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Pinus radiata en el Ecuador, su ecología y crecimiento

A.D. Miller

A.D. Miller es un silvicultor que trabaja en el Ecuador en virtud de la ayuda bilateral británica.

El autor compara las tasas de crecimiento de Pinus radiata en diversas regiones del Ecuador a diferentes altitudes y suelos. Examina en particular los efectos de la altitud. Compara diferentes parcelas de raleo en un lugar y hace observaciones sobre los suelos y la patología. Da a conocer algunos factores económicos que influyen en el crecimiento de P. radiata en el Ecuador.

Pinus radiata se ha plantado extensivamente en Australia, Nueva Zelandia, Sudáfrica y Chile, pero hay poca información publicada con respecto a su crecimiento en estos países. Beekhuis (1966) y Lewis (1954) publicaron algunos datos sobre parcelas de muestreo, pero ambos están más interesados en tablas generales y planos de alineación que, aunque excelentes para la estimación de volúmenes y otros datos de un rodal determinado. dan poca idea de lo que se puede considerar normal. El estudio de la FAO sobre Pinus radiata (1960) proporciona bastante información con respecto al crecimiento de altura y algunos datos sobre volúmenes, pero no siempre estos dos están relacionados. Las tablas de ordenación del Reino Unido (1971) no incluyen P. radiata, pero recomiendan recurrir a las tablas para P. nigra var. maritima; éstas, sin embargo, indican relaciones altura-edad-producción de volumen que son muy diferentes de las de P. radiata en Ecuador y en el hemisferio sur en general.

P. radiata no ha sido plantado de manera extensiva en el Ecuador, y tampoco hay grandes plantaciones de esta especie más que de unos pocos años de edad; sin embargo, existen bastantes plantaciones pequeñas de diversas edades y en una extensión suficientemente vasta de terreno como para tener una clara indicación general de su actuación. La primera parcela de muestreo de esta especie que consta en el Ecuador se plantó en Cotopaxi en 1925, a una altura de 3550 m. Desgraciadamente. la parcela fue descuidada y no se tomaron mediciones de crecimiento, pero la altura y perímetro de los árboles restantes confirman, por lo general. las conclusiones y predicciones que se han hecho de otras plantaciones más recientes.

En 1954 y 1959, se hicieron pequeñas plantaciones en la Hacienda El Refugio a 3510 y 3620 m respectivamente. También en 1959, se plantaron algunas hectáreas en Achapichu a 3180 m (donde se estableció una parcela permanente de muestreo en 1973) y otra en Cotopaxi a 3550 m de altura; esta última plantación fue dividida en parcelas de diferentes intensidades de raleo en 1968. En Conocoto, a una altura de 2550 m, se plantó en 1955 una parcela que ahora no tiene valor. con excepción de las mediciones de árboles por separado; pero en 1963 se estableció una parcela permanente de muestreo en el mismo lugar, que ha sido objeto de repetidas mediciones. En 1965 se hizo una pequeña plantación en la Hacienda Tortorillas, cerca de Palmira, en una zona de pocas lluvias; a raíz del pastoreo y otros daños, ya no son posibles allí las mediciones de volúmenes, pero las de altura son de interés y se discutirán más adelante.

De este modo, sobre la base de la muy limitada información disponible, parece mejor comparar el crecimiento de P. radiata en el Ecuador con el de otros países. El crecimiento de altura en la parcela de muestreo de 1963 en Conocoto se equipara a la mejor información publicada en cualquier otra parte del mundo, y los árboles de 1955 indican que los resultados probablemente serán mantenidos. Al otro extremo de la balanza, la plantación de 1963 en Cotopaxi tiene un índice más lento de crecimiento que el dado por cualquier otra información publicada o conocida por el autor.

1. PROMEDIO DEL INCREMENTO ANUAL DE PINUS RADIATA POR EDAD

La comparación de la producción de volumen de P. radiata en distintos países se complica por el hecho de que los datos publicados no siempre son estrictamente comparables. Algunos cuadros incluyen corteza y otros no; algunos contienen volúmenes de raleo, mientras otros no, y los limites de diámetro en los que se hacen las mediciones también varían. Las curvas que se muestran en la Figura I proporcionan, en algunos casos aproximadamente, datos representativos de la producción total con corteza a un diámetro superior de 9 cm. Hay discrepancia entre los distintos países en la manera en que está relacionada la producción de volumen con el promedio de crecimiento y altura de un rodal, así como también en el punto de rotación donde se alcanza el incremento medio anual máximo (Cuadro 2). No está claro hasta qué punto estas diferencias en volumen de producción se deban a una anormal densidad efectiva en los rodales o hasta qué punto las condiciones locales producen coeficientes de forma significativamente diferente en los árboles.

P. radiata se ha plantado en una considerable extensión de sitios en el Ecuador y las variaciones de altura son significativas de un lugar a otro. Los sitios están todos situados en la Sierra a 2 500-3 600 m de altura sobre el nivel del mar. Los suelos tienen una semejanza genérica por cuanto todos ellos provienen de sucesivos estratos de ceniza volcánica, sobre los que ha crecido vegetación. dejando estratos de suelo con alto contenido orgánico separado por estratos enteramente inorgánicos de piedra pómez; pero la profundidad de los diversos estratos varia de manera considerable de un lugar a otro.

2. Ejemplo de Pinus radiata de buena calidad en una plantación del norte de Tasmania, Australia. Estos árboles tienen 10 años y el espaciamiento es de 24 por 24 metros. Algunos pinos se podaron a 6,5 metros.

CUADRO 1. - P. RADIATA EN ECUADOR, DISTRIBUCIÓN Y EDAD

Localidad

Año de plantación

Cotopaxi

1925

Cotopaxi

1959

El Refugio, Chaupi

1954

El Refugio, Chaupi

1959

Achapichu

1959

Conocoto

1955

Conocoto

1963

Tortorillas-Palmira

1965

De textura los suelos son generalmente arenosos o limosos y tienen buen drenaje. salvo donde se producen localmente estratos compactos o cementados. En las regiones de elevadas precipitaciones pluviales (más de 1000 mm por año), se han observado incipientes pailas de hierro. El material de partida es de gran profundidad y la penetración por las raíces de árboles es generalmente buena.

Para suelos forestales, los valores de pH son más bien altos, generalmente entre 6,0 y 7,0; el contenido de nitrógeno de los suelos es, por lo general, adecuado, 15-40 ppm; el contenido potásico varia de adecuado a alto, de 30-150 ppm; el contenido de fosfato es invariablemente bajo, entre 1 y 6 ppm por todo el perfil, aunque ocasionalmente se concentra en la superficie un estrato de 1 cm de unas 9-12 ppm. Las lluvias caídas varían de bajas (450 mm/año) a altas (2000 mm/año).

Las variedades del terreno no parecen causar variaciones significantes en la rapidez del crecimiento de P. radiata, aunque, como se mencionará más adelante, pueden tener efectos importantes en la salubridad de las siembras. Es escasa la evidencia que hay del efecto causado por las lluvias, porque la mayor parte de las plantaciones están ubicadas en regiones de suficientes o grandes lluvias, aunque la plantación de 1965 en Tortorillas recibe un promedio de algo menos de 500 mm al año y el crecimiento de altura de las siembras se presenta deprimido por los aspectos de la sequía estacional.

Con mucho. la característica local más importante que afecta a la rapidez de crecimiento de P. radiata en el Ecuador es la altura, y aquí se encuentra una notable correlación. Si los valores de altura de diversas siembras en sitios húmedos a la edad de 15 años se parcelan en contraste con la altura sobre el nivel del mar a la que crece cada plantación, todos los puntos están en una sola línea. No hay suficiente información para los sitios por debajo de los 2500 m, pero la deducción es que el crecimiento puede alcanzar un máximo a los 2200 m en suelos húmedos y bien drenados, y que, por debajo de esta altitud, el ritmo de crecimiento disminuiría a medida que el clima se torne demasiado cálido para P. radiata. No hay información para sitios por encima de los 3600 m, pero la impresión del autor es que, por encima de esta altitud, el crecimiento en altura disminuiría bruscamente y que P. radiata no sobreviviría a más de 4000 m.

Existen datos de un solo sitio «seco» (Tortorillas), donde la altura probable a los 15 años está significativamente por debajo de la que se espera de un sitio a la misma elevación en un lugar húmedo.

Los otros factores principales en Tortorillas - exposición y suelos - son estrictamente comparables con sitios húmedos, y el autor cree que el reducido índice de crecimiento se debe a la menor lluvia caída en esa zona. Con la pérdida de crecimiento en altura. que asciende a 3 m a los 15 años, el crecimiento en un sitio seco parece corresponder al de un sitio húmedo 200 m más arriba.

Se debe tomar nota especialmente de aquellas zonas donde el crecimiento vigoroso se detuvo aparentemente en plantaciones establecidas en 1963, en Cotopaxi, a 3500-3600 m de altura. En una de tales zonas, la altura a los 10 años es de 4 m, mientras que en otra, no muy lejos. la altura a los 10 años es de 2,25 m. Las razones de ello no son claras: los factores de precipitación pluvial, análisis de suelos y exposición indican que, a los 10 años, el promedio de altura de estas siembras debieran haber sido de 6-7 m. No hay antecedentes de la proveniencia de estas siembras, y en este motivo puede radicar una explicación parcial de lo dicho, pero existe la firme impresión de que queda más por aprender sobre los factores que gobiernan la rapidez de crecimiento de P. radiata cuando se halla cerca de su limite superior de altitud.

CUADRO 2. - UNA COMPARACIÓN DEI INCREMENTO MEDIO ANUAL (IMA) DE P. RADIATA

País

Altura a los 20 años

Rotación del IMA máximo

IMA máximo

Metros

Años

m³/ha/año1

Ecuador

24

21 (?)

32

Nueva Zelandia II

24

30

23

Australia III

24

25

26

1 Medida por encima de la corteza, incluidos los raleos hasta un diámetro máximo de 9 cm.

Patología

La patología de P. radiata en el Ecuador se ha estudiado poco, a pesar de que muchos rodales están alarmantemente enfermizos. Los principales síntomas observados fueron:

- Amarilleo de los ápices de las agujas.
- Deformación y muerte de los brotes guías y laterales.
- Inclinación, y eventualmente separación. de las ramas laterales.
- Lesiones y debilitamiento del tronco principal, que conducen al derribo de reservas.
- Inestabilidad o derribo por el viento después de los 10 años, aproximadamente.

CUADRO 3. - P. RADIATA EN ECUADOR: RESULTADOS DE PLANTACIONES RALEADAS

También han sido observados ataques defoliadores por larvas de geométridos no identificadas, que varían de moderados a serios. Como se menciona anteriormente, el contenido de fosfato en los suelos es muy bajo, y esto bien puede ser la causa principal del debilitamiento de las siembras, haciéndolas susceptibles a los ataques de insectos y hongos. En algunos sitios, el contenido de fosfato en los estratos de la superficie de los suelos es mucho mayor que el de los estratos inferiores; en estos sitios, el enraizamiento es muy superficial, y este hecho, al parecer, contribuye a la inestabilidad y al derribo por el viento después de la edad de 10 años. Además, la forma particular de distorsión y marchitez descendente de los brotes guías y laterales es notablemente similar al atribuido a la carencia de boro (Stone y Will, 1965; Frith, 1972). Parece probable que la causa fundamental de las condiciones patológicas observadas dependa de carencias en los suelos, y se han iniciado experimentos para comprobar el efecto que tendrá el agregar fosfato y boro a los suelos.

Se debe mencionar, sin embargo, que gorgojos microscópicos, que podrían ser el origen del perjuicio principal, se han observado en brotes distorsionados que se tomaron en Cotopaxi y que la inclinación y caída de las ramas está asociada con un ataque de hongos en la madera, en el punto donde la rama se une al tronco principal, aunque no se sabe si este ataque es primario o secundario.

Una característica curiosa de estas condiciones diversas es que, aunque la enfermedad de una u otra especie está difundida y más de la mitad de los árboles en una siembra pueden ser afectados, prosigue la producción de madera según lo muestran los diagramas. Por cierto, algunos árboles se distorsionan bastante y la horcadura es frecuente, pero el volumen total por hectárea se muestra poco cambiado. El volumen de venta puede ser cosa aparte, pero los resultados de agregar fertilizantes pueden tener una importancia decisiva para mantener la forma apropiada del tronco y, por ende, el valor comercial de los árboles.

Parcelas experimentales

En 1968 se establecieron parcelas experimentales de raleo en plantaciones de P. radiata en Cotopaxi, que databan de 1959 y 1960. Estos árboles fueron medidos por el Servicio Forestal del Ecuador en 1968 y 1969, y un grupo británico midió las parcelas de 1959 en diciembre de 1972. En 1971, las proyecciones del crecimiento para 1972 fueron optimistas.

Estas son las únicas parcelas comparativas de raleo para P. radiata en el Ecuador, y su establecimiento refleja la gran influencia de la División de Capacitación e Investigación del Servicio Forestal del Ecuador. Lamentablemente, lo reducido de la zona utilizable y lo considerable de la variación en las siembras originales han disminuido el valor de los resultados. En las parcelas de 1959 hay cuatro réplicas de cuatro tratamientos, en un diseño de parcelas al azar, donde el tamaño de las parcelas medidas es de 10 x 10 m sin contornos. El espaciamiento original de plantación había sido de unos 2 x 2 m, pero, en 1968, la densidad de masa efectiva varió de 1800 a 2150 por ha. El raleo más riguroso se aplicó a las parcelas de menor densidad, mientras que aquellas de mayor densidad se dejaron como testigos. Hubo también una variación del 30 por ciento en el volumen en pie total en las parcelas originales. Los tratamientos y mediciones hechos hasta la fecha se muestran en el Cuadro 3. Como se verá, los tratamientos 1, 2 y 3 tuvieron un raleo a los 9 años, mientras que el tratamiento 4 fue el testigo sin raleo. En la opinión del autor. debido al corto tiempo del raleo y a las pocas diferencias entre los tratamientos 1, 2 y 3, es mejor tratar estos tres como si fueran efectivamente iguales (sin diferencias estadísticas significativas entre ellos); los promedios de estos tres, pues, se muestran también en el Cuadro 3.

Se notará que en los tratamientos 1 y 2 varios árboles se perdieron entre las edades de 10 y 13,3 años, sin constar ningún registro de sus volúmenes. La pérdida asciende aproximadamente a unos 56 árboles por ha en la columna de promedio de valores, ascendiendo probablemente a un volumen total de casi 5 m³. Esta corrección se muestra en las cifras de incremento corriente anual (ICA) e incremento medio anual (IMA) en el Cuadro 3. Este cuadro muestra tres observaciones para el incremento medio anual y dos puntos para el incremento corriente anual para cada uno de los dos tratamientos vigentes, o sea, con raleo y sin raleo. Estos se muestran en forma de diagrama en la Figura 3 y las curvas IMA han sido prolongadas para mostrar los posibles puntos de intersección de las curvas ICA con las IMA en los puntos más altos.

3. PARCELAS EXPERIMENTALES DE PINUS RADIATA EN COTOPAXI, ECUADOR

Se observará el fuerte descenso en el incremento corriente anual entre las edades de 10-13 años, junto con la indicación de un máximo que ocurre a una edad temprana en las curvas IMA a las edades de 15-18 años. Naturalmente, estos datos en muchos sentidos no son satisfactorios: las parcelas de raleo son demasiado pequeñas y no tienen contornos. y el tiempo dedicado a tomar estas mediciones es todavía muy breve. No obstante, indican un curso positivo y, en la opinión del autor, esta pérdida del incremento corriente se debe a la enfermedad de la siembra, lo que probablemente es muy típico de P. radiata en el Ecuador en alturas aproximadas de 3500 m. Es posible que esta condición se haya podido remediar si se ha agregado antes fosfato y oligoelementos al suelo; pero el grado de tal respuesta, así como el grado hasta el que el aumento de la producción de madera pueda justificar el costo de fertilizantes, tendrán que esperar los resultados de las investigaciones en curso.

El otro punto de gran interés que muestra este experimento es que las parcelas sin raleo han producido un 16,7 por ciento más de madera que las parcelas con raleo (es decir, 175 m³/ha comparado con 150 m³/ha a la edad de 13,3 años), pero esto se debe, al menos en parte, a la mayor densidad en las parcelas sin raleo en el momento en que se inició el experimento, y, en parte. al hecho de haber transcurrido un tiempo insuficiente para que las parcelas con raleo respondan adecuadamente. en vista de su falta de vigor en la actualidad. Sin embargo, estas cifras confirman la opinión de que las plantaciones de P. radiata cultivadas en rotaciones cortas para pulpa no deben ser raleadas.

Ciertas tendencias generales

No existen datos suficientes para efectuar una completa y concienzuda evaluación económica de P. radiata en el Ecuador, pero se pueden distinguir algunas tendencias generales.

En primer lugar, está la suma importancia de la altura sobre el nivel del mar. Dado que el crecimiento en clases de rendimiento bajo 10 es probable que sea improductivo, esto quiere decir que, en la mayor parte de los sitios del Páramo, una altitud de 3600 m debería ser el límite superior. Es posible que otras especies puedan reemplazar a P. radiata en elevaciones más altas. A la inversa, el gran progreso en el crecimiento a alturas un poco más bajas (o sea, clase de rendimiento 20 a unos 3400 m y clase de rendimiento 30 a 3100 m), demuestra la importancia de plantar en terrenos más bajos donde sea posible.

En segundo lugar. el espaciamiento en la plantación es especialmente importante en las rotaciones cortas, como se ve en el Ecuador. El siguiente ejemplo ilustrará este punto.

Se supone que un determinado sitio plantado a 2 x 2 m indicará un incremento medio anual de 14 m³ por ha al año en una rotación de 15 años: habrá 2500 árboles por ha de los cuales, por ejemplo, 2000 sobrevivirán y el volumen total de producción será de 14 x 15 m. o 210 m³. Por lo tanto, el volumen medio por árbol será de 0,105 m³. Pero si el mismo sitio fuera plantado a un espaciado de 3 x 3 m, o 1110 por ha, de los cuales, por ejemplo, 1000 por ha sobreviven, entonces habría probablemente una pérdida de producción de un 15 por ciento comparado con el de 2 x 2 m. Es decir, los 1000 árboles plantados con un espaciado mayor producirían unos 180 m³ por ha y el volumen medio por árbol sería de 0,180. Es mucho más económico por m³ tratar estos árboles más grandes, y los costos más bajos de la siembra, combinados con los costos reducidos de la plantación más espaciada, tienden a hacer este tipo de espaciamiento más provechoso. a pesar de la pérdida en producción por hectárea. Por supuesto, las condiciones varían de un lugar a otro, y el espaciamiento más adecuado se debe efectuar de acuerdo con los costos probables y los futuros ingresos.

Los cálculos hechos por Frith (1972) sugieren una tercera y amplia tendencia, que las plantaciones de P. radiata que crecen a 3500 m de altura producirán una utilidad financiera de un 10 por ciento aproximadamente, con un margen de deducción del 30 por ciento del volumen total a causa de corteza y madera no comerciable. Si los costos cambian, los cálculos deberán ser revisados, pero por el momento son alentadores.

Referencias bibliográficas

BEEKHUIS, J., 1966, Prediction of yield and increment in Pinus radiata stands in New Zealand. Wellington, New Zealand Forest Service, Forest Research Institute. Technical Paper N° 49.

FAO., 1961, Pino insigne, por C.W. Scott. Roma. FAO: Estudios de silvicultura y productos forestales, N° 14.

FRITH, A.C., 1972, Plan modelo para el manejo de plantaciones de pino en las provincias de Cotopaxi y Pichincha. Roma, FAO. FAO/SF/ECU 71/22/FO. (Documento de trabajo)

LEWIS, E.R., 1954, Yield of unthinned Pinus radiata in New Zealand. Wellington Forest Research Institute. New Zealand Forestry Research Notes, 1(10).

REINO UNIDO. FORESTRY COMMISSION., 1971, Forest management tables (metric). London, HMSO. Forestry Commission Booklet N° 34.

STONE, E.L. y WILL, G.M., 1965, Boron deficiency in Pinus radiata and P. pinaster. Forest Science 11: 425-433.

TOLLENAAR, HUIB., 1970, Boron deficiency in pine plantations in central Chile. Mérida, Venezuela, Instituto Forestal Latino-Americano. Boletín Nos. 33-34.


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