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Investigación y desarrollo

Aprovechamiento del árbol entero

El sueño de los silvicultores sigue siendo poder aprovechar el árbol entero, y este sueño está cada año más cerca de convertirse en realidad. Hoy en día, los residuos de madera representan alrededor del 35-40% del total de fibra de un árbol. A medida que vaya perfeccionándose la industria de productos madereros este porcentaje disminuirá. Se están descubriendo métodos mejores para una corta más completa, nuevas formas de utilizar las agujas de los pinos, las hojas, las cortezas, los tocones, y el aserrín; y la mayor eficiencia de las fábricas está reduciendo la cantidad de materia inutilizable.

En el Reino Unido, la Timber Research and Development Association (TRADA), con sede en High Wycombe, cree que los nuevos diseños de hornos permitirán utilizar como combustible todo el potencial de los residuos madereros. Según un artículo de Michael Wigan, publicado en el periódico inglés The Guardian, hasta ahora, en Gran Bretaña los hornos para madera han tenido menor difusión y han dado resultados inferiores a sus posibilidades, debido a que, con frecuencia, la madera se quema cuando está todavía demasiado húmeda lo que da un elevado contenido de alquitrán y provoca la obstrucción de las tuberías y chimeneas. Los hornos con compartimientos de secado podrían contribuir a resolver este problema.

Muchas empresas madereras están utilizando ya calderas encendidas con residuos de madera. Se fabrican bloques de aserrín compacto que se venden en forma de briquetas o bolas combustibles. En Escandinavia y en los Países Bajos el «bosque energético» es ya una realidad: se trata de un bosque de rotación breve, cultivado algunas veces en condiciones artificiales con el principal objetivo de utilizar la madera para la producción de energía.

Recientemente se han obtenido importantes resultados empleando algunas clases de agujas de coníferas. En Suecia, por ejemplo, se ha demostrado que las agujas de la picea y del pino contienen sustancias aprovechables para piensos, preparaciones vitamínicas, y semielaborados químicos. Cada año la Latvia fabrica 200000 toneladas de muka, que es una harina vitamínica hecha de agujas de pino.

La multiplicación de los usos de las materias forestales conducirá a muchos países a decir cuántas hectáreas habrá que forestar, reforestar o someter a explotación intensiva, para explotar las nuevas posibilidades, sobre todo teniendo en cuenta que ya existe una gran competencia entre diversas formas de aprovechar la tierra.

Potencial energético de la biomasa

La biomasa - cereales, hierba, madera - probablemente podrá satisfacer del 10 al 20% de las necesidades de energía de los Estados Unidos dentro de 20 años, dice un nuevo estudio de importancia. Pero no es fácil alcanzar este objetivo. Si no se tiene mucho cuidado, la rápida utilización de esta nueva fuente de energía puede causar daños graves al ambiente.

Esta es la principal conclusión de un análisis hecho por la Oficina de Evaluación Tecnológica (OTA) del Congreso de los Estados Unidos.

Hoy en día, la bioenergía, que se obtiene principalmente quemando madera, representa en los Estados Unidos poco menos del 2% del aprovisionamiento total de energía, o sea alrededor de 1,5 quad al año (1 quad = 1014 Btu). La OTA estima que, en el año 2000, la bioenergía en sus diversas formas puede suministrar de 12 a 17 quad anuales. Agrega que el Departamento de la Energía proyecta un consumo anual de 120 quad en el año 2000; pero las medidas de conservación pueden hacer rebajar esta cifra a 90 quad anuales o menos.

Ya se ha planteado el problema en la controversia sobre el empleo de los cereales como alimento o como combustible. Algunos observadores, tales como el Worldwatch Institute, han advertido que el empleo de cereales como combustible puede ir en desmedro de la alimentación mundial. Los partidarios del «gasohol», por su parte, alegan que la producción de alcohol deja un residuo nutritivo. La OTA observa que el residuo es nutritivo, pero no sustituye a los cereales en la alimentación.

Se plantearán dilemas semejantes con respecto al empleo de los bosques o de los residuos agrícolas como fuente de combustible. Por ejemplo, la OTA está de acuerdo con los especialistas en suelos que ponen en duda la conveniencia de destinar a otros usos el material de «desecho» que actualmente se descompone y enriquece los suelos. Este problema puede ser muy grave en bosques sometidos a un régimen de manejo intensivo para la producción de energía.

El agotamiento del suelo es parte del problema más vasto de los efectos colaterales de una industria bioenergética para el ambiente. La OTA advierte que el fomento imprudente de esta industria puede acarrear peligros ambientales. Puede ser causa de gran contaminación del aire por el humo de las estufas de leña y los efluentes de las plantas de conversión de la biomasa.


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