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Elección del mejor sistema silvicultural

T. J. Synnott y R. H Kemp

T.J. SYNNOTT y R.H. KEMP, Dependencia de Silvicultura Tropical, Instituto Forestal de la Commonwealth, Oxford. El Sr. Kemp es el Jefe de la Dependencia.

Una característica fundamental de los ecosistemas de los bosques tropicales húmedos es la de su complejidad y, mientras que éste es un problema fundamental, para el ordenador, es un elemento de máximo valor para el sistema mismo, en lo que se refiere tanto a los riesgos del ambiente como al de los cambios en la demanda. La necesidad de simplificar y refinar el sistema hacia la producción de madera tiene, por lo tanto, que ser orientado en contra del deseo de mantener tal riqueza de variabilidad, que puede requerirse para la adaptación de cambios futuros. Puede ser necesario, sin embargo, y es seguramente posible, para estos dos procesos ampliamente incompatibles, llevarlo adelante por separado, en lugares diferentes del bosque.

Regeneración natural

En la mayoría de las áreas de bosques tropicales húmedos se ha dependido fundamentalmente de la regeneración natural, con el fin de obtener futuras cosechas. Los métodos silviculturales han tenido por objetivo aumentar la cantidad y el crecimiento de plántalas de especies valiosas, pero las técnicas seguidas para estimular la regeneración de determinadas especies, generalmente, no han dado buenos resultados. En la práctica, se ha demostrado solamente que era posible aumentar directamente la cantidad de plántalas de valor si las operaciones silviculturales pueden hacerse coincidir con una abundante caída de semillas de las especies importantes. Se ha tenido más éxito con operaciones que tienden a aumentar la supervivencia y a veces el ritmo de crecimiento de los árboles jóvenes de especies valiosas existentes, reduciendo la competencia producida por otros indeseables. Algunas técnicas mejoran la proporción de especies valiosas en un rodal, eliminando especies indeseables, sin que ello signifique necesariamente aumentar su ritmo de crecimiento o el número de plántalas.

Sistemas uniformes

En el pasado, los sistemas uniformes (especialmente los definidos como sistemas de talas progresivas) tenían por finalidad obtener una abundante regeneración de especies valiosas manipulando cuidadosamente la cubierta de copas. Sin embargo, a menudo se ha puesto en evidencia la dificultad de organizar sistemas complicados, así como el no poder depender de ellos o ser innecesarios. En la práctica corriente, los sistemas uniformes tienden a asegurar la supervivencia y el crecimiento de una cantidad adecuada de la regeneración existente. Una característica fundamental de estos sistemas es que la selección se aplica contra las especies no deseadas sobre toda la superficie de regeneración, independientemente de la presencia local de ejemplares de valor. Si existen pocas especies deseables, los sistemas uniformes pueden fallar. Sin embargo, la destrucción intensa de una gran parte del rodal y de la cubierta de copas, causada por sistemas uniformes más intensivos, produce generalmente una abundante regeneración relativa de plántalas de cierta exigencia de luz, o sea de especies colonizadoras. Si estas especies producen madera útil, complementando las especies valiosas existentes (v. gr., ciertos Dipterocarpus en Malasia), o si posteriormente se desarrolla un mercado para ellos (v. gr., Mansonia y Triplochiton en Ghana, Maesopsis y Funtumia en Uganda), los sistemas pueden posteriormente considerarse oportunos.

Dawkins (1959) ha puesto de relieve que la producción de madera en la mayor parte de los bosques tropicales húmedos tiende a declinar cuando son sometidos a un sistema policíclico (incluyendo los sistemas uniformes selectivos o estratificados) debido a grandes daños causados a la joven generación por la tala de árboles con grandes copas, o de los árboles mas altos de la capa de vuelo, y a la incapacidad de la mayoría de los árboles maderables deseados de crecer vigorosamente cuando quedan a la sombra de árboles mas viejos y más grandes. Además, en la mayor parte de las áreas de bosques tropicales húmedos, no se ha tenido éxito con métodos que tienden a abrir sólo parcialmente la capa de vuelo con la esperanza de inducir o aumentar la regeneración de las especies mas valiosas al nivel deseado.

Por esos motivos y debido a la facilidad relativa de administración y control de los sistemas uniformes, los sistemas policíclicos no han sido ampliamente practicados. En algunos casos en que se practican estos sistemas, como en los bosques de Mora de Trinidad (Bell, 1971), en las Filipinas, en Queensland, o quizás en Malasia, la regeneración natural de especies valiosas existe abundantemente y con una distribución de tamaños más uniformes que en la mayoría de los bosques tropicales húmedos de otros países. La densidad de masa de plántalas valiosas en muchos casos se reduce en vez de aumentar, a causa de las operaciones de cosecha y mejoramiento, pero puede quedar en cantidades adecuadas.

El Método de Selección de Ghana (llamado sistema selectivo por Nwoboshi, 1976) incluye operaciones culturales destinadas a aumentar la tasa de crecimiento y la supervivencia de ejemplares jóvenes de especies valiosas de mas de 10 cm de diámetro, ya existentes en el momento de la cosecha. Britwum (1976) indica que la alteración de la cubierta de vuelo provoca algo mas de regeneración. La abundancia y la composición de las especies de plantarlas regeneradas no pueden ser controladas con exactitud, si bien pueden preverse dentro de ciertos limites amplios y generales. El ritmo de crecimiento y la densidad de masa tienden a ser menores después de una ligera alteración de la cubierta de vuelo que después de operaciones más drásticas que tienen lugar en los sistemas uniformes, si bien la regeneración en ambos casos tiende a incluir una mayoría de especies que no toleran la sombra.

Regeneración artificial

La mayoría de los países tropicales han utilizado plantas producidas en viveros para mejorar la composición especifica o la productividad de bosques naturales, desarrollando a menudo muchos sistemas practicados por muchos años y sobre grandes extensiones. Los principios generales y las experiencias locales fueron resumidas en documentos de la FAO (1970, 1974), Lamb (1969), King (1968), Nwoboshi (1976), Moore (1976), y otros autores, incluyendo «principios y consejos técnicos» que debían seguirse para tener éxito con plantaciones en hileras. Se han descrito muchos métodos típicos y se conocen muchos ejemplos intermedios, que difieren fundamentalmente en la densidad de plantación y en el grado en que deben ser retenidas hasta el momento de la cosecha los árboles jóvenes de valor, o la regeneración posterior. Estos métodos pueden ser agrupados aproximadamente, como sigue:

I. Plantaciones de enriquecimiento en claros, cuando los arboles se plantan solamente en los puntos donde no hay árboles jóvenes de valor, de manera que la futura cosecha incluirá los árboles jóvenes valiosos que no fueron cortados y el crecimiento posterior de especies de valor, complementados hasta un cierto punto por los árboles plantados.

II. Plantación en hilera o en grupos, cuando los árboles se plantan en líneas aclaradas o en grupos, a distancias más o menos regulares, sobre un cuadro de distribución trazado para un bosque parcialmente aclarado. La intensidad de la plantación puede variar desde un pequeño enriquecimiento, que complemente la regeneración natural, hasta una densidad de masa suficiente para lograr una producción final completa, llegando a ser una verdadera plantación de conversión. En la práctica, una parte de la regeneración natural es mantenida generalmente en un rodal en desarrollo.

III. Plantación cerrada, cuando se plantan suficientes árboles que aseguren, por lo menos, la cantidad prevista para la corta final, sin ninguna participación de la regeneración natural. Pueden plantarse menos espaciados para compensar pérdidas, selección y aclareos. El bosque preexistente y su regeneración pueden ser bien aclarados progresivamente para dar espacio a los árboles plantados, o completamente aclarados antes de la plantación.

Los problemas del aclareo del bosque por enriquecimiento o conversión han dado por resultado la creación de muchos sistemas que implican arboricidas, la producción de carbón vegetal, el uso de niveladoras y prácticas agrosilviculturales. Los varios sistemas y las técnicas de campo para establecer la producción tienen diferentes ventajas y desventajas con significado diverso en diferentes regiones, conforme a condiciones tales como la disponibilidad y capacitación de la mano de obra, la adaptabilidad del suelo y de la tierra para los equipos mecánicos, la exigencia del mercado para la producción, la demanda competitiva de la tierra, y otros.

Si bien la predicción de la demanda del mercado y de las oportunidades para la producción final pueden ser inseguras en el momento de la regeneración de tal cultivo, un objetivo, u objetivos, deben establecerse, así como definirse claramente las prioridades entre ellos. Esta inseguridad se ve favorecida cuando existe flexibilidad en la ordenación, que permite acomodar cambios en la demanda, y esta consideración puede a su vez influenciar la elección del método de regeneración. Cuanto mas preciso es el método diseñado para satisfacer los requisitos de un mercado particular, tanto menores son las opciones abiertas para posibles cambios en los objetivos de la ordenación, más adelante en la rotación.

Un gran defecto en la mayor parte de los sistemas de regeneración natural es la incapacidad de predecir exactamente los niveles de producción, sea para determinadas especies o clases de madera, sea para toda la producción comercial de la madera. Sin embargo, la variabilidad natural del bosque puede ayudar ofreciendo una flexibilidad que permita adaptarse a los cambios del mercado.

Producción de madera: volumen máximo

Puede predecirse con seguridad una continua y creciente demanda mundial de madera y la mayoría de los países tropicales, cuya población y niveles de vida incrementan rápidamente, pueden prever que la demanda local de toda clase de productos de madera aumentará. Un objetivo principal puede, por lo tanto, ser el de llegar a una producción máxima de maderas útiles procedentes de áreas limitadas de bosques. En Nigeria, por ejemplo, se ha calculado que, a fin de satisfacer las futuras necesidades de madera del país, será necesario pasar a producciones intensivas y en el curso de 50 años, la totalidad del dominio de bosques desarrollados de 1,5 millón de ha. En estas circunstancias y de acuerdo con los conocimientos actuales, la aplicación de un sistema de regeneración natural no es suficientemente productivo (Lowe, 1976a). Es por lo tanto necesario intervenir al máximo, por medio de enriquecimiento, conversiones y hasta plantaciones. La producción en volumen en bosques tropicales húmedos de especies mixtas, que se regeneran naturalmente, es frecuentemente del orden de 2 m3/ha/ año, mientras que plantaciones de especies de crecimiento rápido pueden fácilmente conseguir un crecimiento 10 veces mayor. Aumentos considerables pueden obtenerse en la producción final con plantaciones lineales, con una densidad muy poco superior a la que se espera para el final de su ciclo en bosques parcialmente aclarados (v. gr., Aucoumea en el Gabón). Plantaciones densas, después de una limpieza total del bosque, pueden producir ingresos anticipados valiosos con los aclareos, que pueden duplicar el rendimiento total, si se comparan con plantaciones llevadas a madurez a los espaciamientos finales, sin aclareos. Se pueden obtener tasas mayores de producción en plantaciones mediante control, que puede practicarse en la selección de las especies, proveniencias y árboles individuales, y la producción de material mejorado por cruzas.

DESARROLLO DE TIERRAS ALTAS EN INDONESIA en caso de duda, elíjase el sistema natural

Hasta ahora, la mayor parte de las maderas tropicales latifoliadas de valor han sido extraídas de bosques regenerados naturalmente, y es de presumir que así sea para lo que queda del siglo actual. En muchas áreas no ha sido posible aumentar, ni siquiera mantener, la densidad de masas de las especies comerciales corrientes y, si su demanda continúa, es posible que éstas aumentarán en valor a medida que disminuya su disponibilidad. Los países que tienen bosques tropicales húmedos con valiosas latifoliadas pueden, por lo tanto, sacar gran provecho de los futuros mercados de madera, siempre que puedan lograr su regeneración. Si bien algunas de las más importantes especies, como la teca, se obtienen y se ordenan fácilmente en plantaciones, no sucede con muchas otras, bien sea por los peligros de daños causados por insectos en poblaciones concentradas, o por motivos tales como un crecimiento inicial bajo, una vida muy corta de las semillas, riesgos de exposición, y otros inconvenientes durante las fases del vivero o plantación, así como por otras razones. Al mismo tiempo, hay a menudo dificultades en obtener la regeneración natural de estas valiosas especies con suficiente seguridad. Sin embargo, la cantidad de plántalas de valor, antes y después de la extracción en un bosque, puede ser fácilmente determinada y, si la cantidad es adecuada para asegurar una corta final (como la cantidad de alrededor de 100 árboles por ha), el caso es típico para que se conserve la regeneración natural, aun cuando sean inciertas la probable razón de crecimiento y las posibles maneras de favorecer el rendimiento.

Otros tipos especiales de maderas, como las de fibra larga para uso industrial, pueden requerir un mayor grado de intervención en el bosque, para asegurar una adecuada cantidad de material relativamente uniforme, a una determinada edad, con un mayor control sobre la tasa de crecimiento y el rendimiento final. En tal caso, el convertir el bosque en plantaciones ordenadas está claramente indicado.

Conservación de suelos y aguas

La influencia de la vegetación forestal en los trópicos húmedos sobre los recursos de suelos y aguas pueden variar mucho con la estructura del bosque y con el grado de alteración producido durante la extracción y la regeneración. Por este motivo, el método de regeneración debe tener en cuenta la necesidad de proteger la estabilidad del sistema en áreas donde las alteraciones pueden provocar una acelerada erosión del suelo, cambios desfavorables en las corrientes de agua o en la pérdida de la fertilidad del suelo. Los mayores peligros residen en la pérdida de la capa arable del suelo, en la sedimentación de las corrientes, canales y estanques de agua, en la mayor magnitud de las inundaciones, en la reducción de la disponibilidad de agua durante sus bajas y en la pérdida de elementos nutritivos del suelo producidos por una lixiviación acelerada y por la alteración cíclica de los elementos nutritivos del suelo. Si bien, se ha realizado muy poco trabajo experimental para medir estos cambios, hay suficiente evidencia de que los efectos del aclareo forestal pueden ser seriamente destructivos para los recursos hídricos de un país (v. gr., Daniel y Kulasingam, 1975).

Las extracciones alteran inevitablemente la estructura forestal y conducen a serios desórdenes locales del suelo, si bien el cuidadoso emplazamiento de caminos y senderos puede reducir el daño (Gilmour, 1971). El grado de erosión del suelo y de reducción de la infiltración del agua depende no solamente de la pendiente, de la estructura del suelo, de la profundidad del suelo y de la intensidad de las lluvias, sino también del tamaño de la zona afectada y del tiempo que se tarda para restablecer una cubierta vegetal. El desmonte total, para establecer plantaciones, produce la exposición máxima, por lo menos temporalmente, tanto al sol como a la lluvia, y puede también ocasionar incendios y compactación del suelo. Si bien las plantaciones pueden más tarde recuperar una gran parte de la estabilidad del bosque higrofítico original con respecto a los ciclos nutritivos, el tipo de cubierta de vuelo forestal puede ser muy diferente, especialmente si es para una producción de latifoliadas y de una sola especie. Siempre que los recursos de suelos y aguas sean vulnerables a los cambios de la estructura forestal, puede preferirse la retención de una efectiva cubierta siempreverde aprovechándose la regeneración natural o los métodos de enriquecimiento. Si el objetivo principal es retener una eficiente cubierta forestal en la mayor parte de las áreas de bosques tropicales húmedos, esto puede obtenerse más simplemente con regeneración natural, sin que ésta sea ayudada.

Conservación de los recursos genéticos

Toda operación destinada a explotar y regenerar el bosque tendrá alguna repercusión en los recursos genéticos, tanto de la flora como de la fauna. Las especies forestales que representan los principales componentes de un bosque de clímax no se regeneran en forma satisfactoria después de las extracciones y no son rápidamente cultivables, por lo que se sabe actualmente, estando evidentemente expuestas al peligro de reducirse, o aun de extinguirse, según sean el grado y la amplitud de la interferencia. El conocimiento actual y fragmentario de la ecología y la genética de las especies latifoliadas tropicales en los bosques tropicales húmedos pone en evidencia la interdependencia de la flora y la fauna, y la necesidad de conservar muestras representativas de los principales tipos forestales, tales como las «estrictas reservas naturales» o «reservas de selva virgen». No se conoce cual es el tamaño mínimo efectivo de tales áreas para funcionar como bancos genéticos para una conservación a largo plazo, y los objetivos prácticos del desarrollo pueden imponer una severa restricción sobre tales reservas, o aun suprimirlas, a menos que queden protegidas por bosques ordenados a su alrededor. En zonas con tales condiciones de protección, un sistema de regeneración natural, posiblemente reforzado con cierto enriquecimiento, tendría seguramente grandes ventajas para hacer más efectiva la reserva central y, al mismo tiempo, extender el área de protección a muchas de las especies. Recíprocamente, los sistemas más intensivos, como plantaciones de conversión y agrosilviculturales, reducen mucho la diversidad genética, quizás favoreciendo las especies exóticas.

Otros servicios principales para la sociedad, que pueden ser influenciados por la determinación del método de regeneración, son la provisión de facilidades recreativas y protección del ambiente humano, especialmente con respecto a los riesgos de la salud.

Grado de ocupación

Siempre que el objetivo social importante sea el de proporcionar trabajo en zonas rurales, las técnicas seguidas para la regeneración pueden ser elegidas entre las que requieran mucha mano de obra. Los sistemas mas extensivos, tales como la regeneración natural o el enriquecimiento, que representan una menor interferencia con el bosque, pueden ser más fácilmente adaptados en este sentido que los sistemas intensivos, en los cuales puede haber ventajas operacionales en el uso de equipos mecánicos para los aclareos, las plantaciones y la eliminación de maleza. Sin embargo, en los lugares donde se dispone de una adecuada fuerza de trabajo para estas operaciones intensivas, que deben llevarse a cabo de acuerdo con un programa de tiempo determinado, el empleo del trabajo manual puede reducir los peligros de repercusiones ambientales negativas, tales como alteraciones innecesarias del suelo o su compactación, que pueden estar asociadas con el uso de equipo mecánico. Si el objetivo es proporcionar trabajo continuo a una comunidad establecida, entonces pueden preferirse los sistemas más intensivos, como las plantaciones de conversión y agrosilviculturales, puesto que éstos proveen una mayor concentración de actividades y mayores posibilidades de empleo en tareas tales como aclareos y cuidados culturales, en fases intermedias antes de la extracción final.

Alimentación

La experiencia de Nigeria ilustra el grado en el que la regeneración del bosque por agrosilvicultura puede también contribuir a la producción de alimentos; en este país se aclarean 10 000 ha por año, combinando cosechas arables con el establecimiento de plantaciones de árboles, produciendo productos alimenticios por un valor de más de 5 millones de dólares (Lowe, 1976b). En muchas zonas de bosques tropicales húmedos, los suelos son vulnerables al lavado y a la erosión y no tienen la capacidad de sostener regularmente una agricultura arable sin la intervención de períodos de barbecho forestales. La combinación de la agricultura arable con la producción maderera ofrece objetivos significativos para las comunidades rurales permanentes y resulta más provechosa que tomadas separadamente.

Beneficios recreativos y de ambiente

En la actualidad, éstos son objetivos menores en la mayor parte de las áreas de bosques tropicales húmedos y no parece que influenciarán mucho a la selección de los sistemas de regeneración. La facilidad de acceso, la apariencia estética y la influencia del bosque en la vida silvestre varían en las diferentes fases de la vida de una producción, y su valor cambia según la apreciación individual humana. En algunos casos, la forma en que el tipo de bosque desarrollado puede afectar a la población de parásitos, o de vectores de enfermedades, puede resultar un elemento importante a considerar.

CARGA DE TROZAS EN UN BOSQUES SUDAMERICANO detrás de todo esta hay un organismo legislativo

Sin embargo, esto puede tratarse más apropiadamente como una limitación en el uso del bosque que como un objetivo.

Limitaciones sobre la ordenación

La elección de los métodos de regeneración tiene una influencia importante no solo sobre el tipo de bosque obtenido y su productividad, sino también sobre la forma en que se utilizan, para conseguir los objetivos, los recursos nacionales de la tierra, la vegetación forestal, las personas y las finanzas. Cuando los recursos son muy limitados, puede existir una fuerte presión social y política para que se utilicen de modo que sean evidentemente rentables a corto plazo; plazos cortos, es decir, si se comparan con un período de rotación para madera de construcción. Esta presión tiene un electo importante, y a veces decisivo, sobre la elección del método de regeneración.

Cuanto mayor es la superficie de tierra disponible para la producción forestal, tanto menor es la presión para el uso intensivo de la misma. Sin embargo, cuando el mercado exige un alto rendimiento de madera en áreas limitadas, o cuando otras formas de uso de la tierra compiten fuertemente con la tierra forestal, los sistemas de regeneración natural resultan desventajosos con respecto a los intensivos, especialmente con las plantaciones de conversión y agrosilviculturales. La competencia puede surgir de la agricultura nómada, cuando los agricultores quieren trasladarse de suelos ya degradados por el uso agrícola, a suelos conservados fértiles por el bosque. Si bien la regeneración natural del bosque puede a largo plazo producir beneficios máximos de recursos limitados, la elección de plantaciones de conversión o agrosilviculturales puede entonces ser la única manera de resistir las presiones que llevarían a eliminar las reservas de estas tierras. Con el crecimiento rápido de las poblaciones humanas, este factor tiende a ejercer una influencia creciente sobre la elección de los métodos de regeneración.

Capacidad de la tierra

El aclareo de los bosques para la agricultura ha tenido un importante efecto sobre la presencia y la estructura de los bosques tropicales húmedos en todos los trópicos y por un largo periodo de tiempo. Los suelos más fértiles, capaces de producir cosechas arables continuas, se convirtieron en la base del asentamiento de comunidades y, en general, han sido los suelos más pobres los que se han dejado más tiempo como bosque, puesto que no han permitido el desarrollo de un sistema agrícola estable (Van Baren, 1974; Fraser, 1976). El bajo nivel de población humana en tales áreas conduce a un bajo nivel de la presión sobre la tierra para usos diversos de los forestales y también a una disponibilidad limitada de mano de obra para todo tipo de operaciones intensivas. En estas circunstancias, los sistemas de regeneración natural, que tienden a conservar una parte importante de la complejidad forestal original, con una mínima alteración en comparación con otros sistemas, es menos probable que desequilibren el balance del ciclo nutritivo. Si se acepta un bajo nivel de productividad debido a las limitaciones del suelo y del clima, puede ser ventajoso aplicar un sistema que requiera solamente pocos recursos financieros y mano de obra.

Capacidad forestal

La baja productividad en muchas áreas de bosques tropicales húmedos se debe no sólo a la baja capacidad del sitio, sino también al hecho que hay presentes pocas especies valiosas, que su regeneración no es suficiente, y que su ritmo de crecimiento es comparativamente bajo. En estas circunstancias, es sin dada conveniente la introducción de un mayor número de especies valiosas, posiblemente con un crecimiento más rápido, siempre que el previsto aumento de valor de tal producción absorba el costo de su establecimiento al final de la rotación (probablemente con alguna contribución mediante cosechas intermedias). El empleo de métodos selectivos y de cruzamiento puede ofrecer posibilidades adicionales para aumentar la productividad del bosque en las rotaciones sucesivas. Por el contrario, son muy limitadas las posibilidades de aumentar la productividad empleando solamente la regeneración natural. Un factor relacionado que puede ser tomado en cuenta es el efecto de la vegetación competitiva, como las trepadoras. Estas pueden suprimir o afectar a la regeneración de las especies valiosas en una regeneración natural, o en métodos de enriquecimiento, y en plantaciones más intensivas. Si bien el costo del deshierbe y del control de las trepadoras puede ser más facilmente absorbido por cosechas de plantaciones más intensivas, que tienen un mayor valor por unidad de superficie, el gran crecimiento de una vegetación de especies herbáceas en plantaciones densas y uniformes de conversión ha sido un serio problema (FAO, 1976).

Recursos financieros

En muchos países en desarrollo la falta de capital para invertir en proyectos a largo plazo, como es la producción de madera para construcción, donde los beneficios financieros son relativamente bajos y postergados en el tiempo, es un elemento más serio sobre la elección del método de regeneración que la disponibilidad de la tierra. La regeneración natural es relativamente económica y una inversión comparable puede ser distribuida sobre un área más amplia, manteniendo quizás una propiedad forestal más grande, con la seguridad de una continua producción de madera, aun si son inciertas las tasas de crecimiento y los valores futuros del mercado. Si especies arbóreas indeseables pueden eliminarse económicamente para la producción de carbón vegetal, puede ser tan bajo el costo de enriquecimiento y de deshierbe selectivo que puede asegurarse una cosecha más factible, de mayor valor, con una productividad económica comparable favorablemente con la de los métodos más intensivos, como las plantaciones de conversión, a pesar de los mayores rendimientos que estas últimas pueden proporcionar. Sin embargo, si el bosque debe ser empleado como punto de partida para el desarrollo de industrias madereras en la zona, puede ser necesario un mayor grado de factibilidad en cuanto a calidad y rendimiento, y una mayor intensidad de producción por unidad de superficie. En tal caso, puede ser posible la conversión del bosque en plantaciones densas, de gran producción, empleando, quizás, el capital privado de las compañías interesadas en la inversión inicial.

El costo inicial, por su efecto sobre los valores descontados de la cosecha final, es un elemento importante que influye en la elección del método de regeneración y está influenciado a su vez, por el bajo valor actual de la mayoría de las maderas en el bosque tropical húmedo. Sin embargo, hay una gran diferencia de precio entre las latifoliadas más valiosas de los bosques y la producción de plantaciones de rápido crecimiento que pueden reemplazarlas. En algunos casos, por ejemplo en Queensland, Australia y en Trinidad, estas diferencias en valor pueden ser compensadas por rotaciones más largas y menores rendimientos por unidad de superficie. Un precio de mercado ligeramente superior para las especies comerciales actuales y la aceptación por parte del mercado internacional de algunas de las especies no comerciales en el momento pueden mejorar el atractivo financiero de la regeneración natural y de los métodos de enriquecimiento, en comparación con plantaciones intensivas de especies de rápido crecimiento con menores valores unitarios.

La agrosilvicultura, como señaló Lowe (1976b), ayuda no solamente a amortizar los costos para el establecimiento y el cultivo arbóreo, sino también a obtener una rentabilidad financiera mayor que la de la agricultura arable o la de la producción forestal, tomadas aisladamente. Sin embargo, también indica los problemas que surgen de aplicar dicho sistema y los peligros si no existe un control adecuado sobre el sistema empleado.

Recursos humanos y técnicos

Todo método de regeneración en bosques tropicales húmedos presenta problemas técnicos y operacionales relacionados con la complejidad de los ecosistemas, con muchas especies y diferencias de sitio sobre pequeñas áreas, dificultades de acceso y de movimiento en el bosque y la gran extensión de superficies que tienen que ser tratadas frecuentemente. En muchos países en desarrollo hay una gran escasez de personal calificado, y a veces de mano de obra disponible, para trabajos en condiciones forestales relativamente lejanas y a menudo incómodas. Los sistemas de regeneración más extensivos ofrecen el mayor problema de asegurar un control y supervisión adecuados, si es que requieren también bastante atención en la distribución, composición y estado de la regeneración, bien sea en árboles jóvenes individuales o en grupos. Las dificultades administrativas son mayores si deben hacerse inspecciones frecuentes en cada área del bosque para una serie de operaciones relativamente menores, como en el Sistema tropical de cortas progresivas originariamente efectuado en Nigeria.

Los sistemas más intensivos evitan algunos de los problemas pero crean otros, si implican repetidas operaciones culturales y tienden a posteriores aclareos, podas y protección contra plagas, fuegos y otros daños. Cuanto más intensivo es el sistema y más elevada la inversión inicial, tanto mayores son las pérdidas potenciales debidas a fallas en el control y en la supervisión. Sin embargo, hay en general una mejor comprensión de las técnicas seguidas en la ordenación de bosques regenerados artificialmente, especialmente rodales plantados densamente, que en las de la ordenación de bosques tropicales húmedos regenerados naturalmente. Partiendo del supuesto que la investigación continua puede ampliar nuestros conocimientos y comprensión sobre la dinámica del sistema natural, y que los programas educativos y de capacitación proporcionarán más personal calificado para las futuras necesidades de ordenación, puede ser preferible concentrar los recursos disponibles en la actualidad en la regeneración intensiva sobre una superficie relativamente limitada de bosques siempre que no aumente el peligro de que otras zonas dejen de ser reservas forestales por una aparente falta de administración.

Siempre que haya alguna duda con respecto a la elección entre la regeneración natural y métodos mas intensivos, deberá tenerse entonces en cuenta la mayor fortaleza y seguridad a largo plazo del sistema natural, y el beneficio de la duda debe favorecer la conservación del bosque natural mediante este método hasta que se puedan demostrar mejor los méritos de otras formas de ordenación.


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