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Política forestal del Africa Oriental

CONCLUSIONES DE LA OCTAVA CONFERENCIA FORESTAL DE LA COMMONWEALTH

LAS DELEGACIONES de los siguientes Estados Miembros encabezadas en su mayor parte por los jefes de los servicios forestales, participaron en la Octava Conferencia Forestal de la Commonwealth celebrada en junio-julio de 1962: Australia, Canadá, Chipre, Federación Malaya, India, Kenia, Mauricio Nueva Zelandia, Nigeria, Nyasalandia, Reino Unido, Rhodesia del Norte, Rhodesia del Sur, Tanganyika, Trinidad, Uganda y Zanzíbar. También asistieron un observador de los Estados Unidos de América y representantes de la FAO, según se informó en el número anterior de Unasylva.

Una de las características de estas conferencias, que se celebran cada cinco años (la próxima se celebrará probablemente en la India), es un examen imparcial de la situación forestal en el país o países hospedantes. La parte del informe de la Conferencia dedicada a los problemas forestales de Africa Oriental se resume a continuación:

«Nuestras observaciones están basadas en la información que nos ha sido facilitada y en las observaciones hechas por nosotros, durante las jiras de la Conferencia en Kenia, Uganda y Tanganyika, y en el curso de los debates en la sesión plenaria de Nairobi y en el Comité.

POLÍTICA

Hemos observado las políticas forestales existentes en cada país, e insistido en la conveniencia de que cada uno de ellos haga una declaración sobre política forestal al alcanzar la independencia. Recomendamos que los montes cuya ordenación tiene un interés nacional, tanto con fines de producción como de protección, permanezcan bajo el control de los servicios forestales nacionales y que aquellos cuya ordenación está a cargo de las autoridades locales sigan siendo administrados por dichas autoridades bajo la dirección de los servicios forestales nacionales. En relación con estos problemas, recomendamos la política de estimular a las autoridades locales a comprender la ordenación de los montes de valor puramente local.

Reconocemos la primordial necesidad de asegurar los abastecimientos de agua en cada uno de los tres países; por tanto, apoyamos la política de reservar los montes protectores para este fin e insistimos en la necesidad de mantener y extender su aplicación.

Teniendo en consideración la precisión de lograr una expansión de la producción maderera para hacer frente a las futuras necesidades de los tres países, y reconociendo el papel importante que desempeñan los montes en la economía nacional y en el bienestar público, recomendamos que se hagan las suficientes consignaciones económicas para la continuación del desarrollo forestal en todos los programas de fomento nacional.

En vista del rápido desarrollo que se está produciendo en los tres países, existe la urgente necesidad de coordinar el aprovechamiento de la tierra. Recomendamos, por tanto, que se organicen a estos fines, con plena representación forestal, organizaciones nacionales efectivas.

CONDICIÓN DE LOS MONTES

Estamos de acuerdo en que las técnicas silvícolas desarrolladas para tratar los montes indígenas son singularmente impresionantes. En vista de la importancia de estos montes, tanto para la producción como para la protección, recomendamos que continúe la investigación a fondo de los problemas que entraña.

Se está avanzando constantemente en la creación de plantación de especies exóticas de madera blanda en los tres países. Se recomienda, sin embargo, que se lleven a cabo ulteriores ensayos de especies, junto con estudios e investigaciones sobre genética, técnicas de plantación, métodos de ordenación y aprovechamiento de los rendimientos intermedios.

Recomendamos que los tres países continúen los ensayos de especies en estaciones de calidad inferior a las que generalmente se utilizan actualmente.

Hemos observado la importancia que tienen los montes de particulares y comunales para la economía general del Africa Oriental, en lo que se refiere a la producción de corteza de acacia, madera para leña y postes, así como para proporcionar agua, sombra y abrigos. Recomendamos, por tanto, que los gobiernos sigan concediendo toda clase de estímulo y ayuda para lograr que dichos montes se ordenen con el máximo provecho.

Habiendo considerado en qué medida se han llevado a cabo los inventarios y teniendo en cuenta la necesidad de conocer en qué forma puede satisfacerse mejor la crecidísima demanda de todas las clases de madera que posiblemente surgirá a finales del siglo, recomendamos que se amplíen los inventarios para que abarquen a todas las zonas forestales reservadas y no reservadas, incluso las sabanas arboladas y las plantaciones privadas con el fin de que pueda determinarse en los tres países el total de los recursos madereros en relación con las necesidades de aprovechamiento de la tierra. También insistimos en la importancia de mantener la continuidad de dichos inventarios a intervalos periódicos. Si limitaciones de personal o de otros recursos impidieran el rápido cumplimiento de esta recomendación, sugerimos que se examine la posibilidad de conseguir ayuda externa para dichos fines.

ORDENACIÓN

La producción de madera y la protección de las cuencas de captación son las funciones primordiales de las reservas forestales. A reserva de lo anterior y en apoyo del concepto del aprovechamiento múltiple de la tierra, recomen damos que los USOS secundarios (pastoreo, cultivo, conservación de la vida silvestre y fines recreativos) deben también ser desarrollados bajo el control de las autoridades forestales, con preferencia en consulta con otras autoridades competentes. Como corolario, recomendamos que en las zonas no reservadas y bajo el control de otras autoridades, la ordenación, la conservación y la extensión de los recursos forestales, se efectúen en consulta con las autoridades forestales.

Teniendo presente las pérdidas de personal profesional experimentado que pueden producirse en los próximos años, recomendamos que los planes de ordenación y las técnicas de cuidados culturales sean lo más flexibles y sencillas posible.

ORDENACIÓN DE LA VIDA SILVESTRE

Reconocemos la importancia de la ordenación de la vida silvestre si se desea que las poblaciones animales no adquieran un volumen descomedido y causen daño a los montes. Como quiera que el Africa Oriental es única en el mundo por lo que se refiere a su vida silvestre, y si ésta ha de considerarse como un recurso de carácter mundial, recomendamos que:

a) Parte del costo de conservación de esta vida silvestre sea de responsabilidad mundial.
b) Que se emprenda una extensa campaña de propaganda para informar al público en general de los objetivos de conservación de la vida silvestre y de la necesidad de la ordenación de la misma.

UTILIZACIÓN

Hemos observado que los estudios de producción y consumo de madera que han sido llevados a cabo recientemente (por la FAO) en los tres países, pronostican un déficit considerable antes de fines del siglo actual. El déficit total hacia el año 2000 será del orden de los 27 millones de pies cúbicos al año, lo cual representa una cantidad mayor que el actual consumo total anual en los tres países. Hemos examinado también el programa de plantación de los tres países tomados en consideración en el cálculo de dichos déficit. Evidentemente, cualquier disminución de los programas de plantación actuales harán que empeore esta situación.

Considerando estas futuras necesidades madereras y los hechos de que:

a) El aumento en los niveles de vida de las poblaciones, que es el objetivo declarado de los tres gobiernos, puede muy bien verse obstaculizado si no se dispone fácilmente de los suministros de madera y de sus productos para las necesidades locales a precios que estén al alcance de la población;

b) La madera rolliza, la aserrada, los postes y la madera para leña pueden soportar menos los costos de transporte que la pasta y los productos derivados;

c) Los esperados excedentes de madera de Kenia podrían utilizarse para la fabricación de pasta y producción de papel;

d) Ciertas maderas de producción local hallan fácilmente un mercado de exportación;

e) En los tres países se han establecido ya considerables zonas de plantaciones de eucaliptos que pueden ser fácilmente ordenadas y que muestran un crecimiento y una forma arbórea satisfactorios;

recomendamos que cada uno de los tres países adopte medidas para:

i) Desarrollar un patrimonio forestal de extensión y productividad suficientes para hacer frente a sus propias necesidades de madera en rollo, postes y madera para leña, así como para satisfacer cualquier mercado aprovechable de exportación.

ii) Llevar a cabo encuestas sobre mercados.

iii) Ampliar los medios para la investigación sobre aprovechamiento y capacitación, si fuera necesario, con ayuda exterior a la región, a través de un órgano de investigación centralizado, quizás en Moshi, con los oportunos servicios para la labor de extensión, particularmente en el campo de la explotación y en el proyecto y estudio de aserraderos aptos para que los hagan funcionar los africanos. Tal centro deberá seguir cooperando con las otras organizaciones de investigación de cada uno de los tres países. (En este aspecto, el Comité desea elogiar la excelente labor ya realizada en los centros de investigación sobre aprovechamiento en Moshi, Nairobi y Kampala.)

iv) Incluir en sus programas de investigación un proyecto sobre el aserrío, secado y reacondicionamiento de madera de eucalipto.

v) Mantener facilidades para la recogida de las estadísticas suficientes para poder realizar un examen regular de los pronósticos de producción y consumo madereros. Deseamos insistir en la necesidad de dichos exámenes a intervalos periódicos.

ENSEÑANZA Y CAPACITACIÓN

Hemos observado las eficientísimas escuelas de capacitación forestal técnica que existen en los tres países, y apoyamos la política de emprender dicha capacitación en los propios países. Subrayamos las ventajas que habrán de obtenerse enviando funcionarios técnicos parcialmente capacitados o en servicio, para que asistan a cursos especiales de instrucción en ultramar. Creemos que la residencia en un país diferente es por sí sola estimulante y abre perspectivas.

Teniendo en cuenta la necesidad de incrementar la producción maderera en cada uno de los tres países, recomendamos que se adopten medidas, lo antes posible, para hacer frente a las necesidades adicionales de personal técnico y profesional. Esto podría resolverse de tres maneras:

a) Mediante la expansión de los medios existentes de capacitación técnica.
b) Mediante la concesión de becas para cursos especiales en ultramar.
c) Mediante el establecimiento de una facultad de montes: el hecho de que ya existan en el Africa Oriental un colegio universitario y centros regionales de investigación y aprovechamiento forestal, indica que puede hallarse un lugar adecuado para dicha facultad.»


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