos. Entre éstas, se cuentan los frutos de Balanites, hojas de Prosopis y Ziziphus, y vainas de A. arabica. Algunas de las especies tienen aplicación en productos industriales, como la Acacia senegal (goma arábiga) y A. arabica (taninos de las vainas). Investigaciones recientes indicaron que existe potencial de utilización de los frutos de B. aegyptiaca en medicina, producción de aceite y proteína proveniente de las semillas, mientras los residuos se pueden usar como alimento para ganado (Baumer 1983).

Las ramas y raíces de Salvadora persica se emplean para escobillarse los dientes. Las mujeres de la RPD de Yemen usan las hojas de Z. jujuba como champú. Además, los árboles y arbustos forrajeros tienen valor estético para las comunidades locales. Algunas especies poseen flores de olor agradable, como A. arabica y A. seyal.

Las plantas leñosas perennes plantadas por el hombre o que crecen en forma natural proporcionan sombra y refugio a seres humanos, ganado y especies de fauna silvestre. Durante las tormentas de arena, los animales buscan refugio bajo los árboles o arbustos o cerca de ellos, para protegerse del viento y de la arena que vuela. En algunas zonas áridas, es común construir chozas en que el techo está constituido por la copa de A. tortilis viva. Esos refugios se usan para descansar durante las horas más calurosas del día. El ecotipo con forma de cono de A. tortilis, al interior del Sultanato de Omán, se transforma en un corral sombreado para corderos y cabritos, ofreciéndoles protección tanto contra el viento como las altas temperaturas que predominan en las duras condiciones del desierto. La sombra de los árboles grandes se usa, en las comunidades rurales, como lugar de reunión y mercado local.

En Sudán, Acacia mellifera se emplea para establecer cercos vivos alrededor de campos de regadío y huertos. Lo espeso del follaje y lo irritante de las espinas proporcionan una buena protección contra los intrusos. Estos cercos vivos se pueden establecer con gran facilidad en regiones áridas y semiáridas sin irrigación, empleando técnicas de conservación de la humedad, para proteger las zonas de cultivo y, además, proporcionar forraje y combustible. Sería aconsejable utilizar otras especies, además de A. mellifera, de acuerdo con las condiciones ambientales y las preferencias locales.

En diversas partes de la Región, la recolección de miel de abejas silvestres o domésticas constituye una importante actividad rural. La miel obtenida satisface las necesidades familiares y el exceso se manda al mercado local. Muchos árboles y arbustos forrajeros se consideran buenas fuentes de alimento para abejas. Entre éstos se cuentan Z. leucodermis, Z. jujuba, Maerua crassifolia, A. tortilis, A. mellifera, A. senegal, P. cineraria y Anogeissus dhofarica. Z. jujuba es cultivada en forma privada en la RPD de Yemen, a lo largo de riberas de wadis en predios semejantes a huertos, o en campos de sorgo/mijo a lo largo de los lechos de wadis, y se le emplea principalmente como alimento para abejas. El Wadi Hadramout y algunos pocos más en el país producen un tipo de miel de alto precio, que encuentra mercados ávidos en los países del Golfo. En el Sultanato de Omán, las flores de P. cineraria son consideradas una excelente fuente de alimento para las abejas, produciendo un buen rendimiento de miel (R.M. Lawton, comunicación personal). Por otro lado, se informa que la apicultura y la producción de miel han caído fuertemente en la República Arabe de Yemen, debido a la degradación de la vegetación natural (Le Houérou).

Junto a la vegetación asociada, las especies arbóreas y arbustivas forrajeras constituyen importantes refugios para la vida silvestre, donde diversos tipos de animales obtienen su alimento, protección, terreno de anidamiento y apareamiento. Sin embargo, la destrucción en gran escala de estas plantas leñosas perennes, al cortarlas para leña o en despeje de terrenos para agricultura, o por ramoneo excesivo, ha reducido los habitats de vida silvestre. La rápida desaparición de algunos tipos de antílopes, pájaros y carnívoros en la RCO atribuida al uso de vehículos motorizados y armas de fuego es cierta; pero no se debería ignorar o subestimar la destrucción de habitats como factor adverso para estos animales salvajes. Cabe hacer notar aquí que Malcolm (1982) puntualizó que las praderas afectadas por la sal y por sobrepastoreo (ambos comunes en la RCO) proporcionan un habitat muy pobre a los animales salvajes, en términos de alimento, refugio y lugar de apareamiento. Townsend (1974) describió la importancia de P. farcta para las especies de vida silvestre en partes de Irak. Antiguamente, este arbusto formaba espesuras de más de dos metros de altura, en que los cerdos, gatos, liebres y codornices negras salvajes encontraban un habitat apropiado para vivir y reproducirse. Estos brezales han sido destruidos en gran parte por los leñadores. Se puede citar un ejemplo similar de la región de Butana, en Sudán, donde A. mellifera forma un buen habitat para pollos de Guinea. Los brezales impenetrables protegen a los pájaros, especialmente durante el anidamiento. Gran parte de estos brezales fueron destruidos por los productores de carbón y por los incendios descontrolados que causan.

La presencia de árboles y arbustos maduros en rodales naturales posee beneficios microambientales. Las observaciones de Masri (1983) indican que el establecimiento de arbustos en Jordania puede verse retardado por la falta de sombra y protección que proporcionan las plantas mayores a las plántulas en germinación y desarrollo. El prendimiento también se ve obstaculizado por la reducción en la humedad del suelo. La remoción de la vegetación también ocasiona un aumento de la erosión y del escurrimiento cargado con partículas finas de suelo, que origina superficies selladas de arcilla debido a la deposición de sedimentos. Bajo tales condiciones, aumenta la evaporación, al tiempo que la filtración se retarda. Los deficit de humedad en el suelo pueden ser responsables de la reducción en la regeneración de arbustos, por la menor viabilidad de la producción de semillas de cada arbusto.

3. PLANTACIONES DE ARBOLES Y ARBUSTOS FORRAJEROS EN LA REGION DEL CERCANO ORIENTE

Es posible que la RCO posea las plantaciones artificiales de arbustos forrajeros más grandes del mundo, abarcando las de Irán, Jordania, Libia, Marruecos, Siria y Túnez. Estas plantaciones consisten pricipalmente en Atriplex spp exóticas, Opuntia y acacias australianas. Especies locales de Atriplex, Salsola y Haloxylon están siendo introducidas gradualmente en las plantaciones establecidas. Más recientemente, se ha puesto mayor énfasis en las especies nativas potencialmente aptas, como Periploca lavigata y Gymnocarpus decander, en el norte de Africa, y P. cineraria y Acacia tortilis en la Península Arábiga.

Vista parcial de la zona desértica en la Región del Cercano Oriente. En la estación lluviosa, el desierto proporciona parte de la alimentación al ganado transhumante y nómade. (Foto D. Huss).

Cultivo de Atriplex en viveros para su posterior trasplante, en la Región del Cercano Oriente. (Foto D. Huss).

3.1 Irán

Se establecieron arbustos forrajeros en diversas localidades, para aumentar la productividad de forraje de las praderas, y/o para fijación de dunas. Atriplex canescens, en la zona de Qhom, tuvo un crecimiento variable, desde pobre hasta excelente, probablemente como resultado de variaciones en las características del suelo, y de cambios topográficos (Le Houérou 1975). Es interesante mencionar que la protección de la pradera en la zona plantada con Atriplex ha dado como resultado un mejoramiento de la cubierta vegetal, dominada por el pasto deseable Aristida pulmosa. Le Houérou (1975) estima la capacidad de ramoneo en:

El autor indica que las áreas no protegidas de la misma zona tienen una capacidad de carga de 1 oveja/10–20 há/6 meses. En la zona de Garnsar, tanto las plantaciones de Haloxylon como las de Atriplex presentan mejor crecimiento en terrenos de baja salinidad que en los de alta. Atriplex lentiformis se estableció exitosamente en la zona de Al-Ahwaz, en terrenos de cultivo abandonados con una napa de agua subterránea salina. Se estimó los rendimientos de materia seca en 1,7 ton/há. La mitad de esta producción corresponde a madera y el resto, a hojas y ramillas, que pueden mantener una oveja/1,5 há/año. Le Houérou (1975) indica que el forraje producido tiene un alto contenido de sal, que requiere del transporte de agua dulce desde fuera de la zona para consumo de las ovejas. Es interesante su observación que en Al-Ahwaz, A. lentiformis se regeneró por semillas en bajíos y a lo largo de surcos, quizá como resultado de la mejor disponibilidad de humedad en el suelo. Esta especie fue empleada con éxito también en fijación de dunas en Irán.

Le Houérou (1975) cita un ejemplo de mezcla exitosa de Panicum antidotale y Tamarix stricta en una zona con suelos arenosos y con precipitación promedio de 170 mm. La mezcla produjo una zona de pastoreo con producción de forraje de 1 ton/há tres años después de plantada. El autor llama la atención sobre la necesidad de determinar con cuidado la utilización económica de una zona así.

3.2 Jordania

Se llevaron a cabo buenos trabajos sobre la producción de arbustos forrajeros en Jordania, como parte del Proyecto JOR/79/010. Se encontró que Atriplex nummularia tenía autorregeneración muy pobre a partir de las plantas madres en terreno (Masri 1983). Se descubrió que lo afecta una enfermedad que infecta a la planta en el tronco, cerca de la superficie del suelo. Las plantas adultas son especialmente propensas a este ataque. No se describe la naturaleza de esta enfermedad, sus síntomas ni los organismos que la causan. Se obtuvo buen crecimiento sólo en wadis de suelos más profundos, con un consiguiente almacenamiento mejor de la humedad. Las ramas de esta especie crecen rectas hacia arriba partiendo de un tronco principal, lo que hace susceptible a la planta de ser dañada por viento y sobrepastoreo.

Atriplex halimus es poco apetecible, ya que a menudo se le observa sin tocar por los animales en Jordania, lo que apoya algunas observaciones hechas por ACSAD. Masri (1983) informó que A. halimus es más apetecible para las ovejas en suelos no salinos. Sugirió que la poca aceptación de esta especie por las ovejas, en comparación con A. nummularia, ayuda a diferir el pastoreo de la primera de estas especies desde la primavera, cuando se encuentran presentes las plantas efímeras, al otoño, cuando la existencia de alimento de pradera para el ganado es más limitada.

Debido a que la mayor parte de las praderas sometidas a rehabilitación en Jordania comprenden plantas primaverales efímeras y arbustos perennes, Masri (1983) sugirió que tales sitios debieran abrirse al pastoreo en dos períodos: primavera y otoño. La duración de la utilización debe depender de la cantidad y distribución de la precipitación, y de la cantidad de biomasa de efímeras y arbustos que se puede retirar. Para el resto del período, se necesita de otras fuentes de alimentación, como rastrojos y paja, granos, heno de los cultivos de forraje, subproductos agrícolas, y otros de fuentes no mejoradas.

3.3 Libia

Las plantaciones de arbustos forrajeros se distribuyen en varios perímetros de praderas mejoradas. Las especies más importantes empleadas son Atriplex nummularia, A. halimus y Acacia cyanophylla. El objetivo de las plantaciones establecidas es mejorar la disponibilidad de forraje, particularmente hacia fines de verano y en otoño, y formar reservas de alimento para períodos de sequía, en un medio ambiente árido en que las sequías son comunes, y las marcadas fluctuaciones en la precipitación ocasionan grandes variaciones en los rendimientos de forraje. Se emplearon distintas técnicas de conservación de la humedad del suelo para reforzar el establecimiento y mejorar el crecimiento de los arbustos plantados. En el perímetro de Bil El-Ghanam se plantó Acacia cyanophylla, con el objetivo adicional de estabilizar las zonas de dunas. Esta especie formó una buena mezcla con el arbusto nativo Retama raetum y la cubierta vegetacional natural, ayudando a la protección del suelo arenoso contra la erosión eólica.

El valor alimenticio del pastoreo natural en el perímetro de Wishtata (precipitación anual promedio 165 mm) se estimó entre 10–180 FU (Feed Units, unidades alimentarias)/há/año, dependiendo de las características del sitio (Telahigue et al. 1983). Esta producción se elevó a 400 FU/há/año cuando se sembró Medicago truncatula en una zona en que había Artemesia herbaalba, Pithutantos tortuosus y pastos anuales.

Los mismos investigadores informaron que en otro tipo vegetacional dominado por Artemesia herba-alba y plantado con A. nummularia, A. halimus y Acacia cyanophylla, la producción estimada promedio de forraje alcanzaba a 300 FU/há, principalmente proveniente de vegetación nativa que respondió favorablemente a la protección contra el pastoreo, y al aumento de la humedad del suelo como resultado del roturado de la tierra. La aplicación de fertilizantes también podría ser responsable del mejor crecimiento de la vegetación natural.

Los perímetros mejorados son utilizados por los rebaños de ovejas, entre las cuales se encuentra una pequeña proporción de cabras. En el perímetro de Wishtata se emplearon diversos tipos de alimentación en el plan de pastoreo. Durante el verano los rebaños dependen del rastrojo de alfalfa como fuente importante de alimentación, en tanto que una pequeña cantidad de Atriplex proporciona la alimentación adicional. Los arbustos son ramoneados intensamente en septiembre para remover los pedazos viejos, e inducir la regeneración propia del Atriplex cuando comienzan las lluvias. Esto puede continuar en octubre, en cuyo caso se combina con alimento proveniente del forraje cortado y parcialmente seco de Acacia cyanophylla, además de cualquier alimento disponible proporcionado por la vegetación nativa de la pradera. El forraje seco de A. cyanophylla se da a las ovejas (al estar seco, es más comestible). Las cabras pueden ramonear directamente el arbusto, como se observó in situ.

En algunos rodales de Atriplex halimus, las ramas viejas y el material leñoso pueden dificultar el acceso de las ovejas a las hojas y ramillas tiernas. En este caso, es necesario cortar los arbustos para remover este material sobremaduro, y a continuación permitir un ramoneo intenso, de manera que los animales utilicen el forraje disponible cuando es más nutritivo. El Atriplex nummularia tiene que ser comido directamente. Sin embargo, cuando el forraje se encuentra fuera del alcance de los rumiantes pequeños, los arbustos debieran ser cortados en su parte superior, de manera que crezcan a la altura de ramoneo de los animales pequeños. Siempre que se practique esta corta, se debe tener cuidado de evitar el ramoneo excesivo y la remoción de tejido fotosintético que pueda afectar adversamente el crecimiento y preservación de los arbustos. Son necesarias más investigaciones en terreno para llegar a un manejo óptimo de la corta/ramoneo, que asegure el vigor y la longevidad de las especies plantadas, sin reducir su papel de suplementar la alimentación del ganado en estos medio ambientes. Estas investigaciones pueden despejar dudas acerca de la regeneración de A. nummularia después de la corta. Puede resultar apropiado anotar algunas de las observaciones hechas durante una breve demostración de un cortador de disco en Atriplex en el perímetro de Gharina. Debido a la frágil naturaleza de los fustes de A. nummularia, resulta útil determinar las condiciones óptimas para llevar a cabo esa operación, es decir:

Se observó que muchos fustes estaban quebrados y no cortados limpiamente. Si bien esto se puede deber a la velocidad de avance, también se puede ver intensificado por el bajo contenido de humedad de los fustes, especialmente en una temporada de precipitación pobre, como la que ocurrió durante el invierno de 1984. La rotura de fustes y ramas puede tener efectos adversos sobre toda la planta.

El plan de pastoreo propuesto para el perímetro del Wadi Sasu recomendó que los arbustos fueran ramoneados hasta el 50% de la cubierta (Bennet 1983). Se indicó que al llevar a cabo tal plan, puede presentarse un problema importante con A. cyanophylla, ya que es más apetecida que Atriplex, especialmente por parte de las cabras. Bennet (1983) informó que algunos arbustos de Acacia son desnudados rápidamente, mientras que el Atriplex apenas si es tocado. En vista de la pequeña proporción de cabras en los rebaños estatales de los diversos perímetros, la amenaza real proviene de las cabras que irrumpen en rebaños, de propietarios privados.

Dumancic (1983) sostuvo que hay datos muy limitados, basados en trabajos de investigación, sobre la utilización y manejo de arbustos forrajeros para alimentación de ganado. Llevó a cabo una serie de ensayos en el perímetro de Bir El-Ghanam, a partir de los cuales concluyó que los arbustos forrajeros, como A. halimus, A. nummularia y Acacia cyanophylla, tienen efectos favorables para las ovejas cuando se los proporciona como suplemento al pastoreo. Indicó que esa práctica de manejo podría aplicarse durante largos períodos sin efectos negativos sobre el desempeño del animal. Estos ensayos revelaron también que una planta de poco valor alimenticio, Acacia ligulata, apenas es consumida cuando hay suficiente alimento proveniente de la vegetación nativa de la pradera. Los animales que se habían alimentado con A. ligulata mantenían su peso vivo sólo cuando se les daba simultáneamente Opuntia ficus-indica recién cortada. Este trabajo también mostró que un rodal mixto de arbustos forrajeros podía ser consumido por ganado como dieta única durante un período de 1 a 3 meses, sin ningún efecto adverso. Animales alimentados con Atriplex halimus y A. nummularia mostraron respuestas favorables en ganancia de peso vivo, con 35 g y 44 g por animal por día, respectivamente. La Acacia cyanophylla no se dio sola a los animales. Cuando se le proporcionó en combinación con Opuntia, no pudo satisfacer los requerimientos de mantención, registrándose una pérdida de 18 g por animal por día. No obstante, cuando la misma combinación se dio para suplementar el pastoreo, la ganancia diaria en peso vivo alcanzó a los 90,7 g por animal. Baumer (1983) menciona que, en Australia, cuando se empleó A. aneura como alimento de temporada seca para ovejas a razón de 1,4 kg/día, se dieron suplementos que incluían harina de huesos (28 g/día), melaza (168 g/día) y algo de cloruro de potasio.

3.4 Marruecos y Túnez

Los países norafricanos comenzaron las actividades relacionadas con adaptación y establecimiento de arbustos forrajeros antes que la mayor parte de los países de la región. Le Houérou (1980) indica que Atriplex nummularia fue introducido en Túnez desde Australia hace 80 años, como especie de ramoneo para las partes áridas y semiáridas del país. Desde esa época se han ensayado varias especies, y plantado grandes superficies con las que se pudieron adaptar, para suministrar alimento a los rumiantes pequeños. Un informe reciente del Proyecto TUN/81/004 bosquejó algunos de los resultados obtenidos en Túnez Central. A. cyanophylla plantada a razón de 1.000 arbustos/há, produjo un equivalente de 900 FU/há/año de forraje conteniendo 20 por ciento de proteína cruda en materia seca. En la misma área, cactus produjeron 600–700 FU/há/año tres años después de plantados. Estas plantaciones se hicieron para que las ovejas y cabras pastorearan directamente durante el otoño e invierno.

En Marruecos, Atriplex semibaccata dio buenos resultados al plantarse en las partes semiáridas del país (Maignan 1968). Resultó benéfico para la protección del suelo y para controlar la erosión. Esto es similar a lo que informa Draz respecto al desempeño de la misma especie en la zona de Gezira Septentrional, en Siria. Después de plantar, sobreviene un crecimiento inicial rápido y vigoroso, pero parece que esta especie sobrevive durante sólo tres años (Baumer 1983).

Maignan (1971) describió una serie de ensayos llevados a cabo en Marruecos para investigar la respuesta de especies de Atriplex y Acacia a NPK y los efectos de estos nutrientes en la altura de la planta, su producción y la composición química del material producido. Zaki (citado por Heady 1983) indica que en el mismo país se ha desarrollado un plan para reemplazar los arbustos no comestibles mediante siembra y fertilización de Lolium regidum y establecimiento de especies de Atriplex y Acacia. A continuación, el área se emplearía para pastoreo rotacional o para desarrollar un sistema de corta y saca.

3.5 Siria

La introducción, establecimiento y utilización de arbustos forrajeros en Siria han sido facilitados por varios proyectos de asistencia internacional, actividades de ACSAD y desarrollo del sistema de praderas cooperativas. Los ensayos de introducción de plantas en el Wadi Al-A'azib fueron llevados a cabo ya en 1962, para obtener información sobre la posibilidad de establecer vegetación conveniente en los llanos de inundación (Van der Veen 1975). Se incluyó tanto especies nativas como exóticas en esos ensayos. Van der Veen (1975) encontró que esta práctica era justificable si se toma en cuenta que en los terrenos abandonados de cultivo de avena en la estepa siria, la vegetación que se ha venido a establecer está dominada, en muchos casos, por especies no comestibles.

Un proyecto piloto con asistencia del Programa Mundial de Alimentación incluyó el establecimiento de viveros para la producción de semillas, destinadas a ser distribuidas a beduinos o agricultores que estén dispuestos a cultivar, mantener y emplear apropiadamente los arbustos forrajeros donados (Draz 1980). El mismo autor indicó que había intenciones de expandir las plantaciones de arbustos forrajeros a 100.000 hectáreas de terrenos marginados de la estepa, lechos de wadis y suelos salinos. Al plantarse arbustos forrajeros en la estepa, se podría obtener un aumento de varias veces en la producción de materia seca, en comparación con la productividad de las plantas anuales y arbustos nativos en los mismos terrenos. Sin embargo, algunas de las especies nativas pueden ser más apetitosas para los animales que el Atriplex. Este menor atractivo de los arbustos de Atriplex les ayuda a persistir con el manejo actual del pastoreo (A. McKay, comunicación personal). Debe enfatizarse aquí que el manejo apropiado de las plantaciones de Atriplex es indispensable para producción óptima y longevidad del rodal. Para aumentar la superficie con Atriplex en la región de estepa, sólo se permite a los granjeros cultivar cebada cuando acuerdan plantar el 10% de la superficie de ese cultivo con arbustos durante tres años consecutivos. Actividades recientes con plantaciones de arbustos forrajeros ponen énfasis en el arbusto nativo Salsola vermiculata y seis especies de Atriplex nativas de la RCO, e introducidas desde otras áreas.

Atriplex nummularia ha sido el arbusto más importante plantado en el país. Draz (1980) estimó, a partir de un experimento bajo las condiciones de Hassakeh, que A. nummularia produce alrededor de 10 ton/há de forraje (hojas y ramillas), y la mitad de esta cantidad en leña, en forma de ramas, cada tres años. Ultimamente ha habido indicaciones que otras especies de Atriplex, por ejemplo A. halimus y A. canescens, pueden reemplazar a A. nummularia, ya que esta última requiere de una precipitación anual de unos 200 mm, y su regeneración natural a partir de semillas es pobre (A. McKay, comunicación personal). Un cambio así en el uso de las especies Atriplex debe hacerse tomando en consideración la necesidad de plantar selecciones de A. halimus de buen atractivo para el paladar de los animales, y de superar las dificultades relacionadas con la obtención de suficientes semillas o plántulas reproducidas de semillas de A. canescens. Draz (1980) mencionó que la falta de semillas, tanto producidas localmente como importadas, y su muy baja reproducción vegetativa, han limitado la expansión de las áreas con A. canescens, en comparación con las de A. nummularia.

El programa de investigación de ACSAD sobre Atriplex persigue el objetivo de identificar las condiciones óptimas para el establecimiento, manejo y utilización apropiados de estos arbustos, y solucionar los problemas relacionados con la materia. Algunos de los resultados obtenidos indican que cuando se cultiva A. halimus en condiciones muy secas, se torna menos apetitoso para las ovejas, pero el gusto para los camellos no se ve afectodo mayormente. ACSAD también inició un programa de mejoramiento genético para identificar las variedades de A. canescens aptas para diferentes propósitos, como la conservación de suelos, habitat y lugar de apareamiento para animales salvajes, y producción de forraje. Además, está realizando esfuerzos para seleccionar ecotipos con semillas no volátiles, de modo de facilitar la siembra mecánica. Las investigaciones de ACSAD también caracterizaron las condiciones para el buen establecimiento de A. nummularia en el siguiente conjunto de parámetros ambientales: precipitación promedio anual, 185 mm; profundidad de suelo de 60 cm o más; E Ce 20 mmhos/cm; acumulación parcial de escurrimiento, y altura de 900 m sobre el nivel del mar. Cuando la precipitación se encuentra entre 170 y 185 mm, se planta esta especie en combinación con otras de Atriplex, obteniéndose un rodal mejor para alimentación de ganado, que se puede utilizar en distintas épocas del año. Una práctica semejante puede tener la ventaja adicional de asegurar el crecimiento de algunos componentes de la mezcla, en caso que los otros fracasen por baja precipitación. Otras investigaciones a llevarse a cabo con esta especie enfatizan la selección de ecotipos resistentes a un parásito (Cistanche) y de bajo contenido de oxalato, para mejorar su gusto.

La experiencia siria de mejorar la cantidad y calidad del forraje mediante siembra directa del valioso arbusto nativo Salsola vermiculata en zonas de praderas degradadas merece ser mencionada. Cuando esta especie fue plantada en hileras, logró establecerse sin remoción de la vegetación original (Van der Veen 1975). Esto tiene el gran valor de minimizar la perturbación de la cubierta del suelo durante la plantación. La diseminación de semillas de S. vermiculata sin preparación de la tierra, en una pequeña zona de cerros rocosos ubicada en un área de mejoramiento de praderas con asistencia del PMA, cerca de Esrayan, también dio como resultado el establecimiento de una gran cantidad de plantas. Observaciones en Siria revelaron que S. vermiculata responde favorablemente a la protección contra el pastoreo de animales. El uso de una carga animal liviana de 1 oveja/9 há en praderas no mejoradas dio como resultado la aparición de dos especies deseables, S. vermiculata y Stipa barbata, en el segundo y tercer años (Van der Veen 1975). Esto puede significar que el manejo del pastoreo es crítico para el vigor y la persistencia de arbustos y pastos nativos apetitosos, y para su capacidad de contribuir a la producción de forraje.

3.6 Otros Países

Varios otros países de la Región del Cercano Oriente están realizando actividades relacionadas con el establecimiento de árboles y arbustos forrajeros para producción de forraje, franjas de protección, forestación y fijación de dunas. El Instituto del Desierto, en Egipto, está llevando a cabo trabajos sobre el valor nutritivo y el papel de los arbustos forrajeros nativos en las zonas desérticas de ese país. En Sudán, la Corporación de Investigaciones Agrícolas ha realizado experimentos con especies de Atriplex, pero no se han establecido plantaciones de importancia. El Proyecto PDY/81/014 emprendió la introducción de Leucaena en la RPD de Yemen, para mejorar la disponibilidad y calidad del alimento animal en las Granjas Lecheras Estatales. La Leucaena se corta por primera vez seis meses después de plantar y, a continuación, a intervalos de dos meses. La corta se hace mecánicamente en la etapa temprana de florecimiento. El forraje producido (110–140 ton métricas/há/año) se da a vacas lecheras en combinación con pastos tropicales, sorgo y concentrados.

Malcolm (1982) describió el establecimiento de arbustos forrajeros en zonas salinas de Irak y arabia Saudita. Las plantaciones en Irak mostraron que algunos arbustos quenopodios crecen, sobreviven y producen plántulas en sitios áridos salinos. Se informó de evidencia de buena regeneración después de pastoreo severo. Se registraron observaciones, asimismo, sobre la aceptabilidad de algunos de estos arbustos para vacunos, ovejas y gacelas.

En Arabia Saudita, diversas variedades de Atriplex han prosperado en zonas con 100 mm o menos de precipitación anual promedio, y suelos con 1–3% de yeso con napa de agua subterránea salina. Estas especies han mostrado crecimiento por lo menos diez veces mayor que el del arbusto nativo A. leucoclada.

En los Emiratos Arabes Unidos, se establecieron plántulas de A. cineraria, A. tortilis, A. arabica y A. nummularia con riego por goteo, como parte del programa de forestación y mejoramiento de praderas (Huss 1979). La plantación de A. canescens y A. nummularia, en combinación con huertos de dátiles, proporciona algo de forraje suplementario al ganado beduino. En las zonas de forestación protegidas contra el apacentamiento de animales, Huss (1979) observó que la cubierta de plantas de pradera mejora mediante regeneración natural. En muchas zonas, este mejoramiento fue más efectivo para la estabilización de dunas que la forestación.

En Somalía se plantaron acacias por siembra directa. En el mismo país, se plantó Leucaena con espaciado de 10 × 2 m, con el propósito de permitir la producción de hortalizas entre las hileras.

4. RECOMENDACIONES

- Manejo y utilización de árboles y arbustos forrajeros. Como se analiza más adelante, las plantaciones en gran escala de arbustos forrajeros se han establecido con alto costo monetario; por consiguiente, su manejo y uso en alimentación de ganado y otros propósitos se deberá hacer de manera racional. Es necesario considerar las interrelaciones entre los animales de apacentamiento y las plantas perennes leñosas que utilizan, de modo de desarrollar un sistema que encuentre equilibrio entre las necesidades de alimentación del ganado, y las de crecimiento, vigor y regeneración de las plantas. El grado y época de ramoneo deben ser seleccionados cuidadosamente, ya que la defoliación es crítica para la productividad y persistencia de los arbustos forrajeros. Es difícil controlar la defoliación en un sector sin ejercer control sobre la población ganadera que lo utiliza. El ganado que se introduce subrepticiamente a la zona no reconoce la secuencia de crecimiento de las plantas, en lo que respecta a condiciones ambientales o a estrategia de manejo. Como resultado del excesivo ramoneo de arbustos por parte de animales intrusos, las hojas y ramas jóvenes disminuyen notoriamente, retardándose o deteniéndose completamente el crecimiento de las raíces. Esto es perjudicial para los arbustos en zonas afectadas por sequías frecuentes y temporadas de poca precipitación.

- Empleo de técnicas de conservación de agua. La deficiencia en humedad del suelo es universal en las praderas áridas y semiáridas de la Región, por lo que las modificaciones que puedan mejorar la filtración de agua, reducir el escurrimiento y aumentar la capacidad de retención de humedad del suelo, pueden ayudar enormemente al éxito del establecimiento de árboles y arbustos forrajeros. En algunas zonas se lleva a cabo la elaboración de surcos de contorno, excavación de hoyos, remoción de subsuelos y construcción de diques para acumulación de agua, con una influencia favorable tanto sobre las especies plantadas como las nativas. El sistema de irrigación por aluvión, tradicional en la RPD de Yemen en los campos de sorgo y mijo, también beneficia a la Ziziphus jujuba, que crece en la periferia o dentro de estos campos. La diseminación de agua podría considerarse de la misma manera que la irrigación por aluvión, o para el mejoramiento de la producción de forraje. El conocimiento apropiado de las características de sitio y su aptitud para esta práctica es un prerrequisito para su aplicación.

- Educación y participación de las comunidades locales. La plantación de árboles y arbustos en zonas pastorales, sin contacto previo con los lugareños y sin una clara comprensión de los beneficios por parte de los ganaderos, se encontrará con dificultades que podrían tener un impacto negativo sobre las plantaciones futuras. Junto a la necesidad de contacto con las comunidades locales, existe siempre la de fundar un servicio eficiente de extensión y demostración, orientado a educar a los miembros de estas comunidades en la utilización apropiada de los recursos disponibles, y para ayudarles a rehabilitar las zonas degradadas. Esto asegura que las plantaciones y prácticas llevadas a efecto encuentren aceptación por parte de las personas que estarán participando de ellas, y sean apropiadas a sus necesidades y expectativas. El servicio de extensión sirve también para demostrar la utilidad de las especies indígenas. En la RPD de Yemen, A. cineraria no fue aceptado por los granjeros como especie para franjas de protección, debido a que era una especie local. Esto ocurrió a pesar de su excelente velocidad de crecimiento en comparación con árboles introducidos, y sin tomar en cuenta su alta producción de vainas.

- Incendios y quemas prescritas. Es necesario estudiar la ecología de incendios y quemas en relación con la regeneración de las especies leñosas y el equilibrio deseado entre estas especies, por un lado, y del componente de pastos y hierbas de la vegetación por otro, considerando el tipo de animales que utilizan las praderas, la precipitación y humedad del suelo, el riesgo de erosión, y los otros usos que se hagan del lugar. Es cierto que la pérdida de terrenos valiosos de ramoneo es limitada en la Región, pero, no obstante, puede ser significativa en ciertas áreas. Se han observado quemas no controladas en praderas y terrenos arbustivos de Sudán, Somalía, Mauritania y, posiblemente, Omán. En algunas zonas, la invasión de arbustos es un problema. Field (1981) informó que algunas praderas de Somalía tienen poblaciones de arbustos de más de 1000/há, y en algunos casos esta cifra supera los 6.000 arbustos/há. Queda por estudiarse si las quemas prescritas o la corta selectiva de madera podrían mejorar el suministro de forraje proveniente de tales áreas, al permitir el crecimiento de más pastos y hierbas y la producción de brotes jóvenes, de mejor sabor y, posiblemente, mayor valor nutritivo. Huss ha indicado que las manipulaciones (cortas y quemas) aumentaron la accesibilidad y mejoraron la aceptabilidad del forraje en algunas zonas de praderas en México. La producción total de forraje proveniente de arbustos, pastos y hierbas aumentó.

- Plantación directa y siembra de árboles y arbustos forrajeros. El costo de los programas de plantación o forestación con especies de árboles forrajeros varía fuertemente de un lugar a otro. Generalmente es alto. La información obtenida de tres países diferentes puede reflejar tanto la variabilidad entre áreas, como algunos de los costos en que se incurre:

Area 1: plantación e instalación de riego por goteo con contratista privado, 10.000 US$/há;

Area 2: plantación por miembros de cooperativa utilizando raciones de PMA, 150 US$/há;

Area 3: plantación y riego durante 1 a 3 años por contratista privado, 3.000 a 10.000 US$/há, dependiendo de la densidad de la plantación.

La siembra directa de especies arbóreas y arbustivas debiera ser estimulada, de modo de reducir el alto costo del establecimiento de plantaciones. En unas pocas localidades se intentó la siembra directa, como Jordania, Libia e Irán. Los primeros resultados mostraron que algunas especies pueden ser apropiadas para tales prácticas, como Atriplex leucoclada, A. halimus, Salsola vermiculata y Haloxylon sp. Cuando se aplica esta práctica, la selección de una fecha adecuada de plantación y la utilización de técnicas de conservación de humedad del suelo pueden ayudar enormemente al prendimiento de las especies sembradas.

- Evitar el daño a los arbustos jóvenes. El pisoteo y ramoneo de arbustos jóvenes y plántulas reduce su tiempo de vida útil. Generalmente, los rodales de Atriplex de dos años de edad o más soportan un apacentamiento controlado, pero las plántulas colocadas para llenar los huecos dejados por otras que no han logrado prender, son demasiado jóvenes para soportar utilización por parte de animales. Un aspecto importante del manejo es asegurar el establecimiento exitoso de las plántulas, de modo de contar con un rodal lo más uniforme posible.

- Red Regional de árboles y arbustos forrajeros. Considerando las grandes superficies que están siendo plantadas, o que lo van a ser, con árboles y arbustos forrajeros en la Región, y en vista de la necesidad de desarrollar este recurso para suministrar diversos productos y usos, la fundación de una red así se hace obvia. Esta Red Regional debe visulizarse como parte integral y de apoyo a los programas y actividades de las instituciones nacionales y organización regional. De ahí que se deba operar en estrecha colaboración con ellos. Se propone que consista en un Centro Guía, y estaciones o institutos participantes de investigación. Debido a que existen muchas deficiencias en nuestro conocimiento de árboles y arbustos forrajeros, la Red debería preocuparse de:

Por intermedio del Centro Guía, esta Red puede facilitar el intercambio de material, experiencia e información entre los países miembros.

- Mezcla de animales para utilizar las plantaciones de arbustos forrajeros. Las plantaciones artificiales o los rodales naturales mixtos que incluyen árboles y arbustos forrajeros, hierbas y pastos, pueden proporcionar forraje adecuado para distintos tipos de ganado y animales salvajes. Estos animales pueden utilizar diferentes plantas o partes de ellas, sin competencia apreciable entre ellos, si la densidad es apropiada. La mezcla de animales puede implicar una mejor utilización del forraje disponible y, posiblemente, la mantención de un buen equilibrio entre las distintas especies de plantas en la zona, ayudando de esa manera a la estabilidad a largo plazo de la cubierta vegetacional. La cría de ganado mezclado es común en muchas áreas tradicionales de pastoreo de la Región. Sin embargo, las tendencias y demandas de los mercados y la preferencia de los consumidores han causado que se ponga más atención a las ovejas en algunos países. Además, en algunas áreas el valor de los camellos en el transporte ha sido desplazado. Se sabe que los camellos mantienen los arbustos al alcance de los rumiantes pequeños. Como se pueden adaptar rápidamente al forraje disponible, consumen especies de plantas o partes de ellas que no resultan apetecibles para otros tipos de ganado. Los camellos utilizan arbustos con alto contenido de sal, que apetecen poco a las ovejas. Leicht (1940) mencionó que la alimentación con arbustos salados es importante para la salud de los camellos, y que los cuidadores emigran con sus animales a las zonas de apacentamiento en donde crecen estas especies.

Las cabras son ramoneadores importantes, y podrían formar una mezcla útil con camellos y ovejas para aprovechar las plantaciones de arbustos forrajeros. La carne de cabra no es muy apetecida por los consumidores en algunos países, especialmente la de los animales maduros. No obstante, en otros países, como en los Estados del Golfo, la carne de cabra es apreciada, y los especímenes locales obtienen precios muy altos en comparación con las ovejas. El fomento del comercio interregional con cabras y camellos, o su carne, merece ser considerado, para estimular el aprovechamiento de las plantaciones de arbustos forrajeros por parte de especies mezcladas de animales.

- Arboles y arbustos forrajeros nativos. Cuando las condiciones lo permitan, se debe llevar a cabo investigación y demostración de la utilidad de las especies nativas, en conjunto con la de árboles y arbustos exóticos. Las especies que necesitan atención inmediata son muchas, distribuidas en las distintas zonas de la Región del Cercano Oriente. Las especies siguientes y sus correspondientes ecotipos pueden encontrar utilidad a nivel regional o subregional:

Anogeissus bentii (RPD Yemen)
Prosopis cineraria* (Omán, EAU, RPD Yemen)
Gymnocarpus decander (Libia)
Acacia tortilis* (Omán, EAU, Sudán, Mauritania, RPD Yemen)
A. tortilis subespecie raddiana* (Sudán, RPD Yemen, Libia)
Maerua crassifolia (Sudán, Omán, Mauritania, RPD Yemen)
Balanites aegyptiaca (Sudán, RPD Yemen)
Periploca laevigata (Libia)
Ziziphus jujuba (RPD Yemen)
Colutea aleppica* (Jordania, Siria)
Indigofera oblongifolia* (Sudán, República Arabe de Yemen)
Omnavirous dhofarica* (Omán)

Además de la utilización de estas especies en plantaciones, se les podría emplear para llenar vacíos en rodales naturales afectados por corta no controlada, incendios o muerte debida a otros factores. Esto protegería el suelo y estimularía la capacidad de los rodales naturales para proporcionar forraje, especialmente necesario durante la estación más seca.

- Utilización de vainas de Prosopis y Acacia en la preparación de raciones completas para ganado. Las especies nativas como P. cineraria, A. tortilis y A. tortilis subespecie raddiana, y las especies exóticas de Prosopis, se podrían utilizar para tales objetivos. P. cineraria y P. tamarugo son resistentes a la sal, y pueden prestarse para ensayos de demostración regional de utilización de agua salobre, efluvios de aguas servidas y terrenos salinos, en la producción de forraje y combustible, por ejemplo, en los Estados del Golfo, Irak, Sudán, Norte de Africa, etc.

* Especies leguminosas

REFERENCIAS

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