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Redes internacionales de investigación forestal: Objetivos, problemas y gestión

J. Burley

J. Burley es Director del Oxford Forestry Institute, Universidad de Oxford, Reino Unido.

Cuando los investigadores o especialistas en el sector forestal tropical se reúnen, es cada vez más frecuente que se examine y recomiende la creación de redes cooperativas de investigación forestal, sobre todo las destinadas a intensificar los programas nacionales de investigación. Si bien esas redes de investigación tienen una larga historia en el sector agrícola, son relativamente recientes en el forestal. Basándose en la información y en la experiencia obtenida en ambos sectores, este articulo contiene algunas orientaciones para establecer con éxito redes de investigación, y señala algunas dificultades y posibles soluciones especialmente aplicables al sector forestal.

BANCO DE SEMILLAS DE ESPECIES ARBOREAS, CTFT, FRANCIA se necesitarán grandes cantidades de semillas

· Los expertos en estadística, matemáticas, transporte y economía utilizan el término «red» en sentidos muy especializados, y existe un amplio campo de análisis de redes, análisis del camino critico y otras técnicas analíticas y normativas similares que se ocupan de las redes en esos contextos.

Sin embargo, a efectos de las investigaciones forestales y agrícolas en los países en desarrollo, una red consiste en un acuerdo de cooperación oficioso u oficial entre instituciones con problemas y condiciones similares, pero sin los recursos inmediatos para resolver esos problemas por separado. La idea de crear ese tipo de redes es de muy reciente aceptación por los organismos de desarrollo y los países interesados, como mecanismo eficaz en relación con los costos para aumentar la capacidad institucional e introducir cambios rápidos en la aplicación de los resultados de la investigación.

El concepto de redes es similar, aunque ampliado, al de la asociación, que consiste en un acuerdo entre dos instituciones para reforzar una de ellas mediante la aportación de personal, capacitación, equipo, material o financiación de la otra. Esa asociación se establece a menudo entre una institución de un país en desarrollo y otra de un país desarrollado, si bien ambas pueden estar situadas en países con un grado de desarrollo similar. El sistema de cooperación técnica entre países en desarrollo (CTPD) de las Naciones Unidas, contribuye también a que se compartan la información, los conocimientos técnicos o los recursos.

La asociación bilateral puede convertirse en múltiple cuando una de las instituciones presta apoyo a otras varias o, viceversa, recibe ayuda de ellas. Cuando ese acuerdo se establece para determinados temas de investigación o especies concretas, puede considerarse que se trata de una red y, por lo general, se asigna a una de las instituciones colaboradoras la función de dirigirla y coordinarla. Cooper (1984) estudió la asociación de instituciones como un mecanismo de transferencia de tecnología, de personal docente y de capacidad de gestión; las relaciones profesionales establecidas entre las entidades cooperativas producen con el tiempo complementariedad y flexibilidad. En ese mismo documento, el autor estudia también las cuestiones relacionadas con la planificación de esas asociaciones como pueden ser el fondo del acuerdo, la preparación de los servicios que deben prestarse, el apoyo logístico y administrativo y los factores del comportamiento humano.

En general, la creación de una red reduce los costos, hace mínima la duplicación de esfuerzos, aumenta la eficacia y promueve la autosuficiencia nacional en lo que respecta a la capacidad de investigación o de gestión. Las ventajas de este sistema son por lo tanto muy apreciables en países con fondos y personal científico limitados.

La aplicación y los beneficios del sistema de redes dependerán del sector técnico de que se trate. Por ejemplo, el sistema parece estar especialmente bien adaptado para la recogida y evaluación de germoplasma, pues ocasiona beneficios a todos los niveles; la adquisición de material vegetal, la metodología y el intercambio de información y los resultados.

En otros sectores (silvicultura, productos forestales y ordenación forestal, por ejemplo) donde la investigación debe adecuarse más al lugar concreto, los beneficios de las redes pueden variar y, en algunos casos, ser menores, limitándose a veces al aspecto metodológico.

MICROPROPAGACION DE EUCALIPTOS, CTFT, CONGO posibilidades de transferencia de germoplasma

A medida que se adquiere experiencia, merecería la pena realizar un análisis más detallado de los distintos niveles y tipos de ventajas.

En su estudio histórico sobre la investigación agrícola, Plucknett y Smith (1984) determinaron siete elementos principales, necesarios para que la red diera los resultados apetecidos:

· Debe definirse claramente el problema y establecerse un programa de investigación.

· El problema debe ser común a muchos países.

· Cada colaborador debe centrar su interés sobre todo en las propias tareas.

· Los participantes deben estar dispuestos a aportar sus propios recursos.

· Para facilitar la creación y el funcionamiento inmediato de una red, es preciso contar con financiación exterior.

· El personal procedente de las instituciones participantes deberá haber recibido capacitación y conocimientos especializados que le permita hacer sus propias aportaciones a la red.

· Las redes deben estar dirigidas con firmeza y eficacia por personas que gocen de la confianza de los participantes.

Para que las redes sean efectivas se deberían añadir otros dos principios:

· Los participantes deben estar motivados y dispuestos a compartir los resultados de las actividades nacionales relacionadas con las investigaciones de la red, mediante publicaciones oficiales, informes oficiosos, gacetas informativas y documentos de conferencia.

· Los participantes deben demostrar, o estar dispuestos a establecer, mecanismos para hacer llegar los descubrimientos tecnológicos al «usuario», ya se trate de un departamento forestal, una compañía industrial de plantación, una comunidad rural o un agricultor individual.

Redes existentes

Actualmente hay en funcionamiento más de 100 redes internacionales agrícolas (Plucknett y Smith, 1984). Muchas de esas redes se dedican a realizar ensayos comparativos de germoplasma mejorado de plantas cultivadas. pero otras se ocupan de problemas agronómicos y sistemas de explotación agraria, perfeccionamiento de maquinaria y limitaciones socioeconómicas al desarrollo.

En el sector forestal, existen desde hace muchos años programas de cooperación entre estados y compañías de América del Norte, incluidas actividades de investigación sobre procedencia (p. ej., un estudio cooperativo de los Estados Unidos sobre fertilizantes), y mejoramiento genético de árboles (p. ej., las cooperativas universidad-industria con sede en la Universidad de Florida, en la del estado de Carolina del Norte y en la A & M de Texas).

Se han establecido redes internacionales de ensayos de procedencia para una gran variedad de especies, que a menudo se identifican con los grupos de trabajo de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO). Los centros principales de la red son: el Oxford Forestry Institute (OFI), Oxford, Reino Unido (pinos tropicales de América Central y madera de frondosas de zonas áridas); la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization (CSIRO), Canberra, Australia (especies australianas de Acacia, Casuarina y Eucalyptus); el Centre technique forestier tropical (CTFT), París, Francia (maderas de frondosas africanas y eucaliptos insulares del Pacifico), y el Danish Tree Seed Centre (DTSC), Humlebaek, Dinamarca (pinos asiáticos tropicales, Gmelina y Tectona). La FAO ha apoyado durante años a esos centros, además de prestar ayuda a los países en desarrollo para establecer redes sobre especies madereras tanto de las zonas áridas como de las húmedas. También ha colaborado en este sector la National Academy of Sciences (NAS), Wáshington, D.C., Estados Unidos (árboles y especies fijadores de nitrógeno para la zona del Sahel) y la Nitrogen-Fixing traes Association (NFTA), Hawai, Estados Unidos (árboles fijadores de nitrógeno). En la publicación de la FAO Recursos Genéticos Forestales aparecen frecuentemente informes sobre el curso de esos ensayos, y también en las actas de las reuniones organizadas por los grupos de trabajo de la IUFRO: S 2.02-08 (Procedencias de especies tropicales), S 2.02-09 (Procedencias de eucaliptos), S 2.03-01 (Selección genética de especies tropicales, excluidos los eucaliptos) y S 2.03-10 (Selección genética de eucaliptos).

En la figura se dan ejemplos de estructuras y actividades de las redes (red actual del OFI para investigaciones sobre procedencia de pinos tropicales).

Ejemplo de red en funcionamiento (Red de investigación sobre proveniencias de pino tropical, coordinada por el Oxford Forestry Institute, Reino Unido)

Problemas que plantean las redes

En las redes de investigación forestal existentes se han realizado experimentos con nueve grandes grupos de problemas.

1. Elección de especies o temas

Es imprescindible aumentar al máximo el rendimiento de los recursos, dedicándose a especies y cuestiones que permitan obtener los mayores beneficios socioeconómicos posibles. Tradicionalmente, la IUFRO establece un grupo de trabajo encargado de un determinado grupo de especies y/o temas cada vez que uno o varios científicos consideran necesario y están dispuestos a trabajar en equipo a titulo personal, con carácter voluntario, y sin aportaciones de recursos externos con excepción tal vez del germoplasma.

Recientemente, sin embargo, se ha intentado dar prioridad a temas de investigación, de ámbito mundial (Banco Mundial y FAO, 1981) o regional: el Seminario sobre planificación de las investigaciones de la IUFRO para Asia en Sri Lanka (IUFRO, 1984); el Seminario sobre planificación de la investigación para Africa en Kenya (IUFRO, 1986), y un seminario celebrado en el Centro Este-Oeste de Honolulú en marzo de 1986. A nivel mundial, el Cuadro de expertos de la FAO en recursos genéticos forestales (1985) y el Seminario sobre germoplasma de árboles para fines múltiples ICRAF/OFI/CIRF celebrado en Wáshington, Estados Unidos, 1983 (Burley y von Carlowitz, 1984), han identificado especies prioritarias para la conservación, evaluación y mejora.

2. Determinación del centro encargado

Como se indica más arriba, para que las redes tengan éxito deben estar dirigidas con firmeza y eficacia por organizaciones y personas que puedan asegurar una gestión firme, una orientación estimulante, una información apropiada, una planificación experimental y, siempre que sea necesario, el análisis correspondiente. En un trabajo preparado para el 17° Congreso de la IUFRO en Kyoto, Japón, el Banco Mundial y la FAO (1981) señalaron unos 90 centros en todo el mundo que podían considerarse con recursos y conocimientos suficientes para dirigir la investigación sobre determinados temas. En el Seminario de la IUFRO celebrado en Kandy (IUFRO, 1984), se acordó establecer varias redes sobre especies determinadas y se eligieron los centros encargados mediante negociaciones entre los participantes, que reconocieron la capacidad real de cada uno y se repartieron equitativamente, en la medida de lo posible, el volumen de trabajo.

En la mayor parte de las actuales redes forestales internacionales el centro encargado está situado en un país desarrollado lejos de las plantaciones y, con excepción del CSIRO, lejos también de los lugares naturales de origen de las especies y del germoplasma de las poblaciones. Ello no es fortuito ni indica un incipiente neocolonialismo, sino que refleja la ayuda prestada por los organismos donantes para el desarrollo internacional, incitando a sus propias instituciones nacionales a realizar investigaciones (por ejemplo, exploración, conservación y evaluación de germoplasma, etc.) en beneficio de muchos países en desarrollo.

Los organismos donantes y sus instituciones nacionales se han puesto de acuerdo sobre la asignación de especies, con ayuda del Cuadro de expertos de la FAO en recursos genéticos forestales, y pueden proporcionar semillas de muy distintas procedencias, que serían muy difíciles de conseguir para cada una de las organizaciones participantes en la red; por ejemplo, el programa de investigación de procedencias de Pinas caribaea y P. oocarpa, del OFI, ha reunido y puesto a disposición de los participantes hasta 50 lotes de semillas para ensayos en unos 500 emplazamientos situados en 50 países. Seguidamente, se presta ayuda mediante preparación, evaluación, análisis, interpretación, investigación taxonómica, análisis químico, determinación de la calidad de la madera, etc., allí donde las instituciones nacionales no puedan realizar ese trabajo por si mismas. Una de las funciones asignadas a los centros encargados de las redes en el seminario de Kandy, es determinar la capacidad de los participantes y sus necesidades de ayuda externa.

3. Determinación de los participantes en la red

En el seminario de Kandy se eligieron entre los asistentes, algunos posibles participantes en las redes designadas para la investigación de especies de árboles de aplicación múltiple. Sin embargo, esas redes no deben considerarse como círculos privados donde se restringe la entrada de los miembros. Una de las grandes ventajas de las redes es que, con un número mayor de emplazamientos en el campo, se puede obtener más información sobre los efectos o interacciones entre el lugar y el genotipo o actividad técnica. Los centros encargados y los demás miembros de las redes deben buscar constantemente nuevos participantes que puedan cumplir los requisitos citados.

4. Fomento de una participación activa y aportación de recursos.

Aun después de haber encontrado posibles participantes, puede suceder que éstos no se percuten de la importancia de unirse a la red o que no cuenten con recursos suficientes para seguir el programa de investigación acordado. El encargado deberá entonces aclararles las ventajas, cuantificándolas siempre que sea posible y señalando el aumento de la producción de especies similares en condiciones similares, y buscar recursos financieros o de personal.

Los organismos donantes pueden estar dispuestos a aumentar la ayuda financiera una vez que se hayan establecido debidamente los objetivos de la red y el programa de investigación, y se hayan elegido oportunamente el centro encargado y los que vayan a participar de forma activa. La forma de asistencia puede variar de un donante a otro, por lo cual habrá que pedir asesoramiento al consultor forestal de cada organismo. Algunos organismos prefieren financiar por separado los proyectos nacionales; otros pueden considerar la financiación de una red completa, mientras otros tal vez prefieran temas que formen parte de una operación general de la red, por ejemplo, cursos de capacitación o de formación de posgrado o seminarios.

Quizás de esos cursos y seminarios puede obtenerse el personal necesario, pero a corto plazo el mejor medio para complementar ese personal es la asociación con instituciones mejor dotadas.

5. Comunicaciones y aprovechamiento de los resultados

Para que sean eficaces, los resultados de las investigaciones de todos los participantes deberán reunirse (en un seminario o por la persona o centro encargado), distribuirse a todos los colaboradores y publicarse en beneficio de los demás. Es frecuente que la información desde el campo al centro principal sea esporádica (por falta de personal o de medios técnicos) o imprecisa (por temor a que se difundan datos de interés nacional o personal). Además de la ayuda que se describe en el punto 4, estas dificultades se pueden superar a veces asignando temporalmente personal nacional al centro principal, para que ayude en la reunión y publicación de los análisis. Esta solución es eficaz sobre todo cuando el centro principal está asociado a una universidad que puede aceptar estudiantes de posgrado para que se ocupen de los datos o los problemas de la red.

6. Material vegetal

La mayor parte de las redes de investigación forestal existentes y todas las relativas a árboles de aplicaciones múltiples que se identificaron en el seminario de Kandy requieren el intercambio de material vegetal entre los países. Por lo general, ese material suele consistir en semillas, y antes de finales de siglo se necesitarán grandes cantidades para las actividades de las redes, los programas de investigación nacional así como para su utilización extensiva en el campo y para el establecimiento de plantaciones. Esas semillas deberán ir acompañadas de certificados de origen y calidad (Jones y Burley, 1973) y fitosanitarios (Ivory, 1984). Si bien seria recomendable que muchos países suscribieran ahora acuerdos internacionales sobre cuarentena vegetal, ésta tiene a veces el efecto de retrasar las importaciones de semillas con la consiguiente pérdida de viabilidad. Los participantes y los encargados de las redes deberán procurar que en los aeropuertos haya alguien para «recibir» las semillas, hacerlas pasar la aduana, realizando todos los trámites sanitarios exigidos, y enviarlas inmediatamente a los almacenes o lugares donde se vayan a utilizar. Como en el caso de muchas especies los suministros de semillas son difíciles y costosos de obtener, habrá que utilizarlas con la mayor eficacia posible.

Es previsible que en el futuro se perfeccione el cultivo de tejidos y la micropropagación hasta el punto de permitir una rápida y segura transferencia internacional de germoplasma mejorado. Si sucede así, no cabe duda de que se producirán demoras en las aduanas, hasta que los funcionarios encargados de la cuarentena se familiaricen con ese material y se agilicen las normas para su transporte interior. Se ha utilizado ya la micropropagación para transferir germoplasma de palma de aceite desde Nigeria a Malasia, a través del Reino Unido, y los encargados de las redes de germoplasma de árboles para aplicaciones múltiples podrían pedir asesoramiento a los participantes de Malasia sobre la forma de acelerar esos traslados.

7. Cantidad de material para ensayes comparativos

Cuando una red se ocupa de evaluar el germoplasma (por ejemplo en el caso de ensayos sobre especies, procedencia, familia o clones) tropezará con varios aspectos conflictivos. A medida que aumenta el número de parcelas para pruebas, con el consiguiente aumento de la variación ambiental, podrá mejorar también la precisión en el cálculo de los efectos de la interacción genotipo-parcela, pero aumentará asimismo la cantidad de semilla necesaria. Al mismo tiempo, si todos los participantes de la red están en situación de proporcionar semillas de procedencias locales o de poblaciones exóticas de las especies correspondientes, el número de lotes de semillas aumentará, y no todos ellos tendrán quizás aplicaciones futuras en todos los lugares.

A menudo es contraproducente pedir a los participantes que ensayen demasiados lotes de semillas, por lo cual el encargado de la red deberá hallar el punto de equilibrio entre recomendar a todos los participantes el ensayo de todos los lotes, y tratar de escoger lotes específicos para cada uno de los lugares de ensayo. Esta última opción tal vez no sea factible en las primeras etapas de evaluación de una nueva especie, cuando apenas se conoce la respuesta de ésta a las condiciones ambientales concretas o al tratamiento.

8. Plan experimental

Por lo general, se espera que el encargado de una red de investigación prepare diseños experimentales para los ensayos de campo, sobre todo en los casos en que los centros y los científicos participantes no están familiarizados con los principios básicos de la planificación y el análisis (a pesar de los principios para el éxito de las redes que se describen anteriormente). Según el material y los sitios que vayan a ensayarse (véase el punto 7) los diseños pueden ser sencillos (por ejemplo, bloques completos al azar) o más complejos (por ejemplo, diseños de bloques incompletos, latices, etc.). Los diseños pueden fijarse para todos los emplazamientos o variar según éstos en cuanto al tipo de diseño, grado de repetición y tamaño de la parcela. En cada emplazamiento de campo puede ensayarse una serie diferente de elementos (por ejemplo, distintas procedencias, véase Burley y Wright, 1984). El tratamiento podría ser uniforme e impuesto por el encargado, uniforme en virtud de un acuerdo negociado, o diferente según los emplazamientos.

Cualquiera sea el acuerdo a que llegue, quien dirija la red deberá sugerir diseños flexibles, facilitar manuales de gestión y ofrecer fuentes de asistencia con evaluaciones y análisis, recordando en todo momento que, si bien el análisis combinado dentro del sistema de redes ofrece más información que la suma de los resultados de cada participante, la principal función de la mayor parte de las redes es proporcionar materiales para que cada uno de los participantes tome sus propias decisiones y prepare los programas futuros.

9. Comparabilidad de la evaluación

Para que tengan sentido en los análisis combinados, los datos procedentes de distintos colaboradores deberán ser estrictamente comparables en cuanto a método de evaluación, precisión y sesgo (o más bien falta de sesgo). En el protocolo de investigación conjunta pueden fijarse las características y métodos estándar, y en algunas redes distintos centros participantes se encargan de evaluar diferentes características (por ejemplo, en la red NAS de árboles fijadores de nitrógeno). En el caso de los árboles con aplicaciones múltiples todavía no se conoce bien el número de aspectos de interés y, para muchos de ellos, no se han desarrollado métodos de evaluación sencillos y precisos. En el manual del ICRAF para la evaluación de árboles con aplicaciones múltiples, se dan algunas orientaciones (Huxley, 1984) y es muy conveniente que sea una persona o equipo únicos del centro principal quien realice, en un momento oportuno de las pruebas, determinado de común acuerdo, una evaluación conjunta de todos los ensayos de campo (Gibson, 1982, informe sobre la evaluación única de una muestra de 12 emplazamientos en los ensayos internacionales del CFI [hoy el Oxford Forestry Institute] sobre procedencia de pinos tropicales).

Conclusión

La creación de redes, y la asociación bilateral y múltiple ofrecen los medios para acelerar la transferencia de tecnología, favorecen la formación de personal y proporcionan material de investigación y orientaciones difícilmente asequibles a todos los posibles beneficiarios, haciendo que los resultados de las investigaciones sean de mayor amplitud e interés que la suma de las actividades individuales de los componentes de la red. Hay varios principios que determinan el éxito de las redes y, si bien se plantean distintos tipos de problemas, estos pueden superarse; la experiencia de la amplia red agrícola internacional, avalada ahora por varias redes de germoplasma y gestión forestal, es que este sistema es eficaz en relación con el costo, políticamente aceptable y científicamente válido, y ofrece un método estimulante para la solución de los problemas de ordenación y mejora de los recursos naturales.

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