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5 Escenarios alternativos del desarrollo del Sector Forestal

5.1 Premisas Generales

Las variables medibles que afectan directamente al bosque natural como la densidad poblacional, el índice de pobreza y el cambio del uso de la tierra tendrán crecimientos moderados a altos para el año 2020. La población crecerá alrededor del 40% para ese año alcanzando valores de aproximadamente 7,5 millones de habitantes concentrados fundamentalmente en la región Oriental del país. Los índices de pobreza parecen mantener la misma tendencia especialmente en al área rural y el cambio de uso de la tierra parece disminuir su tasa de crecimiento aunque manteniendo la tendencia a seguir creciendo.

Se estima que la producción total de maderas para el año 2020 será de alrededor de 11 millones de m3, de los cuales 6,3 millones de m3 corresponderán a la demanda de leña para diferentes usos, 3,2 millones de m3 corresponderán a la demanda de rollos para uso industrial y 1,4 millones de m3 corresponderán a la demanda para postes y para uso agropecuario.

Fig. 9 – Demanda de rollos para el año 2020 (miles de m3).

Fuente: Elaboración propia

La tasa de deforestación (en base a superficie de bosques mayores a 150 hectáreas) y la demanda total corregida de madera para uso industrial, leña, postes y carbón entre los años 1990-2001 no muestran relación lineal alguna (análisis de regresión con valor probabilístico de p=0,98).

Si tomamos este análisis como válido, obviando el sesgo de la tasa anual de deforestación debido a diferentes métodos y equipos, concluimos que el ritmo al cual avanza la deforestación no tiene relación con el uso de maderas del bosque.

El aprovechamiento industrial de los rollos no marca el ritmo de la deforestación, pero si contribuye a la degradación del bosque natural y pone presión sobre el manejo sustentable de este recurso.

Se necesitan alrededor de 7,3 millones de m3 de madera para cubrir la producción actual de productos maderables con los bosques nativos de la región Oriental mientras que la capacidad de producción de rollos del bosque natural de la región Oriental bajo manejo sustentable es de aproximadamente 6,8 millones de m3 por año1, que es inferior a la cantidad utilizada actualmente. Si consideramos que aproximadamente 0,4 millones de hectáreas de los bosques de la región oriental corresponden a áreas silvestres protegidas la capacidad de producción del bosque de la región oriental se reduce a alrededor de 6 millones de m3 de madera en rollo por año. El stock total de madera del bosque natural de la región Oriental es de aproximadamente 510 millones de m3 de madera2. Distribuidas en alrededor de 41,8 millones de m3 de madera madura 3 (Diámetro a la Altura del Pecho>40 cm) de valor comercial actual para el aserrío y 468,2 millones de m3 de madera que comprende maderas sin valor actual de comercialización y maderas o árboles no maduros (Diámetro a la Altura del Pecho <40cm) con valor actual de comercialización.

A excepción del Palo Santo (Bulnesia sarmientoi), originario del bosque de la Región Occidental, la utilización industrial de rollos es cubierta por especies de los bosques de la región Oriental. Del uso proyectado de rollos para las industrias al año 2020 (3,2 millones de m3) alrededor de 0,5 millones de m3 serán necesarios para cubrir la demanda del mercado local y 2,7 millones de m3 serán necesarios para cubrir la demanda de los mercados de exportación.

Fig. 10 - Uso proyectado de maderas en rollos por la industria
para el mercado local y para el mercado de exportación (en miles de m3)

Fuente: Elaboración propia.

La utilización de leña tanto de uso industrial como de hogares será de alrededor de 6,3 millones de m3 para el año 2020, de los cuales unos 5,9 millones de m3 serán necesarios para satisfacer la demanda local y aproximadamente unos 0,4 millones de m3 para satisfacer la demanda externa.

Fig. 11 - Uso proyectado de maderas para leña para el mercado local y para el mercado de exportación (en miles de m3)

Fuente: Elaboración propia.

Por otro lado el uso de postes y madera para utilización agropecuaria, si se mantiene la tendencia actual, alcanzarán en forma conjunta alrededor de 1,4 millones de m3 para el año 2020. Esta tendencia es influenciada por materiales sustitutos que cambiarían el panorama de la demanda de madera para postes y usos agropecuarios, mayores detalles serán discutidos en los diferentes escenarios del sector forestal en el 2020.

Fig. 12 – Utilización de madera para postes y uso agropecuario.

Fuente: Elaboración propia

Se proyecta un aumento en la necesidad de tierras de alrededor de 400.000 a 500.000 hectáreas para cultivos extensivos de soja, algodón y maíz para el año 2020. Se estima que existe una disponibilidad de superficie agrícola de las clases I, II y III de capacidad de uso de tierras para los departamentos con mayores cultivos extensivos (Itapua, Alto Paraná, Canindeyú, Caazapá y Caaguazú) de alrededor de 3,5 millones de hectáreas de los cuales se encontraron bajo cultivo agrícola un total de 2,2 millones de hectáreas para el año 2001, lo que arroja un superávit de tierras agrícolas de alrededor de 1,3 millones de hectáreas para estos departamentos con mayor presión agrícola. Para toda la región Oriental las tierras de las clases I, II y III de capacidad de uso abarcan unas 5,6 millones de hectáreas de las que se encuentran no utilizadas para la agricultura alrededor de 2,8 millones de hectáreas.

La mayor oferta de tierras cultivables en relación a la demanda por áreas de cultivo nos hace inferir que los cultivos actuales se encuentran ocupando, probablemente en su totalidad o en su gran mayoría, los suelos de las clases I, II y III. Se estima que de los 3,4 millones de hectáreas de bosques existentes en la región Oriental, alrededor de 0,7 millones de hectáreas se encuentran en su mayor parte sobre suelos de clase IV, V y VI de capacidad de uso, mientras que el restante 2,7 millones de hectáreas se encuentran en gran parte sobre suelos de potencial agrícola y suelos marginales de clase VII.

Indiscutiblemente se espera que las nuevas áreas habilitadas para agricultura se realicen en aquellos suelos de la clase I, II y III en la clasificación de capacidad de uso, por lo que existe una firme tendencia a que los bosques ubicados sobre estos suelos de potencial agrícola sean desmontados para dar paso a los cultivos especialmente de soja y trigo, lo que pondrá a los bosques ubicados en los departamentos de la región sur-este, este, norte y nor-este (Itapúa, Alto Paraná, Canindeyú, Caaguazú, Caazapá) de la región Oriental bajo mayor presión y con claras tendencias a estar reducidos a áreas de suelos marginales y a áreas silvestres protegidas. En estos departamentos se concentran la mayor cantidad y mejor calidad de suelos agrícolas y el 50% (alrededor de 1,7 millones de hectáreas) de los bosques existentes de la región Oriental.

Por otro lado el avance de la frontera ganadera aparenta tener un estancamiento en los noventa pero con el acceso a nuevos mercados, a través de la cuota Hilton, de la Unión Europea y a otros mercados como los de China o el medio Oriente y la recuperación de los antiguos mercados de la carne como el de Chile; esto podría dar un nuevo impulso a la habilitación de tierras para pasturas a expensas de los bosques. De no considerarse estos potenciales nuevos mercados la necesidad de tierras para la ganadería se mantendría similar a los últimos diez años, es decir con una demanda futura de nuevas tierras para pasturas de alrededor de 700.000 hectáreas principalmente concentradas en la región Oriental.

Fig.13 - Concentración de bosques y tierras agrícolas por diferentes departamentos (ha)

Fuente: Elaboración propia.

En cuanto a la política forestal, esta parece apuntar a una definición y a un consenso a través de la instancia de concertación forestal nacional denominada Mesa Forestal Nacional. No obstante la institucionalidad y la legislación forestal pueden seguir una serie de posibles caminos en los que cabe destacar la tendencia al fortalecimiento institucional forestal y a una aplicación más severa y estricta de las leyes de manejo y protección del recurso bosque. Las actividades de reforestación y forestación están fuertemente ligadas al desarrollo institucional. Por ello de acuerdo a que rumbos tome la institucionalidad forestal estas, de acuerdo a la visión particular de la institución de la Administración Forestal del Estado, determinarán el rumbo de esta importante actividad forestal.

Otros temas de relevancia en el sector forestal como la educación y la investigación, el financiamiento de actividades de inversión forestal, el control y fiscalización del manejo y conservación de los recursos forestales, el ordenamiento de tierras forestales, el mejor uso industrial y la competitividad también están fuertemente ligados al desarrollo y liderazgo institucional que asuma la institución forestal encargada.

El escenario de industrias forestales y mercados cambiará de acuerdo a como se desarrolle la oferta del bosque natural y el desarrollo de otras alternativas.

En base a todas estas consideraciones se pueden visualizar tres posibles escenarios para el sector forestal Paraguayo al 2020.

5.2 Escenario Positivo

5.2.1 Caracterización del escenario positivo

Bajo un escenario ideal, la visión de los actores forestales, plantean el cambio radical en la tendencia de las fuerzas impulsoras que afectan al sector forestal fundamentalmente el avance de la frontera ganadera y la agricultura así como cambios en el perfil de la administración forestal del estado. Sin embargo estas fuerzas han mantenido una fuerte tendencia casi invariable a lo largo del tiempo.

El crecimiento poblacional de alrededor del 2,3% acumulativo anual, dada la superficie del país, aún es considerado por los actores forestales dentro de un escenario ideal para el sector forestal nacional siempre que vaya acompañado de una similar tasa de crecimiento económico en el cual el aporte del sector forestal será más significativo, rompiendo el histórico 2,7% de participación en el PIB. En este escenario ideal, se espera que ese mayor aporte del sector forestal al PIB sea producto de un mayor número de especies comercializables y un mejor aprovechamiento de las mismas (las especies utilizadas actualmente se reducen a un número de alrededor de 20 especies alcanzando un promedio de conversión de rollo a madera aserrada o laminada no mayor al 50%). Se espera además mejorar las alternativas de usos secundarios, desarrollo de mercados, desarrollo de nuevos productos así como también incorporar la venta de productos no maderables del bosque y el establecimiento de la venta de servicios ambientales en forma generalizada entre los que destacan la captura de carbono, lo que en su conjunto llevará además a una mayor valoración socio-económica-ambiental de los bosques. Todo este escenario dentro de un marco de reactivación económica que reduzca los índices de pobreza y aumente la calidad de vida de la población, actividad en la cual los proyectos de agroforestería, forestación y reforestación jugarán un papel fundamental.

La política forestal deberá ser clara, contundente y equilibrada en sus aspectos productivos, socio-económicos y ambientales con fuerte énfasis en estos primeros puntos y con carácter de políticas de estado, continuadas por las autoridades que se sucedan. La administración forestal del estado, dentro de este marco, se presenta como un ente autónomo mixto que da un gran peso a la participación ciudadana, estable, con fuerte capacidad administrativa y técnica y un claro y fuerte liderazgo en el contexto sectorial y nacional, con capacidad de trabajo armonizado, descentralizado y coordinado, sin duplicidad de funciones con otras instancias e instituciones, sean estas a nivel regional, nacional, departamental y/o municipal. También se implica dentro de la institucionalidad una alta capacitación de sus recursos humanos que arroje como consecuencia el liderazgo natural de la institución forestal a través técnicos idóneos y capaces.

Además dentro de este escenario se visualiza un “Fondo de Desarrollo Forestal”, como entidad también mixta, transparente con capacidad de auto sustento, que financia programas forestales con disponibilidad de recursos financieros provenientes de las tasas forestales, de intereses generados por los préstamos concedidos por el Fondo de Desarrollo Forestal, de la administración de los créditos, de los recursos generados por venta de servicios ambientales y por préstamos reembolsables o no de organismos nacionales o internacionales que garantizarían su autosustento.

Las Instituciones de Formación Forestal en su rol de educación, extensión e investigación, tendrán mayor descentralización con filiales o nuevas carreras en los departamentos con mayor cantidad de bosques y fuertemente capacitada con personal técnico de elevada formación académica capaz de generar trabajos de investigación de nivel internacional relevantes para el sector. Los centros y/o escuelas forestales dependientes del ente forestal estatal estarán fortalecidos, y contribuirán a la creación de fuentes o centros estadísticos de información forestal que tengan como actores líderes a las instituciones de formación forestal y a la administración forestal del estado en forma conjunta, de tal forma que estas fuentes o centros de información sean de fácil acceso (inclusive en forma digital) y priorizados en temas de real importancia para servir como herramienta de fomento a la inversión forestal así como de insumo para el direccionamiento de políticas públicas o toma de decisiones tanto a nivel público como privado. La sociedad paraguaya en general tendrá una noción clara sobre el sector forestal y sus actores así como la importancia del sector forestal en el desarrollo económico, social, y ambiental del país.

Esta nueva institucionalidad y mecanismos de financiamiento estarán insertos dentro de un marco legal renovado con nuevas leyes o con la modificación de las actuales que permitan una respuesta eficiente y eficaz a las necesidades que surjan. Este nuevo marco legal dará claras y contundentes atribuciones a la Administración Forestal del Estado y mayores responsabilidades a los propietarios de tierras forestales y a los profesionales forestales, siendo la aplicación de estas leyes caracterizadas por una mayor rigurosidad.

Como consecuencia de todo este marco ideal los actores forestales visualizan una ordenación de las tierras forestales con un sistema de catastro actualizado constantemente en un sistema de información geográfico generados en coordinación con la administración forestal del estado, las instituciones de formación forestal, con la Secretaría del Ambiente, el Instituto de Bienestar Rural y el Ministerio de Hacienda.

Como derivación de la disponibilidad suficiente de herramientas se hará más eficiente el control y la fiscalización del manejo de los recursos forestales in situ. Estarán definidos criterios e indicadores para el manejo y conservación de los bosques, el establecimiento de un sistema de regencia forestal con mayor responsabilidad de los profesionales forestales, sistemas de certificación forestal y tercerización en el control del manejo de los bosques con lo que se logrará una mayor participación de la sociedad civil en el manejo de los bosques tanto a nivel nacional como a nivel de comunidades locales, pero bajo la fiscalización de la administración forestal del estado, de tal modo a permitir controles cruzados del manejo de los bosques con la participación de la sociedad civil y otras instituciones estatales involucradas. Con este sistema de control también se espera que las áreas silvestres protegidas se fortalezcan.

El marco legal y las condiciones de control y fiscalización eficientes permitirán declarar las zonas boscosas de la región Oriental bajo manejo sostenible, ampliándose la prohibición de desmontes, que actualmente rige para tres departamentos de la región Oriental hasta el año 2006 (Ley 1848), a todos los departamentos de la región Oriental y a horizontes más amplios de tiempo. Con ellos se frenará el avance de la frontera ganadera y agrícola a expensas de los bosques nativos existentes. Ello impulsará una mayor tecnificación en el manejo de los suelos para la producción de carne y para la producción de rubros agrícolas y la utilización de las áreas denominadas barbechos o áreas ociosas ya desmontadas anteriormente.

Bajo este panorama existirían todavía en la región Oriental unas 3 millones de hectáreas de bosques nativos a ser manejados para cubrir la demanda de madera y al menos alrededor de 0,4 millones de hectáreas de bosques en áreas silvestres protegidas, mientras en la región Occidental existirían unas 15,5 millones de hectáreas de bosques nativos a ser manejados para satisfacer la demanda de maderas y al menos unas 1,2 millones de hectáreas de bosques nativos bajo áreas silvestres protegidas. El manejo sostenible de esta superficie de bosques de la región Oriental cuyas especies abastecen casi la totalidad de la demanda de rollos para la industria, produciría, teniendo una expectativo optimista, alrededor de 6 millones de m3 por año de madera en rollo para uso industrial. Este volumen de producción del bosque natural es dudoso teniendo en cuenta que la mayor parte de los bosques de la región Oriental ya fueron sometidos a fuertes intervenciones. Esta cantidad de 6 millones de m3 por año de madera no cubre la necesidad actual de rollos utilizados por las industrias y por consiguiente tampoco cubrirá la demanda futura total de rollos que será mayor por lo que existiría un déficit entre los requerimientos de las industrias y la producción de rollos generada a través del manejo sustentable del bosque natural. El déficit estimado, bajo un régimen de producción sostenible, aumentaría de alrededor de 2,6 millones de m3 para el año 2002 a 5 millones de m3 de madera en rollos para el año 2020.

Fig.14 - Proyección del requerimiento total de maderas en rollo (demanda)
y abastecimiento de rollos de bosques manejados (en miles de m3).

Fuente: Elaboración propia.

No obstante el volumen producido en el manejo del bosque natural cubre con creces la demanda de rollos para las industrias de aserrado, laminado y las industrias secundarías (parquet, muebles etc) que se estima será de alrededor de 3,2 millones de m3 de madera en rollo para el año 2020. Para cubrir las necesidades de madera para leña se deberá recurrir a forestación y reforestación. Bajo este escenario ideal se espera que los postes y la madera para uso agropecuario sean suplantados por productos sustitutos como el hormigón armado para los postes de alumbrado y los plásticos para los mangos de herramientas. También se debe tener en cuenta que en el escenario ideal se darán mejores usos y por consiguiente mayor valor agregado a los subproductos provenientes del aserrado de rollos por lo que las trozas pequeñas resultantes del aserrado no serán usadas para leña y carbón como actualmente ocurre.

Debemos considerar además que los rollos obtenidos como producto del manejo del bosque natural, por su alto valor, no serán destinados a la producción de leña y carbón. La demanda de leña y carbón deberá ser satisfecha integralmente a través de plantaciones forestales. La necesidad proyectada de leña y carbón, como se mencionó anteriormente, se incrementará de 4,7 millones de m3en el año 2002 a 6,3 millones de m3 para el año 2020.

Para satisfacer la demanda de leña y carbón se requerirá de alrededor de 31.500 hectáreas de plantaciones. Teniendo en cuenta que con la ley 536/95 se lograron reforestar alrededor de 26.000 hectáreas, que en su mayor parte fueron realizadas con Eucaliptos y asumiendo que estas podrían destinarse en su gran mayoría para leña y carbón, la necesidad de reforestación para satisfacer la demanda de leña y carbón al año 2020 sería de alrededor de 8.000 a 10.000 hectáreas. Dentro de este escenario se espera la implementación de una política energética que se ocupe con exclusividad de este tema.

Todas estás variables se desenvolverán dentro de un marco general de evolución en valores de la sociedad paraguaya, basados en un compromiso con la sociedad en primer lugar lo que permitirá una visión más incluyente y a largo plazo, respeto a los individuos y recursos de esta sociedad lo que permitirá mejores niveles de honestidad y solidaridad y por consecuencia disminución de los niveles de corrupción y por último trabajo mancomunado que permitirá la generación de riquezas.

Fig.15 - Proyección de la demanda de maderas en rollos para uso industrial (aserraderos, producción de chapa e industrias secundarias) y abastecimiento de maderas de bosques manejados (en miles de m3)

Fuente: Elaboración propia.

5.2.2 Conclusiones del escenario positivo

En el escenario positivo se espera el mantenimiento de la cobertura boscosa nativa (19 millones de hectáreas) y aumento de la superficie reforestada (en 10 mil hectáreas al año). Los productos forestales maderables y no maderables tendrán una producción creciente basados en la seguridad de provisión de la materia prima y en el aumento de la productividad y rendimiento fundamentalmente en las industrias primarias. Se establecerá en forma generalizada la venta de servicios ambientales. Los mercados forestales se mantendrán similares en composición pero cambiará la participación relativa de los destinos. Se espera que mayores volúmenes sean exportados a mercados más estables y de mejor precio. En lo social, como consecuencia de este aumento generalizado de masa boscosa y producción, se generaría al menos el doble de los puestos de trabajo que actualmente son generados por el sector.

Este panorama, aunque ideal, es remoto, muy poco probable debido fundamentalmente al nuevo auge de la agricultura y al aumento de la frontera ganadera.

5.3 Escenario Negativo

5.3.1 Caracterización del escenario negativo

El escenario tendencial es un escenario negativo aunque los actores forestales y de la sociedad paraguaya en general no ven probable que estas tendencias continúen y se esperan fuertes cambios políticos que reviertan estas tendencias. Dentro de este escenario el crecimiento poblacional seguirá su tendencia de 2,3% acumulativo anual pero el PIB crecerá en forma similar o inferior por los próximos 20 años. El déficit fiscal continuará y la pobreza se hará más general lo que impedirá la inversión en proyectos forestales.

El aporte del sector forestal al PIB disminuirá, como consecuencia de la falta de inversión en el sector. Se seguirán explotando las especies tradicionales hasta su agotamiento y con el mismo promedio de conversión rollo-madera aserrada o chapas comercializables no superior al 50%. No se desarrollarán nuevos mercados y tampoco se aprovecharan las oportunidades de nuevos productos y negocios como la venta de productos no maderables del bosque y el establecimiento de la venta de servicios ambientales en forma generalizada especialmente en lo que se refiere a la captura de carbono.

Los esfuerzos en proyectos de agroforestería, forestación y reforestación serán aislados y no responderán a las necesidades de madera.

La política forestal seguirá poco clara y no tendrán carácter de políticas de estado. La administración forestal del estado estará poco fortalecida técnicamente lo que le restará capacidad administrativa. Como consecuencia seguirán las duplicidades de funciones y pujas de liderazgo sectorial con instituciones como la Secretaria del Ambiente generando como resultado confusión y debilitamiento de capacidades para la administración del recurso forestal. Los programas forestales estarán financiados solo a nivel de proyectos pilotos y no se generaran recursos propios.

Las instituciones de formación forestal seguirán centralizadas y sin responder a los intereses regionales con escaso personal de elevada formación académica, así también los centros y/o escuelas forestales dependientes del ente forestal estatal estarán debilitados con poca asignación presupuestaria.

La información forestal para decisiones de inversión y toma de decisiones seguirá dispersa y poco accesible para la ciudadanía en general. El marco legal tendrá pocas modificaciones de fondo. No se llevará adelante una ordenación de las tierras forestales con un sistema de catastro dinámico.

El control y la fiscalización de los bosques se seguirán realizando en las rutas y con poco o nulo apoyo técnico. Los criterios e indicadores para el manejo y conservación de los bosques, el sistema de regencia forestal, sistemas de certificación forestal y tercerización en el control del manejo de los bosques no serán implementados. Se seguirán aplicando simples cupos de corta como medida reguladora , que, aunque representen una forma primitiva de manejo, no son suficientes para garantizar la producción sostenida.

La sociedad civil no tendrá mayor participación en el manejo y conservación de los bosques. No habrá controles cruzados del manejo de los bosques entre el ente forestal del estado y otras instituciones estatales involucradas pero si existirá una disputa por el manejo de las recaudaciones provenientes del control de guías forestales hasta el agotamiento del recurso forestal. Las áreas silvestres protegidas se verán bajo mayor presión, más degradadas y la biodiversidad reducida.

La ganadería demandará unas 2,6 millones de cabezas de ganado de las cuales alrededor de 1,8 millones serán criadas en la región Oriental lo que significa igual cantidad de hectáreas de bosques de esa región deforestados, 0,8 millones de cabezas serán criadas en la región Occidental lo que significa alrededor de 2,4 millones de bosques de la región Occidental deforestados, la agricultura demandará alrededor de 0,6 millones de hectáreas y las áreas silvestres ocuparán alrededor de 0,4 millones de hectáreas quedando un remanente de alrededor de 0,6 millones de hectáreas de bosques altamente degradados en la región Oriental.

Bajo este panorama se visualiza una deforestación media anual de alrededor de 140.000 hectáreas por año aún existiendo restricciones legales de corta.

El stock de rollos de las especies utilizadas actualmente de los bosques altos continuos, tanto para madera aserrada como para chapas, alcanzan alrededor de 31,2 millones de m3. Al ritmo al cual se demanda los rollos para uso industrial este stock será consumido para el año 2013, por lo que se espera un déficit en la provisión de rollos para uso industrial provenientes del bosque natural de la región Oriental a partir de ese año.

El déficit de maderas para cubrir el uso de rollos por la industria alcanzará alrededor de 22,9 millones de m3 para el año 2020. La necesidad de plantaciones de alto rendimiento volumétrico por hectárea para cubrir esa demanda alcanzará alrededor de 114.979 hectáreas.

Fig.16 - Stock de madera de los bosques de la región Oriental
y demanda acumulada de rollos para uso industrial (miles de m3).

Fuente: Elaboración propia.

Si la deforestación sigue su ritmo tendencial las necesidades de leña serán ampliamente cubiertas por los productos de la deforestación. Se estima que del promedio de 140.000 hectáreas de deforestación se obtendrán alrededor de 15 millones de m3 de madera para leña por año lo que es ampliamente superior a la demanda de entre 5 a 6,3 millones de m3 de leña entre los años 2003 al 2020. Si esta tendencia se mantiene el agotamiento total del recurso forestal de la región Oriental se produciría alrededor del año 2024 a partir del cual se deberían tener disponible para cosecha la cantidad aproximada de unas 31.000 hectáreas de bosques para producción de leña por año para cubrir una demanda cercana a los 7 millones de m3 anuales.

5.3.2 Conclusiones del escenario negativo

Dentro de este escenario se espera la desaparición paulatina de los bosques productivos de la región Oriental. Los esfuerzos de forestación y reforestación serán aislados y no serán suficientes para satisfacer las necesidades de procesamiento de las industrias. La oferta de productos forestales, tanto maderables o no, irá decreciendo reduciéndose la mismas a la oferta de unas pocas empresas de gran inversión, alta tecnología, con gran capacidad competitiva que les permita la importación de materia prima de países vecinos. No se desarrollarán servicios ambientales. Los mercados se reducirán debido a la falta de oferta de muchas especies que serán escasas debido a la desaparición de los bosques productivos de la región Oriental. La balanza comercial sectorial se hará cada vez más negativa y existirá mucho desocupación generada por la desaparición de la gran mayoría de las industrias.

5.4 Escenario más probable

De los escenarios denominados positivos y de los denominados negativos o tendenciales deducidos de la encuesta de escenarios, con base en la visión de los actores forestales, se percibe un escenario intermedio más probable caracterizado por el optimismo y la rectificación de rumbos en la política forestal. Este escenario aunque optimista presenta panoramas de cambios de las variables mucho más reales, probables y ejecutables en el corto y mediano plazo.

Se mantienen las premisas sobre las fuerzas impulsoras; crecimiento poblacional alrededor del 2,3% acumulativo anual. Se espera que la pobreza rural se mantenga en niveles similares para el año 2020 lo que cree contribuirá a mantener en niveles similares o a aumentar la degradación de los bosques nativos existentes. El aporte de la explotación forestal al Producto Interno Bruto continuará en alrededor del 2,7% o será levemente superior por la mayor participación de los servicios en el sector forestal impulsado especialmente por los programas de forestación y reforestación. El aporte de las industrias forestales al PIB también aumentará por el mayor valor agregado de los productos y subproductos del aserrado de especies provenientes de plantaciones como consecuencia de una mayor mecanización permitida por la cantidad y homogeneidad del material proveniente de los bosques implantados.

En este escenario se mantiene la visión de fuertes programas de reforestación y forestación para pequeños y grandes productores encarados por la administración forestal del estado como una forma de paliar las necesidades de materia prima para la industria generados por el avance de la deforestación a expensas del bosque natural especialmente en la región Oriental. La venta de servicios ambientales se centrará en la captura de carbono aunque no tendrán una difusión amplia limitándose a proyectos pilotos o a un limitado número de experiencias poco generalizadas. La política forestal estará definida y apuntará fundamentalmente a asegurar la provisión de materia prima a través de programas de forestación y reforestación con énfasis en la asistencia a pequeños productores.

La administración forestal del estado estará jerarquizada, elevándose su categoría a vice-ministerio ó secretaria, aunque no tendrá la autonomía para manejar sus propios recursos, tendrá poca descentralización y gran dependencia política del gobierno de turno. La participación de la sociedad civil en este escenario institucional será menor que el planteado en el escenario positivo. Por otro lado tendrá liderazgo dentro del sector forestal basados en recursos humanos y técnicos capacitados y en el uso de tecnología para el control y fiscalización del uso de los recursos forestales.

Se visualiza un fondo forestal o fuentes de financiamiento forestal dentro de la administración forestal del estado, que financiará fundamentalmente programas de forestación y reforestación con fuerte énfasis en pequeños productores. Estos fondos se obtendrán fundamentalmente de tasas a la explotación forestal, créditos y donaciones de organismos internacionales.

Las instituciones de formación forestal encargadas de la educación, extensión e investigación se ocuparán de temas relevantes para el sector forestal como determinación de rentabilidad de inversiones forestales, mejoramiento genético de especies valiosas para la reforestación, forestación para aumento de rendimientos y o resistencia a plagas y enfermedades, rentabilidad del manejo del bosque natural etc con valides y tenor científico, en cierta coordinación con la administración forestal del estado. En este escenario también se visualiza un centro estadístico y de difusión de la información forestal.

El marco legal lo constituirán las mismas leyes que rigen el sector forestal actualmente pero con importantes adecuaciones a través de decretos y resoluciones que lo ajusten a las nuevas necesidades. La ordenación actual de tierras forestales en bosques nativos de producción, de protección y áreas prioritarias para reforestación estará amparada por una marco legal creado e impulsado por el ente forestal estatal que obligue a su aplicación y estará inserto, al igual que en el escenario anterior, en un sistema de información geográfico manejado por la administración forestal del estado con un catastro dinámico de actualización constante que le permita una ágil acción de control y fiscalización.

También dentro de este escenario se dispondrá de herramientas para la aplicación eficiente del control y la fiscalización del manejo de los recursos forestales por lo que los mismos se realizarán en los bosques. Los criterios e indicadores para el manejo y conservación de los bosques nativos estarán bien definidos y dentro de un marco legal. Se establecerá un sistema de regencia forestal con responsabilidad de los profesionales forestales y sistemas de certificación forestal con participación de la sociedad civil. En este escenario también se considera el control cruzado en la fiscalización de los bosques aunque sin la figura de la tercerización y con mucha más centralización y mayores atribuciones de la administración forestal del estado. Aún así se espera mayor eficiencia que en el sistema actual principalmente por el uso de herramientas actualizadas como el sistema de información geográfica y por la mayor cantidad y calidad de información e insumos técnicos entre los que podemos mencionar clasificación de tierras forestales y criterios e indicadores del manejo forestal. También contribuirá a esta eficiencia la mayor capacitación técnica y entrenamiento del personal de la administración forestal del estado en temas prioritarios como ser sistemas de información, manejo forestal, economía forestal, y estadísticas.

Dentro de este marco general serán declarados bosques de producción continua (“Unidades Forestales Industriales Permanentes” de acuerdo a la terminología utilizada actualmente en la Ley Forestal 422) a las áreas de bosques definidos como productivos en el estudio de ordenamiento de tierras forestales y sobre los cuales se definirán los criterios de manejo y los indicadores para su fiscalización y control. Según estudios proveídos por la Mesa Forestal Nacional esas áreas prioritarias de manejo forestal alcanzarían unas 765.455 hectáreas para la región Oriental y unas 9.267.900 hectáreas para la región Occidental.

La proyección de los principales cultivos agrícolas extensivos de soja, algodón y maíz, como fue indicado anteriormente, alcanzarán un crecimiento promedio estimado de 472.220 hectáreas. Las nuevas áreas habilitadas para estos cultivos se llevarían a cabo fundamentalmente a expensas de los bosques nativos de los departamentos de Itapua, Alto Paraná, Caazapá, Caaguazú y San Pedro. Otros cultivos extensivos importantes que pueden requerir más tierras a expensas de los bosques lo constituyen los cultivos de mandioca, poroto y caña de azúcar que tendrán un aumento promedio de alrededor de 135.000 hectáreas al año 2020.

La proyección estimada del crecimiento de tierras para ganadería es de al menos 700.000 hectáreas de acuerdo a las tendencias de los últimos diez años, pero que de producirse los aumentos en la producción de ganado de carne como los producidos entre 1991-1993 cuando se produjo un aumento de alrededor de 2 millones de cabezas, se requerirían alrededor de unas 4 millones de hectáreas adicionales. Reforzando esta última hipótesis aparentemente más realista Malleta, H. (1991), de acuerdo a proyecciones para el año 2010, estimó la cantidad de ganado de carne para ese año en unas 15,6 millones de cabezas el cual proyectado diez años más significaría alrededor de los 20 a 22 millones de cabezas lo que requeriría una superficie de aproximadamente unas 40 a 44 millones de hectáreas por lo que este crecimiento tendencial se muestra imposible dado que representa la superficie total del país.

El mismo autor, dada la imposibilidad de que esta tendencia se materialice, sugiere un sistema de manejo mejorado con respecto al actual pero factible de implementar. Este sistema de manejo aumentaría la eficiencia de la ganadería basada en un aumento de la tasa de extracción del ganado lo que permitiría el crecimiento continuo de este sector sin comprometer los otros recursos. Esta proyección plantea un pico máximo de alrededor de 11,9 millones de cabezas para el primer decenio del siglo XXI que irá disminuyendo levemente hacia el segundo decenio con el aumento de la eficiencia del manejo del ganado. La diferencia entre el pico máximo de cabezas de ganado estimado por esta segunda tendencia y el pico máximo de cabezas de ganado vacuno para carne alcanzado hasta la actualidad es de alrededor de 2,6 millones de cabezas lo que implicaría una necesidad de tierras de alrededor de 5,2 millones de hectáreas para satisfacer la demanda de pasturas. La necesidad de nuevas pasturas pondrán presión principalmente sobre los bosques de la región Occidental y sobre los bosques de los departamentos de San Pedro, Concepción, Amambay y Canindeyú de la región Oriental.

Según estimaciones de Hugo Huespe y Otros (2003) la superficie total de bosques nativos productivos alcanzaría alrededor de 10 millones de hectáreas de las cuales 0,765 millones de hectáreas se encuentran en la región Oriental y 9,267 millones de hectáreas en la región Occidental. A partir de estos datos, conociendo la superficie total de bosques, se puede deducir la superficie de bosques no productivos que alcanza un valor de 7,431 millones de hectáreas distribuidas en 2,363 millones de hectáreas en la región Oriental y 5,067 millones de hectáreas en la región Occidental. Es de esperar que sean los bosques no productivos los que sean más susceptibles a la deforestación debido a su falta de valor comercial.

La tasa de deforestación promedio anual proyectada hasta el año 2020, equivaldría al ritmo al cual avanzarían las fronteras agrícola y ganadera, basada en las estimaciones de superficies totales de bosques para diferentes períodos de tiempo llevadas a cabo por diferentes estudios, es de alrededor de 140.000 hectáreas de bosques por año. Por otro lado la tasa de deforestación, basada en el criterio de estimaciones de superficies de bosques mayores a 156 hectáreas para diferentes períodos de tiempo para la región Oriental, es de 127.000 hectáreas de bosques por año.

Cuadro 22 – Remanente de bosques productivos y superficie de bosques
susceptibles a deforestación por departamento al año 2020 (hectáreas)

Regiones

Departamentos

Bosques Nativos Productivos

Bosques en Áreas silvestres protegidas

Total de Bosques actuales

Superficie de
Bosques no productivos

Región Oriental

Concepción

139859

113291

621797

368646

San Pedro

115061

 

536348

421286

Cordillera

6369

 

34549

28180

Guairá

10335

24000

73374

39040

Caaguazú

35786

 

296208

260422

Caazapá

15964

49000

200220

135255

Itapúa

63988

39000

300562

197574

Misiones

1002

 

13947

12945

Paraguarí

4593

7500

67965

55871

Alto Paraná

27764

35954

326231

262513

Central

293

17

17324

17014

Ñeembucu

1480

 

45356

43877

Amambay

188801

13811

398743

196131

Canindeyu

154161

63355

542474

324958

Total Región

765455

345928

3475096

2363713

Región Occidental

Pte. Hayes

1978417

280000

3142606

884190

Boquerón

3116593

40000

6593761

3437168

Alto Paraguay

4172891

880953

5799780

745936

Total Región

9267900

1200953

15536147

5067294

Total país

 

10033355

1546881

19011243

7431007

Fuente: Elaboración propia.

Para la región Occidental el avance de la deforestación es más difícil de predecir aunque se espera que de las 5 millones de hectáreas de bosques nativos susceptibles a la deforestación una gran parte quede en pie. Si se mantiene la tendencia basada en los últimos dieciséis años la tasa de deforestación en esta región estaría alrededor de las 200.000 hectáreas lo que en el peor de los casos, para este escenario, resultaría en una deforestación de alrededor de 3,6 millones de hectáreas al año 2020. La región Occidental posee una gran potencial de albergar mayor superficie de bosques bajo áreas silvestres protegidas por lo que se espera que los bosques bajo esta categoría aumenten significativamente y estar muy por encima a las 1,2 millones de hectáreas para el año 2020 en esta región.

La mayor probabilidad de ocurrencia de este escenario hace importante distinguir dos subescenarios de proyecciones e impactos diferentes.

5.4.1 Subescenario probable I

Bajo las condiciones generales del escenario más probable se estima que se volverá a ampliar la vigencia de la Ley 1848 que prohíbe la deforestación en los departamentos de Concepción, Amambay y Canindeyu, por lo que aproximadamente unas 0,8 millones de hectáreas más se integrarán a las 0,7 millones de hectáreas de bosques de la región Oriental declarados bosques de producción, con lo que se totalizará aproximadamente unas 1,5 millones de hectáreas de bosques bajo manejo.

En estas condiciones de las 3,47 millones de hectáreas de bosques nativos existentes en la región Oriental se predice el manejo de alrededor de 1,5 millones de hectáreas de bosques nativos, la existencia de alrededor de 0,346 a 0,4 millones de hectáreas de bosques nativos en áreas protegidas, el avance de la frontera agrícola sobre unas 0,6 millones de hectáreas de bosques y el avance de la frontera ganadera sobre unas 0,9 a 1 millón de hectáreas de bosques nativos de la región Oriental. Lo que en su total significa 1,6 millones de hectáreas de bosques nativos deforestados en la región Oriental sobre los cuales avanzarían la ganadería y la agricultura.

Esta menor disponibilidad de tierras, en la región Oriental, para el avance de la ganadería traerá como consecuencia mayor presión sobre los bosques de la región Occidental. La cantidad de tierras habilitadas para ganado de carne en la región Oriental permitirá la cría de alrededor de 1 millón de cabezas teniendo en cuenta que se realizarán sobre pasturas implantadas cubriéndose el déficit de pasturas (para 1,6 millones de cabezas de ganado vacuno) a expensas del bosque de la región Occidental. Así para satisfacer la demanda de tierras para pasturas para esta cantidad de cabezas de ganado se deforestarán alrededor de 4,8 millones de hectáreas de bosques nativos en la región Occidental.

Dentro de este panorama la oferta de maderas estará influenciada por el ritmo al cual avanza la frontera ganadera sobre los bosques. Proyectando la tendencia de deforestación promedio por año de 140.000 hectáreas observamos que la demanda de rollos para uso industrial empezaría a igualar y superar la oferta del bosque natural aproximadamente entre los años 2012 al 2015.

Fig.17 - Demanda y producción proyectada de rollos del bosque natural para uso industrial (miles de m3)

Fuente: Elaboración propia

El déficit para cubrir la demanda de rollos para la industria sería de aproximadamente unos 1,1 millones de m3 de maderas en rollos para el año 2020. Se debe tener en cuenta que casi la totalidad de esta demanda se cubre con la oferta generada por los bosques nativos de la región Oriental por lo que para cubrir ese déficit al año 2020 se deberá tener una disponibilidad de al menos 5.500 hectáreas por año de plantaciones forestales de alto rendimiento y con especies con mercado provisorio que deben ser destinados exclusivamente a satisfacer las necesidades de madera aserrada y chapas.

Por otro lado la oferta de leña para la producción de leña y carbón seguirá superando la demanda por lo que se seguirán practicando las quemas de productos leñosos en los campos deforestados hasta aproximadamente los años 2012 al 2015, período a partir del cual se entrará en un déficit de provisión de leña y carbón a partir de los bosques nativos de la región Oriental estimándose que este déficit alcanzará alrededor de 6,3 millones de m3 de madera para leña para el año 2020. Los programas de reforestación deberán prever la existencia de al menos unas 25200 hectáreas de plantaciones disponibles por año para producción de leña.

Fig.18 - Demanda y capacidad proyectada de producción de leña del bosque natural (miles de m3 ).

Fuente: Elaboración propia.

Por todo lo anterior se visualiza dentro de este escenario la reforestación de alrededor de 66.000 hectáreas de plantaciones, a un ritmo de alrededor de 5500 hectáreas a partir del año 2003 para cumplir con un ciclo de corta aproximado de 12 a 15 años, de alto valor comercial para madera aserrada y chapas y la reforestación de alrededor de 252.000 hectáreas de bosques para fines energéticos a un ritmo aproximado de 25.200 hectáreas al año iniciado entre los años 2003 al 2005 con un ciclo de corta de aproximadamente 8 a 10 años. De acuerdo a este escenario se generarán alrededor de unos 30.700 jornales hombre para las plantaciones, además de mantener los puestos de trabajo existentes.

5.4.2 Subescenario probable II

Bajo las condiciones generales del escenario más probable II alrededor de 0,765 millones de hectáreas de bosques de la región Oriental serán declarados bosques de producción. Por lo tanto de las 3,47 millones de hectáreas de bosques nativos existentes en la región Oriental se visualiza el manejo de alrededor de 0,7 millones de hectáreas de bosques nativos, la existencia de alrededor de 0,34 a 0,4 millones de hectáreas de bosques nativos en áreas silvestres protegidas, el avance de la frontera agrícola sobre unas 0,6 millones de hectáreas de bosques y el avance de la frontera ganadera sobre unas 1,8 a 1,9 millones de hectáreas de bosques nativos de la región Oriental. Lo que significa un avance de alrededor de 2,4 a 2,5 millones de hectáreas de deforestación a expensas del bosque natural de la región Oriental.

Los bosques de la región Occidental tendrán menor presión debido a que gran parte del requerimiento de tierras será satisfecho a expensas del bosque natural de la región Oriental, lo que permitirá cubrir el requerimiento de alrededor de 1,8 a 1,9 millones de cabezas de ganado de carne quedando unas 0,8 a 0,7 millones de cabezas a ser cubiertos por pasturas implantadas sobre bosques de la región Occidental, lo que representaría la deforestación de alrededor de 2,4 a 2,7 millones de hectáreas en la región Occidental.

Estas cifras mantendrían la relación de existencia de cabezas de ganado en un 30% para la región Occidental y 70% para la región Oriental tal como se ha dado desde los últimos doce años.

El ritmo proyectado del avance de la frontera agrícola y ganadera será en un promedio aproximado de 166.000 hectáreas al año de acuerdo a las estimaciones del período 1999-2002. Bajo estas condiciones existirá un déficit entre la demanda y la oferta de rollos para la industria entre los años 2011 al 2012 que alcanzará alrededor de 2,2 millones de m3 de madera en rollos para el año 2020.

Fig.19 – Demanda y producción proyectada de rollos del bosque natural para uso industrial (miles de m3)

Fuente: Elaboración propia

La oferta de leña para la producción de leña y carbón será mayor a la demanda por lo que al igual que el subescenario anterior se seguirá practicando la quema de árboles producto de la deforestación hasta aproximadamente el año 2017, período a partir del cual se entrará en un déficit de provisión de leña y carbón a partir de los bosques nativos de la región Oriental llegando este déficit a alcanzar alrededor de 6,3 millones de m3 de madera para leña para el año 2020, cifra que constituye la demanda de leña. Al igual que en el subescenario anterior los programas de reforestación deberán prever la existencia de al menos unas 25.200 hectáreas de plantaciones disponibles por año para producción de leña.

Fig.20 - Demanda y capacidad proyectada de producción de leña del bosque natural (miles de m3 ).

Fuente: Elaboración propia

Para cubrir la demanda de rollos para la industria se debería disponer de alrededor de 40.836 hectáreas de plantaciones de alto rendimiento para la producción de madera aserrada y chapas para ser cosechadas aproximadamente entre los años 2011 al 2020 y de alrededor de 75.600 hectáreas de plantaciones con fines energéticos que iniciarán su ciclo de cosecha entre los años 2018 al 2020.

Cuadro 23 - Requerimiento de superficies de plantación a ser cosechadas
por año para cubrir la demanda de rollos para la industria (ha)

Años

Requerimiento de plantaciones

2011

126

2012

263

2013

399

2014

535

2015

672

2016

808

2017

4604

2018

11040

2019

11177

2020

11313

Total

40936

Fuente: Elaboración propia

5.4.3 Conclusiones del escenario probable

La cobertura forestal de bosques nativos se espera se reduzca a aproximadamente unas 0,7 a 1,5 millones de hectáreas en la región Oriental y a alrededor de 10 millones de hectáreas para la región Occidental.

Por el contrario de la disminución en bosques nativos se visualiza un fuerte impulso de la forestación y reforestación especialmente orientado a pequeños productores con fondos provenientes de proyectos de cooperación fundamentalmente.

La oferta de rollos provenientes de los desmontes y del manejo forestal empezaría a ser deficitaria para la industria maderera alrededor de los años 2011 al 2013. Se afectaría fundamentalmente a la industria de pisos y chapas así como a la producción de palmitos. Se reducirán drásticamente los volúmenes de ventas aunque se espera se mantengan los mercados. Se espera. se generé gran cantidad de puestos de trabajo para plantaciones mientras en las industrias se reducirían los puestos de trabajo.

1 3,4 millones de hectáreas x 2m3 / hectárea por año. 2m3 / hectárea por año es el valor utilizado en proyectos de Manejo forestal presentados al Servicio Forestal Nacional, otros autores como Hutchinson, 1974 y JICA,1984 estiman valores más conservadores del incremento volumétrico anual (0,45 y 0,96 m3 x hectárea x año respectivamente), mencionados en “Diagnóstico del Sector Forestal Paraguayo”, 1995.
2 3,4 millones de hectáreas x 150m3 de madera /hectárea.
3 12,3 m3 / hectárea (estimación del promedio de productividad de especies comercializables de los bosques de la región Oriental, Larrobla 1994 mencionado en “Diagnóstico del Sector Forestal Paraguayo”, 1995 ) x 3,4 millones de hectáreas.

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