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Poblados forestales en Tailandia

Krit Samapuddhi

Krit Samapuddhi es el antiguo gerente de la Organización de Industrias Forestales de Tailandia y a él se debió la idea del sistema de poblados forestales.

El sistema de poblados forestales, puesto en práctica por la Organización de Industrias Forestales de Tailandia, ofrece a los miembros de las tribus de montaña y a otros que practican la agricultura de corta y quema grandes alicientes pare establecerse en un lugar. Uno de sus objetivos principales es contar con una fuerza laboral constante pare atender a las necesidades forestales a largo plazo y, al mismo tiempo, proporcionar a las familias rurales la oportunidad de obtener ingresos y otros beneficios de las actividades agrícolas que prefieran.

En los países desarrollados los planes de reforestación suelen significar la plantación de árboles, sea ello en terrenos baldíos e improductivos o en áreas donde las plantaciones maduras han sido cosechadas y se requiere la replantación en la segunda rotación. Pero en el sudeste de Asia el término reforestación tiene otro significado. Significa la plantación de especies arbóreas valiosas en zonas forestales naturales que han sido objeto de una explotación excesiva y que por consiguiente han perdido su valor económico, o la replantación de árboles en áreas abandonadas donde el cultivo migratorio ha causado graves daños al bosque y a la sierra. En casi todas las conferencias internacionales que se ocupan de la silvicultura tropical, el cultivo migratorio constituye un tema importante de debate. No obstante, a este problema todavía no se le encuentra una solución realmente satisfactoria.

En Tailandia, la destrucción de los bosques ocasionada por el cultivo migratorio representa un grave problema. De acuerdo con los estudios más recientes, incluido el efectuado por la FAO en 1972 sobre las tendencias de la madera en Tailandia, se calcula que no menos de 100 000 hectáreas de terrenos forestales han sido arrasados anualmente por las tribus montañesas y otros agricultores, especialmente en las regiones norte y noreste. Los hábitos van, sin embargo, cambiando gradualmente, y del cultivo migratorio se está pasando a la ocupación ilegal de las sierras. Las sierras de que se trata son terrenos designados oficialmente como bosques permanentes de acuerdo con la política nacional de clasificación de sierras. Esta destrucción se debe sin lugar a dude a la población más numerosa y a la necesidad de incremento agrícola, pero en muchos caves también es resultado directo de la acción de los empresarios que facilitan a los aldeanos el capital necesario pare trasladarse a sierras forestales, desboscarlas y producir en ellas cultivos agrícolas. Estos colonos se arriesgan a sabiendas a violar la ley forestal y muchos se niegan a trasladarse a las zonas designadas pare colonización bajo la jurisdicción del gobierno. Cuando llega el momento de realizar los programas de reforestación son principalmente dichos ocupantes sin título los que impiden la ejecución.

El taungya, combinación de agricultura y silvicultura practicadas en un mismo terreno, fue introducido en Birmania trace casi medio siglo. La palabra birmana taung significa monte y ya significa campo, así que taungya quiere decir «cultivos de campo en la montaña». La práctica de este sistema en Tailandia aspire principalmente a inducir a los campesinos que no poseen sierras y practican el cultivo migratorio a que planten teca pare el Departamento de Montes en zonas adjudicadas pare tal fin, y que al mismo tiempo siembren cultivos tales como arroz, maíz, frijoles y algodón entre las hileras de plantones de teca. Estos cultivos agrícolas se cosechan pare beneficio de los campesinos y sin infringir la ley forestal ni competir con la silvicultura. El sistema taungya constituye, por consiguiente, un método económico de repoblación forestal y al mismo tiempo es una forma aceptable de agricultura pare los cultivadores nómadas o seminómadas. Su aplicación en Tailandia data de trace más de una veintena de años. En algunos lugares ha tenido relativamente éxito, pero en otros, donde el sistema se basaba en vagos acuerdos verbales sin ninguna garantía concrete de seguridad y bienestar que sirviera de estímulo pare formar colonias permanentes, los resultados han sido menos satisfactorios. En consecuencia, cuando el sistema taungya no funcionaba como era debido, la disponibilidad de mano de obra pare las actividades forestales podía ser irregular, algunas veces abundante y otras escasa. Para la mayor parte de las operaciones de reforestación del Departamento Forestal tiene por tanto que recurrirse al empleo directo de trabajadores, y esto puede tropezar con la oposición de los ocupantes ilegales de la sierra que se niegan firmemente a abandonar las reserves forestales.

En 1968 la Organización de Industrias Forestales inició, como parte de su apoyo al programa anual de reforestación del Departamento Real de Montes, el sistema de poblados forestales que en realidad es una modificación del método birmano agrosilvícola, taungya. El sistema funciona así. Se crea una unidad de reforestación, compuesta por un oficial a cargo y varios ayudantes, y con los necesarios instrumentos y equipo pare la plantación de árboles. Se establece un poblado forestal cerca del área que el Departamento Real de Montes designa como unidad que habrá de reforestar. El área debe ser suficientemente extensa pare que el trabajo se pueda realizar en el periodo de años necesario pare la rotación de las especies particulares que se planten.

El área total de reforestación se divide en secciones pare la plantación anual de árboles. La superficie no deberá sobrepasar la capacidad de gestión del oficial a cargo. En el cave de los trabajos de la Organización de Industrias Forestales, se asignan alrededor de 1000 rais (160 hectáreas) pare llevar a cabo las plantaciones anuales, y los poblados comprenden un máximo de 100 familias. Si el período de rotación se fija en 60 años, la superficie correspondiente a esa unidad es de 60.000 rais (96 000 hectáreas).

Dentro del poblado se adjudica a cada familia un rai (0,16 hectáreas) pare construir una vivienda con huerto y pare criar aves de corral o cerdos.

Para lograr la aceptación pública de los poblados forestales antes de que se establezcan y durante el período inicial, es indispensable un programa sistemático de información pública y la participación de los dirigentes de la comunidad. Se celebran reuniones con los jefes de las tribus que habitan en las montañas y con otros individuos influyentes en toda el área, tales como oficiales administrativos locales y monjes budistas superiores. Se discute la forma en que los poblados forestales pueden ayudar a resolver muchos problemas sociales de la localidad y a desarrollar al propio tiempo los recursos forestales de la nación.

A la gente en todo el campo se hacen llegar las mismas ideas valiéndose de carteles y panfletos que describen los propósitos y las ventajas que ofrece inscribirse como miembros de un poblado forestal. Para hacer que la idea tenga aceptación nacional se utilizan periódicos, radiodifusiones y televisión.

Se proyectan películas cinematográficas de la vida en el poblado forestal, los tipos de trabajo que se espera hagan los pobladores, la clase de remuneración que éstos pueden esperar ganar y el bienestar y la seguridad a la que tendrían derecho.

Desde el punto de vista del poblador son muchas las ventajas de dejar una existencia de cultivo migratorio o de ocupantes sin título y establecerse en un poblado forestal.

ALDEA FORESTAL DE TRES AÑOS EN EA PROVINCIA DE LAMPANG, TAILANDIA - Adaptándose a una forma de vida tradicional

Lucha por salvar el bosque

Durante los dos últimos decenios, Tailandia ha perdido una tremenda extensión de superficie forestal a un promedio de 5000 kilómetros cuadrados por año. Si nos remontamos a 1952, las sierras forestales registradas representaban el 60 por ciento de la superficie territorial del país, pero en 1972 se habían reducido al 40 por ciento.

Suponiendo que la merma aumenta exponencialmente, o sea, lentamente al principio y acelerándose hasta llegar al máximo actual, las pérdidas estimadas pare 1972 sumarían 15000 kilómetros cuadrados con una extrapolación pare 1975 de 20000 kilómetros cuadrados aproximadamente. Si esta situación continuase, Tailandia perdería su patrimonio forestal natural en un plazo de cinco años.

Esta hipótesis puede parecer excesivamente extremada, pero podemos afirmar, sin vacilación, que todos los bosques naturales legalmente accesibles habrán sido explotados antes de que transcurran cinco años. Únicamente se salvarán las zonas reservadas en teoría pare fines especiales como cuencas hidrográficas, bosques nacionales y reserves de fauna silvestre, que el Gobierno tiene la obligación estricta de proteger. En consecuencia, se espera que la Facultad de Montes de la Universidad de Kasetsart desempeñe un papel importante en la silvicultura nacional habilitando personal capacitado pare la ordenación y aprovechamiento de las mesas artificiales. Entre los temas de los curves y de las investigaciones figurarán ordenación de plantaciones, técnicas de semillas, estudios de especies de crecimiento rápido, etc. Mientras tanto, no se abandonará completamente a los bosques naturales, pero la enseñanza se orientará hacia el concepto moderno del aprovechamiento múltiple del bosque.

Otro importante aspecto es el de las actividades de extensión, a las que hoy se concede pleno apoyo. Actualmente participan en los programas de extensión miembros de la Facultad y estudiantes de montes impartiendo información acerca de las ventajas que los bosques representan pare la comunidad, pronunciando conferencias en las escuelas primarias, y plantando árboles en las veredas de los caminos urbanos, pare ayudar a crear una opinión pública mejor informada. Uno de los factores que, según se cree, ocasionan una destrucción excesiva de bosque es precisamente la falta de cooperación por parte de la sociedad, y esto, a su vez, es consecuencia de que la sociedad no esté debidamente informada.

Chongrok Prichananda
(Decano de la Facultad de Montes Universidad de Kasetsart, Bangkok)

Además del rai que se adjudica a cada familia pare vivir, también se le asignan todos los años 10 rais (1,6 hectáreas) pare desbroce y plantación de árboles. Entre las hileras de arbolitos, que por lo regular se plantan a 4 × 4 metros de distancia, pueden sembrar cualquier cultivo comercial que quieran. Si al terminar el año sobrevive un mínimo del 70 por ciento de los arbolitos, la familia también recibe 60 baht (3 dólares EE.UU.) por rai, aparte de lo que saquen de la venta de sus propios cultivos comerciales. Las familias que trabajen laboriosamente durante tres años consecutivos en una superficie de 30 rais (4,8 hectáreas) como mínimo obtienen un bono de 1500 baht (75 dólares). A partir de entonces, cada año más que exploten la superficie anual asignada de 10 rais, se les paga una cantidad extra de 500 baht. El oficial a cargo también debe informar a los miembros del poblado acerca de las condiciones y los precios del mercado correspondientes a sus cultivos, y puede ayudarlos en el transporte de sus productos al mercado. Hay asimismo otros beneficios más. Una vez que se ha construido una case, se le suministra agua y luz eléctrica. Los niños tienen derecho a recibir enseñanza gratuita en la escuela primaria del poblado que también está patrocinada por la Organización de Industrias Forestales. Un doctor o una enfermera hacen visitas al poblado pare aconsejar en cuanto a las condiciones sanitarias y atender a la salud de los miembros de la familia.

Para garantizar la continuidad de empleo, la mano de obra pare toda una serie de trabajos forestales - de vivero, escarda, poda, aclareo, aplicación de plaguicidas - se contrata de entre las familias inscritas en el poblado y esto aumenta considerablemente el nivel de los ingresos.

Pero, por provechoso que el sistema de poblados forestales pueda ser. los que tratan de llevarlo a la práctica no deben ser demasiado optimistas. Requiere persistencia, paciencia y comprensión de la naturaleza humane. En las regiones o países donde todavía abundan sierras no explotadas y donde, haciendo cave omiso de las leyes, la gente sigue pudiendo tomar posesión de la sierra por el mero hecho de establecerse en ella, no es fácil instituir poblados forestales aunque las ventajas económicas y sociales puedan parecer obvias.

El sistema de poblados forestales puede encajar en el modo tradicional de vida de los cultivadores migratorios porque les permite desplazarse periódicamente desbrozando nuevas sierras como están acostumbrados a hacerlo, pero al mismo tiempo crea una especie de sociedad que desalienta la vida nómada. Los grupos diseminados de gente, nómada por naturaleza y tradición y por consiguiente difícil de controlar, de guiar y de enseñar, todavía se pueden agrupar pare formar fuertes sociedades organizadas, y estas sociedades pueden proporcionar importante personal obrero pare beneficio de los bosques, en vez de la destrucción desenfrenada.

Frecuente paisaje asiático: deforestación por métodos de corta indiscrimina de quema - Después de un año de arroz. siglos de malezas

Un agricultor en Filipinas se ocupa de la reforestación - También representa un ingreso

" ...los factores humanos... exigen flexibilidad, comprensión y paciencia por parte de los funcionarios"

RIFAT ALWI

En el norte de Luzón, la isla principal de Filipinas, el Servicio Forestal aplica dos sistemas pare abordar la cuestión de los agricultores abusivos que practican el cultivo migratorio. A algunos de ellos se les permite asentarse legalmente, mientras que a otros se les obliga a trasladarse pero se les permite elegir entre los lugares en que pueden asentarse legalmente. A todos ellos se les presta asistencia de diversas formas como medio de estimular su permanencia y estabilidad.

Rosalio B. Coze, Forestal de Distrito de la Cuenca Superior del Río Agno en Luzón, tiene a su cargo tres localidades en las cuales se ocupa del asentamiento de los agricultores migratorios. A su juicio, el sistema seguido está dando buen resultado, pero trace hincapié en que los factores humanos que entran en juego exigen flexibilidad, comprensión y paciencia por parte de los funcionarios. Alrededor del 80 por ciento de las personas que tradicionalmente practican la agricultura migratoria en esta zona ha quedado oficialmente asentado.

El problema consiste en mantenerlas en sus asentamientos. Una vez que las familias han sido oficialmente asentadas, la s sierras en cuestión dejan de clasificarse como bosque y se las dan en arrendamiento. Pueden utilizar parte del predio recibido pare el cultivo agrícola; tienen que renunciar a la corta ilegal y se les promete una retribución por sus actividades forestales. En general cultivan zanahorias, patatas y pechay, hortaliza china que es parecida a la berza. Como resultado de la ley marcial decretada en el país en septiembre de 1972 se castigan rigurosamente las cortas no autorizadas.

Esta combinación de asentamiento y de labor de repoblación en el norte de Luzón exige también la asistencia del Programa Mundial de Alimentos FAO/Naciones Unidas. Durante los últimos seis años, la ayuda alimentaria ha representado una inversión total de 734000 dólares y se ha prestado en forma de salario parcial pare los colonos como pago de los trabajos de plantación de árboles y otras actividades forestales. Las mismas gentes que han arrasado la vegetación de las villas de los ríos, ocasionando grave erosión e inundaciones, están ahora replantando estas laderas. En virtud de dicho proyecto, de 5000 a 6000 familias han sido reasentadas y 8000 hectáreas de sierra forestal se han salvado de una destrucción casi segura como consecuencia de desbroces y quemas.

Los que visitan la zona pueden ver a las familias que trabajan de 8 a 10 horas diarias, en grupos de unas doce personas, subiendo y bajando de las colinas con sacos llenos de plantitas de pino Banguet. Se han plantado aproximadamente 45 millones de arbolitos en los tres distritos forestales de Itogen, Ambuklao y Baguio, y se han abierto muchos kilómetros de pistas forestales, mantenido carreteras y construido diques de contención pare frenar la erosión y luchar contra las inundaciones.

Vicente C. Magno es el forestal que en esta zona está encargado de la prevención y lucha contra los incendios y, como la mayoría de los vigilantes de incendios, tiene mucha fe en el castigo de los causantes de incendios forestales. En contra de que lo que se hacía hasta ahora, se practica el encarcelamiento de los transgresores. Sin embargo, las penes no son graves, ya que los desbosques pare la plantación de cultivos alimenticios rara vez se consideran delito por gentes que han vivido siempre de esta forma. Desde 1972, 20 personas han sido condenadas a penes de una semana de cárcel, más como ejemplo que como castigo, después de lo cual se les ha hecho prometer que ya no volverán a practicar la quema ilegal de bosque y se les ha puesto a trabajar en la plantación de arbolitos en las zonas quemadas.

La combinación de esta aplicación de la ley y de las medidas habituales de prevención de incendios como la construcción de cortafuegos y el empleo de torres de vigilancia han dado por resultado una reducción de la proporción de incendios forestales, que ha bajado de 189 en 1973 a 50 durante los primeros seis meses de 1974, y estos últimos, además, han sido mucho menos destructores que los anteriores.


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