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Función de consultor en materia de pasta y papel en los países en desarrollo

B.A. Linderholm

B.A. Linderholm es Consultor en jefe de la firma de estudios y proyectos técnicos Linderholm and Co. Ltd., con sede en St. Helier, Jersey, Islas del Canal de la Mancha.

· Aunque al evaluar las posibilidades de desarrollo industrial es necesario considerar por separado a cada país en desarrollo, hay similitudes entre ellos que deben tenerse en cuenta, y en los trabajos de consultorio en estos países se puede prestar un asesoramiento general aplicable a todos ellos.

Cuando se realizan entrevistas y se reúnen datos, las personas se muestran en general sumamente serviciales. Es conveniente que el consultor explique la finalidad de su estudio a las personas interesadas, así como el papel que desempeñará la contribución que éstas hagan a la labor global del especialista.

Las investigaciones sobre el desarrollo de la industria de la pasta y el papel de un determinado país consisten principalmente en evaluar la demanda del mercado interno y la disponibilidad e idoneidad de las materias primas, seleccionar los procesos apropiados de producción y el tamaño de las fábricas para elaborar los productos escogidos y, lo que es más importante, considerar estos factores en relación con la infraestructura y el ambiente, así como con el grado de desarrollo social, económico y técnico de dicho país; además, todo ello debe considerarse teniendo presentes sus prioridades de desarrollo.

En el siglo XVII la creación de una fábrica de papel requería tener en cuenta aspectos no relacionados con la fabricación propiamente dicha; por ejemplo, la distancia hasta los mercados, el acceso a los lugares donde se podían obtener trapos y cuero para la elaboración del papel, el fácil acceso a los caminos, la abundancia de agua pura y la localización de un sitio adecuado para alojar al propietario y a los trabajadores de la fábrica, quienes en la época solían vivir en las propias dependencias de ésta.

Hace 300 años, esos factores infraestructurales y sociales revestían gran importancia para decidir el emplazamiento de una industria papelera. Actualmente las investigaciones correspondientes son, o deberían ser, mucho más amplias, aunque esto no siempre ocurre.

Si en el estudio para el establecimiento de una industria de la pasta y el papel la concepción de los requisitos es inadecuada, las instalaciones pueden adolecer de deficiencias atribuibles al desconocimiento de factores importantes, que no se habrían descuidado si inicialmente se hubieran tenido más informaciones. Un ejemplo a ese respecto es la ausencia de administradores y operarios debidamente capacitados.

Aun cuando en general no es difícil obtener información de una persona entrevistado acerca de su esfera especializada de actividad, hay que reconocer que un amplio conocimiento de los requisitos para realizar estudios de viabilidad no es muy corriente en los países en desarrollo, ni siquiera al nivel más alto, sobre todo en aquellos con poca o ninguna industria. El consultor debe reconocer que es prácticamente imposible obtener suficientes datos para un estudio de viabilidad con la sola lectura de la escasa literatura técnica disponible. Unicamente si se combina esa lectura con la experiencia práctica es posible comprender los requisitos de los estudios de viabilidad de proyectos.

Los datos estadísticos en los países en desarrollo pueden no ser tan amplios como en las naciones industrializadas, ni tan grande la prioridad o importancia de esa información. Por consiguiente deben evaluarse la exactitud y la idoneidad de ésta, así como los acontecimientos de los cuales no hay constancia y que influyen en su validez.

Un ejemplo a este respecto es la utilización de fibras no leñosas en las fábricas de pasta y papel. La disponibilidad teórica de esas fibras puede ser inmensa, pero en la práctica puede ser sumamente limitado el abastecimiento de esas materias para la elaboración de papel. La paja y el bagazo, por ejemplo, tienen muchas aplicaciones, por lo cual sólo queda disponible poca cantidad para otros fines. Por otra parte, la paja es voluminosa e implica, por lo tanto, elevados gastos de transporte, lo cual limita la distancia a que puede estar situada la fábrica propuesta para poder obtener económicamente esa materia. Si las fuentes de materias primas están dispersas, aumentarán los costos. El hecho de que, por lo general, el periodo de cosecha de un cultivo no leñoso que proporciona fibras sea breve durante el año, hace necesario almacenar las materias primas en grandes cantidades, y ello es costoso. Por consiguiente, la utilización de fibras no leñosas para la elaboración de papel no es una posibilidad de desarrollo de la industria tan sencilla como puede parecer a primera vista, y se requiere un volumen considerable de datos para poder hacer una evaluación realista.

El aumento de los usos de un cultivo determinado también puede afectar el precio. Por ejemplo, si un ingenio compra la mayor parte de la caña de azúcar de un agricultor, éste probablemente pedirá un aumento del precio si sabe, como evidentemente sabrá, que al ingenio le compran el bagazo para fabricar pasta.

Aunque las fibras no leñosas no son pues la panacea que parecen ser, la paja, el bagazo, el bambú y las fibras análogas tienen gran interés porque el procedimiento para transformarlas en pasta a fin de fabricar papel facilita el establecimiento de pequeñas unidades económicas de producción, en contraste con la elaboración de pasta química a partir de la madera que, para ser económica, requiere grandes instalaciones. Sin embargo, en los países en desarrollo se pueden establecer fábricas relativamente pequeñas de pasta y papel basadas en la madera si se las integra con industrias mecánicas de productos madereros, como los aserraderos y las fábricas de tableros contrachapados. Los consultores que actúen en cualquiera de estos sectores deben tener presente la integración de las instalaciones como una posibilidad, aun cuando no inminente. Además de permitir una utilización más eficiente de los bosques, la integración de las instalaciones brinda las siguientes ventajas:

· El mayor rendimiento de las inversiones en las industrias elaboradoras de productos de la madera aumenta las ganancias globales de las instalaciones integradas, hasta un nivel aceptable pese al bajo rendimiento de las inversiones en las pequeñas fábricas dedicadas exclusivamente a la producción de pasta y papel.

· El periodo de construcción más breve de la pequeña industria de elaboración de productos madereros permite obtener utilidades antes de terminar las instalaciones integradas, lo cual proporciona un cierto grado de autofinanciación que mejora la tasa de rendimiento de toda la empresa.

· Los residuos constituyen una materia prima fibrosa de bajo costo para la fábrica de pasta.

· La entrada en las instalaciones integradas de trozas de aserrío para tableros contrachapados y para elaborar pasta, permite separar y utilizar mejor esas trozas, lo cual conduce a un menor costo global de producción.

Trabajos de campo

La cooperación reviste una importancia vital para el éxito de toda empresa, y el consultor debe esforzarse al máximo para establecer y mantener un espíritu de cooperación en el campo. Si los habitantes del país participan en un estudio de viabilidad cooperativo, se identificarán con él y tendran mayor interés por sus resultados.

Un método excelente para iniciar la «transferencia de tecnología» es asignar con carácter permanente a un estudio de viabilidad, desde la fase de reunión de datos de campo hasta la terminación del informe sobre el estudio, a una persona de categoría razonablemente alta del país en desarrollo de que se trate. Es conveniente que esa persona participe activamente en todas las fases del estudio, en lugar de actuar como mero observador. Esto significará que se requerirá algo más de tiempo para preparar el informe, incluidos los cálculos correspondientes, pero las ventajas que este enfoque representa para el país compensan el dispendio de tiempo, porque el desarrollo resultante se considerará principalmente un producto local, logrado con la asistencia de un organismo internacional y de un consultor. Un proyecto satisfactorio es aquel en el que la gente casi olvida al consultor y que es considerado producto de los esfuerzos locales; en cambio, se considera fallido un proyecto si todos recuerdan únicamente al consultor.

Se debe preparar un mandato para toda misión, a fin de lograr que el consultor y el que encarga la misión comprendan el alcance de los trabajos. Si el mandato lo elaboran especialistas tecnoeconómicos, debe reflejar un cuadro realista de las necesidades tal como se conciben en ese momento. Aunque se atenga a esos requisitos, el consultor no debe ver limitada su tarea por ellos. En el campo se realizará una evaluación detallada de las posibilidades de desarrollo al tiempo que se reúnan los datos. Ello significa que puede salir a la luz nueva información, lo cual hará necesario investigar y considerar algunos factores no previstos inicialmente en el mandato.

El mandato debe discutirse en el campo, en la fecha en que comiencen los trabajos, con la persona o personas encargadas del enlace básico. Antes de dejar el campo, el consultor debe examinar sus conclusiones, así como el estado de los trabajos realizados hasta entonces. Es comprensible que una persona no versada en cuestiones técnicas no comprenda el funcionamiento ni los detalles de los estudios tecnoeconómicos, aunque también sucede que un alto ejecutivo de una gran fábrica, que tal vez carezca de experiencia y conocimientos acerca de las labores de desarrollo industrial, pueda ofrecer su propia y valiosa interpretación.

Los cuestionarios que se envían al campo antes de la llegada del consultor son ineficaces y pueden incluso desalentar la cooperación. Sólo cuestionarios elementales con un número limitado de preguntas sencillas y bien definidas, pueden ser útiles, y únicamente cuando también sea sencilla la propia investigación industrial que el consultor se proponga hacer. Las personas con experiencia en estudios tecnoeconómicos sobre la industria forestal pueden reunir información útil, pero no es probable que haya tales personas en los países en desarrollo, e incluso cuando existan, es poco probable que dispongan de tiempo para esa labor.

Un cuestionario típico para los estudios sobre industria de la pasta y el papel contiene alrededor de 24 temas principales como mercados, comercialización, bosques, características físicas de la madera, otras materias primas fibrosas, selección de emplazamiento y transporte marítimo y terrestre, y cada uno de ellos tiene subcategorías con varias preguntas básicas. El número de subcategorías puede fácilmente ser de unas 130. El volumen de trabajo requerido para facilitar toda esta información es grande; además, cuando se envía de antemano un cuestionario, existe la tendencia a transmitirlo a una persona inexperta de categoría subalterna de la organización que tenga tiempo para realizar la amplia labor requerida. La utilidad de una contribución de este tipo es mínima.

El problema reside en que una persona inexperta puede no comprender cabalmente una pregunta, o para qué o cómo se va a utilizar la respuesta. Por consiguiente, no es capaz de juzgar si la respuesta que ella misma recibe es correcta, razonable o completa, ni tampoco sabrá formular las demás preguntas necesarias para obtener la información requerida.

Países con economía de planificación centralizada

Trabajar en los países con economía de planificación centralizada es en muchos aspectos distinto de actuar en las naciones del mundo occidental y otras naciones en desarrollo. Para trabajar con éxito en esos países es importante comprender y reconocer las diferencias y las analogías con la labor en otros lugares.

La principal diferencia consiste en que en los países con economía de planificación centralizada sólo hay un empleador, es decir el Estado. En estas circunstancias, se deberá actuar con suma cautela, y la adopción de decisiones será un proceso cuidadoso y bastante lento. No se debe esperar que las nuevas ideas se adopten de un día para otro. Quienes no tengan en cuenta las condiciones existentes correrán el riesgo de perder su posición en la sociedad.

Es probable que el personal técnico y agrícola de estos países posea conocimientos excepcionales dentro del ámbito de su sector de especialización, pero raras veces tiene conocimientos, comprensión o experiencia generales de la clase de cuestiones que entraña una investigación para un estudio de viabilidad. No es raro tropezar con dificultades para obtener información detallada sobre un tema determinado fuera del ámbito de responsabilidad de la persona encargada del enlace, porque ésta desconoce su importancia. Es difícil, y en algunos casos imposible, obtener información adicional fuera de los conductos oficiales de enlace. Si en alguna fase de las actividades de reunión de datos surge alguna dificultad que no tenga explicación, los esfuerzos para obtener la información deben hacerse con tacto.

En estos países existe la tendencia a dar preferencia a los promedios y no a la información concreta y, por consiguiente, es importante pedir datos exactos, de los cuales se suele disponer - aunque a veces son difíciles de obtener - en un departamento o ministerio.

Países con economía de planificación centralizada

Los trabajos de evaluación de las posibilidades de desarrollo industrial en las economías de planificación centralizada pueden resultar más fáciles si alguna persona con cierta influencia en un ministerio se interesa personalmente por la labor relativa al estudio. En estas circunstancias no es insólito que los trabajos de campo duren de 14 a 16 horas diarias durante varias semanas. La labor inspirada por ese entusiasmo es muy útil para el consultor y, pese a lo indicado más arriba, hay veces en que las medidas correspondientes pueden adoptarse con suma rapidez en esos países. El autor recuerda un caso en que, en menos de una semana, se obtuvieron fondos extranjeros (occidentales) - de los cuales habla y sigue habiendo escasez - para un ensayo que se había pasado por alto en una fábrica experimental: en una semana y media se hablan conseguido, descortezado y enviado por avión a la fábrica las trozas necesarias para llevar a cabo el ensayo. Evidentemente, en ese caso no hubo demora alguna.

De poco vale tener una actitud prejuiciosa; los consultores deben estar siempre dispuestos a comprender las razones de las diferencias existentes y a tratar de encontrar medios para obtener información, en caso de que surjan problemas.

Enseñanza y capacitación

El alcance de la capacitación que requiere el personal encargado del funcionamiento de una industria de la pasta y el papel suele ser subestimado por las personas inexpertas, no satisfechas de que se recurra a los servicios de extranjeros a quienes se paga en divisas, porque consideran que esta práctica es innecesaria. Las grandes inversiones requeridas para la instalación de una fábrica exigen que ésta opere a la capacidad prevista en el plazo más breve posible. La falta de un rendimiento adecuado por parte del personal no calificado producirá importantes pérdidas financieras a la industria y al país. Además, no existe un tipo de enseñanza académica que proporcione a los administradores los conocimientos necesarios para que una fábrica funcione con éxito. Su capacitación debe incluir distintos tipos de experiencia práctica, y ello requiere bastante tiempo.

Utilizando los servicios de personal de gestión y supervisión extranjero puede tardarse hasta cinco años en lograr que una fábrica de pasta y papel alcance la capacidad de producción prevista. A causa de la complejidad de la operación, parte del personal directivo extranjero puede tener que seguir prestando servicios incluso después de ese plazo, a fin de continuar capacitando al personal directivo local. Ello puede requerir un periodo adicional de tres a cinco años.

Esto recuerda un argumento que aducen con frecuencia los miembros de los gobiernos que han llegado recientemente al poder; si sus nacionales han demostrado ser capaces de pilotar grandes aviones de reacción en régimen comercial, ¿por qué no podrían encargarse del funcionamiento de una simple fábrica de pasta y papel sin ayuda externa? La respuesta es que ello no sólo es teóricamente posible, sino que en definitiva será muy probable, aunque no sea más que para satisfacer las aspiraciones nacionales; sin embargo, a corto plazo no es viable desde el punto de vista económico. Un buen piloto puede alcanzar un alto nivel de pericia y competencia en unos pocos años, habida cuenta de los servicios e instalaciones que hay en todo el mundo para una formación avanzada, de las normas integradas de seguridad y vigilancia y de las facilidades de apoyo permanente que existen en el plano internacional con respecto a la seguridad pública. En cambio, el futuro gerente de una fábrica no tendrá a su disposición todas esas facilidades, servicios, posibilidades ni recursos.

El personal que hay que capacitar para que se encargue de una instalación completa incluye operarios, supervisores y personal de dirección. Como mínimo, comprende todas las actividades de explotación forestal, los medios de transporte y el funcionamiento de la industria misma. También será necesario proporcionar capacitación básica a mecánicos, soldadores, electricistas, mecánicos de utillaje y otros operarios. Esa capacitación tiene una aplicación más amplia ya que proporciona los conocimientos necesarios para el avance de otros tipos de actividades industriales.

La selección del personal que ha de recibir capacitación es una cuestión importante. Aunque la mayoría de los operarios deben recibir capacitación en el servicio, tal vez haya que formar a algunos obreros especializados en instalaciones avanzadas extranjeras o nacionales. La capacitación en cuanto a las funciones de supervisión debería proporcionarse idealmente a las personas que ya tuvieran alguna experiencia práctica en los trabajos que tienen que supervisar, o al menos en trabajos de índole similar. Los seminarios internacionales para el personal de supervisión tienen la desventaja potencial de que los propios viajes al extranjero pueden atraer a personas sin experiencia ni aptitudes para la labor que después tendrán que dirigir. No es probable que alguien que literalmente no sabe cómo manejar un hacha sea un instructor o un supervisor eficaz de actividades de explotación forestal.

La tecnología y la política

El vinculo entre la política y la tecnología reviste una importancia primordial. Mediante su labor, el técnico debe prestar asesoramiento realista e imparcial a fin de ayudar al político a adoptar decisiones. Este debe comprender que, a la larga, un proceso de adopción de decisiones del que se excluyan las consideraciones técnicas no beneficiará a nadie. También hay que reconocer que la solución técnica óptima puede no ser necesariamente la más ventajosa desde el punto de vista político. Solamente cuando coincidan los beneficios máximos de ambas se conseguirán los mejores resultados posibles en las actividades de desarrollo. En todo caso, los políticos deben conocer cuál es la mejor solución técnica para poder comprender las consecuencias de toda decisión política que adopten.

Los cuestionarios que se envían al campo antes de la llegada dé un consultor son ineficaces e incluso pueden desalentar la cooperación.

Algunos políticos parecen creer que pueden hacer cualquier cosa, que el dinero resolverá todos sus problemas y que pueden hacer caso omiso de la tecnología. Esas convicciones obstaculizan la labor del consultor. A juicio de algunos políticos, éste no es sino una molestia innecesaria. Lo que realmente quieren es asistencia financiera. No comprenden lo complejo que es crear industrias de la pasta y el papel. En tal caso, un estudio de viabilidad bien hecho es el medio apropiado para hacerles cambiar de opinión. No obstante, a los políticos también les resulta difícil evaluar un estudio de viabilidad bien presentado y de gran calidad si el país carece de expertos técnicos. No sabrá si debe pedir asesoramiento externo ni cuándo tiene que hacerlo. En este caso es aconsejable que un especialista en cuestiones tecnoeconómicas se encargue del seguimiento activo del estudio.

El asesoramiento en materia de desarrollo industrial a los países del Tercer Mundo debe abarcar todos los elementos relacionados con el establecimiento y el funcionamiento satisfactorios de una industria forestal. Se incluirá la silvicultura y la recolección de fibras, el suministro de otras materias primas, las actividades de transporte, la selección de personal y la capacitación. El consultor debe estar bien informado acerca de la finalidad y del mandato de un estudio sobre desarrollo industrial. En sus trabajos de campo debe considerar todos los factores que puedan afectar ese desarrollo. Hay que aprovechar todas las oportunidades que se presenten para capacitar a personal local haciéndole participar en los estudios de viabilidad y en la ejecución de los proyectos relativos a las industrias forestales. El consultor debe proporcionar asesoramiento imparcial para ayudar y respaldar a los políticos en sus decisiones. El político debe estar atento a esta forma de transferencia de tecnología e insistir en que, en una etapa temprana del proceso de adopción de decisiones, los especialistas le expliquen las características tecnoeconómicas del estudio de viabilidad. Como ha demostrado la historia, la cooperación entre la tecnología y la política acrecentará el progreso económico y redundará en beneficio de la población de los países en desarrollo..


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