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La enseñanza forestal en América del Sur

José R.E. Bucarey

José R.E. Bucarey, chileno, es muy conocido en América del Sur por su labor en el campo de la capacitación forestal y ha participado activamente en los trabajos del Comité de la FAO sobre Enseñanza Forestal.

El autor presenta un detallado análisis de la enseñanza forestal en el ámbito de toda la América del Sur y sugiere varias medidas pare la reforma y coordinación de los programas de estudios. Recomienda encarecidamente que se estimule y proporcione a un mayor número de jóvenes la posibilidad de formarse, con el fin de aumentar en gran medida durante el próximo decenio el número de técnicos forestales y de trabajadores especializados.

La enseñanza forestal, tal como se des envuelve en la América del Sur, presenta un grave desequilibrio entre sus grados universitarios y sus grados técnicos y vocacionales. El resultado de este desequilibrio es la aguda escasez existente, en toda la región, de personal forestal de grado medio.

Se observe asimismo que los programas de estudios de nivel universitario, en lugar de fijar metas y directrices de acuerdo con la situación y tendencias reales, son adaptaciones de los programas de paises más avanzados en los diversos sectores de la silvicultura. Por esta razón, tanto el tipo de enseñanza como las material no reflejan las condiciones reales que imperan en la América del Sur.

Se aprecia igualmente que, a pesar de la preocupación constante de los gobiernos por el sector forestal en general y por la enseñanza forestal, este empeño no siempre se traduce en resultados prácticos. En casi todos los países de la región existen limitaciones en la enseñanza forestal en punto a recursos humanos, fondos e instituciones, en el sector forestal mismo o bien en el ámbito de la enseñanza. Los planes y proyectos no cristalizan en realidad.

En la mayoría de los países de América del Sur los actuales proyectos forestales no acuden al apoyo de la enseñanza y de la capacitación forestal, por mucho que sea necesario. Se pierde de vista lo que es fundamental: que no puede haber desarrollo sin promoción educativa.

Técnicos forestales estudian dendrología en Ecuador - Para un continente de bosques, cinco escuelas

La ordenación y aprovechamiento de los recursos forestales requieren mano de obra capaz de resolver los múltiples problemas relacionados con estos recursos, a través del trabajo en equipo o individualmente. Se necesita personal de tres niveles. Por consiguiente, la enseñanza forestal debe orientarse a proporcionar estos tres niveles de personal capacitado: primeramente, el personal directivo - forestales profesionales - responsables del trazado de directrices y de la dirección de conjunto de los trabajos que presentan complejidad máxima; en segundo lugar, técnicos forestales que trabajen sobre el terreno y que supervisan determinados tipos de trabajos; y, por último, un contingente de obreros forestales especializados en las tareas de producción y en servicios (Centro Latinoamericano de Demografía, 1972). En la actualidad, estos tres niveles de enseñanza y capacitación están estructurados de la siguiente manera (véase Cuadro 1):

- Dieciocho centros docentes con facultad pare otorgar grados de forestales profesionales, es decir, personal directivo:

- Cinco centros docentes pare técnicos forestales;

- Cinco escuelas de capacitación de trabajadores forestales especializados.

De las 18 instituciones de formación superior, 11 se encuentran situadas en los países pertenecientes al Pacto Andino 1. En la zona atlántica de América del Sur, las escuelas de este nivel se encuentran únicamente en el Brasil y la Argentina. Existen algunas escuelas con dedicación parcial en el Uruguay, pero no existe ninguna en el Paraguay, cuyo territorio está cubierto de bosques en un 51 por ciento.

1El Pacto Andino, firmado en noviembre de 1969, se propone la creación pare 1980 de un mercado común de los países andinos. Los países signatarios son Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia.

Los centros de enseñanza donde se forman los técnicos y los trabajadores forestales cualificados se encuentran todos en los países del Pacto Andino.

Personal directivo, ingenieros forestales profesionales (personal orientador)

A los forestales profesionales, se les exige que estén en condiciones de determinar las necesidades y hacerse cargo de los complejos problemas del sector forestal, recoger información básica, analizar situaciones y problemas, fijar objetivos mensurables y estudiar distintas soluciones, trabajar con grupos, participar en debates técnicos interdisciplinarios, adoptar decisiones escogiendo entre varias alternativas la mejor, planificar de modo eficiente todos los tipos de trabajos forestales, organizar, coordinar y supervisar la ejecución de tareas propuestas y evaluar el rendimiento en el trabajo y la medida en que se han alcanzado los objetivos preestablecidos. (Chile. Comisión Permanente en Ciencias Agropecuarias y Forestales, 1974.)

A nivel de personal directivo se ha llevado a cabo en la América del Sur una intensa promoción de la enseñanza forestal. En 1960 existían solamente seis centros; en 1974, el número de éstos ha ascendido a 18. No sólo se han creado nuevas escuelas, sino que se están realizando constantes esfuerzos pare mejorar la calidad de la enseñanza. En Venezuela y el Brasil existen escuelas forestales pare posgraduados.

En todas estas escuelas en que se forma el personal directivo se requiere como condición previa a la admisión estar en posesión del certificado de enseñanza secundaria en humanidades o equivalente y en la mayoría de ellas se exige además que los candidatos aprueben un examen de ingreso. La duración de los estudios en todas estas escuelas comprende de cinco a seis años, salvo en el Brasil, donde son de cuatro años. En la mayoría de estos centros se exige la realización de prácticas y la presentación de una tesis. La evaluación del rendimiento escolar se lleva a cabo según los métodos tradicionales de exámenes y pare obtener el grado los candidatos deben contar con más de 150 créditos (o puntos); cada crédito equivale a una hora de clase por semana o a dos o tres horas semanales de laboratorio o de trabajo en el campo.

ESCUELAS FORESTALES EN AMERICA DEL SUR (Cuadro 1)


Categoria 1

Año de fundación

Argentina

Nac. de Córdoba (Stgo. del Estero)

P

1958

U de La Plata (Bs. As.)

P

1960

U. Nac. Del Nordeste (Formosa)

P


U. Nac. De La Plata

O

1960

U. Nac. De Buenos Aires

O


Bolivia

U. Boliviana Misael Saracho

P

1967

U. San Simón

O


Brasil

U. Federal de Paraná (Curitiba)

P

1960

U. Federal de Vicosa

P

1964

U. Federal de Rio de Janeiro

P

1967

U. de São Paulo (Piracicaba)

P

1963

U. de Belém/Pará

O


U Federal de Santa Maria

O


Colegio Agrícola Irati/Paramá

O


Chile

U. de Chile (Stgo.)

P

1952

U. Austral de Chile

P

1964

U. de Concepción (Los Angeles)

T

1966

U. Católica de Chile (Talca)

T

1973

U. Técnica del Estado (Concepción)

T

1962

Ministerio de Educación

E

1949

Corporación Nacional Forestal

E

1973

Colombia

U. Distrital Fco. José de Caldas

P

1950

U. del Tolima (Ibaqué)

P

1962

U. Nacional de Colombia (Medellín)

P

1951

U. Nacional de Colombia (Medellín)

T


Ecuador

U. Vargas Torres (Esmeralda)

P

1970

Centro Capacitación Forestal

E


Paraguay

U. Nacional de Asunción.

E


Perú

U. Nacional de La Molina

P

1962

U. Nacional del Centro (Huancayo)

P

1960

U. Nac de la Amazonia Peruana

P

1972

U. Nacional Amazonia P. (Iquitos)

T

1972

Escuela Genaro Herrera (Iquitos)

E


Uruguay

U. de la República (Montevideo)

O

1960

U. del Trabajo (Maldonado)

O


Venezuela

U. de Los Andes (Mérida)

P

1948

U. de Los Andes (Mérida)

O


1 P = forestales profesionales, personal directivo; O = otros: T = técnicos forestales; E = trabajadores forestales especializados.

El número total de créditos exigidos en las diversas escuelas oscila entre 153 y 260.

En 14 de las 18 escuelas, la distribución de los programas de estudios comprende 10 semestres, salvo en las escuelas del Brasil, donde abarca ocho semestres. Existe la posibilidad de cursar un amplio número de asignaturas que, a efectos de análisis, pueden agruparse (siguiendo a Shirley, 1958), bajo los siguientes epígrafes: complementarias, básicas, técnicas y profesionales/vocacionales. Las material y las horas que se les dedican pueden verse en el Cuadro 2. En el Cuadro 3 aparece una distribución porcentual de la importancia dada a estos cuatro grupos de asignaturas en cada una de las 14 escuelas.

Así, pues, por el número de créditos por grupo de material y la proporción de estas asignaturas dentro de los programas de estudios puede verse que la orientación actual tiende a dedicar mucho tiempo a las asignaturas básicas y complementarias e incluir también un amplio número de material técnico-vocacionales/profesionales.

Solamente cuatro escuelas - las de Curitiba, Vicosa, Austral y Mérida - dedican más del 66 por ciento a las material técnicas y a las de tipo vocacional/profesional. Las restantes escuelas consagran un 33 por ciento de sus programas de estudios a las asignaturas básicas y complementarias, llegando a veces este porcentaje al 42, 49 y 50 por ciento.

Los datos no indican tendencia real alguna en lo que se refiere a la enseñanza forestal impartida en estas escuelas debido a que las asignaturas de tipo profesional/vocacional se dividen en cuatro subgrupos en función de lo que las escuelas ofrecen en sus diversas facultades, departamentos o institutos, más que de los posibles sectores de especialización, como ordenación forestal o industrial y productos forestales (Shirley, 1964). Las material profesionales/vocacionales que corresponden a cada uno de los subgrupos son las siguientes:

- RECURSOS FORESTALES: silvicultura, edafología, mejoramiento genético, protección forestal, conservación de suelos y aguas.

- INDUSTRIAS Y PRODUCTOS FORESTALES: ciencia de la madera, tecnología de la madera, pasta y papel, aserrío, conservación y curado de la madera, industrias de explotación maderera, tableros y contrachapados, usos de la madera.

- ORDENACIÓN FORESTAL: dendrometría, inventario forestal, métodos de ordenación, pastizales, economía forestal, análisis de costos/beneficios, ordenación industrial, mercadeo.

- INGENIERÍA FORESTAL: regulación de torrentes y cuencas hidrográficas, caminos forestales, maquinaria, construcción, estabilidad de las edificaciones, fuentes de energía, hidráulica.

LO QUE ESTUDIAN - LAS MATERIAS Y SUS CREDITOS - (Cuadro 2)

En las escuelas de América del Sur los niveles educativos se están elevando continuamente. Las escuelas revisan sus programas de estudios pare actualizarlos y ponen a su personal docente en condiciones de conseguir una capacitación superior, sobre todo en pedagogía, pero también en las materias de tipo profesional/vocacional.

Con el fin de suplir las deficiencias en lo que se refiere a la preparación pedagógica y didáctica del profesorado, las escuelas forestales han constituido asociaciones o han emprendido programas conjuntos pare la capacitación superior del personal docente, aprovechando las aportaciones de unas y otras y al mismo tiempo recurriendo a la ayuda de las escuelas técnicas de agronomía y veterinaria. La dirección y coordinación de estos programas conjuntos es obra del Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas de la Organización de los Estados Americanos.

Los problemas que supone la capacitación del personal profesional/vocacional de las escuelas se han resuelto hasta cierto punto con la concesión de becas y bolsas de estudios a través de fundaciones y organismos internacionales y de acuerdos bilaterales. Estos han permitido cursar estudios en los centros de La Molina, Mérida, Curitiba, Universidad de Chile y Universidad Austral.

Sin embargo, estos esfuerzos todavía no son suficientes. Sólo la mitad del profesorado de cinco de las 14 escuelas existentes poseen o están en vías de obtener el titulo de posgraduados, mientras que las restantes escuelas, bien por haber comenzado a funcionar recientemente o porque no han podido obtener la ayuda suficiente, tienen muy pocos profesionales que posean titulo de posgraduado.

Se estima que las 18 escuelas cuentan con 560 profesores pare las materias técnicas y las material profesionales/vocacionales que poseen titulo profesional. Las cifras oscilan entre 19 y 95 profesores por escuela. Menos del 25 por ciento de estos profesores - 116 - enseñan en régimen de dedicación complete, variando del 2 al 53 por ciento por escuela.

El bajo porcentaje de personal docente profesional que desempeña su función con plena dedicación en puestos universitarios quiere decir, entre otras cosas, que en las universidades se lleva a cabo muy poca investigación planificada. Se puede afirmar, en términos generales, que la labor de investigación ha sido hasta ahora cuestión de interés personal o de la inquietud de cada profesor en particular y que no se ha planificado de modo suficiente a la vista de los recursos disponibles y de las exigencias de los diversos países. Solamente muy contadas escuelas de Venezuela, el Brasil, el Perú y Chile hacen excepción a esta norma general llevando a cabo programas de investigación a escala regional.

Otra deficiencia de la formación científica en general en América del Sur es la falta de organismos que presten servicios de información permanente, que proporcionen datos y cifras sobre las actividades que los diversos países llevan a cabo en el campo científico y tecnológico. Además, no existe ni una publicación forestal regional que salga a la luz regularmente.

H. Shirley y J. Prats-Llauradó (1969) estiman que pare 1985 se necesitarán en toda América del Sur 4 800 forestales profesionales capacitados a nivel universitario. Actualmente, la cifra sólo asciende a 1 820 profesionales en la región y el número total de estudiantes matriculados se eleva a 1 600. Partiendo de estos datos resultaría que pare poder cubrir las necesidades de 1985 habría de conseguirse un promedio de 15 graduados forestales por escuela y año.

Estas observaciones aconsejan examinar con cautela las cuestiones relativas al aumento del número de estudiantes matriculados y a la puesta en marcha de nuevas escuelas en países en que ya existen algunas.

Técnicos forestales (personal ejecutor/técnicos)

Los técnicos forestales habrán de estar en condiciones de señalar los requisitos y los problemas técnicos específicos en trabajos forestales, recoger información básica, analizar situaciones y problemas, y fijar objetivos mensurables, buscar distintas soluciones, trabajando en equipo y participando en debates técnicos. Del mismo modo habrán de estar en condiciones de dirigir y supervisar la labor de servicios a la producción, las actividades de capacitación y la labor de extensión en silvicultura. (Chile. Comisión Permanente en Ciencias Agropecuarias y Forestales, 1974.)

Según las exigencias previstas, en 1985 América del Sur necesitará 33 escuelas o centros de capacitación y 22 530 técnicos forestales capacitados (Shirley y Prats-Llauradó, 1969). Actualmente sólo existen cinco centros de capacitación de esta categoría, y el número de estudiantes matriculados no pasa de 600.

IMPORTANCIA DE LAS DIFERENTES MATERIAS EN LAS 14 ESCUELAS (Cuadro 3)

Universidad

Materias

Complementarias

Básicas

Técnicas

Professionales/vocacionales

Porcentaje

La Plata

5

37

14

44

Misael Saracho

5

50

16

29

Curitiba

2

22

25

51

Vicosa

7

25

37

31

Chile

Aprovechamiento de recursos forestales

1

36

21

42

Recursos forestales

2

33

19

46

Austral

3

30

29

38

Distrital

6

30

28

36

Medellin

4

38

20

38

Vargas Torres

5

32

25

38

La Molina

10

39

21

30

Nacional del Centro

9

28

23

40

Nacional Amazonia Peruana

9

31

19

41

Mérida.

-

33

26

41

En Chile, pare ingresar se requiere estar en posesión del título de bachiller o equivalente (superando una prueba de aptitud académica), tres años de estudios, prácticas y la presentación de una memoria final.

La escuela de enseñanza forestal de Colombia, que depende del Instituto Nacional pare el Desarrollo de los Recursos Naturales, es esencialmente un centro de capacitación durante el ser vicio pare su propio personal. En la escuela de Conocoto, Ecuador, además del título de bachiller se requiere un año de capacitación.

Dado que el único criterio de que disponemos son los programas oficiales de estudios vigentes en Chile, no podemos compararlos con los de otros países, pero sabemos, si bien de modo no oficial, que las escuelas que impartían capacitación hasta este nivel se han cerrado o bien se han reorganizado a un nivel superior, de modo que en este momento no existe ninguna.

Trabajadores forestales especializados (personal operador)

Este personal calificado ha de ser capaz de realizar las tareas forestales, usando y conservando en buen estado el equipo y las herramientas, y determinando y resolviendo los problemas prácticos de menos envergadura. Dicho personal operador ha de estar también en condiciones de dirigir, organizar y supervisar el trabajo que realiza tanto la mano de obra calificada como la no calificada y actuar de capataces (Chile. Comisión Permanente en Ciencias Agropecuarias y Forestales, 1974.)

En América del Sur existen cinco centros pare personal operador - dos en Chile y uno en cada uno de estos países: Ecuador, el Perú y Venezuela - que en total han preparado unos 10 000 operadores pare tareas forestales específicas.

Si se acepta la cifra prevista de 22 530 por lo que se refiere al personal técnico ejecutivo (Shirley y Prats-Llauradó, 1969), usando la proporción de Chile de 20 operadores por un técnico forestal (Chile. Comisión Permanente en Ciencias Agropecuarias y Forestales, 1974), ello significa que en 1985 se necesitarán 450.000 operadores calificados pare toda la región, formados en centros especiales.

Capacitación en el manejo de sierras circulares de trabajadores calificados latinoamericanos - Hombres cuya capacidad no se utiliza plenamente

Esto da una idea de la tremenda escasez de obreros especializados en América del Sur en la actualidad y frente a las exigencias del futuro. Tendrán que desplegarse enormes esfuerzos pare atender a esta demanda.

En los próximos 25 años, la población de la América del Sur estará constituida predominantemente por jóvenes. Se estima que, pare el año 2000, los menores de 15 años sumarán 230 millones (Centro Latinoamericano de Demografía, 1972). A pesar de todo, es una región en que la matricula universitaria restringida y la selección rigurosa de los aspirantes constituyen un fenómeno habitual en el ámbito de la enseñanza. Habrá que encontrar una solución pare abrir este callejón sin salida. Puede encontrarse encauzando a la juventud hacia las carreras técnicas y las de formación profesional/vocacional o hacia empleos de obreros especializados. El sector forestal debe acoger favorablemente esta política, puesto que se trata precisamente de los niveles en que existe una grave escasez de personal.

En vista del tipo de enseñanza ofrecida, de la demanda de profesionales y de las necesidades de enseñanza de la región, se sugiere crear una comisión regional con la participación activa de las sociedades y asociaciones de ingenieros forestales y el apoyo de la Unión Internacional de Asociaciones de Ingenieros Forestales. Tal comisión estudiaría el estado de la formación forestal en cada país y propondría recomendaciones a los gobiernos y a los organismos internacionales sobre los distintos niveles de enseñanza forestal, cerrando o prestando apoyo a las antiguas escuelas o creando nuevos centros docentes. En algunos caves puede ser más conveniente que los estudiantes se formen en el extranjero en vez de crear nuevas escuelas pare determinados niveles en el propio país.

La enseñanza forestal en América del Sur es de reciente implantación y no se cuenta todavía con el personal suficiente ni tampoco existen los recursos necesarios pare crear conciencia de la importancia de la silvicultura en el desarrollo de la región. Tampoco ha sido posible en estos últimos años desarrollar una tecnología adecuada, capaz de inculcar una actitud responsable ante los problemas forestales. Esta falta de responsabilidad da lugar a promesas de cosas por hacer y de planes que hay que adoptar, lo cual no representa nada y aumenta la decepción general.

Urge la conveniencia de que en el sector forestal se unan las fuerzas de organismos internacionales (la FAO, el PNUD, la Organización de los Estados Americanos, el Banco Mundial y otros) y que con este esfuerzo conjugado se creen oficinas regionales o subregionales pare la coordinación de la enseñanza (incluyendo el trabajo de la comisión regional mencionada anteriormente), la investigación y la labor de extensión forestal en la América del Sur.

He aquí algunas de las funciones que tales oficinas podrían realizar:

- Mantener al día y publicar exposiciones de los tipos de investigación que se realicen en toda la región, además de listas de profesores e investigadores, por especialidades.

- Capacitar equipos de profesores disponibles pare desplazarse a las diversas escuelas con el fin de impartir cursillos o colaborar en la preparación de planes de estudios.

- Capacitar a los profesores en la metodología, evaluación y programación de la enseñanza universitaria.

- Organizar y mantener uno o más centros de documentación de nivel regional o subregional.

- Recabar la financiación pare programas aprobados recurriendo a organismos o instituciones fuera de los que patrocinan el sistema.

- Contribuir a la especialización coordinada de las escuelas forestales dentro de la región a fin de evitar la duplicación de esfuerzos, y facilitar y promover el intercambio de estudiantes y profesores que deseen especializarse en determinados campos de estudios no impartidos en sus propias escuelas o centros de estudio.

- Asegurar que las escuelas forestales en América del Sur apliquen un conjunto general de normas sobre cursos de estudios, así como sobre el tipo y el número de horas de clase por día dedicadas a cada materia.

La enseñanza forestal es costosa. Exige personal bien preparado, profesores dotados de gran capacidad, una amplia gama de trabajos prácticos, desplazamientos y el mantenimiento de equipo y vehículos. Para afrontar mejor estos gastos se propone el siguiente plan:

- Agrupar las escuelas de diversos niveles que se encuentran en una determinada localidad con objeto de proporcionar a todas ellas acceso más amplio al equipo, las instalaciones y servicios, los campos de experimentación y los bosques de producción. Asimismo, llevar un registro de nivel regional de la maquinaria y equipo disponibles pare préstamo o alquiler.

- Abrir en cada escuela oficinas de asesoramiento forestal con objeto de aumentar los ingresos de la escuela.

- Instalar en cada escuela aserradores, instalaciones de labra de la madera, talleres de fabricación de muebles y otros que administren los oficiales de las escuelas pare complementar la labor docente, realizar investigaciones para trabajos de extensión y producción y asimismo allegar más ingresos pare las escuelas. Siempre que sea posible, la experimentación de este tipo debe ser autofinanciada o incluso perseguir fines lucrativos.

- Que las escuelas funcionen como centros de control de calidad de los productos forestales patentados.

- Que las escuelas sean también centros de investigación nacionales.

Se sugiere asimismo que pare mayor flexibilidad se adopte un sistema trimestral en los programas de estudios. Esto permitiría que los estudiantes mejores pasaran más rápidamente por las escuelas, un aprovechamiento más eficiente de los recursos materiales y humanos y que los profesores de otras escuelas o incluso de países extranjeros participaran más fácilmente en el desarrollo de los planes de estudios. Sería muy ventajoso un método de enseñanza por bloques o ciclos que agrupen las diversas material con objeto de organizar mejor las diversas clases de material afines. Esto permitiría un mejor aprovechamiento de los recursos con que se cuenta. Igualmente permitiría a los profesionales de montes e industrias forestales no dedicados a la enseñanza forestal poder asistir a la exposición de grupos de material útiles pare su propio trabajo, sirviéndoles de curves de perfeccionamiento. Este sistema también disminuiría el porcentaje de bajas en los estudios, permitiendo a los estudiantes que fracasaron por motivos distintos de los estrictamente académicos pasar a empleos secundarios importantes pare la silvicultura, como la clasificación de maderas y los viveros forestales.

En este esfuerzo por aprovechar mejor los recursos disponibles se debe solicitar la participación de profesionales no dedicados a la enseñanza pare la preparación y colaboración en la formación en ciertas material, y también pare dar cursillos. El fomento de la formación continuada es importante en todo este contexto.

Se sugiere además que se abrevie la duración de los estudios universitarios y que se establezca un sistema de especialización. Esto aseguraría que la especialización satisfaga las necesidades reales del país. Tendría por consecuencia que un país gastase menos dinero en la formación de profesionales dotados de preparación general y se pusiera a un mayor número de estudiantes en condiciones de obtener la capacitación inicial especializada en sus propios países.

Formulamos todas estas sugerencias con la plena convicción de que la América del Sur cuenta ya con fundamento educativo suficiente sobre el cual basar asimismo la habilidad pare afrontar sus propios problemas y hallar soluciones, principalmente, dentro de los países de la región, y sólo en medida secundaria recurriendo a países del exterior. La transformación de la América del Sur no es simplemente cuestión de tecnología, sino que implica además un cambio de las condiciones sociales. Una evolución de este tipo depende en gran parte de la participación efectiva de la gente dentro de la sociedad, del proceso educativo y de la justicia social, todo lo cual quiere decir que es especialmente cuestión de dominio del espíritu sobre la materia.

Referencias bibliográficas

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