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Sección 6 - La madera para la construcción de viviendas en los países en desarrollo

O.H. KOENIGSBERGER

El Professor O.H. KOBNIGSBERGER es jefe del Departamento de Desarrollo y Estudios Tropicales, Asociación de Arquitectura, Escuela de Arquitectura, Londres (Reino Unido). Este documento fue preparado en colaboración con el Departamento de Montes, Dirección de Comercio e Industrias Forestales, de la FAO, basándose en los documentos de antecedentes que se relacionan al final. Se agradece su colaboración a los autores, y en modo especial, a la Oficina Sueca para el Desarrollo Internacional (SIDA), mediante cuya ayuda financiera fue posible la labor de tres arquitectos especializados en el uso de la madera en la construcción de viviendas en los países en desarrollo. Froto de tal labor como técnicos del Fondo Fiduciario de la FAO en Africa, Asia, el Lejano Oriente y América Latina, fueron, entre otros, los tres estudios regionales sobre el uso de madera en la construcción de viviendas en los países en desarrollo y los estudios nacionales que se presentan a la Consulta con carácter de documentos especiales, que se relacionan al final de este trabajo.

LA FINALIDAD de este informe es determinar cuáles son los factores que influyen en la decisión de emplear productos madereros como material de construcción, estudiar las tendencias y proponer medidas que permitan acrecentar el uso de la madera en la edificación de viviendas baratas, en los países en desarrollo. Así, pues, el tema de estudio abarca el de todas las otras secciones, pero sólo se refiere específicamente a los países en desarrollo. En el presente informe, por lo tanto, no se pretende dar pormenores sobre todos los aspectos de este tema, dado que hay muchos que se tratan por entero en otras secciones.

Al hacer una determinación de los factores que influyen en el uso de madera en la construcción de viviendas, el informe trata del clima - importante en los países en desarrollo, ya que éstos, en su mayoría, se encuentran en el trópico; de los factores sociales y de la presión que crea el elevado ritmo de la urbanización, debido a lo cual la madera se suele conocer como «el material de construcción del pobre»; de la oferta de productos madereros y, especialmente, de la falta de desarrollo de las industrias forestales; de los factores económicos y del efecto de los bajos niveles de ingresos; y, por último, de los factores técnicos, que pueden ser muy diferentes de los que se dan en los países desarrollados de las zonas templadas.

Hecha la determinación de estos factores, el informe resume sus aspectos positivos y negativos, para ofrecer un cuadro de las actuales tendencias. A continuación, recomienda a los Estados y a los organismos internacionales la adopción de algunas medidas que permitan fomentar el uso de la madera en la construcción de viviendas.

La enorme necesidad de viviendas del mundo en desarrollo debe apreciarse desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo. Cuantitativamente, es preciso tener presente la desproporción que hay entre el número de familias y el de viviendas. Esta desproporción acarrea consecuencias que van desde el hacinamiento hasta la carencia total de techo. Cualitativamente, es preciso reconocer que las viviendas son, por lo general, de muy mala calidad y suelen carecer de las comodidades más rudimentarias e indispensables.

Estas deficiencias se siguen agravando a causa del gran aumento de la población, de la emigración de la población rural hacia los centros urbanos y de la necesidad de sustituir, en gran parte, las actuales, destruidas por falta de cuidado o por desastres naturales. La tasa de crecimiento de la población de los países en desarrollo es, por lo general, de 2 a 3 por ciento al año, lo que significa que se duplica cada 25-30 años. Pero hay muchas grandes ciudades donde aumenta a una velocidad más de dos veces mayor, de manera que se duplica cada 10 años, e incluso antes. Por otra parte, los aumentos más rápidos de población se producen en las poblaciones marginales de las grandes ciudades, que escapan al control municipal. Por lo general, su población se duplica en sólo 5 a 7 años. Si no se pone coto a las actuales tendencias, los países en desarrollo verán agravarse, cada vez más, los problemas de las poblaciones marginales, chozas, favelas, barriadas, o como quiera que se las llame (1).1

1 La situación mundial en materia de viviendas se describe extensamente en la Sección 1. Por lo tanto, el presente trabajo sólo trata de los aspectos de mayor interés para los países en desarrollo.

Posibilidades de empleo de la madera en la construcción de viviendas

Las necesidades de viviendas previstas, según el método recomendado por el Centro de Vivienda, Construcción y Planificación de las Naciones Unidas (2), podrían quedar satisfechas, en todo el mundo, si se construyeran 10 unidades al año por cada 1000 habitantes. Empleando esta fórmula, es posible formarse una idea aproximada de la magnitud del problema, si se tiene en cuenta que, en los países en desarrollo, como término medio, según las estadísticas oficiales, en los últimos 10 años,2 se construyeron solamente de dos a tres unidades por 1000 habitantes. Dicha tasa no basta ni siquiera para absorber la mitad del aumento de la población, aliviar el déficit actual, o satisfacer las mayores necesidades creadas por la emigración hacia los centros urbanos, ni para reponer las viviendas en mal estado. Dicho en otro modo, para satisfacer sus necesidades, los países en desarrollo tendrán que construir 27 millones de unidades al año, o sea, alrededor de 3,4 veces más que en la actualidad, ya que en los últimos 10 años la cifra fue de 8 millones de unidades por año.

2 En los países industrializados, se estima que, por término medio, se construyeron alrededor de 7,5 viviendas por cada 1000 habitantes, en el mismo período de tiempo.

Conviene tener presente, sin embargo, que en las estadísticas oficiales de la construcción de viviendas no se toma en cuenta la construcción «espontánea», sobre todo en las zonas rurales, que se realiza sin ningún control municipal, ni tampoco el número cada vez mayor de casuchas improvisadas que se construyen, sin autorización, en las poblaciones marginales de los centros urbanos. La situación que se acaba de esbozar es muy grave; sin embargo, la mayor parte de la población satisface sus necesidades de vivienda con sus propios esfuerzos, sin recibir ayuda técnica ni económica, y levanta casuchas rudimentarias, empleando técnicas tradicionales y primitivas y materiales fáciles de obtener (22).

CANTIDAD DE MADERA EMPLEADA EN LA CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDAS

Para formarse una idea somera de la cantidad de madera que se emplea, o se podría emplear, anualmente en la construcción de viviendas, se puede suponer - con el riesgo de hacer una generalización exagerada - que cualquier cantidad que oscile entre 0,5 y 6 m3 de productos madereros acabados por unidad, sería una previsión justificada. Dichas cifras abarcan, desde aquellas casas en que la madera no es el principal material de construcción, sino que se emplea sólo para las estructuras de techo, puertas y ventanas, hasta las viviendas baratas, que son de madera en su totalidad.3 Evidentemente, la cantidad real de madera, dentro de este margen, dependerá de las condiciones locales, como se explica más adelante en el presente informe, y puede variar mucho de una región a otra.

3 Incluso en las regiones donde escasea la madera, cuando hay grandes luces en el edificio, se requiere un mínimo de puntales, sobre todo cuando el material del techo es pesado, como suele suceder en las regiones cálido-áridas, donde es necesario además que las puertas y ventanas tengan celosías. La cifra correspondiente a las casas que son de madera en su totalidad se tomó del ejemplo de la FLDA de Malasia (véase pág. 145), según la cual se emplean 6 m3 por cada 45 m2 de superficie edificada. La cifra, sumamente baja, de 0,5 m3 para una casa del mismo tipo, donde sólo se emplea madera en la estructura del techo, se considera como el mínimo. En un estudio de la FAO sobre la producción industrial de casas de madera baratas, en Honduras, se estima que la cantidad requerida es de 4 m3 por cada 36 m2 de superficie edificada.

CUADRO 1. - ESTIMACIÓN ANUAL DEL CONSUMO DE MADERA EN LA CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDAS EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO, POR 1000 HABITANTES


N° de unidades

Consumo de madera

Oscilación

Promedio



Metros cúbicos

Construcción de viviendas en los ínfimos 10 años (registradas oficialmente)

2,5

1,25 a 15,00

8,13

Meta para satisfacer totalmente las necesidades

10,0

5,00 a 60,00

32,50

SUPUESTO: 0,5 a 6 m3 de productos madereros acabados por unidad.

En el Cuadro 1 aparecen las estimaciones del actual consumo anual de madera en la construcción de viviendas y del que se requerirá para satisfacer totalmente las necesidades de los países en desarrollo. Como puede apreciarse en el cuadro, actualmente, el consumo anual de madera es de 8 m3 por 1000 habitantes, aunque, en realidad, es mayor dado el gran número de viviendas que no se registran. Evidentemente, en los países en desarrollo, el consumo de madera en la construcción de viviendas puede aumentar a más del doble.

Factores geofísicos

Uno de los objetivos fundamentales de la vivienda es protegerse de la intemperie, y no sólo de la lluvia y el viento, sino también, sobre todo en el trópico, de la temperatura y la humedad, ya que es muy importante crear un medio donde éstas sean tolerables. En otras partes del mundo, en cambio, las casas tienen que resistir terremotos y huracanes.

Casi todos los países en desarrollo se encuentran en el trópico, por lo que, a los fines del estudio de la influencia del clima, se distinguen, en general, tres zonas, a saber: cálido-húmeda; tórrido-seca; mixta. Las necesidades específicas de las zonas de terremotos y huracanes se estudian por separado.

ZONAS CÁLIDO-HÚMEDAS

Las zonas cálido-húmedas se hallan entre los 15° N y los 15° S. Se caracterizan por su gran humedad relativa y, en general, por una elevada temperatura del aire, con pocas variaciones diurnas o anuales. La precipitación suele ser abundante, en grado sumo a veces. Los vientos suelen ser de poca intensidad, pero ésta puede aumentar durante los aguaceros. La brillantez del cielo suele ser intensa y el resol, causado por la radiación difusa, debido a que los cielos suelen estar cubiertos, es molesta.

Bajo tales climas, la construcción debe reunir ciertas características, como grandes aberturas que faciliten la circulación del aire, para aminorar el calor y la humedad relativa y techos sobresalientes, que den sombra a la parte exterior de las paredes, protegiéndolas de la radiación solar. Las características térmicas de los materiales de construcción deben ser una gran resistencia a la conducción del calor y una baja capacidad térmica, para evitar que lo acumulen en el día y, por consiguiente, lo irradien de noche.

La madera, en este caso, constituye el material ideal, ya que reúne todos estos requisitos. Sus propiedades físicas permiten dejar grandes luces para lograr un máximo de circulación del aire. Se presta también para hacer las armazones de los techos sobresalientes, gracias a su escasa densidad y a su estructura interna, que hace que las células atrapen el aire cuando está seca, dándole una gran resistencia a la conducción del calor y baja capacidad térmica. Además, en las zonas cálido-húmedas, hay tal abundancia de madera que se estima representa las tres quintas partes de las existencias de madera en pie de todo el mundo. No hay que sorprenderse de que, por tradición, en estas regiones las casas se construyan a menudo totalmente de madera.

Tradición en la construcción de casas totalmente de madera en los climas cálido-húmedos

En muchas regiones cálido-húmedas como, por ejemplo, la costa de Malabar, en la India, y algunas partes de China y el Japón, hay una tradición muy arraigada de construir las casas totalmente de madera. Se trata, en su mayoría, de viviendas rurales. Las características y métodos de construcción han ido tomando forma a través de tradiciones artesanales, que van más allá de los simples criterios de utilidad. En efecto, forman parte del diseño complicadas tallas y elegantes detalles. El tamaño de las viviendas depende de los recursos del dueño, no así la decoración. Hay, por ejemplo, templos, palacios y casas rurales muy modestas de madera, que ostentan un gran despliegue de artesanía.

Una vivienda rural típica de Malasia, toda de madera, por ejemplo, tiene una estructura de madera, o bambú, con columnas que descansan sobre bases de piedra (mientras que, en otras regiones, se construyen sobre pilotes de madera) y sostienen el piso, que se encuentra separado de la tierra, como medida de protección contra las inundaciones o los animales. Los ensambles de la estructura son machihembrados y no llevan clavos ni piezas metálicas de ninguna clase. Las luces se llenan con tableros de madera, sujetos con listones. Los tabiques se hacen de madera o esteras. Hay grandes luces, con celosías de madera tallada o rejillas, que permiten la circulación del aire y están protegidas de la lluvia y el sol por amplios techos sobresalientes. Estos techos son relativamente sencillos, pero las claraboyas de ventilación cenitales y el techo de las mismas son muy decorativos, así como los aleros, que dan la impresión de opulencia por su variedad de formas. Los techos son siempre inclinados, cubiertos de cañas o de hojas y descansan sobre una estructura de madera. En algunas regiones, se emplean, con fines de impermeabilización. tejuelas de bambú o madera, diversos materiales laminados e incluso azulejos.

Es natural que en las regiones cálido-húmedas se hagan las casas de madera y que esté tan arraigada esta tradición en el campo.

Construcción mixta tradicional en las zonas cálido-húmedas

Las viviendas de construcción mixta son corrientes en los centros urbanos y suburbanos de las áreas cálido-húmedas del trópico. El comercio y la industrialización urbanos han puesto al alcance de las ciudades de los países en desarrollo nuevos materiales que, según se pretende, son más idóneos, dadas las condiciones modernas de vida. Se considera que, para construir paredes de ladrillo cocido o bloques de cemento, se requiere menos habilidad manual que con madera y duran más. Los techos de tejas, amianto, cemento o metal, protegen menos del calor que los de paja o tejuelas, pero se colocan con mayor facilidad, tienen un menor costo de mantenimiento y son menos inflamables. El inversionista urbano se siente atraído por su duración y facilidad de mantenimiento.

ZONAS TÓRRIDO-SECAS

Las zonas tórrido-secas se encuentran principalmente en dos fajas situadas respectivamente a ambos lados del ecuador, entre los paralelos 15° y 30° de cada hemisferio. En ellas, hay dos estaciones bien definidas, a saber: un verano tórrido y un invierno relativamente fresco. La temperatura se eleva rápidamente después de la salida del sol, hasta llegar a la máxima, que suele ser elevada, incluso en la estación más fresca. Por la noche, hace frío, que es muy intenso en el invierno. La humedad relativa, por lo general, es escasa y la precipitación, despreciable. El cielo suele estar normalmente muy despejado y la radiación solar es directa e intensa. La ausencia de nubes facilita la emisión del calor acumulado, en forma de radiación de onda larga. En estas regiones, a la orilla del mar (clima desértico marítimo), la variación diurna es relativamente menor, la humedad relativa se mantiene constantemente elevada y la radiación solar es proporcionalmente más difusa.

Los materiales densos, como la piedra y el ladrillo, son más idóneos en estos climas, porque tienen la capacidad de almacenar grandes cantidades de calor, antes de comenzar a irradiarlo. Gracias a esta demora, se puede aprovechar el calor directo diurno para contrarrestar el frío de la noche.

Aparte de ser escasa en estos climas, la madera muestra características térmicas opuestas. Como ya se indicó, es muy mala conductora del calor, pero tiene muy poca capacidad térmica. Por ello sólo se emplea en marcos de puertas y ventanas y en las armazones del techo. Se pueden aprovechar sus propiedades térmicas, empleándola en elementos de sombra y celosías de ventanas, pero no hay mucho campo para ampliar sus aplicaciones. Sin embargo, con el incremento de la fabricación de productos madereros elaborados, es posible que aumente el uso de elementos de madera en un pequeño número de campos de aplicación.

ZONAS MIXTAS

Las zonas mixtas comprenden dos tipos de clima, a saber: los monzónicos y los trópico-montañosos.

Las zonas monzónicas se encuentran a suficiente distancia del ecuador como para tener épocas bien definidas, en cuanto a la radiación solar y dirección del viento. Estas épocas son, por lo general, tres. En la época tórrido-seca, que abarca aproximadamente dos tercios del año, la temperatura, muy elevada durante el día y más fresca por la tarde, presenta oscilaciones diurnas muy grandes y no llueve. En la época cálido-húmeda, la humedad relativa alcanza niveles muy elevados. En la de los monzones, la precipitación es muy intensa. La nubosidad cambia mucho de una época a otra, así como la radiación solar. En la estación seca, los vientos son calientes y polvorientos y, en la monzónica, fuertes y constantes.

En las zonas trópico-montañosas, o sea, en las cordilleras y mesetas, a 900-1200 m sobre el nivel del mar, son pequeñas las diferencias entre una estación y la siguiente cerca del ecuador, pero lejos de éste se asemejan a las de la llanura. Son características las grandes diferencias de temperatura diurna. El calor no es nunca excesivo, pero el frío suele ser grande. La humedad relativa es elevada, aunque presenta variaciones. Otro tanto puede afirmarse acerca de la precipitación. Suelen producirse grandes chaparrones de corta duración. La radiación solar, sobre todo la ultravioleta, es intensa cuando el cielo está despejado.

Empleo tradicional de la madera en las zonas mixtas

En los valles de los grandes ríos de las zonas mixtas se han formado algunos de los centros urbanos más antiguos y más grandes. Las ciudades de los valles del Indo, del Ganges y del Brahmaputra, del Nilo y Mesopotamia, constituyen ejemplos muy conocidos. Salvo épocas relativamente cortas de lluvias monzónicas e inundaciones fluviales, se trata de regiones fundamentalmente secas, donde los bosques están dispersos. Desde hace muchos siglos se mantiene en ellas una población muy densa y numerosa, merced al cultivo intensivo en regadío.

Los exiguos recursos de madera que había en los valles y cerros adyacentes desaparecieron hace tiempo porque se talaron para roturarlos con destino a la agricultura o para obtener leña y madera de construcción. Los habitantes tienen un concepto de la madera semejante al de las gentes del desierto. Para ambos la madera constituye un material precioso, que proviene de bosques que se encuentran muy lejos, y hay que emplear en forma muy económica sólo en aquellas partes de las construcciones que no se pueden hacer con los materiales inorgánicos del lugar. En las ciudades de las zonas mixtas del trópico, hay artistas consumados en el trabajo tradicional de la madera, pero no se utiliza en grandes cantidades.

Las montañas tropicales se caracterizan por su menor densidad de población y mayor superficie forestal sin explotar, que incluye en las partes más altas grandes bosques de coníferas. Algunos se vieron protegidos, por su inaccesibilidad, de una explotación abusiva. En las ciudades de las montañas del trópico, como Srinagar y Katmandú, se encuentran algunos ejemplos de casas y palacios urbanos de madera.

ESTRUCTURAS DE MADERA EN LAS ZONAS DE TERREMOTOS Y HURACANES4

4 Estos problemas se han descrito con algún detalle en la Sección 4, Parte I.

Hay países en desarrollo que quedan dentro de las zonas de terremotos del mundo. Incluyen partes del Paquistán, la India, Irán, Indonesia, Filipinas, algunos países de América del Sur y Central y partes de Africa oriental.

La madera, material ligero de gran tenacidad, siempre ha sido muy útil como material de construcción en las zonas de terremotos. Los elementos de que se compone un edificio de madera se pueden ensamblar bien y formar estructuras muy rígidas, capaces de resistir cargas, tanto horizontales como verticales. El Japón constituye un ejemplo notable de país en el cual, a través de los siglos, se ha perfeccionado el arte de construir soberbias casas de madera, que han permitido a la población de las ciudades sobrevivir a grandes terremotos. La experiencia adquirida la recogen los códigos de la construcción del Japón, según los cuales las estructuras de madera y de acero son superiores a las de ladrillo, piedra o bloques de hormigón.

El hecho de que muchas casas de madera hayan sido destruidas por los incendios, que se han producido después de los terremotos en algunas ciudades, es causa de que se prefiera el hormigón armado, proyectado especialmente para que resista las tensiones horizontales que se producen. Esto es fácil de comprender, pero más lógico hubiera sido averiguar y eliminar las causas de dichos incendios, especialmente las cañerías de gas vulnerables y las cocinas y elementos de calefacción defectuosos. En relación con lo dicho, es interesante destacar que ciertos grupos de especialistas internacionales han elegido las casas de madera prefabricadas para los miles de familias que quedaron sin hogar en los últimos terremotos de Yugoslavia, Turquía y Chile.

En algunos países que están expuestos a huracanes y tornados, así como en las zonas de terremotos, las construcciones de madera tienen la ventaja de ser fáciles de ensamblar. Los vientos intensos someten a las paredes y techos de un edificio a presiones positivas y negativas. Los techos, aleros y proyecciones son particularmente vulnerables. El empleo de la madera como principal material de construcción permite ensamblar firmemente todos los elementos de que se compone una casa, y asegurar el conjunto anclándolo a tierra. En algunas regiones de huracanes, como la Florida, hay reglamentos especiales que hacen obligatorio dicho procedimiento (3).

No basta suponer que un edificio a sísmico resistirá necesariamente los huracanes o tornados, a pesar de que la experiencia demuestra que suele ser así. En las regiones donde se producen ambos fenómenos, es fácil proyectar los edificios de madera en tal forma que resistan tanto a los unos como a los otros (4).

Factores sociales

En las zonas rurales de clima cálido-húmedo, donde abundan la madera y otros materiales orgánicos, ha arraigado la tradición de emplearla en la construcción de casas, lo que se justifica, además, como un medio de defensa contra las adversidades del clima. La población rural corta, elabora y emplea la madera a medida que la necesita. La construcción de casas de madera es una actividad corriente, que realizan los artesanos de las aldeas. La reparación y el mantenimiento de las casas, por lo general, forman parte del ciclo anual de labores en el campo y están totalmente integradas en los quehaceres de la vida diaria (5).

En las regiones donde la madera es menos abundante, como, por ejemplo, en las de clima tórrido-árido, se emplea la madera en combinación con otros materiales y sólo cuando no sirve ningún otro material local como, por ejemplo, en vigas y largueros de techos y en dinteles que abarcan grandes luces. La artesanía maderera se considera una especialidad y no forma parte de la rutina de la vida diaria del campo (6).

FORMA DE VIDA Y CONDICIÓN SOCIAL EN LAS ZONAS RURALES

Las funciones de la casa del campesino en el trópico, por lo general, se limitan a proporcionarle un techo de emergencia y un lugar seguro de almacenamiento de sus pertenencias, ya que, gracias al clima, las demás actividades se pueden realizar al aire libre. Pero hay una función que no depende del clima, a saber, la de dar a conocer su posición social, ya sea por el tamaño, o por la decoración. En la mayoría de los casos, tiene una expresión espacial; la vivienda del jefe de aldea es inconfundible, por el tamaño de las casas y de los almacenes y el perímetro del recinto. En otros casos, la importancia del propietario se expresa por medio de elaboradas decoraciones de algunas partes del edificio. Cuando, por tradición, las casas se construyen de madera como, por ejemplo, en Malasia o Tailandia, las de los dignatarios tienen partes de madera con una rica ornamentación y elaboradas tallas tradicionales, que dicen mucho a la comunidad acerca de su propietario.

En muchos casos, el hecho de que las autoridades coloniales prefieran materiales importados ha hecho que se conviertan en símbolo supremo de posición social. De ahí, el empleo de materiales no orgánicos en las casas de las aldeas. Se trata de un proceso difícil de invertir, salvo cuando los sentimientos nacionales tienden a expresarse haciendo revivir la tradición, especialmente la del empleo de los materiales locales y, sobre todo, de la madera.

FORMA DE VIDA Y CONDICIÓN SOCIAL EN LAS ZONAS URBANAS

Son pocas las costumbres ancestrales de las comunidades rurales que sobreviven el traslado al escenario urbano. La forma de vida en las ciudades es más probable que se encuentre sujeta a medidas administrativas que en las comunidades más pequeñas, donde la conducta se rige por la tradición. El elevado valor del terreno en las ciudades impone una gran densidad de la edificación, de manera que la separación física entre una y otra casa se está haciendo cada vez menos factible. En las partes céntricas de las ciudades se observa una tendencia general a la construcción de casas de muchos pisos.

Las personas que emigran, en gran número, desde el campo hacia la ciudad crean problemas de alojamiento y asimilación; tienen que vivir, hacinadas, en viviendas provisionales, a menudo en casuchas de madera mal construidas en terrenos valiosos, muy cerca del centro de la ciudad. La falta de aceptación social de este sector desarraigado de la población viene a fomentar el prejuicio, ya existente, contra el material que emplean en la construcción de sus chozas, principalmente madera de baja calidad. Se considera que las casas en que predomina la madera ofrecen en la ciudad mayor peligro de incendio, De ahí nace un prejuicio infundado contra el empleo de este material en gran escala. Las leyes, nacidas de temor y promulgadas deprisa, para hacer frente a semejante situación, establecen restricciones que tienden a inhibir el empleo de la madera.

El refinamiento de la vida urbana y el contacto con las nuevas modas, materiales y tipos de construcción, socavan los métodos tradicionales. La madera tiene que competir con una gran variedad de materiales de construcción, que se ofrecen en el mercado urbano. Aquellas partes de los edificios que, hasta el presente, se construían de madera, se hacen ahora con otros materiales que, según se dice, resultan más prácticos, o están más de acuerdo con la forma de vida urbana. La edificación en las ciudades requiere mayor número de especialistas de todo tipo. Se considera que la construcción de vi viandas es una actividad fuera de la competencia normal del ciudadano común y corriente y corresponde a dichos especialistas.

Son pocas las ciudades de los países en desarrollo donde hay tradiciones arraigadas de construcción urbana, como en las ciudades del norte de Africa y Rajasthan, en las ciudades mongólicas de la India noroccidental y el Paquistán, y en las del norte de Nigeria, Irán y China. Todas se encuentran en zonas áridas, donde escasean los materiales orgánicos. Las casas se construyen, principalmente, de piedra o ladrillo y la estructura de los techos, puertas y ventanas es de madera.

La mayoría de las ciudades que se han formado en las regiones más húmedas de los países en desarrollo son relativamente nuevas y en ellas no ha surgido un estilo diferenciado de edificación urbana. A pesar de que la madera y otros materiales orgánicos de construcción son fáciles de obtener en el campo que las rodea, en dichas ciudades su empleo no se ha difundido ni ha arraigado.

Los materiales orgánicos tienden a convertirse en la excepción en las casas de las personas acomodadas de las ciudades; siguen siendo empleados por los pobres y por los recién llegados de las zonas rurales, como único recurso a su alcance. Como no pueden comprar los caros materiales manufacturados, frecuentemente importados, emplean sus técnicas rurales, valiéndose de los que encuentran a mano. Al no ser dueños del terreno, sólo pueden hacer casas provisionales y chozas deficientes en espacios abiertos, públicos o privados, lo más cercanos posible al centro de la ciudad, que constituyen una muestra viva y penetrante de las desigualdades sociales y económicas.

Todo lo dicho ha servido para convencer a la clase media urbana de la importancia que tienen las casas durables y permanentes, como base de su posición social. Las ventanas con marcos de acero, las columnas de hormigón y los techos de planchas de hierro, o de amianto, son símbolo de que el propietario tiene una fortuna estable y un alto grado de refinamiento.

Factores de la oferta

DISPONIBILIDADES PIES MADERABLES

La mayoría de los países en desarrollo cuentan con grandes superficies de bosques naturales. Estos se componen, principalmente, de frondosas y ocupan una gran parte de los terrenos útiles. La Sección 2 se extiende hasta cierto punto sobre este tema y en el Cuadro 2 se resumen los recursos forestales con que cuentan los países en desarrollo y la extracción anual, registrada.

Como puede apreciarse en el cuadro, de un total de 185 millones de m3 de madera industrial, extraída en los países en desarrollo, 123 millones corresponden a las categorías que comprenden la madera idónea para la elaboración mecánica industrial (aserraderos, fábricas de tableros a base de madera). Las exportaciones netas de los países en desarrollo ascendieron a 32 millones de m3 equivalente en madera rolliza, lo cual significa que 93 millones de m3 se elaboraron y emplearon en el mercado interno. Conviene tener presente que, en las cifras mencionadas, no se incluyen las extracciones que no aparecen en las estadísticas oficiales, cuyo volumen es considerable y eleva mucho las cifras de madera disponible para el consumo.

CUADRO 2. - EXISTENCIAS EN FORMACIÓN Y EXTRACCIÓN ANUAL EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO


Existencias en formación1

Extracciones de madera industrial registradas en 19682

Total

Coníferas

No coníferas


Millones de m3

REGIONES EN DESARROLLO





Africa3

34900

300

34600

344 (16)

Asia y el Pacífico5

40900

6000

34900

107 (73)

América Latina

122900

2800

120700

44 (36)

TOTAL REGIONES EN DESARROLLO

200900

9100

191800

185 (123)

REGIONES DESARROLLADAS

156600

115400

41200

1012 (601)

TOTAL MUNDIAL

357500

124500

233000

1197 (724)

1 Cifras adaptadas de FAO, Inventario Forestal Mundial, 1963.

2 Tomado de FAO, Anuario de Productos Forestales, 1969-70.

3 Excluida Sudáfrica.

4 Las cifras entre paréntesis corresponden a los volúmenes empleados en la elaboración mecánica.

5 Con exclusión de Australia, Israel, Japón y Nueva Zelandia, pero inclusive China.

Se estima que del 60 al 70 por ciento de los 93 millones de m3 corresponden al sector de la construcción, que construyó anualmente, por término medio, 8 millones de viviendas y una cantidad considerable de edificios destinados a otros usos, así como un gran número de construcciones que no se registraron en el decenio pasado. También se consumieron grandes cantidades de madera en reparaciones, transformaciones y mejoras de las actuales viviendas y construcciones.

Observando el cuadro y comparando las extracciones de madera industrial con el volumen de madera en pie, se llega a la conclusión de que los bosques pueden hacer una contribución muchas veces mayor que la actual. Como es lógico, la comparación entre el volumen de madera cortada y en pie sólo se puede hacer con muchas reservas, ya que hay factores limitantes, como la inaccesibilidad de grandes superficies boscosas, la comerciabilidad de una proporción muy pequeña de las especies, el subdesarrollo general de la industria forestal, etc. A pesar de todo, al parecer, se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que, aunque el sector de la construcción aumente su producción anual de nuevas viviendas en tres o cuatro veces, llegando a satisfacer todas las necesidades, las posibilidades madereras de los bosques serán suficientes, todavía, por muchos decenios, en el supuesto de que se practique una ordenación forestal correcta.

Aparte los bosques naturales, las plantaciones artificiales de coníferas exóticas de crecimiento rápido podrían ser una fuente potencial de materia prima en el trópico, como lo demuestran los excelentes resultados obtenidos en muchos países. El rápido desarrollo y la brevedad de los turnos de estas especies exóticas y su aptitud para la fabricación de tableros de fibras y de partículas pueden significar una gran mejora y un gran aumento de la oferta de materiales de construcción en los países en desarrollo. En Africa oriental, donde se plantan desde hace más de 30 años, la madera aserrada que producen se emplea en la industria de la vivienda. Sin embargo, habrán de resolverse los problemas derivados de sus propiedades.

OFERTA DE PRODUCTOS MADEREROS

Extracción

Gran parte de los bosques tropicales son actualmente improductivos por su inaccesibilidad física o económica. La producción maderera supone la construcción de caminos y la respectiva infraestructura de extracción, así como instalaciones locales de elaboración en virtud de una política, bien fundada y explícita, de pleno aprovechamiento de los bosques.

A pesar de la aparente abundancia de especies, la producción es baja, debido a que, históricamente, la exportación de trozas se ha limitado a unas cuantas especies selectas. La corta selectiva se traduce en bajos rendimientos por hectárea. Los gastos de construcción de caminos de extracción, a menudo muy elevados, pesan sobre un número muy pequeño de árboles cortados. Dichos gastos se podrían repartir entre un mayor número de especies (que tienen propiedades físicas y mecánicas igualmente dignas de consideración), usando aquellas que, en la actualidad, no tienen demanda en el mercado exportador, son menos conocidas y se denominan secundarias. Una corta y extracción menos selectivas permitirán obtener volúmenes de madera mucho mayores y aminorar los costos de producción, o sea, aprovechar mejor los recursos madereros. Desde el punto de vista de la oferta, esto aumentará la madera en el mercado local y contribuirá a satisfacer las necesidades de la industria de la construcción. Conviene exportar madera porque se obtienen divisas que son necesarias para la adquisición de maquinaria y equipo, pero, si se depende solamente de la exportación y paralelamente no se desarrolla el mercado local, la ordenación de los bosques será ineficaz, el costo del producto que resulte se mantendrá elevado, agotando el mercado interno, salvo tratándose de las especies primarias.

Elaboración

Para un país en desarrollo la existencia de grandes superficies boscosas no basta para garantizar la disponibilidad de madera de construcción, que depende, además, de fábricas elaboradoras. En casi todos los países en desarrollo, su instalación implica inversión de capital, sobre todo tratándose de la producción de tableros, con una proporción muy grande de divisas. Los costos de explotación, sobre todo para combustibles, lubricantes, transporte, etc., significan también gastos de divisas. El aserrío mecanizado está reemplazando al método rudimentario de la fosa de aserrar, y la mayoría de los países en desarrollo cuentan ahora con aserraderos de transformación primaria, pero muchos son anticuados y se emplean de manera ineficaz, por lo cual es preciso modernizarlos y mejorarlos.

Elaborando la madera en el país, se obtienen productos para exportación de adicional valor, y la elaboración de especies menos conocidas proporcionará el suministro local de productos de madera de construcción. Por ejemplo, en Malasia, se prohibió la exportación de trozas por un período y se siguió la política de fomentar la corta de toda la madera en pie que se pudiera utilizar y transformar en el país. En esta forma, se produjo una oferta abundante y continua de madera más barata, de las calidades más bajas especialmente, lo que estimuló la construcción de casas de madera (11).

DISTRIBUCIÓN Y MERCADEO5

5 Estas cuestiones se tratan con algún detalle en la Sección 2.

Desde hace algún tiempo, la distribución de la madera elaborada está en manos de comerciantes, mayoristas y minoristas, lo que ha dado por resultado una estructura de mercadeo. El objetivo esencial de los procesos de elaboración y mercadeo debe consistir en crear una oferta constante y continua de madera bien seca y clasificada, del mayor número de especies y dimensiones que sea posible, para lograr su uniformidad, tratada con preservadores, cuando de por sí no sea resistente a la putrefacción.

El mercadeo debe incluir también la promoción que, sobre todo, tratándose de la presentación de las especies menos conocidas, reviste particular importancia. La investigación ha contribuido a los conocimientos sobre la identificación de las especies, sus propiedades físicas y mecánicas y sus aplicaciones. Tratándose de la madera de especies menos conocidas, cuyas propiedades son comparables a las empleadas tradicionalmente, la promoción entre los consumidores puede hacer mucho para que la acepten como sucedáneo.

Factores económicos

COSTOS DE LA VIVIENDA Y MATERIALES EMPLEADOS

Los datos de que se dispone no permiten hacer afirmaciones de carácter general acerca de los costos de la vivienda y la medida en que dependen de los materiales empleados. Los costos de estos últimos y de la mano de obra difieren mucho de un país a otro. Por otra parte, conviene tener presente que los actuales costos de la madera en los países en desarrollo, considerada como material de construcción, pueden bajar mucho por la racionalización de la oferta.

Para hacer una comparación general de los costos, es preferible proceder elemento por elemento y limitarse a las regiones cálido-húmedas, donde la madera es idónea para el clima y relativamente fácil de obtener. La mayoría de los constructores de viviendas baratas son pragmáticos y eligen los materiales de cada parte de la vivienda basándose en su costo, oferta y duración, de manera que las construcciones son mixtas.

Cimientos. Las bases de hormigón prefabricadas para los pilares de una estructura de madera suelen ser más baratas que los cimientos que corren a todo lo largo de un muro de mampostería.

Muros. Los muros de ladrillo o bloques suelen ser más baratos que las estructuras de postes y vigas de madera con revestimientos. Los mayores costos de los cimientos, por lo tanto, se ven generalmente compensados.

Techos. Las casas pequeñas de las regiones cálido-húmedas muy lluviosas tienen que tener techos inclinados. Las estructuras de madera, compuestas de vigas, tijerales y listones, que se emplean en los techos de planchas o tejas, casi siempre son más baratas que las de hormigón o acero.

Puertas y ventanas. Si las puertas y ventanas tienen las dimensiones normales, los marcos de madera resultan más baratos que los de acero, aluminio y hormigón, cuando se producen en serie.

Vigas y maderas para pisos. En las construcciones de dos pisos, por lo general, los de madera resultan más baratos, aunque, en obras de gran envergadura, los elementos de hormigón prefabricados quizá los aventajen.

Se ha tratado varias veces de cuantificar los costos de las casas construidas, total o parcialmente, de madera. En la Universidad de Kumasi (Ghana), J.P.R. Falconer hizo un prototipo de madera experimental para familias de clase media. Publicó cifras comparadas, para demostrar que era más barata que una vivienda mixta. Afirma que el costo es de 54 dólares por m2 y que se puede reducir ano más gracias a la fabricación en serie de los elementos de madera, cuando se va a construir un gran número de unidades. Las viviendas de hormigón construidas en Ghana, cuestan, en cambio, entre 65 y 75 dólares por m2 (7).

En 1970, una compañía francesa hizo un estudio de factibilidad de la producción de casas de madera prefabricadas a solicitud del Ministerio de Fomento del Camerún (19). El objeto de dicho estudio era construir una fábrica experimental que produjera 400 unidades al año, a los tres años de su puesta en marcha. Se calcularon los costos de la vivienda tipo, tanto de madera como de hormigón, cuya planta era de 90 m2 y que se componía de 3 dormitorios, sala, cocina y baño. Se pudo determinar que la de madera costaba 17 por ciento menos. (El costo total, incluyendo instalaciones sanitarias, eléctricas, de alcantarillado, etc. y pintura de interiores, ascendía a 4800 dólares, o sea, 53 dólares por m2, para la casa de madera, y 5800, o sea, 64 dólares por m2, para la de albañilería.) En realidad, este tipo de casa no se puede considerar vivienda barata, independientemente del material que se emplee en su construcción; de todas maneras, se puede sacar una conclusión y es que, en un estudio de factibilidad, en que la oferta de madera se considera como un miembro esencial de la ecuación, se comprueba que este material ofrece grandes ventajas, a pesar de los mayores costos de mantenimiento.

Uno de los ejemplos más notables de construcción de viviendas económicas de madera, se encuentra en Malasia, donde se construyen casas de madera en serie a costos sumamente bajos. El proyecto respectivo depende, principalmente, de la Federal Land Development Authority (FLDA) (Oficina Federal de Urbanización), que vende a los interesados casas de madera de 45 m2, con facilidades de pago, a 500-600 dólares, o sea, 12 dólares por m2. La FLDA compra a la industria privada alrededor de 2500 viviendas al año de este tipo, que se ajusta, en cierto grado, al tipo tradicional malayo, que consta de un dormitorio, sala, comedor, cocina, baño y porche.

Como es lógico, se trata de casos aislados. En los países en desarrollo de clima cálido-húmedo, sin embargo, donde abunda la madera, se pueden obtener buenos resultados, siempre que se cumpla con las condiciones previas esenciales.

NIVELES DE LA RENTA Y CAPACIDAD DE ADQUISICIÓN DE VIVIENDAS

El nivel de la renta es el factor económico que tiene más influencia en la calidad de la vivienda en los países en desarrollo. Se le puede determinar, aunque de manera inadecuada, por el producto nacional bruto (PNB).

Como se puede apreciar en el Cuadro 3, sólo 23 de los 174 países en desarrollo, con población de 177 millones de habitantes, tenían una renta per capita superior a 500 dólares en 1965. Todos los demás, en su conjunto, con 1426 millones de habitantes, tenían en promedio una renta per capita de 150 dólares.

CUADRO 3. - COMPARACIÓN DE LA RENTA1 EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO, 1965 Y 1970


N° de países

1965

19702

Promedio PNB

Población

Promedio PNB

Población



Dólares EE.UU.

Millones

Dólares EE.UU.

Millones

Países en desarrollo con PNB per capita superior a 500 dólares en 1965

23

702

117

813

134

Todos los demás países en desarrollo3

151

150

1426

170

1625

TOTAL PAÍSES EN DESARROLLO

174

185

1543

219

1759

TOTAL MUNDIAL

225

696

3362

803

3718

1 PNB per capita a los precios de mercado de 1970.

2 Cifras provisionales de la FAO sobre la renta basadas en estadísticas de las cuentas nacionales de las Naciones unidas.

3 Excluida China.

Por regla general, en los países en desarrollo una familia puede adquirir una casa de un valor aproximadamente igual al triple de su renta anual. Suponiendo que se compone, por término medio, de cuatro personas, la vivienda no deberá costar más de:

4 × 3 × renta per capita anual

lo cual significa que, para resolver el problema de la vivienda urbana en la mayoría de los países en desarrollo, su precio tenia que ser en 1965 del orden de los 1800 dólares por casa y 2000, en 1970.

Como es lógico, estas cifras sólo dan una indicación de carácter general y no toman en consideración la distribución de la renta dentro de cada país y entre países. De los 151 países con un promedio per capita del PNB de 170 dólares en 1970, 23 tenían, en su conjunto, una población de 1000 millones de habitantes y un promedio per capita del PNB de 104 dólares solamente; en tales circunstancias, el costo medio de la vivienda no debe ser superior a unos 1250 dólares. En las grandes ciudades, del 20 al 40 por ciento del costo corresponde al terreno; el resto es suficiente solamente para la forma más rudimentaria de vivienda. Donde hay oferta de madera, ésta se emplea, casi siempre, para hacer las vigas, tabiques, aleros, puertas y ventanas, pero rara vez para las paredes.

Basándose en los ejemplos de costos que aparecen en la sección precedente y teniendo presente que dichas cifras corresponden a circunstancias relativamente favorables, que no son las que imperan en la actualidad por lo general, es fácil comprender que gran parte de la población de los países en desarrollo parece condenada a habitar en viviendas deficientes, a no ser que se formulen políticas y programas a largo plazo y se realicen de una manera consecuente. Un mayor empleo de los materiales nacionales de construcción, especialmente de la madera, puede servir a un doble e importante propósito dentro de la estrategia general de ataque del problema de la vivienda; es probable que las casas de madera resulten más baratas si aumenta la oferta y el empleo de materiales nacionales, cuyo precio disminuirá gracias al mejoramiento de la economía de escala de los procesos de elaboración; a su vez, la renta per capita se elevará gracias a la aceleración del desarrollo que producirá el crecimiento de la industria maderera.

FINANCIAMIENTO

En la mayoría de los países en desarrollo hay instituciones que conceden préstamos para la vivienda. Son sociedades constructoras, asociaciones de ahorro y préstamo, bancos hipotecarios, cooperativas y bancos de la vivienda, sociedades inmobiliarias, créditos sociales y bancos de fomento. En su mayoría, otorgan préstamos al grupo de renta más alta y a las capas superiores del de renta mediana. Algunos países poseen también juntas o cajas de la vivienda estatales que subvencionan la construcción de viviendas económicas mediante empréstitos a interés pequeño. La acción de las instituciones privadas de crédito es restringida, porque es muy pequeño el número de personas que pueden aceptar sus condiciones, y las de las instituciones de crédito estatales por el bajo monto del capital que pueden invertir haciendo un sacrificio económico. En su conjunto, sólo abarcan una sección muy pequeña del mercado de la vivienda. Un estudio de muestreo realizado recientemente en Kampala (Uganda), ha revelado que, menos del 14 por ciento de las viviendas de la ciudad se habían construido con préstamos de instituciones públicas o privadas (8).

Hay una ley fundamental en lo que se refiere a los préstamos para la edificación y es la de que la vivienda hipotecada deberá durar más tiempo que el requerido para amortizar la deuda. Se trata de algo tan lógico y evidente que rara vez se estipula en las escrituras o documentos; pero influye mucho en la decisión de conceder o denegar préstamos de edificación de viviendas. Como no hay datos estadísticos sobre la duración de las casas en las ciudades del trópico, cuesta mucho trabajo convencer a los bancos, sus inspectores y tasadores a que renuncien a la idea de que los materiales inorgánicos son mejores y se les debe conceder de preferencia créditos a las casas que se van a construir con ellos que a las de madera u otros materiales orgánicos.

Por lo tanto, si no se hace una reforma sustancial de las instituciones de crédito y de los criterios que aplican para la concesión de préstamos de edificación, durante mucho tiempo la madera seguirá siendo más empleada en las casas del sector que construye con sus propios fondos, o sea, el más pobre y, con mucho, el más numeroso, que en las de la minoría privilegiada. favorecida por las instituciones de crédito.

Factores técnicos

SECADO, CLASIFICACIÓN Y CONTROL DE CALIDAD

Secado6

6 La presente sección se debe a C.K. Tack, Forest Products Laboratory, Princes Risborough, Reino Unido.

En su mayoría, los materiales de construcción cambian de dimensiones cuando varían la temperatura o la humedad relativa. La madera es higroscópica y se encoge o se hincha, absorbiendo o perdiendo humedad, según cambie la de la atmósfera. El «movimiento» en sentido longitudinal suele ser despreciable, no así el transversal. Hay que tenerlo en cuenta al proyectar los ensambles, cuando una o ambas piezas son de madera. De su resistencia dependen, fundamentalmente, la reducción al mínimo de los costos de mantenimiento y la duración del edificio.

Cuando se seca la madera verde y se hace descender su humedad al nivel normal de uso, puede contraerse mucho y también torcerse, agrietarse y rajarse en exceso, a no ser que el proceso se realice en condiciones controladas. Por lo tanto, antes de usar la madera verde, hay que secarla. Así, resulta más fácil aplicar los barnices y pinturas, evitar su putrefacción e impregnarla con preservadores para aumentar su duración.

En las zonas cálido-húmedas basta secarla al aire; la humedad de la madera dentro de los edificios (excepto con aire acondicionado) es casi igual que fuera de los mismos bajo techo.

La madera se puede secar al aire o en hornos. El primer procedimiento es largo y depende del clima, pero no se requieren instalaciones costosas ni grandes conocimientos técnicos y se pueden controlar, en cierto grado, las condiciones de secado. Donde llueve mucho, es indispensable techar los castillos cuando se seca la madera. Si se emplean hornos, se pueden controlar muy bien los diversos factores para acelerar el proceso y obtener mejores resultados. Sin embargo, en los países en desarrollo, es posible que los hornos no reporten los mismos beneficios pecuniarios que en los más avanzados. Hay otro método, el de secado forzado, que acelera el proceso del aire para secado con una pequeña inversión.

La necesidad de secar la madera no tiene por qué constituir un obstáculo para su empleo en los países en desarrollo. El trazado, el equipo y la organización de un centro de secado al aire son relativamente sencillos. El único problema que se presenta es el pecuniario. Incluso en el trópico, el almacenamiento de la madera para secarla significa una inmovilización de capital de varios meses. El secado al horno exige inversiones, la contratación de técnicos costosos y costos de mantenimiento relativamente elevados y lo que escasea, precisamente, en los países en desarrollo son los capitales y los técnicos.

CLASIFICACIÓN Y CONTROL DE LA CALIDAD7

7 Esta sección se debe a D.T. Priest, Forest Products Laboratory, Princes Risborough, Reino Unido.

El uso amplio de la madera en la construcción de viviendas es posible sólo si se mantienen existencias de los tipos y dimensiones requeridos, debidamente clasificadas y de la calidad exigida por el mercado. Hasta hace poco, en los países en desarrollo, salvo tratándose de la madera de algunas especies destinadas a la exportación, no había clasificación ni control de la calidad.

Cada uno de los principales países productores de madera de coníferas tiene sus propias normas de clasificación. Por lo general, están basadas en un sistema de clasificación por los defectos, o sea, el tamaño y el número de cada tipo de defecto tolerable en cada clase, generalmente en relación con las dimensiones de la pieza. Corrientemente los defectos que se consideran son nudos, grietas, rajaduras, cantos imperfectos, torceduras, manchas y putrefacción. El defecto principal determina la calificación adecuada. Para el mercadeo las clases superiores se incluyen en un solo grupo. Aunque las calidades de un sistema de normas no corresponden a las de otro, en la práctica se les conoce una equivalencia aproximada. La madera de calidad superior se usa principalmente en ebanistería y para hacer elementos que deberán soportar grandes cargas; la inferior, en construcción, en general, como, por ejemplo, estructuras de viviendas y armazones de techos. Se han publicado normas de clasificación de la madera de coníferas en Noruega, Finlandia, Polonia, Suecia, Reino Unido, Canadá oriental y costa del Pacifico de América del Norte. Las normas de la U.R.S.S. no se han publicado.

En otras regiones, que producen cantidades apreciables desde el punto de vista comercial de madera aserrada de frondosas, se aplican, bien normas especificas para las especies principales, o bien algunas de las generales que rigen en América del Norte o en Malasia. En muchos casos, estas normas se dictan con vistas a la exportación y, por ello, no suelen ser aplicables al comercio interior.

Actualmente, en algunos países se han dictado normas de clasificación y control de la calidad para la madera que se emplea en la construcción. Así, por ejemplo, en la India se han determinado las especificaciones y se ha hecho una clasificación por especies. En Africa oriental se ha implantado un sistema de control de la calidad según los resultados que, al parecer, tiene un gran porvenir. Según Campbell (12), a permite emplear madera de calidad inferior para la construcción; pone el control de la calidad en manos del proyectista; es sencillo y se puede aplicar sin necesidad de esperar a que se dicten las normas de clasificación locales ·.

PRESERVACIÓN DE LA MADERA

Muchas especies de madera, en estado natural no duran mucho y suelen ser atacadas por termes, hongos o insectos perforadores (barrenillos), aislada o conjuntamente.8 Salvo en las regiones árticas, dondequiera que se emplee la madera suelen encontrarse uno o varios de dichos enemigos. Los ataques son más frecuentes en los climas cálidos. Como la mayoría de los países en desarrollo se encuentran en las regiones tropicales, las medidas de protección de los edificios de madera contra la degradación biológica o el ataque de los insectos se hacen indispensables. La preservación de la madera de las especies secundarias, que en estado natural no duran mucho, puede hacer que estas especies den un rendimiento práctico equivalente al de las especies primarias, que pueden escasear, y suelen reservarse principalmente para la exportación.

8 Este tema se trata en la Sección 4, Parte I, y sus documentos de antecedentes.

Hay una diversidad de productos químicos y técnicas de tratamiento para combatir los hongos, termes e insectos perforadores, que atacan la madera. Los tratamientos más frecuentes son químicos o mecánicos.

Tratamientos químicos

Barnizado por inmersión o aspersión. Se emplean en la madera seca, pero, por lo general, la penetración del producto químico no suficientemente profunda como para impedir el ataque, si se corta o perfora la madera posteriormente, o si se producen en ella grietas o rajaduras. Se pueden obtener mejores resultados empleando disolventes de escasa viscosidad, pero, incluso en este caso, es difícil prever la eficacia del tratamiento.

Procedimiento de tanque abierto en caliente o en frío. Se puede lograr una penetración más profunda mediante este proceso, pero el grado de absorción varía mucho. La inversión de capital es algo más grande, porque se precisan, por lo menos, un tanque y una fuente de calor. La impregnación para preservación se realiza calentando la madera sumergida en el producto químico y dejándola que se enfríe por sí sola, o bien colocándola en otro tanque con solución fría. En esta forma, se contrae el aire del interior de la madera y se logra que la solución penetre a mayor profundidad.

Impregnación por difusión. En este caso, las sustancias preservativas en solución acuosa se introducen en la madera verde inmediatamente después de aserrarla. No es preciso transportar la madera a una fábrica de impregnación centralizada; lo mejor es hacer la operación cerca del lugar donde se cortan los árboles. Se ha obtenido una buena impregnación con la madera de varias especies, difíciles de impregnar en otra forma. Al comenzar, hay que preocuparse de que la humedad inicial de la madera sea sufientemente elevada y de encastillar ésta con cuidado en ambientes muy húmedos, para lograr el máximo de difusión. En ciertos casos, se le puede dar a la madera un acabado a máquina después de impregnarla, pero, como los productos químicos empleados son solubles en agua, sólo se puede usar en interiores. En exteriores hay que cubrirla con una capa de pintura permanente. Otro procedimiento que se emplea en los Estados Unidos es el denominado de doble difusión, mediante el cual se insolubilizan los preservadores acuosolubles (véase la Sección 4, Parte I).

Impregnación al vacío y a presión. Una planta de impregnación al vacío y a presión exige una inversión de capital mayor que con cualquiera de los otros sistemas. Por lo general, no se instala en los aserraderos, sino en los depósitos centrales, ya se trate de una empresa autónoma o de una que dependa de aserraderos o contratistas principales. Gracias a este tratamiento se puede lograr una penetración total en la albura susceptible y en el caso de algunas especies, también en el duramen. Además, se puede regular la cantidad de productos químicos que se depositan en el interior de la madera. La madera impregnada al vacío y a presión con productos químicos estables e insolubles como, por ejemplo, cobre-cromo-arsénico (CCA), puede emplearse a la intemperie y en contacto con la tierra (véase Cuadro 4). La impregnación al vacío y a presión sólo se debe realizar con madera seca, a la cual se le hayan dado las dimensiones definitivas antes del tratamiento.

Métodos mecánicos

Es posible impedir que los termes lleguen hasta la madera, por medio de obstáculos físicos. Se han perfeccionado varios métodos de protección contra los termes subterráneos, especialmente una losa de hormigón sobresaliente que cubre toda la base y un zócalo del mismo material alrededor de todo el edificio. Hay otros métodos, como el empleo de capuchones metálicos, por ejemplo, en el extremo superior de los pilares, de una losa de hormigón alrededor de los muros de ladrillo y de varios productos químicos, como venenos o sustancias repelentes que se aplican al terreno. Los obstáculos mecánicos y el envenenamiento del terreno tienen la ventaja de que no sólo protegen la madera de la estructura, sino las cosas que se encuentran en el interior del edificio como, por ejemplo, alfombras, libros, cortinas, ropa, etc.

Ninguno de estos métodos es totalmente satisfactorio y todos son ineficaces contra los termes de la madera seca.

FUTURO DE LA IMPREGNACIÓN DE EA MADERA

La población rural del trópico lleva muchos siglos empleando materiales perecederos para construir sus viviendas y se ha resignado a tener que reemplazarlas con frecuencia.

Esto vale tanto para la madera como para el barro, o los techos de paja u hojas.

La migración hacia las ciudades ha hecho que cambie, poco a poco, la manera de pensar. La población urbana aplica un criterio pecuniario, trabaja a jornada completa y es reacia a emplear todo su tiempo libre, y a gastar el dinero ahorrado en reparaciones o en el reemplazo de las partes deterioradas de la casa, de manera que prefiere los materiales más durables. El valor que se atribuye a la madera impregnada está en estrecha relación con este cambio generalizado de la manera de pensar, en cuanto a los edificios y los materiales de construcción.

En general, el costo de la impregnación aumenta en 10 a 20 por ciento el de la madera aserrada y, por lo tanto, aproximadamente en 5 por ciento el costo de una vivienda pequeña de dicho material. Este mayor costo puede considerarse la prima de un seguro de vida para la vivienda. Como le da a la madera una protección permanente, contribuye a prolongar su vida útil y también es una garantía para las instituciones hipotecarias y de administración de propiedades, que asumen los riesgos financieros, mientras dura la ocupación por parte del inquilino, o el servicio de la deuda hipotecaria.9

9 Algunos pequeños aserraderos y negocios de madera se resisten a aceptar la impregnación, porque piensan que disminuirá, o desaparecerá, la demanda que emana de la necesidad de reemplazar las partes atacadas por termes, hongos, etc. Esta manera de pensar no favorece a la industria maderera. Por el contrario, ha fomentado el empleo de materiales que le hacen la competencia, como el acero y el hormigón, haciendo disminuir las oportunidades de desarrollo del mercado maderero.

CUADRO 4. - PRINCIPALES MÉTODOS DE PRESERVACIÓN DE LA MADERA

Forma de utilización de la madera

Método de tratamiento

Enemigos

Condiciones que debe reunir el producto preservativo

Producto preservativo recomendó

Pilotes, postes para cercas, etc. en contacto con el suelo

Impregnación, impresión y vacío

Termes, barrenillos y hongos

Insoluble, eficacia universal

Creosota, pentaclorofenol, cobre-cromo-arsénico, zinc-cromo-arsénico, flúor-cromo-arsénico, etc.

Exteriores, pero no en contacto con el suelo

Impregnación por vacío y presión o inmersión en solución caliente y fría

Termes, barrenillos y hongos

Insoluble, eficacia universal

Creosota, pentaclorofenol, cobre-cromo-arsénico, etc. naftanato de cobre y otros productos comerciales idóneos

Interiores

Impregnación por vacío y presión, inmersión en caliente y en frío, difusión

Termes, barrenillos y hongos

Eficacia suficiente para combatir todo tipo de degradación

Suspensiones acuosas de disolventes orgánicos idóneos

En algunos países, gracias a las leyes y al fomento, por parte del Estado, se ha creado una industria de preservación sólida y bien arraigada como, por ejemplo, en Malasia y en Chile, donde se halla muy difundido el empleo de madera impregnada, en las viviendas económicas y en las tradicionales.

Se calcula que, en todo el mundo, hay alrededor de 2000 fábricas de vacío y presión y que aproximadamente el 80 por ciento de ellas emplean suspensiones acuosas, que son muy idóneas para la impregnación de madera para viviendas.

Se calcula, también que, por lo menos, de 700 a 800 fábricas se encuentran en países tropicales y subtropicales y que muchas trabajan sólo alrededor de un tercio de sus 24 horas de capacidad. Además, en los países en desarrollo, funciona un gran número de plantas de inmersión.

Muchas apenas consisten nada más que en un tambor de acero y un depósito de preservadores. La mayoría de las fábricas de preservación se encuentran en zonas urbanas, cerca de los centros de consumo.

Muchos de los vendedores de instalaciones de preservación y de la maquinaria respectiva dan facilidades de pago, para reducir la gran inversión inicial. Fomentando el empleo de madera impregnada (según el sistema empleado), se lograrán las siguientes ventajas:

utilizar la madera de las especies secundarias, que dura menos en estado natural;

eliminar la necesidad de revestimiento protector en los exteriores de madera, y

utilizar la madera impregnada en cimientos, pilotes, vigas de pisos, etc.

En el Cuadro 4 se indican los métodos de tratamiento recomendados para la madera destinada a la construcción de viviendas en los países en desarrollo.

PREVENCIÓN DE INCENDIOS

Muy pocas son las personas que, en una ciudad de un país en desarrollo que esté creciendo rápidamente, no hayan sido testigos de uno de esos desastrosos incendios, que, de tanto en tanto, arrasan las poblaciones marginales, cerca del centro de las ciudades. La impresión que causan dichos incendios es grande porque, antes de la inmigración masiva, rara vez los había en las ciudades de las zonas cálido-húmedas del trópico, debido a que las casas no tienen calefacción, las superficies de las paredes y los pisos son de materiales incombustibles, el amueblado es mínimo, no hay cortinas ni tapicería y la cocina suele estar separada de la casa. Sólo en las ciudades más grandes había cuerpos de bomberos.

El crecimiento desmesurado de las poblaciones marginales densísimamente habitadas ha producido un cambio total, reavivando el recuerdo de los incendios de las aldeas, que se propagan con pavorosa rapidez, pasando de una choza de paja a la siguiente. Los habitantes de las ciudades rápidamente crecientes y superpobladas de los países en desarrollo no saben que la madera, en realidad, no se inflama fácilmente de por sí y resiste las llamas mucho tiempo (9) y que los fuegos se originan corrientemente por contenidos ígneos, más bien que por elementos de la construcción misma. Se sorprenderían si supieran que las vigas de acero ceden a menores temperaturas que las de madera y que una puerta de este material, con revestimiento de amianto, es una defensa más segura contra el fuego que una de acero.

En la actualidad, se hace muy poco para vencer el temor y los prejuicios acerca del empleo de la madera en las ciudades de los países en desarrollo. Hay pocas esperanzas de que esta situación cambie sin una instructiva campaña de divulgación que dé hechos y resultados de la investigación dirigidos no sólo a los constructores de casas, sino también a arquitectos, ingenieros, contratistas, administradores, y aseguradores.

Métodos de empleo de la madera en la vivienda

Las condiciones económicas de los países en desarrollo limitan la elección de métodos en el empleo de la madera en la vivienda. Sin embargo, como elemento no resistente (para ebanistería y elementos empotrados), se está usando cada vez más en todo el mundo10 y probablemente los países en desarrollo seguirán la misma tendencia general, pero con más lentitud.

10 Véase Sección 5.

La madera como elemento estructural se puede emplear en la construcción de viviendas de las siguientes maneras:

Estructuras resistentes. Incluye todos los edificios que tienen pilares, vigas, largueros, travesaños y tijerales de techo de madera. Se les suele denominar edificios de madera o estructuras de madera, aunque el revestimiento exterior (forro) e interior de los muros sea de otros materiales. Solían ser el tipo de construcción preferido en el trópico ecuatorial, donde la madera está rápidamente disponible y satisface a la perfección las exigencias del clima.

Revestimientos y forros de madera. Antiguamente, se consideraba que el revestimiento de madera no constituía un elemento resistente. Pero, en la actualidad, los proyectistas consideran que puede contribuir a darle mayor resistencia y rigidez a las estructuras y emplean revestimientos resistentes (stressed skins) para reducir el grosor de los pilares y las vigas y, por ende, la cantidad de madera maciza del edificio. Probablemente, en los países en desarrollo, el empleo de la madera a la vista tardará en introducirse, porque hay prejuicios contra su uso, ya que se considera que es el material de construcción del pobre.

Moldes hormigón. El empleo de la madera en esta forma se está difundiendo también rápidamente. A partir de 1950, la madera terciada, los tableros duros y los de partículas han ido bajando de precio y han comenzado a emplearse ampliamente en moldes para hormigón. La situación económica de los países en desarrollo favorece el empleo de la madera en esta forma. En su mayoría, tienen materia prima para hacer el hormigón, pero no para fabricar acero. Por tal motivo, el hormigón se emplea de preferencia en las formas que requieren el mínimo de acero; así, en varios países en desarrollo, las cáscaras en forma de bóvedas, cúpulas, parábolas hiperbólicas, etc. han alcanzado un alto grado de perfección. Para hacer los moldes de estas estructuras se necesita mucha mano de obra. Como los países en desarrollo tienen grandes reservas de trabajadores semicalificados, es posible esperar que el empleo de dichas cáscaras de hormigón aumente cada vez más, primero en las obras públicas y, luego, en las viviendas.11

11 No es por casualidad si México se puso a la cabeza del mundo en el arte de cubrir grandes luces con cúpulas de cáscaras de hormigón, ni que los primeros experimentos para emplear las del tipo igloo en las viviendas económicas se hicieron en Dakar (Senegal), a comienzos del decenio 1950-59.

ELEMENTOS PREFABRICADOS

En vista del rápido índice de crecimiento de las ciudades de los países en desarrollo, es de esperar que aumente el mercado de elementos de madera, resistentes o no, producidos a escala industrial. Probablemente, las puertas, ventanas, claraboyas, enrejados de sombra, barandas y armazones de techos tendrán un mercado firme, si los elementos son suficientemente livianos y pequeños como para transportarlos a la obra en carretas rurales, bicicletas o sobre la cabeza, y si se pueden armar e instalar sin necesidad de grúas u otros dispositivos mecánicos.

En la mayoría de los países en desarrollo, el crecimiento de la industria de elementos de madera ha sido lento en modo desalentador. En las ciudades de Africa occidental y de la India septentrional, la fabricación, en gran escala, de ventanas de acero se ha desarrollado con mayor rapidez que la de las de madera. Es difícil determinar las causas de este fenómeno. Puede ser que se deba al subdesarrollo de la industria maderera, a la falta de uniformidad de las dimensiones, o a ambas causas.

Hay pocas posibilidades de que, en el futuro inmediato, dé buenos resultados la prefabricación de viviendas completas, o de grandes paños de muros, prearmados y terminados. Ni siquiera los procedimientos más eficaces de prefabricación de los mismos pueden competir con los materiales locales. Las ventajas económicas de la prefabricación se logran cuando los costos de la mano de obra son elevados, cosa que no sucede en los países en desarrollo. En cuanto a los elementos prearmados para techos, las perspectivas son algo mejores. Los techos plantean un problema técnico a los pequeños constructores de viviendas y los habitantes del trópico están acostumbrados a pagar por los materiales que emplean en los mismos.12

12 Dos de los documentos de antecedentes (15 y 18) se refieren a las grandes economías que se pueden hacer empleando madera, en vez de acero, en las estructuras de los techos. En las viviendas económicas, por lo general, los techos no necesitan vigas, pero sería remunerativo investigar si los mismos procedimientos se podrían aplicar al uso de la madera para reducir los costos de las cumbreras y largueros de viviendas pequeñas producidos a escala industrial.

El único campo en el cual la prefabricación en gran escala de elementos de madera puede entrar en juego es el de las viviendas de emergencia (por ejemplo, cuando se producen terremotos) y el de los campamentos de obreros y empleados de grandes obras públicas, como, por ejemplo, las viviendas prefabricadas que dieron tan buenos resultados en Akosombo, en Ghana, que se hicieron en parte en el Reino Unido y en parte en el país, armándolas con mucha rapidez los trabajadores del embalse del río Volta. Estas viviendas de Akosombo se han utilizado mucho durante 10 años y se encuentran todavía en excelente estado. En la actualidad forman parte de un poblado que, a todas luces, adquirirá carácter de permanencia.

Resumen y pronóstico

Al considerar las conclusiones que se pueden deducir de este análisis, hay que recordar que se ha basado primordialmente en las circunstancias actuales y que lo que hoy es un factor negativo puede convertirse, en muchos casos, en el factor positivo en lo futuro, si se toman las medidas adecuadas.

FACTORES POSITIVOS

Entre las circunstancias que pueden ser favorables a un mayor empleo de la madera en la vivienda, en los países en desarrollo, se encuentran algunos factores fundamentales de progreso y crecimiento, en general. Entre los más importantes, cabe mencionar las fuerzas económicas que entran en juego en dichos países. La migración de la población rural hacia los centros urbanos y otros factores están haciendo que la demanda de viviendas aumente cada vez más. Los costos de los materiales de construcción importados aumentan y las autoridades se ven precisadas a fomentar el empleo de los materiales nacionales, especialmente de la madera. El desarrollo de la infraestructura, y sobre todo de la red viaria, ha sido muy grande y, poco a poco, se hará menos difícil el transporte de la madera.

Las exportaciones de madera se componen cada vez más de productos elaborados, que, en parte, no cumplen con todas las normas de calidad del mercado externo, pero son perfectamente idóneos para diversos fines en la construcción en el país.

Hay muchos elementos importantes en una vivienda, en relación con los cuales el material más económico y adecuado es la madera.

Los precios de la madera terciada y de los tableros de partículas han bajado y las técnicas de fabricación han mejorado considerablemente.

El número de instalaciones donde se procede al tratamiento de la madera para impedir el ataque biológico está aumentando. Los constructores de casas urbanas comienzan a reconocer que los costos de tal tratamiento son mínimos y sus ventajas, inmensas.

Entre los factores sociales favorables, se cuentan: las tradiciones ancestrales de utilización y elaboración de la madera de los poblados del trópico cálido-húmedo, el uso continuo de la madera en la construcción de viviendas rurales y la transferencia de estas especializaciones rurales a las ciudades debido a la migración interna. Cabe, también, mencionar el despertar del sentimiento nacional, en los países en desarrollo, que tiende a expresarse a través de esfuerzos destinados a resucitar antiguas tradiciones de artesanía maderera.

El clima del trópico cálido-húmedo, donde se encuentran muchos de los países en desarrollo, es propicio para los bosques, a tal punto que éstos representan las tres quintas partes de la superficie forestal mundial. Al mismo tiempo, precisamente en estas zonas climáticas es donde la madera constituye el material de construcción más idóneo, por sus características térmicas y por su resistencia. La madera es ventajosa, especialmente en las zonas de huracanes y terremotos.

FACTORES NEGATIVOS

Es muy grande el número de factores desfavorables al empleo de la madera en la vivienda.

Hay prejuicios sociales contra la madera, como material de construcción de viviendas. Se la considera el material del pobre, porque se emplea con tanta frecuencia en las poblaciones marginales. Se la considera también menos durable que otros materiales y más expuesta al peligro de incendios.

La oferta de productos madereros es escasa en la mayoría de los países en desarrollo. La selva tropical tiene muchos menos árboles, considerados útiles, por hectárea que los bosques de los climas templados, lo cual eleva los costos de explotación. Los aserraderos, en su mayor parte, son anticuados y en muchos países en desarrollo no se producen tableros derivados de la madera porque su economía de escala excede los límites del mercado interno.

Un mercadeo y distribución rudimentarios hacen difícil la obtención de productos madereros, donde y cuando se precisan.

En lo que a los aspectos técnicos se refiere, se sabe poco acerca de la madera de muchas especies que se encuentran en los países en desarrollo. Los procedimientos de secado, en la mayoría de los casos, son deficientes. No hay normas de clasificación y, en general, no existe la normalización. Con frecuencia, tampoco se impregnan maderas que, en estado natural, duran poco.

BALANCE

Haciendo el balance de los factores positivos y negativos, se observa que, si se mantiene el actual estado de cosas, no se presentarán verdaderas oportunidades de aprovechar las posibilidades de la madera para ayudar a resolver el problema de la vivienda en el mundo.

No obstante, si se toman las medidas pertinentes, muchos de los factores, actualmente negativos, pueden convertirse en positivos. Por ejemplo, las actuales deficiencias en el secado, clasificación y preservación, hacen desaconsejable el empleo de la madera, pero, si se subsanan, la balanza se inclinará en sentido contrario. La falta de oferta, que está en relación con los costos de la madera, obedece en gran medida a que no se la emplea en cantidades suficientes para permitir la racionalización de su extracción y elaboración; si aumenta el mercado, lo hará también la oferta y bajarán los costos. Un factor de importancia, entre los que se han mencionado, es el de los bajos niveles de renta: arma mayor demanda interna estimulará el desarrollo del sector forestal y maderero y, por consiguiente, aumentará el empleo y se elevarán los niveles.

Medidas para fomentar el uso de la madera en la construcción de viviendas

Ante el hecho de que un mayor uso de la madera en la vivienda podría ayudar a resolver el problema, a escala mundial, urge tomar medidas para obviar los factores negativos y fomentar los positivos. Se trata de medidas que deberán tomar tanto el Estado como los organismos internacionales. Aunque, en muchos aspectos, la acción de ambos seria complementaria, es quizá conveniente estudiarlas por separado.

LA FUNCIÓN DEL ESTADO

A no ser que se produzcan grandes cambios, en los países en desarrollo la edificación de viviendas seguirá dependiendo, durante mucho tiempo, de la iniciativa individual. Ni las autoridades centrales ni las locales serán capaces de construir todas las viviendas que hacen falta, pero pueden prestar ayuda en la realización de aquellas labores que las empresas constructoras no pueden realizar con sus propios recursos. En relación directa con la construcción de viviendas, pueden aportar la infraestructura necesaria como, por ejemplo, caminos de acceso, alcantarillado, agua potable y terrenos. El Estado tiene la posibilidad y el deber de ayudar a la población a resolver el problema, con su propio esfuerzo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el Estado sólo podrá tener una influencia indirecta sobre el tipo de viviendas que se construya y los materiales empleados, pero, en cuanto a la oferta de madera de construcción económica, puede hacer mucho, indirectamente, para contrarrestar los factores negativos, mencionados más arriba. En los países en desarrollo, el poder indirecto del Estado es muy grande y, si se utiliza con energía y prudencia, puede contribuir, en sumo grado, a modificar el espectáculo deprimente que ofrecen las limitaciones económicas y sociales y eliminar la mayoría de los impedimentos técnicos, que obstaculizan el empleo de la madera en la vivienda.

Si el Estado desea utilizar los bosques con mayor eficacia, para contribuir a la solución del problema de la vivienda, debe cumplir dos funciones:

velar para que haya una oferta suficiente y oportuna de productos madereros idóneos, en los lugares donde se concentra la construcción de viviendas;

fomentar, al mismo tiempo, el empleo amplio y racional de productos madereros en la vivienda.

CREACIÓN DE UNA OFERTA DE PRODUCTOS MADEREROS

Lo primero que se necesita es una sana política forestal, orientada a la satisfacción tanto de las necesidades locales como de las del mercado externo. Por otra parte, en los planes generales del desarrollo de carreteras, ferroviarios, etc., deberían tenerse siempre en consideración las necesidades infraestructurales de la corta y extracción de la madera, ya que se trata de asuntos que dependen directamente del Estado.

Por medio de la política forestal, el Estado puede fomentar y, en caso necesario, hacer obligatoria, la utilización de la madera de las especies menos conocidas, para aumentar la oferta de materiales de construcción, sin que disminuya la cantidad de las especies valiosas para la exportación.

El Estado tiene la posibilidad de emplear palancas económicas para fomentar la modernización y ampliación de la industria maderera. Cuenta también con los medios necesarios para que las fábricas que se establezcan encajen en el plan de la red general de oferta, elaboración y mercadeo de la madera.

En muchos países en desarrollo, el alto grado de fragmentación de la industria de la madera impide el mantenimiento de una oferta continua de maderas de calidad y dimensiones idóneas. Una de las maneras de suplir esta deficiencia podría consistir en que el Estado aplicase deliberadamente una política de fomento de la creación de depósitos de madera centralizados, con instalaciones para el secado y el almacenamiento de grandes existencias obtenidas, en régimen cooperativo, por pequeños productores. Convendría también que dichas centrales se encargaran de la clasificación y preservación de la madera y de dar a los productos las dimensiones requeridas.

Dado que el progreso tecnológico hace variar la posición competitiva de la madera como material de construcción, convendría fomentar la coordinación de las labores de investigación y demostración práctica entre los laboratorios de productos forestales y los organismos de investigación de la construcción, para sentar las bases de un sano desarrollo, a largo plazo, de la industria maderera como uno de los principales proveedores del sector de la edificación.

FOMENTO DEL EMPLEO DE LA MADERA EN LA CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDAS

La segunda función tiene un carácter muy diverso. Implica luchar contra los prejuicios que han surgido en relación con la madera en las ciudades de los países en desarrollo. Hay que hacer conocer la verdad acerca de la madera, o sea, que es un material de construcción de alta calidad y larga duración. Los primeros en reconocer esta verdad deben ser los propios organismos estatales de la construcción, especialmente los ministerios de obras públicas. Sus actividades en la construcción de viviendas son insignificantes en cantidad, pero importantes en cuanto dan el ejemplo a decenas de millares de empresas constructoras particulares.

Aún más importantes que las casas que los ministerios de obras públicas construyen para sus altos funcionarios son las de las personas más acomodadas, los héroes nacionales y los dirigentes reconocidos y admirados por la opinión pública. La madera dejará de ser el material del pobre, cuando las personalidades públicas comiencen a construir sus casas con este material.

Para contrarrestar los impedimentos sociales y culturales es preciso, también, dictar leyes y reglamentos de la construcción, o reformar actuales, que suelen basarse en prejuicios contra la madera (a menudo como reminiscencia de las administraciones coloniales). El fomento del empleo de la madera en las viviendas debe lograrse utilizando todos los medios de comunicación pública con que cuente el Estado y no debe limitarse exclusivamente a las publicaciones científicas.

Puede parecer exagerado esperar que el Estado introduzca una moda, pero la historia de la moda en el vestir, de la decoración, o de la construcción, permite comprobar que esto se ha hecho en el pasado y también se puede hacer en el presente.

FUNCIÓN DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES

Conviene que la producción de materiales de construcción se base en materias primas nacionales, siendo, por lo general, los bosques una de sus fuentes principales. El estudio del potencial de estos recursos y de la mejor manera de elaborar y utilizar la gran variedad de maderas es una tarea primordial en muchos países en desarrollo. Precisamente, la mayoría de los proyectos patrocinados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ejecutados por la FAO tienen por objeto ayudar a resolver este problema. En la actualidad, la FAO ejecuta 61 proyectos forestales en 50 países, un 80 por ciento de los cuales están relacionados con el desarrollo de la industria maderera, en general. Suelen abarcar la construcción de fábricas de elaboración experimentales como, por ejemplo, aserraderos, instalaciones de preservación, etc. Este aspecto demostrativo de los proyectos debe, sin embargo, ir más allá de la simple demostración de la posibilidad de producir madera para el mercado. Es indispensable hacer demostraciones también de las aplicaciones prácticas de dichos productos. Actualmente, sólo en algunos proyectos se contempla la construcción real de casas de elementos de madera. Conviene hacer un esfuerzo considerable para desarrollar este aspecto de las actividades de campo para que, en lo futuro, la mayoría de los proyectos relativos a la industria elaboradora de la madera abarquen planes de demostración de la aplicación práctica de los elementos de construcción de madera. Labores de esta índole se pueden realizar con la colaboración de los diversos organismos internacionales interesados, especialmente el PNUD, la FAO, el Centro de Vivienda, Construcción y Planificación de las Naciones Unidas, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y las comisiones económicas regionales.

Hay muchos otros problemas a cuya solución pueden contribuir los organismos internacionales complementando la acción del Estado, en materia de fomento, con sus servicios de documentación y difusión de la información. Pueden también contribuir mucho al fomento y la coordinación de las actividades de investigación sobre base regional y subregional, y ayudar en la difusión de la tecnología, mediante la creación de centros de capacitación, regionales y subregionales, en producción de elementos de madera para viviendas y utilización de los mismos.

Referencias

(1) HAGMÜLLER, G. 1970 La ciudad tiene ya la cabeza en la soga. Ceres, (18): 4447.

(2) NACIONES UNIDAS. 1967 Methods of estimating housing needs. New York. ST/STAT/SER. F/12.

(3) DALDY, A.F. 1969 Regulations for small buildings in earthquake areas. London, HMSO. (Building Research Station Garston)

(4) GARSTON, INGLATERRA. BUILDING RESEARCH STATION. 1959 Building in earthquake areas. London, HMSO. Overseas Building Note N. 63.

(5) MUNTAZ, G.F. BABAR KHAN. Transition: a study of the community in the north of Ghana. Kumasi, Ghana, Faculty of Architecture, University of Science and Technology. (Inédito)

(6) CROOKE, PATRICK. 1967 Asentamiento rural y tendencias en materia de vivienda en un país en vías de desarrollo: un ejemplo de Nigeria. Revista Internacional del Trabajo, 76: 312-326.

(7) FALCONER, J.P.R. 1970 A building system for Ghanaian housing. Documento presentado al American Institute of Architects' Research Conference, 1970.

(8) LUBEGA, A. 1969 The financing and production of prívate houses in urban districts of Kampala, Uganda. London. (Tesis)

(9) DESCH, H.E. 1968 Timber: its structure and properties. 4th ed. London, Macmillan.

DOCUMENTOS DE REFERENCIA

(10) BARROSO, J.R. & TINTO, J.C. 1971 Utilización de la madera para la vivienda en un país deficitario en esta materia. WCH/71/6/7.

(11) BURGESS, H.J. 1971 Experience with the promotion of wood in housing in the tropics.

(12) CAMPBELL, P.A. 1971 Performance specifications for the quality control of timber for housing in developing countries. WCH/71/6/2.

(13) FALCONER, J.P.R. 1971 Design and production of tropical timber housing. WCH/71/6/6.

(14) GUISCAFRE, J. 1971 Le bois dans la construction en Afrique tropicale francophone. WCH/71/6/9.

(15) MASANI, N.J. 1971 Experience with timber engineering in the tropics. WCH/71/6/5.

(16) NOËL, G.A., BÉCHARD, J. & HUYGEN, J.P. 1971 Aspects pratiques de l'emploi du bois dans le lodgement dans les projects PNUD/FAO. WCH/71/6/10.

(17) ROBLES, G. & TENG, I. 1971 Wood in housing in Chile.

(18) STOKES, J.G. 1971 Wood in housing in South East Asia and the Pacific areas. WCH/71/6/4.

DOCUMENTOS ESPECIALES

(19) FINNSIO, C.T. 1971 Review of the use of wood in housing in Africa. FO:WH/71/21.

(20) HAGMULLER, G.A. 1971 Review of the use of wood in housing in Asia and the Far East. FO:WH/71/43.

(21) MARRA, A.A. 1971 The elements of wood in housing and their relationship to resources and processes. FO:WH/71/45.

(22) TENG, I. 1971 Review of the use of wood in housing in Latin America. FO:WH/71/15.

Informe de la Consulta

1. El uso de la madera en la vivienda en los países en vías de desarrollo fue un tema constante en el curso de las discusiones de la Consulta, pero en la Sección 6 se analizaron todos los problemas relativos a este asunto desde el punto de vista especial de los países en desarrollo, teniendo en cuenta el fondo de sus respectivas situaciones sociales y económicas.

2. La Consulta pasó revista a los aspectos geofísico, social, económico y técnico de la situación. Se trató de dictar una prognosis comparando los factores en pro y en contra del uso de la madera en la vivienda, concluyéndose que su empleo en países en desarrollo disminuirá, a menos que se adopten medidas oportunas y se emprendan programas de acción. Sobre esta base se sugirieron medidas encaminadas al mejoramiento de la provisión de madera y al desarrollo de mercados para materiales de construcción derivados de este producto.

3. Las discusiones giraron en torno a cuatro temas principales: el mejoramiento cualitativo y cuantitativo de la provisión de madera; el desarrollo y mejoramiento de los diseños y técnicas de construcción; el desarrollo de mercados; y los problemas de educación y servicios informativos.

4. La Consulta reconoció como puntos clave el mejoramiento de la calidad de los materiales de construcción derivados de la madera y la garantía de que lleguen sin interrupción al sector de la construcción; el acceso a los bosques debe mejorarse; se debe aprovechar toda la madera útil; la industria de aserraderos debe modernizarse; se deben dictar y aplicar reglas de clasificación basadas en los usos a que se destina la madera; la cura y tratamiento con sustancias preservativas deben convertirse en prácticas corrientes.

5. La Consulta hizo hincapié en que los diseños y las técnicas de construcción sean adecuados a la capacidad económica, las condiciones climatológicas, las tradiciones culturales y la estructura social de los países respectivos. Los proyectos de zonas residenciales deben tener en cuenta el uso de la madera al determinar la densidad de viviendas y el espacio entre los edificios. Se debe estudiar la posibilidad de lograr mayor densidad mediante el uso de la madera en combinación con otros materiales. Los diseños de viviendas deben incluir innovaciones tales como la producción de grandes piezas formadas con pequeñas secciones de madera, el uso de la madera en estructuras con revestimientos resistentes y la aplicación de nuevas técnicas para armazones.

6. La Consulta admitió que la falta de una línea de conducta definida en materia de vivienda es uno de los principales obstáculos para el desarrollo de un mercado firme para los productos de la madera. El desarrollo del mercado requiere la creación de normas dimensionales y una verificación de calidad uniforme. El refinamiento continuo del diseño de viviendas debe aspirar a reforzar la posición de competencia de los materiales de construcción basados en la madera.

7. El mercado de la madera resulta fuertemente afectado por preferencias debidas a prejuicios sociales, por lo cual el combatir estos prejuicios por medio del empleo y la educación es un elemento esencial de la estrategia del mercado.

8. La Consulta advirtió que las prácticas comerciales de varios países en vías de desarrollo afectan poderosamente el uso de la madera en la vivienda. Por una parte, hay países con una considerable exportación de madera en forma de troncos, que tienen una industria de aserraderos subdesarrollada y un mercado doméstico mal abastecido. Por otra parte, hay países cuyos centros de población quedan lejos de los puertos marítimos. Estos se ven inclinados a depender del mercado doméstico, lo cual puede conducir gradualmente a la creación de una industria maderera próspera que podría abastecer al sector de la construcción y hasta llegar a exportar componentes de madera elaborada, o a medio elaborar, para viviendas.

9. La Consulta reconoció la necesidad crítica de adiestrar técnicos madereros competentes en la aplicación de la madera a la vivienda y de crear medios educativos y servicios de información apropiados. De especial valor seria una serie de películas relativas al uso de la madera en la vivienda, «video-tapes» para información de los consumidores, y obras de referencia y manuales para los interesados. Los servicios forestales y las autoridades gubernamentales de la construcción y de la vivienda deben crear servicios de información sobre el uso de la madera en la vivienda.

10. De las discusiones surgieron un cierto número de puntos concretos y la Consulta recomendó que:

a) los gobiernos formulen con claridad sus políticas sobre la vivienda a fin de asegurar una demanda constante de materiales de construcción, basándose en recursos locales, incluyendo la madera;

b) los gobiernos proporcionen incentivos para estimular la modernización de la industria de elaboración de la madera en los países en vías de desarrollo, especialmente los aserraderos, a fin de garantizar que la elaboración de productos a base de madera tiene la calidad que exige la industria de la construcción y a precios competitivos con materiales de edificación;

c) las autoridades gubernamentales de los países en vías de desarrollo preparen normas de clasificación especializadas sobre los principales usos finales de la madera, en cooperación con los fabricantes, constructores y arquitectos. A falta de estas normas de clasificación, los arquitectos y departamentos gubernamentales de la construcción podrían servir de ayuda para establecer las bases de dichas normas, mediante la inclusión de ciertas normas prácticas de rendimiento en sus contratos.

d) se planee un mayor número de proyectos de campo del PNUD con un número mayor de expertos, más pruebas, demostraciones y servicios de formación a fin de poner coto a la tendencia actual de la construcción urbana de viviendas que se está apartando del uso de la madera. Los proyectos de las industrias forestales y silvicultoras no deberían limitarse a la primera etapa de transformación, sino incluir también demostraciones sobre usos finales en la vivienda y en el sector de la construcción, contando con la cooperación entre los organismos especializados de las Naciones Unidas;

e) debería dirigirse un mayor flujo de ayuda bilateral a los países que están determinados a emprender programas bien definidos para resolver sus problemas de la vivienda, utilizando sus recursos locales tales como los bosques;

f) los gobiernos y los organismos de la vivienda de los países en vías de desarrollo presten la debida atención a las recomendaciones contenidas en el informe de la ONUDI sobre Técnicas de producción para el uso de la madera en la vivienda en las condiciones predominantes en los países en vías de desarrollo (Viena, 1969);

g) se pongan en aplicación las tecnologías que se basan en la utilización de una gran variedad de especies de madera de poca longitud y poco grueso, a fin de superar el «hambre de madera» artificial de que sufren actualmente varios países tropicales;

h) la tecnología de la construcción de casas se adapte al nivel de la economía del país mediante la selección, siempre que sea posible, de métodos de fabricación de componentes para edificios y construcción de casas que ahorren capital y utilicen mucha mano de obra; la madera es un material muy acomodaticio que puede utilizarse en todos los niveles tecnológicos;

i) dada la rápida concentración de población y urbanización en los países en vías de desarrollo, se desarrollen materiales adecuados, técnicas y diseños para la construcción de casas con varias viviendas, basándose en la utilización de la madera en zonas urbanas de gran densidad de población;

j) los países escasos en madera deberían atacar el problema del uso de la madera en la vivienda desde dos ángulos distintos: por un lado, deberían concentrarse en el empleo de tecnologías y diseños económicos en madera y, por otro lado, deberían estudiar la posibilidad de fabricar materiales con maderas de cualquier tipo y calidad y con restos agrícolas (por ejemplo, tableros de fibras, tableros de partículas, etc.);

k) los gobiernos deberían alentar la investigación para fabricar cubiertas de tejados con materias primas locales, considerando las necesidades especiales de la vivienda en los países tropicales;

l) deberían incluirse algunos arquitectos e ingenieros civiles en los departamentos forestales y organismos relacionados con el fomento de los productos de la madera;

m) los gobiernos y las organizaciones internacionales deberían prestar su ayuda en lo siguiente:

organizar concursos de arquitectura para el diseño de diferentes tipos de casas de madera, medio eficaz de crear ideas nuevas y engendrar en el público el interés por el uso de la madera en la vivienda

producir películas educativas para presentar al público los mejores sistemas en la utilización y conservación de la madera en la vivienda

preparar y editar manuales que puedan utilizar quienes están interesados en el diseño, la producción y la construcción de casas de madera y de componentes de madera, tanto a escala nacional como regional.

11. Por último, la Consulta recomendó que se reúnan en un solo volumen, de forma concisa, pasando revista al «estado del arte», las partes más importantes y prácticas de los documentos presentados en la Consulta y de cuantas colaboraciones surgieron en las discusiones incluyendo los diagramas y grabados; y lograr del libro la mayor distribución posible.


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