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Discurso inaugural: Una vida mejor o la mera subsistencia

Bruce J. Zobel

BRUCE J. ZOBEL, Profesor Distinguido E.F. Conger de Ciencias Forestales en la Universidad del Estado de Carolina del Norte Estados Unidos.

Beneficios del cultivo de los árboles

Casi a diario se nos recuerda la posible crisis a la que quizás tengamos que hacer frente como resultado del crecimiento de la población mundial y del aumento general del nivel de vida. Nuestra inquietud se centra casi siempre en las limitaciones de las provisiones alimentarias, problema bien conocido y muy crítico. La suficiencia de alimento, por otro lado, no garantiza una existencia satisfactoria. Los productos forestales constituyen un elemento clave para una vida mejor en comparación a la mera subsistencia.

Los dos recursos más importantes del mundo son el hombre y la tierra; del trato que se dé a la tierra dependerá el destino de la raza humana. Una gran parte de nuestro planeta está revestida de varios tipos de bosques; teniendo esto en cuenta, mucha de la responsabilidad de si vivimos plenamente o de si simplemente subsistimos está en manos de los arboricultores, cuyo trabajo es cuidar los terrenos forestales. Tenemos en nuestras manos un recurso inagotable y renovable que la naturaleza nos proporciona. Nosotros, los forestales, somos conscientes de nuestra responsabilidad para utilizarlo con sabiduría con el fin de obtener el máximo provecho para la humanidad, pero asegurándonos de que el recurso forestal mejore continuamente y de que no se agote o se destruya.

Una de las características de una sociedad en desarrollo es la creciente utilización de productos de fibra, entre los cuales destaca la madera en sus muchas variedades. Es un hecho seguro el que aumentará la demanda de los terrenos forestales del mundo, mientras que el área disponible para su cultivo disminuirá. La pregunta con que nos enfrentamos no es la de si debemos utilizar el recurso forestal, sino la de cómo utilizarlo con sabiduría para que, a la larga, el hombre obtenga cl máximo provecho. Si fallamos nosotros en esta labor, nuestros descendientes no solamente se verán privados de la oportunidad de una «mejor existencia», y tendrán que llevar una vida de mera subsistencia, sino que, además, existen dudas de que puedan sobrevivir.

Existen muchos desafíos que los responsables de los terrenos forestales tienen que afrontar; dos de los más importantes son:

Primero: el recurso forestal es finito y los arboricultores deben utilizar lo que hay disponible de una forma completa y eficaz, manteniéndolo al mismo tiempo en estaco renovable. El mal uso que actualmente se hace de la madera utilizable y el no aprovechar el recurso forestal renovable, privando de su empleo a la sociedad, carece de excusas y es un pecado hacia la humanidad. La utilización de los bosques puede variar desde productos de la madera hasta la producción química y energética, a la recreación y a la ordenación de cuencas hidrográficas; ninguno de los usos es tan importante que relegue los otros a posiciones inferiores. Debido a la naturaleza renovable del recurso forestal, se tendrán los mismos productos y servicios después de haberlos utilizado en el mismo estado en que antes se encontraban, si se practica una adecuada ordenación.

Segundo: el utilizar el recurso forestal debidamente no implica mantenerlo en el mismo estado en cl que se encontraba antes de ocuparse de él. Los «objetivos»de la naturaleza no siempre son compatibles con los más serios intereses del hombre; la misión de los arboricultores es incrementar la fertilidad del terreno forestal para los productos o servicios más apropiados en las condiciones existentes. A voces, esto consiste simplemente en mantener el bosque en su estado original, pero normalmente es necesario algún cambio. Una proporción altamente sorprendente de los bosques del mundo ya ha sufrido importantes cambios (y desgraciadamente de forma irreparable) debido a pasadas actividades del hombre bajo forma de fuego, pastoreo excesivo, explotación sin cuidar de la regeneración - y, ciertamente, en algunos casos, incluso debido a una protección exagerada. Nosotros, como forestales, tenemos la responsabilidad fundamental de hacer producir las tierras que no se utilizan o que se utilizan parcialmente. Esto incluye la ordenación de tierras ya en producción para hacerlas más productivas.

La mayor parte del área forestal del mundo se puede mejorar ano más con una buena ordenación, pero los forestales tienen a su cargo la difícil tarea de convencer a los profanos (y, desgraciadamente, a veces a otros forestales) de que la mejor acción no es la de «dejar los bosques como la naturaleza los presenta» o de que «la mejor acción es no actuar».

Para alcanzar el éxito en sus esfuerzos de ordenación, los forestales tienen que aprender mucho más sobre la biología del cultivo y desarrollo de los bosques. Deben convertirse en expertos ecólogos en ejercicio. El bosque es un complejo sistema biológico, dinámico y en continua transfiguración, y requiere un control continuo, o deja de ser pronto el ideal para los objetivos planeados originalmente. Es triste, por ejemplo, ser testigo de la consternación y desilusión de alguien que ha «preservado un rodal maderero a perpetuidad», cuando ve morir a los viejos árboles y el idílico paisaje del parque se ve invadido de brezos, maleza y de pequeños árboles no deseados de naturaleza tolerante. Sólo mediante una cuidadosa ordenación se puede mantener el estado original.

Tendencia inadecuada

Existe una tendencia en los silvicultores que se ocupan de la producción maderera de especializarse, bien en la utilización y corta o en el área general de ordenación forestal. Esto es inadecuado y nunca podremos obtener un potencial total de producción de madera de los terrenos forestales hasta que todos los expertos «se casen», un feliz «matrimonio» al que todos contribuyan conjuntamente para alcanzar una meta común. Si, por ejemplo, la corta de árboles se separa de la silvicultura, se presentarán grandes deficiencias; el sistema de corta de árboles que se estuvo aplicando con anterioridad a la regeneración tiene una fuerte influencia en lo que el silvicultor puede o no puede hacer. Una corta de árboles descuidada puede hacer que el potencial de la zona cambie y reducir el índice del lugar de una manera tan drástica, que el tipo o especie que crecía inicialmente en esa zona ya no es apropiado. Es inexcusable el que el silvicultor se tenga que enfrentar con problemas de importancia que limitan la regeneración y el cultivo futuro simplemente porque un método de tala, perjudicial para la zona, se utilizó por ignorancia, falta de interés o debido a presiones de carácter económico.

De la misma manera, hay que utilizar los diferentes métodos de ordenación forestal para que se complementen. Es decir, la genética, si no media una buena preparación del terreno o sin control de la competición ecológica, no tendrá eficacia, mientras que la fertilización, si no se utiliza la mejor cepa genética o no se prepara el suelo, puede tener éxito sólo de una forma parcial.

En su sentido más amplio, la genética es un instrumento más de la silvicultura, que se utiliza para obtener mayor producción de los terrenos forestales. Considerándola por sí sola, la genética raya en lo académico; empleada junto con una preparación apropiada del terreno, control de la competición ecológica y abonado, es la clave para la máxima producción de las zonas forestales. A pesar de que hay que considerarla como una herramienta de la silvicultura, la manipulación genética de los árboles forestales tiene ciertas características de carácter único:

· El cambio genético es «permanente»en cuanto no es necesario repetirlo una o varias veces durante cada rotación, como ocurre con el abonado, el control de competición genética o la preparación del terreno.

· Al convertir los terrenos forestales más productivos en terrenos agrícolas o destinados a otros usos, se pueden cultivar nuevos tipos de árboles forestales que se adapten a zonas actualmente marginales o submarginales; esto permite el mantenimiento e incluso la expansión del área productiva de terreno forestal. En forma similar, se pueden cultivar especies para productos especiales.

· La mayoría de las plagas ocasionadas por insectos o enfermedades sólo se pueden controlar eficazmente cultivando un tipo de árboles de naturaleza tolerante. Incluso cuando se conocen los métodos de control, son a menudo demasiado costosos o de difícil aplicación, o bien se consideran ecológicamente demasiado peligrosos para ponerlos en práctica en plantaciones forestales extensas.

· A través de los eones, la naturaleza ha creado numerosos tipos de árboles con un potencial genético muy diferente entre si. La responsabilidad de reconocerlos, refinarlos y utilizarlos para el provecho del hombre recae sobre los que los cultivan. Con prudencia y planificación, se puede preservar el grueso de la base de genes para nuevas necesidades que pudiesen surgir en el futuro.

· Se puede crear «algo nuevo» por medio de cruces seleccionados e hibridación, árboles con características que la naturaleza no produce. Esta habilidad de hacer árboles «a la medida»está ganando creciente consideración, dado que la variabilidad presente en los bosques naturales se explota más ampliamente y, por último, es destructiva en los programas de cultivo seleccionado.

El desarrollo de las características que se desean por medio de la manipulación genética ha proporcionado al ordenador forestal un arma más útil, poderosa y eficaz que añadir a los métodos de silvicultura que ya tiene a sus disposición. En ciertas áreas problemáticas, el cultivo de los árboles ha revolucionado la manera de pensar y la metodología del ordenador forestal.

La tendencia actual de establecer coníferas de crecimiento rápido y latifoliadas en las plantaciones del trópico seguirá en aumento. Se ha insistido en la idea de plantar en tierra de pastos o en terrenos de maderas duras de monte bajo, debido a la facilidad de su establecimiento; sin embargo los bosques tropicales de frondosas están siendo reemplazados por plantaciones en las zonas más apropiadas, tendencia que está cobrando fuerza rápidamente. En ambos casos se utilizan generalmente las especies exóticas, presentando una oportunidad única para el empleo de la manipulación genética; de hecho, el éxito o el fracaso de las plantaciones tropicales depende más del conocimiento genético aplicado de forma apropiada que de ningún otro factor.

Origen de las semillas

El silvicultor que planea el establecimiento de plantaciones de crecimiento rápido en los trópicos, sin duda tiene que enfrentarse con la decisión de qué especies va a emplear; igualmente importante es la decisión de escoger la fuente geográfica más idónea dentro de las especies deseadas. El origen de las semillas tiene mucha más importancia para alcanzar el éxito en las zonas tropicales que en las regiones forestales más templadas. Una vez que se han seleccionado las semillas y su ungen, es necesario mejorarlas mediante una selección convencional y mediante el cultivo si se desea una producción máxima de madera.

Un problema que a menudo requiere una manipulación genética de importancia es el de las plagas que con frecuencia atacan a las plantas exóticas. Las plantaciones de los trópicos pueden verse libres de plagas durante unos cuantos o muchos años, pero existe certidumbre de que una plaga nativa se adaptará a la planta exótica, o bien una plaga de la planta exótica en su ambiente natural seguirá a las especies a su nuevo medio. Generalmente, la única forma eficaz de combatir estas plagas es criar árboles genéticamente tolerantes.

UN RODAL DE LATIFOLIADAS MADURAS CRECIENDO EN UN PANTANO - hay mucho que aprender

Una tendencia reciente, muy satisfactoria, la constituye el cambio de actitud de los silvicultores y administradores de importancia en cuanto al lugar que el cultivo de los árboles ocupa en las operaciones forestales. Inicialmente, muchos pensaban que era la investigación, o sea, algo con poco potencial para su utilización práctica. Durante los últimos diez años, esta actitud ha sufrido un cambio brusco, y muchos de los programas, tanto industriales como gubernamentales, actualmente incluyen la mejora del árbol como parte integrante de sus operaciones de cultivo y administración de bosques.

Una de las razones más importantes para aceptar el cultivo de árboles en la silvicultura es que se ha probado que es una buena inversión económica. Todos los estudios económicos del valor de la mejora del árbol con los que yo estoy familiarizado (y son muchos) han demostrado que la manipulación genética de los árboles forestales produce excelentes beneficios en este tipo de inversiones. La conclusión de varios análisis es que la mejora del árbol es la mejor inversión posible de toda la empresa forestal.

En varias partes del mundo, los programas de cultivo de árboles están bien desarrollados, con cultivos de generación avanzada que ya están en marcha. La necesidad más urgente de extender los esfuerzos está en las zonas tropicales, donde actualmente tiene lugar una gran actividad forestal. Por ejemplo, la semilla de especies tales como la Pinus caribaea escasea y no hay semillas genéticamente mejoradas disponibles. A pesar de su importancia, a menudo no es posible obtener semillas de la fuente geográfica correcta y frecuentemente se planta utilizando cepas de mala adaptación. Esto supone un grave peligro al desarrollar grandes programas de plantación que luego hay que abandonar al fracasar por haber utilizado semillas de origen no apropiado. Tal catástrofe puede disminuir el interés y la fe en la silvicultura como una inversión saneada y se podrían citar muchos ejemplos de reacción adversa que hacen que la silvicultura retroceda muchos años. El problema de las semillas en las zonas tropicales es particularmente difícil, pues es necesario cruzar fronteras de uno a varios países si se desea tener éxito. Mediante especies de crecimiento rápido, el resultado de utilizar la genética será especialmente amplio y rápido si todas estas considerables dificultades se pueden vencer por medio de un esfuerzo conjunto.

No existe duda de que el futuro de la aplicación de la genética a los árboles forestales es muy amplio. Según vaya existiendo un reconocimiento más extenso de la necesidad de aumentar la producción de los terrenos forestales, se contará con esfuerzos más amplios y mejor respaldados en todo el mundo. En algunas zonas, los programas que se llevan a cabo están comenzando a dejar atrás la base necesaria de información fundamental, con el resultado de que están surgiendo ciertas ineficiencias. Por lo tanto, una de las necesidades más importantes para el futuro es el hacer más hincapié en los estudios básicos fundamentales, imprescindibles para aportar la base necesaria en las fases de aplicación del cultivo de árboles. En muchas zonas se están acabando los días de selección directa y de establecimiento de huertos de semillas y se van a necesitar técnicas de desarrollo más elaboradas si el cultivo de los árboles ha de continuar proporcionando ganancias sin sufrir interferencia de los adversos efectos de cruces relacionados.

No existe duda sobre la necesidad de insistir en las plantaciones de crecimiento rápido, especialmente al intensificarse la arboricultura de plantaciones exóticas. Otra de las necesidades urgentes es trabajar con especies tropicales indígenas, algunas de las cuales parecen tener excelentes potenciales, aunque no se conoce mucho sobre sus características silviculturales o genéticas. La enorme zona de los trópicos, con lluvia abundante y tierra generalmente apropiada para la producción forestal, debe aportar su contribución al bienestar del hombre. En general, se han descuidado las frondosas como grupo, aunque se han obtenido excelentes resultados en el cultivo de eucaliptos.

Hay que desarrollar nuevos métodos y técnicas en el mejoramiento genético; durante mucho tiempo hemos seguido la misma metodología que se sigue con las cosechas agrícolas. Los árboles presentan ventajas y oportunidades únicas si aprendemos a utilizarlas. Sirva de ejemplo el que mucha de la teoría cuantitativa sobre la que se apoyan los cultivadores de árboles forestales se basa en el control de importantes características con genes aislados o en pequeño número.

Interacciones genéticas

Sin embargo, muchas de las características forestales más importantes están determinadas por complejas interacciones genéticas y de alelismo y, por tanto, la teoría puede ser sólo parcialmente eficaz. Ya se está dando gran importancia a la forma de activar la secuencia de las generaciones y a desarrollar buenos métodos de obtener correlaciones que van desde juveniles a maduras. Una vez conseguido esto, se podrán mejorar mucho los resultados del cultivo y las ganancias por unidad-tiempo.

Una tendencia de mucha importancia es el mayor esfuerzo para obtener árboles que produzcan una cosecha útil en terrenos forestales marginales o submarginales. Las presiones sobre la utilización de la tierra y los controles ambientales imponen cambios en la zona de los terrenos que se utilizará para obtener productos forestales. Si la silvicultura ha de contribuir a cubrir la necesidad mundial de fibras, habrán de conseguirse nuevas especies genéticas «a la medida» de las zonas marginales actuales; dada la incertidumbre sobre el coste y disponibilidad futuros de los fertilizantes, es necesario obtener especies de árboles que crezcan bien en terrenos de baja fertilidad. El éxito en conseguir especies de árboles de tipo especial que se adapten a condiciones difíciles ha sido excelente. En relación directa con esto, no cabe duda de que se llegará a un mayor ritmo de mejora genética para resistir a las plagas.

Se harán esfuerzos más grandes y habrá mayor demanda para obtener árboles más apropiados para su utilización urbanística o bosques recreativos. Los métodos y los objetivos variarán mucho con respecto al cultivo para la producción forestal, pero debido al alto valor del árbol individual, se pueden utilizar técnicas que ahora se consideran inapropiadas.

Durante los últimos años ha habido mucho interés por utilizar la madera en forma no tradicional. Ahora se conocen métodos por los que se pueden producir eficazmente derivados del petróleo, plásticos y glucosas de la madera. Nadie sabe aún si la fabricación de tales productos de la madera tendrá carácter operacional general, ya que esto depende de las muchas variaciones de las condiciones económicas, de los precios del petróleo u otros factores. Si evolucionan estos empleos de la fibra, un nuevo interés se pondrá de manifiesto en la producción intrínseca de celulosa. Hay organizaciones que ya se han puesto varias voces en contacto con nosotros y que están interesadas en averiguar la forma más eficaz de obtener celulosa sin dar importancia a la forma de la planta que la produzca.

Uno de los esfuerzos más grandes de los arboricultores para el futuro inmediato será el de conservar la base genética necesaria para un progreso a largo plazo y continuo. Los árboles forestales poseen abundantes reservas de variados complejos genéticos que hay que preservar para generaciones futuras. La causa principal de la erosión genética no serán los programas de mejoramiento en sí, sino una explotación indiscriminada del recurso forestal. La conservación de los complejos genéticos en una especie dada se puede llevar a cabo utilizando nuevos métodos, pero todos resultan costosos. Hay que procurar evitar las medidas de pánico que sostienen los conservadores y que resultan en la promulgación de leyes absurdas, reglamentos o regulaciones con el pretexto de la conservación de genes. Esto ha dado por resultado, por ejemplo, la eliminación de enormes áreas de bosques de frondosas tropicales para su utilización como productos de la madera. En lugar de guardar esos bosques bajo llave, tenemos que aprender a utilizar sus productos para la sociedad y al mismo tiempo preservar lo mejor de la gran reserva de variabilidad genética que hay disponible. Es un deber para todos los que se interesan de arboricultura aportar el esfuerzo necesario, con el fin de asegurar la conservación de los complejos genéticos deseados.

Al aumentar la población mundial y el nivel de vida, simultáneamente crecerá la demanda de todos los productos del terreno forestal. La demanda de madera en sí sufrirá un importante aumento si la sociedad ha de satisfacer sus necesidades por un mejor nivel de vida, del que la fibra es parte integrante. Según se vayan aplicando otros usos al terreno forestal, una de las necesidades más perentorias será la de aumentar la producción de la tierra disponible y la de desarrollar especies de árboles apropiadas para las áreas actuales marginales y submarginales. Esto se puede conseguir mediante una mejor utilización en combinación con una mejor administración y con la silvicultura. Una de las armas más eficaces con las que cuenta el silvicultor es la de utilizar la variación existente en los árboles forestales a través de programas dendrológicos; no obstante, sólo se podrán obtener ganancias máximas si se utilizan todos los elementos de la silvicultura para complementarse entre sí. Las operaciones del cultivo de árboles se están acelerando de forma acusada y, como resultado, se están obteniendo claras ganancias e importantes beneficios económicos.

SE PLANTA Pinus caribaea EN UN PASTIZAL - un cambio de horizontes

Existe una necesidad especial de obtener material genéticamente mejorado para la s plantaciones de crecimiento rápido de los trópicos. Es difícil obtener semillas de fuente geográfica apropiada y no hay disponible mucha semilla genéticamente mejorada. Es esencial un enfoque cooperativo que atraviese fronteras nacionales si se quiere que el esfuerzo más importante se vea coronado por el éxito.

El futuro desarrollo de la genética forestal necesita ser impulsado de la forma siguiente:

· Es esencial ampliar la investigación patrocinada si se quiere que los programas que se aplican continúen con la rapidez y eficacia deseadas.

· Es necesario un esfuerzo mucho mayor para mejorar la fuente geográfica y las características individuales del árbol en las plantaciones de crecimiento rápido de las zonas tropicales.

· Hay que desarrollar nuevas técnicas con el fin de que los arboricultores no dependan tanto de métodos concebidos para cosechas agrícolas, muchos de los cuales no son apropiados para los complejos genéticos que controlan importantes características de los árboles forestales.

· Es necesario un gran esfuerzo que se extienda al desarrollo de árboles para terrenos que actualmente se consideran marginales o submarginales; un esfuerzo paralelo será el de obtener especies que sean tolerantes a las plagas.

· Tienen que aumentar los esfuerzos para obtener árboles para bosques urbanos o de zonas de recreo.

· Si se acepta como corriente el uso no tradicional de la celulosa para plásticos, glucosas o energía, gran parte del interés se verá dirigido hacia la producción de cantidades máximas de celulosa, sin tomar en cuenta la forma de las plantas que la produzcan.

· Se necesitará un gran esfuerzo para conservar importantes complejos genéticos, que son necesarios para obtener un progreso continuo y más extenso en el cultivo de los árboles.

El cultivo de árboles forestales se ha efectuado de forma rápida, pero los horizontes para el futuro parecen no tener límites. Es un elemento importantísimo para ayudar a la sociedad a disfrutar de una vida mejor en lugar de la mera subsistencia.


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