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Sección 7 - Fomento del uso de madera en la construcción de vivienda

R.B. GOURLAY

R.B. GOURLAY es oficial de relaciones comerciales, Sección Productos de la Madera, Ministerio de Industria y Comercio, Ottawa, Ontario (Canadá). Se agradecen los documentos de antecedentes y los informes preparados por varios organismos internacionales, en que se basa este trabajo. Al final, figura la lista de tales documentos e informes.

DURANTE CIENTOS DE AÑOS, productos forestales de todo tipo han proporcionado al hombre material apto para darle albergue. En todo este tiempo, se estudiaron las características y propiedades esenciales de la madera y se establecieron normas y reglamentos que dirigiesen a los consumidores en el uso de los diversos tipos de madera para la construcción existentes en el mercado. Sin embargo, tan sólo en época reciente ha ganado en importancia la idea de que hay que mostrar y enseñar al público cómo utilizar la madera y en qué partes de la construcción es más ventajoso su uso, con objeto de obtener un tipo de construcción sólida y segura y, al mismo tiempo, agradable desde el punto de vista estético. Los métodos varían, pero las premisas básicas del fomento de un material o producto es informar y con ello crear la demanda del mismo.

Levin (13) señala que el fomento en sí no debe interesarse directamente en las ventas, sino que debe procurar crear un clima favorable para las mismas. Así, pues, el fomento se interesa en el consumidor o usuario, por lo que, para fomentar un producto con éxito, deben conocerse las necesidades y requisitos del consumidor, eliminarse sus dudas y conceptos erróneos y convencérsele de que obtiene el mejor material por su dinero y para su destino. En otras palabras, el fomento no sólo se interesa en las investigaciones de mercado y en el contacto con el consumidor, sino también en la investigación y el desarrollo del producto, en las técnicas de fabricación y mercadeo y en la preparación y formación del personal relacionado con la industria.

El fomento de la madera y su empleo varían de acuerdo con el organismo o la empresa industrial que emprende el programa de creación de un ambiente adecuado para aumentar las ventas de un producto. Se puede decir que, en general, el fomento de los productos forestales se orienta, en América del Norte, hacia el consumidor último, esto es, el comprador de una casa, mientras que en el Reino Unido y en muchos países europeos se da más importancia al fomento de tipo técnico, dirigido a los arquitectos, técnicos, constructores y todo el personal que trabaja con madera. Naturalmente, ambas posiciones tienen sus ventajas y la elección del programa apropiado dependerá, en gran parte, de la economía de la región y, en menor escala. de los objetivos del programa.

EL FOMENTO EN LOS PAÍSES ESCANDINAVOS

El uso que se hace de la madera en la construcción de viviendas varía notablemente en los diversos países europeos y la educación del consumidor sobre las características esenciales y ventajas de la madera requiere ser tratada diferentemente. Noruega, Suecia y Finlandia, países bien provistos de bosques, llevan utilizando la madera como material de construcción centenares de años. El uso de la madera en la construcción se debe, en gran parte, a la tradición y a que el público en general tiene amplios conocimientos sobre la madera. Ambos factores explican la escasa publicidad que la industria privada hace de los productos de madera y que dicha publicidad vaya dirigida al sector técnico más bien que al comercial y al consumidor. Habitualmente, el fomento realizado en el sector técnico no se lleva a cabo en forma de publicidad directa, sino más bien como informes, documentos, etc., sobre investigaciones de productos forestales.

En Noruega, por ejemplo, el Instituto para la Investigación sobre la Construcción de Noruega (NBI), financiado por el Consejo Nacional de Investigaciones para la Investigación Científica e Industrial, dedica una gran parte de su trabajo al uso de madera en la vivienda, siendo su objetivo lograr resultados directamente aplicables a los modos actuales de construcción. Los programas no se refieren a los conocimientos básicos sobre la madera como tal, sino más bien a la solución de problemas teóricos y prácticos relativos a la construcción con madera. Los resultados de las investigaciones se publican en manuales y tabulaciones que puede leer incluso un profano. El Instituto para la Investigación cobre la Construcción mantiene relaciones estrechas con las universidades que llevan a cabo programas de investigación relativos a la madera y a su uso en la vivienda y otros tipos de construcción, como por ejemplo, edificios agrícolas.

El Instituto para la Carpintería y Tecnología de la Madera de Noruega (NTI) es una organización que se ocupa de la investigación de los productos de la madera. Este instituto, que trabaja en colaboración íntima con el NBI, realiza estudios especializados sobre las propiedades de la madera y productos derivados, a diferencia del trabajo de tipo general que lleva a cabo el NBI. Una característica importante del trabajo del NTI es el establecimiento de una serie de sistemas voluntarios de control de la calidad de los productos de la madera, incluyendo construcciones encoladas de madera laminada, armaduras de techos, tablazón de empalme a cola de pescado, madera de construcción impregnada y tableros de partículas. Se trabaja ahora a fin de crear un sistema semejante de control de la calidad para la clasificación del maderamen y para la manufactura de casas prefabricadas. Los organismos del Estado aceptan estos programas de control de la calidad, que forman la base del sistema utilizado por los funcionarios noruegos de la construcción.

Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia tiene cada uno un Consejo de Información sobre la Madera de Construcción, cuyas funciones incluyen el fomento del uso de madera en la vivienda mediante la divulgación de información técnica y económica relacionada directamente con los productos forestales. Dicha información va dirigida especialmente a arquitectos, constructores, etc., si bien se prepara alguna publicación para el público en general. Sin embargo, la información dirigida al público, además de poner de relieve la belleza y prestigio de la madera, reseña sus ventajas y propiedades técnicas. Todos los consejos de información han establecido estrechas relaciones de trabajo con las organizaciones que investigan los productos de madera en sus países respectivos, así como mutuamente. Los consejos escandinavos se reúnen anualmente para discutir problemas mutuos y técnicas de fomento, tanto para el mercado interior como el exterior. Recientemente se discutió la posibilidad de crear un consejo de información conjunto entre Finlandia, Noruega y Suecia para ampliar la cooperación en el mercado del occidente de Europa. Dos actividades han contribuido a dar a conocer la madera como elemento de construcción de viviendas en el mercado nacional, la primera, los Días de la madera de construcción, celebración anual en que se tratan temas como el medio ambiente y la planificación urbana, así como las propiedades detalladas de la madera, y la segunda, premios anuales o bienales que se conceden al arquitecto que ha hecho mejor utilización de la madera.

EL FOMENTO EN EL REINO UNIDO

La Timber Research and Development Association (TRADA) (Asociación para la Investigación y Desarrollo de la Madera de Construcción) del Reino Unido actúa de modo algo distinto a sus organizaciones equivalentes escandinavas. La TRADA es una asociación independiente de investigación industrial, sustentada con subvenciones anuales de la Federación de la madera y del gobierno, donaciones de empresas privadas, de la industria de la construcción e industrias auxiliares, y con los ingresos obtenidos de la venta de publicaciones y los derechos de matrícula de cursos de formación y enseñanza. El fomento de los productos de la madera en la construcción cae bajo las normas de fomento total, según se esboza al principio de este trabajo, esto es, el fomento tendente a ventas y no a aumentar éstas directamente.

El mercado de productos de la madera puede dividirse en el Reino Unido en dos áreas - la del uso tradicional y la del nuevo uso. Esta última es objeto constante de la influencia de la tecnología moderna, mediante la investigación y desarrollo continuos. La competencia de los materiales sustitutivos y la demanda de mejores resultados en el servicio dieron como resultado un aumento de la investigación y el desarrollo. En el Reino Unido hubo que planear y poner en práctica un programa de fomento que tenía en cuenta el hecho de que, para mantenerse en una posición competitiva, los productos de la madera debían prepararse para un cambio de su forma, su tratamiento y sus métodos de mercadeo. Para lograr esto, la TRADA definió un programa que incluía los siguientes puntos:

1. Identificación de los requisitos de uso final en sectores adecuados para el mismo (encuestas de mercado).

2. Elección, organización y planificación de proyectos, a fin de poner a prueba conceptos, materiales, etc.

3. Empleo de recursos económicos, científicos y tecnológicos para realizar los proyectos.

4. Preparación del diseño o especificaciones preliminares del concepto o materiales que satisfagan los requisitos de uso final.

5. Desarrollo y prueba del prototipo.

6. Preparación de programas de enseñanza y formación.

7. Programa de publicidad y distribución de información.

Se llegó a la conclusión que otro factor muy importante era la influencia de presiones externas. Para introducir con éxito la construcción de viviendas de madera se necesitaba, además de la habilidad técnica y de diseño, eliminar ciertos factores que impedían su desarrollo. En resumen, éstos eran: las disposiciones restrictivas sobra la construcción; las restricciones de los organismos financieros y aseguradores, y un cierto recelo del público en general en lo que se refiere a la seguridad, duración y otros criterios de rendimiento de la construcción con madera. Un programa de fomento bien ideado, que utilice materiales técnicos y no técnicos, puede servir para eliminar estos factores limitativos.

La TRADA se dio cuenta que, actuando de acuerdo con los puntos mencionados, especialmente en lo que se refiere al fomento del uso de la madera en la vivienda, se aumentaban enormemente las posibilidades de éxito. Se consideró que el uso de madera en la vivienda no solamente era el mercado más importante en lo que se refería al uso tradicional en el Reino Unido, sino que ofrecía además el campo más amplio para nuevas aplicaciones de productos a base de madera. Los siete puntos anteriores son básicos de un programa que pretende crear un ambiente favorable para un producto y, aunque pueden variar los detalles, los principios básicos pueden ser utilizados por cualquier organización.

EL FOMENTO EN LOS ESTADOS UNIDOS

El American Wood Council (Consejo americano de la madera), fundado en 1968, puso en marcha un programa de fomento de la madera, en que se da más importancia al consumidor último que al personal que toma parte en las diferentes etapas de prueba de los productos y su uso en la construcción. Una de las razones principales para la organización del consejo de la madera fue la necesidad de contrarrestar los intensos programas de fomento de materiales de construcción competitivos.

Su mayor apoyo le viene al consejo de 12 asociaciones dedicadas al fomento de productos de la madera. Estas pagan cuotas, basadas en el volumen de producción de las compañías miembros de la asociación, y el apoyo adicional viene de distribuidores, proveedores y compañías, que no son miembros de las asociaciones. El objetivo principal del consejo es crear un clima favorable para la aceptación de productos de la madera y obtener así una parte mayor del mercado de la construcción de viviendas. Como se dijo antes, el programa de fomento va dirigido al consumidor, quien es, en este caso, el posible propietario de una nueva casa.

Todo el programa se inició con una encuesta a escala nacional entre los propietarios de casas, acerca de su opinión sobre la madera y su uso en la vivienda. Basándose en los resultados de ella, fue posible desarrollar un plan de comunicaciones, enfocado casi todo él hacia actividades nacionales. Se utilizaron todos los medios publicitarios de masa, incluyendo revistas, periódicos, radio y televisión.

El consejo sentó unas normas publicitarias que corresponden, en algunos aspectos, a las que, por su parte, había creado la TRADA. SUS puntos principales son:

1. Compilación de datos - datos sobre el rendimiento técnico y datos sobre el mercado.

2. Análisis de datos - determinación del público lector, sus características y el mensaje publicitario.

3. Objetivos del programa.

4. Introducción y puesta en práctica del programa.

5. Evaluación de los resultados.

6. Consideraciones de los medios básicos.

El consejo creó una Junta consultiva para una vivienda mejor, formada por constructores, proyectistas y arquitectos, a fin de dirigir las actividades del consejo en asuntos que se refieren a la creciente tendencia de proyectar comunidades cada vez mayores. Un buen diseño a base de madera podría realzar el atractivo de este tipo de vivienda - unidades agrupadas, apareadas y con terrazas. El tamaño de muchos de estos proyectos presenta un amplio mercado para los productos de la madera. Se comprende que el alcance del programa emprendido por el American Wood Council está fuera de las posibilidades de muchos países, pero se puede decir que los principios pueden servir de base a programas de países en vías de desarrollo si se pasan por alto los pormenores.

EL FOMENTO EN CANADÁ

Mientras el programa de fomento del American Wood Council se limita a los Estados Unidos, el Council of the Forest Industries of British Columbia (Consejo de las Industrias Forestales de la Columbia Británica), en colaboración con el Ministerio Federal de Industria y Comercio, ha emprendido un programa para fomentar el uso de productos forestales no sólo en Canadá sino también en Europa, con inclusión del Reino Unido.

A principios del decenio 1960-69, mientras la industria canadiense de productos forestales buscaba el medio de aumentar el volumen de sus exportaciones, el Gobierno del Reino Unido trataba de solucionar el problema de proporcionar a la población un tipo de vivienda bueno y económico.

El primer paso del programa canadiense a largo plazo fue la organización, por parte del Gobierno del Canada, de la visita al país de una misión de personas importantes de la industria de la vivienda, tanto del sector público como del privado. Esto ocurrió en 1963 y fue causa de la recomendación de que la construcción con madera, tal como se utiliza en Canadá, podía y debía introducirse en el Reino Unido. Los problemas que tuvieron que superarse antes de conseguir la introducción de esta técnica de construcción pueden compararse a los encontrados en otros países donde no es corriente el uso de madera en la construcción. Entre estos problemas están: la falta de interés en considerar cualquier cambio en los métodos tradicionales de construcción; la mala opinión que se tenía de la madera en cuanto a su duración y resistencia al fuego; la existencia de normas y reglamentos discriminatorios en la construcción (o la falta total de reglamentación), y la renuencia de las instituciones financieras y aseguradoras a considerar muy duraderas las viviendas de madera o de entramado de madera.

Para contrarrestar estos factores negativos, las asociaciones canadienses de la madera y los contrachapados de madera establecieron oficinas en el Reino Unido y, en 1964, se amplió la oficina central de Londres y se creó el British Columbia Timber Frame Housing Group (Grupo de la vivienda de entramado de madera de la Columbia Británica). Formaban el grupo un arquitecto, un constructor, un ingeniero y diversos especialistas en madera de construcción y madera contrachapada. El grupo preparó publicaciones en forma de material de referencia, folletos, libros, etc. y los utilizó en envíos por correo, como material auxiliar en seminarios y conferencias y para ofrecerlo al entablar relaciones con contratistas y autoridades públicas.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Industria y Comercio del Canadá había emprendido el desarrollo de un programa que completaría y ampliaría el comenzado por el Timber Frame Housing Group. Otras misiones visitaron Canadá en 1965 y 1967,l0 que permitió mostrar el ulterior uso de la madera en la vivienda a gran número de autoridades públicas influyentes y ejecutivos de compañías privadas. La participación del Gobierno del Canadá en la Exposición internacional de la construcción en Londres ha conocido un gran éxito y fue de gran ayuda en el programa general de fomento del uso de madera en la vivienda.

Sin embargo, uno de los pasos más importantes dados después de la misión de 1963 fue la construcción de tres pares de casas apareadas en distintos lugares del Reino Unido y, más tarde, la construcción de un proyecto de 173 unidades en Harlow, pequeña villa al norte de Londres. La construcción de las seis casas pretendía ser una demostración práctica de los métodos de construcción y el acabado de viviendas hechas con madera, mientras que el proyecto de Harlow fue concebido para mostrar que este tipo de construcción era viable económicamente en el Reino Unido, si se realizaba por constructores ingleses. Las películas y diapositivas de ambos proyectos se demostraron instrumentos de fomento de valor incalculable, mientras que las visitas de constructores, autoridades del ramo de la construcción, consejos municipales y agencias de seguros e hipotecas contribuyeron enormemente al programa completo de educación.

Como resultado del trabajo de conjunto realizado por los sectores público y privado, con objeto de establecer y poner en práctica un programa de fomento en el Reino Unido, el número de unidades de viviendas construidas con madera desde 1963 ha aumentado 40 veces. Otros organismos, especialmente la TRADA y el National House Builders' Registration Council (Consejo nacional de registro de constructores de viviendas), proporcionaron un apoyo incalculable, pero el impulso inicial lo dieron las asociaciones de la industria y el Gobierno del Canadá. Como consecuencia del éxito inicial del programa en el Reino Unido, el Council of the Forest Industries of British Columbia y el Gobierno del Canadá han emprendido programas similares, a escala más modesta, en Europa. El uso de madera en la construcción de un tipo de casa sencillo y económico dio como resultado la construcción de un cierto número de viviendas basadas en este método.

EL FOMENTO EN AFRICA

Muchos de los países africanos, abundantes en madera de construcción, se encuentran en una situación peculiar. En general, la industria forestal establecida se orienta hacia la exportación y utiliza un número reducido de las especies de madera disponibles. De hecho, algunos países son conocidos por haberse especializado en una o dos especies importantes (Costa de Marfil en la caoba y la samba; Gabón en la caoba okumé; Camerún en el azobi e iloma). Como la producción de estas maderas tropicales se dirige al mercado de exportación, las clases de madera se limitan a variedades bien conocidas en el comercio de exportación y provienen de una región particular, con la que se han establecido formas de comercio bien definidas.

Todo esto ha creado una situación que deja a los mercados locales de madera de los países africanos interesados en una posición competitiva desventajosa. Debido a que tan sólo se elabora comercialmente un número escaso de especies, el volumen de producción es limitado y el material de mejor calidad va a la exportación. La madera de construcción de menor calidad que queda se utiliza para la construcción por las gentes del país. En muchos casos, la situación se agrava porque se utiliza la madera de modo inadecuado y por falta de precauciones para proteger la madera de la humedad, la podredumbre y los insectos. Así, pues, no es sorprendente que, en algunas regiones, no se considere favorablemente el uso de madera en la vivienda. Es evidente que la falta de conocimientos generales y técnicos sobre las maderas tropicales por parte del público, la industria y los arquitectos podrían explicar la indiferencia actual respecto a su uso como material de construcción.

¿Qué hay que hacer? Los centros de investigación especializados en el estudio de maderas tropicales han reunido mucha información sobre las características, propiedades y catalogación de las especies de tales maderas para su uso final. Hay mucho por hacer aún, pero se han sentado las bases para tratar este problema. La tarea primordial y más importante es hacer llegar los conocimientos disponibles a quienes determinan los materiales que deben utilizarse en la construcción de viviendas. Estos son el arquitecto, constructor, preparador de pliegos de condiciones y contratistas. Algunos de los mejores medios de informar a este grupo de personas son los seminarios, conferencias, artículos técnicos y de tipo general, exposiciones comerciales, etc.

Sin embargo, si se quiere obtener éxito en la utilización de los recursos forestales disponibles, se deberá hacer llegar la información a un público mucho mayor. El público en general, incluso los niños de edad escolar, deben comprender que la madera es un material excelente para la construcción de viviendas. Para lograr esto, se sugiere el empleo de ciertos medios de información de masas: televisión, periódicos, películas que pueden presentarse en las escuelas y unas cuantas sugerencias. Otro aspecto que hay que considerar en el fomento de las maderas tropicales comercializables es la utilización de proyectos piloto, que muestren el uso correcto de la madera en la vivienda, así como las ventajas estéticas de las especies de que se trate.

Tanto los gobiernos como la industria deben apoyar sin reservas los esfuerzos para mejorar la reputación de la madera en los países del Africa tropical. Los comienzos son buenos, pero queda mucho por hacer antes de que se llegue a la utilización completa de todas las clases de madera comercializables y de que el público en general acepte el uso de madera en la vivienda.

DIVULGACIÓN DE LA INFORMACIÓN

Uno de los mayores problemas de la industria de productos forestales, independientemente del país en que se encuentre, es conseguir que la información disponible llegue a manos de las personas que van a utilizar la madera - el constructor, el arquitecto o el propietario de la casa. Sin embargo, es evidente que el volumen de publicaciones técnicas aumenta de tal manera que es casi imposible mantener el ritmo de la evolución, incluso en un campo limitado.

Consciente de ello, el Ministerio de Industria y Comercio del Canadá llevó a cabo una encuesta sobre las necesidades de información de la industria canadiense de la construcción, con objeto de establecer un sistema que simplificase la recepción, el almacenaje y la localización de dicha información. La encuesta mostró que la industria tiene un flujo de información grande y costoso, y está profundamente interesada en un sistema de catalogación eficaz. Puesto que era evidente la necesidad de un método simplificado para hacer frente a este flujo de información, se decidió señalar los objetivos de tal sistema, para que sirviesen de orientación a desarrollos futuros. Esto se hizo para proporcionar a los miembros profesionales de la industria de la construcción un servicio completo sobre todo tipo de información técnica, comercial y productiva. Ya desde el principio se comprendió que sería imposible desarrollar un sistema que respondiese a todas las situaciones y exigencias. La solución más satisfactoria sería hallar un compromiso entre las ventajas del usuario y el costo del sistema, teniendo en cuenta factores tales como las necesidades del usuario, tipo y frecuencia de las peticiones de los usuarios, coste del equipo y transmisión de la información, número total de términos en el índice o vocabulario y otros factores inherentes a un sistema de este tipo.

Un punto importante que debe tenerse en cuenta al desarrollar un sistema de información, son los medios de comunicación entre éste y el usuario. El usuario debe poder formular sus preguntas al sistema en su terminología y tener la seguridad de que el sistema responderá positivamente. En otras palabras, es necesario que se pueda utilizar un lenguaje natural y no de computadora, aunque dentro de ciertos límites. Se debe utilizar un diccionario o vocabulario de términos que permita al usuario formular su pregunta de modo natural e inteligible por el sistema y que corresponda con la manera en que se puede localizar y obtener la información del mismo.

Todavía no se ha desarrollado comercialmente un sistema de información como el descrito, pero se han definido ya sus elementos. Estos pueden dividirse en seis grupos principales, del modo siguiente:

1. Archivos de datos
a) archivo de datos sobre productos
b) archivo de publicaciones técnicas

2. Indices y cuadros - información de productos

a) índice de productos y fabricantes (en forma de libro)
b) índice de fabricantes y productos (en forma de libro)
c) matrices de investigación de productos
d) cuadros comparativos de datos, agrupados por productos

3. Indices y cuadros - información de publicaciones técnicas

a) índice de títulos
b) índice codificador de términos de investigación

4. Diccionario de términos de la construcción

5. Visor de microfichas

6. Teclado de mando en la oficina del usuario.

RECOMENDACIONES

Es digno de notar que el tema del fomento de la madera se consideró bastante importante como para ser objeto de discusión en la conferencia sobre el tema Production techniques for the use of wood in housing under conditions prevalling in developing countries (Técnicas de producción para el uso de madera en la vivienda en las condiciones dominantes en los países en vías de desarrollo) (2) patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). Los participantes presentaron las siguientes recomendaciones:

1. A fin de superar la resistencia psicológica al uso de madera en la vivienda, la industria privada de los países en vías de desarrollo debería intentar formular programas publicitarios bien planeados dirigidos al consumidor.

2. Las asociaciones de fabricantes deberían esforzarse por difundir la información técnica disponible relativa a las clases de madera y a los procedimientos de construcción más modernos.

3. Los organismos internacionales deberían prestar su ayuda para desarrollar por todos los medios conocidos las formas de reunir y divulgar la información existente sobre la conservación de las especies madereras tropicales.

Algunos de los participantes llevaron más lejos este último punto, recomendando que organismos adecuados de las Naciones Unidas u organizaciones conexas deberían animar y apoyar la creación de una oficina internacional eficaz para recoger, catalogar y distribuir información sobre investigación y desarrollo de la vivienda a escala mundial. Dicha oficina tendría, además, la tarea de compilar y poner a disposición de los interesados una lista de las instituciones académicas, industriales y gubernamentales que efectúan corrientemente actividades de investigación y desarrollo sobre construcción de viviendas y materiales de construcción.

Capacitación de mano de obra calificada para la construcción

Uno de los aspectos que no pueden pasarse por alto en el tema del fomento de la madera es la capacitación de trabajadores en el ramo de la construcción. Lo que sigue es tan sólo un esbozo del tema y no pretende cubrir completamente este campo tan extenso e importante. Procede del Informe de la Organización Internacional del Trabajo Construction skills (Habilidades constructivas) (1). El informe se refiere a la construcción en general, pero, aunque no menciona específicamente el uso de madera en la construcción, los procedimientos básicos de formación de este sector particular se acomodarían a las normas generales y, en muchos casos, serían más fáciles de llevar a cabo.

Las necesidades de capacitación en la industria de la construcción no difieren básicamente de las otras industrias, en cuanto deben reflejar las condiciones socio-económicas del país. Sin embargo, en los países en vías de desarrollo, el principal objetivo de la formación de los trabajadores debería ser fomentar y ampliar la industrialización de las actividades constructoras de acuerdo con las normas corrientes en los países económicamente más adelantados. En dicho contexto, industrialización no significa mecanización, puesto que, en general, existen recursos humanos abundantes subempleados, y una falta de recursos económicos que descartan una forma de empresa de uso intenso de capital. En lugar de eso, el proceso de industrialización del comercio de la construcción en los países en vías de desarrollo deberá basarse en métodos de trabajo intensivo e incluir un alto grado de uniformidad de técnicas y medios de producción, uso restringido de personal altamente calificado, siempre escaso, aplicación de economía de escala y una planificación cuidadosa y concisa, a fin de facilitar el empleo completo de todo el personal a lo largo de todo el año.

LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN

La industria de la construcción se puede dividir en tres clases. Se puede describrir la primera como sector moderno. En este sector frecuentemente llevan a cabo la construcción grandes contratistas internacionales, con oficinas centrales en países industrializados, normalmente interesados en grandes proyectos. Tan sólo en unos pocos países en vías de desarrollo existe un pequeño sector moderno, constituido por contratistas nacionales de envergadura, conocedores de las técnicas modernas. Dicho sector no tiene una gran importancia en los países en vías de desarrollo cuya economía es rural. La segunda clase, el sector intermedio, consiste principalmente en un gran número de empresas de tipo medio y pequeño. Generalmente, es el grupo que emplea más trabajadores en los países en vías de desarrollo y se le considera el sostén de la industria de la construcción. Las empresas de este sector pueden llevar a cabo proyectos de complejidad limitada y utilizan materiales y técnicas de trabajo locales. La tercera clase es el sector tradicional, constituido principalmente por artesanos individuales interesados en la construcción y mantenimiento de viviendas rurales y urbanas y de otros edificios. En este sector, la calidad resulta normalmente perjudicada. Al parecer, pocas técnicas del sector moderno pasan a los sectores intermedio y tradicional.

En general, la industria de la construcción en los países en vías de desarrollo es propensa a la inestabilidad. Entre los factores responsables de ello están el clima y las condiciones económicas fluctuantes. Además, la industria de la construcción en los países en vías de desarrollo es inestable debido a las circunstancias peculiares de su tipo de economía. Por ejemplo, la construcción representa, a menudo, una etapa intermedia entre el trabajo agrícola y el industrial, proporcionando empleo provisional a gran número de obreros no especializados que se trasladan de áreas rurales a centros urbanos. Por lo común estos obreros y otros más capacitados de contrapartida encuentran trabajo en grandes proyectos, a cuya terminación la empresa constructora abandona el área. Frecuentemente, los obreros son contratados como jornaleros, lo cual tiende a aumentar todavía más la sensación de inestabilidad.

Las condiciones de trabajo de la industria de la construcción crean una imagen que hace que dicho trabajo tenga menos prestigio que, por ejemplo, el trabajo de oficina. De hecho, en algunos países en vías de desarrollo, un oficinista puede recibir un salario mucho más elevado que un obrero especializado de la construcción. Además, la falta de diferencias adecuadas de salario entre obreros especializados y peones, las horas de trabajo, las prácticas de contratación, las deficiencias en la legislación social, la falta de organizaciones patronales y laborales fuertes y las propias condiciones de trabajo son factores todos ellos que tienden a hacer que los obreros más calificados duden en trabajar en la construcción. En general, los prejuicios en contra del trabajo en la construcción son tan fuertes que muchos trabajadores potenciales prefieren un trabajo menos remunerado al de la construcción.

Otro factor importante en la industria de la construcción es que los modelos y diseños concebidos para su uso en países desarrollados son raras veces aplicables en países en vías de desarrollo. En estos últimos los materiales de construcción locales son frecuentemente de baja calidad. Los expertos en la capacitación de obreros han informado que la baja calidad hace difícil lograr niveles buenos de mano de obra en el lugar de trabajo, a pesar de la formación especial. Así, pues, las medidas para mejorar la producción de materiales de construcción ayudarían a aumentar la eficacia de los cursos de capacitación de obreros especializados y peones.

Es imposible evaluar con precisión la demanda actual de obreros de la construcción capacitados y la demanda previsible de los años venideros. Sin embargo, existe, al parecer, la necesidad de más obreros de la construcción y mejor calificados en los países en vías de desarrollo. Aunque no se puede confiar plenamente en las evaluaciones a largo plazo, puede esperarse un aumento notable en el empleo de obreros de la construcción de todos los niveles.

En general, los grandes contratistas no se preocupan demasiado de la falta de calificación de los trabajadores locales, puesto que presumen que ésta puede suplirse con programas para un período corto de capacitación intensiva en el mismo lugar de la construcción, o bien empleando métodos especiales de trabajo. Estos consisten en utilizar elementos prefabricados, dividir el trabajo en partes y dar una formación altamente especializada a los equipos de mantenimiento. La capacitación que se da en el lugar de trabajo no es formal ni sistemática, sino que, por lo general, se deja al criterio del capataz o supervisor. Así pues, la eficiencia y rapidez con que se hace el trabajo dependen de la manera en que estas personas imparten sus conocimientos. Una de las ventajas de este método es que, una vez que el contratista abandona esta área de trabajo, queda allí un grupo de obreros de la construcción bastante bien preparados.

TIPOS DE CAPACITACIÓN

La capacitación de obreros tanto en los países en vías de desarrollo como en los industrializados, va de la formal a la no organizada e incontrolada en el lugar de construcción. Los programas organizados consisten en capacitación institucionalizada (institutos laborales o escuelas de oficios), aprendizaje, capacitación práctica, centros de capacitación acelerada y programas especiales, tales como unidades móviles y capacitación en las fuerzas armadas.

La mayoría de los países en desarrollo tienen escuelas de oficios o institutos laborales situados, por lo general, en áreas urbanas, su número es escaso y su capacidad pequeña. En conjunto, dichas instituciones contribuyen poco al nivel de especialización en la industria de la construcción por varias razones. En los países en vías de desarrollo, un gran porcentaje de jóvenes son aún analfabetos o prácticamente analfabetos, puesto que muchos de ellos abandonan la escuela primaria en los primeros años. Los que terminan la escuela primaria frecuentemente prefieren matricularse en la escuela secundaria, más que en una escuela de oficios, la cual, desafortunadamente, raras veces permite el acceso a niveles de educación superior.

Otra de las razones, indicada anteriormente, es que el trabajo en la construcción se considera menos atractivo. El porcentaje de personas que abandonan las escuelas de oficios es muy alto, pues los estudiantes, cuando han aprendido los conocimientos básicos que les permitirá encontrar un trabajo, desisten de sus estudios. Sin embargo, la razón principal del fracaso de las escuelas de oficios es la falta de coordinación con la industria. Frecuentemente, los cursos son anticuados, muchos instructores no tienen experiencia práctica, y la falta de información sobre las necesidades cuantitativas de la industria de la construcción dan como resultado cursos carentes de una dirección significativa.

Normalmente, existen dos tipos de aprendizaje - el tradicional y el sistemático. El aprendizaje tradicional suele consistir en una formación práctica, sin control, de jóvenes en los sectores intermedio y tradicional de la industria, y, en muchos casos, es la principal forma de capacitación. Este sistema es, naturalmente, menos satisfactorio que el aprendizaje sistemático, puesto que, muy a menudo, el maestro artesano que lleva a cabo la formación conoce muy poco o nada de las técnicas modernas y comunica una información caída en desuso. También, los requisitos de admisión de los aprendices, la duración de su formación y los criterios para su aceptación como obreros calificados se basan con frecuencia en el juicio personal del instructor de aprendices. En otras palabras, el punto débil de este tipo de formación es que no consigue dar el tipo, el nivel y la calidad de especialización necesarios para llegar al sector moderno. Por otra parte, por supuesto, gran cantidad de jóvenes pueden tener alguna experiencia en capacitación y empleo que no tendrían si no hubieran recibido ninguna instrucción en absoluto.

En los últimos años, muchos países en vías de desarrollo han establecido modernos programas de aprendizaje. Introducir con éxito un programa de aprendizaje completo depende de muchos factores, entre otros, la disponibilidad de instructores calificados, instalaciones adecuadas, programas de estudios apropiados y cooperación entre quienes dirigen la capacitación, los patronos y los obreros. A menos que se tengan en cuenta dichos factores, la contribución del aprendizaje sistemático a las necesidades de la mano de obra será insignificante. Desgraciadamente, existen muchas razones para creerlo así y entre ellas figuran la falta de interés de los posibles aprendices; las normas para la admisión frecuentemente muy severas al programa de aprendizaje; la dificultad en obtener el apoyo de la industria privada; y el hecho que, en muchos casos, los organismos encargados de la formación no disponen del equipo, para proporcionar la dirección y ayuda necesarias. Se han empleado diversos medios para lograr que se utilicen más ampliamente los métodos de aprendizaje sistemático, mediante la adopción de legislación adecuada que haga obligatorio el aprendizaje, el establecimiento de un porcentaje de aprendices que deberían ser contratados obligatoriamente y la implantación de un sistema de subsidios y gravámenes.

El modo más corriente de preparar a los nuevos obreros adultos de la industria de la construcción es, según parece, la capacitación en el trabajo. Esto contribuye solamente a desarrollar una capacitación ligeramente especializada, lo cual ayuda, sin duda, a familiarizar a los novicios con las necesidades inmediatas del trabajo.

En varios países en vías de desarrollo se han establecido centros de formación acelerada para adultos, pero el riesgo de una demanda fluctuante de obreros puede conducir a encontrar dificultades en hallar un trabajo adecuado para los aprendices. Al construir un centro de capacitación, se necesita una planificación cuidadosa y no siempre es fácil prever con exactitud las tendencias a largo y medio plazo. El equipo, los cursos y los instructores de tales centros deben estar al día y ello tiende a situar los costos de un centro tal a un nivel bastante alto. Los resultados de algunos centros de formación acelerada han demostrado ser valiosos, pero, por lo general, su contribución a la formación de obreros seguirá siendo limitada.

Los cursos nocturnos y especiales de reeducación adultos son importantes, pero, en la mayoría de los casos, la falta de medios adecuados y de instructores ha reducido grandemente su utilidad.

Las unidades móviles juegan un papel cada vez más importante en la formación de jóvenes y adultos. Se utilizan de dos maneras: primero, para completar la formación ofrecida en un centro permanente y, segundo, para proporcionar cursos intensivos en especializaciones limitadas. La experiencia ha demostrado que las unidades móviles pueden contribuir de modo muy útil a mejorar las normas del trabajo en la construcción, especialmente en áreas rurales. Chad, Argentina y Perú son testigos del éxito de este tipo de formación, que también ha dado muy buenos resultados en España.

En muchos de los países en desarrollo, las fuerzas armadas tienen prevista la capacitación de su personal en oficios de la construcción. Dicha capacitación aumenta el número de obreros disponibles en el mercado de trabajo, pero probablemente pocos de ellos están altamente calificados o tienen una capacitación profesional amplia.

CAPACITACIÓN DE PERSONAL A NIVEL SUPERIOR AL OBRERO

En los países en vías de desarrollo ha sido normal crear institutos técnicos, escuelas politécnicas y universidades laborales para la capacitación de personal destinado al trabajo de supervisión. El mayor inconveniente de este tipo de capacitación ha sido la falta de proporcionar experiencia práctica como parte de los cursos, de modo que los estudiantes no tienen una competencia completa para realizar el trabajo del caso y les es difícil mantener el ritmo de los cambios tecnológicos y estar al día en las técnicas modernas de la gerencia. En algunos de los países en desarrollo se establecen centros de capacitación especializada, frecuentemente en cooperación con importantes empresas de la construcción, con el fin de alcanzar estos objetivos. Los más eficaces son los cursos intensivos de corta duración. Otra de las razones que explican la falta de éxito de estas escuelas es la coordinación insuficiente con la industria en las etapas de planificación y de organización.

En los países en vías de desarrollo, es normal encontrar en el trabajo de la construcción un número mayor de capataces. Así, pues, la capacitación de este nivel de supervisor es importante. Desgraciadamente, la capacitación específica es, al parecer, deficiente, dada la escasez de organismos especializados, tales como los centros de capacitación existentes en países industrializados, que ofrecen programas de fomento y puesta al día. Al parecer, tampoco se supervisa suficientemente la capacitación de capataz como maestro artesano, antes de considerársele calificado como tal. En la mayoría de los países industrializados, éste es un requisito indispensable. Este problema exige reflexión, esfuerzo y acción, puesto que el capataz es una figura clave en la industria de la construcción.

La capacitación adecuada de todos los grupos precedentes depende de la instrucción que reciben, considerándose que la falta de instructores explica grandemente la escasez de obreros calificados. El principal inconveniente para lograr suficientes instructores ha sido la falta de candidatos preparados. Habitualmente, faltan dos calificaciones - nivel adecuado de educación general y capacitación regulada en el oficio de la construcción concerniente. También juegan su papel los salarios y las condiciones de trabajo.

Para aliviar esta situación, pueden seguirse dos caminos. Primero, pueden darse cursos relativamente cortos de capacitación de instructores, de 6 meses a 1 ano de duración, para personas con conocimientos o experiencia. El segundo entraña el reclutamiento de personal sin conocimientos ni experiencia, como graduados de escuelas secundarias, dándoles cursos de hasta 4 anos de duración. En ambos casos, la capacitación se concentraría en los oficios de la construcción más corrientes.

Muchos de los cursos de capacitación de instructores se han creado bajo programas de cooperación técnica e implican visitas de especialistas calificados para poner al día y orientar a quienes reciben la enseñanza. Otros medios utilizados son las hojas de instrucciones detalladas, método adoptado en muchos países en vías de desarrollo en este esfuerzo continuado para proporcionar instructores calificados.

FINANCIACIÓN DE LA CAPACITACIÓN

En los países en desarrollo, el gobierno debe pagar la mayoría de los gastos de capacitación. Una parte de los fondos puede provenir de financiación externa para completar los propios recursos del gobierno, pero, con frecuencia, no hay bastante dinero para financiar adecuadamente los programas. Para hacer frente a esta situación, varios países en vías de desarrollo han introducido un sistema de subvenciones y contribuciones. Habitualmente, la cuantía de la contribución se calcula de una de estas dos maneras - el gravamen es el mismo para todas las industrias cubiertas por el programa, o se establecen cuotas distintas según las industrias.

Hay otras posibilidades: primera, exigir a las grandes empresas del sector moderno, o a los proveedores de equipo, que den a los obreros una capacitación superior a sus propias necesidades cuando se les adjudica un contrato del gobierno o aprobado por él; segunda, utilizar mejor y más sistemáticamente los recursos financieros procedentes del exterior, tercera, atraer la ayuda económica de organismos especializados en la construcción, de países industrializados; cuarta, trabajar para preparar cursos de capacitación que mejoren el rendimiento de la industria utilizando los medios y recursos existentes.

Los países industrializados contribuyen de varias maneras a la industria de la construcción de los países en desarrollo. Entre otras figuran: la ayuda de los gobiernos u organismos patrocinados por el gobierno y la de organismos privados, tales como proveedores de equipo. Generalmente, la ayuda de los gobiernos se lleva a cabo mediante programas de cooperación técnica, ayuda que, hasta la fecha, ha tenido bastante éxito. La capacitación del personal se efectúa por lo común en el país en vías de desarrollo, pero, donde esto no es posible, se crean programas especiales de formación de los obreros en países industrializados.

Las aportaciones de proveedores de equipo y contratistas de países industrializados no ha sido un factor tan en la capacitación de obreros como el precedente. En primer lugar, la amplitud de la formación varía según el volumen de ventas y, en segundo lugar, muchos de los grandes contratistas internacionales no son partidarios del sistema de ofrecer una capacitación metódica de larga duración integrada con sus actividades.

Una de las aportaciones más importantes procede de organismos especializados de investigación y desarrollo, interesados en la industria de la construcción. Parte de la cooperación es la investigación de técnicas para el uso de madera en la vivienda, así como sugerencias sobre tipos de capacitación adecuada para complementar aquellas.

ACCIÓN INTERNACIONAL

Hay varias organizaciones internacionales interesadas en la capacitación de obreros de la construcción en los países en desarrollo. Estas incluyen el Centro de Vivienda, Construcción y Planificación de las Naciones Unidas (UNCHBP), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Entre los organismos no gubernamentales están el Bouwcentrum, el Consejo Internacional de Investigaciones, Estadísticas y Documentación sobre la Industria de la Construcción (CIB), la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), la Unión Internacional de Arquitectos, la Federación Internacional de la Vivienda y Planificación y la Federación Internacional de la Construcción y Obras Públicas. La naturaleza de las actividades varía de una organización a otra, pero todas ellas realizan trabajos de investigación y desarrollo relativos a la industria de la construcción y a la formación del obrero.

En una conferencia de la ONUDI sobre técnicas de producción para el uso de madera en la vivienda (2) mencionada anteriormente, los delegados formularon las siguientes recomendaciones sobre la formación de trabajadores:

«Debería incitarse a los gobiernos a dedicar mayor atención a la capacitación de obreros calificados y técnicos de la madera de los países en vías de desarrollo para que operasen las industrias de elaboración de la madera, ya sea mediante la ayuda técnica de expertos que formasen personal local, ya sea por medio de becas.»

«La industria debería considerar debidamente la capacitación de oficiales capaces de levantar viviendas de entramado de madera, antes de lanzarse a la construcción de tales casas en gran escala.»

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La necesidad que la mayoría de los países en vías de desarrollo tienen de viviendas podría ser la base de una industrialización de la construcción.

Una mecanización extensiva no es aconsejable, debido al costo social del desempleo en gran escala y a los bajos niveles de los salarios, especialmente en los sectores intermedio y tradicional.

El empleo de métodos de uso intensivo de la mano de obra seguirá teniendo gran importancia. Como el trabajo con mano de obra intensiva exige un núcleo sólido de supervisores y de personal técnico bien preparados, que no se pueden capacitar con los medios existentes, un requisito importante para lograr una industrialización eficiente en las actividades del ramo de la construcción es la reforma de la organización de la capacitación profesional.

La reforma en la organización de la capacitación exige diversos planes para mejorar la calidad del trabajo y la eficiencia del personal.

En la mayoría de los países en desarrollo, no hay personal suficiente capaz de planear, desarrollar y realizar proyectos de construcción de edificios.

Habitualmente, los contratistas extranjeros capacitan a los obreros, con métodos acelerados, en el mismo lugar de trabajo y, en muchos casos, no tienen interés en proporcionar una capacitación a largo plazo ni tampoco en la rotación sistemática del personal, necesaria para convertirse en obreros más calificados.

Debe tenerse en cuenta que tan sólo en parte pueden adquirirse en el extranjero el conocimiento y comprensión de las posibilidades y técnicas de la construcción de viviendas y las actividades de construcción industrializadas de los países en vías de desarrollo. Fundamentalmente, esto puede aprenderse solamente en la práctica, en proyectos realizados en las condiciones de los países en vías de desarrollo de que se trate. En algunos casos sólo se requiere la revisión de los programas y métodos de capacitación que se siguen en las escuelas técnicas y universidades para que la capacitación inicial esté dirigida hacia proyectos. Los cursos deberían poner de relieve las técnicas posibles, en vez de explicar las técnicas utilizadas en el extranjero. Más aún, el personal instructor de este nivel deberá aprender a dirigir un trabajo de primera calidad empleando el método de aprender trabajando y familiarizarse con las normas y condiciones sociales en que se encuentran los equipos de obreros de la construcción en el lugar de trabajo.

La posición social de los encargados de obra y técnicos de la mayoría de los países en vías de desarrollo tiende a ser más baja que la de los empleados administrativos. Además de cambiar este factor, que disuade a muchos de entrar en el ramo de la construcción, debería comprenderse que hay que organizar los programas de modo que quede en la construcción la mayoría del personal capacitado como encargados de obra y técnicos.

En los países desarrollados, los supervisores y capataces normalmente son obreros calificados. Esto no ha sido posible en los países en vías de desarrollo, a causa de la educación y capacitación inadecuadas de los trabajadores. La mayoría de los obreros que llegan a ser supervisores proceden, generalmente, del sector intermedio, si bien requieren ulterior capacitación.

En cuanto a la capacitación de los obreros, hay que señalar que ésta no siempre puede impartirse empleando los métodos de los países desarrollados.

Los programas de capacitación deberían constar de tres elementos separados - una base educativa adecuada; instrucción metódica en técnicas de trabajo eficientes; y aplicación supervisada de estas técnicas en situaciones reales.

Se ha comprobado que, en la mayoría de los países en desarrollo, una capacitación institucional completa es costosa y antieconómica. Estos países deben encontrar sus propios medios de organizar la formación, con objeto de lograr una fuerza laboral eficiente, permanente, y una intensa coordinación entre los organismos públicos, la industria y las escuelas de capacitación.

La capacitación básica debería incluir una parte sustancial de educación posterior. No obstante, hay que tener en cuenta que el cambio completo de las normas de formación no es práctico. En primer lugar, debe ser selectiva, tanto en cuanto al contenido de los cursos, como en la elección del estudiante.

Por experiencia se sabe que, en los países en vías de desarrollo, el mejor método de capacitar obreros jóvenes al nivel de artesano y superior es un sistema de aprendizaje moderno, con una formación continua en el lugar de trabajo y cursos intensivos de corta duración, en grupos, en períodos de poca actividad.

En el sector intermedio de la industria de la construcción, se necesitan programas o medidas especiales en el ramo de la capacitación que proporcionen una cantidad suficiente de obreros. Dichas medidas pueden incluir el empleo de unidades móviles de formación y la creación de centros de capacitación para preparar a los aspirantes y elevar el nivel de quienes poseen ya ciertos conocimientos básicos.

En el sector de la construcción tradicional, se requiere mejorar urgentemente las condiciones sanitarias y residenciales, y reducir el nivel del subempleo. Existen tales necesidades en los sectores de la subsistencia y marginal de la economía, requiriéndose medidas de capacitación en gran escala para ayudar a la gran masa de personas que viven en estas condiciones. Estas medidas tendrán que complacer a los artesanos de la construcción tradicional y a aquellos relacionados con proyectos tales como viviendas cooperativas. Los programas de formación en este sector deben planearse de modo que instruyan en las especializaciones especificas y los conocimientos necesarios para mejorar las viviendas, los edificios de la comunidad, las carreteras, etc., en los pueblos o colectividades.

Habitualmente, los artesanos del sector tradicional tienen un nivel de educación bajo y han adquirido su formación exclusivamente en el trabajo. Es difícil señalar sus necesidades de capacitación. pues requieren mejor educación general y mejor educación técnica y práctica. Con todo, la elevación del nivel de estos artesanos es una tarea clave si se quiere mejorar la construcción en las áreas rurales y en los centros urbanos pequeños.

Los modos principales de formación profesional de la mano de obra son: el uso extensivo de diferentes tipos de medios de comunicación masiva, los cursos descentralizados de diversas clases y el sistema de la iniciación de jóvenes en el oficio Deberán encargarse de esta tarea, en régimen de misión única, personas técnicamente competentes, que trabajarán en estrecho contacto con las autoridades públicas y la industria.

Además de los artesanos, hay una Darte de la población de las áreas rurales y centros urbanos pequeños a quien tendría que enseñarse lo necesario para realizar ciertos trabajos de construcción cooperativa. Esto entraña la formación en lo esencial de la construcción y el mantenimiento de especializaciones, cursos de formación previa a la escuela de oficios para jóvenes, capacitación en las técnicas de la construcción durante el servicio militar dentro de las estructuras de los diversos programas de formación y de colocación de jóvenes.

El tino de economía de la mayoría de los países en desarrollo obliga a los gobiernos a aceptar la responsabilidad de la financiación, organización y ejecución de la formación profesional y de la educación técnica y de oficios.

Antes de ejecutar cualquier plan o programa de capacitación, debe establecerse una estructura administrativa que tome en consideración los sistemas administrativos, y las tradiciones y necesidades de cada nación. La industria de la construcción debería insistir en determinar las funciones de los diversos organismos, a fin de asegurar un programa de capacitación eficiente.

El problema de mejorar la capacitación debe solucionarse a escala nacional. Esto, sin embargo, no excluye que la comunidad internacional pueda desempeñar un papel importante. Ejemplos de los compromisos de intereses extranjeros son los programas intergubernamentales, los contratistas internacionales y los proveedores de equipos. Se debería fomentar esta tendencia.

Uno de los tipos de ayuda más valiosos es proporcionar proyectos amplios y coherentes, a largo plazo, de educación técnica y de formación profesional, para hacer el uso más eficaz de los medios existentes. En este campo se requiere una línea de acción a niveles nacional e internacional.

El costo de establecer institutos especializados de investigación de la construcción es tal que tan sólo unos pocos países grandes en vías de desarrollo disponen de los medios para ello. Así, pues, es necesario fomentar esfuerzos cooperativos entre grupos de países y concertar acuerdos duraderos de investigación y capacitación con las instituciones existentes, privadas o públicas.

Como la mejora de la capacitación en los países en desarrollo exige un enfoque interdisciplinario, los organismos especializados de investigación deberían trabajar estrechamente con las organizaciones internacionales interesadas.

Financiación de viviendas servicios comunales

El tema de la financiación de la vivienda y servicios comunales es tan amplio y complejo que está fuera del alcance de esta ponencia tratar más que someramente algunos de los aspectos que implica. Al igual que con la capacitación de obreros, a continuación se analiza el problema de la financiación de la vivienda, sin referirse especialmente a las construcciones con madera. El problema de la financiación de casas de madera es serio y presenta muchas ramificaciones, tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. ¿Por qué existe una discriminación evidente contra la madera cuando se viene usando como material de construcción durante cientos de años, y qué medidas pueden tomarse para contrarrestar esta política? ¿No sería quizá necesario estudiar ciertos problemas conexos, como la financiación de la extracción y elaboración de los recursos forestales, a fin de estimular el uso de los recursos de madera en la vivienda?

ANTECEDENTES

Hasta el año 1600, la población del mundo permaneció relativamente estática. En los 250 años siguientes, hasta 1850, se duplicó hasta llegar a 1250 millones y en 100 años, hasta 1950, volvió a duplicarse, llegando a 2500 millones. Ahora se duplica cada 25 años.

Crear un mundo habitable construyendo y conservando una vivienda adecuada en un ambiente sano y agradable, especialmente para los menos privilegiados, es, sobre todo, cuestión de dinero. La escasez de capital para el sector de la vivienda es bastante grave y debida, en gran parte, a: primero, el gran volumen de capital necesario; segundo, la falta de incentivo que los inversionistas tienen en encauzar su capital hacia la vivienda (largo plazo, poco interés); tercero, la incapacidad evidente de organizar los procedimientos de ahorro de los individuos que, tradicionalmente, han proporcionado la mayor parte del capital en este sector; y, cuarto, las tendencias de urbanización y, como consecuencia, la probabilidad de normas de vivienda más elevadas.

A causa del persistente problema de financiación, la vivienda se ha convertido en una preocupación nacional e internacional. Esto ha traído como consecuencia la realización de investigaciones para poner al día los métodos y técnicas de la construcción, mediante programas patrocinados por el gobierno. Las instalaciones sociales y colectivas, que incluyen servicios educativos y sanitarios, son de importancia nacional y han sido durante muchos años objeto de mucha legislación y ayuda económica a escala nacional. La vivienda es diferente. Solamente en los últimos 30 años, más o menos, se han puesto en claro las necesidades del propietario o inquilino. A medida que salen a la luz los problemas de la vivienda, se hace más patente la necesidad de una legislación adicional. El futuro de la industria de la construcción estará determinado, en gran parte, por los problemas políticos y, entre ellos, el grado de apoyo financiero de los gobiernos para superar la escasez de viviendas.

La tendencia actual, en muchos países desarrollados y en desarrollo, es que el gobierno tome un interés activo en la vivienda y urbanización, interés que se hace cada vez más amplio. Sin embargo, la capacidad de emprender un programa más extenso está limitada por la disponibilidad de recursos técnicos y financieros y la asignación de recursos públicos para lograr las metas propuestas.

Es necesario distinguir entre los sistemas económicos en que se adoptan decisiones respecto a la vivienda. Hay tres tipos principales - el sistema de planificación central estatal; el sistema de empresa libre, orientado hacia el mercado, y el sistema mixto, con elementos de los dos anteriores. La mayoría de los países en vías de desarrollo caen dentro del último tipo, especialmente en lo que se refiere a la producción y financiamiento de la vivienda y servicios auxiliares.

NECESIDADES DE CAPITAL

Al evaluar las necesidades de vivienda, y de ahí los requisitos de capital, deben tenerse en consideración tres elementos: aumento de la población, sustitución de viviendas defectuosas en un plazo determinado, eliminación de la escasez de habitación en este mismo plazo. Se puede decir que un denominador común de los países en desarrollo es el bajo porcentaje de la renta nacional dedicado a la vivienda. Los países desarrollados han venido gastando un promedio del 5 al 7 por ciento de su producto nacional bruto y, en algunos casos, han dedicado un porcentaje mayor, incluso en las primeras etapas de desarrollo. Se sabe que las condiciones varían en los distintos países, pero, al proyectar planes a gran escala, debe tenerse presente un porcentaje relativo de gastos.

El Cuadro 1 siguiente ilustra el coste aproximado de un programa de vivienda para proporcionar habitación y servicios familiares básicos al 80 por ciento de la población urbana de Africa, Asia y América Latina.

CUADRO 1. - COSTE ANUAL ESTIMADO DE LA VIVIENDA Y SERVICIOS BÁSICOS PARA EL 80 POR CIENTO DE LA POBLACIÓN URBANA DE TRES REGIONES EN VÍAS DE DESARROLLO

Región

Coste de las viviendas en su emplazamiento, incluido financiamiento

Servicios básicos incluido financiamiento

Coste total anual

Mínimo1

Mejorado2


Millones de dólares EE.UU.

Africa

172

168

330

670

Asia

997

970

1040

3007

América Latina

731

702

755

2188

TOTAL

1900

1840

2125

5865

FUENTE: Centro de Vivienda, Construcción y Planificación de las Naciones Unidas.

1 Mínimo: viviendas aplicables a ingresos de tino urbano hasta el percentil 50 de la población urbana.

2 Mejorado: viviendas aplicables a ingresos de tipo urbano entre los percentiles 50 a 80 de la población urbana.

Se ha llegado a la conclusión que, por término medio, los obreros empleados en las tres regiones pueden hacer frente con sus ingresos a todos los costos de construcción de una vivienda modesta y los necesarios servicios básicos. Pero solamente los grupos de ingresos más elevados pueden hacer frente a los costos de solares y el financiamiento, y esto solamente si dichos costos no exceden aproximadamente del 50 por ciento de los costos totales de la construcción. Es evidente que estos dos costos - solar y financiamiento - deben mantenerse en un mínimo si se quiere emprender proyectos en gran escala de habitación y servicios auxiliares para familias modestas. Las alternativas son una considerable ayuda gubernamental o un deterioro progresivo de las condiciones de la vivienda. Un punto que no debe olvidarse es que la mayoría de las familias solamente pueden hacer frente a los costos de la vivienda en sí y a una parte de los costos del terreno, financiamiento y otros.

FUENTES DE CAPITAL

El capital para la construcción de viviendas procede de tres fuentes principales - nacionales del sector público, nacionales del sector privado, internacionales.

La primera clase incluye los varios niveles de gobierno y las instituciones propiedad del Estado o dirigidas por él u organismos gubernamentales de interés público. En una economía totalmente socializada, esto significaría casi todas las instituciones financieras y cajas de impuestos generales y especiales, mientras que, en una economía orientada hacia el mercado, las fuentes públicas constituyen tan sólo una pequeña parte de los fondos utilizados en la construcción. En muchos países en desarrollo, el gobierno (central, regional y local) constituye la fuente mayor de financiamiento de viviendas y servicios conexos. En casi todos los países, el gobierno corre a cargo de la construcción de viviendas para clases modestas.

La segunda clase predomina en países con un sistema económico orientado hacia el mercado, en que la mayor parte de la construcción de viviendas se lleva a cabo bajo los auspicios del capital privado y es financiada, en gran parte, con fondos de propiedad y control privados. Entre los tipos de organismos que proporcionan fondos en este campo están los bancos comerciales, cooperativas de viviendas, fondos de retiro privados y compañías de seguros, bancos privados de fomento y, quizá el más importante de todos, los ahorros privados utilizados en el financiamiento de todo o parte del precio de una vivienda. No hay ni que decir que esta breve lista no abarca todas las posibilidades, sino que indica simplemente los medios y métodos usados corrientemente.

La tercera clase, fuentes internacionales, incluye fondos del sector privado y público. Las organizaciones que proporcionan fondos del sector público son: organismos internacionales cuyos miembros son gobiernos nacionales; gobiernos nacionales y organismos que dependen de ellos, e instituciones no lucrativas. En el sector privado, el flujo de fondos de los países desarrollados se ha rezagado notablemente en relación al del sector público y tan sólo se ha invertido en la vivienda un pequeño porcentaje. La razón principal de esta falta de interés es la relación entre interés y riesgo, que en la vivienda es tal que desalienta la inversión privada.

Se ha publicado gran número de artículos y ponencias sobre los tipos específicos de instituciones y medios de financiar la vivienda en países en desarrollo. Entre aquellos se cuentan muchos informes de diversos organismos de las Naciones Unidas (3, 4). Se puede decir, no obstante, que las políticas sobre la vivienda en un pasado reciente y, quizá todavía hoy, se basan en ciertos conceptos erróneos, tales como el excesivo hincapié en el financiamiento directo con presupuestos públicos y la poca importancia dada al papel de programas de ahorro individuales y cooperativos. Las funciones especializadas y críticas de las instituciones financieras exigen un correspondiente análisis especializado y crítico del mejor medio de operar para movilizar y distribuir los recursos destinados a vivienda. Los organismos nacionales e internacionales podrían prestar más atención a este tipo de análisis y a la divulgación de resultados. Se puede encontrar el modo de permitir a estas instituciones su participación en programas de capacitación patrocinados internacionalmente. La necesidad de mano de obra preparada en una amplia gama de operaciones financieras, legales y administrativas relacionadas con la vivienda y los servicios colectivos, es un factor tan importante como la existencia misma de las instituciones. La vivienda y la infraestructura urbanas acaparan hasta el 30 por ciento del capital fijo en los países en vías de desarrollo y hasta el 60 por ciento de la construcción en total. La demanda de capital aumentará mientras continúe el proceso de urbanización en el mundo. Quizá sería una consecuencia lógica de estos acontecimientos proponer una corporación internacional de financiamiento de la vivienda.

El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas aprobó una resolución, en su reunión plenaria (5 de agosto de 1966), solicitando al Secretario General que formulase propuestas específicas para ensayar nuevos métodos y medios institucionales, a fin de aumentar el flujo de fondos privados y públicos, nacionales y extranjeros, hacia el campo de la vivienda y los servicios colectivos, y sugerir una acción concertada que facilite la puesta en práctica de dichas propuestas.

A este fin, el Comité de Vivienda, Construcción y Planificación aprobó un programa de trabajo que incluía la preparación de un importante informe sobre la posibilidad de establecer, dentro del sistema de las Naciones Unidas, un programa internacional que ayudase a los países en desarrollo a establecer sus propias instituciones de financiamento (4).

El Director del Centro de Vivienda, Construcción y Planificación de las Naciones Unidas declaró durante el 11° congreso de la Unión internacional de sociedades de la construcción y asociaciones de ahorro, celebrado en 1968 (6), que las Naciones Unidas estaban interesadas en el objetivo del hombre de lograr una casa decente en un ambiente decente. El propuesto Organismo Internacional de Financiamiento de la Vivienda, dijo, podría desempeñar un papel cada vez más importante como organismo mundial de la vivienda y servir de institución autónoma actuando de catalizador, mediante el empleo de sus recursos como capital generador. La experiencia de instituciones de ahorro y préstamo, establecidas recientemente en los países en vías de desarrollo de América Latina, Africa, Lejano Oriente y la zona sur del Pacífico deberían ser una muestra del éxito obtenido.

A invitación del Director del Centro de Vivienda de las Naciones Unidas, un grupo de expertos en financiamiento de viviendas debatió, en diciembre de 1969, las últimas ideas relativas a la corporación propuesta. Expertos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y del Banco Mundial estudian ahora dichos puntos de vista.

FIGURA 1. - Flujo del capital previsto en el Organismo Internacional de Financiamiento de la Vivienda propuesto.

Lo que sigue es un ejemplo de la repercusión del préstamo de financiamiento de vivienda propuesto (7). Supóngase que el Organismo Internacional de Financiamiento de la Vivienda prestase 1 millón de dólares a un país para la creación de una nueva institución de ahorros para la vivienda. El gobierno de ese país haría un préstamo igual. Si, en un plazo medio, la institución local de ahorro consiguiese otros 4 millones de dólares de ahorros netos de personas que previamente no habían ahorrado en instituciones financieras intermediarias, el volumen del activo financiero alcanzaría 6 millones de dólares.

Haciendo préstamos a un tipo de interés de 0,9, los 6 millones de dólares movilizados para préstamos para casas servirían para financiar hipotecas por un valor de 5,4 millones de dólares. Suponiendo un préstamo medio de 5000 dólares por casa, podrían construirse más de 1000 unidades. En un país con una fuerza laboral de 5 millones, normalmente habría 500000 obreros empleados en la industria de la construcción. Suponiendo que la actividad de la construcción del año anterior fue de 500 millones de dólares, gasto típico para dicho país, la actividad constructora adicional representaría un aumento del 1 por ciento y se generaría un empleo adicional del 5 por ciento, después de la primera ronda, o el equivalente de 2500 nuevos puestos de trabajo.

De un acontecimiento reciente y destacado logrado en el campo del financiamiento en América Latina se han sacado dos conclusiones (8). La primera señaló que, en un país en vías de desarrollo, es perfectamente posible establecer un sistema de financiamiento que proporcione una solución a sus problemas de vivienda, con resultados positivos para la economía. La segunda es que la solución total del problema no puede lograrse a corto plazo. Más aún, el éxito dependerá, en gran parte, de un estudio adecuado de los problemas técnicos de la construcción, para obtener las mayores ventajas de los recursos disponibles.

Existe una gran diferencia entre costes e ingresos. Esta diferencia se puede salvar por medio de programas de vivienda, si bien no serán los programas normales, ya que éstos serán más bien programas que utilicen el enorme potencial humano en términos significativos para las personas.

RECOMENDACIONES

Deben tomarse medidas a nivel nacional e internacional, con el fin de ayudar al financiamiento adecuado de la vivienda y servicios colectivos en los países en vías de desarrollo. G.M. Desmond, en su resumen de un documento de las Naciones Unidas (9), presentado en el Interregional Seminar on the Financing on Housing and Urban Development (Seminario interregional sobre financiamiento de viviendas y desarrollo urbano), en Copenhague, en 1970, enumeró las recomendaciones siguientes, con objeto de aliviar la escasez de capital para la vivienda e infraestructuras urbanas conexas.

A nivel nacional:

1. Formular una política clara sobre el volumen y distribución de los ahorros e inversiones en la vivienda y programas conexos. Entre las medidas que se deben tomar están el análisis de las necesidades de capital en el ramo de la construcción y determinar qué porcentaje debe de fuentes gubernamentales y cuál de fuentes privadas.

2. Formular la política del gobierno para fomentar, supervisar y coordinar las instituciones financieras cuyo fin específico es atraer ahorros y proporcionar crédito a largo plazo para la vivienda e inversiones conexas.

3. Crear un sistema central bancario para las instituciones especializadas en el ahorro y crédito a largo plazo. Dicho sistema central bancario serviría tanto a los bancos nacionales para la vivienda como a las instituciones privadas y mutuas que se especializan y dan prioridad a programas para la vivienda y conexos.

4. Los gobiernos pueden tornar medidas para acumular capital bajo su control, utilizando diversas medidas, comprendiendo la emisión de obligaciones especiales para atraer las inversiones de instituciones, empresas y particulares.

5. Adoptar una legislación obligatoria, sanciones y exenciones tributarias y otros alicientes que fuercen a las empresas públicas y privadas a asignar una parte de sus ganancias o inversiones anuales a la vivienda y programas conexos, ya sea directamente o por la adquisición de obligaciones para la vivienda.

6. En los países en que existe ya un número adecuado de instituciones financieras, puede ejercerse una influencia adicional creando un mercado de capital para los títulos relacionados con la vivienda, es decir, obligaciones para la vivienda, hipotecas, participaciones de préstamos y bonos.

7. Los gobiernos deben aplicar sus escasos recursos financieros y su autoridad singular para proporcionar el mayor bien al mayor número de personas.

8. Los gobiernos centrales pueden ayudar a establecer programas y una política adecuada de impuestos sobre los bienes inmuebles, a fin de proporcionar una renta básica permanente con la que los gobiernos municipales y locales puedan comenzar a hacer frente a las necesidades de la comunidad en este sector.

9. Los gobiernos deberían ejercer un control estricto del empleo que se da a los fondos extranjeros en el sector de la construcción.

10. El suelo es uno de los costos más considerables al construir viviendas y servicios urbanos. Los gobiernos pueden tomar medidas para adquirir anticipadamente terrenos y prepararlos para su arrendamiento o venta para una finalidad determinada; o pueden utilizar una amplia gama de medidas para asegurar que los terrenos dedicados a la construcción residencial y comunitaria no serán objeto de especulación.

11. A fin de promover industrias y materiales de construcción viables y eficientes, los gobiernos pueden jugar un papel importante, proporcionando ayuda financiera directa mediante préstamos o por disposiciones tributarias preferenciales.

12. Debe mejorarse la eficiencia de la planificación y gerencia financiera, así como la presupuestación a nivel nacional y local.

13. Además de mejorar la gerencia financiera en las operaciones públicas, los gobiernos pueden emprender programas para capacitar personas que trabajarán en instituciones financieras cooperativas, privadas y mutuas en niveles diversos de responsabilidad.

14. En muchos países, la inflación persistente y considerable, que disminuye el valor real del dinero, es un gran obstáculo a la expansión del crédito a largo plazo. En los casos en que la inflación sobrepasa el 10 por ciento anual, los gobiernos deben tomar las medidas correctivas necesarias.

15. Finalmente, los gobiernos pueden tomar medidas para asegurar que el ramo de la vivienda y desarrollo urbano tiene una representación adecuada en los consejos de planificación nacional y en la formulación de las políticas fiscal y monetaria.

A nivel internacional:

1. El Centro de Vivienda, Construcción y Planificación de las Naciones Unidas, dando un paso significativo, recomendó la creación de una organización internacional para desarrollar y ayudar a las instituciones nacionales interesadas en las necesidades de capital e inversiones en el sector de la construcción. Aunque quedan todavía muchas preguntas por contestar en relación con esta propuesta, se la considera lo bastante importante como para pedir al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento que acometa un análisis y evaluación más amplios.

2. El Banco Mundial, actualmente en curso de formular políticas en todo el campo del desarrollo urbano, debería tener en consideración lo siguiente:

a) Necesidad de determinar los efectos de su política de préstamos en otros sectores del desarrollo sobre la demanda de viviendas y servicios comunitarios y prepararse para hacer frente a tales efectos.

b) El Banco y sus organismos afiliados deberían considerar favorablemente la concesión de préstamos y otros tipos de ayuda para el establecimiento y apoyo de instituciones nacionales de ahorro y crédito y el aumento de su asistencia a las industrias de la construcción y de materiales de construcción.

c) El Banco debería prestar su asistencia, en forma de empréstitos, a la creación y apoyo de corporaciones urbanizadoras, que adquirirían, prepararían y venderían o arrendarían el suelo para un uso urbano apropiado.

d) Mediante estudios económicos periódicos de los países en vías de desarrollo, el Banco debería prestar atención adecuada a las condiciones y necesidades en el campo de la vivienda y desarrollo urbano, sobre todo a la necesidad de instituciones especializadas de ahorro y crédito.

e) En sus operaciones continuadas, el Banco debería emprender una investigación sobre la economía del desarrollo urbano y el papel social y económico de los centros urbanos en el proceso del desarrollo nacional.

f) Debería pedirse al Banco que considerase la conveniencia de establecer convenios de colaboración con las Naciones Unidas, semejantes a los que tiene ahora con otros organismos especializados, para ayudar a la identificación, evaluación y puesta en práctica de programas de investigación e inversiones en este sector.

3. Las Naciones Unidas deberían tener en consideración lo siguiente:

a) Las Naciones Unidas deben comprometerse a trabajar en este problema a un nivel proporcionado a las necesidades y al beneficio potencial; en sus sedes, en las Comisiones Regionales, y en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

b) Debe ayudarse a los países en vías de desarrollo a determinar las consecuencias económicas implicadas y evaluar muchos medios posibles de abordar el problema.

c) Deben ofrecerse conocimientos suficientes sobre las condiciones y necesidades de los países en vías de desarrollo y sobre los méritos relativos de las diversas técnicas, a fin de trazar programas adecuados.

d) El PNUD debe llevar a cabo proyectos de asistencia técnica sobre los aspectos financieros y no financieros de la vivienda, construcción y planificación que conduzcan a propuestas de mayores inversiones.

e) Se deben utilizar al máximo las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales interesadas en trabajar con las Naciones Unidas en este campo.

Referencias

(1) ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO. 1969 Construction skills. Geneva. CIRF Monographs N° 4.

(2) ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO INDUSTRIAL. 1970 Production techniques for the use of wood in housing under conditions prevailing in developing countries: report of Study Group, Vienna, 17-21 November 1969. New York, United Nations.

(3) NACIONES UNIDAS. DIVISIÓN DE DESARROLLO SOCIAL. 1968 Finance for housing and community facilities in developing countries. New York.

(4) NACIONES UNIDAS. COMITÉ DE VIVIENDA, CONSTRUCCIÓN Y PLANIFICACIÓN. 1970 Proposals for action of finance for housing, building and planning: report of the Secretary-General New York. E/C.6/106.

(5) International assistance for housing finance. 1970 Build International, May 1970, p. 137.

(6) Proposal for a World Housing Bank. 1970 Build International, May 1970, p. 141.

(7) International assistance for housing finance. 1970 Build International, May 1970, p. 139.

(8) How Brazil finances social housing. 1970 Build International, May 1970, p. 136.

(9) Urban growth and national development: sume economic, physical and financial issues. 1970 Documento, Interregional Seminar on the Financing of Housing and Urban Development, Copenhague, Dinamarca, junio 1970.

DOCUMENTOS DE REFERENCIA

(10) GRANUM, H. 1971 Use, development and promotion of wood producís in the building industry in Norway. WCH/71/7/5.

(11) GUISCAFRE, J. 1971 Promotion de l'utilisation des bois pour la construction de logements en Afrique tropicale. WCH/71/7/3.

(12) HOLMES, B.W. 1971 A system approach to information storage and retrieval. WCH/71/7/4.

(13) LEVIN, E. 1971 Total promotion of the use of wood in housing, with particular reference to frame construction. WCH/71/7/1.

(14) PRICE, B.P. 1971 Cooperative industry program an efficient way to broaden residential markets for wood. WCH/71/7/2.

(15) WALSH, F.N. 1971 CFI market development program to promote the use of timber and plywood in housing in the United Kingdom and Europe. WCH/71/7/6.

Informe de la Consulta

1. La función de la vivienda consiste en proporcionar a sus ocupantes satisfacción personal, así como protección contra los elementos. Como el costo de una vivienda representa un desembolso bastante fuerte para el propietario, es esencial que se fomente el uso de la madera, por ser un material de construcción apropiado cuando se puede demostrar que entabla, o puede entablar, competencia con otros materiales en punto a costo y que conviene por lo que respecta a los objetivos nacionales en materia de vivienda. Conviene tener presente la posibilidad de emplear madera tanto en los elementos estructurales como en el acabado interior o decoración de casas de todo género.

2. La Consulta recomendó que los gobiernos tomen la iniciativa en demostrar las ventajas de la madera disponiendo que los edificios oficiales, como escuelas y oficinas, y especialmente las casas de cierta categoría, se construyan con una buena proporción de madera. Asimismo, se debe instar a las organizaciones internacionales a que instalen a sus empleados y servicios en edificios construidos con productos de madera en cantidad considerable, como ejemplos que deben seguirse.

3. La Consulta recomendó a las autoridades docentes que se incremente la enseñanza de materias relacionadas con la tecnología de la madera y su uso en la construcción en las escuelas secundarias, escuelas técnicas y universidades. Los ciudadanos del mañana adquirirán así un buen aprecio del valor de la madera para satisfacer la demanda de materiales de construcción procedentes de un recurso natural renovable.

4. Reconociendo la posibilidad de que los nuevos inquilinos de una vivienda de madera cuyas tradiciones son distintas no estén satisfechos con este tipo de habitación, la Consulta recomendó que se elaboren programas educativos semejantes a los que existen en materia de alimentación, a fin de preparar a dichas personas para el cambio y ayudarles a acomodarse al mismo de manera económica y adecuada.

5. La Consulta recomendó a las organizaciones internacionales y a los países que integran grupos económicos o regionales, o que tienen afinidades especiales con los países lindantes, a que se establezcan institutos regionales para la formación de personal docente y de supervisión en el campo del diseño y utilización de la madera en la construcción. Recomendó también que los países en vías de desarrollo recaben invitaciones para visitar los países industrializados, como modo de educar a sus arquitectos, autoridades responsables de los programas de la vivienda, constructores y obreros, en las técnicas y ventajas del uso de la madera para construcciones residenciales.

6. La Consulta aprobó un plan, actualmente en estudio, para establecer una oficina de la madera tropical con sucursales en Europa y América del Norte, cuyo objeto sería el fomento del uso de maderas tropicales en los países industrializados, y más especialmente en las especies secundarias o menos conocidas; todo ello auspiciado por las Naciones Unidas.

7. La Consulta recomendó que los países interesados cooperen directamente, o a través de los organismos internacionales, en la labor de coordinar la información sobre las características de las maderas tropicales, a fin de evitar que se dupliquen los trabajos de investigación y de definir los sectores de interés en los que se debe emprender una labor más amplia.

8. La Consulta recordó que, para lograr reducciones en el costo de la vivienda, constituyen factores importantes las economías de escala, la oferta ininterrumpida, la normalización y los programas de construcción sostenida. Reconoció que muchos gobiernos apoyan ya el financiamiento de construcción de viviendas, especialmente en lo que se refiere al sector de ingresos bajos, pero recomendó que los gobiernos no solamente continúen prestando ayuda a los programas destinados a proporcionar más y mejores viviendas para las familias de ingresos bajos, sino que deben también aumentar dicha ayuda a fin de lograr que sea una realidad la habilitación de viviendas suficientes para todos.


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