El hacer una descripción detallada de los procedimientos para analizar los IIA se sale del alcance de estas orientaciones, que están destinadas primordialmente a ayudar a la preparación de estos documentos. Además, más que en el caso de la evaluación, el análisis y la disposición de los IIA constituyen acciones administrativas, con frecuencia políticas, que deben dejarse a las distintas jurisdicciones. No obstante, a continuación se resumen una serie de tendencias y principios que han surgido en países que han utilizado la EIA, porque los procedimientos de análisis influyen en cierta medida en el contenido de los IIA.
(1) Los analizadores suelen ser juntas, paneles o comisiones que reflejan varios intereses (conservación, desarrollo, el público en sentido amplio, la comunidad científica) y no sólo personas; de aquí la necesidad de emplear en los IIA un lenguaje claro y unificado.
(2) Los analizadores pueden citar a testigos independientes o solicitar opiniones independientes científicas o de otro tipo.
(3) Los trámites del análisis deben seguir etapas bien ordenadas y debidamente notificadas, y las decisiones de los organismos analizadores deben argumentar se o justificarse de tal modo que se eviten arbitrariedades e inconsistencias que podrían socavar la credibilidad de la EIA.
(4) Los analizadores deben publicar normas sobre el formato y contenido de los IIA exigidos en una jurisdicción determinada y deben estar facultados para desestimar los IIA basándose en sus imperfecciones; unas normas coherentes interesan tanto a los evaluadores como a los proponentes.
(5) Los analizadores suelen tener facultad de convocar para audiencias y solicitar comentarios y críticas; suele haber procedimientos establecidos para incorporar estos comentarlos o críticas al IIA final, utilizado para la aprobación del proyecto; los comentarios producidos durante el análisis deben incorporar se por medio de apéndices, en lugar de volver a redactar el IIA.
(6) Los analizadores suelen tener autoridad para solicitar un estudio adicional y, en consecuencia, para retrasar la aprobación de los proyectos.
(7) Los analizadores suelen estar autorizados para publicar restricciones obligatorias respecto a mitigación, análisis escalonados, audiencias o vigilancia posteriores al proyecto; los analizadores están por tanto autorizados a otorgar aprobaciones condicionales.
(8) Los analizadores pueden solicitar la presentación subsiguiente de documentos para garantizar el cumplimiento de las condiciones ambientales adscritas a las aprobaciones de los proyectos.
(9) Los analizadores pueden solicitar a los proponentes presentar manuales operativos (es decir, utilizados realmente por el personal de campo) sobre los métodos prácticos de explotación forestal, arrastre de trozas, construcción de carreteras forestales, control de sedimentos, protección de cauces y otras actividades. Los procedimientos descritos en estos manuales pueden declararse vinculantes.
(10) Los analizadores suelen tener autoridad para desestimar un proyecto por razones ambientales, pero esta, decisión está, Bujeta automáticamente en la mayoría de los casos a revisión por parte del ministro responsable.
Los procedimientos de análisis suelen incluir solicitudes de información que deben tenerse en cuenta al preparar los IIA. La información que suele omitirse en los IIA, y que solicitan por tanto los analizadores, incluye:
(1) Autores de los IIA, su experiencia y calificaciones.
(2) Tiempo que llevó la preparación de los IIA, incluyendo la recolección de datos de campo.
(3) En qué momento de la planificación general del proyecto forestal, se tomaron en cuenta los factores ambientales.
(4) Quién asumió la responsabilidad principal de elegir alternativas y designar la preferida.
(5) Hasta qué punto se tuvieron en cuenta las opiniones de los organismos de conservación y de regulación para elegir alternativas, para juzgar sobre la insuficiencia de los datos de partida y de los métodos de predicción, y para recomendar medidas correctoras.
(6) Si se han tenido en cuenta separadamente los impactos de las fases de desarrollo y funcionamiento de un proyecto, porque estos impactos pueden ser diferentes.
(7) Quién, exactamente, va a tener la responsabilidad de aplicar y supervisar las medidas de mitigación en el terreno, durante el desarrollo real del proyecto.
(8) Disponibilidad de manuales operativos para los diversos aspectos de la protección ambiental (a menos que estos manuales se acompañen automática mente con el IIA).
