Informe de Australia
Deben explicarse al público, de modo comprensible, las razones por las cuales el bosque se utiliza de determinada manera
Las múltiples formas de utilización de los recursos forestales aumentan inevitablemente el interés del público y hasta su participación en el modo en que son explotados los bosques.
La gente utiliza la madera, que es tradicionalmente el principal producto forestal, en sus variadas formas, pero en general le llega en un eslabón muy avanzado de la cadena de abastecimiento, en un punto muy distante del bosque mismo. Con tal que se disponga de madera u otro producto forestal en la forma o dimensiones requeridas y a un precio razonable, la gente no tiene especial interés por saber cómo se obtiene; eso es un problema que ha de resolver el técnico forestal y el maderero.
Pero en cuanto se advierte que el bosque reporta otros beneficios como agua, esparcimiento y belleza del paisaje, entonces la gente se interesa directamente por la suerte que corre el bosque. Y en esta fase es cuando los directores de explotación de bosques deben participar activamente en lo que se podría calificar de programa de relaciones públicas, pero que en realidad debe rebasar las relaciones públicas y comprender enseñanza, explicación e interpretación de la silvicultura en todos sus aspectos, y también, en general, contacto constante con el público pare determinar sus preferencias, deseos e ideas.
Lo primero y lo más importante que hay que señalar es que las relaciones públicas son inútiles si no hay acción. El director de explotación de bosques debe decir no sólo lo que trace, y por qué lo trace, sino que sus afirmaciones han de verse corroboradas en el bosque. Además, los directores de explotación de bosques, y la gente que trabaja pare ellos o bajo su dirección, son seres humanos que desarrollan actividades. Por tanto, es de suponer que en ocasiones cometan errores. Cuando esto ocurre, el director de explotación debe estar dispuesto a admitir que se ha cometido un error, sacar enseñanzas de su equivocación y tomar las medidas oportunas pare asegurar que no vuelva a suceder. En resumen, debe ser franco; ha de haber plena correspondencia entre lo que dice y lo que trace.
Los directores de explotación forestal deben darse cuenta de que a mucha gente, al visitar por primera vez un bosque comercial, le impresionará el aspecto que presenta una zona de corta y extracción. Algunos pueden entusiasmarse con el rugido de la maquinaria pesada de corta, el fragor de los árboles que caen, el olor de los gases de escape, de la madera recién cortada y de la sierra removida por los tractores; en resumen, por todas las actividades que van unidas a la explotación maderera. Pero a muchos les resultará un espectáculo feo y desagradable. El director de explotación forestal no debe extrañarse de ello sino estar dispuesto a explicar, por todos los medios posibles, que esto sólo es parte del proceso por el cual los bosques se explotan y la madera llega al consumidor. Esta situación no es exclusive de la silvicultura; un matadero difícilmente presenta el atractivo de un rebaño de reses de Hereford que pacen en un lujuriante prado sombreado de árboles.
Este artículo se basa en el informe de la Conferencia Australiana para la Madera, de abril de 1974.
Esta función explicativa o interpretativa puede llevarse a cabo de varias maneras, tanto en los bosques como fuera de ellos, mediante folletos exposiciones, charlas y conferencias, artículos de prensa, excursiones dirigidas o tablones de información. A pesar que concierna a la ordenación de montes y a los problemas forestales, frecuentemente resulta ser labor propia del informador de oficio; educador, periodista, dibujante, fotógrafo. Debe realizarse de forma que resulte interesante y comprensible, y que pueda ponerse en relación con lo que puede verse en el bosque mismo.
Los usos múltiples llevan al director de explotación forestal a entablar contacto directo con gran parte del público que trata de utilizar el bosque con distintos fines. Hay que esforzarse por conseguir que el contacto con esta gente presente un doble sentido, que no solamente los directores de explotación den información e instruyan a los visitantes acerca de los bosques, sino que también los visitantes tengan la oportunidad de expresar sus puntos de vista e ideas, con probabilidad de que las ideas sensatas, racionalmente presentadas, sean tenidas en cuenta y estudiadas. Algunas fórmulas pare resolver esta cuestión comprenden el establecimiento de comités consultivos, con participación apropiada de los intereses locales, en ciertas regiones forestales utilizadas considerablemente por el público; consultas periódicas con grupos o asociaciones de intereses especiales que con frecuencia hacen uso de los bosques, por ejemplo, ciertos grupos de fines recreativos o deportivos o interesados por las ciencias naturales, y, lógicamente, las distintas técnicas de muestreo de visitantes que constituyen la base pare una corriente constante de documentos técnicos sobre el papel recreativo de los bosques. Lo importante es que se exploren y desarrollen modos y maneras de ayudar al público en general a identificarse con la ordenación de montes; y atendiendo al mismo principio, estudiar también procedimientos que ayuden al director de explotación forestal a extender y apreciar mejor la función que desempeña el público como usuario que trata de amenizar su vida mediante el uso que trace del bosque.
