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La silvicultura en Ghana

Entrevista con John François

Durante la última reunión del Comité de la FAO de Desarrollo Forestal en los Trópicos, celebrada en Roma en noviembre de 1976, John François, Conservador Jefe de Bosques de Ghana y Presidente del Comité, en una entrevista por radio se refirió en general a la situación forestal de su país. Sus palabras pueden aplicarse a los bosques tropicales de todo el mundo. Entrevistó al Sr. François Robert O. Miller, Jefe de la Sección de Radiodifusión, Dirección de Información, FAO, para Radio Ghana.

MILLER: Sr. François ¿cuál es la situación de los bosques en Ghana hoy día?

FRANÇOIS: Los bosques ocupan un lugar muy prominente e importante en la economía de Ghana en su conjunto, porque sus productos ocupan el segundo lugar, después del cacao, entre nuestras principales fuentes de divisas. Los bosques como fuente de divisas preceden al oro y a los demás minerales. Se reconoce cada vez más que juegan el importante papel de dar ciertos beneficios que mejoran la agricultura. Además, proporcionan empleo y adiestramiento en oficios para la utilización de un recurso que tenemos a mano. Así es que son muy importantes para nuestra economía nacional.

MILLER: ¿Qué problema forestal tropical se le plantea a Ghana?

FRANÇOIS: Uno de los rasgos salientes de los bosques del trópico es fundamentalmente la multiplicidad de sus especies y su heterogeneidad. Los bosques tropicales se componen de muchas especies, de dimensiones, propiedades técnicas, densidades, colores, extractivos y propiedades muy diversas, y es muy grande también la variabilidad de sus posibilidades de regeneración. En Ghana, como en otros países tropicales, las mejores especies no son necesariamente las más fáciles de reproducir. Esta situación crea inmediatamente problemas a cualquier forestal; pero independientemente de esto, en algunas zonas hay cientos de especies diferentes en 1 ha y sólo unas pocas tienen demanda en el mercado o aplicaciones conocidas.

MILLER: Entonces ¿sería mejor tener sencillamente bosques compuestos de unas pocas especies comerciales?

FRANÇOIS: Si todos los bosques se compusieran de un número menor de especies y éstas fueran comerciales, se simplificaría el problema; pero el que se pueda afirmar simplemente y en forma categórica que la solución es sencilla y basta simplificar los bosques en cuanto a las especies de que se componen es un poco discutible, me parece, porque no conocemos a fondo toda la dinámica y las interacciones que tienen lugar en los bosques, y éste es un campo que hay que estudiar continuamente. Digo esto porque en algunos lugares hemos procedido a hacer plantaciones con especies cuyas aplicaciones conocemos con fines industriales específicos, pero, considerando la ecología del lugar en su conjunto, no estoy seguro de que, si transformamos toda la superficie boscosa de Ghana de esta manera, haremos justicia con respecto a otros posibles beneficios que los bosques pueden dar tal como son, y éste es sólo un aspecto.

MILLER: Supongo que también los bosques, tal como son, con su múltiple variedad, pueden utilizarse para fines de recreo e igualmente para ayudar a la agricultura, como acaba de señalar.

FRANÇOIS: Sí, creo que sería conveniente, porque se están produciendo cambios en todas partes: de actitudes, uso, presión sobre la tierra, etc. y creo sería conveniente dejar en estado natural algunas extensiones boscosas; pero, al respecto, no he mencionado los animales que también tienen relación con esto, porque hay muchos que usan diferentes nichos en los bosques, para diferentes fines. Cortando algunos bosques naturales para hacer plantaciones de especies exóticas, se cambia el hábitat y los animales tienen que adaptarse a lo que se ha introducido - si es posible - o, por el contrario, perecen. De este modo, también hay que tener cuidado con el equilibrio entre las comunidades vegetal y animal. Hoy es posible, gracias al perfeccionamiento industrial, etc., utilizar un mayor número de las especies existentes. Si se pueden utilizar más especies de estos bosques sin destruirlos ni transformarlos, su valor económico puede satisfacer las exigencias de los inversionistas sin dejar de mantener la estructura y forma de los bosques, que son necesarias para las comunidades vegetales y animales que dependen del bosque.

MILLER: ¿Tiene el Gobierno de Ghana programas de educación, a falta de un término mejor?

FRANÇOIS: Sí, hemos lanzado campañas de educación pública y vamos a aumentar este tipo de actividad, porque reconocemos que es uno de nuestros puntos más débiles. Históricamente tuvimos la tendencia a imponer la ley: «No se debe hacer esto, no se debe hacer aquello». Creo que es mucho mejor lograr que la población se dé cuenta de que la buena ordenación del bosque beneficia sus propios intereses, favoreciendo la aplicación de la ley; pero no hemos utilizado esto suficientemente, no hemos logrado despertar la conciencia de lo que todo esto puede significar para la población en el futuro, y creo que éste es un asunto que tenemos que impulsar con más vigor que hasta ahora.

MILLER: Pero, hasta ahora ¿cuál ha sido la reacción de las personas que están comenzando a comprender qué es lo que ustedes están tratando de hacer?

FRANÇOIS: Las personas que viven en los bosques de los que obtienen pequeños beneficios lo aprecian más que los que podríamos denominar financiadores o industriales, que desean obtener el máximo de utilidades de su dinero o la tasa más alta de rendimiento de su inversión. Creo que comprenden esto, pero no miran hacia el futuro suficientemente; se preocupan más del rendimiento total, de las inversiones a corto que a largo plazo, y de su repercusión sobre los terrenos forestales de la comunidad.

MILLER: Y en cuanto a la población urbana, ¿está comenzando a apreciar los bosques de Ghana?

FRANÇOIS: La población urbana los aprecia de un modo muy indirecto, en su mayor parte por los productos que llegan, las cosas que compran y la leña que llega a las áreas urbanas; pero no tienen una idea muy clara de lo que realmente pasa en los bosques. Cuando, por ejemplo, estas cosas comienzan a escasear, entonces se dan cuenta. Hace poco, los precios de los productos madereros subieron con mucha rapidez y la preocupación que se despertó nos dio la oportunidad de ampliar algo más las relaciones públicas y la educación pública. Cuando suceden tales cosas, cuando se está en aprietos, la gente se da más cuenta de la importancia y utilidad de los bosques.

MILLER: ¿Cómo ve el futuro de los bosques de Ghana y del Africa en general?

FRANÇOIS: Yo creo que el papel de los bosques adquirirá mayor importancia, porque están aumentando las necesidades y las exigencias humanas. Aunque la población no lo reconozca, ya que tiende a dar las cosas por descontadas, dependemos muchísimo de los productos madereros, en forma directa. En muchas de nuestras comunidades hay además productos que se obtienen gratis como, por ejemplo, hongos, caracoles, carne de aves y de animales salvajes y muchas otras cosas que se utilizan en las áreas rurales, como cañas para tejer canastos, etc. Hay toda clase de hierbas, algunas de las cuales tienen propiedades medicinales, etc., de manera que el bosque está íntimamente relacionado con la vida de la población rural. Por tal razón, desearía que se haga una distinción entre celulosa para producción industrial, por una parte, y productos que pueden tener una repercusión directa sobre la vida de la población, por otra. Hay muchos ejemplos; en algunas partes se trata de miel y en otras de leña. Preveo que la población apreciará esto cada vez más, pero también reconozco el problema de tener que competir con otros usuarios de la tierra, principalmente con los productores de alimentos. Estos problemas hay que estudiarlos a la luz de las circunstancias de cada país.

MILLER: Muchas gracias.


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