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ACACIA ALBIDA DEL. - ARBOL POLIVALENTE PARA ZONAS ARIDAS Y SEMIARIDAS

por

Edouard G. Bonkuongou
Institut de Recherche en Biologie
et Ecologie Tropicale
C.P. 7047, Ouagadougou

Burkina Faso

INTRODUCCION

En su cuarta reunión, en 1977, el Cuadro de Expertos de la FAO en recursos genéticos forestales preparó una lista de 41 especies arbóreas de medios áridos y semiáridos especialmente importantes para la producción de leña. El Cuadro de Expertos consideró que 14 de las 41 eran especies prioritarias para la mejora del medio agrícola y la vida rural (FAO, 1977; Palmberg, 1981).

Acacia albida es una de las 14 especies prioritarias. Al contrario de lo que suele ocurrir con los árboles, A. albida pierde las hojas durante la estación de lluvias. Esto tiene varias ventajas (NAS, 1979):

A. Albida ha contribuido mucho a aumentar el bienestar de los pequeños agricultores actuales de las regiones sahelianas, mejorando la fertilidad del suelo y el rendimiento de las cosechas y proporcionando forraje. Sin embargo, su importancia como árbol polivalente ya se había reconocido y aprovechado plenamente antes en sistemas agrícolas tradicionales del Africa occidental. La población Haoussa del Níger, por ejemplo, apreciaba mucho esta especie. Estaba protegida por la ley, y el corte de árboles maduros sin autorización podía ser castigado con la pena de muerte (Giffard, 1974; Pelissier, 1966). Se sabe que también el pueblo Serere del Senegal y el Bambara de Malí protegían A. albida y organizaron con éxito sistemas de explotación intensiva de la especie en parques (Pelissier, 1966).

TAXONOMIA Y VARIACION INTRAESPECIFICA

El conocimiento de la taxonomía y la variación intraespecífica de una especie constituye la base para su conservación y mejor aprovechamiento.

Pueden encontrarse estudios taxonómicos sobre A. albida por ejemplo en Ross (1966), Wickens (1969), Nongonierma (1978) y Brenan (1959, 1983).

Brenan (1959) menciona la presencia de dos variedades geográficas bien definidas dentro de A. albida, basadas en el tamaño de los foliolos y la presencia o ausencia de pubescencia. En su estudio de las acacias del Africa occidental, Nongonierma (1978) identifica también varias categorías intraespecíficas dentro de la especie.

Una conclusión importante que puede obtenerse de lo anterior es que A. albida contiene una gran variación intraespecífica, por lo que sus posibilidades de mejora genética son considerables.

DISTRIBUCION

El área de distribución natural de A. albida se extiende por todo el norte de Africa, de Senegal a Etiopía, y hacia el sur por el Africa oriental hasta el Transvaal y Lesotho. La mayor concentración de la especie está en los suelos aluviales arenosos de la cuencia hidrográfica del Jebel Mara, en el Sudán, donde se encuentran masas puras en franjas que tienen con frecuencia una anchura de una milla (Wickens, 1969). Fuera de Africa, A. albida está presente en Yemen, Israel, Líbano y Jordania. Ha sido introducida en Chipre y Pakistan (Brenan, 1983), y actualmente se la está ensayando en la India y el Perú en el marco del Proyecto FAO sobre recursos de especies arbóreas de las zonas áridas y semiáridas para la mejora de la vida rural (Palmberg, FAO com. pers.).

Acacia albida es uno de los mayores árboles del género Acacia alcanzando una altura de 30 m y un diámetro de 1,5 m. Crece naturalmente en una gran diversidad de hábitats, que van desde la vegetación de ribera, sobre los suelos aluviales de recursos de agua perennes o estacionales, hasta los bosques claros de sabana y las tierras cultivadas. La distribución altitudinal se extiende desde el nivel del mar en Israel hasta los 2 500 m en Jebel Mara, Sudán.

REGENERACION

Aunque en general parece que la producción de semillas es suficiente (Lemaître, 1954; Wickens, 1969; Palmer y Pitman, 1961), la regeneración natural mediante semillas puede ser limitada a causa de la intensa depredación y la elevada mortalidad de plantones (Wickens 1969).

La regeneración por medios vegetativos es a menudo la más eficaz en condiciones naturales, pudiendo formarse vástagos en un radio de hasta 20–25 m del árbol madre. La reproducción vegetativa es el principal medio de regeneración natural cuando las masas naturales producen pocas semillas viables (Halevy, 1971).

Se ha informado de la existencia de plantaciones artificiales de más de 100 ha en Senegal, Chad (Felker, 1978) y Níger.

Aunque el crecimiento de A. albida puede ser relativamente lento durante los primeros años después de la plantación, mientras la planta forma una raíz principal profunda, luego crecen con relativa rapidez (Palgrave, 1981).

EFECTOS BENEFICIOSOS SOBRE EL MEDIO

Son varios los investigadores que han descrito los efectos beneficiosos de A. albida sobre las características químicas, físicas y microbiológicas del suelo, por ejemplo Dugain (1960), Dancette y Poulain (1969), Radwansky y Wickens (1969), Charreau y Vidal (1965) y Jung (1966). También se ha señalado un aumento de la actividad microbiológica del suelo (Jung, 1966; 1967).

Se ha comprobado que la intercalación de cultivos con A. albida hace aumentar el rendimiento del mijo entre 430 kg/ha (Sarlin, 1963) y más de 1 000 kg/ha (Dancette y Poulain, 1968) y 330 kg/ha (IRHO, 1966). Las informaciones ocasionales aparecidas sobre una disminución del rendimiento se han explicado por una fertilidad excesiva del suelo, que favorece el crecimiento vegetativo a expensas del reproductivo (semillas y vainas).

VALOR COMO FORRAJE

Las hojas, las ramas pequeñas y las vainas constituyen un excelente forraje y son consumidas con avidez por las ovejas, las cabras, los camellos, el ganado vacuno (NAS, 1979) y los caballos (Palgrave, 1981). Los pastores nómadas del cinturón de sabana septentrional cortas las ramas para disponer de ramón para su ganado durante la estación seca (Wickens, 1969).

Las tierras de cultivo áridas del Níger suelen soportar sólo 10 vacunos por km2; sin embargo, la capacidad de carga puede aumentarse hasta 20 en las zonas donde abunda A. albida. Sus vainas pueden secarse y almacenarse para utilizarlas posteriormente como forraje; esto no es posible con la mayoría de las otras especies del género, cuyas vainas se abren y pierden las semillas cuando se secan (NAS, 1979).

NECESIDADES DE INVESTIGACION

La investigación necesaria para organizar y aprovechar todo el potencial de A. albida abarca una amplia gama de temas, que no pueden resumirse en el espacio limitado de esta nota. Para comenzar, sin embargo, puede sugerirse una concentración de los esfuerzos de investigación en los sectores de la biología, la silvicultura y la genética.

Biología

Variación intraespecífica, conservación de recursos genéticos

Como ya se ha indicado, A. albida es una especie variable. Es preciso realizar más recolecciones y estudios sobre el terreno para determinar los límites geográficos y ecológicos de los tipos identificados y agrupar los datos de Brenan (1959, 1983) y de Nongonierma (1978).

Hay pruebas paleobotánicas que indican que A. albida es una especie muy antigua (Bonnefille, 1975; Butzer, 1966). Así pues, hay que prestar la debida atención a los registros de su presencia natural fuera de la principal área de distribución, puesto que dicha presencia puede representar vestigios y contener recursos genéticos valiosos; hay que investigar con urgencia las bolsas aisladas de masas de A. albida con la conservación genética como objetivo.

En Israel se están tomando medidas sobre la conservación genética de A. albida en el marco del Proyecto FAO sobre recursos genéticos de especies arbóreas de las zonas áridas y semiáridas (Palmberg, 1981). También se han tomado medidas de conservación de la especie en Sudáfrica (Pitman, 1961). Sin embargo, es necesario organizar la conservación de manera más sistemática.

Fisiología de las plantas y fijación del nitrógeno

Se ha de reunir información básica sobre la fenología de la especie y sobre las relaciones simbióticas y la fijación del nitrógeno, a fin de preparar una base para la investigación aplicada.

Protección de las plantas

Las informaciones de Brunck (1972 y 1974) y Felker (1978) indican que los problemas de los insectos en A. albida pueden ser bastante graves. Entre los aspectos que hay que investigar en relación con la protección de las plantas están los siguientes: Estudio de los insectos dañinos para A. albida; identificación de métodos de lucha química no fitotóxica; e identificación de fuentes de resistencia genética a los insectos.

Un manual reciente de la FAO (Southgate, 1983) se ocupa del problema de los insectos que atacan las flores, las vainas y las semillas de las especies de Acacia. Hay que tomar medidas complementarias sobre el terreno para solucionar estos problemas.

Silvicultura

En un manual reciente de la FAO se describe la metodología de la recolección, manipulación y tratamiento de las semillas (Doran et al., 1983).

Son precisas nuevas investigaciones sobre la manipulación de las semillas, los viveros y las técnicas de establecimiento; la intercalación de cultivos; el uso de A. albida como ramón, forraje, sobra, protección, etc.

Mejora genética de los árboles

Actualmente se están realizando esfuerzos sistemáticos en relación con la prospección, conservación, recolección y evaluación de una parte del área de distribución de A. albida (Yemen, Sudán, Senegal) en el marco del Proyecto FAO sobre recursos genéticos de especies arbóreas de las zonas áridas y semiáridas (Palmberg, 1981, 1983; FAO, 1980).

Entre las medidas complementarias deben figurar la preparación de estrategias de mejora utilizando técnicas de propagación sexual y vegetativa, a fin de mejorar características como la capacidad de fijación del nitrógeno; el rendimiento y la calidad del ramón y las vainas; la resistencia a las enfermedades; la floración precoz; y el crecimiento rápido.

CONCLUSIONES

Se ha comprobado que A. albida aumenta el rendimiento de los cultivos, el contenido de materia orgánica y de nitrógeno del suelo, su actividad microbiológica y su capacidad de retención de agua. Además, las hojas, las ramas pequeñas y las vainas constituyen un excelente forraje, muy apreciado por los animales domésticos y silvestres. Puesto que la especie pierde las hojas durante la estación de lluvias, puede utilizarse en sistemas agroforestales junto con sultivos anuales. Por otra parte, proporciona madera, leña, sombra y protección.

Por desgracia, A. albida, al igual que otras muchas especies arbóreas de las zonas áridas y semiáridas, está amenazada por la destrucción de los ecosistemas naturales como consecuencia del cambio de los sistemas de uso de las tierras y la creciente presión humana.

Son necesarias medidas urgentes para conservar esta valiosa especie y reconocer más plenamente su potencial como suministradora de bienes y servicios en las zonas rurales.

BIBLIOGRAFIA

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Original recibido en mayo de 1984.


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